sábado, 28 de marzo de 2020

El día que me enamoré de mi BMW

Título: El día que me enamoré de mi BMW
Autor: Raúl Quirós Molina. 
Editorial: Vitrubio.
Año de publicación: 2008 (1ª edición).
Colección: Baños del Carmen.
Nº de volumen en la colección: 167.
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-96830-70-7

Raúl Quirós Molina (Madrid, 1980) es uno de los autores actuales más exitosos salidos de Alcalá de Henares, merecida y trabajadamente. Él vivió en Alcalá de Henares y fue aquí donde presentó su primer libro, un poemario llamado El día que me enamoré de mi BMW, en noviembre de 2008. Lo presentó en la veterana Librería Diógenes, justo compitiendo con las proyecciones de cine del festival Alcine en su edición 38ª. Ha vivido en Londres, Dublín, Lyon, Madrid capital y Barcelona, donde reside actualmente y desde hace varios años. Este ingeniero de Telecomunicación por la Universidad Complutense de Madrid se hizo fundador y productor teatral de la compañía Los Sueños de Fausto, en Madrid, al año siguiente de aquel libro, en 2009. Labor de la que seguía estando al cargo hasta 2018. Después, se fue a vivir a Londres para realizar un Master en Artes en 2011, el cual acabó en 2013 en la City University London. Entre 2013 y 2015 pasó a ocupar diversos cargos de la producción teatral en la propia Londres, como pueda ser productor, director, asistente, director de comunicación, etcétera, a veces sacando adelante proyectos comprometidos y polémicos, como una obra teatral feminista sobre el derecho a elegir abortar. Ello lo acompañó con trabajos de traducción. A su regreso a España en aquel 2015 pasó a ser profesor de escritura creativa en el Ateneo barcelonés hasta 2017. Este trabajo como profesor de escritura lo siguió desarrollando en 2016 y en adelante hasta la actualidad en diversos talleres de escritura combinándolo con ser también profesor de teatro y emplearse con otros trabajos de corrección, traducción y redacción, así como algunos empleos que tienen que ver con la informática y las telecomunicaciones, entre Madrid y Barcelona, aunque hace años que está afincado en Barcelona, repetimos, desde 2016 actualmente. Son las cosas de tener que ir ganándose la vida con sueldos.

Quirós escribe teatro, novela y poesía. Si su primer libro fue el poemario El día que me enamoré de mi BMW (2008), sus otros libros hasta el momento son Un hombre cae de un edificio (2010), El placer de escribir (2013, por fascículos en editorial Planeta), Aquellas niñas que reconocimos en fotos (2018, ni más ni menos que novela finalista del Premio Nadal), El pan y la sal. Flores de España (2019) y Los caballos inocentes (2019, novela ganadora del XXXIX Premio Felipe Trigo).

Como obras de teatro escritas por él, tiene The Last Hour of Antigone (dirigida por Sarah Provencal, CPT, Londres, 2013), Cuerpo Dividido (dirigida por su hermano Miguel Ángel Quirós Molina, Bululú, Madrid, 2013), Little Stitches (dirigida por Alex Crampton, Theatre 503, Londres, 2014), Carrera de Ratas (dirigida por Patricia Gorlino, Sala Tú, Madrid, 2014), Springtime (dirigida por Pamela Schermann, Greenwich Theatre, Londres, 2014), The indictment of Pinochet by Donald Duck (dirigida por Sergio Amigo, Calder Bookshop and Theatre, Londres, 2015), El Pan y la Sal (Lectura dramatizada dirigida por Andrés Lima, Teatro del barrio, Madrid, 2015), Flores de España (dirigida otra vez por su hermano, Teatro Santos de la Humosa, Madrid, 2015), The Dinner (dirigida por Simon Evans, The Vaults, Londres, 2015), El Sopar (dirigida por él mismo, Teatre del Raval, Barcelona, 2017), La piel de las mujeres (dirigida por Francesca Viana y él mismo, Barcelona, 2017), Sexos en Llamas (dirigida por Sergi Belbel, Sala Beckett, Barcelona, 2017) y Ubú Le Roi (dirigida por su hermano de nuevo, en el Teatro de Aranjuez, Madrid, 2018). 

Raúl Quirós es una de esas voces jóvenes que cada vez van cobrando más relevancia en las Letras españolas. ha sido entrevistado en Radio 3, M21 Radio y La Tundra, a la vez que ya ha sido reseñado en medios de tirada nacional tales como los periódicos El País, ABC, El Confidencial, El Cultural, The Guardian, Time Out London, The Independent y The Evening Standard. Así pues, no estamos ante un autor cualquiera, no estamos ante uno más.

Hoy vamos a hablar de aquel primer libro, el poemario El día que me enamoré de mi BMW. Fue editado por Vitrubio con cubiertas negras y letras blancas, en rústica, sin solapar. Se hizo dentro de su colección "Baños del Carmen", con el número 167. Estaba dedicado por el autor a Alejandra y Bea "como instigadoras". Como se dijo antes, fue presentado en aquel 2008 en noviembre, en la librería Diógenes de Alcalá de Henares, al atardecer. El editor decía en apenas muy pocas líneas iniciales que se trataba de un libro cargado de ironía y cargado de lenguaje contemporáneo y actual. Ciertamente algo de eso tiene.

