viernes, 29 de marzo de 2024

La muerte no tiene color

Título: La muerte no tiene color.
Autora: Hugo Sanz Rodero (Ugo Sanz).
Editorial: Ediciones Eunate.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Colección: Narrativa.
Nº de volumen en la colección: [sin número].
Género: Novela.
ISBN: 978-84-7768-485-5
 
Este año 2024 se incorpora como escritor alcalaíno alguien que ya lleva varios años siendo creador, salvo que lo ha venido siendo como cineasta. Se trata del realizador de cine, director y guionista, Ugo Sanz, que ahora como escritor firma Hugo Sanz Rodero. Una persona, por otra parte, amiga desde hace años, desde los tiempos del bar La Vaca Flaca, donde tantas personas de los diferentes ámbitos de la creatividad de Alcalá de Henares coincidimos muchos antes de la existencia de El Laboratorio. A través de esa amistad yo mismo asistí a ver sus películas en sus estrenos en Alcalá de Henares e incluso en el cine Capitol de Madrid, en la Gran Vía, durante un festival de cortometrajes. El libro con el que se estrena como autor literario es La muerte no tiene color, aunque ni decir tiene que previamente tiene muchos guiones de cine escritos, principalmente cortometrajes y mediometrajes, tal vez en cifra aproximada de cien. Entre esos cortometrajes, totalmente escritos y dirigidos por él, están Los ojos de Alicia (2005), El prestidigitador (2006), No es una buena idea (2007), Adiós, muñeca (2009) y Ya no voy a hablar más (2009), entre otros. Se han estrenado en el propio festival de Alcine, en Alcalá de Henares, pero también en otros festivales de Madrid, Almería y otras ciudades tanto españolas como europeas, e incluso en Nueva York. Como cineasta se disponía a dar ideas para el "book tráiler" a la editorial, tras visionar algunos que esta misma hizo con otros autores, pero decidió respetar el realizado tras verlo y convencerle de ser apropiado. De todos los citados quepa destacar el primero de todo, Los ojos de Alicia, pues su argumento y temática está muy ligado a la novela que ahora escribe, una historia de un psicópata que practica el secuestro y la tortura, especialmente mental. 

Hugo Sanz nació en San Sebastián, en el País Vasco, en 1973, pero vino a vivir a Alcalá de Henares con  sus padres en 1979, con seis años de edad, y desde entonces vive aquí y ha desarrollado su vida aquí. Sus estudios y su carrera cinematográfica, aunque esta le haya llevado a otras ciudades ya por estrenos, festivales o motivos de trabajarlos. Ya hemos comentado su conexión con La Vaca Flaca, ya desaparecida y con los festivales de la propia ciudad, como Alcine. También formó aquí su propia familia, cuya particularidad en la visión de su pareja, Beatriz, le ha dado una de las características principales de la protagonista de esta primera novela. Quepa decir en estos apuntes biográficos que él lleva toda un a vida firmando como Ugo Sanz, no por la eliminación de la letra "H" en el nombre de Hugo en algunos lugares de lengua vasca, sino, según confesó él, porque le pareció diferenciador como algo artístico. Así era como iba a firmar su primera novela, pero los maquetadores de la primera versión promocional de la portada del libro para los medios de comunicación creyeron que había un gazapo y corrigieron Ugo Sanz a Hugo Sanz. Por lo que hubo una primera versión muy mínima circulando así. Llegados a ese punto donde ya estaba difundido, Hugo decidió mantener la autoría Hugo Sanz. Sin embargo ocurrió otro imprevisto. Rastreó si existía ya otro Hugo Sanz escritor y efectivamente existe. Se trata de un prolífico escritor de novelas  de corte erótico o sexual, por lo que para diferenciarse del todo decidió añadir como autor su segundo apellido, Hugo Sanz Rodero. Las cuestiones del azar a veces son así.
 
No fue lo único que varió. El primer título que el propio autor había elegido era Cien espadas de Damocles. Con ese título trabajó en todo momento el manuscrito original e incluso fue con el que lo envió a concursos y editoriales. Más aún, fue finalista del Premio Azorín 2022. Con ese distintivo incluso se presentó a la gala de premios y se presentó a dos agencias editoriales. En la primera agencia le pidieron reescribir parte de la obra. Para ello una de las agencias, de prestigio, le recomendó acudir a un editor que le pasó un informe de lectura que al propio Hugo le hizo sospechar sobre la seriedad o no con la que se habían tomado su libro. No le gustó y siguió reescribiendo mientras mandaba la obra a esa segunda agencia editorial. En este caso el agente editorial ni contestó. Suele ser habitual en el mundo editorial este tipo de actitudes entre editores. Denotan cierto menosprecio a los autores, especialmente no conocidos o no reconocidos. Con  estos precedentes y parte de la obra reescrita se presentó a la Ediciones Eunate. Una editorial de Navarra que se dedica principalmente a escribir novelas en Pamplona y su entorno, especialmente de novela histórica y de misterio. María Oset, la directora, quedó enganchada a la obra. Prácticamente no le pedía cambios, salvo el título. Iba a arriesgar a publicar un libro que no era de su área editorial habitual, sino de Alcalá de Henares, y por tanto de Madrid, donde hay gran competencia editorial y de publicaciones. Otras amistades dudaron del título original y al final fue Beatriz, su pareja y a la vez profesora de Literatura, quien no sólo le hizo recomendaciones de escritura, sino que además le aportó el título a raíz de una peculiaridad física que tiene ella y comparte con la protagonista de la obra, una sinestesia que hace que vea tonalidades de colores según los días y espacios de tiempo, así como situaciones de la vida o vivencias. Una rareza que no por rara no existe. Existe. De ahí surgió el título La muerte no tiene color, que es un título por otra parte con un gancho muy cinematográfico, el de asociar a la muerte alguna cuestión material o mental, múltiplemente utilizado. El título gustó y además aportó la portada negra con manchas de colores, idea de Oset y que es la portada que le viene perfecta como novela negra, de suspense, policíaca, de crímenes. 
 
La novela también contó, aparte de los conocimientos de Beatriz y de su editora, con el asesoramiento de amigos de Hugo del mundo de la cinematografía, la sexología, el cuento narrativo, un miembro policial del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y otro de la Sección de Análisis de la Conducta, de la Policía Nacional, el cual es por fuerza, además, psicólogo. Todo esto según comenta Hugo Sanz en agradecimientos. Además, la inspiración el viene también por una sección de un periódico dedicado a dar casos de análisis de la conducta en crímenes. Lo que me recuerda un pasatiempo en el diario El País que en la década de 1990 era precisamente eso, intentar dar la solución a un crimen ficticio a través de conductas y de sucesos entre las personas implicadas. La influencia de todos ellos se nota mucho en la obra, especialmente el peso de la construcción psicológica de todos y cada uno de los personajes, logrando una diferenciación entre ellos muy bien estudiada. 
 
