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sábado, 28 de noviembre de 2020

Monasterio de Santa Catalina (1598-1998). Colegio de Santo Tomás. Convento de la Madre de Dios. Alcalá de Henares

Título: Monasterio de Santa Catalina (1598-1998). Colegio de Santo Tomás. Convento de la Madre de Dios. Alcalá de Henares.
Autora: María del Mar Castro Malo.
Editorial: Editorial San Esteban.
Año de publicación: 1997 (1ª edición).
Año de revisión, ampliación y reedición: 2018 (2ª edición revisada y ampliada).
Género: Historia; Arte; Arquitectura; Religión; Órdenes religiosas.
ISBN: 978-84-82600321

Hoy vamos a tratar sobre una autora alcalaína, porque reside en Alcalá desde hace muchos años, poco usual, una monja que dedica parte de su tiempo conventual a investigar sobre diversos asuntos religiosos, algunos directamente relacionados con su orden religiosa, otros con Alcalá de Henares o los edificios que albergan órdenes de su devoción. Tratamos de sor María del Mar Castro Malo, que añade a su firma normalmente las siglas O.P., nacida en 1961. Se estrenó en 1997 publicando su primer libro a los 36 años de edad dedicando su temática a Alcalá de Henares. Es el libro del que vamos a tratar para presentarla en estas Notas de los cíclopes libreros, hablamos del libro Monasterio de Santa Catalina (1598-1998). Colegio de Santo Tomás. Convento de la Madre de Dios. Alcalá de Henares. El título peca un poco de historiadora aficionada o principiante tratando de acotar al máximo la temática, casi de manera telegráfica, pero este libro abriría toda una puerta a esta monja con dedicación intelectual. Lo publicó con Editorial San Esteban, adscrita a su propio convento alcalaíno, tal vez producto de ella misma. En 2010 reapareció con dos obras, El Monasterio de la Inmaculada en Loeches, con la misma editorial, dedicado este a narrar la historia de dicho monasterio desde su fundación por el Conde Duque de Olivares en 1640 y hasta algo más allá de 1909, en manos aún de un Conde de Alba, y En torno a la venerable sor María de la Paz (1601-1673), autopublicado. Al año siguiente, 2011, publicó el monográfico Para que hayan memoria de mí y en 2012 publicó otro monográfico, Ofrenda a Santa Rosa de Lima, ambos también autopublicados. Ya no volvería a publicar hasta 2014, cuando sacó Obsequio a Nuestra Señora de la Hoz, esta vez con la editorial AACHE Ediciones de Guadalajara S.L., el cual quizá sea uno de los más fáciles de encontrar ahora mismo para su compra. Ahí no termina su labor de escritora e investigadora hasta el momento, en 2018 sacó una segunda edición revisada y ampliada de su primer libro, otra vez con la Editorial San Esteban, la cual insisto, aunque esté ligada a su convento probablemente sea obra de ella misma, aunque hay que recordar que los beneficios no son usados para lucro personal hasta donde yo sé. En todo caso, en 2018 tomó nota de que el título debía ser reformado y el libro ahora se llama Monasterio de Santa Catalina. Colegio de Santo Tomás. Convento de la Madre de Dios (Alcalá de Henares), quedando por sobreentendido que el libro trata sobre la historia de estos lugares alcalaínos y las personas que giraron en torno a ellos desde su creación en el Barroco, en el siglo XVII, habida cuenta de que su cronología ya no acaba en 1998.

El libro trata de una historia general tanto de los edificios nombrados como de las comunidades de la orden de monjas dominicas desde su llegada a Alcalá de Henares hasta la actualidad, que en el caso de la primera edición abarcaba hasta 1998 y en el caso de la segunda edición aporta veinte años más, hasta 2018. Los frailes dominicos y su devoción a Santo Domingo, en su versión masculina, habían llegado a la cudad de Alcalá de Henares previamente durante las décadas de mayor actividad de crecimiento de al ciudad con la Universidad de Alcalá de Henares. Ellos estaban instalados en el Colegio de Santo Tomás desde 1529 y también en el Convento de la Madre de Dios desde 1566. La orden femenina de los dominicos, las dominicas, no llegarían a la ciudad hasta 1598, instalándose en el Monasterio de Santa Catalina de Siena. Esta orden, en sus dos vertientes, masculina y femenina, aportan a Alcalá de este modo un crecimiento arquitectónico, artístico, estudios a la Universidad, aumento de población y su visión dominica del de vivir el catolicismo desde el Renacimiento, en el siglo XVI, aunque la parte femenina lo haga desde el siglo XVII con el Barroco.