Personalmente me pareció y me sigue pareciendo el mejor poemario de 2008. Está inmerso en el postmodernismo, pero sobre todo en la contracultura, a pesar de que no puede evitar hacer referencias cultas a Hölderling o a Adonai, estas son las mínimas y se escriben dentro de un contexto que las hace asequibles hasta para el lector que no conozca a los referenciados. No obstante en el libro se desarrollan referencias al mundo actual, como pueda ser la marca "Xerox" de las impresoras informáticas o al dictador iraquí Sadam Husein, ahorcado en 2006 y protagonista esencial del paso del siglo XX al XXI, o si se prefiere del final de la Guerra Fría al ultracapitalismo o neoliberalismo posterior. Tiene en esto numerosas referencias populares, por lo que algo de cultura pop también contiene en sí. Por supuesto hay ironía y sentido del humor ácido, el mismo título disfruta de todo ello, pero todo ello es en sí mismo duras críticas al mundo materialista, consumista y hedonista en el que se ha transformado Occidente y que exporta al resto del mundo. Se abandona lo inmaterial a manos de lo material, se identifica los estados de ánimo, las ideas o las emociones con la materialidad. Incluso la normalidad en la vida individual o en la social, el éxito y el fracaso, es medido en nuestra sociedad actual por cuestiones materiales, cuestiones que a menudo hacen pasar a los unos por encima de los otros, volviéndonos más clasistas dentro de las propias clases sociales ya existentes y haciendo así un mundo más insolidario en contradicción con sus propios valores y argumentos. Quirós se ríe de ello y lo señala con dureza en este libro. 

Porque yo te cocino
no sé si tú eres hamburguesa.
Te preparo y te cocino todo el año,
cual promesa de pan, tomate
y carne, desde las ocho hasta la una,
para niños y padres
cuya desgracia paga puntualmente
la mía de fin de semana.
Hay quien te encuentra bella.
Simbólica.
Artífice económica.
Pero tú sólo eres una hamburguesa.
Yo te preparo:
comida basura eres para un mundo basura.
Por eso te escupo en la entraña.
Para que el mundo
tenga un pedacito
de sí mismo que llevarse a la boca.

Las interrelaciones personales aparecen en el poemario, tanto las amorosas como las no amorosas, desde una perspectiva siempre mordaz y siempre alerta de aquello que no está funcionando correctamente desde esta sociedad actual. Tal como hacen los poetas de la nueva sensibilidad, abanderados por García Montero, dota a veces de poderes metafóricos y simbólicos a los objetos inanimados dándoles un poder vital y narrativo sorprendente. Así por ejemplo una manta que cubre del frío a una pareja esconde en sí el frío espectro de la figura de la madre de ella sobre ellos. El resumen de una vida en pareja a través de la monotonía del uso frecuente de unos objetos en los que gastan el tiempo libre para estar juntos que les deja sus trabajos dibuja una realidad social actual y de pleno llamando a las puertas de la realidad de todos.

Te escribo desde el sofá de escai
donde tú y yo solíamos ver tele
bajo la manta de tu madre,
con el frío mordiendo duro
en la calle y un fin de semana largo
por delante, como de cien kilómetros. 
(...)

Pareciera reflejar de fondo que cada uno de los que somos trabajadores somos lo que nos han dejado o lo que nos han guiado ser aquellos que nos han suministrado esta vida de trabajos para ir viviendo y objetos para usar en nuestras vidas. Como si los individuos fueran objetos pensantes al uso de quien crea los objetos que usan, pero objetos a fin de cuentas con emociones y sentimientos, tal vez absorbidos por la alienación del mundo actual, tal vez totalmente inconscientes de la excesiva materialización que hemos hecho de la comprensión de lo que es la vida, pero en el fondo con un algo de "nosotros somos otra cosa, la felicidad no debe ser esto exactamente, aunque me la esté proporcionando, porque así me he convencido de que me la proporciona".

Y dieron gracias los oídos
por el atardecer de piedra
que en círculos caía
sobre la estatua de neón.

Largos pasillos de moqueta,
lámparas de latón que apenas iluminan
la vida a la que nos mudamos.

¡Mayo! No hemos perdido
el sentido de la geometría
entre el chop-suey
y los patos asados
que, desnudadamente ahorcados,
penden de los escaparates.

Algo
trata
de abrirse camino
a través de esta piel.

La libertad de Mayo de 1968, traducida como búsqueda de solidaridad y caminos humanos entre las personas para refundar la sociedad, aparece en estos poemas, con todo su marxismo, con todo su anarquismo implícito, para hacer autocrítica en pleno 2008 de aquello que pudiendo ser, no lo es o no lo es del todo. El mundo del capitalismo, del consumismo, de lo material, de la individualidad liberal, de la globalización que coge trozos comercializables de una cultura, los despoja de su cultura y los vende en otro lugar como una experiencia plena de esa misma cultura que le despojó, se impone, y sin embargo entre las cosas que brinda la sociedad de consumo sigue en los espíritus individuales el afán de libertad de Mayo del '68. "¡Mayo! No hemos perdido / (...) /entre el chop-suey / y los patos asados", dice. 

En la actual crisis sanitaria mundial del 2020 por la pandemia de la enfermedad Covid-19 se extienden los confinamientos, las autarquías y los cierres de fronteras. Mientras se pide solidaridad a los ciudadanos entre ellos, a la vez los Estados y los bancos internacionales muestran su cara más insolidaria entre sí, y por ende con los individuos. El mercado ultraliberal y globalizador triunfador de la Guerra Fría tras 1991, simbolizado en el poema que le dedica a la pérdida de valores de la sociedad al ver televisado el ahorcamiento de Husein en 2006, se ha demostrado estos días ineficaz, problemático y en caída libre en cuanto a que el cierre de fronteras de algunos países ha provocado el caos de los abastecimientos de otros países y la caída en tromba de todos los materialismos posibles. Estos días se vuelve a hablar del Estado del bienestar y de las políticas sociales que propugnaban los socialistas en aquel Mayo de 1968. El propio Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, declaraba estos días cómo el neoliberalismo ha socavado la democracia en los últimos cuarenta años y como las clases trabajadoras han sido explotadas y mermadas en sus derechos y bienestar en favor del enriquecimiento mayor de los que ya eran ricos, por lo que considera que la etapa neoliberal abierta tras 1991 llega a su fin al ver como ella misma lleva al colapso y el caos cuando la globalización que defendía trae consigo una crisis humanitaria global. Todo este debate actual está inserto en este poemario de 2008 de Raúl Quirós. Es un poemario de su época, en un sentido amplio, pero es un poemario actual.

Ni la Guerra del Líbano,
ni la licencia GPL,
ni el cáncer que secretamente 
incuban tus cojones
cambiarán el sabor
del café de oficina
durante los próximos
treinta y cinco años.

