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sábado, 28 de agosto de 2021

Punto de encuentro

Título: Punto de encuentro.
Autor: Luis de Blas.
Editor:
Empresa Municipal Promoción de Alcalá de Henares S.A. / Servicio de Publicaciones del ayuntamiento de Alcalá de Henares.
Año de publicación: 2007 (1ª edición; Prólogos del alcalde Bartolomé González y del cronista oficial Francisco Javier García Gutiérrez). 
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-611-7015-9

 

Ya presentamos a Luis de Blas con Poesía fin de siglo, del año 2000. Allí dimos notas abundantes de su biografía y trayectoria. Hoy hablamos del que fue su último libro, Punto de encuentro, publicado en el año 2007. Tenía entonces 71 años de edad y aunque siguió escribiendo y publicando en prensa local, esa publicación es, como hemos dicho, su último libro. Acumulaba para entonces una inmensa cantidad de premios literarios de concursos municipales de toda la geografía española.  El libro, a pesar de toda esa gran cantidad de premios y de haber publicado poesía desde 1978, no fue editado por ninguna editorial. El editor fue una empresa municipal que creó el Partido Popular (PP) llamada Promoción de Alcalá de Henares, la cual era una empresa medio privada, medio pública, que creó el alcalde Bartolomé González para disolver la Fundación Colegio del Rey en un proceso entre 2005 y 2008. Tal fundación, de carácter público, había llevado a cabo una labor cultural muy notable durante algo más de veinte años. Creada a partir de una iniciativa del ayuntamiento en manos por entonces del PSOE. Liquidada tal fundación, se creó esta empresa, la cual a la vez fue eliminada años después cuando el ayuntamiento regresó a manos del PSOE en 2015. De hecho, el libro contó con unas palabras iniciales del propio alcalde, Bartolomé González quien dirigía unas palabras a los lectores a modo casi como si fuera una carta personal para Luis de Blas, al cual trata en tono íntimo y amistoso, dando a entender que eran amigos de hacía mucho tiempo. Exageradamente equipara a Luis de Blas con varios de los poetas del Siglo de Oro que pasaron por Alcalá de Henares, aunque nos aporta el dato de que Luis de Blas ejerció de maestro industrial, aparte de dirigir la sala de arte Manolo Revilla, de la Mutual Complutense, sociedad de carácter cultural y católica a la que también pertenecía el alcalde. Seguidamente aparecían otras palabras más, esta vez del cronista oficial en aquel momento, Francisco Javier García Gutiérrez, el cual era a la vez presidente y fundador de la Institución de Estudios Complutenses, donde Luis de Blas dirigía el Consejo de Publicaciones. No obstante, el libro se publicó en 2007 y previamente, en 2005, el propio ayuntamiento de Bartolomé González le había dado una placa a Luis de Blas  "por la trayectoria literaria en la poesía y su buen hacer por la ciudad". Así pues, aunque el libro contaba en su contraportada con los logotipos del ayuntamiento de Alcalá de Henares, Promoción de Alcalá, Alcalá Patrimonio de la Humanidad y Fundación de Camino de la Lengua Castellana, y a pesar de que en las solapas de la contraportada se indicaba una enorme lista de premios recibidos por el autor, se podría decir que el libro quedaba editado y difundido por amigos. Más aún, en el inicio del libro se nombraba a todos los componentes de Promoción de Alcalá, una parte de ellos miembros del gobierno municipal en ese momento.

Luis de Blas le dedicó el libro al ayuntamiento mismo, aparte de sus habituales dedicatorias a su esposa, hijos y en este caso también nietos.

 Sea como sea, esto no desluce la claridad de los versos de Luis de Blas, ni su impecable manejo del idioma. Salvo un primer poema que da título al libro y donde él se ubica a sí mismo en todos los sitios e incluso deja deslizar una paz venida del mundo y de Dios, todo el poemario está compuesto por sonetos, estilo donde él se sentía más cómodo. Tal vez sea por la edad, se nota en los versos de su último libro un punto de encuentro consigo mismo. En varios poemas trata el asunto de la edad y de la muerte, la cual no quiere, desde una perspectiva no tremendista ni afectada. Con calma y serenidad habla tranquilamente de ello, y también de Dios. Tal vez ya se sentía cercano y en la necesidad de la serenidad ante la realidad de la vida, a pesar de que su muerte no se produciría hasta 2020, siendo uno de los primeros afectados por la pandemia de la Covid-19.


