Título: Más allá de las ruinas.
Autora: Teresa Galeote.
Editorial: M.A.R. Editor.
Año de publicación: 2013 (1ª edición).
Colección: Narrativa.
Nº de volumen en la colección: 14.
Género: Novela histórica.
ISBN: 978-84-941489-5-8
Una prolífica y conocida autora de Alcalá de Henares que aún no habíamos comentado en estas notas es Teresa Galeote Dalama. Nació en Madrid, pero vive en Alcalá de Henares desde 1982, siendo que además tiene una vida pública alcalaína muy activa. Tiene la Licenciatura en Filosofía y Letras. Fue consejera de la
Fundación Colegio del Rey, de carácter cultural en Alcalá. También fue consejera en el Consejo Escolar Municipal de Alcalá de Henares. Y fue concejala alcalaína por Izquierda Unida (IU) en el mandato de 1991-1995 en el que gobernó El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en coalición con IU, con Florencio Campos (PSOE) de alcalde, y Joaquín Arias (IU) de vicealcalde. Es además una de las personas que acumula un gran cúmulo de artículos de prensa en la prensa local desde hace muchos años. Se la puede rastrear en
Puerta de Madrid,
Alcalá Hoy o
Diario de Alcalá, entre otras. Está muy especialmente volcada y dedicada al feminismo, pero también a la concienciación social sobre los problemas sociales y políticos del presente y del pasado, tratando de explicarlos tanto desde el ensayo periodístico, como acercándolos a los lectores en novelas y relatos de ficción. Lo que la aproxima en cierto modo a la propuesta que mezcla literatura y pedagogía en
Emilio Sola y que queda uy patente en su obra
La novela secreta (1996). Aplica todo su conocimiento filosófico a su propia reflexión y explicación del mundo desde una construcción patriarcal de la Historia y la Cultura, con el objetivo de, conociendo el punto de partida de nuestra sociedad, poder avanzar hacia la igualdad entre mujeres y hombres.
Sea como sea, tras su paso por el ayuntamiento alcalaíno se dedicó de pleno a la escritura. Es a partir de 1996 que comienzan sus publicaciones en libros, aparte de sus artículos en prensa. Es en 1996 que aparece su nombre en una primera publicación de relatos de un taller de escritura, junto a otros relatos de Minke Wang y Twiggy Hirota, La crueldad, pero el primer libro netamente suyo se publicó en 1998, una colección de relatos llamada Los sueños. En todo caso ella tiene mayoritariamente una producción de novela. En 2008 fue ganadora del Premio Carta Puebla por Los días largos, una novela de 2007 que era su sexta publicación en libro, con lo que había tardado en llegar ese reconocimiento. En 2013 fue ganadora del II Premio Alexandre Dumas de novela histórica por Más allá de las ruinas, que es la novela con la que la presentamos hoy en estas notas. En 2016 fue finalista en el VII Premio Ciudad Ducal de Loeches por la novela El eco de las palabras. Recibió un accésit del VI Premio Rara Avis por su ensayo Los hombres que no amaban a las mujeres, de 2022, que presentó en la asociación Arkana Creativa del barrio Venecia de Alcalá de Henares, ensayo en el que desarrolla toda su teoría de la evolución y fundamento de la sociedad desigual del patriarcado a lo largo de la Historia. Recientemente quedó finalista del X Premio Wilkie Collins de Novela Negra en 2022 por Asesinato en el Hostal Oriental. Este año 2024, estrenó en la sala de teatro Margarita Xirgú, del sindicato Comisiones Obreras de Alcalá de Henares, un conjunto de monológos en voces femeninas llamado El grito de las fronteras, donde ahonda en los problemas de los emigrantes y los exiliados, especialmente en estos días de aquellos que cruzan en patera el mar para llegar a Europa. No era la primera vez que se acercaba al teatro, pues en 2013 escribió El vuelo de Osiris.
Más allá de las ruinas, publicado en 2013 y ganador del II Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica, como se ha dicho, fue editado por M.A.R Editor, editorial donde Galeote se ha sentido cómoda como para publicar la mayoría de sus libros e incluso reeditar algunos de los primeros libros. No le ha ido mal, varios, como este, tienen allí segundas ediciones. Además, el propio estilo visual de las cubiertas de esta editorial le dotan a los libros de Galeote un aspecto uniforme el como si de su propia colección se tratara entre el encuadrado en negro y naranja, con una tipografía de letra que quiere imitar la escritura con pluma estilográfica. En el presente el presente libro la cubierta contenía una fotografía en sepia de una extensa familia de varias generaciones de mujeres en el patio o el frente de una casa de pueblo donde acumulan leña y que pertenecería a la década de 1940. Habríamos de pensar que se trata de la posguerra española, ya que la novela se ambienta entre 1944 y 1945, aunque hay unas notas referentes a 1947 y saltos temporales que pisan de 1934 a 1936 y algunos momentos de la guerra civil. Sin embargo, los créditos del libro nos indican que esa fotografía pertenece al Musee Memorial de la Bataille de Normandie (Museo Memorial de la Batalla de Normandía), que se encuentra en Bayeux, en el noroeste de Francia. Sin embargo se entiende la extensión que la editorial ha querido darle a esa imagen de la pobreza provocada por las guerras europeas que se produjo en la década de 1940. Por lo demás, es una edición bastante formal, en tapa blanda solapada, que pertenece a la colección Narrativa, como volumen número 14. En todo caso, en lo técnico quepa señalar que a partir de la segunda mitad de la novela se cuelan varios gazapos en todos los capítulos que en posteriores ediciones podrían ser corregidos.