Así denunciaba Quirós la realidad del mundo occidental actual. Un poemario necesario de estar en la biblioteca del lector de poesía actual. El mejor de 2008.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 21 de marzo de 2020

El Café del Loco

Título: El Café del Loco
Autor: Antonio eMe. 
Editor: Antonio eMe (autoedición del autor).
Impresor: [No se registró].
Año de publicación: 2013 (1ª edición; el año se indicó de manera encubierta al final de la numeración en números romanos de los poemas en el índice, también en números romanos.)
Género: Poesía.
ISBN / Dep. Legal / Creative Commons: [No contiene ni ISBN ni Depósito legal, tampoco se señaló licencia abierta de Creative Commons, ninguna señal de copy right ni de copy left. Por tanto simplemente amparado por la Ley de la Propiedad Intelectual y presumiblemente por su registro en el Ministerio por medio de la Comunidad Autónoma pertinente, que sería la de Madrid.]

Antonio Manuel Moreno Fernández, al que en estas notas y como autor se le conoce por Antonio eMe, publicó su primer libro en 2013. Se trataba de una autopublicación en edición de bolsillo y tapa blanda plastificada que presentaba unas sobrias cubiertas negras brillantes fuertemente contrastadas con la figura de una pajarita de papel sobre la que se leía el título, El Café del Loco. En ningún lugar de la cubierta se podía leer ni nombre del autor, ni ningún otro indicativo. Solo al abrir la obra, en la primera página, sin hojas e blanco de salva, en primer impacto, se veía en blanco y negro una fotografía del autor sentado en el fondo de un café vacío, su nombre en la parte inferior y el título del libro en la superior, completado con un subtítulo que decía: 50 pajaritas de papel y otros poemas, quizá en un guiño referente a los 20 poemas de amor una canción desesperada de Pablo Neruda, con quien Antonio eMe comparte hasta cierto punto una visión del amor. Era por tanto, como no podía ser menos en este poeta que como sabemos también hace teatro y relatos breves, un poemario. Decía contener cincuenta y un poemas, de los que el número cincuenta (L) contaba con un cincuenta-bis (L-bis). Pero en realidad contaba con cincuenta y tres poemas teóricos, pues detrás del L (bis) existía un extenso poema dentro de lo que llamó un "bonus poem", titulado El hombre que llenaba lunas antes de que anocheciera, que fue ganador del XIII Certamen Nacional de Poesía "Guadiana" de 2012 en Ciudad Real; pero más allá, después de este poema, la trampa encubierta en el índice de colocar el año de publicación también en números romanos, como el resto de poemas, ocultaba la existencia real de un último poema precisamente titulado como el año de publicación, en romano, MMXIII. Podríamos decir que entonces contenía cincuenta y tres poemas, sin embargo anotábamos que esto era teórico, pues en la práctica, en la disposición que hizo el autor de la obra, si cada poema breve que figuraba en el índice tenía por título un número romano, la cierto era que inmediatamente después de cada poema con numeración romana, salvo MMXIII, era acompañado debajo de él de otro poema extenso con titulaciones en prosa. En los juegos de los recovecos y los laberintos, de lo real y de lo irreal a los Antonio eMe le gusta jugar, el poemario en realidad cuenta en la práctica con ciento cuatro poemas.

El libro se presentó por primera vez el 9 de marzo de 2013 en el Café Dux de la calle Alonso Martínez de Alcalá de Henares a la hora del café. Posteriormente, en los meses y aún el año siguiente, siguió presentándose en otras cafeterías y bares de Alcalá de Henares, como El Laboratorio en 2015 o en La Oveja Negra en 2016 como rebote de la presentación de su tercer libro, Los pétalos pares de las margaritas. También se presentó en Madrid capital y otras localidades españolas. Igualmente aprovechó los actos del Día de la Poesía (21 de marzo) de 2014 para intervenir con poemas de su libro en las lecturas que organizó el poeta Enrique Sabaté entre la Plaza de Palacio y la sala de conferencias de la Sala de Exposiciones del Antiguo Hospital de Santa María la Rica. En las presentaciones de 2013 a 2015 el autor imprimió en folios poemas nuevos adicionales en hojas de colores e hizo con ellas pajaritas de papel, innumerables pajaritas de papel, que regaló a todas aquellas personas que compraban ejemplares. Cada pajarita contenía un poema diferente, por lo que hace de la compra de esos ejemplares, para quien conserve la pajarita que le correspondió, algo único y limitado. Personalmente, quien escribe esta nota nunca se atrevió a desmenuzar la pajarita que le correspondió. La guardo dentro de mi ejemplar en el más absoluto misterio de qué poema contiene mi pajarita de papel de un color malva pálido. 

Por otro lado, la edición en papel se haya agotada, se encuentran muy pocos ejemplares disponibles y a modo ya casi de rareza, aunque ignoro si el autor aún conservará algún ejemplar disponible. En todo caso, el libro se puede adquirir por vía electrónica desde hace relativamente poco por vía de grandes vendedores de Internet, tales como Amazon, por un precio por debajo de la mitad de lo que costaba en su momento la edición en papel. 

La lectura de este libro a mí me llegó en 2015, por ello en su momento, confundido, consideré que era uno de los mejores libros de poesía que se publicaron por parte de un alcalaíno en 2015, sin embargo, a fecha pasada, he de desplazar esta misma valoración a su año correcto de 2013, por más que probablemente llegó a un público más amplio de manera tardía en 2015, incluso después de su segundo libro, de carácter infantil y bastante desconocido en general, Un cerdito en la pecera (2014).