A esta luz otoñal, a este paisaje,
Amor, nos brinda su compartimiento
de néctar de vendimia y argumento
para hablar con ternura su lenguaje.

Viajar por el ocaso en maridaje
sencillo, de maduro sentimiento,
con la emoción despierta en su aposento
y, alegremente, listo el equipaje.

Abrázame, mujer, si hoy te confieso
que, al ver caer las hojas, imagino
llegando la nostalgia a nuestra casa.

No importa, si vencida es con exceso,
querida esposa, al aire vespertino
que aviva con fervor la amante brasa.

 

Con esta elegancia descubrimos en el poemario su positivismo y su deseo de vida. Entre  las cuestiones sencillas y cotidianas encuentra el hueco para hablarnos de su mundo interior, que enlaza con las grandes cuestiones de la vida. Encuentra en el amor la llama que da fuerza al motor de su querer seguir vivo.


Me falta tiempo, Amor, para quererte:
mañana, tarde y noche, aún incesante,
es corta vida y, de ahora en adelante,
por otra dimensión busco la suerte.

(...)

Que al fin de la pasión en carne y hueso.
sin pulso ya pero el cariño ileso,
la eternidad nos brinde su reinado.


Cabe también en este poemario varios poemas inspirados en pasajes de El Quijote, en clara referencia a Alcalá de Henares, pero también en justa necesidad de Promoción de Alcalá para sacar adelante el libro en unas épocas donde todo lo que emanaba de lo municipal parecía que tuviera que pasar por Cervantes, toda suerte que se celebraban varios cuartos centenarios relacionados con ese autor y su obra.


(...)
En eso estoy, señor, y son bastantes
mis palmas a su elogio merecido
que al Universo atruenen con su ruido
y gloria den en Alcalá de Henares.
(...)

Estos poemas se componen a modo de conversación entre Don Quijote y Sancho Panza, dándole así un carácter teatral. Rompen diametralmente el ritmo del libro tal como había empezado con esa primera parte de sonetos donde el poeta cuenta con elegancia sus preocupaciones existenciales en medio del amor a su esposa y el sentido de la vida que él encuentra dentro de cuestiones sencillas. Es probable que este libro no fuera el espacio adecuado para esta segunda parte tan cervantina, pues nos lleva a un poemario folclórico y casi de poemas para turistas. Puede que estos poemas bien hubieran tenido mejor presentación en otro tipo de publicación para no crear esa ruptura de ritmo y temática. Además, Luis de Blas abandona la claridad de su castellano para adoptar una imitación de forma de hablar al modo de los siglos XVI y XVII que parece más afectada de teatralidad que de filología. Aún así, desliza otros poemas a otros autores de esa época relacionados con Alcalá, como Quevedo, y es ahí donde todavía mete algunos de los asuntos que le preocupan en la primera parte. Luis de Blas sabía cual era el auténtico sentido de este libro. Se nota, pero estos poemas intermedios le obligan a dar un rodeo.

Vuelve después a otros sonetos dedicados a la vida cotidiana de la ciudad y a las cosas sencillas del mundo. Ya antes había hablado en otros sonetos de objetos y momentos familiares simples y cotidianos donde él encuentra ese punto de encuentro con el sentido de la vida. Parece una reflexión al cabo de los años de toda una vida sobre el sentido que hasta la más mínima cosa le da al hecho de la vida. Son poemas también con un cierto corte costumbrista, tal vez porque evolucionó hacia esa reflexión de lo cotidiano y dentro de un estilo también muy formal, o bien tal vez porque con el tiempo adapto su estilo inicial de 1978, más rompedor, para, quizá, tener más oportunidades de obtener premios literarios en una España donde casi todos los municipios celebran concursos literarios y prácticamente ninguno suele apostar por premiar temáticas y estilos arriesgados o experimentales.

Filtra en los poemas de este libro también algo de temática social, que es una temática que nunca abandonó, aunque sí cambió su forma de concebirlos y crearlos. No faltan poemas a obreros, a jubilados, contra la hambruna, a inmigrantes, a Madrid, etcétera. No falta a todo el poemario cierto sentido del humor fino e inteligente, rozando a veces el sarcasmo ante algunos momentos anecdóticos del día a día puestos en relación con los grandes temas de la existencia, la vida, la muerte, el amor, el paso del tiempo, Dios.