La novela se ambienta en un pueblo ficticio de Gerona llamado Mor. Personalmente llegué a creer en un principio que existía cuando comencé a leer el libro y me dediqué a buscarlo. Encontré que existe una aldea llamada Mor, pero no en Cataluña, sino en Galicia, por lo que forzosamente el pueblo de esta novela es ficticio y me hace pensar en la palabra en latín "mor", que traducido al castellano es "muerte" y que se aproxima a la otra palabra del latín "mos", que es "costumbre". En todo caso el latín también derivó en el catalán a una palabra idénticamente "mor", que significa del catalán al castellano "muere". El nombre de Mor del pueblo es todo premonitorio, ya sea en latín o en catalán, ya que esta novela histórica tendrá un trasfondo de novela negra donde la muerte y el acto de morir será el motor narrativo.
Es una narración con el lenguaje propiamente de novela donde se cuela la intención pedagógica citada, en este caso de explicar los hechos históricos más señalados del ascenso del fascismo en Europa, y en concreto en España, poniéndolos en relación con la vida común de personas que viven en un pueblo, por tanto teóricamente más alejadas de las complicaciones de las personas de las ciudades. Por ello mismo, incide en una idea muy sostenida popularmente desde el mismo momento de la guerra civil y aireada con la Transición, que en España nadie era en concreto de nadie en lo político (el famoso "pasaban por aquí"), que todo se debió a rencillas personales que solucionaron mediante la venganza acogiéndose a uno u otro bando. Hoy día sabemos que esto no es así. Aunque como explicación sirvió durante décadas, especialmente con los protagonistas vivos, o con sus descendientes más directos en su momento más reflexivo y adoradores de sus padres, ahora que vamos conociendo más datos, que tenemos más acceso a los documentos y que la arqueología misma nos va descubriendo cosas, ahora que el paso del tiempo nos va dotando de más distancia para pensar todo el conjunto, sabemos que aquella España, aún teniendo rencillas de pueblo pendientes que no es mentira que bastantes solucionaron con venganzas aprovechando la guerra, era una España altamente alterada en lo político y lo social. Que antes de la guerra civil ya había numerosos conflictos políticos, no sólo de los famosos, sino también de los particulares que se quedaban en faltas y alteraciones de orden público. Que el número de afiliaciones a partidos políticos y sindicatos, así como los números de participación en los procesos electorales o las participaciones en manifestaciones o huelgas es tan elevadamente alto, que ese "pasaban por aquí" no es creíble más que en unos casos mínimos. En todo caso, es cierto que el asunto rencillas existió, la cuestión no es esa, sino que la cuestión ideológica también existió, que no fue algo accidental ni casual.
Centrándonos en el libro. El lenguaje de novela se mezcla con esta intención pedagógica de explicación del ascenso del fascismo y del primer franquismo y la represión, provocando que a veces el ritmo del relato novelado se rompa para introducir párrafos con un tono más de ensayo y a veces de apuntes de Historia, hasta el punto que nos encontramos en algunas ocasiones citas literales de documentos y textos históricos. Por otro lado, el libro se estructura con saltos temporales. Aunque la historia se desarrolla en 1944 y se prolongará hasta 1945, habrá regresiones explicativas de los personajes que componen esta historia desde la llegada de algunos al pueblo de Mor en el comienzo de la República en 1931, a saltos del momento inicial donde realmente comienzan las complicaciones que les afectan, que se marcan a partir del comienzo del gobierno del Partido Radical con la CEDA en 1934, y en concreto con el ambiente enrarecido de 1935 entre las derechas y las izquierdas. Por fuerza esas regresiones a 1935 terminan desembocando en recuerdos del comienzo de la guerra civil en 1936 y, para explicar porqué uno de los personajes principales regresa a España desde Francia, hay pequeños recuerdos de 1937 y de 1938 en la retaguardia bélica que supuso Barcelona en la República. El final del libro no tendrá una regresión, sino una explicación pedagógica que será unida con una explicación de qué les pasó a los protagonistas después de los hechos centrales de la novela, por lo que fugazmente se nos hablará de 1946 y de 1947. Fundamentalmente el relato está en 1944, escrito con frases cortas en tercera persona del presente, lo que nos invita a ejercer de testigos directos a los que nos están contando lo que sucede a tiempo real. Los pretéritos aparecen con las regresiones temporales de los recuerdos, es entonces cuando esos recuerdos de los personajes se transforman en narraciones del pasado, como si nos estuvieran contando la novela previa a la novela actual. Por otro lado, existe otro tipo de saltos, los que se producen de pensamiento a pensamiento de diferentes personajes. Hay que estar atento a eso en la lectura. Pero la novela no es mero ejercicio de reflexión, cuenta también con un amplio dinamismo que suele dar la introducción de diálogos, que he de decir que me recordaron un poco el ritmo de un guion cinematográfico entre su aparición y el uso del verbo del presente.