Antonio eMe es un poeta cuyos poemas de amor son perfectos y totalmente acordes al siglo XXI, no recurre a recursos más propios del XIX, como muchos poetas románticos actuales hacen volviendo siempre eternamente a Bécquer. Antonio crea todo un mundo con cierto sentido del humor y símiles acertados que crean un bosque de sensaciones amorosas, no de desamor, dentro del día a día cotidiano que, al leerlos, nos hace identificarnos. Sus poemas contienen una temática romántica y giros bellamente metafóricos de situaciones meramente cotidianas que nos son comunes a todos. Igualmente combina esta temática con otra de pura crítica a los estereotipos sobre escritores o simplemente sociales. Tiene así un extraño carácter de puente de unión entre una literatura de contracultura o underground que no termina de ser en él, puesto que prima un lenguaje más preciosista, más metafórico y más en busca de lo positivo, y lo que deriva a un determinado sentimiento de amor, sea a una persona o a una situación o circunstancia, que nos acerca a la poesía romántica más convencional, pero sin tener nada de convencional. Ese rasgo suyo de combinar los dos mundos de la contracultura y el romanticismo hace que sea un autor con voz propia, a la vez que hace que sea ese puente de unión entre dos mundos de entender la literatura en nuestros días. Es así como eMe construye su literatura y su propio rumbo. Mala leche, sí, pero con ternura y visión bonita, como anoté, hace tiempo ya, en Noticias de un espía en el bar

En Antonio eMe cobra relevancia especial los giros finales en los últimos versos, al igual que le ocurre a la poesía de Luis Alberto de Cuenca. Goza para ello de pericia e inteligencia. Probable resultado del excelente sentido del humor que es parte natural del autor y que se trasluce en varios poemas. Podemos observar uno de esos giros por ejemplo en el siguiente poema. 

XXIV

Deja las llaves puestas en la puerta,
soy un okupa torpe y despistado,
no sea que no sepa mi cabeza
que tú eres quien me quieres y me meta
en otro corazón deshabitado.

A lo largo del poemario habrá referencias a otros autores, como el poeta Ángel González, o Emilio Lledó, o dedicatorias como la hecha a Lilia Alejandra García Andrada, niña secuestrada en México en 2001, así como a nombres simples, sin apellidos, normalmente femeninos, en varios poemas, sea Belén, María u otros, que no sabemos si son nombres existentes o nombres genéricos al servicio del poema, tal como le gusta jugar al autor en la fina frontera entre la realidad y la ficción. En todo caso, sólo al final de la obra aparecen las dedicatorias del libro, algunas e un lenguaje velado, poético y misterioso que no dejan al lector descubrir, siendo mensajes cifrados para la receptora o el receptor.

El poemario rebosa ingenio en cada página, en cada composición. Quizá son más atrayentes para el gusto de quien escribe los poemas extensos que los breves, aunque en ambas modalidades tiene un algo acertado. Siempre a medio camino, a camino puente, entre los contracultural y lo formalmente romántico, en un postmodernismo que no quiere abandonar ni lo moderno ni lo anterior, combina poemas que se recogen en títulos tan dispares que van desde "Una rosa en el coño", "Romance del ciego y la fulana"  o "La hora de las cañas" a "Idea general sobre el amor""Nanas para Belén" o "El poema más bello del mundo", este último ganador del Albaricoque de Oro del ayuntamiento de Moratalla en 2007. La transgresión en Antonio eMe es una transgresión sosegada y presentada tan amablemente que no nos transgrede, nos agrada, nos gusta, nos simpatiza. Puede evocarnos a Bukowski y a la vez al más inocente de nuestros poetas. Puede abarcar desde el más descarnado de los giros presentado como algo normal y común a la más tierna de las ternuras como si fuera una forma de amor inusual. Así es la voz de Antonio eMe.

"(...) 
Pensad que elijo siempre mis amigos,
que me sudan la polla
los cerebros vacíos,
que si no lloro no es porque no sienta,
que si no soy correcto
es porque voy montado en la verdad,
y sabed también que si no tengo hijos
                        es
porque no me sale de los cojones."


Comparemos este final de poema con este otro principio de otro poema:

"Hoy casi no me acuerdo de esos días. 
De la lluvia de otoño en los cristales 
dibujando figuras imposibles.
De mis ojos clavados en tu ausencia
malheridos de vistas acabadas.
De la espera nerviosa en los portales,
aguardando el momento y la sonrisa
que debiera venir, indefinible
por la acera del fondo de la calle.
(...)"

Así es Antonio eMe. Este libro es una joya en la que se nota además toda la fuerza y ganas que otorga ser la primera obra publicada de un autor. Lleno de aire nuevo y con el aderezo de no deber a ningún editor refrenar sus palabras ni sus ideas. Goza de la libertad pura de lo que el autor ha querido expresar y en el modo que lo ha querido expresar. Eso es parte de lo mejor de este libro que se debe descubrir página a página por el lector.

"Cuanto lleguen los años venideros
Que vendrán seguro de ahí su nombre
Me hallarán con un vaso entre los versos
Bebiéndome la vida que me sobre
(...)."

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 14 de marzo de 2020

La Comuna de París

Título: La Comuna de París (18 de marzo-28 de mayo de 1871). -La primera revolución del proletariado-. 
Autor: Julián Vadillo y Maxime Guillet. 
Editor: Association des Amis de la Commune de París.
Impresor: [No consta].
Año de publicación: 2011 (1ª edición.)
Género: Historia.
Licencia:  Creative Commons

Estos días se cumplen ciento cuarenta y nueve años de la Comuna de París. En Las notas de los cíclopes libreros tenemos con ello pendiente comentar lo que fue la publicación de un pequeño libreto en Alcalá de Henares cuando en 2011 fue el 140º aniversario. Cierto que sería mejor reservarlo para el año que viene, que serán ciento cincuenta años, pero, en estos días de ciudades aisladas y apelaciones a la solidaridad social por la enfermedad del Covid-19, ¿qué mejor momento que reseñarlo que este año?

