sábado, 18 de mayo de 2024

Biblia Políglota de Amberes o Biblia Regia

Título: Biblia Políglota de Amberes o Biblia Regia.
Autores: Benito Arias Montano; Guy Löfevre de la Baudry; Guillaume Postel; Jan van Gorpe; Franciscus Raphelengius; Johannes Isaac Levita. 
Editor: Felipe II, rey de España, emperador. 
Impresor: Cristóbal Plantin o Plantino; Robert Granion; Guillaume de Beaux. 
Año de publicación: 1572 (1ª edición en Amberes, en el resto del mundo: 1577, ocho volúmenes).
Género: Religión; Teología; Filología.


La Biblia Políglota Complutense aún daría lugar a una obra derivada, la Biblia Políglota de Amberes o Biblia Regia, que se confeccionó entre 1568 y 1572 al cargo de un hebraísta, teólogo, poeta y filólogo extremeño, Benito Arias Montano, que fue uno de los poetas y estudiantes universitarios de la Universidad de Alcalá de Henares. Había nacido en 1528, hijo de un inquisidor. Se formó como bachiller en Sevilla y también allí en sus primeros estudios universitarios de manera erudita. Allí conoció a numerosas personas del humanismo español que acabaron teniendo cargos al servicio de Felipe II cosa que le ayudó a obtener encargos y trabajos futuros del rey. Conoció al poeta Juan de Quirós, que hizo que le gustara la poesía hasta el punto que él mismo se hizo poeta. En 1547 hizo una poesía en torno a la que aparecía en el libro de Salmos de la Biblia. En 1548 se fue a estudiar a Alcalá de Henares, en cuya universidad fue el primer ganador del primer certamen poético que está Universidad comenzó a celebrar y celebró cada año toda su Historia (yo, quien estas notas escribe, gané el certamen de 2001, llamado entonces certamen poético de San Ildefonso, como patrón de la Facultad de Filosofía y Letras, y ganaría el segundo de relato corto en 2004). El paso y estudios filológicos, teológicos y filosóficos por Alcalá sin duda le hicieron conocer en profundidad a Benito Arias Montano la Biblia Políglota ComplutenseSe hizo sacerdote en 1559 y se marchó de asceta a una peña de Huelva. Pero no pudo desarrollarse como tal dadas sus habilidades intelectuales. Sus dotes teológicas hicieron que en 1562 el obispo de Segovia lo llevara al Concilio de Trento. En 1566 Felipe II le hizo su capellán. 

La Biblia Políglota Complutense de Cisneros fue incluida al completo en la Biblia Regia o Biblia Políglota de Amberes, encargada por Felipe II a Benito Arias Montano, que se trasladó a Amberes en 1568 para iniciar el encargo, añadiendo a la Complutense revisiones y una ampliación de sus seis volúmenes a ocho volúmenes, incluyendo traducciones del Tárgum arameo de Jonatán y de la Visión Peshitta siriaca del Nuevo Testamento primigenio original, llamado en un primer momento Escrituras Griegas Cristianas. Benito Arias en ese momento aportó puntuación vocálica usando la revisión de textos traducidos del hebreo que hizo Jacob ben Hayyim, lo que posteriormente ha perdurado en el resto de Biblias elaboradas desde entonces. Ben Hayyim había muerto en 1538. Fue un judío nacido en la Berbería, en Túnez. Fue perseguido por los musulmanes que gobernaban allí, por lo que huyó a la República de Venecia, donde trabajó traduciendo libros sagrados judíos, como el Tárgum. Se convirtió al cristianismo y destacó por mejorar las visiones teológicas de este mediante la revisión y traducción de libros judíos compartidos. Fue influyente su Biblia Hebrea

En esta Biblia Regia participaron teólogos y filólogos holandeses, belgas y franceses, así como místicos. La Inquisición intervino en ella para insistir en la inclusión de diccionarios y glosarios y en que participase Johannes Isaac Levita, un judío converso al catolicismo, para revisar la exactitud de las traducciones hebreas, ya que este era profesor en la Universidad de Lovaina. De hecho esta Biblia Políglota de Amberes estaba muy unida a esa Universidad. Más allá de la intención principalmente teológica y filológica de la de Cisneros, esta aspiraba también a una lectura común en oficios religiosos y gente que supiera alguno de los idiomas que contenía. En todo caso Benito Arias tuvo problemas con la Inquisición, que ahora recelaba de lo que pudiera salir de los erasmistas y el humanismo, pero sobre todo creían que al querer ajustarse a los textos más primigenios del Antiguo Testamento se estaba pretendiendo judaizar el cristianismo. 

Estaba destinada a los dominios españoles en Europa en un momento en el que el protestantismo había avanzado considerablemente y la Contrarreforma ya estaba en marcha de manera formal tras el Concilio de Trento, celebrado entre 1545 y 1563. No olvidemos que Francia misma estaba inmersa en las Guerras de Religión y que Inglaterra también tenía conflictos sangrientos de carácter religioso. Los Estados centroeuropeos no estaban mejor. En treinta años desde el final de esta obra estallaría la Guerra de los Treinta Años, con un alto contenido religioso y participación española mientras los Países Bajos iniciaron su guerra para independizarse de España, también con un elevado contenido de conflicto religioso, guerra en Flandes que, por cierto, ya estaba en marcha con revueltas y rebeliones a partir de los años en los que se terminó esta obra, desde 1568, es lo que provocó que Felipe II mandara a intervenir en esos territorios al Duque de Alba, a Luis de Requesens, a su hermano Juan de Austria, a Alejandro Farnesio y hasta a su propia hermana, entre otros. Fue aquella la Guerra de los Ochenta Años.

Fue impresa por Christoffel Plantijn, o Cristóbal Plantin o Plantino, el cual era un impresor flamenco al que se le atribuyó por error un derecho exclusivo concedido por Felipe II para ser el único que pudiera imprimir textos religiosos en Flandes, quizá como medida de control de que no se imprimieran textos protestantes, pero ese derecho exclusivo en realidad no se había dado. Le supervisó Robert Granion, mientras que las tipografías fueron de Guillaume de Beaux, para mejorar las grafías hebreas. Se acabó de imprimir en 1570, pero las Universidades de París y Lovaina impusieron revisiones que lo retrasaron años y que provocó que intervinieran muchas personas en la revisión de los textos. Felipe II se había impacientado, quería enseñarla al Papa Pío V en Roma y concedió, a través de la gestión de un enviado suyo en conexión con la Inquisición, exoneraciones al texto y responsables que hicieron que se imprimiera para Amberes en 1572. El Papa murió por mala salud en aquel mismo año, de ahí las prisas de Felipe II.

El principal opositor de esta obra fue León de Castro, que fue alumno de la Universidad de Alcalá, en concreto fue el alumno más aventajado de Hernán Núñez de Toledo, "el Pinciano". León de Castro consideró que se pretendía judaizar el cristianismo y cambiar la tradición de la Biblia Vulgata de San Jerónimo, a la que se acogió en buena parte la Complutense y que limpió y esclareció su texto aquel otro grupo de Cisneros, en el que había pertenecido su propio profesor, Hernán Núñez. En 1570 comenzó a atacar a los que trabajaban en la obra y también a otro detractor de la misma obra, Luis de León, con quien discrepaba en puntos de vista de las traducciones. Logró que la Inquisición detuviera a Luis de León. Su problema con Luis de León era parecido al que tuvo con Gaspar de Grajal y Martín Martínez de Cantalapiedra, estos tres eran de la Universidad de Salamanca y todos fueron delatados por León de Castro y detenidos por la Inquisición. Todos habían hecho trabajos sobre los textos de la Biblia Vulgata de San Jerónimo, contradiciendo que la versión de la Políglota de Cisneros estuviera totalmente correcta. León de Castro decía haber trabajado en esa parte cuando fue alumno de Hernán Núñez, el cual se encargó de su revisión desde 1517. Tampoco olvidemos la rivalidad entre Alcalá y Salamanca. Así que, aunque todos eran contrarios a lo que estaba haciendo Benito Arias Montano por considerarle judaizante, a la vez estaban enfrentados entre sí por un lado por la autoría de la revisión y corrección de los textos y por otro por ver quien se desviaba o no del cristianismo al judaísmo, si bien también pudiera haber una rivalidad por cargos universitarios. Además, en el caso de León de Castro, al haber intervenido en la obra de Cisneros, posiblemente se sintió garante de proteger esa obra como obra definitiva sobre estudios de la Biblia, en unas épocas de reforma y Contrarreforma en el que el revisionismo podía ser tan útil como peligroso. A las acusaciones contra todos ellos y a los ataques contra Benito Arias Montano se le sumó a León de Castro el catedrático de Salamanca, donde en esos momentos estaba León de Castro, Bartolomé de Medina, que aseguraba que los nuevos textos daban lugar a dudas, que las dudas daban lugar a opiniones, y que las opiniones, sin ser verdades, permitían que todo fuera verdad, por lo que la mentira se hacía un hueco en la verdad y daba lugar a las herejías. Sin embargo, precisamente el erasmismo que inspiró al equipo de Cisneros trabajó en una versión políglota para despejar dudas, pero evidentemente trabajaban para poder dar herramientas de comparación que permitieran reflexionar, por tanto dudar y generar opiniones que, según ellos, con la limpieza de textos, llevarían a la verdad.  

Por otro lado, pensemos que aunque el Antiguo Testamento es el texto religioso base del judaísmo, que rechaza la parte del Nuevo Testamento, o al menos niegan que JesuCristo fuera el mesías, hijo de Dios, y aunque los cinco primeros libros del Antiguo Testamento componen el Talmud, principal libro religioso judío del que se deriva su sociedad y leyes, hay algunas diferencias entre la versión hebrea y la versión cristiana. Evidentemente la respuesta debería estar en lo que dijeran los textos más primigenios, pero el paso de los siglos y las interpretaciones, así como los Concilios religioso y demás, habían fijado qué textos debían considerarse que debían ser ciertos y por tanto parte del canon religioso cristiano y cuales no, por considerarlos desviaciones de los humanos. Así por ejemplo, en Génesis aparece una guerra entre ángeles y hombres en la versión judía que no aparece en la cristiana. Llevando el asunto a tiempos actuales, la película Noé estrenada en 2014 y dirigida por Darren Anofsky fue polémica o chocó a mucha gente de tradición cristiana, ya sea católica o protestante, porque seguía la versión judía y no la cristiana del Génesis, si bien es cierto que en ese caso también se mezcló lenguaje del espectáculo del cine de grandes producciones de Hollywood.

