Título: Por los caminos.
Autores: José Chacón.
Imprenta: Talleres Penitenciarios, Calle Santo Tomás, nº 1, Alcalá de Henares.
Año de publicación: 1974 (1ª edición; prólogo de Francisco Antón).
Depósito Legal: M. 25315-1974
José Chacón es uno de los escritores reconocidos de Alcalá de Henares en la segunda mitad del siglo XX. Nació en 1910 en Los Hinojosos, en Cuenca. Tuvo allí una vida agrícola y rural muy unida a sus padres, aspecto de su biografía que tendrá su reflejo y su constante referencia en su obra literaria posterior. Mientras esto ocurría, él leía autores clásicos de la Literatura castellana. Eso, en cierto modo, le une biográficamente a otro poeta que se formó a
sí mismo también durante la época de la Segunda República, siendo ambos
agricultores del campo inicialmente, Miguel Hernández (baste esta anotación como apunte, pues no se conocieron entre ellos). Pasada la guerra civil de 1936-1939, con la dictadura del general Franco en marcha, logró un puesto de funcionario del Ministerio de Justicia que le llevó a ejercer como agente judicial en Arganda del Rey (ya en Madrid) y desde 1955 en Alcalá de Henares, donde fijó su residencia y su vida definitiva. En esta ciudad comenzó a reforzar su vida literaria gracias a que pudo encontrar reflejo de sus inquietudes artísticas en las inquietudes de otras personas de la ciudad que también destacaron, como Luis de Blas, el historiador García Gutíerrez, Julio Ganzo, José García Saldaña y otros muchos. Escribió poesía y prosa en la prensa local como Puerta de Madrid, Alcalá 2000, Alcalá Semanal, Nuevo Alcalá y Plaza de Cervantes, luego dio el salto a publicar también en prensa provincial y regional como Diario de Cuenca, La voz de Talavera y Flores y Abejas, e incluso a la prensa nacional, en el ABC. Personalmente participó de la creación de la revista literaria complutense Llanura. Además, uno de sus hijos, Carlos, participó de las inquietudes artísticas haciéndose pintor, ceramista y escultor, especialmente en el periodo de las décadas 1970 y 1980, con la Transición y la monarquía parlamentaria actual; por lo que la familia Chacón aportó a Alcalá una gran actividad creativa desde varios ámbitos. ´
En vida José Chacón publicó un libro de poesía, Por los caminos (1974) y apareció en una antología, Antología homenaje, publicada en 1985 por la Fundación Colegio del Rey. Chacón ya había ganado por entonces cierto reconocimiento local y más allá, pues recibió diversos premios poéticos desde 1974 en adelante, tanto a nivel local como de otros ámbitos estatales, como Cuenca, León, Villarta, etcétera. Fue nombrado hijo predilecto en Los Hinojosos. Moriría en la primavera de 1988. A partir de esa fecha se han publicado otros tres libros que contienen obras suyas, Alrededor de mí mismo, de mi pueblo, de La Mancha (2005), A deshora (2010) y el más reciente: Espigueo (2014). En Alcalá tiene un certamen de concurso de poesía con su nombre desde 1990, una calle con su nombre, un monolito y la biblioteca pública Eulalio Ferrer, del distrito V, cambió su nombre desde 2017 para llamarse Biblioteca Pública José Chacón. Incluso tiene desde 2018 un paso de cebra en Madrid capital que se inicia con una frase poética suya pintada en el suelo, en la calle General Álvarez de Castro, nº 9; dice la frase: "Con el alma en la mirada y la pregunta en la frente".