No olvidemos tampoco que Hugo Sanz lleva mucho tiempo escribiendo guiones, por lo que también se nota en la novela ese peso y se infiltra muy descaradamente un estilo narrativo muy de guion cinematográfico o televisivo en lo que sería narración de novela, pero hace que este sea parte del estilo propio del autor en esta obra, por lo que no es algo rechazable, porque es como su propia esencia de autor. El uso de la tercera persona del presente para narrar la historia nos recuerda a los guiones de cine y teatro. Sólo aparece la primera persona cuando en muy contadas ocasiones entra en la mente de la persona psicópata. El pretérito sólo se usa cuando se hace referencia a los hechos conocidos a través de informes, interrogatorios, un diario personal, o recuerdos. El refuerzo de una narrativa heredera de un lenguaje de guion está en la brevedad de los capítulos y en el carácter secuencial, a veces con saltos temporales breves, y a menudo simplemente para narrar una escena muy concreta que ayude a encuadrar a cada personaje en un momento determinado, algo muy de construcción de escenas en las secuencias. Enriquece, eso sí, la introspección reflexiva de los personajes, no se ciñe a la mera acción. Otro pequeño truco de guion es la tendencia a cerrar cada parte con un  posible gancho que incite a querer seguir leyendo lo siguiente por curiosidad de algo que puede haber creado impacto en el lector. Por mi parte, a mitad de la novela es cuando más enganchado a la lectura me quedé. Va ganando fuerza ahí. Sea como sea, aunque puede ser una historia única y cerrada, el final no es tan cerrado como para no dejar una puerta abierta a una continuación, a una segunda parte, o quizá una saga, como las de las novelas negras de Gómez Jurado, Vázquez-Montalbán, Pérez-Reverte o, por citar clásicos del género, Arthur Conan Doyle o Agatha Christie.

El propio autor, Hugo Sanz, dijo en la presentación del libro en el comienzo de marzo de este 2024 en Alcalá de Henares, en la librería Diógenes, en febrero lo había presentado por primera vez en Pamplona, que le veía posibilidades para pasar la historia a cine, tal vez a mediometraje o incluso a serie de televisión, pero que si hay continuidad o que si la obra pasará a cine es algo que ya se verá.
 
El argumento base, pido perdón a Hugo Sanz por comentar esto, me recuerda mucho al relato breve Un mal buen inicio, que yo mismo, Canichu, escribí junto a Luis Abad en 2015 y que fue  publicado en trece capítulos en Noticias de un espía en el bar, por entregas ilustradas por Zia Mei y Chechu, ese mismo año. Las similitudes del planteamiento de la base sobre la que se construye el relato son muy evidentemente grandes. En descargo de Hugo Sanz diré también que no me consta que él se haya leído tal relato, ni que lo conozca siquiera y que si lee estas notas probablemente se está enterando de su existencia en estos momentos. O al menos eso creo o eso me parece. Hay una distancia de nueve años entre un  relato y otro. Hugo Sanz ha trabajado muy bien su obra y está micho más elaborada y profundizada. Lo nuestro era para una lectura breve y lo suyo es toda una novela.
 
Básicamente parte de la llegada de Coral a la Sección de Análisis de Conducta, de la Policía Nacional. El primer caso en el que ha de participar es probablemente el más duro de toda su vida. Un asesino en serie actúa en Alcalá de Henares, el Alcalá de Henares actual de este primer cuarto del siglo XXI, y en algunos barrios de Madrid capital, los ubicados hacia el Este, que dan a la carretera que lleva a Alcalá, como Vallecas, Barajas y Alameda de Osuna, aunque aparecen otras localizaciones siempre muy relacionadas a Alcalá, como Guadalajara, Santos de la Humosa, Torrejón de Ardoz y Azuqueca de Henares, entre otros. Se hablará y distinguirá numerosos lugares de Alcalá, evidentemente Hugo Sanz conoce a la perfección la ciudad. La cosa es que el asesino en serie es un asesino muy peculiar que usa de un sadismo desmedido al poner en práctica ejecuciones mediante torturas sacadas de la Inquisición española, dejando además una serie de objetos de tortura a modo de pistas en esa dirección. En medio de estos crímenes interactúa el papel de los medios de comunicación, los posicionamientos sociales y la política, pues se hace mucho más que evidente que aunque no se mencionen se hace referencia directa a la actualidad. El actual gobierno en 2024 es del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez en coalición primero con Unidas Podemos (2019-2023) y desde final de 2023 con Sumar, del mismo modo que se hace referencia al Partido Popular (PP) como oposición y a Vox como extrema derecha. Ahora bien, el libro está escrito originariamente en 2019, año en el que gobernaba el PSOE en solitario, pero con un acuerdo de apoyos políticos con Unidas Podemos. Quizá en esto Hugo Sanz no ha tenido la valentía de nombrarlo con nombres y apellidos (partidos) tal como otro clásico del género sí hace, Eduardo Mendoza, Premio Cervantes, por ejemplo en La verdad sobre el caso Savolta. Lo que sí me da la sensación con la lectura a través de algunas pinceladas expresivas y argumentativas de Hugo es que pareciera que deja clara la validez de los planteamientos del PSOE, la respetabilidad del PP y la censura a Sumar y Vox. Que no nombre a cada uno por su nombre no nos evita que sepamos como lectores lo que nos dice y cómo se posiciona a través de sus personajes principales. Por ello mismo, es probable que esta novela no le sea cómoda a lectores de Vox, que los de PSOE y PP la vean entretenida y el PSOE la vea recomendable, y que los de Unidas Podemos-Sumar la vean entretenida, recomendable en cuanto a lo que respecta la defensa de los derechos de identidad de género sexual, pero a la vez sumamente injusta con ellos, por cuanto esos mismos derechos, como otros, no hubieran avanzado si no hubiera habido coalición, tenemos de ejemplo para contrastar desde 1977 hasta la actualidad en cuanto qué se ha hecho y cómo y porqué y quién. 
 
Saliendo de la novela, pensemos que la homosexualidad no dejó de ser un delito con la muerte de Franco, tampoco lo dejó de ser con las reformas de 1976, ni con las de 1977. Precisamente parte de las protestas de la asociación de presos en lucha COPEL, fundamentalmente dirigida por anarcosindicalistas de la CNT, era en torno a la despenalización de la homosexualidad y una amnistía para presos comunes; no era su única reivindicación, pero despenalizar la homosexualidad estaba en una de sus bases, incluido cuando se amotinaron y se cortaron las venas. A Adolfo Suárez le pusieron contra la cuerdas en los telediarios y el PSOE aprovechó para echar leña al incendio poniendo una proposición de derogación de la prohibición en 1978, pero no hicieron nada ni con la Constitución aprobada a comienzos de diciembre de 1978. En País Vasco mataron a un homosexual en Rentería, en una discoteca, y al votar el ayuntamiento en su condena la policía nacional entró soltando pelotas de goma contra los concejales. Se puede rastrear en prensa y en el Archivo General de la Administración, a eso se sumó una manifestación homosexual por Madrid y al final, el 26 de diciembre de 1978, Suárez tuvo que despenalizar la homosexualidad y fue en los comienzos de 1979, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado, que quedó, así, despenalizada la homosexualidad en España. La iniciativa primera partía de COPEL, liderada por el anarcosindicalismo.
 
Volvamos al libro. el libro toca temas sociales, políticos y de la gestión de la información. Es muy actual y de fondo tiene sus mensajes reivindicativos y explicativos de cómo funciona el mundo, pero no va de eso. Es un libro fundamentalmente de novela negra. Va muy en el estilo de las series de investigadores criminales y, aunque sale mucha carnicería propia de las series de policía forense muy de moda en los últimos veinte años, es más deductiva, pero no tanto al estilo de las pistas de misterio al modo Sherlock Holmes y otros detectives deductivos. No. Se aproxima más a la serie televisiva El mentalista, donde una persona con grandes dotes para analizar la inteligencia emocional y la psicología ayuda a desentrañar crímenes. En medio de esto, de la Inquisición, la política, lo social y el tema homosexual, aparece la historia de tensión sexual entre sus dos principales protagonistas, Coral y un viejo amigo suyo del colegio que, ahora, es agente de los GEO. Esto nos aproxima también a un clásico recursos de las series televisivas. La subtrama, que a menudo parece la auténtica trama real del relato, la conductora. De hecho, si hay trascendencia a una segunda parte, por lógica esa subtrama es el hilo que cose, al margen de la puerta abierta en el mundo criminal.