Como sea, en la obra de Benito Arias Montano participaron también, aparte de los ya mencionados, unos holandeses de pasado judeoconverso, Guy Löfevre de la Baudry, Guillaume Postel, Jan van Gorpe y Franciscus Raphelengius, este era familia política de Plantino. Se quería que el editor fuera Pedro de Fuentidouenhas. León de Castro redobló los ataques de la Inquisición en 1574, pues la obra llevaba imprimiéndose desde 1572 para poder distribuirla fuera de Amberes, mientras esperaba el permiso para esa distribución. Arias Montano fue llamado a Roma, donde tuvo que defender cada parte de la Inquisición y también a los que intervinieron. Fue un proceso de años. Mientras, editores y Felipe II discutían si debía prevalecer el texto hebreo o el latino y las versiones de cada uno. En 1576 un nuevo Papa, Gregorio XIII, favoreció el punto de vista de Felipe II dejando la decisión final a lo que dijera la Inquisición española. Con Juan de Mariana nombrado inquisidor general en España en 1577, año de final de la impresión de todos los ejemplares, se decidió no tocar la Vulgata latina, dejar los textos judíos añadidos, aunque reconociendo que no debían haberse trabajado, pese a que no hubo herejía. Se permitió publicarla en los territorios imperiales pertenecientes a España en el mundo, pero en el resto de Europa debía publicarse diez años después, aunque se exportó. El editor era el propio Felipe II advirtiendo los peligros de leer el Talmud, y prohibiendo leer su parte, aunque se incluía impresa y editada, por tanto disponible para leer pese a la prohibición impresa. Ahora bien, Arias Montano no recibió el dinero regio y los elevados costes le arruinaron. La impresión final contó con mil doscientos trece ejemplares.

Felipe II le trajo de vuelta a su lado para que dirigiese la biblioteca del Monasterio de El Escorial. Allí siguió traduciendo textos religiosos judíos y continuó su trato con poetas destacados. Volvió a tener problemas con la Inquisición por su cercanía al mundo judío en los textos religiosos y se dedicó a textos de biología, donde buscó relaciones directas de plantas y animales con el diluvio. En 1584 renunció a todos sus cargos. Murió en Sevilla en 1598.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 11 de mayo de 2024

Biblia Políglota Complutense

Título: Biblia Políglota Complutense.
Autores: Diego López de Zúñiga; Elio Antonio de Nebrija; Alfonso de Alcalá; Alfonso de Zamora; Pablo Coronel; Demetrio Ducas; Hernán Núñez de Toledo "el Pinciano"; Juan de Vergara; Bartolomé de Castro.
Editor: Cardenal Cisneros como promotor de la Universidad de Alcalá de Henares (1ª edición; por entonces: Universidad Complutense).
Impresor: Arnao Guillén de Brocar.
Año de publicación: 1520 (1ª edición, seis volúmenes).
Género: Religión; Teología; Filología.
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Título: Biblia Políglota Complutense.
Autores: Diego López de Zúñiga; Elio Antonio de Nebrija; Alfonso de Alcalá; Alfonso de Zamora; Pablo Coronel; Demetrio Ducas; Hernán Núñez de Toledo "el Pinciano"; Juan de Vergara; Bartolomé de Castro.
Editorial: Complutense.
Impresor/Distribuidor: Emaus.
Año de publicación: 2006 (1ª edición, seis volúmenes).
Colección: Libros Especiales.
Nº de volumen en la colección: [Sin número].
Género: Religión; Teología; Filología.
EAN: 978-84-74910841

 

La mayor aportación bibliográfica netamente de Alcalá de Henares en el Renacimiento fue la Biblia Políglota Complutense. Fue una obra en varios volúmenes cuya confección ocupó de 1502 a 1517, por lo que está íntimamente ligada al inicio de la Universidad de Alcalá de Henares, por entonces, Universidad Complutense, propiamente así llamada. La Universidad había sido definitivamente fundada por Isabel I y Fernando V (los Reyes Católicos) gracias a las gestiones del Cardenal Cisneros en 1499. Tuvo varios hitos, como ser la primera Universidad que se ideó adaptando a una ciudad entera, o sea: creando lo que hoy día conocemos como una ciudad universitaria. También que buscaban que no sólo accedieran a los estudios los nobles y más pudientes, sino también las clases sociales menos pudientes, por lo que se crearon becas, una innovación en los estudios universitarios. Se quería formar a todas aquellas personas que debían gestionar el Imperio que se estaba creando, aunque destacó en los estudios en leyes, medicina y teología. Así mismo, en estos inicios se dio el caso que buena parte de sus primeros alumnos y profesores fueron comuneros en 1518 a 1521. Sea como sea, cuando Cisneros comenzó el proyecto de la Universidad, también inició otro proyecto a la vez que le era algo totalmente unido: la creación de una Biblia que contuviera un estudio filológico con traducciones literales y exactas de manera crítica que sirviera para su estudio más erudito y su comprensión a todos los niveles. Estamos hablando de una época donde comenzó lo que se llama la reforma religiosa, que daría pie a las ramas cristianas de los protestantes con Lutero, Calvino o los anglicanos entre otros. Estos hicieron una revisión de la interpretación de los textos religiosos que hasta entonces había dado la Iglesia Cristiana Católica Apostólica y Romana. La lectura en latín en misa hacía que a menudo sólo gente de la Iglesia y algunas personas de la alta nobleza entendieran los mensajes, sin bien entre la Iglesia a veces también había grandes lagunas en el conocimiento del latín. Algunas traducciones de los evangelios contenían graves errores que llevaban a interpretaciones equívocas que competían en aceptación con las interpretaciones más abiertas que hicieron algunas corrientes protestantes. En medio de todo esto estaba la crítica al Papado y su vida opulenta en contraste a lo que decían los textos sagrados y una España gobernada por unos reyes que se habían ligado a lo religioso, especialmente Isabel I, tras terminar el proceso de guerras de la Reconquista con la conquista de Granada e iniciar el proceso conquistador y evangelizador primero de las Canarias y luego de América. Cisneros, nada más dar inicio al fin a la Universidad en 1499, comenzó a buscar un equipo de traductores y filólogos, estudiosos de teología, que fueran los mejor preparados para realizar una Biblia Políglota que fuera útil para la defensa del catolicismo y dejar claros los preceptos de los evangelios. Así contrató a una serie de profesores para la Universidad que a la vez serían los investigadores, comentaristas y traductores de esta obra, que dio comienzo en 1502 y acabó de confeccionarse y de imprimirse en 1517, pudiendo verla acabada el Cardenal Cisneros muy poco antes de morir, cinco meses antes, ahora bien, no la vio publicada, pues la primera publicación fue en 1520 porque el Papa no concedió la bula de su publicación hasta ese año.

Aunque su confección empezó en 1502 y acabó en 1517, los trabajos de impresión comenzaron en 1514, con el Nuevo Testamento, y acabaron el mismo año de 1517, con el Antiguo Testamento. También para ello Cisneros buscó al mejor de los impresores, cuyas tipografías fueran claras y precisas. Lo encontró a través de uno de los traductores, Antonio de Nebrija, el cual le recomendó a un famoso impresor con el que solía trabajar, un gallego llamado Arnao Guillén de Brocar, que se trasladó a Alcalá de Henares y se asentó en la calle Libreros, haciendo un trabajo amplio de varias publicaciones en la ciudad que fueron muy destacadas, aunque su obra cumbre fue esta Biblia Políglota, que en inicio tenía permiso de Isabel I para una única edición, aunque ella también murió sin verla acabada, igual que Fernando V. La obra fue creada en seis volúmenes, de los que se editaron seiscientos ejemplares. De todos ellos se han conservado ciento veintitrés, que se sepa. Uno de ellos se conserva en el ayuntamiento de Alcalá de Henares, hay otro propio de la Universidad. La a gran mayoría se destruyeron en un naufragio durante su transporte en barco de España a Holanda. En todo caso, los libros no se pudieron publicar hasta 1520, como se ha dicho, porque alguna copia del Nuevo Testamento impreso en 1514 le debió llegar al humanista y teólogo Erasmo de Róterdam, que tras leerlo elaboró su propia traducción en griego, acabada en 1516, año en el que obtuvo privilegios del Emperador del Sacro Imperio Romano Germano, Maximiliano I (abuelo de Carlos I de España y V de Alemania) y del Papa León X para que sólo se pudiera publicar esa traducción hasta 1520, año en el que ya se pudo publicar la Biblia Políglota, pero no se pudo distribuir hasta 1522, con el desafortunado naufragio que destruyó bastantes ejemplares. Es una obra que ha dado pie a muchos estudios, pero se ha reeditado muy pocas veces, normalmente en ediciones de lujo para coleccionistas. Una de las más recientes fue la creada por la editorial Complutense en 2006 en fac-símil, con cubiertas en piel de cabra y tejuelos de oro, de la cual sacaron mil ejemplares. Hay otras dos reediciones fac-símil previas, una de 1984 y otra de 1987.