El libreto no indicaba editor ni impresor, quizá se trataba de una autoedición de sus dos autores, o bien probablemente estaba detrás la Association des Amis de la Commune de París, que por otra parte aportó la ilustración de la portada, con la alegoría de la Libertad en cuerpo de mujer, con gorro frigio y bandera roja del socialismo, descalza, al estilo de las imágenes propias del siglo XIX. Lo que sí se indicaba es que el diseño y la maquetación la realizó Sancho Ruiz. Los autores eran el historiador ya conocido en estas notas Julián Vadillo en coautoría con el francés Maxime Guillet, afincado en Alcalá de Henares hace ya bastantes años. Era una publicación de unas veintiséis páginas con cubiertas en cartulina sepia. Se vendió a dos euros durante bastante tiempo en la sede de la Asociación del Centro Social Las Trece Rosas, en la avenida del Val, la cual a la vez es centro de reunión de varias asociaciones vecinales y principalmente es sede del Partido Comunista de España (PCE) de Alcalá de Henares. Fue allí donde fue presentado por primera vez, con una conferencia y una exposición gráfica.

A Julián Vadillo ya le conocemos ampliamente a través de las anteriores reseñas a otras obras suyas. De Maxime Guillet podemos podemos decir que nació en 1976, precisamente en fechas de otro aniversario de La Comuna. Para más paradojas, lo hizo en la comuna francesa de Olivet, situada en la región de Centro, en el departamento de Loiret, distrito de Orléans, en Francia. Se licenció como historiador en la Universidad de Orléans en el año 2000. Fue secretario general del PCE en Alcalá de Henares la etapa anterior a los hechos político sociales del 15 de mayo del año 2011. 

El libreto se llamaba La Comuna de París, en subtítulo añadía: (18 de marzo-28 de mayo de 1871. La primera revolución del proletariado. Contenía un texto introductorio sin firma de autor alguno, pero con una cita de Víctor Hugo, "El cadáver está en la tierra, pero la idea sigue en pie". A partir de ahí comenzaba el texto de Vadillo y Guillet. Lo dispusieron en epígrafes breves y directos con un sentido divulgador y didáctico. 

La Comuna de París de 1871 se produjo en el final de la guerra franco alemana que tendría por consecuencia la unificación de los estados alemanes en la creación de la actual Alemania (con las fronteras algo diferentes) y un resentimiento francés y un ensalzamiento del orgullo y raza germana que iría creciendo hasta estallar la I Guerra Mundial en 1914. Por parte francesa supuso el final del II Imperio Francés dirigido por Luis Napoleón Bonaparte y la instauración de la III República Francesa, contra la que se levantó La Comuna de París al ver que esta prefería perder la guerra ante los alemanes para salvaguardar los intereses de la alta burguesía francesa (que dirigían con Thiers el inicio de este gobierno). El pueblo parisino espontáneamente se levantó en armas y se organizó en asambleas y en Guardia Nacional para defenderse del asedio bélico de los alemanes sobre la capital y a la vez para crear una nueva sociedad con justicia social para las clases trabajadoras. El gobierno de Thiers se retiró a Versalles, con permiso de Otto Von Bismark y se dedicó, junto a los alemanes, a atacar a los propios conciudadanos franceses de la Comuna de París. Otras comunas se levantaron en Marsella y otras ciudades, pero apenas pudieron ofrecer gran resistencia a su represión por las tropas gubernamentales y alemanas. Lo que Thiers atacaba con esto era a un nuevo orden social que tenía visos de triunfar, donde todos los ciudadanos decidían en asamblea y se organizaban entre ellos.

La Comuna de París supuso por ejemplo la prohibición de que se realizasen embargos de casas por falta de pagos, la prohibición de los empeños en los Montes de Piedad, la separación total y efectiva entre Iglesia y Estado, sobre todo en educación y sanidad, que no la prohibición de la religión, si bien sí se ejecutó a un obispo por varias injusticias y abusos de su cargo, supuso también la emancipación de las mujeres equiparadas al hombre en absolutamente todo por primera vez en la Historia (destacan Elisabeth Dimitrieff y Nathalie Le Mel), se dio un sufragio universal y directo que incluso permitía elegir a los funcionarios (a la vez que les equiparaban el sueldo al del resto de trabajadores), se reconoce que las medidas laborales deben ser tomadas por los propios trabajadores, se prohíbe con ello diversos abusos en las condiciones de trabajo de diversos empleos y sueldos, se crean determinadas garantías jurídicas para la seguridad de los presos y para acceder cualquier persona a trámites tales como las actas notariales, se crean pensiones de viudedad y ancianidad, se protege la Biblioteca Nacional de los bombardeos y se plantea que en el futuro sea difusora de una educación universal accesible a todas las clases sociales (se le encargó al intelectual anarquista Reclus), salvo el caso anteriormente citado no se permite realizar ejecuciones de personas aunque se dieron algunas por parte de masas incontroladas de comuneros, se derriba la guillotina, se dio la libertad de prensa y de expresión (también para los contrarios a la Comuna) y en fin todo se iba construyendo mediante asambleas en las que decidía el conjunto de la ciudadanía. El ideal era acabar con la figura del político profesional y crear una nueva sociedad del individuo responsable y político en cuanto el término se refiere a organización social.

No es de extrañar que la I Internacional fijara los ojos mucho en esta primera revolución social. Tanto los comunistas de Karl Marx como los anarquistas de Proudhon y Bakunin opinaron y se pelearon por cómo se desarrolló la Comuna. En las semanas que se sucedieron la tendencia marxista fue tomando posiciones más fuertes queriendo crear una policía y una serie de cargos dentro de la Comuna que fueron acabando con la espontaneidad asamblearia inicial, y quizá desvirtuando la idea original. Sin embargo, todos los comuneros se defendieron del asedio y asalto final por parte de alemanes y del gobierno republicano francés. La etapa final supuso una defensa de una semana casa por casa. Se produjeron más muertes en esa defensa que en todos los ataques anteriores. La posterior represión fue especialmente sangrienta, provocando más cantidad de muertos que los producidos esa semana última. Thiers quería dar un castigo ejemplar (horrendo) para evitar que se diera lugar a una revolución mayor que hubiera cambiado el orden ya no sólo francés, sino también mundial, por eso mismo los alemanes le dejaron hacer y dejaron que se reconstruyera una Francia republicana burguesa nueva que pudiera mantener el orden social que interesaba.

