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domingo, 16 de marzo de 2025

El orden analfabético

Título: El orden analfabético.
Autor: Carlos Mazarío Torrijos.
Editorial: Inventa Editores.
Año de publicación: 2024 (1ª edicióna).
Género: Novela.
ISBN: 978-84-12905311

 

El poeta, historiador y profesor de educación secundaria y bachillerato Carlos Mazarío sacó justo al final de 2024 su primera novela, la cual fue presentada al comienzo de 2025 en la librería de antigüedades Capitel, en la Calle Santiago de Alcalá de Henares. Repetía, a la vez, a sacar libro con la editorial Inventa Editores, con la que en 2016 publicó el poemario Mi vida en Camposanto. Hay que recordar que es una editorial muy relacionada con autores alcalaínos, pero en realidad es de la cercana Guadalajara, está asentada en Castilla-La Mancha, y usa los servicios de la imprenta Gráficas Alto Tajo. Sin embargo, repetimos, es una editorial muy relacionada con autores de Alcalá de Henares. En este caso, la primera novela de Mazarío, sexto de sus libros, se llama El orden analfabético. Título que nos recuerda y que podría estar haciendo referencia a la novela El orden alfabético, escrita por Juan José Millás y publicada en 1998. En aquella novela, Millás narraba la historia de un niño que se refugiaba en sus fantasías frente a un mundo más adulto y adverso. Ordenaba el mundo en un orden alfabético, reconstruyendo la realidad en otra realidad más acorde. Cada capítulo empezaba siguiendo el orden alfabético en la primera letra de cada uno. Algo  de eso hay en esta otra novela de Mazarío, aunque no exactamente eso. Antes remitámonos a comentar que se trata de una novela breve en tapa rústica solapada, con una contracubierta en un tono verde sedante que recuerda el de muchos mobiliarios y paredes de múltiples colegios e institutos, que a la vez es el mismo color que se usa para un avión de la cubierta con forma parecida a la de los aviones de papel (pero que no es de papel), con las alas rotas e imposibilitadas de volar por estar clavado con clavos a una superficie dura y rota por esos clavos, en una tonalidad blanca que nos puede sugerir la pureza y la inocencia también rota. Una portada que cumple perfectamente la misión artística del ilustrador actual de libros. Moderna y conceptual, es una portada que, si se sigue el resto de la obra de quien la crea, tal vez pueda figurar por sí como pequeña obra de arte en una exposición propia. Lamentablemente no figura en el libro la autoría. El autor de la cubierta es Iván Casuso.
 

Carlos Mazarío como profesor de instituto e hijo de padre y madre igualmente profesores encuentra en ese mundo su inspiración para escribir esta novela. Transcurre en el ambiente educativo de un instituto público de educación primaria y secundaria. Conoce bien el ambiente y las personas que se encuentran en esas comunidad educativa, tanto alumnado, como profesorado, dirección, jefatura de estudios, familias del alumnado o personal laboral como la gente de conserjería o de la cafetería. Precisamente en el día de la presentación se vio arropado por parte de profesores del instituto donde enseña, transformándose aquella presentación de libro en una pequeña asamblea o reunión donde se terminó debatiendo en mesa redonda moderada por David Vicente sobre la situación actual de la educación española, su problemática y comparativas con diversos modelos educativos que se han ido sucediendo con los cambios de leyes desde la Enseñanza General Básica a los actuales sistemas, modelos y programas educativos vigentes.  