La temática social es algo siempre muy presente en Luis de Blas, poeta del pueblo. No obstante es hijo de exiliados y siempre vivió en el barrio obrero por excelencia de Alcalá de Henares, la avenida de Reyes Católicos y sus barrios colindantes. "Ya tiene el albañil hoy quien le escriba / versos (...)", escribe en uno de esos poemas. Tiene tandas de poemas de dedicados a la libertad y todos ellos se combinan con una loa a los médicos y enfermeras, una loa encubierta en una serie de poemas donde habla de una convalecencia que tuvo en el hospital e, inevitablemente, vuelven los poemas existencialistas. Luis de Blas al escribir este libro es consciente de su edad.

Es un poemario muy interesante y muy elegante, con un buen manejo del idioma. Personalmente me quedo con todos esos poemas que me parecen el cuerpo principal de la obra, aquellos que no necesitan pasar por Cervantes y Quevedo, los cuales, insisto, los hubiera publicado aparte, quizá a modo de libreto.

Dejamos la reseña con el poema "En la paz del hogar", el cual me parece uno de los más lúcidos en su remate final, junto a los innumerables poemas de amor que le dedica a su esposa, siempre bellos y llenos de cariño de toda una vida juntos.


Mi posesión está en la cuarta planta
sostenida en el aire más sencillo
que edifica el cemento y el ladrillo
hasta una altura en que mi pecho aguanta.

Más arriba, ya Dios siempre levanta
su reino eterno de celeste brillo;
nadie rompe la paz en el tresillo
su blancor con la dicha se agiganta.

Por cegarse a la luz se abre a la calle
y a ese patio interior donde el detalle
está en la ropa, sin pudor, tendida.

Orientado hacia el norte, dentro y fuera,
mi piso está al final de la escalera
donde cabe lo justo de mi vida.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

lunes, 23 de agosto de 2021

Poesía fin de siglo

Título: Poesía fin de siglo.
Autor: Luis de Blas.
Editorial:
La Luna Nueva.
Impresor: Gráficas Ballesteros
Año de publicación: 2000 (1ª edición). 
Colección: La Luna Nueva.
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-607-0275-8

 

Luis Blas Fernández es otro de los poetas muy reconocidos de la ciudad de Alcalá de Henares entre el último cuarto del siglo XX y el comienzo del siglo XX. Literariamente se hizo llamar Luis de Blas, que es como es reconocido. Nació en Alcalá en 1936, aquí vivió siempre, ligado desde su creación en la segunda mitad de la década de 1970 al barrio de la avenida de Reyes Católicos. Fue uno de los poetas jóvenes en el paso de la dictadura a la democracia en la década de 1970 que protagonizaron ese paso cultural de Alcalá de una población que renacía a comienzos de la democracia en la actual monarquía parlamentaria, a la vez que se transformaba en una gran ciudad industrial y de nuevo con universidad. Y fue uno de los poetas veteranos de la ciudad en el cambio de siglo. En ese sentido, durante sus años jóvenes, participó del grupo fundador de la revista complutense Llanura, ya desaparecida, que publicaba poesía local, y también estuvo en la revista Téntigo, en 1980, la cual dirigía otro autor amigo suyo, Theo Acedo, con quien fue a publicar diez décimas dedicadas a Extremadura que fueron premiadas por el Centro Extremeño en Alcalá, y con quien formó parte de la Schola Cantorum en 1987. También estuvo presente en Aldonza, otra revista literaria de corte local, en la cual participaban no solo Luis de Blas, sino igualmente José Chacón, Ganzo, Paco Antón (prosista) y Tomás Ramos, único superviviente actual de esa generación. Así mismo, participó de diversos periódicos y revistas, especialmente de Alcalá como el semanario Puerta de Madrid, dio conferencias, recitales poéticos, creó catálogos de arte, escribió pregones, etcétera. También ejerció un poco de cronista al pertenecer a la Institución de Estudios Complutenses, de la que formó parte de su Consejo de Publicaciones. Desde 1985 dirigió la sala de arte Manolo Revilla en la Sociedad Cultural Mutual Complutense. Perteneció a la Asociación de Artistas y Escritores Españoles. En 2005, Año del Quijote, el ayuntamiento de Alcalá le entregó una placa "por la trayectoria literaria en la poesía y su buen hacer por la ciudad".  Estuvo muy relacionado con otros escritores y creadores de su generación en la ciudad, como los citados José Chacón, Ganzo, Paco Antón, Tomás Ramos y otros, como el prestigioso Salustiano Masó, quien esto escribe, yo Daniel L.-Serrano "Canichu", le conoció en persona en el Palacio de Laredo, en el evento poético Planeta Poético organizado por la poetisa Cristina Penalva, en mayo de 2019, donde se juntó a poetas jóvenes, como Sara Pozo, Samuel Santos, Hazel Messiatz o Álex Blond, entre otros, y donde estuvo presente también su viejo amigo Tomás Ramos. Murió en 2020 a comienzos de la pandemia de la Covid-19.