El Monasterio de Santa Catalina de Siena que se construyó para traer a estas monjas dominicas fue iniciativa de fundarlo de una mujer de la alta nobleza, precisamente de una de las familia más poderosas e influyentes de la época, familia que a la vez tenía posesiones y casas en Alcalá de Henares, los Mendoza, en concreto fue obra fundacional de Juana de Mendoza y Zuñiga. Aunque la construcción comenzó en la década de 1590 y se dio por acabada en 1598, año en el que llegan las primeras dominicas, en 1640 se trasladaron a un antiguo palacio renacentista del siglo anterior que también perteneció a los Mendoza, pues pertenecía a Carlos de Mendoza. Edificio en el que permanecieron en los siglos siguientes hasta el actual siglo XXI, donde aún permanecen.

El libro también trata, como se ha dicho, del Colegio de Santo Tomás, fundado en 1529 como un colegio menor de la Universidad de Alcalá de Henares. Con la decadencia de la Universidad a partir de la segunda mitad del siglo XVII, especialmente en el siglo XVIII, este colegio quedó muy mermado y vacío en muchos de sus espacios. Con el siglo XIX el colegio queda prácticamente inutilizado por los acontecimientos diversos de la Historia de España en esas primeras décadas y al desamortizarse la Universidad en 1836 quedó abandonado. Cuando se creó la Sociedad de Condueños en 1851 para la recuperación de edificios de la Universidad, este colegio pasó a ser alquilado al Ministerio de la Guerra para uso del ejército, como así ocurrió, ejerciendo ahora de cuartel, mientras que algo más tarde pasó a ser la cárcel masculina de Alcalá de Henares, siendo la femenina la que tenía a la espalda y que en ese siglo XIX será una de las primeras cárceles galeras. Durante la dictadura de Franco en el siglo XX pasó a ser cárcel política y después acusó ruina y derrumbe siendo un solar usado en múltiples obras de cine y televisión hasta que en 2009 se reconstruyó como edificio nuevo del Parador de Alcalá de Henares, que a la vez llevaba funcionando desde 1929 en el Colegio Menor de San Jerónimo o Trilingüe hasta aquel 2009. Así pues hoy día es un Parador Nacional para el turismo y quien quiera alojarse en él. 

En cuanto al Convento de la Madre de Dios, uno de los edificios más grandes del centro de la ciudad, pero también uno de los más olvidados en las rutas turísticas, fue construido entre 1675 y 1737. Actuó en el edificio algunos procesos de la Inquisición. En 1698 pasó a ser de convento a colegio al comenzar a formar parte de la Universidad de Alcalá. Pero una vez más, con la reforma judicial de la década de 1830 y la desamortización, el edificio pasó a usarse como cárcel del partido judicial (entidad heredera de lo que anteriormente era el corregimiento) y como sede de los juzgados desde 1836. A lo largo de la dictadura el edificio dejaría de ir usándose en favor de otras instalaciones, quedando en desuso hacia las últimas décadas de la segunda mitad del siglo XX. En 1985 se acordó políticamente crear un museo allí por parte de la Comunidad de Madrid. Las obras se iniciaron en 1987 pero no será hasta 1997 que se cree el decreto por el cual se crea la institución que se debía asentar allí, el Museo Arqueológico Regional. En 1999, al fin, se inauguró tal museo con exposiciones temporales, la exposición permanente llegaría en 2003 y el patio de cristales que es el claustro con diversos usos no llegaría hasta 2007. Actualmente se está ampliando con el derrumbe de la antigua comisaría de policía y la construcción de un nuevo edificio que ampliará el museo por su parte de atrás, dando a la calle del Cid Campeador.

Sor María del Mar Castro repasa en parte la historia de estos edificios, especialmente en sus épocas religiosas, centrándose tanto en su arquitectura y Arte, como, sobre todo, en las vicisitudes y sucesos destacados de las órdenes predicadoras de dominicos que albergaron todos ellos. No obstante, en la ciudad queda la parte de la orden femenina, por lo que a ellas y a su edificio les dedica especial atención.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

1 comentario:

  1. Me dice un lector por una red social el siguiente comentario que aporta aclaraciones a algunas de las dudas que yo tenía en esta reseña:
    "Anda, no sabía que habían reeditado este libro. Lo usé para uno de mis trabajos de doctorado (sobre la restauración del Museo Arqueológico) que acabaría publicando la I.EE.CC. en un catálogo de ciclo de conferencias. Por cierto, el OP con el que firma hace referencia a la Orden de Predicadores (los Dominicos). Y la Editorial San Esteban es una editorial de la Orden, que recibe el nombre de su sede principal (el espectacular Convento de San Esteban de Salamanca)."

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