El libro sigue una temática y un estilo narrativo muy asentado en la España especialmente de la segunda mitad de los años 1940 hasta la primera mitad de la de 1960, nos referimos al realismo social, muy conocido por autores como Sánchez Ferlosio, Camilo José Cela, Miguel Delibes o Jesús López Pacheco. Está evidentemente actualizado con una temática y una sociedad propia del siglo XXI, pero en líneas generales ese es su género. Se trata de una novela coral donde abundan numerosos personajes, siendo todos protagonistas con sus propias historias y visiones, las cuales se cruzan en un mismo espacio y tiempo de convivencia. En El Jarama era un grupo de amigos en un día de campo en el río; en La colmena un vecindario entero se entrecruzaba en un café; en Cinco horas con Mario todas las historias confluían en un velatorio; y en Central eléctrica todo un pueblo entero se veía trastocado por la construcción de una presa que lo iba a anegar todo. Aquí es toda una comunidad educativa al completo, con sus diferentes edades, vivencias y posiciones sociales, obligada a conocerse entre sí y a convivir en el espacio y el tiempo educativo de un instituto, mientras a todas esas personas les cruza por medio el cómo afrontar cada una la llegada de un alumno de educación especial que, por ley, debe poder estar integrado en esa comunidad educativa para recibir una igualdad de oportunidades. Aunque la ley se hace para evitar la discriminación, la realidad social trae consigo que la igualdad de oportunidades y la no discriminación son a menudo algo volátil y relativo, y de ahí parte el título del libro, con un juego de palabras y a la vez un chiste malintencionado hacia ese alumno, el cual sufre acoso escolar sin ser él consciente de ese acoso escolar. Todo ello se explica mejor con la lectura del libro; quien esto escribe considera dejar para el propio descubrimiento del lector cuál es el origen del juego de palabras que implica El orden analfabético.

Mazarío construye un ritmo rápido a través de capítulos breves que se narran en la voz del pensamiento o de las conversaciones de cada uno uno de los múltiples personajes. Recoge una amplia riqueza de estudios psicológicos que dan unos cimientos muy sólidos a esta novela. Desde la profesora a punto de jubilarse que se siente fuera de su tiempo y olvidada, al profesor con depresión, la profesora joven muy motivada que desea crear una pedagogía nueva inclusiva, otra más tradicional y con más años de experiencia, la conserje como personaje del mundo obrero más duro, el citado niño con necesidad de una educación especial y metido en un mundo muy reducido, el abusón, la chica que valora más los novios que los estudios, los chicos y chicas que sirven para agravar o para aminorar los sucesos que van pasando en las aulas y pasillos, el que fuma y el que vende delante de la puerta del centro educativo, el jefe de estudios obsesionado con la imposición de un orden, el camarero de la cafetería que lo sabe todo y cuyo humor contribuye a lo que quiera que pase en esa comunidad, los padres y madres con sus diferentes orígenes económicos y de conocimientos, etcétera.

El autor sabe entrar en las mentes y necesidades de cada personaje. El mismo lo vive en su vida real, tanto en su propia vida, como en las vidas de las personas de su propia comunidad educativa.Contiene un alto grado de empatía con todas las miserias y grandezas de cada personaje actor de esta historia. Es precisamente esa observación y estudio que hace de su propio entorno el que logra crear una obra consistente. Logra entrar en la mentalidad de los adolescentes de hoy tan bien como en la mente de los diferentes tipos de profesores y el desgaste mental del oficio, cuya materia prima de trabajo es precisamente el contacto social y las interrelaciones humanas, a menudo alterando visiones y sueños propios, o bien encontrando personas que ejercen su oficio no tanto por vocación, sino ya por el cansancio de la rutina de años o porque accedieron a ser funcionarios con la idea de tener un empleo seguro y estable, lo que no impide la existencia de esa profesora con vocación muy motivada cuya antagonista es otra profesora mayor que ella que hace años que perdió su vocación. 

 En medio de estas historias aparecen temas transversales como son la homofobia, el embrutecimiento en las clases trabajadoras que no han tenido el acceso educativo actual, la falta de recursos, la obsesión por el fútbol, el físico o el éxito inmediato por encima del esfuerzo y el aprendizaje, los problemas psicológicos que surgen por la acumulación de situaciones personales adversas, y, en definitiva, es también todo un análisis de problemas sociales que no son percibidos como tales en general. Es como se ha dicho un libro de realismo social, que, como los que se escribieron cuando el género estaba en auge, mantiene una postura ante esos problemas sociales, pero no se manifiesta de manera abierta y clara, sino mediante la exposición y el análisis de la manera de ser, pensar o comportarse de cada personaje y su entorno.

Es una novela breve muy bien planteada y expuesta, con un muy notable ejercicio de conocimiento psicológico de las diversas edades y capas sociales de un instituto, como reflejo, a la vez, de la sociedad en general.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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