Creo que es muy buena novela. Engancha y te hace leer más y más. Personalmente me gusta especialmente la construcción psicológica de todos los personajes. Creo que es algo complejo y que está muy bien realizado. Pero creo también que la historia principal, la trama de crímenes, tienen mucho jugo y será de especial gusto a los lectores de novela negra, aunque no sea una novela negra al uso. Una de sus características que la diferencian es mostrarnos que más allá de la vida de criminalistas de la policía, también tienen historias personales y vidas privadas donde les ocurre lo mismo que al resto de personas. De acuerdo que alguien dirá que esto ya estaba en series de televisión como Colombo o Los misterios de Laura, pero de verdad que merece mucho la pena cómo está construido y narrado todo ello en esta novela. Muy recomendable.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 23 de marzo de 2024

El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá

Título: El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá.
Autor: Diego Blázquez Yáñez.
Editorial: Betania Ediciones.
Año de publicación: 2000 (1ª edición).
Colección: Diego Muñoz Tornero.
Nº de volumen en la colección: [sin número].
Género: Historia; Biografía; Periodismo; Religión.
ISBN:  978-84-87311148

 

Quepa hablar en esta Semana Santa de un libro que no es de un autor alcalaíno ni que tenga que ver tal autor con Alcalá, pero el libro sí toca en cierto modo Alcalá de Henares, o al menos a uno de los personajes de la Historia de Alcalá de Henares. El libro es un libro de Historia y biografía reconstruido no tanto desde la ciencia humana que es la Historia, con su respectivo método, si no que ha sido escrito a través de la consulta de prensa del siglo XIX, prensa de la misma época de los sucesos que narra, y desde un punto de vista de cronista, más que de historiador. El libro se llama El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá, que fue publicado por primera vez en el año 2000 por la editorial Betania Ediciones, que suele dedicarse ampliamente a temas teológicos y religiosos en general. Lo hizo en la colección Diego Muñoz Tornero, sin número de volumen. El autor era Diego Blázquez de Yáñez. Diego Blázquez había nacido en 1932 en Retamal de Llerena, en Badajoz, Extremadura, pueblo del que fue su cronista oficial. Hizo sus estudios primarios en su mismo pueblo, pero estudió bachillerato y posteriormente filosofía y latín en Sevilla y en San Antón, otro pueblo de Badajoz. Para sus estudios universitarios se trasladó a Madrid y estudió en la Universidad Central o de Madrid, actual Universidad Complutense. Allí estudió Derecho, Psicología y Ciencias de la Información, lo que le permitió hacer prácticas en el periódico monárquico ABC, donde trabajó, mientras también cursaba Diseño y Edición Electrónica en la Universidad Autónoma de Madrid. Allí impartió clases, de las que una de las asistentes fue la entonces princesa Sofía de Grecia, posterior Reina de España. Siguiendo su formación, en Salamanca se hizo teólogo y experto en Filología Clásica. A partir de ahí colaboró con periódicos y revistas monárquicas y católicas entre la segunda mitad del franquismo y la Transición democrática (Hoy, Extremadura, Pueblo Extremeño, Ya, Ideal, ABC, Información de Madrid, Alfa y Omega, Familia Cristiana, Vida Nueva, Alminar y Ecclesia). Con la democracia ya plena siguió colaborando con revistas católicas, como Alfa y Omega, difundida por ABC. Fundó la Fundación de la Fuente y fue nombrado capellán del Hospital de la Princesa y del Hogar Extremeño de Madrid, mientras le nombraban cronista oficial de su pueblo. Escribió varios libros tipo crónica de Historia de temas relacionados entre el periodismo y el catolicismo, como este del que hablamos hoy. Falleció e 2015, con 83 años de edad.

Lo que le acerca a Alcalá es, como se ha dicho, investigar a través de la prensa de la época del XIX sobre la vida y las circunstancias del asesinato del que fue el primer obispo de Madrid-Alcalá. Aunque ya hemos hablado de ese asunto, como recordatorio hay que decir que a comienzos del siglo V, aún con el Imperio Romano, San Asturio fundó la primera diócesis complutense, alegando haber encontrado los restos de los Santos Niños Justo y Pastor. Sabemos de nombres de algunos obispos complutenses posteriores, incluso durante el periodo musulmán de la Edad Media, lo que no sabemos es cual era su alcance obispal, o si eran nominales. Como sea, en 1099 el Papa Urbano II eliminó el episcopado para sumarlo al obispado de Toledo, razón por la cual Alcalá de Henares estuvo por mucho tiempo ligada a Toledo. Varios obispos de Toledo residieron en Alcalá e incluso instalaron aquí su archivo y celebraron concilios. En 1851 el Papa Pío IX instauró el obispado Madrid-Alcalá, devolviendo la existencia de un obispado alcalaíno, aunque esta vez ligado a Madrid. Sin embargo, este no se inició hasta 1884, año que afecta al libro de hoy. En 1983 se empezó a estudiar la posibilidad de separar el obispado de Madrid del de Alcalá de Henares, siendo que en 1988 al menos se dividieron las dos provincias eclesiásticas, pero el obispado de Alcalá de Henares no lo volvió a ser por sí sola hasta 1991, lo creó de nuevo el Papa Juan Pablo II, y otorgó el título de catedral a la Iglesia Magistral. 

Una vez situado todo esto, toca hablar del personaje del que trata el libro, el que fuera el primer obispo de Madrid-Alcalá, Narciso Martínez Izquierdo, que fue asesinado el Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, aunque tardó un día en morir desde que fue disparado con un revólver por el sacerdote Cayetano Galeote Cotilla en la Real Colegiata Basílica de San Isidro, en Madrid. Los tres disparos mortales se produjeron delante de una multitud de varias nacionalidades y personas destacadas dentro del recinto religioso. No cabía duda alguna de la autoría del sacerdote citado como asesino. Lo que no quedaba claro son los porqués.

Narciso Martínez había nacido en Rueda de la Sierra, en Guadalajara, en 1830. Todos sus estudios se enfocaron a la teología, la filosofía y las lenguas clásicas. Se ordenó sacerdote en 1857, en Castellón. Le hicieron canónigo en la catedral de Sigüenza y arcediano en la de Granada. La cuestión es que este religioso también se metió en política en una época tan convulsa como el reinado de Isabel II. De hecho él era carlista, en un siglo donde hubo hasta tres guerras civiles carlistas. Hay que recordar que los carlistas del siglo XIX eran personas ultraconservadoras, contrarías a los progresistas y liberales y a que reinara una mujer, Isabel II. Además, eran ultramontanos, esto es: católicos tan extremos y dogmáticos que a menudo iban incluso más allá que el propio Papa en todo aquello que no toleraban por considerarlo contrario a la Iglesia. En otras palabras, en un siglo donde el Papado chocó varias veces con las ideas democráticas del momento, pero que al final aceptaba avances en este sentido, ellos no aceptaban ninguno de los avances de los nuevos tiempos, anhelando el antiguo régimen y cuestiones que implicaban incluso cosas resueltas ya resueltas respecto a otras creencias cristianas que  en el siglo XVII se solventaron tras la Guerra de los Treinta Años. Terminado el reinado de Isabel II en 1868 y con la puesta en marcha del reinado de Amadeo I de Saboya, se presentó por los carlistas a las elecciones de 1871, logrando ser diputado por Molina de Aragón. Al proclamarse la Primera República en 1873 el propio presidente de gobierno Emilio Castelar buscó una manera de quitarle del panorama político logrando que le nombraran obispo de Salamanca, pero no fue nombrado hasta 1874, siendo que a comienzos de ese año acabó la República y comenzó la restauración monárquica borbónica con Alfonso XII. En 1876 vuelve a presentarse a las elecciones y es senador por Guadalajara y en 1877 por Valladolid. Reelegido en 1881. Sólo abandonó el senado tras renunciar él mismo en 1882 porque el presidente Sagasta aprobó la Ley de Matrimonio Civil, que permitía las bodas civiles en España. En 1884 el Papa León XIII crea el obispado de Madrid-Alcalá ya de manera firme y esto se materializa en 1885, siendo que le elige a él como su primer obispo. La sede será la Real Colegiata de San Isidro de Madrid, que será elevada a catedral. A lo primero que tendrá que hacer frente en 1885 será a una epidemia de cólera por la que murió una gran cantidad de gente que, a menudo, iban a las iglesias en busca de ayuda. A la par quiso reformar con gran austeridad todas las órdenes religiosas de Madrid, por considerarlas relajadas y contrarias al ejercicio del sacerdocio tal como él entendía la fe cristiana. Por este camino se granjeó la enemistad de un gran número de religiosos de todas las jerarquías y de creyentes comunes.Uno de los sacerdotes afectados, el citado Cayetano Galeote, se acercó a él mientras subía la escalinata para dar la misa de Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, un 18 de abril, por lo que la catedral estaba repleta de personas y personalidades. Le disparó tres veces con un revólver, provocando su muerte al día siguiente.

