Autor: César Sobrón.
Editor: César Sobrón (autoeditor)
Impresor: Safekat.
Año de publicación: 2024 (1ª edición; prólogo de Sofía Winter).
Género: Aforismos.
ISBN: 978-84-09-63818-5
César Sobrón ha publicado en el otoño de 2024 un libro dedicado única y exclusivamente a aforismos y sentencias suyos, Ecos y dudas. Nuevamente ejerce de autor y editor, tal como en los últimos años ha gustado hacer, pues encuentra, como tantos otros autores de nuestra actualidad, cierto gusto en poder controlar su obra al máximo, hacer lo que se llama una obra total. Aunque lo cierto es que repite en la maquetación del libro y diseño de las cubiertas a Zia Mei, quien ya ha trabajado y dejado su seña de identidad en varios de sus libros más recientes. prologa el libro la poetisa Sofía Winter. Posiblemente en toda esta obra Zia Mei ha podido jugar un papel relevante para que los sucesivos aforismos que aparecen cuadren en sus orden en sus páginas sin que queden partidos de una página a otra, creando una armonía estructural. Del mismo modo que, conociendo la trayectoria de Zia Mei, en la cual siempre trata de dotar a cada libro de su particular marca de identidad, tenemos en esta ocasión un libro en rústica solapada cuya cubierta al desplegar su solapa muestra el signo español que abre una interrogación (en otros idiomas sólo existe el que la cierra), mientras que si la solapa no se despliega este se mantiene oculto como una mera curva roja sobrepuesta sobre cuadros de colores que dejan paso a un clarísimo blanco sobre el que se lee el título de la obra y el nombre del autor, así como la prologuista. Sofía Winter eligirá varios aforismos de Sobrón para analizar la figura del autor como persona reflexiva que se dedica a meditar mucho sobre el alma humana, la educación, el amor y la vida en general. Ciertamente está bien enfocado, pues es conocido que Sobrón, al margen de autor de poemas y relatos es una persona profundamente espiritual en un sentido de unión con la vida y el amor que le lleva a pensar y razonar abundantemente sobre diversos aspectos del ser, la sociedad y de la existencia. Por ese motivo quepa cierta lógica que haya creado esta obra con trescientos noventa y siete aforismos de su pensamiento.
Iniciaba estas notas citando que era un libro de aforismos y sentencias, si bien el Diccionario de la Real Academia equipara ambos términos a lo mismo. Personalmente pienso que un aforismo puede quedar abierto a la reflexión del otro, mientras que una sentencia, aún pudiendo ser reflexionada por el otro, es más rotunda como un pensamiento total de quien la pronuncia. Ahora bien, la Real Academia Española no ve ni contempla esa diferenciación. El propio Sobrón ya nos apunta en el título que también contiene dudas, pues varios de sus aforismos se formulan en realidad como preguntas, y no como afirmaciones o negaciones. Sea como sea, quepa decir que en todo caso podríamos hablar estrictamente de eso, aforismos, sentencias y dudas que invitan a pensar al lector, aunque en algunos casos son afirmaciones rotundas (lo que yo consideraría sentencia pura). No entra aquí otros términos de este tipo de literatura y pensamiento humano que sí diferencian los académicos de la lengua, tales como los refranes, que suelen ser más largos y se desarrollan contando una pequeña historia con moraleja aleccionador; los proverbios, que se orientan a dar consejos al oyente; y los apotegmas, que son dichos con carácter de sentencia pero formulados para crear o ser recibidos con sentido del humor. El aforismo en sí, sin embargo, son apreciaciones de quienes los formula, con un carácter reflexivo y de seriedad que pueden ser dirigidos al oyente para aleccionarle o simplemente para que reciba el pensamiento o conocimiento de quien lo formula.
