Título: Pecado nefando.
Autora: Olalla García.
Editorial: Edhasa (Editora y Distribuidora Hispanoaméricana, S.A.).
Año de publicación: 2025 (1ª edición)
Colección: Narrativas Históricas.
Género: Novela; Novela histórica.
ISBN: 9788435064606
Eleno de Céspedes, sin embargo, fue un caso muy popular en el siglo XVI, aún no existiendo por entonces los medios de comunicación de hoy día. Cuando nació en 1545 como Elena era hija de una esclava africana y su dueño blanco, Benito de Medina. Así que el caso era todavía más exótico, por ser mulata. Su padre la manumitió en 1553, con 8 años, haciéndola mujer libre en Alhama de Granada. Sobre los 15 años de edad se casó en Jaén con un albañil con quien tuvo un hijo, pero lo entregó a otra familia. En Sanlúcar de Barrameda, durante su trabajo, tuvo una pelea con un hombre al que ella acabó apuñalando y matando, razón por la cual tuvo que huir y ocultarse. Para ello cambió su pelo y sus ropas de mujer por los de hombre. Desde entonces cambia Elena por Eleno y empieza a llamarse Eleno de Céspedes. Desde entonces se busca la vida yendo de un sitio a otro de Andalucía haciendo diversos trabajos, incluido alistarse en el ejército de Juan de Austria para sofocar la rebelión almohade de las Alpujarras, que fue una carnicería. Destacó militarmente, pero también entonces comenzó a practicar curas de cirujía.
Ella se sentía hombre y estaba viviendo como un hombre de su época. Tras su paso por el ejército logró realizar estudios médicos para ejercer la cirujía. Parece ser que era muy hábil como tal y era muy destacada, por lo que Eleno de Céspedes era una persona muy requerida y cuyo nombre se hizo popular. Sin embargo, en su intimidad, debió experimentar consigo misma operaciones de cambio de sexo, algo inédito en la época. Tanto sus pechos como sus propios genitales fueron tratados por ella misma de alguna manera. Pero también se enamoró de una mujer a la que acabó pidiendo matrimonio y llegó a casarse y fue precisamente durante su proceso de matrimonio que llamó la atención de la jerarquía religiosa, que vio en Eleno algo inusual. Fue acusado de varios delitos de pecado sexual, así como de bigamia, porque su primer matrimonio no estaba disuelto. Tantas dudas generó que llamaron al especialista en urología más prestigioso de la época, el alcalaíno Franciso Díaz.
El primer examen médico declararon que era mujer, sin embargo Eleno de Céspedes defendió siempre que era hombre. Se llegó a rumorear un posible caso de hermafroditismo, por lo que Francisco Díaz tuvo que volver a examinarla a petición de la Inquisición. Esta vez dictaminó que era hombre, quedando anulados varios de los cargos de pecado sexual atribuidos, pero no el de bigamia, por más que se rumoreo un caso de brujería. En realidad, en los propios textos del proceso se dice que Eleno de Céspedes debió lograr deformar de algún modo sus genitales para tener unos parecidos a los de un varón. Siendo así uno de los primeros casos documentados de hombre transexual.
Fue condenado a trabajar en un hospital para pobres en Toledo, dado a que era un cirujano muy experto. Como todo el mundo quería conocerle y los que necesitaban un cirujano preferían sus servicios, se acumulaban grandes masas de gente en ese lugar, por lo que fue trasladada a otro lugar más alejado cuyo nombre se ocultó incluso en documentos. Hoy día aún no se sabe ni donde fue enviado, ni como fue el resto de su vida.
Olalla García nos trae así esta historia en novela rellenando todos los espacios más íntimos y los desconocidos de la vida de Eleno de Céspedes. Aprovecha para marcar las discriminaciones del papel de la mujer en la época, relegada habitualmente a las labores del hogar y del laboreo en pequeños terrenos cultivables, cuando no a empleos de servicio doméstico.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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