Su primer libro, Por los caminos, fue publicado en 1974, como ya se ha mencionado. Era una publicación en rústica realizada en los Talleres Penitenciarios, con lo cual, teniendo en cuenta que la profesión de José Chacón era agente judicial, puede que aprovechara su talento poético con su sensibilidad hacia la rehabilitación de presos. La portada estaba en tonos blancos y marrones, mostrando una composición artística propia de aquella época. Mostraba una especie de sombra humana caminando y dejando sus huellas en negro por un camino en blanco flanqueado por un campo marrón. El título era metafórico, pues se refiere a los caminos de la vida, que a menudo coincide con iniciar caminos físicos, pero era pura metáfora y doble sentido según se deduce del conjunto de poemas que contiene. A esta idea responde esa portada, que por otra parte era obra de su hijo Carlos Chacón. El libro, de hecho, contiene en su interior diversas ilustraciones de Carlos Chacón así como de otros dos artistas de Alcalá en la época, Revilla y Decastro. En esas ilustraciones podemos ver diferentes imágenes de Alcalá en los años 1960 y 1970, interpretadas por los ojos de estos artistas plásticos. Para completar el elenco de colaboraciones de lo que se intuye debió ser una obra trabajada con mucho cariño y amistad, había un prólogo de otro creador complutense, Francisco Antón, escrito en otoño, según se anotó, por lo que el libro saldría a la luz entre el otoño y el invierno de 1974. Se iniciaba el libro con una fotografía del autor sentado leyendo lo que
parece ser un periódico o revista, con una mano apoyada en una
cerámica, quizá de su hijo Carlos.
Por ser su primer libro, José Chacón recopila una selección de los poemas que había escrito hasta ese momento, lo que es indudablemente una actitud clásica en los primeros poemarios de muchos poetas. La selección, eso sí, responde a una lógica de camino interior realizado. Pudiéramos pensar así que tiene un cierto enlace con los libros de Góngora y de Antonio Machado dedicados a las galerías interiores del alma. No le falta al conjunto de poemas un viaje interior del poeta, que se explora a sí mismo, aunque su sentido está más abierto al mundo externo que el de los dos poetas anteriormente citados. Más que referirse a las soledades interiores, Chacón ahonda en las melancolías de sentirse sólo en el mundo cuando el camino propio ya no cuenta con la presencia de los padres y el propio pasado infantil junto a ellos se ha quedado muy atrás. El avance del tiempo y de la vida llevan a una conclusión: la muerte, pero Chacón encuentra en los lazos familiares de ascendencia y de descendencia una tabla de salvación a modo de respuesta al sentido de la existencia.
El pasado se transforma en un paraíso perdido en el que una vez se estuvo.
"A cada tarde que muere
le doy un pedazo de alma,
un adiós de niño triste
un suspiro y una lágrima.
(...)".
La infancia y los padres, especialmente su padre y su muerte, marcan el poemario. Se trata de poemas principalmente en arte menor, muchos con estructura de romance castellano clásico y de cuartetas de ocho sílabas. Anecdóticamente aparece algún soneto, no abundan. Se nota a lo largo de todos los poemas su formación y gusto por la poesía clásica castellana. La forma del romance castellano es claramente reflejo de un gusto por poesía del siglo XVI y XVII, ahora bien, al margen de las estructuras, encontramos en las temáticas y forma de presentarlas muchas formas que nos recuerdan a los poetas del comienzo del siglo XX, especialmente Antonio Machado. Miguel Hernández está presente en su primera etapa, que coincide con la de Chacón en cuanto al poeta campesino, idea que, por otra parte, refuerza la poesía silvopastoril que estuvo de moda en el siglo XVI. Pero Chacón no vuelve al siglo XVI ni al XVII, es claramente un poeta del siglo XX. Su guía son esos poetas de la primera mitad del siglo XX, por ello mismo llega incluso a dedicar un poema a Juan Ramón Jiménez y en algunas composiciones, no muchas, se trasluce un cierto sentido de copla al estilo de Federico García Lorca y de su Romancero gitano.