Algunos de sus premios literarios son Ciudad de Alcalá de Henares (1977), Hélade (Torrejón de Ardoz, 1978), Hermanos Argensola (Barbastro, 1991), Ruta de la Plata, García-Plata de Osma (Cáceres, 1993), Angelines (Barcenaciones, Cantabria, 1993), San Isidoro de Sevilla (Universidad de Alcalá de Henares 1994 y 1995), Santa Marta-Villa de Aranda (Aranda de Duero (1996), XXVI Justas Poéticas (Laguna de Duero (1997), Tomás Navarro Tomás (La Roda, 1998), Juan José de Lucas Carbonell (Albacete 1998), XIV Certamen Cafetín Croché (San Lorenzo del Escorial, 1998), Federico García Lorca (Barcelona, 1999) y Ciudad de Astorga (Astorga, 1999). 

Sus libros son La puerta abierta (1978), Sonetos de amor alcalaíno (1978, plaqueta), Memoria de la lluvia cotidiana (1983, plaqueta), Palabras por ejemplo (1991), Quedan los nombres (1993), Seis alcalaínos (1993, carpeta con obra gráfica de J.A. Palomo), Siete alcalaínos (1995, carpeta con obra gráfica de J.J. Decastro), Cuaderno de otoño (1995, plaqueta), Por montes y riberas [Antología] (1999), Poesía fin de siglo (2000), Claroscuro (2001) y Punto de encuentro (2007).

Hoy le presentamos con su libro Poesía fin de siglo, impreso en Gráficas Ballesteros y editado por La Luna de Alcalá, ambos, imprenta y editorial, muy alcalaínas también. Fue sacado a la luz en 2000 en tapa blanda, con una cubierta que presentaba el grabado Homenaje a Picasso, del alcalaíno Juan A. Palomo (1934-1996). El autor lo dedicó a su esposa e hijos y a la memoria de sus padres que fueron exiliados. No obstante, quien escribe esta reseña piensa si Luis de Blas sería hijo de Pedro Blas, quien fuera alcalde por el PSOE en Alcalá durante la guerra civil, es un dato que no tengo claro a fecha de hoy, o si serían familia. Como sea, sigue el libro con un poema reproducido a modo de su puño y letra dedicado al final del siglo XX y el paso del tiempo. Hecho esto, comienza el libro en sí con un primer bloque de poemas dedicados precisamente a su madre y a su padre.


Madre, a tu muerte acudo y persevero
con la luz tricolor que te rodea
siendo más tierra y mar tuyos, marea
que en ti recala su dolor postrero.
(...)

El libro se divide en cuatro capítulos que a la vez se subdividen en varias partes con agrupaciones de poemas por temáticas. Abunda en Luis de Blas los sonetos, las décimas y las liras. En él la poesía es formal y correcta, conservadora en cuanto no cae en la experimentación, ni aborda temáticas lejanas a las clásicas preocupaciones del ser humano, amor, muerte, libertad, fraternidad, existencia. Aunque bien cierto es que uno de los mayores motivos que le llevan a escribir es la temática social.


De aquel ponerse firmes solo queda
el agudo clarín de lo pasado,
miedo de desandar todo lo andado,
media vuelta y de frente a ala vereda.

Te asoma el paso en triste polvareda
-en pie de paz, ahora, levantado-,
la mochila en el hombro desgastado
un trozo de metralla y la moneda

a cara y cruz jugada. No te vieron
dejar en el umbral de la partida
la huella de una lágrima estampada.

Alguien grito a la guerra y os pusieron
en fila con la suerte decidida
de hermanar a la patria separada.