Antes de entrar en quienes trabajaron directamente en la obra hay que decir que Erasmo de Róterdam había iniciado su propia revisión y crítica de cómo la Iglesia católica se había relajado respecto a las enseñanzas de la Biblia. Él mismo iba a ser excomulgado como protestante por sus críticas al Papado y las altas jerarquías eclesiásticas, así como por iniciar un proceso mediante el cual acercar a los idiomas vulgares los textos en latín. Sin embargo, tanto los Reyes Católicos como Cisneros simpatizaban con las ideas reformadoras de Erasmo, por lo que presionaron al Papado de todos los modos imaginables para que Erasmo y los erasmistas siguieran su labor. Bien es cierto que los erasmistas, que contaron con muchos españoles como seguidores, no fueron bien vistos décadas después por la Inquisición española, si bien el erasmismo no estaba prohibido ni era protestante, sólo otra corriente de interpretación dentro del catolicismo. Quizá por todo esto le llegó alguna de las primeras impresiones de 1514 a Erasmo, para que la revisara o diera su opinión teológica, pero el resultado fue, como se ha dicho, su propio trabajo de traducción en griego y adelantarse en la publicación impidiendo la de la obra que inicio las traducciones. Sea como sea, el espíritu de Erasmo de Róterdam, del erasmismo, está en la Biblia Políglota, si bien Erasmo no intervino directamente en ella. Sin embargo, en todo este asunto polémico tiene protagonismo Diego López de Zúñiga.

El equipo que seleccionó Cisneros para el proyecto, obviando la participación del ya comentado impresor Brócar, que aportó iluminaciones y todo un trabajo innovador de cajas de texto que no se había visto antes en otros libros, fue liderado por Diego López de Zúñiga, que dirigió los trabajos, junto a Cisneros, aunque Cisneros tenía otras ocupaciones de tipo político, universitario, de inquisidor y de confesor de la reina. Diego López de Zúñiga había nacido en Extremadura en 1460. Era teólogo y experto en griego, latín, hebreo, arameo y árabe. Era de origen noble, había estudiado en Salamanca, pero fue contratado por Cisneros para enseñar lenguas clásicas en Alcalá, donde se doctoró en teología. Era sacerdote, pero no trascendió más en la escala jerárquica de la Iglesia. Se le encomendó dirigir los trabajos de la Biblia Políglota. Cuando en 1514 se acabaron los trabajos del Nuevo Testamento llegaron las noticias de una traducción al griego de Erasmo de Róterdam que le envió sus textos para revisarlos, cosa que se hizo mutua. Sin embargo, Diego López creyó encontrar varios errores en la traducción de Erasmo y elaboró una lista de errores que le entregó a Cisneros, el cual le recomendó a Erasmo no publicar su traducción mientras no arreglara aquello, pero Erasmo dijo que su traducción era la correcta y así comenzó una pelea entre Diego López y Erasmo que duraría el resto de la vida de estos con escritos cruzados contra la obra del otro y que hizo que el propio Diego se trasladara a Roma a trabajar con el Papado. Moriría en Nápoles en 1531. Del mismo modo, como ya se ha comentado también provocó que Erasmo lograra publicar su obra en 1516 e impedir la de la Biblia Políglota hasta 1520.

Para los textos en griego, que era lo que afectó a esta polémica entre Erasmo y Diego López, trabajaron Demetrio Ducas, Juan de Vergara y Hernán Núñez de Toledo "el Pinciano". Demetrio Ducas había nacido en Heraclión, en la República de Venecia, en 1480. Allí trabajó en traducciones clásicas para un famoso impresor, Manucio. Fue contratado por Cisneros en 1512 para enseñar griego en Alcalá y trabajar en la Biblia Políglota. Acabado el proyecto y muerto Cisneros, se fue a Roma en 1518. Ahora bien, su labor se enfrentó a varios problemas materiales que le dieron problemas personales de subsistencia económica. La ausencia de tipografías griegas en España y además de buena calidad, hicieron que él mismo pagara de su bolsillo ejemplares en griego de las traducciones, que compartía con sus alumnos, lo que le estaba dejando sin dinero para cubrir sus propias necesidades. Junto a él trabajó el helenista Juan de Vergara, familiar de varios humanistas hombres y mujeres, el cual había traducido varias obras de Erasmo. Era de familia judeoconversa, había nacido en 1492. Pese a su juventud, fue secretario de Cisneros. Él recibió ayuda en las traducciones de Bartolomé de Castro. Demetrio Ducas debía supervisar todo al finalizar toda la obra, pero abandonó por los problemas citados cuando se acabó el trabajo. Dejó sus labores a Hernán Núñez de Toledo, "el Pinciano".   

Hernán Núñez había nacido en 1478 en Illescas. Estaba considerado como patriarca de los helenistas españoles. Antes de participar en la obra tenía ya mucho reconocimiento con obras propias y traducciones propias. Cisneros le llamó como profesor de la Universidad y fue Demetrio Ducas quien le metió en el proyecto de la Políglota, siendo él quien le sustituyera en los trabajos de revisión como en la cátedra de griego en la Universidad. Entre 1518 y 1519 acabó su labor de revisión. Su trayectoria posterior como autor y como helenista fue en aumento. Murió en Salamanca en 1553, adonde se había ido como profesor después de que en 1523 tuviera problemas en Alcalá por erasmista y por simpatía con los comuneros. No era el único en simpatizar con los comuneros, también lo hizo Juan de Vergara. Como sea, años después, el alumno más aventajado de Hernán Núñez, León de Castro, dijo haber trabajado en la revisión de la Vulgata para la Políglota.

Para la parte en latín trabajó Antonio de Nebrija, del que ya hablamos en su día cuando comentamos su obra también ligada a la Universidad de Alcalá y su periodo como profesor en la misma, Reglas de orthographía en la lengua castellana compuestas por el maestro Antonio de Lebrija, una de las primeras obras que tratan de dar claridad ortográfica a la lengua española. Fue él quien logró que el impresor Brócar estuviera en el proyecto, como se ha dicho. Era el más notable del equipo de trabajo, el más destacado. Su personalidad era un tanto fuerte. Prefería dedicarse a la investigación filológica que a dar clases, lo que hace que su propia hija Francisca diera sus clases por él, si bien de manera oficiosa, no de manera oficial, por lo que no suele figurar como primera profesora de la universidad, aunque lo hiciera en la práctica. Él había sido incorporado al equipo en 1504, y sus trabajos a veces se combinaron con el de cronista oficial de Fernando V desde 1507. Además, entró en varias polémicas con varios miembros del equipo y con otros teólogos por discrepar en la interpretación de la Biblia a costa de sus traducciones. Finalmente, abandonó el equipo antes de acabar la obra, ya que creyó que se le había contratado para que fuese su obra la que debía ser atendida en lugar de que su obra era parte de una obra de trabajo en equipo. No obstante, sus aportaciones fueron valiosas. Trabajó a partir de la Biblia Vulgata escrita por San Jerónimo. Moriría en Alcalá de Henares en 1522, dos años después de la publicación de la Políglota.

Para el hebreo se incorporó a Alfonso de Alcalá. Este era un judío nacido en Alcalá la Real (Jaén) en 1465 que en 1492 se vio en la obligación de convertirse al cristianismo por la orden de expulsión de los judíos de España que hicieron los Reyes Católicos. Era doctor en Leyes y en Medicina, siendo que fue profesor en la Universidad de Salamanca. Fue llamado por el Cardenal Cisneros para que trabajara en las partes hebrea y griega. Tras la muerte del cardenal en 1517 trabajó en la revisión de las partes hebrea, caldea o aramea y latina. Fue la contribución intelectual más importante de su vida, por lo que a veces se le llama "Alfonso el Complutense". Sin embargo, años después hubo de regresar a Salamanca.  Junto a sus labores participaron otros dos judíos conversos, Alfonso de Zamora y Pablo Coronel.

Pablo Coronel había nacido en Segovia en 1480. Aparte de traductor era eclesiástico y orientalista. Trabajó la parte hebrea y la aramea. Regresó a dar lecciones a Salamanca cuando acabó en Alcalá, allí fue condecorado por su labor humanística. Murió en 1534. En tanto que Alfonso de Zamora, nacido en Zamora en 1474, había sido educado en textos religiosos y en el estudio de su lengua hebrea dentro de su religión judía, pero tuvo que exiliarse en 1492 por su condición judía. Regresó a España en 1506 por lo que hubo de convertirse al cristianismo. Eso le transformó en uno de los mayores expertos cristianos del momento sobre judaísmo. En principio trabajó con su familia como zapatero, pero en 1508 intentó ser profesor de lenguas en la Universidad de Salamanca, el proceso cruzó varios problemas y no pudo ser contratado hasta 1510, pero no se le concedió el derecho de enseñanza hasta 1511. Sin embargo, en el verano de 1512 el cardenal Cisneros se lo llevó a la Universidad de Alcalá para enseñar hebreo y arameo. Allí se le encargó la parte aramea de la Biblia Políglota, y revisiones de la hebrea. Principalmente se le dejó al cargo del Antiguo Testamento, especialmente de los libros del Pentatéuco. Tras esos tuvo reconocimiento y una larga trayectoria confrontando textos cristianos con textos judíos. Murió en Zamora en 1544.

Los textos sagrados cristianos originales habían sido escritos en un primer momento en griego, puesto que aunque la actividad de Cristo y los apóstoles se desarrollaría en la actual Palestina-Israel, siendo los apóstoles tras la muerte de Jesús los que lo expanden, el primer foco plenamente cristiano que genera textos es el que crea Pablo de Tarsos en Grecia. Ese texto original en griego fue traducido al arameo y al hebreo, no obstante, los textos bíblicos del Antiguo Testamento estaban en hebreo, por ser la base del judaísmo del que descenderá el cristianismo y el Nuevo Testamento. Estamos hablando de los siglos I y II d.C. (si bien los del Antiguo Testamento son de siglos antes). Para una mejor difusión dentro del Imperio Romano, que contaba con un idioma común, se transmitió el mensaje también en latín, pero el texto bíblico más antiguo en latín que se conoce, llamado Vulgata, por aquello de lengua vulgar (la que hablaba todo el mundo), no será hasta el siglo V, con San Jerónimo. Por lo que hay un proceso de traducciones y traslaciones que podían haber tenido errores y libres interpretaciones desde el origen. Eso era lo que se trataba de corregir.