José Chacón, sin embargo, huye del surrealismo. No usa del surrealismo. Su poesía se ciñe a una poesía llana con constantes referencias al mundo rural y natural de Castilla, como en la primera época de Miguel Hernández. Es un naturalista que describe el mundo sencillo y lo mete dentro de la reflexión existencialista de quien se sabe vivo y sabe del destino de la vida. No llega al simbolismo extremo de Juan Ramón Jiménez y de Machado, aunque está claro que los conoce bien. Es, repito, naturalista, y en torno a unas formas naturalistas crea sus simbolismos.
desnuda, que se despierta
por el canto de una alondra
o el pisar de alguna estrella;
(...)".
Sólo hacia el final del libro aparecen un par de poemas de verso largo cuya temática podría acercarse a algunas de las temáticas que se comenzaban a tratar en la poesía española de los años 1970, aunque es indudable que Chacón escribe en clave de la primera mitad del siglo XX y no tanto en clave de las nuevas corrientes literarias, por aquel tiempo altamente experimentales. No está en la vanguardia de su propio tiempo, lo que no desluce en absoluto la calidad de sus poemas, tan ampliamente reconocidos más allá del ámbito local.
Es un libro totalmente lleno de referencias autobiográficas. Deja constancia de la emocionalidad interior del escritor ante cada acontecimiento relevante de su vida. En ese sentido, otra temática que abunda aparte de la infancia y la pérdida de los padres es la temática del amor y los poemas dedicados a mujeres que son parte de su vida, cobra relevancia una de ellas llamada María del Carmen, que aparece hasta en dos poemas. Por otro lado, aunque aparecen poemas con referencias a su pasado en Los Hinojosos e incluso en Arganda del Rey, hay poemas con referencias a una posible Alcalá de Henares de su época, lo que, más allá de la poesía, nos puede poner sobre la pista social del pasado reciente de la ciudad. Sin embargo, no es este libro un libro de poesías dedicadas a municipios, como se ha dicho varias veces, su sentido es más naturalista y existencial, reforzando los lazos familiares como sentido explicativo positivo de la vida.
Por otro lado, se deja conocer del autor un sentido de creencia religiosa en Dios, aunque no es un libro religioso. Se trata de una creencia básica y popular, donde hay conversación entre la persona y Dios en cuanto a sus dudas o las imploraciones para obtener respuestas. En varios poemas se lee el vocativo invocando al "Señor" cuando surgen preguntas incontestables. Pero igualmente se trasluce relativas ideas progresistas hacia una sociedad que en aquellos años avanzaba hacia la democracia. Tampoco es un libro político, pero desde una perspectiva social se intuye una visión sobre la mujer que no cae en la concepción machista altamente extendida en aquel momento, si bien es cierto, insisto en ello, que contiene valores conservadores como el de la familia, aunque esta aparece como sentido a la existencia más que como órgano celular de orden social. Se trasluce también, por ejemplo, una relativa idea de la libertad, de su necesidad. El libro no es político, insisto también, pero sí hay poemas que filtran una relativa idea de la necesidad de la libertad, aunque se plantee dentro de temáticas amorosas.
"¿Por qué me ladran los perros
desde las altas montañas
si yo voy por mi camino?
¡Dios mío! ¿Por qué me ladran?
Caen profundos sus ladridos
como recias campanadas
de las torres de los montes,
torres de enebro y carrasca.
¡Como ladran! ¡Con qué fuerza,
al llegar la madrugada,
cuando voy por mi camino!
¡Dios mío, cómo me ladran!
¿Por qué ladran, si los lobos
están en la Mancha Baja?
Ellos no pueden saber
lo que no sabe ni el alba.
Echan lumbre los pastores
en las negras cumbres altas;
(...)".
José Chacón es un poeta que usa numerosos recursos del folclore más popular. Es fácil reconocer en varios de sus poemas en este libro rimas que podrían perfectamente ser cantadas con expresión popular en algunos festejos. Sea como sea, es uno de los poetas complutenses de la segunda mitad del siglo XX más reconocidos.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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