Alterna todos estos sonetos con otros poemas largos que encadenan cuartetos y otros metros, como las citadas liras y décimas. Buena parte de la poesía de Luis de Blas descansa en la búsqueda de los ritmos casi musicales a través de una rima que repita fonemas de una manera sonora. La aliteración es fundamental en su obra.

Pieza a pieza, si puzzle o si mecano
de fina precisión y puesta a punto
se apareja el tramado contrapunto
de volandera gracia y pasamano.
(...)

Aún con todo, pese a la elegancia y precisión de su lenguaje, es muy correcto, evita toda posible trasgresión, todo lo que pueda ser abrupto y todo lo que no cuadre con un tipo de poesía que encaje bien en la poesía más aceptada en lo formal. Eso hace que para ser un poeta de la Transición, en realidad es heredero de la poesía anterior, ya que no acoge en sí ni en temáticas ni formas nada rupturista. Es buen poeta, aunque en este sentido es un poeta acogido a una forma de componer más clásica para lo que son las corrientes literarias de final del siglo XX. En cierto modo, para poder cumplir con lo formal, a veces retuerce su verso y crea algo de barroquismo que irrumpe en la claridad de su lenguaje. Esto hace que algunos poemas sean de lectura compleja e invite a la relectura de los versos para poder entenderlos en toda su dimensión.


Puro el fulgor de esfera recreada
en Tierra-madre, de infinito plazo,
suelo de amor abriendo su regazo
siendo tierra de paz edificada.
(...)

Poesía fin de siglo parece una colección de poemas reunidos para crear este libro casi como si fuera una compilación. Cada bloque de poesías podrían haber cumplido su propio libro de haber sido desarrollados con otros poemas de identicas temáticas. Mezcla desde temáticas dedicadas a su familia, tocando de paso el tema del exilio, la guerra y la libertad, a temas sociales y cívicos, donde habla hasta del desempleo, tiene temas populares, como el de las novias y personajes cervantinos, y tiene poemas también más intimistas de sus propios sentimientos. Sin embargo, parece claro que Luis de Blas quiso reunirlos en este libro como iun conjunto propio en sí, quizá porque como indica el título eran los poemas que había compuesto en los últimos años del sigloo XX, pues su anterior libro de 1999 había sido una antología y no había sacado un poemario tal cual desde 1995.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

jueves, 19 de agosto de 2021

El Alcalá obrero, República, Guerra Civil, posguerra y represión / La Comuna

Título: El Alcalá obrero, República, Guerra Civil, posguerra y represión.  
Autores: Julián Vadillo Muñoz y Daniel López-Serrano "Canichu". 
Editor: Grupo Nuestra Memoria, Nuestra Lucha.
Año de publicación: 2013 (1ª edición)
Género: Historia. 
ISBN: Bajo licencia Creative Commons.
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Título: La Comuna
Autor: Albert Ollivier; con textos de Louis Michel, Bakunin, Badiou, Koprotkin y Julián Vadillo.
Editorial: Irrecuperables.
Año de publicación: 2021 (1ª edición; Prólogo de Carlos Sagüillo).
Colección: Calma Tensa. 
Nº de volumen en la colección: AL.
Género: Historia; Ensayo; Memorias.
ISBN: 978-84-85209262 
 
