Título: Tempestad en la bahía.
Autor: José Morilla Critz (poemas); Modesto Quijada. (ilustraciones en tintas chinas).
Editor: Autoedición.
Impresor: Imprenta Manuel Ballesteros Industrias Gráfica.
Año de publicación: 2008 (1ª edición).
José Morilla Critz (1947, Fuente Vaqueros -Granada-) Es uno de los autores de Alcalá de Henares al residir en la ciudad y trabajar en su Universidad desde 1979. Él es licenciado en Ciencias Económicas desde 1972 y doctorado desde 1975 por la Universidad de Málaga. Fue en esa misma universidad que comenzó a dar clases como profesor colaborador entre 1972 y 1974 y luego como profesor ayudante de 1975 a 1977, antes de ser profesor adjunto interino en la Universidad Complutense de Madrid y posteriormente desde el citado año 1979 ejercer de lo mismo en la Universidad de Alcalá de Henares, hasta que elevó su posición a la de profesor adjunto numerario titular hasta 1989 y a partir de ahí ser catedrático. Ha ocupado cargos en el vicedecanato de la Facultad de Ciencias Económica y Empresariales a partir de 1983 y también cargos en el vicerrectorado de extensión universitaria. Llegó a ser decano de la Facultad de Económicas de 2007 a 2010. Actualmente es profesor emérito. Entre su haber tiene el haber sido el creador de la Biblioteca de Estudios Norteamericanos de la Universidad alcalaína, estancias laborales en Estados Unidos de América, participar de la Comisión de la Asamblea de Madrid para poner en funcionamiento la Universidad Carlos III, ser miembro de varios consejos editores de revistas económicas y publicar diversos artículos de su campo de conocimientos en varias revistas especializadas, capítulos en obras de varios autores sobre Economía, y estar en congresos y libros de actas con intervenciones suyas.
Su bibliografía como autor es evidentemente muy abundante dentro de la economía: Introducción al estudio de las fluctuaciones de precios en Málaga. 1787-1829 (1978), Gran capital y estancamiento económico en Andalucía (1978), La crisis económica de 1929 (1983), California y el Mediterráneo. Estudios de la historia de dos agriculturas competidoras (1995, editor), Impactos exteriores sobre la agricultura mediterránea (1997, junto a otros dos profesores de la Universidad), Facultad de ciencias económicas y empresariales de la Universidad de Alcalá: los primeros 25 años (1975-2000) (2001, director de la obra), El Corredor del Henares. Una realidad con futuro (2002), Estudio de los precios agrarios y de la formación del mercado regional en Andalucía en la segunda mitad del siglo XIX (2005, director y autor junto a otros) y Las claves del desarrollo económico y social. Homenaje a Gabriel Tortella (2010). Sin embargo, lo que nos hace que hoy le anotemos los cíclopes libreros, es una rareza en medio de su obra, un poemario, pues José Morilla Critz también tiene una vertiente poética, aunque sólo tiene un libro de poemas, Tempestad en la Bahía, que publicó autoeditado y en colaboración de Modesto Quijada, que lo ilustró con tintas chinas en fuerte contraste de blanco y negro y trazos gruesos y potentes que recuerdan un camino entre las formas orientales y la obra del pintor Antonio Saura. El libro se llama Tempestad en la bahía, fue publicado en 2008 con una nota introductoria del propio autor.
José Morilla Critz confesaba escribir poesía desde la juventud. A fecha de 2005 decía llevar unos cuarenta años aproximados escribiendo versos, lo que nos ubica a mediados de la década de 1960. Sin embargo, la mayor parte de esos poemas sólo los ha compartido con familiares, amigos y alguna novia del pasado, siendo así que buena parte de su obra inicial se encuentra diseminada y probablemente difícil de reunir. Parece que en principio su afición a expresarse en poemas pasa en buena parte por eso mismo: por afición. Hace por tanto que su estilo y su obra sea fuertemente intimista, pues es una obra escrita principalmente para sí mismo o bien para personas muy cercanas a él. La decisión de publicar un libro de poesías le vino después de que Domingo Peromingo le animara a participar desde 2001 de una tertulia literaria llamada Barataria, en funcionamiento desde 1999, y llamada como la revista literaria que así se publicaba en Alcalá. Tal tertulia después pasó a llamarse Cervantalia, como la compañía de teatro para promoción turística de Alcalá que el propio Peromingo fundó y dirige hasta la fecha actual de 2020. En esas tertulias él encontró cierto refugio en momentos duros de su vida, según él confiesa en la introducción. Peromingo y otros miembros de Cervantalia le animaron a publicar en libro algunos de sus poemas. Así recopiló parte de estos, escritos entre 1988 y 1992. El libro, como hemos dicho, vio la luz en 2008, pero se nota el largo proceso que atravesó ya, para dar una pista, la nota introductoria tiene fecha de 2005.