Cayetano Galeote había nacido en 1839 en Vélez, Málaga. Había ejercido como sacerdote en Toledo, Puerto Rico (de donde se trajo una pistola) y Fernando Poo (Guinea Española). Al regresar a Madrid en 1880 había desarrollado una personalidad muy autoritaria y enérgica. Vivía con una mujer a la que llamaba "sobrina", pero que era conocido que era su amante, razón por la cual no dejaban de trasladarle de iglesia y de pueblo. Con el nombramiento de Narciso Martínez como obispo en 1885, un rector de capilla, un capellán, denunció la relación sentimental de Galeote. El obispo le anunció que le iba a volver a trasladar de sede y a cortar de raíz su relación con "la sobrina". Por ello, encontró la muerte el Domingo de Ramos. Galeote fue condenado a muerte a finales de 1886, pero un tribunal médico le declaró insano mentalmente en 1887, por lo que le conmutaron la pena capital por una reclusión de por vida en el sanatorio mental de Leganés, donde no moriría hasta 1922.

  El obispado de Narciso Martínez apenas duró ocho meses y medio. Toda esta historia la recogió y la reconstruyó Diego Blázquez con la consulta, como he dicho, de la prensa y testimonios publicados en aquellas fechas. Pensemos que entre esos autores escribió el 21 de abril de ese 1886 le mismísimo Benito Pérez Galdós, que aparte de escritor genial era periodista.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 16 de marzo de 2024

Más allá de las ruinas

Título: Más allá de las ruinas.
Autora: Teresa Galeote.
Editorial: M.A.R. Editor.
Año de publicación: 2013 (1ª edición).
Colección: Narrativa.
Nº de volumen en la colección: 14.
Género: Novela histórica.
ISBN: 978-84-941489-5-8
 
Una prolífica y conocida autora de Alcalá de Henares que aún no habíamos comentado en estas notas es Teresa Galeote Dalama. Nació en Madrid, pero vive en Alcalá de Henares desde 1982, siendo que además tiene una vida pública alcalaína muy activa. Tiene la Licenciatura en Filosofía y Letras. Fue consejera de la Fundación Colegio del Rey, de carácter cultural en Alcalá. También fue consejera en el Consejo Escolar Municipal de Alcalá de Henares. Y fue concejala alcalaína por Izquierda Unida (IU) en el mandato de 1991-1995 en el que gobernó El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en coalición con IU, con Florencio Campos (PSOE) de alcalde, y Joaquín Arias (IU) de vicealcalde. Es además una de las personas que acumula un gran cúmulo de artículos de prensa en la prensa local desde hace muchos años. Se la puede rastrear en Puerta de Madrid, Alcalá Hoy o Diario de Alcalá, entre otras. Está muy especialmente volcada y dedicada al feminismo, pero también a la concienciación social sobre los problemas sociales y políticos del presente y del pasado, tratando de explicarlos tanto desde el ensayo periodístico, como acercándolos a los lectores en novelas y relatos de ficción. Lo que la aproxima en cierto modo a la propuesta que mezcla literatura y pedagogía en Emilio Sola y que queda uy patente en su obra La novela secreta (1996). Aplica todo su conocimiento filosófico a su propia reflexión y explicación del mundo desde una construcción patriarcal de la Historia y la Cultura, con el objetivo de, conociendo el punto de partida de nuestra sociedad, poder avanzar hacia la igualdad entre mujeres y hombres. 

Sea como sea, tras su paso por el ayuntamiento alcalaíno se dedicó de pleno a la escritura. Es a partir de 1996 que comienzan sus publicaciones en libros, aparte de sus artículos en prensa. Es en 1996 que aparece su nombre en una primera publicación de relatos de un taller de escritura, junto a otros relatos de Minke Wang y Twiggy Hirota, La crueldad, pero el primer libro netamente suyo se publicó en 1998, una colección de relatos llamada Los sueños. En todo caso ella tiene mayoritariamente una producción de novela. En 2008 fue ganadora del Premio Carta Puebla por Los días largos, una novela de 2007 que era su sexta publicación en libro, con lo que había tardado en llegar ese reconocimiento. En 2013 fue ganadora del II Premio Alexandre Dumas de novela histórica por Más allá de las ruinas, que es la novela con la que la presentamos hoy en estas notas. En 2016 fue finalista en el VII Premio Ciudad Ducal de Loeches por la novela El eco de las palabras. Recibió un accésit del VI Premio Rara Avis por su ensayo Los hombres que no amaban a las mujeres, de 2022, que presentó en la asociación Arkana Creativa del barrio Venecia de Alcalá de Henares, ensayo en el que desarrolla toda su teoría de la evolución y fundamento de la sociedad desigual del patriarcado a lo largo de la Historia. Recientemente quedó finalista del X Premio Wilkie Collins de Novela Negra en 2022 por Asesinato en el Hostal Oriental. Este año 2024, estrenó en la sala de teatro Margarita Xirgú, del sindicato Comisiones Obreras de Alcalá de Henares, un conjunto de monológos en voces femeninas llamado El grito de las fronteras, donde ahonda en los problemas de los emigrantes y los exiliados, especialmente en estos días de aquellos que cruzan en patera el mar para llegar a Europa. No era la primera vez que se acercaba al teatro, pues en 2013 escribió El vuelo de Osiris.