Entre los principales autores de sentencias, que por lo común son recogidas habitualmente por otras personas que no son el propio autor, suelen abundar jurisconsultos, pensadores y políticos de la Antigua Roma, pero también de la Antigua Grecia, aunque toda la Historia de la humanidad está llena de numerosos personajes de todos los ámbitos con sentencias muy apreciadas. No confundamos, por otro lado, las reflexiones y poemas breves de las culturas de Extremo Oriente.
Sobrón desgrana aquí sentencias de todo tipo que sin bien cada cierto tiempo se agrupan de dos en dos páginas sobre una temática, van y vienen como olas que componen el mar. Encontraremos numerosas reflexiones sobre la educación, descubriendo a Sobrón como una persona tendente a la educación libre del niño desde un punto de vista que se podría considerar próximo a lo libertario y muy crítico con los sistemas educativos cerrados que castran las libertades en la formación de la personalidad del individuo en sus edades tempranas. "Hemos de asumir que todas nuestras verdades son creencias", dice.
Pero tanto en esa educación como en el total de la vida, Sobrón siempre tiende a su visión particular donde el amor ha de ser la única clave capaz de mejorar la vida individual y también la social. Promociona el amor como el todo, como la clave de la existencia humana, "Al final el amor regalado es lo que queda. El resto, vanidades". Ahora bien, en esta visión del amor como medida de la razón del ser, Sobrón también traza un camino, el de la honestidad, la sinceridad y la pureza, siendo muy crítico con todos aquellos que practican la vanidad, el egocentrismo, la arrogancia... "La ética aporta al individuo la belleza en su mirada".
También nos lleva a reflexiones sociales que nos llevan a críticas políticas generales contra la guerra, la intolerancia, o los defectos de la democracia que pueden llevar a un autoritarismo paradójicamente contrario a la libertar, desprendiéndose hasta cierto punto un aire libertario en Sobrón, aunque también orientalista desde lo espiritual, "No hay mayor traidor a la patria que un político que miente,ni mayor ladrón que un político corrupto". Sobrón se transforma en un moralista como en tiempos de la Antigüedad clásica y en ese sentido también analiza los problema de la sociedad que impiden la felicidad de todos sus individuos, "Mientras existan los suicidios, ninguna sociedad podrá presumir de equilibrada y justa".
Lanza sus reflexiones como resultado de su análisis, dejando la reflexión al lector de manera más concreta en aquello que nos lanza a modo de preguntas, "Analizando los sistemas educativos del siglo XX y comienzos del XXI, ¿podemos afirmar que existen democracias en el mundo?". "¿Son los ejércitos invasores una banda de asesinos uniformados?".
Soía Winter afirma en su prólogo que el objetivo final del autor en este libro es el crecimiento personal propio y el del lector a la vez. Quede el ejemplo que ella misma expone: "Suenan alegres las aguas que se mueven. Las estancadas sólo huelen, hieden".
Sobrón ejerce de tutor en este libro donde repasa todo aquello que le motiva a reflexión y que ha marcado, sin duda, su forma de ver y vivir la vida.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
Me ha encantado la reseña, qué bellamente escrita, Canichu.
ResponderEliminarY estos libros para César son libros de autor: desde la idea de que solo se viese la mitad del cuadro César ha pintado de propio para esta cubierta, y la otra mitad estuviese en la solapa, a la organización general de los aforismos, incluso la tipografía es sugerencia de César y Ieni.
Sí que les di varias propuestas de diseño final, tanto en las cubiertas como en cada aforismo, y eligieron la que más les gustó, pero yo diría que es una cuestión de detalle, y es genial porque son detallistas.
Me encargo de la parte técnica, de que el resultado sea legible y la impresión bien hecha.
De verdad estoy contenta, creo que ha quedado muy bien, o al menos que el libro transmite lo que el autor quería, y no es poca cosa.
De nuevo gracias, Canichu.
Deseando hacerme con él. Gracias a Zia por su creatividad, y a Canichu por ejercer de cronista de esta ciudad más y mejor que el propio cronista. Al menos, para mí, sus reseñas parécenme más interesantes.
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