En la última barricada de la Comuna estuvo sonando el disparo de un sólo fusil durante largo rato, impidiendo el avance de las tropas asaltantes. Dejó de oírse cuando se acabó la munición de aquel comunero, al cual nunca se le encontró ni se supo quien fue. Tras aquello, se produjeron hechos como una enorme cadena de presos que fue parada en mitad de su viaje andando, para sacar de ella a los ancianos. Hubiera parecido que el general que dio la orden se iba a apiadar de ellos, en lugar de eso, ordenó fusilarles de inmediato pues por edad quizá hubieran estado también en las barricadas de la revolución de 1848. Nos han quedado fotografías de la época donde se puede ver los cadáveres exhibidos en plena calle dentro de sus ataúdes, entre las caras de los muertos se distinguen varios niños. Incluso se usó de la prensa para crear una propaganda del escarmiento mostrando imágenes de líderes y héroes de la Comuna muertos.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 7 de marzo de 2020

Compluti feminae

Título: Compluti feminae.
Autora: María Jesús Vázquez Madruga. 
Editor: Asociación Cultural Hijos y Amigos de Alcalá de Henares; Ayuntamiento de Alcalá de Henares.
Año de publicación: 2009 (1ª edición; Presentación de Julia García García, directora de la Asociación de Hijos y Amigos de Alcalá de Henares; Prólogo de Franciso García Gutiérrez).
Colección: Cuadernos de Cultura Complutense.
Nº de volumen en la colección: 10. 
Género: Historia.
ISBN:  978-84-932137-3-2

En 2009 la historiadora María Jesús Vázquez Madruga por medio de la Asociación Cultural de Hijos y Amigos de Alcalá de Henares y del ayuntamiento de Alcalá de Henares publicó un ensayo e investigación que había realizado sobre las mujeres en la época del Imperio Romano en Alcalá de Henares. Logró publicarlo en la colección que tienen los Hijos y Amigos de Alcalá llamada "Cuadernos de Cultura Complutense", en su número 10, colección que la asociación había iniciado a publicar en 1997. El libro contaba con una nota de presentación de la directora de dicha asociación aquel año de 2009, Julia García García, y un prólogo del que era aún cronista de la ciudad, un ya anciano Francisco Javier García Gutiérrez. En la portada se puso la cara de una mujer con instrumentos de escritura de un mosaico romano. El libro se llamó en latín Compluti feminae, que traducido al español actual sería "Las mujeres de Compluto". Compluto era el nombre que recibió Alcalá de Henares durante la época de gobierno romano y visigodo. Anteriormente sabemos que los carpetanos (pueblo celtíbero) la habían llamado Iplacea, pero a partir de la conquista romana de la población en el siglo I antes de Cristo, los romanos refundaron la ciudad, arrasando la Iplacea antigua e incluso desplazando la ubicación original, llamándola Compluto. Sería la referencia a la confluencia del río Henares con el arroyo Camarmilla y otros, donde además se creía que vivía un Dios menor. Con el tiempo en la Edad Media la ciudad será conocida como Al-Qala Nahar (hay quien lo transcribe de otros modos), Burgo San Yuste, Burgo de San Justo, Burgo de San Justo y Pastor, Alcalá de Nares (en algunos documentos de la Baja Edad Media y primeros de la Edad Moderna, y Alcalá de Henares, definitivamente. Pero la evolución del nombre de la ciudad es otra historia, no exenta de debate. Lo que nos ocupa nos centra en el nombre romano de Compluto, por lo que lo complutense es siempre referido a Alcalá de Henares en cuanto a término geográfico en España, Hispania para los romanos. Así pues el título de la publicación centraba la atención en que hablaba del mundo femenino y las mujeres que hoy día recordamos o conocemos de la época romana complutense, como mucho más de la visigoda, hasta la invasión musulmana de 711-726.

La publicación en realidad era más ambiciosa, dentro de un estilo divulgador de la Historia de la mujer en Alcalá de Henares. El título y portada no cumplían con la realidad del contenido. A pesar de que se analizaban las lápidas romanas relacionadas con mujeres de Compluto y se mencionaba las vidas de las mujeres que mencionaban desde lo que tenemos arqueológicamente a partir del siglo I después de Cristo, iba más allá y se adentraba en los aspectos de los fueros de Alcalá de Henares de la Edad Media cristiana en cuanto a lo que se legisló sobre el papel de la mujer en la sociedad, hablaba de la primera mujer que se doctoró en España, en el siglo XVIII, Isidra de Guzmán, que, como vimos en su publicación Oración del género eucarístico, era de Alcalá, analizaba el papel de la mujer en la educación y en las imprentas en los siglos siguientes, etcétera, hasta llegar su análisis al mundo femenino en la ciudad en el siglo XX. Por ello, al salirse de su campo inicial de análisis, que era la mujer de la Edad Antigua romana, como mucho de comienzo de la Alta Edad Media con los visigodos, el título cobraba otro sentido contradicho por la imagen de la mujer romana en mosaico. Cobraba el sentido de devolverle a Alcalá de Henares su antiguo nombre de Compluto, y además hacerlo en latín. Como mínimo era algo que llamaba a confusión, pero una vez que se conoce el contenido hemos de suponer que la intención real era la segunda, no sabemos si a raíz de que la autora se animase a completar hasta el siglo XX o porque realmente desde el principio se lo planteó así. Lo que sí es de valorar es que es una de las primeras publicaciones de este tipo en Alcalá de Henares, pues es de 2009, y que además se adelantaba en su tiempo por pocos años de la tendencia de las corrientes actuales de la historiografía que desean ahondar y conocer el papel de la mujer en la Historia en camino de la igualdad de géneros.