La obra de seis volúmenes contiene: en el Antiguo Testamento (cuatro volúmenes): texto masrorético hebreo, texto latino de la Vulgata, texto griego de los LXX de la Septuaginta (con traducción latina interlineal), texto arameo del Targum Onquelos, traducción latina del texto arameo; en el Nuevo Testamento (un volumen): texto griego y versión latina de la Vulgata; el último volumen incluye: un vocabulario hebreo-arameo-latino, otro vocabulario greco-latino, una introducción a las gramáticas hebrea y griega y un índice latino. Se trataba de presentar un texto con varias columnas dispuestas de una manera entre alegórica religiosamente y además útil para su estudio y lectura, que recogieran versiones en latín, griego, hebreo y arameo. Buscaban que todas las traducciones se acogieran lo más literalmente posible a los textos más antiguos y completos que tenían, que son los citados Septuaginta, Targum Onquelos y Biblia Vulgata. En concreto, en lo referente al quinto volumen, el del Nuevo Testamento que provocó la polémica con Erasmo, hoy día en revisiones sólo se han hallado cincuenta errores, siendo una de las mejores traducciones de la época.

Esta obra fue incluida al completo para crear la Biblia Regia o Biblia Políglota de Amberes, encargada por Felipe II al humanista español Benito Arias Montano, que se trasladó a Amberes en 1568 para iniciar el encargo, añadiendo a la Complutense revisiones y una ampliación de sus seis volúmenes a ocho volúmenes. Se acabó en 1572. 

Hay que pensar que el catolicismo, aparte de contar en esos momentos previos a la Políglota Complutense con Biblias en latín o griego y otros idiomas transmitidos por copias a veces corruptas o con faltas o con severos errores o con traducciones que distaban mucho del texto original, comenzó a diferenciarse de las corrientes cristianas protestantes, entre otras cosas, porque los textos bíblicos contaban y cuentan con análisis y explicaciones dados y aprobados por el obispo de Roma (el Papa). Estas explicaciones se derivan de su infalibilidad como heredero de San Pedro e interlocutor de Dios en el mundo terrenal, y se suelen fijar comúnmente de las líneas a interpretar el cristianismo de Concilio en Concilio, con aportes de las encíclicas intermedias. Hoy por hoy, las líneas generales de interpretación católica de la Biblia son las fijadas en el Concilio Vaticano Segundo, celebrado entre 1962 y 1965, aunque se convocó en 1959, al que se unen interpretaciones papales posteriores a través de las encíclicas. La Biblia Políglota Complutense es previa a la Contrarreforma fijada formalmente en el Concilio de Trento, convocada para frenar la reforma de los protestantes, pero fue un primer paso desde los erasmistas y desde la iniciativa de Cisneros en España. La de Amberes sin embargo ya sería con el dogma de Trento. Sin embargo, las Biblias protestantes, que varían entre sí en algunas cosas, como por ejemplo en la santidad o no de la Virgen María y los apóstoles, ideas de predestinación y otros asuntos según la corriente, no contenían aportes de interpretación añadidos a los textos bíblicos, dejando a los usuarios lectores su propia reflexión, pero no alejada de la guía de un sacerdote o guía espiritual. Eso hacía que muchas de las Biblias protestantes adelantaran a las católicas en el tiempo en crear traducciones en las lenguas vivas de cada lugar, para facilitar su lectura. Esas Biblias traducidas al idioma de uso común en cada lugar católico aún tardarían un poco en llegar, pero la idea de depurar los textos originales de las versiones más antiguas conservadas a comienzos del siglo XVI y de obtener las traducciones de un texto antiguo a otro de la manera más justa entre sí para alcanzar cual era el sentido real de cada texto original es lo que hace de esta obra un trabajo por esclarecer el mensaje original de manera más exacta, al margen de las interpretaciones del obispo de Roma, aunque, evidentemente, sin evitar explicaciones de este o interpretaciones de manera marginal, sin intervenir en el texto, pero acompañando al texto al pie de página o al margen. Por ello se requirió de un exhaustivo trabajo de contraste, revisión y corrección de numerosas copias conservadas de textos antiguos, que necesitaban de traducciones como material de trabajo para entenderse todo el equipo que trabajaba en el proyecto común, a pesar de las discrepancias de si debía haber traducciones literales o no tan literales para poder ajustarse mejor al mensaje que se pretendía, postura que defendió Nebrija, o bien las discrepancias con Erasmo sobre quién estaba más acertado a la hora de depurar los textos en griego clásico. 

Cisneros ideó esta obra para investigación filológica y teológica, por lo que le interesaba mucho que se imprimieran todos los textos perfectamente depurados y bien estructurados y escritos. Fue posteriormente Benito Arias, quien dijo que ayudó en la obra de Cisneros, el que a esa misma idea le añadió ese interés por aumentar las posibilidades comparativas para ajustar más el mensaje original y para que se pudiera usar también por los no estudiosos, para su uso por creyentes, aunque obviamente cultos o, valga la repetición de la palabra pero con otro significado, para el culto. Con ello se trataba de replicar y contradecir las traducciones a las lenguas vulgares, donde ellos creían que habría traducciones con errores o con interpretaciones libres que se alejaran de los textos de origen. Ahora bien, lo que estaban haciendo los nuevos cristianos protestantes al crear traducciones en las lenguas vulgares del momento, siglo XVI, cosa que copiará el catolicismo unos siglos después, era una idea igual a aquellos cristianos de los primeros siglos que vieron útil pasar a la lengua común, el latín, los textos que en origen estaban en griego, hebreo y arameo.

Esta publicación fue el primer intento intelectual dentro de las reformas religiosas, pero preludio de la Contrarreforma aún por llegar de manera más contundente en aquel siglo XVI, por hacerse eco de las inquietudes reformistas del momento y frenar la ida de devotos del catolicismo. Se trataba de aclarar y volver a una comprensión más acertada de los textos originales y por tanto del mensaje de Cristo. A la vez es una de las publicaciones consideradas más valiosas de los primeros tiempos de la imprenta y del Renacimiento. Sin embargo, hoy día en el siglo XXI, pero desde algo antes, si se compran Biblias de diferente editorial y años encontramos que los textos tienen diferentes traducciones y algunas palabras y sintaxis, bien pensadas, cambian el significado del mensaje entre sí. 


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

viernes, 3 de mayo de 2024

Poesía es... ¡apretar los puños!

Título:Poesía es... ¡apretar los puños!
Autor: Santiago Expósito Amaro (Kamawookie).
Editorial: Domiduca Libreros.
Año de publicación: 2024 (1ª edición; prólogo de Amparo Jessica Herrera Santiago).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-127073-6-6

La editorial y librería alcalaína Domiduca apostó para la Feria del Libro Nuevo de 2024, o más actualmente rebautizada Feria del Libro de Primavera (algo tan ambiguo que cabría tanto el libro nuevo como el de segunda mano y el antiguo) por publicar un libro de poesía. Para ello eligió a un autor que, aunque actualmente su vida está más ligada a Madrid capital, parte de su vida y su formación pertenecen a Alcalá de Henares. Se trata de Santiago Expósito Alonso, y el libro, que fue presentado a comienzos de abril en el Pub O'Malley's de la calle Goya, recibió el primer sábado de la feria en este mes de abril para ser firmado por el mismo autor en la caseta de la librería, en la Plaza de Cervantes. Se llama Poesía es... ¡apretar los puños!, asumiendo la más que arriesgadísima cuestión de poner puntos suspensivos y, además, signos de puntuación como las exclamaciones, en un título. En todo caso, la cubierta cuenta con una ilustración en blanco y negro del ilustrador y autor también alcalaíno Juan Nepomuceno, el cual eligió una tipografía que imitaba una escritura humanística a pluma propia de los siglos XV-XVI, mientras a la vez creaba un personaje cuya cabeza es una calavera y viste cazadora de cuero mientras nos enseña los puños, igual que el superhéroe de Marvel Comics el Motorista Fantasma. En todo caso este personaje lleva gorra que puede hacernos pensar en el cantante de hard rock del grupo AC/DC, pero en los puños, que son de carne y hueso aparece un tatuaje de a letra por dedo donde se lee un mensaje en inglés que identificará todo amante del cine "love", en un puño, "hate", en el otro puño ("amor", "odio"), que pertenece a la película La noche del cazador (Charles Laughton, 1955), que a la vez era una novela del estadounidense Davis Grubb publicada en 1953. Este tatuaje apareció en otros personajes de cine como homenaje especialmente desde la década de 1990, y desde 2000 se ha visto en varios músicos de diferentes estilos, aunque en este caso no tengo claro que todos tengan claro el origen y el porqué original. Como sea, guiño a aquel psicópata del cine incluido, la referencia de la cubierta nos lleva a una mezcla de motero heavy metal de la década de 1970 con rockero motero de la década de 1950. Y es que la cosa es que el poemario Poesía es... ¡apretar los puños! tiene mucho de guiños, citas y referencias a letras de canciones del rock y el punk, tanto clásicos de las décadas de 1950 a la de 1970, como españoles de las décadas de 1980 y 1990, aunque en bastantes ocasiones, casi todas, sólo son percibidas por quienes tienen esos conocimientos de música rock. En cierto modo hace un papel como el de las referencias de mitología clásica en la poesía del Renacimiento, las entienden y las reconocen quienes tienen un amplio y rico conocimiento con la mitología grecorromana hasta sus más mínimo detalles y sus más extrañas referencias, lo mismo aquí con el rock. Puede que alguien pueda leer determinado verso sin saber que la imagen del verso es en realidad parte de la letra de una canción de la década de 1970, pero en cierto modo todo esto es parte del estilo y de la esencia del presente poemario. Hay que conocerlo para poderlo entender bien, porque es un poemario que se presenta como poesía urbana, quizá en reverencia a la contracultura de un estilo próximo, que no igual, al de Charles Bukowski, aunque no llega a lo descarnado de este, pues las vivencias de ambos autores son diferentes. De hecho las vivencias de Santiago Expósito le aproximan a las de su ilustrador, Nepomuceno, pues ambos en sus libros aquí referenciados se remiten a la superación de una enfermedad sufrida por ellos mismos. Enfermedad de carácter grave. Santiago Expósito nos deslizará desde momentos de la Covid-19 a un largo padecer y una superación de un cáncer, en algún poema se cita la quimioterapia y las hospitalizaciones. En otros se cita la soledad y la lucha personal e íntima en la soledad de una habitación. 