Más allá de las ruinas, publicado en 2013 y ganador del II Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica, como se ha dicho, fue editado por M.A.R Editor, editorial donde Galeote se ha sentido cómoda como para publicar la mayoría de sus libros e incluso reeditar algunos de los primeros libros. No le ha ido mal, varios, como este, tienen allí segundas ediciones. Además, el propio estilo visual de las cubiertas de esta editorial le dotan a los libros de Galeote un aspecto uniforme  el como si de su propia colección se tratara entre el encuadrado en negro y naranja, con una tipografía de letra que quiere imitar la escritura con pluma estilográfica. En el presente el presente libro la cubierta contenía una fotografía en sepia de una extensa familia de varias generaciones de mujeres en el patio o el frente de una casa de pueblo donde acumulan leña y que pertenecería a la década de 1940. Habríamos de pensar que se trata de la posguerra española, ya que la novela se ambienta entre 1944 y 1945, aunque hay unas notas referentes a 1947 y saltos temporales que pisan de 1934 a 1936 y algunos momentos de la guerra civil. Sin embargo, los créditos del libro nos indican que esa fotografía pertenece al Musee Memorial de la Bataille de Normandie (Museo Memorial de la Batalla de Normandía), que se encuentra en Bayeux, en el noroeste de Francia. Sin embargo se entiende la extensión que la editorial ha querido darle a esa imagen de la pobreza provocada por las guerras europeas que se produjo en la década de 1940. Por lo demás, es una edición bastante formal, en tapa blanda solapada, que pertenece a la colección Narrativa, como volumen número 14. En todo caso, en lo técnico quepa señalar que a partir de la segunda mitad de la novela se cuelan varios gazapos en todos los capítulos que en posteriores ediciones podrían ser corregidos. 

La novela se ambienta en un pueblo ficticio de Gerona llamado Mor. Personalmente llegué a creer en un principio que existía cuando comencé a leer el libro y me dediqué a buscarlo. Encontré que existe una aldea llamada Mor, pero no en Cataluña, sino en Galicia, por lo que forzosamente el pueblo de esta novela es ficticio y me hace pensar en la palabra en latín "mor", que traducido al castellano es "muerte" y que se aproxima a la otra palabra del latín "mos", que es "costumbre". En todo caso el latín también derivó en el catalán a una palabra idénticamente "mor", que significa del catalán al castellano "muere". El nombre de Mor del pueblo es todo premonitorio, ya sea en latín o en catalán, ya que esta novela histórica tendrá un trasfondo de novela negra donde la muerte y el acto de morir será el motor narrativo.
 
Es una narración con el lenguaje propiamente de novela donde se cuela la intención pedagógica citada, en este caso de explicar los hechos históricos más señalados del ascenso del fascismo en Europa, y en concreto en España, poniéndolos en relación con la vida común de personas que viven en un pueblo, por tanto teóricamente más alejadas de las complicaciones de las personas de las ciudades. Por ello mismo, incide en una idea muy sostenida popularmente desde el mismo momento de la guerra civil y aireada con la Transición, que en España nadie era en concreto de nadie en lo político (el famoso "pasaban por aquí"), que todo se debió a rencillas personales que solucionaron mediante la venganza acogiéndose a uno u otro bando. Hoy día sabemos que esto no es así. Aunque como explicación sirvió durante décadas, especialmente con los protagonistas vivos, o con sus descendientes más directos en su momento más reflexivo y adoradores de sus padres, ahora que vamos conociendo más datos, que tenemos más acceso a los documentos y que la arqueología misma nos va descubriendo cosas, ahora que el paso del tiempo nos va dotando de más distancia para pensar todo el conjunto, sabemos que aquella España, aún teniendo rencillas de pueblo pendientes que no es mentira que bastantes solucionaron con venganzas aprovechando la guerra, era una España altamente alterada en lo político y lo social. Que antes de la guerra civil ya había numerosos conflictos políticos, no sólo de los famosos, sino también de los particulares que se quedaban en faltas y alteraciones de orden público. Que el número de afiliaciones a partidos políticos y sindicatos, así como los números de participación en los procesos electorales o las participaciones en manifestaciones o huelgas es tan elevadamente alto, que ese "pasaban por aquí" no es creíble más que en unos casos mínimos. En todo caso, es cierto que el asunto rencillas existió, la cuestión no es esa, sino que la cuestión ideológica también existió, que no fue algo accidental ni casual. 

Centrándonos en el libro. El lenguaje de novela se mezcla con esta intención pedagógica de explicación del ascenso del fascismo y del primer franquismo y la represión, provocando que a veces el ritmo del relato novelado se rompa para introducir párrafos con un tono más de ensayo y a veces de apuntes de Historia, hasta el punto que nos encontramos en algunas ocasiones citas literales de documentos y textos históricos. Por otro lado, el libro se estructura con saltos temporales. Aunque la historia se desarrolla en 1944 y se prolongará hasta 1945, habrá regresiones explicativas de los personajes que componen esta historia desde la llegada de algunos al pueblo de Mor en el comienzo de la República en 1931, a saltos del momento inicial donde realmente comienzan las complicaciones que les afectan, que se marcan a partir del comienzo del gobierno del Partido Radical con la CEDA en 1934, y en concreto con el ambiente enrarecido de 1935 entre las derechas y las izquierdas. Por fuerza esas regresiones a 1935 terminan desembocando en recuerdos del comienzo de la guerra civil en 1936 y, para explicar porqué uno de los personajes principales regresa a España desde Francia, hay pequeños recuerdos de 1937 y de 1938 en la retaguardia bélica que supuso Barcelona en la República. El final del libro no tendrá una regresión, sino una explicación pedagógica que será unida con una explicación de qué les pasó a los protagonistas después de los hechos centrales de la novela, por lo que fugazmente se nos hablará de 1946 y de 1947. Fundamentalmente el relato está en 1944, escrito con frases cortas en tercera persona del presente, lo que nos invita a ejercer de testigos directos a los que nos están contando lo que sucede a tiempo real. Los pretéritos aparecen con las regresiones temporales de los recuerdos, es entonces cuando esos recuerdos de los personajes se transforman en narraciones del pasado, como si nos estuvieran contando la novela previa a la novela actual. Por otro lado, existe otro tipo de saltos, los que se producen de pensamiento a pensamiento de diferentes personajes. Hay que estar atento a eso en la lectura. Pero la novela no es mero ejercicio de reflexión, cuenta también con un amplio dinamismo que suele dar la introducción de diálogos, que he de decir que me recordaron un poco el ritmo de un guion cinematográfico entre su aparición y el uso del verbo del presente. 

Para terminar los asuntos meramente técnicos, quepa decir que hay un recurso repetitivo a lo largo de todo el relato que es la aparición de un grupo de niñas jugando en la calle cantando siempre la misma canción infantil, "Cucú, cantaba la rana". El lector más leído caerá en la cuenta que esa misma canción y su aparición constante a lo largo de una novela es algo que ya hizo Ramón del Valle-Inclán en Tirano Banderas, en 1926. En aquella la canción la cantaba el propio Tirano Banderas y era una novela que tenía algunos rasgos de comedia del esperpento, aunque contaba cosas tremendas de una dictadura que ubicó en el Caribe. Aquí, en la novela de Teresa Galeote, no se trata de una comedia, pero al ponerla en voz de un juego infantil con esas niñas que funcionan casi como coro de las tragedias y tragicomedias del teatro clásico de la antigua Grecia, se entiende más o menos la idea que nos lanza la autora si atendemos a esa estructura de novela que se mezcla con el ensayo pedagógico sobre el ascenso del fascismo entre la población civil más humilde. Personalmente creo que hay además una intencionalidad extra, un guiño, hacia el lector que conoce a Valle-Inclán y cae en la cuenta que la canción infantil que cantaba Tirano Banderas a lo largo de su propio relato la cantan aquí, en este otro relato, unas niñas que aparecen y desaparecen de las calles según les va pasando cosas a los protagonistas.