El prolífico historiador Julián Vadillo en lo que va de este año 2021 no solo ha sacado adelante Historia de la FAI. El anarquismo organizado, del cual ya hablamos, también ha logrado publicar junto a la librería y editorial La Malatesta una revisión y ampliación de Mauro Bajatierra, anarquista y periodista de acción, a la cual ha rebautizado El último resistente de Madrid. Mauro Bajatierra, vida y obra de un anarquista de acción. Una obra revisada de la que quien esto escribe ha escrito una ampliación de referencias nuevas y comentario ampliado respectivo a esa nueva edición justo en las notas que ya escribí en su día en la primera edición. Invito a entrar en esas notas para leerlo aquella persona interesada. Fue una edición lograda gracias al estudio del historiador sobre la biografía de este personaje y gracias a la suscripción popular lograda mediante micromecenazgo a través de Internet, donde he de reconocer que yo mismo aporté dinero. Como sea, otra editorial, esta de índole catalana pero accesible desde cualquier lugar, la Editorial Irrecuperables, en su colección Calma Tensa, recuperó este año 2021 el libro La Comuna, que publicó en 1971 Albert Ollivier. El libro es un clásico y un obligado de la Historia contemporánea. Fue escrito un siglo después de los sucesos de la Comuna de París, consultando documentos que hasta esa fecha aún no habían sido consultados o no habían salido a la luz. Se transformó en una innovación y un aporte imprescindible. Un clásico de la historiografía contemporánea que ha sido múltiples veces editado en varios idiomas. La editorial Irrecuperables lo recuperó en castellano, con tapa blanca que contenía una cubierta con una fotografía de la época y una marca de agua en círculo rojo que remarcaba la figura de un comunero en una barricada. La Comuna de París fue un hito en la Historia de las revoluciones y del movimiento obrero. Ollivier repasa la primera experiencia revolucionaria obrera y socialista, el asociacionismo, el municipalismo y cómo se vivió por los protagonistas desde los documentos de todo aquello que se trató y qué se logró y qué no. La editorial Irrecuperables ha añadido a esta nueva edición textos de personajes contemporáneos a la Comuna de 1871, como lo son los de la comunera Louis Michel, cuyas memorias no se publicaron en España traducidas hasta 2014, a cuya edición también aporté dinero para la editorial La Malatesta, textos de los anarquistas Bakunin y Koprotkin, y textos también de historiadores y filósofos actuales que han tratado el tema, como son el filósofo Alain Badiou y el historiador Julián Vadillo. Otorga la editorial al autor alcalaíno la importancia merecida que tiene en la historiografía de la Historia Contemporánea y en concreto del movimiento obrero, probablemente sea uno de los más conocedores o el más conocedor de tales temas. Vadillo se ha acercado a la Comuna de París múltiples veces en diferentes periódicos, revistas, páginas personales, redes sociales y libros. Precisamente en 2011 él ya había publicado un pequeño libreto llamado La Comuna de París, a través de la Association des Amis de la Commune de París, en Alcalá de Henares, que se acompañó de una conferencia y de una exposición dentro de la Asociación Las Trece Rosas, sede del Partido Comunista de España (PCE) en la ciudad. Vadillo no aportó un texto nuevo, sino que a solicitud de Irrecuperables concedió permiso para incluir lo que ya tenía escrito y completar así la obra con puntos de vista sobre la evolución posterior y la influencia de los sucesos de la Comuna desde 1871 a 2021. No obstante se cumplen este año ciento cincuenta años de todo aquello. Prologó el libro Carlos Sagüillo.

Mientras todo esto ocurría en la actividad productiva de Vadillo, a la par sacaba adelante unas oposiciones, siendo actualmente un profesor de secundaria más de la educación pública, ene ste caso también doctor en Historia. De entre sus obras pasadas quedaba por comentar un pequeño libreto que ha pasado desapercibido, por su escasa difusión, ya que se editó puntualmente para los asistentes de una única guía por Alcalá que realizaron conjuntamente el propio Julián con quien aquí escribe, Daniel López-Serrano Páez, "Canichu". El libreto, con cubiertas de cartulina y grapada en caballete, en color rojo con una serie de fotografías de la guerra civil, fue además una sorpresa para los propios guías, que no sabíamos que se iba a realizar. Fue el propio grupo asistente, muy nutrido de gente y al que se les hizo la guía de manera altruista, habiéndolo solicitado ellos, el que decidió confeccionar y regalarnos esta obrita pequeña. El librito se llamó El Alcalá obrero, República, Guerra Civil, posguerra y represión. Los editores fueron las personas que componían el grupo a quien mostrarles los lugares del Alcalá de la República y de los represaliados, llamado Grupo Nuestra Memoria, Nuestra Lucha. Este grupo se podría entender un antecedente a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Alcalá de Henares, que en ese año, 2013, aún estaba en sus primeros pasos, pero tal grupo estaba compuesto por personas más cercanas al PSOE, aunque abierto a cualquier tendencia o a personas sin tendencia alguna. El grupo anfitrión de esta guía, por contra, tenía más personas cercanas al PCE, e incluso había personas de los sindicatos anarcosindicalistas CGT y CNT, y alguna persona del PSOE, pues realmente no había más pretensión que la de hacer una guía por el Alcalá de Henares de la República, la guerra civil y la represión, igual hubiera dado que ni siquiera hubieran sido de izquierdas, pues era un acto que se pidió por la conservación de la memoria y el conocimiento de la Historia republicana de la ciudad, muy desconocida en esa fecha aún por un amplio sector de ciudadanos. El libreto se componía de dos partes, una primera, principal, con textos de Julián Vadillo sobre el movimiento obrero en Alcalá que había publicado bajo licencia Creative Commons en Fraternidad Universal, mientras que la segunda parte era textos con referencias generales a la Historia de la ciudad que yo mismo publiqué en Noticias de un espía en el bar y que hoy día necesitan una severa revisión, corrección, nuevo replanteamiento con nuevos datos, ampliación, etcétera. También mi parte estaba con Creative Commons. Probablemente la parte de Julián también necesitaría revisión hoy día, por el mero hecho de que ocho años después los conocimientos son mayores y obligan a ampliar y a replantear, pero aún así , su parte está con seguridad mejor planteada y más afinada que la que a mí toca. En todo caso, pese a la rareza que es en sí mismo y los escasos ejemplares existentes, esta publicación fue una de las primeras en abordar este espacio de la Historia de Alcalá desde una visión general. La propia obra posterior de Vadillo o la obra de Pilar Lledó es más amplia y precisa hoy día. Aún con todo, seguiría siendo necesaria y deseable la unión de historiadores actuales para completar una Historia general de la ciudad actualizada, obra, por otra parte, demandada en las librerías locales sin que exista.
 