El libro deja amarrado más fuertemente su vínculo con el rock y el punk recurriendo a un recurso interactivo que ya hemos visto en otros libros actuales: la inclusión de códigos QR que, con ayuda de un lector electrónico, normalmente en teléfonos móviles con Internet, te hace escuchar canciones seleccionadas por el autor para escucharlas en determinados poemas. Un recursos que va cogiendo fuerza en algunos libros actuales, pero que es totalmente efímera, pues aunque ahora es un vínculo cibernético que funciona y puede que duré unos años, esto son licencias de contratación entre tal empresa del QR y tales otras que disponen en este caso de archivos sonoros, como empresas privadas que son, durarán lo que durarán, si bien sus archivos a veces son borrados, removidos o caducados por las personas que originalmente los pusieron. No es la primera vez que nos encontramos enlaces de este tipo, no necesariamente mediante QR, que ya no llevan a ningún lugar más que al mensaje que te indica que el enlace al que intentas acceder ya no existe. En este sentido es importante saber que en pleno siglo XXI la Literatura trata de jugar con el sonido, a veces con la imagen, gracias a las nuevas tecnologías, pero que los escritores deben comprender que su obra no puede depender de eso, sino, si lo desean, como mucho, sugerirlo como algo ideal como acompañamiento, pero no necesario.

Entre los versos podremos identificar referencias a The Rolling Stones, Deep Purple, Jimi Hendrix, Dire Straits, John Lennon, The Doors, Tom Waits, Nick Cave, entre otros, pero también españoles como Extremoduro, Barricada o Leño.

En todo caso, el poemario es algo más que eso, pues no hay tanto una temática central concreta, sino varias líneas generales tal vez desarrolladas en el pensamiento del poeta de 2020 a 2023, incluida la denuncia social contra la guerra actual que desarrolla Israel en la Franja de Gaza, el refugio en la bebida y los bares de rock durante la noche, sintiéndose incomprendido, o el desencuentro amoroso y sexual en su vida, entre otros temas. Posiblemente se trate de un primer poemario que como tal recoge lo que el autor ha considerado lo mejor que ha escrito en poemas. Previamente ha publicado relatos en los libros: El coleccionista de finales felices y A la sombra del Siglo de Oro, donde demuestra su conocimiento del cuento y de la cultura clásica, así como también la Literatura española de los siglos XVI y XVII, lo que le delata como persona formada en Humanidades. No obstante, su prologuista, Amparo Jessica Herrera, es una Humanista titulada por la Universidad de Alcalá, en proceso de doctorarse, que ha trabajado de editora de libros de texto, relacionada con las mitologías antiguas.

El propio autor denomina sus poemas como algo que le surge de manera espontánea desde dentro de sí mismo cuando surge el momento, por lo que estaríamos hablando de un poemario pasional. Pero en cierto modo sí que hay una reflexión, pues del mismo modo que hay referencias a letras de canciones de autores del rock, hay también enumeraciones de pintores (Dalí, Picasso, Van Gogh, Miguel Ángel...), de cine y de escritores, como Dante, que es citado explícitamente y cuyo Infierno y descenso al mismo es referenciado, a menudo unido al viaje de superación de la enfermedad en la soledad en un hospital o padeciendo los efectos secundarios de medicamentos y terapias como la quimioterapia. Tiene mucho de poemario sostenido en la cultura popular. Es relativamente recurrente que en los poemas haya sucesiones de referencias o de imágenes, haciendo ese efecto de listado que ayuda a potenciar una idea sobre lo que se nos quiere expresar recurriendo a puntos comunes de la cultura popular o del conocimiento popular, depende del caso. A esos "listados" les suma la repetición de paralelismos en los versos y de anáforas. Es la base del estilo de conjunto del poemario.

Una cama grande y a solas no es una cama.
Es un océano.
Un cuerpo desnudo y a solas no es un cuerpo.
Es un náufrago a la deriva.

(...)

También es un poemario basado en el verso breve y poemas largos, que a veces rompen la métrica para caer en el más puro verso libre. El lenguaje empleado y las expresiones, las repeticiones mismas de algunas partes casi a modo de estrofa o de "motivo central" o "tema central" ("leit motiv") hacen pensar que es posible que una buena parte de estos poemas hayan sido compuestos o bien para pasar a ser canciones de rock o bien compatibles con ritmos y tiempos de rock al leerlos o leerlos canturreados. 

Hay denuncias sociales, especialmente apuntando con el dedo a los más poderosos, sean empresarios o políticos, que han creado un mundo en el que tratamos de sobrevivir acordes a sus normas, pero intentando vivir al margen de lo políticamente establecido como correcto. Sin embargo, el poemario, vuelvo a repetir, parece tener como destino ahondar en el carácter de la soledad individual especialmente del marginado por su comportamiento diferente al resto, y en la lucha de supervivencia personal y los refugios de esa supervivencia, especialmente cuando se ha bordeado la muerte o grandes padecimientos que nadie más puede hacer por ti o donde nadie más estará contigo por muchas muestras de cercanía recibas de otros. En este sentido, destacan especialmente los poemas donde Santiago Expósito hace desarrollo de su reflexión poética.

El Infierno tiene humedades,
lágrimas que caen del techo,
muebles desvencijados
y la calefacción rota,
paradójicamente.

Es una sala de urgencias
con enfermeras corriendo.

El Infierno es veneno,
un dulce veneno
que te bebe de bar en bar
con el alma a precio de saldo.

Es la quimioterapia
como calvario.

Son muchos años
de resquemor por dentro.

El Infierno son reproches,
reproches interminables,
sin ningún diálogo.

(...)

 

 Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

viernes, 26 de abril de 2024

Otra conversación

Título: Otra conversación.
Autora: Sofía Morante Thomas.
Editorial: Gato Encerrado.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 
978-84-125839-5-3


Una de las jóvenes poetas ligadas a Alcalá que se nos ha descubierto de manera potente y llamando poderosamente la atención a escritores y prensa a nivel estatal, como por ejemplo al periódico El Diario, es Sofía Morante Thomas. Cuenta de momento sólo con tres poemarios, sin embargo ya la han ubicado de manera destacada. Aunque es alcalaína, nació en Madrid en 1996. Desde niña se vio atraída primero por las artes plásticas y después por la literatura. Comenzó unos estudios universitarios que abandonó al año de iniciarlos para residir en la Riviera Francesa. fvue de su vida y experiencias personales allí que a su regreso a España publicó su primera novela, Retrouvailles: la fragilidad de los reencuentros (2016), con 20 años. Con esto regresó a la Universidad de Alcalá de Henares, comenzó a trabajar en una galería de Arte y empezó a colaborar en revistas literarias. En ello estaba cuando publicó su primer poemario, Sed de naufragios (2018). En 2021 se graduó en Humanidades y Magisterio y obtuvo el Máster en Estudios Literarios y Culturales Hispánicos, y se embarcó a iniciar estudios predoctorales en Estudios Lingüísticos, Literarios y Teatrales, en los que aún se haya, combinando lo académico y lo que esto requiere de artículos y otras actividades intelectuales, con lo artístico y literario. Así surgió su segundo poemario, a la vez tercer libro, en este año 2024, Otra conversación. Fue presentado por primera vez en Madrid capital en febrero, en el bar Aleatorio, mientras que en Alcalá de Henares fue presentado en marzo en la Librería Diógenes, junto a su editora. La presentamos en estas notas a través de este tercer libro. Tal como ella declaró en sus presentaciones, sus dos poemarios habían nacido a raíz del fracaso o frustración de dos relaciones sentimentales, aunque ella no definiría sus poemarios ni de amor ni de desamor, sino de construcción personal. Estoy en buena parte de acuerdo con ello. Evidentemente existe el sentimiento de amor y el de desamor en el libro, porque es una historia de amor y su final el que lo desencadena, pero es cierto que innova respecto a otros libros que nacieron por lo mismo en cuanto a que su principal foco no son esos sentimientos, sino la reconstrucción de ella misma en su autoestima y emocionalidad. Son poemas de su recuperación tras el trauma de una pérdida de alguien querido, por tanto de un proyecto  de vida afectiva que había comenzado a dibujarse. Es una nueva perspectiva del amor en el siglo XXI, donde el autoconocimiento y el cuidado emocional de uno mismo es algo más arraigado y, desde un punto de psicología, entendemos como plenamente humano la superación del trauma, en este caso: del final de una persona en nuestra vida que, por fuerza, no sólo ha estado, es que ha sido parte de ella. Sofía tiene la elegancia y el saber hacer del equilibrio entre los sentimientos de amor y desamor, siempre pasionales, con esa lucha de la mente por comprender y por comprendernos para superar. No obstante, como ella misma dijo, pese al choque frontal inicial del final de las relaciones, hoy día es amiga de aquellas personas. Por lo que es un libro de amor al otro y a uno mismo muy de nuestros tiempos. Personalmente creo que es válido tanto para la sensibilidad y emocionalidad femenina como para la masculina, aunque probablemente al ser una autora habrá más de una persona que sólo quieran valorar la perspectiva femenina. Sería injusto, porque como toda poesía brillante, y lo es por su sinceridad y su valentía de confesión y autoconfesión, es una poesía universal, trasciende la sexualidad, aún cuando ella nos narre sus versos y vivencias como mujer que es. Es un poemario humano, no un poemario de la sexualización de los sentimientos.

Fue publicado por la editorial toledana Gato Encerrado, la cual colabora con Voix Vives, festival de poesía de Mediterráneo en Mediterráneo, el Laboratorio Matadero de Toledo y la Cooperativa Integral la Divergente. Aunque publican poetas masculinos y femeninos, la editora presente en la presentación de Alcalá afirmó en ese momento darle preferencia a las voces femeninas por considerar que estaban menos oídas. Si bien esto pudiera ser cierto hace unos años, hace ya bastantes que esto no es tanto así, pero eso es otro debate, y me temo que espinoso, aún  queda un tiempo para hablar sin espinas. 