Para terminar los asuntos meramente técnicos, quepa decir que hay un recurso repetitivo a lo largo de todo el relato que es la aparición de un grupo de niñas jugando en la calle cantando siempre la misma canción infantil, "Cucú, cantaba la rana". El lector más leído caerá en la cuenta que esa misma canción y su aparición constante a lo largo de una novela es algo que ya hizo Ramón del Valle-Inclán en Tirano Banderas, en 1926. En aquella la canción la cantaba el propio Tirano Banderas y era una novela que tenía algunos rasgos de comedia del esperpento, aunque contaba cosas tremendas de una dictadura que ubicó en el Caribe. Aquí, en la novela de Teresa Galeote, no se trata de una comedia, pero al ponerla en voz de un juego infantil con esas niñas que funcionan casi como coro de las tragedias y tragicomedias del teatro clásico de la antigua Grecia, se entiende más o menos la idea que nos lanza la autora si atendemos a esa estructura de novela que se mezcla con el ensayo pedagógico sobre el ascenso del fascismo entre la población civil más humilde. Personalmente creo que hay además una intencionalidad extra, un guiño, hacia el lector que conoce a Valle-Inclán y cae en la cuenta que la canción infantil que cantaba Tirano Banderas a lo largo de su propio relato la cantan aquí, en este otro relato, unas niñas que aparecen y desaparecen de las calles según les va pasando cosas a los protagonistas.
El protagonista que aparentemente es el principal, pero que según se lee la novela nos damos cuenta que no lo es, sino que es el personaje que nos permite descubrir con él cuál es la España que se encuentra a su regreso de un exilio en Francia huyendo de la guerra civil, tiene un nombre hablador, igual que el pueblo se llama Mor, ya explicado. Él se llama Justo. Justo llega a Mor (Muerte, ya hemos dicho) en 1944. Se nos explicará más tarde que en la primavera de 1937, se había ido con su esposa, Carmen, a Barcelona huyendo del avance de las tropas de Franco hacia Mor y del ambiente de venganzas que se respiraba en el pueblo. A la vez, hacia finales de 1938, viendo que ese mismo avance y ambiente crecen hacia Barcelona, se fue a Francia, con lo que pudo esquivar que le internasen en un campo de refugiados de los que abrió Francia en 1939, esto lo aporto yo, no se dice en el libro. Podrá instalarse en París. Allí vivirá con su esposa tranquilo por unos meses, pero les sorprenderá la Segunda Guerra Mundial. Aunque la aguantarán con sacrificios, en 1944 Carmen morirá en un bombardeo y él regresará a Mor huyendo de nuevo de la guerra y buscando cierto refugio en la casa y su familia. La novela no nos dice quien es el causante de los bombardeos, aunque pudiéramos creer que se trata de un bombardeo nazi, lo cierto es que en 1944 tiene más posibilidades de un ataque aliado, en todo caso este detalle no nos afecta para el relato, pues el peso está en la muerte de Carmen y en la doble huida de Justo de un escenario bélico. Por cierto, otro apunte propio fuera de novela, acorde al espíritu pedagógico de Teresa Galeote con el tema. La Ley de Responsabilidades Políticas de Franco inculpaba, entre otros, también a aquellos que iniciado lo que la ley llamó "el Movimiento", o sea: el alzamiento militar, no tomaron postura a favor del mismo pudiendo o que residiendo fuera de España no regresaron para apoyarlo. Con esto en la mano, la vida de Justo podría ser aún más compleja. Pero no es algo vital para el desarrollo que Galeote nos va a narrar.