Tempestad en la bahía tiene cinco musas, dice Morilla, que son cuatro mujeres y la razón. Realmente se podría hablar de una sexta, la bahía de San Francisco, que da pie al título del poemario. En una de sus estancias en Estados Unidos, José Morilla vivió en la ciudad de San Francisco. Parece ser que ha regresado a esta ciudad varias veces. Sentarse en la bahía para ver el mar es algo que se ligó a la vida y emociones del autor. Es este lugar el que le inspira varios de los poemas de este poemario. Así pues, este lugar geográfico cobra vida de algo más que una geografía. Sin embargo, dice que hay otros dos lugares vitales para esta obra, la propia Alcalá de Henares y la ciudad de Washington. En cuanto a las mujeres sólo nombra a dos de ellas, a su hija Irene y a Estrella Casero, de la que se intuye por el texto que pudo ser su pareja, la cual murió de manera prematura, suceso qeu tal vez sea parte de aquellos momentos duros que el autor confiesa que son los que atravesaba en 2001 cuando comienza a participar de las tertulias de Domingo Peromingo.
El poemario respira de cierto aire melancólico. Son versos sencillos, por lo general cortos, aumentando el sentido de pensamiento íntimo sobre algo quie tiene profundas implicaciones emocionales para quien escribe, el cual hace un ejercicio de confesión sentimental y anímica. Ciertamente una buena parte de los poemas están dedicados a la ciudad de San Francisco, o bien tienen por referente ese lugar. A ella se refiere en múltiples ocasiones, cobrando esta unos valores que acercan a ideas del amor, la pérdida, la evolución de la vida, o el disfrute de la misma. Pero también aparecen versos con un cierto carácter de raciocinio filosófico. Otro motivo que se repite en varios poemas es el uso de la palabra poesía para indicar que esta le da vida o esperanza o sentido a las cosas, siendo así que lo que llama poesía puede ser desde la poesía misma a metáfora de otras cosas o personas o emociones.
Sirva de ejemplo el siguiente poema para dar una idea de la poesía de Morilla Critz.
Te quiero.
Será un mar desconocido
en el que voy a navegar.
Pegado a la orilla
miro,
por entre las ligeras brumas
que barren la superficie infinita,
la limpia y cálida superficie
de tus ojos.
Tú eres el mar en calma,
con las miles y oscilantes
pequeñas ondas que
el viento de mi voz
ha dibujado sobre él.
Te quiero,
y estoy pegado a la orilla aún,
esperando zarpar
entre la bruma
que nunca podrá disiparse,
porque está fría.
pegada a mi alma.
Pero tú estás en el horizonte de sol.
Probablemente estos poemas fueron escritos en una conversación íntima del autor consigo mismo, respondiendo a una necesidad de expresarse poéticamente lo que con sensibilidad capta y traduce y vuelca sus sentimientos en ello. Pero sin duda, por lo que explica en la introducción y por su trayectoria de publicaciones y profesional, lo que revelan es un paso abiertamente valiente para compartir su mundo interior con quien esté interesado. Es un reflejo de inquietud personal del autor y probablemente de evolución necesaria para sí mismo.
Su bibliografía como autor es evidentemente muy abundante dentro de la economía: Introducción al estudio de las fluctuaciones de precios en Málaga. 1787-1829 (1978), Gran capital y estancamiento económico en Andalucía (1978), La crisis económica de 1929 (1983), California y el Mediterráneo. Estudios de la historia de dos agriculturas competidoras (1995, editor), Impactos exteriores sobre la agricultura mediterránea (1997, junto a otros dos profesores de la Universidad), Facultad de ciencias económicas y empresariales de la Universidad de Alcalá: los primeros 25 años (1975-2000) (2001, director de la obra), El Corredor del Henares. Una realidad con futuro (2002), Estudio de los precios agrarios y de la formación del mercado regional en Andalucía en la segunda mitad del siglo XIX (2005, director y autor junto a otros) y Las claves del desarrollo económico y social. Homenaje a Gabriel Tortella (2010). Sin embargo, lo que nos hace que hoy le anotemos los cíclopes libreros, es una rareza en medio de su obra, un poemario, pues José Morilla Critz también tiene una vertiente poética, aunque sólo tiene un libro de poemas, Tempestad en la Bahía, que publicó autoeditado y en colaboración de Modesto Quijada, que lo ilustró con tintas chinas en fuerte contraste de blanco y negro y trazos gruesos y potentes que recuerdan un camino entre las formas orientales y la obra del pintor Antonio Saura. El libro se llama Tempestad en la bahía, fue publicado en 2008 con una nota introductoria del propio autor.