El libro está muy elegantemente presentado en tapa blanda solapada, con cubiertas en brillo enmarcadas en ocre y una fotografía en blanco y negro de Marcos Kohler para Pexels, un banco de imágenes de artistas que las ceden gratis a los creadores que deseen usarlas siempre y cuando citen la autoría y el banco de imágenes Pexels al que pertenece la imagen elegida. Se trata de una joven que gira su cabeza para mirarnos de perfil, dándonos la espalda, mientras se ve envuelta por un choque de agua o arena contra ella, lo que la autora y la editora definieron una como que la chica se evaporaba y la otra como que se aparecía.

(...)
Sé que lo pierdo que pierdo el tiempo
Que te pierdo con el paso del tiempo
Porque con la vista nublada no puedo aniquilarlo aniquilarte
Aniquilar el tiempo.
(...)

El libro se divide formalmente en tres partes más un preludio y un epílogo, este último con un extenso poema en prosa sin signos de puntuación y reiterando una reflexión final sobre qué quedaba del paso de una persona en la vida de otro tras una historia e amor fallida... no obstante siempre viva en cada una por haber sido la relación mutua parte de la vida de ambas personas. Abundan las referencias a frases y versos de otros autores, como la escritora Anne Sexton, el escritor Truman Capote, la poeta Miriam Reyes, el poeta Raymond Carver o incluso un fragmento de la serie de televisión sobre una familia de mafiosos Los Soprano. Todas esas referencias dan el preludio a diversos poemas, pero siempre dan pie desde lo oportuno de que sean citado, al servicio del libro y de los poemas, como parte de la reflexión y el ser de Sofía Morante, no son un mejor ejercicio de referencia en homenaje. 

Aunque el libro está publicado en febrero de 2024, probablemente recoge poemas de la autora desde su último libro, de 2018. Lo que se hace evidente es que el año 2020 tiene un peso importante en estos poemas, pues parte de la digestión de esta historia de amor y su final pasa por una separación física imposible de esquivar, la del confinamiento por ley cada uno en su casa, o dónde le pillara el confinamiento, a causa de la pandemia de Covid-19, ocurrido en la primavera de aquel año. Las referencias al confinamiento, la soledad y la enfermedad, así como a la muerte en el ambiente, cobra aquí un refinamiento alegórico y metafórico que enraíza con la psicología y con la poesía por igual. Su alma, la de la poeta, se extiende a todo lo vivido en esos días y lo identifica con lo que ella misma estaba procesando en torno a su propia vida emocional. Posiblemente el propio confinamiento le dio tiempo a pensar y meditar numerosas de sus emociones, así como a desesperar en estados de ansiedad, aunque es una persona bastante equilibrada, según se trasluce en estos poemas y se la oyó hablar en la presentación de su libro. Es probable también que tras dar por acabado el poemario aún regresar a él diversas veces para retocarlo o revisarlo durante un año más, el pasado 2023. Es una intuición de quien esto escribe, me puedo equivocar. El resultado, en todo caso, es un poemario maravilloso.

(...)
Tengo que asimilar que la oscuridad
nunca te traerá a mi puerta
a mi balcón.
Ahora
sólo tengo mi corazón lo que queda
junto a una copa de vino
y algunos cigarrillos que me lanzan los vecinos
(...)
 

El libro refleja también cambios físicos consecuencia y reflejo a la vez del proceso emocional que se vive. Contiene avances y retrocesos, dudas y seguridades, tiene sus certezas y sus contradicciones que lo hacen profundamente humano y profundamente abierto desde los sentimientos. Es una poesía del interior actualizada al completo en el siglo XXI, lo que hace que sea innovador y renovador. Un soplo de aire nuevo en los poemarios de estas temáticas que yo la menos he agradecido bastante. Este poemario es algo más que la temática del final de una relación. Es, repito mi coincidencia con la autora, un poemario de reconstrucción de la persona, no es tanto de desamor, sino de recuperación del alma y el ser de la persona, de la salud psicológica de la persona tras un trauma profundo que deja su rastro permanente en el cómo seguirá siendo esa persona a causa de lo vivido. Es un poemario de estallido devastador en el alma que destruye el lugar cómodo y agradable y por tanto de recuperación y reparación del hogar que eres tú mismo para ti mismo.

Pero el libro no sólo tiene esto, también contiene una conciencia plena del paso irreversible a la vida adulta donde la vida de mujer, por muy joven que se sienta, no puede volver a ser niña, y en algunos versos parece vaticinar a algunas niñas que aparecen que también a ellas les llegará un cambio vital irreversible, forjado con ilusiones, pero también con decepciones, con la realidad de la vida. "Cuando fuiste niño ¿cómo fuiste?", pregunta en el poema inicial del comienzo del libro en su primera parte; "Me pregunto cómo serán nuestras hijas / cuando sean madres", finalizará otro poema.

Prescinde en su gran mayoría de los signos de puntuación, que es algo que se está generalizando últimamente en la poesía más joven, así como nos lanza algunas indicaciones y posibles pausas en versos que contienen espacios prolongados en su continuación en el mismo renglón o partes que aparecen en cursiva, a modo de subrayado o de otro tono. Quizá una de los recursos que me parece más atractivos es la gradación sin uso de artículos ni otro tipo de proposición, artículo, numerativo o signo de puntuación que hace de manera frecuente en término de dos o tres conceptos para narrar y describir, logrando dar varios significados a lo que por sí sólo no lo tendría. es lo más experimental que contiene en sí y tiene un efecto fresco que estimula mucho. A eso hay que unirle un lenguaje cercano, nada protocolario, como de la contracultura pero sin proponer la provocación al otro. "Rojo bermellón palma de mano roza rojo bermellón de mandíbula", dice en un poema, "aquella tarde mes de finales inesperados", dirá en otro poema, o también en otro más: "¿Me bloquea tu recuerdo todavía? ¿necesito eliminarlo aniquilarlo volverme una sicaria una víctima?". A menudo esas uniones provocan aumentativos inventados por ella que funcionan perfectamente para entender porqué lo expresa así.

El poema en verso que cierra el libro antes del de la prosa, "El único o la profecía", es el poema más redondo que podía cerrar el libro como cerrando el círculo y el proceso mismo de reconstrucción. Juega con una posible doble lectura sobre si la hija futura será real, o si bien esa "hija" es ella misma producto  del hoy de lo compartido ayer.

Esperando a una niña
tintinean lirios en mi vientre
mi pelo y mi piel brillan desmesuradamente
Color avivado innatural
mi rostro es lo más parecido a la luz del sol
      que en el ocaso se disipa pequeño     globo melancólico.

La hija con los ojos castaños no tendrá tus labios pero los de Otro
La hija con Sus ojos somnolientos por ti terminará devorándome
      adorará al padre que no tuvo
      como le adoró su madre cuando sí.
Mi hija rencorosa lo verá en mis ojos     el amor perdido
                                                                            / la profecía
Me reprochará su in-extinguido recuerdo nocturno
                                                                 la inquebrantable promesa.
Preguntará
Por qué su padre no eres tú
si eres el único que supo cuándo su madre mentía.

Sin embargo cierra el libro el poema en prosa que hace recuento de lo que queda y de lo que fue entre las dos personas y en concreto en ella, y aún le sigue en última página un poema más de un único verso, que empezando en minúscula como encabezando el final de una conversación sostenida entre la poeta y sí misma, o quizá entre ella y la persona con la que rompió, o quizá con el lector, nos advierte: "pero esto es otra conversación".


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

viernes, 19 de abril de 2024

Lazarillo de Tormes

Título: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades.
Autor: Anónimo.
Impresores: Salcedo (Alcalá de Henares) / Juan de Junta (Burgos) / Hermanos del Canto (Medina del Campo) / Martín Nucio (Amberes).
Año de publicación: 1554 (1ª edición de tres ediciones simultáneas en 1554, más una 2ª edición corregida en el mismo año y simultánea a las otras, aunque pudo haber otra anterior desaparecida por la Inquisición entre 1552 y 1553).

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Título: Lazarillo de Tormes.
Autor: Anónimo.
Editorial: Cátedra.
Año de publicación: 1998 (1ª edición de Francisco Rico, en 2006 indicaba 4ª edición).
Colección: Letras Hispánicas.
Nº de volumen en la colección: 44.
Género: Novela picaresca.
ISBN: 978-84-37606606.

 

Hay un libro de la  literatura del Siglo de Oro español, parte de la Historia de la Literatura Universal que no sabemos si lo escribió un alcalaíno y cuyo argumento y personajes no tienen que ver ni con Alcalá de Henares ni con alcalaínos, sin embargo está en el haber de Alcalá de Henares porque su primera edición, una de las cuatro que salieron simultáneamente en 1554, es de una imprenta y a la vez librería de Alcalá de Henares de aquella época, la de Salcedo, se trata del libro que originalmente se llamó La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. Con ese título se publicó más o menos a la vez a lo largo de aquel 1554 en las imprentas de Juan de Junta, en Burgos, de los Hermanos del Canto, en Medina del Campo, y de Martín Nucio o Martín Nuyts, fuera de España, que no del Imperio Español, en Amberes, a un año o meses de que Carlos I de España y V de Alemania le cediera Flandes a la Monarquía Hispánica, que heredó su hijo Felipe II, y no al Sacro Imperio Romano Germano, que dejó al cargo de su hermano Fernando I. A esas tres ediciones se sumó la de Alcalá de Henares, en la imprenta y librería de Salcedo, aunque no exactamente con ese título. De las cuatro primeras ediciones simultáneas, sólo la de Alcalá de Henares alteraba el título y decía: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades nuevamente impresa, corregida y de nuevo añadida en esta segunda impresión. Así que sólo la de Alcalá de Henares reconocía ser una segunda edición que había sido revisada y corregida, la cual actualmente es la que siguen en buena parte las ediciones actuales. Comparada con las otras tres ediciones, los cambios aparecen, pero no son especialmente sustanciales, por lo que muchos investigadores y filólogos sospechan que en realidad todas serían una segunda edición de una primera muy minoritaria que probable editó unos pocos ejemplares entre 1552 y 1553, hoy día totalmente desaparecida, por lo que esto queda en mera teoría e hipótesis, pero no en una certeza. Testimonialmente sólo consta la fecha de 1554 en las cuatro primeras ediciones.