El protagonista que aparentemente es el principal, pero que según se lee la novela nos damos cuenta que no lo es, sino que es el personaje que nos permite descubrir con él cuál es la España que se encuentra a su regreso de un exilio en Francia huyendo de la guerra civil, tiene un nombre hablador, igual que el pueblo se llama Mor, ya explicado. Él se llama Justo. Justo llega a Mor (Muerte, ya hemos dicho) en 1944. Se nos explicará más tarde que en la primavera de 1937, se había ido con su esposa, Carmen, a Barcelona huyendo del avance de las tropas de Franco hacia Mor y del ambiente de venganzas que se respiraba en el pueblo. A la vez, hacia finales de 1938, viendo que ese mismo avance y ambiente crecen hacia Barcelona, se fue a Francia, con lo que pudo esquivar que le internasen en un campo de refugiados de los que abrió Francia en 1939, esto lo aporto yo, no se dice en el libro. Podrá instalarse en París. Allí vivirá con su esposa tranquilo por unos meses, pero les sorprenderá la Segunda Guerra Mundial. Aunque la aguantarán con sacrificios, en 1944 Carmen morirá en un bombardeo y él regresará a Mor huyendo de nuevo de la guerra y buscando cierto refugio en la casa y su familia. La novela no nos dice quien es el causante de los bombardeos, aunque pudiéramos creer que se trata de un bombardeo nazi, lo cierto es que en 1944 tiene más posibilidades de un ataque aliado, en todo caso este detalle no nos afecta para el relato, pues el peso está en la muerte de Carmen y en la doble huida de Justo de un escenario bélico. Por cierto, otro apunte propio fuera de novela, acorde al espíritu pedagógico de Teresa Galeote con el tema. La Ley de Responsabilidades Políticas de Franco inculpaba, entre otros, también a aquellos que iniciado lo que la ley llamó "el Movimiento", o sea: el alzamiento militar, no tomaron postura a favor del mismo pudiendo o que residiendo fuera de España no regresaron para apoyarlo. Con esto en la mano, la vida de Justo podría ser aún más compleja. Pero no es algo vital para el desarrollo que Galeote nos va a narrar.
 
Justo se encontrará un pueblo muy cohibido, lleno de silencios y rencillas vivas, donde se intuye la represión y el miedo a ella, del mismo modo que se sabe que existe la guerrilla del maqui en el monte, pero nadie lo quiere mencionar. Una España muy cambiada a aquella otra que él dejó atrás, aunque algo se intuyó durante la guerra y evidentemente, esto no está en el libro, algo debió ver él mismo en el París ocupado por los alemanes, pero repito, aunque esto podría ahondarse más en Justo, no es vital para esta novela. Justo se encontrará con uno de sus hermanos muerto sin que nadie le aclare muy bien cómo, con un hermano que prefiere crear múltiples silencios y recomendar callar, con una tienda familiar que es agredida anónimamente cada día, con vecinos que ahora no le hablaban, con huérfanos con hambre en las calles, con la desaparición de su mejor amigo, Enrique, y con la novia de este, Adela, marcada socialmente como indeseable.

La auténtica protagonista es en realidad Adela, y su historia de amor con Enrique, que era un triángulo amoroso entre ella, él y un sargento de la guardia civil en el pueblo que acordó con el padre de Adela, José, su matrimonio con ella. Todo esto en 1934. Enrique a la vez, antes de la guerra, tiene que hacer frente legalmente a una disputa legal en nombre de su padre, un sindicalista, por los límites de sus tierras de cultivo en el pueblo, los cuales los discute otro de los vecinos. Mientras se nos narra esto se nos ubica la historia de Justo con Carmen en esos momentos, que es el año en el que se prometen para casarse, mientras que Adela se ve forzada a casarse con el sargento de la guardia civil, mediante el cual recibe cada día al capitán de la guardia civil de visita en su casa, mientras ella mantiene su relación con Enrique como amante. En 1935 Justo sube a un santuario cercano al pueblo donde la gente suele ir a rezar a una Virgen. El día en el que sube se produce un atentado por el cual una persona desconocida abre fuego contra la gente, matando a varias personas, entre ellas el sargento de la guardia civil. Enrique se marchará de Mor ese día sin decir nada, mientras a la vez Justo cobija en su casa a un huérfano del que es testigo que es inocente de los asesinatos, pero que todo el mundo inculpa. El huérfano terminará siendo apresado y culpado sin pruebas. Irá a la cárcel y su suerte se mezclará con las iras de la guerra civil, ya en 1936. La muerte del inocente es lo que hace que Carmen y Justo se vayan de Mor. 

El regreso en 1944 de Justo a Mor hace que se encuentre con todas estas historias abiertas sin final. Su curiosidad es la que va tirando del hilo de todo lo pendiente. Esto hace reaccionar a Adela y la novela nos trasladará plenamente a su historia, a su propio relato y a contarnos qué fue ocurriendo en todos los agujeros que la narración anterior nos dejó abiertos. Ahora se nos explica también una historia donde aparece el abuso de autoridad y la violencia machista, donde los silencios de la dictadura se acrecentaron en las mujeres, cuyo papel en la sociedad retrocedió respecto a los derechos e ideas ganados con la República. La novela con ambientación histórica cobra ahora un ritmo entre la novela negra y la novela social, aunque siempre con ese toque pedagógico de explicación de cómo determinadas ideas del primer franquismo se introdujo en todas las personas que o bien lo siguió o bien quiso sobrevivir dado que se encontraban dentro de él. El asesinato falsamente resuelto de 1935, la desaparición de Enrique, la posición en la que quedó Adela como madre viuda con una hija pequeña evidentemente hija de Enrique y no del sargento muerto, y las numerosas rencillas empeoradas con lo ocurrido durante los años de guerra y las represiones posteriores, serán lo que muevan todo el relato. 

Como se ha dicho, la novela fue premiada con un premio de novela histórica. Puede ser un buen acercamiento a Terea Galeote, al menos ha sido el mío en cuanto a libros, en prensa ya la había leído. Bien es cierto que ella ahora mismo está plenamente en la novela negra con su novela más reciete.

Su bibliografía completa, fundamentalmente novelas, hasta la fecha es: La crueldad (1996, con Minke Wang y Twiggy Hirota, relatos, producto de una escuela de escritura), Los sueños (1998, relatos), Iberia (2001), La Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político del s. XIX (2003), Cosas que no se olvidan (2006), Los días largos (2007), El grito (2009), Lucrecia, las orillas del tiempo (2011), Más allá de las ruinas (2013), El vuelo de Osiris (2013, teatro), El eco de las palabras (2016), Daños colaterales (2017), Hasta que la muerte nos separe (2019), Los hombres que no amaban a las mujeres (2022, ensayo), Asesinato en el Hostal Oriental (2022) y El grito de las fronteras (2024, teatro, monólogos). También aparecen relatos suyos en las obras antológicas de varios autores: Microantología del microrrelato II, Antología del relato negro III, Asesinatos profilácticos e Historias de la imposición yanqui sobre España e Hispanoamérica. Es una producción  que sigue aumentando y que, aparte de otras obras de ficción, es de creer que algún día se compile sus innumerables artículos periodísticos.
  