El libro sirve como breve aproximación e introducción al tema, a falta de que pocos años después saldrían a la luz varias investigaciones más que descubrían nuevos aspectos, personajes y sucesos femeninos de Alcalá de Henares en su Historia, especialmente de la contemporánea. Podríamos decir que es una publicación pionera en esta rama historiográfica, pero además con la virtud de crear una especie de visión de conjunto de la Historia local, cosa que en Alcalá falta desde hace muchas décadas en cuanto a Historia general de la ciudad.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 1 de marzo de 2020

Kilwa

Título: Kilwa
Autor: José Carlos Peña. 
Editorial: De Goa Ediciones.
Año de publicación: 2015 (1ª edición); 2019 (1ª edición ampliada).
Género: Novela.
ISBN: 978-84-9802-935-2 (edición de 2015); 9781717842558 (edición de 2019)

José Carlos Peña García del Pozo nació en Manzanares (Ciudad Real, Castilla-La Mancha) en 1959, pero vive en Alcalá de Henares. Es un marino en la reserva que dedica su tiempo a la literatura. Comparte muchos de sus artículos en Elucubraciones literarias, espacio donde además tiene abierta una sección llamada "Barcos y navegantes" donde escribe artículos relacionados con la marinería. Tiene publicadas tres novelas, Kilwa (2015 y ampliada en 2019), El coto privado (2017) y Orgullosa Mary (2018), y una recopilación de relatos y cuentos llamada Visos de realidad (2019). Ha sido participe de algunos de los ambientes literarios de Alcalá de Henares, como por ejemplo el bar El Laboratorio, de Julián Pizarroso y Esther Muñiz (Zia Mei). Precisamente para su primer libro recurrió a los servicios de Zia Mei como diseñadora para crear el diseño de las cubiertas e interior del mismo, así como su maquetación, pero eso fue en la edición ampliada. Hoy vamos a hablar de esa novela.

Kilwa fue autopublicada por José Carlos Peña bajo el nombre editorial De Goa Ediciones, aprovechando el apellido de uno de los protagonistas de la novela. Aquello fue en 2015, Entrelíneas Editores trabajó los aspectos técnicos de la publicación. Fue presentado en El Laboratorio, en la calle de las Vaquerías, cerca de la Puerta del Vado. Tuvo un eco promocional en entrevistas y noticias de las medios de comunicación locales, así como fue presentado en otros municipios. Su propia localidad natal, Manzanares, acogió su presentación con la implicación del ayuntamiento a través de la Concejalía de Cultura y de la arqueóloga María García. La cubierta original de la primera edición que ideó Entrelíneas Editores aprovechaba un mapa cartográfico de África Oriental con la península Arábiga y el Indostán del siglo XVI. Esas son las geografías que se mencionan a lo largo de la novela en esas épocas. El nombre de la novela y del autor aparecían sobe el mapa. Completaba el conjunto las figuras de angelotes y de asiáticos propios de los mapas del siglo XVI. Sin embargo, a lo largo de 2018 José Carlos Peña amplió el libro y lo volvió a publicar, volviendo a tener acogida su nueva presentación, esta vez en 2019 en la librería Notting Hill, que tanto promueve a autores desconocidos, especialmente de la Asociación de Escritores de Madrid. El libro ampliado fue publicado en ese 2019, pero mientras que el registro del ISBN indica que el título era ahora Kilwa: una guerra caníbal, en realidad se publicó de nuevo solo como Kilwa, pero con el subtítulo: Historia y aventuras en el África olvidada. El autor aprovechó los servicios editoriales de la tienda cibernética Amazon. Esta dotó a la primera edición de la ampliación de una nueva cubierta, destartalando el cuidado diseño inicial. La nueva cubierta corría a cargo de Zia Mei. Sacó el título del mapa para dejarlo en fondo blanco, puso el subtítulo citado y se quedó sólo con un mapa de África del siglo XVI, eliminando el resto de elementos. Las cubiertas en tapa blanda tienen un plastificado que sufre con facilidad la meteorología si lo llevas como lectura de viaje o de paseo por un parque. Pero el mayor de los desastres por parte de Amazon, y no es inusual que en sus libros ocurra, es algo corriente, fue que la caja de texto quedaba mal maquetada, en algunas páginas el sangrado baila, además, la revisión es inexistente por parte de Amazon, por lo que lamentablemente esta obra presenta numerosos errores gramaticales. Probablemente en Amazon el proceso es mecanizado, lo que provoca el problema. Aún así, el libro ha logrado alcanzar una segunda edición que ha eliminado parte de estos errores y que se diferencia al introducir una tercera portada, igual a la segunda pero con un triángulo rojo en su esquina superior izquierda con el dato de la segunda edición.