Lo que sí se sabe es que la obra no pasó la censura imperial ni la de la Inquisición. eso podría haber provocado la hipotética desaparición de una primera breve edición entre 1552 y 1553, aunque esta pérdida no hubiera sido tan total, ya que en 1554 existen estas otras ediciones, y en concreto la alcalaína dice ser una edición segunda revisada y corregida. La obra seguiría estando prohibida, por lo que imprimirla, venderla, comprarla, tenerla, leerla, era un problema serio. De hecho, la edición de Medina del Campo fue descubierta accidentalmente durante unas obras en un edificio antiguo durante 1992, ocultada mediante emparedamiento en su época, lo que puede hacernos pensar si no sería una primera edición. Ahora bien, la Inquisición dejó publicarla pasados los años tras censurar varias partes y cambiar otras, lo que se llamaba expurgar y hoy censurar. Las copias permitidas y censuradas posteriores se han cotejado con estas cuatro primeras ediciones y no cabe duda de que estas responden, o parecen responder, a la publicación original sin censura, y que tal vez en la de Alcalá de Henares se quiso suavizar algo de cara a la Inquisición, sin lograrlo del todo. Por otra parte, en 1607 se apuntó la posibilidad de que el autor fue el poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza, miembro de una poderosa familia nobiliaria cuyos principales dominios estaban entre Guadalajara y Alcalá de Henares, aunque su posición política les permitía tener entre ellos virreyes en América y miembros en otros lugares de España y de Europa, como por ejemplo en Granada, de donde era este Diego Hurtado. Teniendo en cuenta esto, su pertenencia a los Mendoza le hace próximo a poder haber sido autor en Alcalá de Henares. Esta posibilidad se defendió con fuerza hasta el siglo XVIII, y fue retomada en 2010 por la paleógrafa Mercedes Agulló cuando al estudiar legajos de esta persona descubrió que en uno de sus documentos el propio Diego Hurtado de Mendoza había escrito que había corregido Lazarillo y Propaladia para su publicación. En todo caso, aunque parece ser que este hecho se dio, eso no le transforma automáticamente en autor. Ante la falta de pruebas más definitivas y claras, hoy por hoy se sigue considerando una obra anónima. Así, por ejemplo, se sigue defendiendo y explicando en una de las ediciones críticas más popularizadas en nuestros días, las de la editorial Cátedra, que hoy por hoy comercializa la edición crítica que Francisco Rico en 1998 para su colección Letras Hispánicas, aunque, en vista de que el hallazgo comentado antes es de 2010, es posible que haya hoy ediciones críticas más actualizadas. No obstante, en la edición de Amberes, la de Nuyts, la cubierta mostraba dos cigüeñas y aunque este ave es muy propia de media península Ibérica, la zona del valle del Henares es prolífica en ellas, si bien en el siglo XVI no estarían sobre los edificios (según vemos en los grabados de época), sino en su bosque de rivera. Esto tampoco es definitivo ni definitorio de nada.

La cubierta de la edición alcalaína y la de Medina del Campo se ceñían a mostrar a Lazarillo con el ciego, mientras que la de Burgos se centraba en Lazarillo y el clérigo. No arroja grandes pistas. Los motivos de censura venían tanto por una crítica social a un imperio español que mantenía a su sociedad en suma pobreza y necesidades, un imperio basado en el honor, entre otras cosas, pero descuidaba otros aspectos. Pensemos que Carlos I dilapidó las fortunas de América en guerras de religión en Europa y lujos, declarando la bancarrota de la Monarquía Hispánica varias veces, suspendiendo el pago de los juros (una especie de bonos del Estado de la época que solían comprar nobles, burgueses y banqueros), bancarrotas que llevaron al saqueo de Roma por parte de las tropas españolas o, décadas después, con Felipe II, al saqueo de Amberes. Una crítica que aparece en otras obras de la época, como las de Cervantes, Quevedo, Mateo Alemán y otros, los tres citados ligados a Alcalá de Henares. Por otro lado hay una crítica a las apariencias y las formas de comportarse de nobles e Iglesia, eso en un tiempo que se habían producido ya la revuelta comunera y la de las germanías, por no hablar de la guerra civil en el Virreinado del Perú o la rebelión de Lope de Aguirre en la Amazonía. Además, la obra desprende ideas del cristianismo que no siguen exactamente el catolicismo, sino las ideas de Erasmo de Rotterdam. Erasmo y los erasmistas no fueron expulsados de la Iglesia católica porque los Reyes Católicos, especialmente Isabel I y el cardenal Cisneros, presionaron al Papado para que no lo hicieran, ya que ellos, en plena época de reformas religiosas mediante las que surgieron las corrientes protestantes, sentían que las lecturas de Erasmo sobre críticas a la conducta de la Iglesia y el comportamiento de los católicos eran legítimas. Pero una vez que los Trastamara, incluida Juana I "la Loca" y Felipe I "el Hermoso", y el propio Cisneros, han desaparecido y comienza el reinado Carlos I, con quien se publica el libro justo al final de su reinado, aunque Carlos I no le dio a la Inquisición tanta relevancia como se la daría su hijo Felipe II, lo cierto es que se puso en el punto de mira a los erasmistas, muy popularizados en España al considerarse una corriente dentro de los católicos. Es probable que la censura llegara precisamente por presentar ideas y críticas erasmistas. No sólo la Inquisición estaría contra ello, Carlos I usó a esta como instrumento de control político y él estuvo la mayor parte de su reinado inmerso en guerras de religión contra los protestantes en Europa, por lo que no podía permitir que la base del reino que más dinero le hacía ganar traído de América no fuera un ejemplo de catolicismo.

Como sea, en 1605, cincuenta años después de la primera edición, un fraile jerónimo dijo por primera vez un nombre de un posible autor, otro fraile jerónimo, Juan de Ortega, que ocultó su nombre por ser general de su orden religiosa, por lo que deseaba defenderla de la Inquisición. En 1607 surgió la hipótesis de Diego Hurtado de Mendoza, cuya posición político y social le habrían hecho callar su nombre. En el siglo XIX la hipóteses de Juan de Hurtado, muy aceptada, encontró otra hipótesis fuerte, la de los hermanos Valdés, ambos erasmistas. Se apuntaba que Juan de Valdés habría escrito la primera versión censurada y perseguida en 1529, lo que le llevó a huir y exiliarse en Italia, habiendo dejado esa primera versión en una imprenta de Alcalá de Henares, la de Miguel de Eguía, que no en la de Salcedo, y en al cual se perdería su nombre y obra y que por ello alguien la habría encontrado, revisado y corregido en 1554, siendo corregir el acto de eliminarle las partes conflictivas, o sea: censurarla o autocensurarla. Los que defienden que fue Alfonso de Valdés lo hacen por haber encontrado paralelismos análogos de varios pasajes del Lazarillo con partes de su propia obra... cosa que ocurría también con la de Juan de Valdés. Siguiendo el mismo razonamiento, pero con otra obra de la época, se postuló a Sebastián de Orozco a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Así, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ya se han propuesta entre diez y quince humanistas españoles más como posibles autores, entre los que figura incluso un secretario personal del rey y otro escritor famoso, Fernando de Rojas, que terminó de escribir La Celestina, una obra con un inicio supuestamente anónimo y autor que había vivido con toda la crudeza en su familia y persona la tortura y las ejecuciones de la persecución de la Inquisición a los cristianos judeizantes, esta hipótesis vendría a decirnos también que la primera versión sería de las primeras décadas del siglo XVI.

Como sea, obviando la hipótesis de que en 1529 el libro original pudiera haber sido depositado en la imprenta alcalaína de Miguel de Eguía, de lo que sí tenemos certeza total es que en 1554 en Alcalá de Henares se realiza una de las primeras ediciones conservadas en la imprenta y librería de Salcedo. El impresor era Atanasio Salcedo, que era el hijo y heredero del negocio familiar iniciado por Antonio Salcedo, que vino a la ciudad ante la necesidad de imprentas por parte de la nueva comunidad universitaria. Antonio ya colaboraba con otro impresor de la ciudad, Brocar, impresor de la Biblia Políglota, siendo que en 1525 había salido de su imprenta títulos destacados aún hoy día. Inició el negocio como librería, pero como tantos otros libreros, ampliaron a imprenta, y como tantos otros, también se hizo editor. Estaría la imprenta en la calle Libreros o sus aledañas, sin saberse con exactitud dónde, aunque estudios arqueológicos actuales apuntan la posibilidad de ser el edificio hoy en ruinas donde hasta hace poco en el siglo XX y parte del XXI se ubicó la fábrica de hielo Gallo. Como sea, el negocio heredado por Atanasio continuó teniendo cierto prestigio, hasta el punto que exportaba libros a otros lugares. En 1543 un librero de Medina del Campo le debía ni más ni menos que la muy elevada cifra de 74.000 maravedíes en libros. No deja de ser llamativa esta deuda entre dos lugares que publicaron la primera edición de 1554 del Lazarillo. Sin embargo, editaba por sí mismo pocas obras, aunque vendía muchas editadas por otros. Lo más importante que había editado antes de la obra que nos ocupa había sido traducciones de Séneca, que sacó en 1552. Fue el éxito del Lazarillo el que hizo que su negocio fuera muy popular como imprenta desde 1557. Hay que pensar que otra diferencia de su portada con las otras tres de 1554 es que en ella se lee que se venda el libro en Alcalá, por lo que su edición habría pasado la censura. Su negocio finiquitó en 1567.