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 15 de agosto de 2021

Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía. Volúmenes I, II y III

Título: Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía I, soldado poeta, 1547-1585 / Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía II, el agente del rey, predestinado para el teatro, que se dedicaba a los negocios, 1586-1595 / Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía III, el espía, 1595-1603
Autor: Alfonso Dávila Oliveda.
Editorial: Círculo Rojo.
Año de publicación: 2014 (1ª edición del volumen I); 2016 (1ª edición del volumen II); 2019 (1ª edición del volumen III) 
Género: Biografía; Historia; Ensayo; Cervantismo.
ISBN:  978-84-9126-528-3 (volumen I); 978-84-9126-453-8 (volumen II); 978-84-1338-772-7 (volumen III)  

 

Al archivero e historiador Alfonso Dávila ya le habíamos presentado en estas notas a través de su libro  Los archivos del Estado. Qué son y cómo se tratan (2010), en cuya entrada ya mencionamos datos biográficos y otras obras suyas. Quepa hoy completar esas notas mencionando otras obras que ha escrito, tales como Guía de Fuentes para la Historia de América Latina en el Archivo General de la Administración Civil del Estado de Alcalá de Henares (1990), el artículo "La Acción de las Juntas Generales Alavesas reflejadas en los Protocolos Notariales", publicado en Comunicaciones del Congreso Internacional sobre Sistemas de Información Histórica. Juntas Generales de Alava. Vitoria (Noviembre 1997), Vitoria-Gasteiz (1998), el artículo "El exilio en los archivos de titularidad del Ministerio de Cultura" (junto a J. José Lijarcio Villa y Carmen Sierra), en Migraciones & Exilios. Cuadernos de AEMIC, Número 8, (2007), y su libro más reciente: Miguel de Cervantes y Alcalá de Henares. Guía de itinerario (2019). Y nos vamos a centrar en esa temática de su último libro, Miguel de Cervantes, aunque no vamos a hablar hoy de esa guía en concreto, la cual sirve para marcar una ruta por la ciudad con los lugares relacionados directamente con Cervantes y el cervantismo. Alfonso Dávila es un cervantista apasionado y le ha dedicado al autor del Siglo de Oro gran parte de su vida a través de estudios e investigaciones. Su posición profesional como archivero ayuda además a que haya podido sacar a la luz partes de la vida o sucesos relacionados con Cervantes antes desconocidos. La indagación en documentos durante años dio por resultado que Alfonso Dávila sea uno de los cervantistas a consultar a la hora de acercarse al prosista de más éxito de la literatura española. Alcalá de Henares cuenta así con dos cervantistas actuales de total referencia, el propio Dávila y Emilio Sola.