Justo se encontrará un pueblo muy cohibido, lleno de silencios y rencillas vivas, donde se intuye la represión y el miedo a ella, del mismo modo que se sabe que existe la guerrilla del maqui en el monte, pero nadie lo quiere mencionar. Una España muy cambiada a aquella otra que él dejó atrás, aunque algo se intuyó durante la guerra y evidentemente, esto no está en el libro, algo debió ver él mismo en el París ocupado por los alemanes, pero repito, aunque esto podría ahondarse más en Justo, no es vital para esta novela. Justo se encontrará con uno de sus hermanos muerto sin que nadie le aclare muy bien cómo, con un hermano que prefiere crear múltiples silencios y recomendar callar, con una tienda familiar que es agredida anónimamente cada día, con vecinos que ahora no le hablaban, con huérfanos con hambre en las calles, con la desaparición de su mejor amigo, Enrique, y con la novia de este, Adela, marcada socialmente como indeseable.
La auténtica protagonista es en realidad Adela, y su historia de amor con Enrique, que era un triángulo amoroso entre ella, él y un sargento de la guardia civil en el pueblo que acordó con el padre de Adela, José, su matrimonio con ella. Todo esto en 1934. Enrique a la vez, antes de la guerra, tiene que hacer frente legalmente a una disputa legal en nombre de su padre, un sindicalista, por los límites de sus tierras de cultivo en el pueblo, los cuales los discute otro de los vecinos. Mientras se nos narra esto se nos ubica la historia de Justo con Carmen en esos momentos, que es el año en el que se prometen para casarse, mientras que Adela se ve forzada a casarse con el sargento de la guardia civil, mediante el cual recibe cada día al capitán de la guardia civil de visita en su casa, mientras ella mantiene su relación con Enrique como amante. En 1935 Justo sube a un santuario cercano al pueblo donde la gente suele ir a rezar a una Virgen. El día en el que sube se produce un atentado por el cual una persona desconocida abre fuego contra la gente, matando a varias personas, entre ellas el sargento de la guardia civil. Enrique se marchará de Mor ese día sin decir nada, mientras a la vez Justo cobija en su casa a un huérfano del que es testigo que es inocente de los asesinatos, pero que todo el mundo inculpa. El huérfano terminará siendo apresado y culpado sin pruebas. Irá a la cárcel y su suerte se mezclará con las iras de la guerra civil, ya en 1936. La muerte del inocente es lo que hace que Carmen y Justo se vayan de Mor.
El regreso en 1944 de Justo a Mor hace que se encuentre con todas estas historias abiertas sin final. Su curiosidad es la que va tirando del hilo de todo lo pendiente. Esto hace reaccionar a Adela y la novela nos trasladará plenamente a su historia, a su propio relato y a contarnos qué fue ocurriendo en todos los agujeros que la narración anterior nos dejó abiertos. Ahora se nos explica también una historia donde aparece el abuso de autoridad y la violencia machista, donde los silencios de la dictadura se acrecentaron en las mujeres, cuyo papel en la sociedad retrocedió respecto a los derechos e ideas ganados con la República. La novela con ambientación histórica cobra ahora un ritmo entre la novela negra y la novela social, aunque siempre con ese toque pedagógico de explicación de cómo determinadas ideas del primer franquismo se introdujo en todas las personas que o bien lo siguió o bien quiso sobrevivir dado que se encontraban dentro de él. El asesinato falsamente resuelto de 1935, la desaparición de Enrique, la posición en la que quedó Adela como madre viuda con una hija pequeña evidentemente hija de Enrique y no del sargento muerto, y las numerosas rencillas empeoradas con lo ocurrido durante los años de guerra y las represiones posteriores, serán lo que muevan todo el relato.
Como se ha dicho, la novela fue premiada con un premio de novela histórica. Puede ser un buen acercamiento a Terea Galeote, al menos ha sido el mío en cuanto a libros, en prensa ya la había leído. Bien es cierto que ella ahora mismo está plenamente en la novela negra con su novela más reciete.
Su bibliografía completa, fundamentalmente novelas, hasta la fecha es: La crueldad (1996, con Minke Wang y Twiggy Hirota, relatos, producto de una escuela de escritura), Los sueños (1998, relatos), Iberia (2001), La Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político del s. XIX (2003), Cosas que no se olvidan (2006), Los días largos (2007), El grito (2009), Lucrecia, las orillas del tiempo (2011), Más allá de las ruinas (2013), El vuelo de Osiris (2013, teatro), El eco de las palabras (2016), Daños colaterales (2017), Hasta que la muerte nos separe (2019), Los hombres que no amaban a las mujeres (2022, ensayo), Asesinato en el Hostal Oriental (2022) y El grito de las fronteras (2024, teatro, monólogos). También aparecen relatos suyos en las obras antológicas de varios autores: Microantología
del microrrelato II, Antología del relato negro III, Asesinatos
profilácticos e Historias de la imposición
yanqui sobre España e Hispanoamérica. Es una producción que sigue aumentando y que, aparte de otras obras de ficción, es de creer que algún día se compile sus innumerables artículos periodísticos.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".