Por lo demás, la obra en sí es un clásico que da por iniciado el género de la novela picaresca, aunque hay otras obras con características de picaresca anteriores. Narraciones en primera persona, a modo de cartas o memorias pasados los años, que narran las aventuras y desventuras de personas muy poco afortunadas en la vida que tratan de ganarse la vida con todo tipo de oficios, trucos, trampas y artimañas, mientras a la vez quieren progresar o prosperar o aparentar. Tenían una fuerte crítica social y política, incluso religiosa y de moral y ética. Por cuestiones de la época trataban de transmitir una lección moral final, aunque en el fondo son la base lejana de la futura literatura de la contracultura y los antihéroes del siglo XX. 

Sigue la vida de un niño de una familia pobre abandonado a su suerte y entregado a diversas personas que dicen que le darán un porvenir a cambio de sus servicios, todo a costa de que sus padres no le pueden mantener, su padre por morir y su madre porque por pobreza no se puede hacer cargo, dándose ella a la prostitución. Es parte del lumpen. Pasa por Alba de Tormes, de donde sería él (no es casualidad que se llame Lázaro, como el resucitado por Cristo en la Biblia). También pasa por Salamanca, Almoroz, Escalona, Torrijos, Maqueda y Toledo. Desde su niñez a su vida adulta nos cuenta sus sinsabores, con cierto humor negro, al servicio de un clérigo, de un ciego que cuenta cuentos mendigando, de un soldado que es un miembro de la baja nobleza venido a menos, y de otros miembros de la sociedad de la época. Critica así a todos los estamentos y clases sociales, como incluso a las instituciones religiosas y políticas, e incluso a los acontecimientos de una España engrandecida como Imperio, pero a costa de empobrecer la vida de sus súbditos y pedirles sacrificios que les llevan a una pobreza y una hambruna que tratan de disimular mediante ideales de honor y de España que en realidad no solucionan su precaria existencia personal. Eso lleva a la pillería y a engaños varios, al intentar medrar de cualquier manera y a una búsqueda de los caminos fáciles que no lo son en absoluto.

Queda así señalada la conexión de esta obra emblemática de la picaresca española con Alcalá de Henares, por cierto, una ciudad donde varias obras de la época sitúan personajes y situaciones de pícaros. No obstante, Alonso Fernández de Avellaneda ya escribió en su Quijote apócrifo que los estudiantes alcalaínos eran por entonces todos pícaros por necesidad.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso

Título: Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso.
Autores: Rubén Buren (coordinador y autor); Julián Vadillo y varios autores.
Editorial: Pinolia.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Historia; Ensayo.
ISBN: 978-8419878311

 

El muy prolífico historiador alcalaíno Julián Vadillo suele participar en numerosas obras colaborativas de manera abundante, al margen de sus propios libros de investigación. Este año publica un capítulo en una nueva obra colaborativa de varios y numerosos autores, Segunda República, que por subtítulo lleva: Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso. Subtítulo con el que Vadillo no está de acuerdo por incorporar una sentencia de valor que orienta a quien ve la cubierta a pensar de una determinada manera sobre la República, "estrepitoso fracaso". La valoración "estrepitoso" además aumenta una sensación tópica contra la República que se alimentó durante el mismo franquismo y que la Transición en buena parte repitió, aunque en términos diferentes al franquismo. Se trataría de aunar la idea de República en España como algo unido al caos, al fracaso, a lo imposible y a lo inviable. Por ello mismo, Vadillo está enfadado con ese subtítulo y así lo hizo saber de manera muy apasionada al autor que coordinó toda la obra, Rubén Burén, durante la presentación del libro en Alcalá de Henares el 18 de abril de este 2024, ayer, en la Librería Diógenes, aunque previamente había sido presentado en Madrid en el mes de febrero y el mismo día del aniversario de la República, el 14 de abril, el diario monárquico ABC se hizo eco de esta publicación mediante una entrevista a Buren.

El libro fue publicado por la editorial Pinolia como una obra colaborativa de varios autores coordinados por Rubén Buren, como ya se ha dicho, siendo que si bien varios son historiadores, otros se acercan a las diferentes materias que se tratan analizando la Historia de la Segunda República (1931-1939) desde lo interdisciplinar, aportando así visiones más ricas de lo habitual al mirar y analizar los hechos pasados. Actualmente, en la lista de libros vendidos de Amazon, figura entre los ocho mil libros más vendidos, lo que es un puesto muy avanzados en una plataforma de ventas cuyo catálogo de libros alcanza el millón o los centenas de miles en España. Entre los libros de Historia del Siglo XX está ni más ni menos que entre los cien libros más vendidos ahora mismo, cuando apenas lleva un mes y medio o dos meses de ventas.

Rubén Burén es de Madrid capital. Nació en 1974. Es un persona pública bastante conocida. Es músico cantautor y reivindicativo desde la década de 1990, también es cineasta y documentalista. Ha colaborado en más de veinte series de dibujos animados de diversas cadenas televisivas. A eso añade ser autor de obras de teatro y de novelas. Tiene hasta la fecha actual trece obras de teatro, una película (Maquis), está trabajando en otra documental, siete discos de música, un  guion de videojuego y cuatro libros entre novelas y ensayos de Historia. Cuenta con varios premios teatrales y con el prestigioso Premio de Novela Histórica Alfonso X, que se le dio a la vez que a Joaquín Leguina. A esta ajetreada biografía hay que sumarle un aporte biológico. Es el nieto del anarquista Melchor Rodríguez, quien durante la guerra civil española detuvo en Alcalá de Henares a una turba que quería apalear y matar a presos franquistas después de que un bombardeo de Franco sobre la ciudad matara varios niños. Melchor Rodríguez fue el único anarquista de CNT que la dictadura permitió enterrar con una bandera de la CNT sobre su ataúd por aquello. Actualmente tiene placa en la ciudad, en cuya consecución de la misma y acto de ubicación participó Buren y el propio Vadillo, en el actual Parador Nacional, antigua cárcel política, también en el franquismo. Pero, además, Buren es profesor de Medios de Comunicación en varias Universidades a la vez. Quien esto escribe, que entra y sale del desempleo y malvive económicamente, no puede menos que llamarle la atención estas biografías donde alguien acumula varios puestos de trabajo a la vez sin que en principio parezca necesitarlo, es muy común entre profesores universitarios, no es cosa de él en concreto. Tampoco es tanto cosa de él, sino de los contratantes y los valores que tiene a la hora de contratar... o de no contratar. 

Como sea, Buren, que también escribe en este libro, reunió a un equipo multidisciplinar, como ya se ha dicho, en ese equipo estaba el doctor en Historia Julián Vadillo, del que ya hemos hablado varias veces y quien también es a la vez profesor de Universidad contratado y profesor de educación secundaria como funcionario, ejerciendo en ambos ámbitos. 

El libro repasa y analiza la Historia de la Segunda República desde su proclamación hasta su final al perder la guerra civil. Contiene numeroso apoyo gráfico en forma de fotografías de la época, buscando un mayor atractivo de lectura especialmente para la gente más joven. Según la observancia de Buren, la capacidad de atención en las nuevas generaciones cada vez es menor, siendo que como profesor universitario en los últimos quince años cada vez ve más a estudiantes que prefiere leer capítulos concretos de un libro y no el libro concreto. Aunque esto es algo que puede ser contraproducente al perder contexto y datos, por tanto capacidades de análisis, sostiene que esa es la realidad actual y hay que explorarla para poder construir los relatos a transmitir de la forma más óptica posible jugando con algo que, guste o no guste, es un hecho. Sin embargo, la introducción de fotografías no es algo nuevo, por lo que hay que explorar más y mejor en cómo llegar con los mensajes de las investigaciones. Quizá por ello se ha adentrado en los videojuegos y lo audiovisual.

Pero el libro es un ensayo plenamente estudiado. Es una obra seria y respetable que ahora mismo es la visión más actual publicada de lo que sabemos de la República. Vadillo se encarga del aspecto del mundo obrero y sus sindicatos, como no podía ser menos. Nos explica la interacción de la República con las diferentes sensibilidades obreras y sindicales y los conflictos surgidos, pero también con las afinidades. Apunta, no en el libro, pero sí en su presentación, que incluso sería interesante estudiar las bases sociales de las aficiones deportivas. Ya en su día él descubrió en Alcalá de Henares que el núcleo original de la CNT en la ciudad estuvo compuesto por personas que estaban a la vez en un mismo club ciclista, la Unión Ciclista Alcalaína (UCA). En la presentación de ayer mencionó que en su actividad como archivero (que llegó a serlo por un tiempo en la Fundación Anselmo Lorenzo) encontró que una gran mayoría de carnets de militantes de la CNT estaban conservados junto al carnet de socios del Atlético de Madrid de las mismas personas. Mirando cosas posteriores más actuales que se han publicado, sostiene que más allá de mirar la afinidad política de los dirigentes de los clubs deportivos, como la afinidad republicana de los presidentes del club de fútbol que hoy día es el Real Madrid, hay que mirar a qué aficiones atraía, pues estas no tienen porqué a atraer a personas con las mismas ideas que los presidentes políticos, y pone por ejemplo el Rayo Vallecano y otros casos. Sirva esto de ejemplo como forma interdisciplinar de investigación, pues aquí entra ya la sociología. Pero también como nuevo medio de intento de atraer la atención, la afición al fútbol.

Como sea, el libro también explora cual fue el papel real del comunismo a lo largo de la República, las etapas políticas de la misma, derriba el relato franquista que el neofranquismo trató de reavivar en los comienzos de la década de 2000 y que este año parece querer revivir con revisionismo de ultraderecha, explora los asuntos culturales de la educación y la Escuela Libre de Enseñanza, cuestiona que todos los tópicos de la izquierda o de la derecha se deban aplicar en bloque y plantea que se debe volver a mirar cada caso tras realizar planteamientos generales, etcétera.

La presentación fue apoyada en Alcalá por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares (ARMHAH), que además aprovechó para anunciar que ellos estaban a punto de publicar un libro sobre la memoria histórica de todos los municipios de la Comunidad de Madrid, donde Alcalá aportará sus investigaciones para identificar y dignificar los enterramientos de los fusilados que aquí están en el cementerio viejo.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".