José Morilla Critz confesaba escribir poesía desde la juventud. A fecha de 2005 decía llevar unos cuarenta años aproximados escribiendo versos, lo que nos ubica a mediados de la década de 1960. Sin embargo, la mayor parte de esos poemas sólo los ha compartido con familiares, amigos y alguna novia del pasado, siendo así que buena parte de su obra inicial se encuentra diseminada y probablemente difícil de reunir. Parece que en principio su afición a expresarse en poemas pasa en buena parte por eso mismo: por afición. Hace por tanto que su estilo y su obra sea fuertemente intimista, pues es una obra escrita principalmente para sí mismo o bien para personas muy cercanas a él. La decisión de publicar un libro de poesías le vino después de que Domingo Peromingo le animara a participar desde 2001 de una tertulia literaria llamada Barataria, en funcionamiento desde 1999, y llamada como la revista literaria que así se publicaba en Alcalá. Tal tertulia después pasó a llamarse Cervantalia, como la compañía de teatro para promoción turística de Alcalá que el propio Peromingo fundó y dirige hasta la fecha actual de 2020. En esas tertulias él encontró cierto refugio en momentos duros de su vida, según él confiesa en la introducción. Peromingo y otros miembros de Cervantalia le animaron a publicar en libro algunos de sus poemas. Así recopiló parte de estos, escritos entre 1988 y 1992. El libro, como hemos dicho, vio la luz en 2008, pero se nota el largo proceso que atravesó ya, para dar una pista, la nota introductoria tiene fecha de 2005.
Tempestad en la bahía tiene cinco musas, dice Morilla, que son cuatro mujeres y la razón. Realmente se podría hablar de una sexta, la bahía de San Francisco, que da pie al título del poemario. En una de sus estancias en Estados Unidos, José Morilla vivió en la ciudad de San Francisco. Parece ser que ha regresado a esta ciudad varias veces. Sentarse en la bahía para ver el mar es algo que se ligó a la vida y emociones del autor. Es este lugar el que le inspira varios de los poemas de este poemario. Así pues, este lugar geográfico cobra vida de algo más que una geografía. Sin embargo, dice que hay otros dos lugares vitales para esta obra, la propia Alcalá de Henares y la ciudad de Washington. En cuanto a las mujeres sólo nombra a dos de ellas, a su hija Irene y a Estrella Casero, de la que se intuye por el texto que pudo ser su pareja, la cual murió de manera prematura, suceso qeu tal vez sea parte de aquellos momentos duros que el autor confiesa que son los que atravesaba en 2001 cuando comienza a participar de las tertulias de Domingo Peromingo.
El poemario respira de cierto aire melancólico. Son versos sencillos, por lo general cortos, aumentando el sentido de pensamiento íntimo sobre algo quie tiene profundas implicaciones emocionales para quien escribe, el cual hace un ejercicio de confesión sentimental y anímica. Ciertamente una buena parte de los poemas están dedicados a la ciudad de San Francisco, o bien tienen por referente ese lugar. A ella se refiere en múltiples ocasiones, cobrando esta unos valores que acercan a ideas del amor, la pérdida, la evolución de la vida, o el disfrute de la misma. Pero también aparecen versos con un cierto carácter de raciocinio filosófico. Otro motivo que se repite en varios poemas es el uso de la palabra poesía para indicar que esta le da vida o esperanza o sentido a las cosas, siendo así que lo que llama poesía puede ser desde la poesía misma a metáfora de otras cosas o personas o emociones.
Sirva de ejemplo el siguiente poema para dar una idea de la poesía de Morilla Critz.
Te quiero.
Será un mar desconocido
en el que voy a navegar.
Pegado a la orilla
miro,
por entre las ligeras brumas
que barren la superficie infinita,
la limpia y cálida superficie
de tus ojos.
Tú eres el mar en calma,
con las miles y oscilantes
pequeñas ondas que
el viento de mi voz
ha dibujado sobre él.
Te quiero,
y estoy pegado a la orilla aún,
esperando zarpar
entre la bruma
que nunca podrá disiparse,
porque está fría.
pegada a mi alma.
Pero tú estás en el horizonte de sol.
Probablemente estos poemas fueron escritos en una conversación íntima del autor consigo mismo, respondiendo a una necesidad de expresarse poéticamente lo que con sensibilidad capta y traduce y vuelca sus sentimientos en ello. Pero sin duda, por lo que explica en la introducción y por su trayectoria de publicaciones y profesional, lo que revelan es un paso abiertamente valiente para compartir su mundo interior con quien esté interesado. Es un reflejo de inquietud personal del autor y probablemente de evolución necesaria para sí mismo.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".