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 9 de marzo de 2024

La doncella cincelada

Título: La doncella cincelada.
Autora: Rosa Díaz.
Editorial: Fundación Colegio del Rey.
Año de publicación: 1988 (1ª edición; reeditado en 2004).
Colección: Alcalá Poesía.
Nº de volumen en la colección: 13.
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-4041981-3
 
La autora de la que hablamos hoy no es de Alcalá de Henares, ni su libro trata o menciona Alcalá, pero sí tiene un nexo con Alcalá de Henares. Se trata de Rosa Díaz. Fue Premio Poesía Ciudad de Alcalá por la Fundación Colegio del Rey en 1987. De la fundación ya hemos hablado en el pasado varias veces, con su estupenda labor netamente cultural en la ciudad durante cerca de veinte años, hasta que fue cerrada en uno de los mandatos del alcalde Bartolomé González (Partido Popular, PP). De ello ya hablamos, como digo. Los Premios Ciudad de Alcalá continúan, aunque ahora más bajo el paraguas directo del ayuntamiento, ante la ausencia de esta fundación de corte municipal que inició en su día el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cuando gobernó en los inicios de los primeros ayuntamientos democráticos. Sea como sea, los Premios Ciudad de Alcalá se publican en libro al año siguiente, o si se trata de modalidades como pintura y otras, se exhiben en exposición. En este caso, el libro ganador de 1987, de Rosa Díaz, se publicó en 1988 bajo la colección "Alcalá Poesía" de la Fundación Colegio del Rey, como volumen número 13. Con una portada más o menos sencilla pero un tanto osada para lo que era una publicación municipal, incluso dedicándose la fundación muy abundantemente a la promoción del arte contemporáneo. Se trataba de una mujer desnuda pintada a lápiz a la que se la veía de torso hacia arriba en un una pose retorcida, como de éxtasis barroco, con cierta y evidente sensualidad. El libro se llamaba La doncella cincelada. Es de señalar que los libros de esta fundación se solían encontrar con facilidad en la sala de exposiciones de La Capilla del Oidor cuando esta, en las décadas de 1980 y 1990, se dedicaba al arte contemporáneo, en lugar de acoger una exposición permanente de Cervantes y otras aleatorias de corte temporal desde los tiempos de Bartolomé González en la década de 2000 hasta la actualidad.
 
Rosa Díaz nació en Sevilla en 1946. Desde pequeña estudió música a la par que comenzó a escribir. En 1964 obtuvo su primer premio literario a través de un concurso convocado por la Escuela de Magisterio de Sevilla. En 1979 comienza a formar parte del Grupo Poético Gallo de Vidrio, cuyo comienzo se liga directamente con la Transición política al fundarse por un homenaje al poeta Antonio Machado. Con ese mismo grupo tendrá la oportunidad de publicar su primer poemario, La célula infinita, de 1980. La década de 1980 será para ella la de participar de una tertulia literaria sevillana en homenaje a los poetas sevillanos Almotamid y Luis Cernuda, la cual inició Juan Sierra, otro poeta vivo en esos años de la generación de 1927. En 1983 publica Cantábile para cuerda enamora. En 1985, Casacripta. En 1986, Tótem. En 1988, La doncella cincelada. En 1989 nacerá su primer nieto y comenzará a escribir también literatura infantil Y así, entre poemas y literatura infantil, seguirá encadenando toda una larga serie de libros y de premios literarios que le permitieron publicar bastantes de aquellos. Incansable incluso hasta nuestras fechas de 2024. En 1994 comenzó a escribir en la revista Zurgai, y comenzará a aparecer en otras muchas revistas literarias junto a muchos de los nombres más conocidos de la poesía española actual, como García Montero, Chantall o García Baena, mientras a la vez participa de congresos literarios no sólo en España, también en México, Cuba, Colombia y Marruecos.

Como se puede ver, tiene toda una trayectoria literaria a través de su vida. Por un tiempo, mucho tiempo, la literatura femenina, o mejor dicho: escrita por mujeres, especialmente la poesía, no encontraba todos los lectores que sí encontraba la escrita por hombres. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, y sobre todo más hacia la cercanía del siglo XXI, que las autoras van encontrando la aceptación  merecida. Es en ese momento en el que ella es una de esas autoras que van haciendo valer la poesía escrita por mujeres. Sin embargo, pertenece a otro fenómeno que se da en España desde la segunda mitad del siglo XX y se perpetúa especialmente con la Transición y la España de las autonomías. Se ve necesitada para publicar y para tener ingresos a participar de innumerables concursos literarios y ganarlos. Concursos a menudo convocados por instituciones ya sean municipales, provinciales, de Comunidad Autónoma o de otras administraciones más o menos institucionales. Eso hace que tenga que adaptar su literatura a lo que va aprendiendo que quieren los jurados de estos certámenes, muy fusionados a menudo con los intereses políticos de lo que se quiere publicar después sin que sea escandaloso. Manteniendo siempre una "autocontención" en lo que se dice para que, incluso pudiendo ser osados, sea algo dentro de lo que se estima aceptable por los que popularmente podríamos llamar "los bienpensantes", "los de bien". No es la primera vez que se dice en estas notas, ni tampoco soy el único en haberlo apuntado. Lamentablemente muchas de estas obras y de estos autores se quedan prácticamente en medallas que se dan las propias instituciones a sí mismas por convocar los certámenes bajo tal o cual valor, lo que siempre lleva unido un aporte económico de los presupuestos de Cultura a esa institución por convocar, y si se unen otros valores, pues el del Ministerio que toque.  Eso hace que algunas ediciones que se queden a un nivel muy local y a una difusión casi nula a otros niveles. Es un problema. Problema que hoy día, en el siglo XXI, algunos autores tratan de solucionar mediante la reedición por sus propios medios de algunas de estas obras, a menudo por Internet. La propia Rosa Díaz, con muchos premios y accésits, llegó a decir que hay libros de espléndidos "premios" y también libros espléndidos que no serían premiados jamás.

La doncella cincelada, el libro que ganó y publicó en Alcalá de Henares, busca raíces folclóricas sevillanas y las actualiza con raíces de la música y la cultura jazz y el modernismo. Predomina en el libro el verso corto. Sirva de ejemplo el siguiente poema:

Rojos son pues tus pasos,
aunque la noche
te suspenda el color,
                         aunque te oprima
el cuello con la hiriente
columna de la luna.
Roja vas
            y oscuros los ladridos
de los perros
que ya babean,
que desesperan porque tu rostro palpan
y encuentran sólo el polvo de tu paso de diosa entre nosotros.

Su bibliografía completa hasta la fecha es: La célula infinita (1980, reeditado en 2021), Cantábile para cuerda enamora (1983), Casacripta (1985), Tótem (1986), La doncella cincelada (1988, reeditado en 2004), Cuarto de los humildes (1993), Tenebrario (o puerta del norte) (1994), Juan-Juan (1995), Monólogos con la S.E.-30 (2000 reeditado en Internet en 2009), Compás de la ternura (2001), El abecedario de Julieta (2002), XX pregón de la cabalgata de Reyes Magos (2002), El color de la sangre de las princesas (2003), Gata mamá (2003), A piel de página (2003), Saetario (2003), La cesta de Julieta (2004), Hiel de abeja (2005), La palabra vivida (2005), Alejandro Rojas Marcos, remando río arriba (2004), Las brujas de Julieta (2006), Cuentos de rimar rimando (2006), Los campos de Dios (2007), Tutifruti (2007), Adivina adivinarás (2008), Adivina adivíname (2010), Verbo y gracia, construcción creativa de mujeres que escriben (2010, reeditado en internet el mismo año), Esperando a Grenouille (2013), La muchacha del agua, pregón de la Velá de Santiago y Santa Ana (2013), La cruz de la pasión (2015), La importancia de llamarse T (2015), Las muertas: salmos de la mujer que escribe (2015), Vintage: tiempo sobre vinilo (2022) y La ruta del encuentro (2023).
  