Kilwa es una novela histórica que toma por escenario un continente que no suele ser el centro de los estudios y enseñanzas de Historia en Occidente, o al menos no lo suele ser desde una perspectiva africana, pero sí desde una perspectiva occidental. El autor rompe con eso y narra una aventura precisamente con ese África Oriental como epicentro y siendo la mentalidad de los africanos, árabes y turcos la que prima. Eso hace que sea algo más fresco e innovador en este tipo de novelas. Se ambienta en el siglo XVI, en torno al año 1589 y en torno a los ambientes de una parte de las rutas comerciales tanto portuguesas como turcas y árabes que enganchaban productos africanos y asiáticos con destino a los mercados de esos mismos continentes más el europeo. Más aún, Kilwa es el nombre de un viejo y pequeño reino medieval de África que se componía de una pequeña isla y una pequeña franja continental. Su ubicación se encontraba en uno de los puntos de confluencia necesaria para las rutas comerciales de portugueses, turcos, otros Estados africanos, etcétera, por lo que fue un reino muy rico durante varios siglos. Actualmente es un lugar turístico de Tanzania, pues tuvo uno de los mayores palacios y una de las mayores mezquitas de su época, hoy recuperados y protegidos por Patrimonio de la Humanidad. Kilwa fue arrasada por una invasión zimba justo en el tiempo en el que se ambienta esta historia, después de aquello nunca regresó a ser lo que fue. José Carlos Peña usa ese hecho histórico para poder desarrollar sus aventuras, aunque, como dice él, no es fácil encontrar toda la información necesaria por el abandono del estudio de esta área geográfica y también por la falta de registros de lo que allí sucedía fuera de los acontecimientos que interesaban a los europeos. El propio autor da unas palabras introductorias al respecto y hace algo que no se suele hacer en las novelas: incluir una bibliografía final con los libros y fuentes que usó para asesorarse. En este sentido, se nota claramente que el autor está plenamente informado de la Historia del África negra de aquellos momentos, pero también se nota por esto mismo que asume para el relato una visión única sobre esa misma historia, visión que entre lo historiadores actuales se considera o equivocada o falta de percepciones de conjunto y culturales. Me refiero, por ejemplo, a que la obra Crónica de los reyes de Quiloa, escrita por Joao do Barros en 1552, está escrita desde una perspectiva propia de un portugués del siglo XVI, lo que hace que tenga tintes etnocéntricos y que además niegue al África negra sus propias razones culturales e históricas. Así por ejemplo, dentro de la sensibilidad de aquel siglo, se habló del ejército zimba que salido de la selva se dedicaron a arrasar reinos y territorios, a la vez que practicaban el canibalismo. Se trató el asunto como un hecho de bestialismo y una violencia irracional, aparte de como si los zimba fueran más animales que humanos. Pasados los siglos, los historiadores actuales replantean que esta fuente no trató de estudiar el hecho ni de indagar el porqué los zimba formaron un ejército invasor de otros lugares, aparte de si el canibalismo tenía o no razones de creencias religiosas o mágicas u otra razón. No obstante, el rey de los zimba llegó a deambular por toda África varios años. Sea como sea, sin indagar nosotros mismos en esto, sí parece que el autor asume la visión del canibalismo por el canibalismo y de la puesta en marcha de aquel ejército sin razón aparente. En todo caso, siendo una novela, no es algo tan grave, pues al menos asume la mentalidad propia del siglo para los personajes protagonistas. Aún así, sí que se nota una preocupación del autor por conocer las diferentes etnias y culturas que se movieron por la costa oriental africana, pues quedan reflejadas a lo largo de los diversos personajes que van apareciendo en su historia.

La novela es una obra coral, a pesar de que haya un personaje que destaca más que el resto, el cual sería el portugués mestizo de india, Gaspar de Goa. Este personaje comercia entre la costa occidental de India y la oriental de África. Llega a Kilwa para vender unas perlas, allí se enamora de la hija del comerciante, Ameenah, de la cual también está enamorado un guardia del sultán, Jabart Rashid. en torno a estos personajes hay otros, por una parte la tripulación de De Goa, la cual era incrementándose, agrandando así las historias individuales a narrar y las líneas secundarias del argumento principal. Por otra parte hay dos portugueses que conoce Jabart, los cuales cruzan sus historias con todos los demás personajes. Hay un brujo llamado Taya. El propio rey de los zimba, varios familiares de Ameenah, algunos personajes históricos que aparecen en estas páginas, un chino, Whang Thzu, y su hijo, una prostituta reconvertida, varios vagabundos, sultanes... etcétera. Las líneas argumentales son varias, pero la principal es la historia de amor a Ameenah que enfrenta a Jabart y a De Goa y que a veces los hace enemigos mortales y otras veces les hace incómodos aliados circunstanciales. Esa historia se complica cuando Kilwa es destruida por los zimba y Ameenah desaparece, por lo que se dedican a buscarla por África a la vez que les van ocurriendo otras historias al resto de personajes, como el cambio de bando continuo de Taya o la búsqueda de tesoros por parte de uno de los portugueses. 

En cierto modo la novela cumple con un punto de vista más propio del siglo XXI, donde hay una variedad étnica, cultural  y religiosa entre los protagonistas, a la vez que por ejemplo Ameenah es un personaje femenino con rasgos claramente feministas y de clara reivindicación de la igualdad de la mujer para desarrolla las mismas actividades económicas que un hombre. Es en este sentido un poco una novela un tanto blanca, en el sentido de tratar de ser amable y multicultural, abierta a unos valores sociales actuales. Pero intuyo que esto se puede deber a un ideal de crear novelas para llegar al máximo público posible, pues el reparto de las historias a narrar en cada capítulo y el ritmo casi autoconclusivo de cada capítulo dejando abierta siempre una línea central en tensión, con los zimba como el peligro constante, me hace pensar en las técnicas narrativas que algunas escuelas de escritura suelen recomendar y enseñar. 

Sea como sea, el libro tiene partes que recuerdan a Emilio Salgari en sus novelas de Sandokán, especialmente las dedicadas a las aventuras de barcos y espadas siempre persiguiendo encontrar a una mujer amada a la cual se la ama simplemente habiéndola visto una vez físicamente. En otras ocasiones tiene evocaciones de Rider Haggard, con su Las minas del rey Salomón, otras veces parece que se nos narra una historia de zombies, cuando entran en juego las descripciones de las batallas contra los zimba. Cuando los personajes van bailando de reino en reino y les suceden calamidades, cayendo en manos de unos y otros gobernadores, podría recordar a la saga Juego de tronos, a Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin. El autor parece bastante familiarizado con las historias de aventuras en ambientaciones exóticas.

La novela está escrita desde una óptica de lectura rápida y fácil, casi dispuesta en cada capítulo como si se hubiera escrito por entregas en un periódico, tal como se hacía con muchas de estas novelas en el siglo XIX. Se interesa por mantener una línea de tensión constante. Tiene también el punto de enseñar de manera indirecta un poco de la historia del África subsahariana y de introducir algunas de las formas de ver la vida en esta parte del mundo cuando los portugueses y los turcos competían por el control de las rutas comerciales con Asia. 

Lleva tres ediciones, la primera en sí misma, la que se sacó con Amazon y la segunda edición con estos, y eso puede indicar que al público más aficionado a este tipo de novelas históricas y aventuras le ha gustado favorablemente. Tiene algo que invita a leer por saber si los protagonistas solucionarán sus problemas. El final, por otra parte, queda abierto. No sabemos si el autor hará una segunda parte o bien si deja insinuada la posibilidad, aunque esta pueda no darse. El tiempo dirá.

 Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".