Título: El Señor de los Anillos. Vol. 1.
Autor: Alberto Cerezo.
Editorial: Ilustromántica
Año de publicación: 2025 (1ª edición).
Género: Cómic; Ilustración; Novela Gráfica; Arte.
ISBN; Depósito Legal; Creative Commons: No consta
Hay en la obra muchas referencias a historias derivadas que desembocan en esta historia central, lo que hace que nos ayude todo lo anteriormente creado por Cerezo para entender mejor algunas cuestiones de esta novela gráfica. Existen elipsis en la acción que se completan con el conocimiento de esas anteriores obras, pero también con el conocimiento de la historia narrada por Tolkien. Es en ese sentido la obra de Cerezo una obra que da por seguro que narra algo ya conocido, por lo que su tarea principal es destacar la importancia de lo cosmogónico, de las fuerzas ocultas que manejan el mundo, de los presagios y sobre todo, de lo trágico de lo predestinado y el existencialismo épico y profundo, dando a los personajes un mundo interior más rico que el del mero personaje de acción.
Más aún, es evidente que la gran importancia de la obra reside en sus viñetas que consisten en auténticas acuarelas bien coordinadas para narrarnos la historia, aunque, y esto hay que interpretarlo también como un mensaje del autor al lector, esta vez no recurre al color, la obra es completamente en blanco y negro, lo que no deja de llamar la atención siendo sus viñetas pinturas de acuarela. Es evidente que, aunque pudiera haber intervenido una necesidad de bajar costes de producción, lo más probable es que se trate de una interpretación de Cerezo, que nos trata de lanzar un mensaje sobre la obra central de Tolkien, ya que en todas las demás obras que él ha trabajado de Tolkien no hay problema en presentarlas en color, por lo que no parece que hubiera problema de costes. Este es un aspecto interesante a reflexionar. En cierto modo parece que Cerezo quiere recuperar también una cierta estética de las antiguas revistas de cómic adulto que se trabajaron en las décadas de 1970 y 1980, que él conoció en su infancia y juventud, donde no sólo se editaba en blanco y negro, si no que también tenían temáticas a menudo de historias épicas de guerreros.
La portada de la cubierta misma, que sigue una relativa estética de obras anteriores de Cerezo en negro y un rojo oscurecido, nos recuerda también a las publicaciones citadas, especialmente a las de La espada salvaje de Conan, donde pintaron varios artistas que son hoy día clásicos del Noveno Arte. He aquí que el Señor Oscuro montado en un dragón se enfrenta a una guerrera a pie que protege a u hobbit. El pasaje de esta escena es conocido, aunque este no pertenece en la obra de Cerezo a este volumen, lo que juega con dos cosas: Cerezo nos regala una ilustración más de su obra ta valiosa, pero a la vez vuelve a imitar a aquellas publicaciones de los años de 1970 y 1980 en las que a menudo las portadas llamativas no tenían que ver con las historias interiores. Eran, muchas veces, auténticas obras de arte que reclamaban al público, pero que hoy día hasta son parte de exposiciones artísticas temporales en museos y salas.
Llama la atención varias viñetas que ocupan una página entera, dándole grandiosidad y mayor épica, ya sea a la acción o al camino que realizan en determinados parajes. Cerezo sabe manejar los ritmos con la disposición de las viñetas y sus tamaños y lugar en la página, pero destaca sobre todo que se centra en la psicología del personaje y en las sombras, las numerosas sombras que nos dan datos. Como es llamativo, ocurre también en otras obras suyas, que suele ser corriente que los personajes no parezcan tener pupilas ni iris. Como si fueran ciegos. Mensaje, mensaje, mensaje, y es que Cerezo es algo más que un creador de cómic, es otra cosa. Un artista.
Queda pendiente la espera para el o los siguientes volúmenes que completen este Señor de los Anillos.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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