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 2 de marzo de 2024

Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada

Título: Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada.
Autores: Cristina Penalva Pastor; Elena Santiago; Gustavo Vega; Luis Carnicero.
Editorial: [No figura ninguna en los créditos; en contracubierta aparece la palabra "Cástor" al lado de los colaboradores: Junta Vecinal San Miguel de Escalada, Asociación Cultural "Civitas Lancia", Diputación de León e Instituto Leonés de Cultura].
Impresor: Sorles
Año de publicación: 2019 (1ª edición; introducción anónima).
Colección: Encuentros poéticos San Miguel de Escalada
Nº de volumen en la colección: 10.
Género: Poesía. 
Depósito Legal: LE-612-2019 

Ya conocemos a Cristina Penalva a través de su larga trayectoria en Alcalá de Henares como poeta y como organizadora de eventos literarios, así como locutora de Radio Universidad de Alcalá de Henares (RUAH). Fue presentada cuando publicó su primer poemario La palabra invisible (2022). Ya entonces se mencionó que previamente había aparecido en un poemario colaborativo, Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada, realizado y publicado en 2019. Estos encuentros comenzaron en 2010 y continúan actualmente, siendo este año 2024 la de su décimo quinta convocatoria. No paró ni en el año de la pandemia de Covid-19 en 2020, si bien en ese año hubo las medidas y precauciones respectivas. Más aún, fue en ese año que comenzó a publicarse también una revista, Encuentro, con súbtitulo: revista de literatura y artes. No obstante, desde el comienzo en 2010 se ha venido publicando los libros de poesía colaborativos entre varios autores en los cuales Cristina Penalva apareció en 2019. Los encuentros los organiza Alfredo García, en una serie de actos que no sólo incluyen poesía, sino también religión, Historia y arqueología. En ellos han llegado a participar, y aparecer publicados, poetas de la talla como Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre o José Luis Puerto. En todo caso, en el año de la Covid de 2020, con la aparición de la revista, Alfredo García contó con poetas de Salamanca y de Alcalá de Henares para comenzar con esa publicación, como María Ángeles Pérez y la propia Cristina Penalva. Pero volvamos a 2019 y el décimo encuentro, que fue publicado en el libro que citamos hoy.

San Miguel de Escalada es un pequeño pueblo de León, provincia en la que en cierto modo también tiene lazos Cristina Penalva. Este pueblo cuenta con el Monasterio de San Miguel de Escalada, que en origen era un templo tardorromano que pasó a ser un templo paleocristiano. Con la Edad Media sufrió su abandono hasta que en el siglo X se hizo sobre él una iglesia mozárabe prerrománica que terminó adquiriendo elementos románicos con la llegada de los cristianos en la Reconquista. En él se compuso el Beato de San Miguel de Escalada, con un Apocalipsis iluminado con imágenes que han de funcionar como poesías en imagen. Tanto el templo como algunos medallones de ese beato sirven para ilustra la cubierta y contracubierta del libro que nos ocupa. 

La edición que se hizo tenía impreso un apartado donde se debían numerar a mano los sesenta primeros ejemplares y escribir el nombre a mano de su propietario. Estos primeros sesena receptores eran los poetas participantes. No obstante, el que yo adquirí, por no ser participante, sino alguien que lo compró, está sin numerar ni sin escribir mi nombre. Contaba también con una introducción anónima. Se dividía en cuatro partes, una por cada poeta que escribió. Todos estos poetas estaban más o menos relacionados con León. Son de gran calidad literaria. De los tres poetas no alcalaínos y cuya obra no tiene que ver con Alcalá, Elena Santiago, Gustavo Vega y Luis Carnicero, hay que decir que los trajo Cristina Penalva a finales de 2019 al Pub Imperial de la calle Escritorios de Alcalá de Henares, a su evento poético mensual "El 20 a las 20", donde leyeron los poemas de este poemario.
 
Creo muy destacable la contribución de Elena Santiago, con un poemario reflexivo donde la poeta hace una reflexión autocrítica al paso de los años en torno a la idea de si, en las cercanías de los pasados perdidos y el presente yendo hacia una luz muda, no habrá sido uno mismo responsable de las propias sombras de su vida. Es algo más complejo, aunque básicamente está ahí el entorno de la temática, que coquetea a cierta distancia con un algo místico desconocido que se deja leer entre líneas que ni se sabe si existe, ni se sabe si no existe, lo que lleva a esa autorreflexión de lo vivido. Tiene un poemario de verso largo, a veces en prosa, muy inteligentemente montado. Elena Santiago falleció en Valladolid en 2021. Había nacido en Veguellina de Órbigo (León) en 1936.
 
Gustavo Vega (León, 1948) tiene un poemario más formal, de verso breve, que va siguiendo una disposición de evolución de días en el calendario, por lo que un poema se sucede a otro, pasándose incluso fórmulas en torno al verbo "decir" que hacen que haya una continuidad. Se queda en un anhelo de lo que se desea decir o hacer o vivir con el otro y que queda pendiente. Mientras hay un poso de luz y silencio que lo llena todo, que puede tener una resonancia entre mundana y religiosa, según se quiera entender. Combina esto con poemas visuales en forma de ilustraciones con determinadas palabras, al modo experimental futurista, aunque muy lejos de lo que sería la ruptura total del futurismo con el lenguaje. 

Luis Carnicero (La Bañeza, León, 1953), que cierra el libro, es el más complejo de los cuatro poetas de esta obra. de hecho es altamente complejo de leer y de entender. También es un arquitecto vanguardista. No es una lectura fácil ni de dificultad media. Requiere de un ejercicio de reflexión muy alto y de tener tiempo con uno mismo para poder meditar sobre lo que nos quiere transmitir. Es posiblemente el que tenga una clara disposición a una vivencia personal e íntima con Dios, con el Dios cristiano. Dios como un ente de luz y silencio que lo llena todo y es a la vez pregunta y respuesta. Es el horizonte mismo inalcanzable que todo lo llena, el aire inasible que respiramos. "Todo en la luz es reflejo de un sueño", dice el poeta, también afirma, en una metáfora asequible y entre la filosofía y la teología, que el ser se oculta en el verbo disfrutando del goce de los brotes. Desentrañarle es un ejercicio de lectura muy sano y nos lleva a reflexión. Puede que sea una poesía mística adaptada al siglo XXI con todo un barroquismo adaptado a los tiempos actuales, pero con preocupaciones y dudas atemporales. 

Pero la autora netamente alcalaína por nacimiento, derecho y por hechos, es Cristina Penalva Pastor, quien ya ha sido presentada en estas notas. Como ya se ha dicho sus poemas en este libro de 2019 son previos a su libro de 2022, mientras entre medias, en 2020-2021, colaboró con la revista que se derivó de estos encuentros de San Miguel de Escalada. Ella lleva muchos años escribiendo, desde 2001 como terapia por acontecimientos de su vida, y muchos años participando en recitales, si bien su primera publicación en libro fue esta de 2019. Más aún, en el libro aparecen algunos que pasarán a ser parte de su libro de 2022, siendo que uno de ellos le dará título, el citado La palabra invisible. Así que mucho de lo que se dijo en las notas de ese libro vale para el comentario de su aparición previa en este otro. ya estaban presentes. Desde una cierta religiosidad que cae en lo místico con el cristianismo, pero ahondando en numerosas diosas de otras religiones entre orientales y paganas, a un aspecto humano mundano basado en la emocionalidad íntima. 
 
Hay de Cristina Penalva otros poemas que no aparecen en el otro libro posterior, que también reflexiona entre qué es aquello que se oculta entre palabra y palabra, en el silencio y en la luz, temática central de ese décimo encuentro de poetas. Hay en su lectura una reivindicación de la mujer desde la mística y las diosas de diversas culturas, diosas que se relacionan de manera directa con la poetisa, con el ser de ella. Y en medio de todo esto se deja traslucir a la vez una ausencia que parece duele, aunque no impregna todos los poemas. Son sutilezas a captar por el lector sutil. 
 
(...)
la noche es el nombre no dado
es la gran fingidora
del silencio y de la luz
(...) 
 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".