Tal dedicación de Dávila dio a luz, aparte de la guía citada de 2019, una biografía de Cervantes y diversos otros apuntes sobre sucesos que en siglos posteriores tuvieron que ver respecto a la vida y obra del mismo autor. Esta biografía la dividió en tres partes y en general podríamos llamarla Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía. Siendo que cada volumen recibió los siguientes nombres: Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía I, soldado poeta, 1547-1585, publicado en 2014, Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía II, el agente del rey, predestinado para el teatro, que se dedicaba a los negocios, 1586-1595, publicado en 2016, y Miguel de Cervantes. Apuntes para una biografía III, el espía, 1595-1603, publicado en 2019, igual que la guía mencionada, que vendría a completar en cierto modo esta biografía.

Los libros fueron autopublicados por Dávila a través de la editorial Círculo Rojo, si bien previamente había hecho publicaciones a través de Internet y de algunas plataformas comerciales como Amazon, donde se encuentra su libro electrónico Miguel de Cervantes. El espía del Felipe II que acabó con Hasán Bajá, Virrey de Trípoli y Argel (1595-1601) (2017), que anticipaba en realidad una parte del tercer volumen de Apuntes para una biografía.

Cada volumen cuenta con la misma cubierta en tapa blanda solapada, donde se ve en todos el mismo retrato de Miguel de Cervantes dibujado en su edad madura con referencias visuales a El Quijote, puesto sobre una especie de escudo bordeado con el nombre de ciudades que tuvieron importancia en la vida de Cervantes y las iniciales del nombre del propio Cervantes. Todo ello elevado sobre una galera que hace referencia a la que sirvió Cervantes en la guerra de Lepanto. Lo único que varía de volumen a volumen, aparte del título, es la faja de color que recoge título y autor, siendo el volumen I azul marino, el volumen II violeta, y el volumen III rojo burdeos.

La primera parte trata de la familia y orígenes del escritor y abarca toda su juventud como estudiante y posteriormente como soldado y como preso de guerra. Incluye su amistad con el poeta Pedro Laynez, también con los poetas Diego de Ahedo y Antonio Veneciano, su primer encuentro con Lope de Vega, así como todos los pasajes polémicos de su vida en esas épocas, como son su huida de Madrid por asuntos turbios, sus estudios en Italia, su alistamiento y participación en la guerra contra los turcos, su presidió junto a su hermano, sus intentos de fuga, su mapa de Argel, su rescate definitivo y la publicación de su primer libro. Aparte, se menciona los diferentes autores que con posterioridad surgieron intentando hacerse pasar por él o pretendiendo ser continuadores de su obra.

En la segunda parte se encuentran los años de madurez de Cervantes, ya como escritor, pero también como empresario y como asentista real. Se lee ahí su juramento ante el Libro Mayor de Cargo y Data de la Hidalguía Financiera del Imperio Español. Se adentra además en las posibilidades de los porqués de la escritura de El Quijote y otros libros, así como todos los posibles mensajes ocultos que pudo meter Cervantes haciendo referencias personales a su vida o sobre la vida de otras personas, no siempre amigas. También se habla de su topografía de Argel y varias de sus actividades siempre no esclarecidas del todo, pues Cervantes nos arroja muchas incógnitas biográficas.

En la tercera y última entrega aparecen los últimos años de Cervantes, que se dedica a la escritura y al espionaje, incluso al servicio de Juan de Austria, entre otros. Dávila indaga en la documentación secreta del Consejo de Órdenes. En toda esa actividad entre la literatura y el espionaje se menciona su papel en la posible entrega de Orán a Felipe II a través de Hasán Bajá, el plan que ideó para destruir la flota inglesa, la red de espionaje en el teatro inglés o su viaje de ida y vuelta a México, entre otros temas hasta su muerte. 

Dávila sigue la tradición de los archiveros historiadores que se dan en España desde 1858, gente como Juan Bautista, Menéndez Pidal o Carlos Seco, cuyas investigaciones se fueron publicando por ellos mismos desde 1871 a través del Boletín de Archivos, Bibliotecas y Museos

Esta biografía, muy profesionalmente, recoge la tesis propia que hace el historiador al juntar todos los datos que durante años ha ido encontrando, junto a citas y reproducciones de algunos de los documentos originales consultados. Tanto si interesa leer biografía, como si se es cervantista, o si se quiere uno adentrar en los vericuetos del Imperio Español y cómo funcionaba su red de espías, el libro es interesante. Desde luego, al menos para los cervantistas, es una trilogía obligada y necesaria de lectura y consulta. Si bien hay que tener en cuenta que no es tanto una biografía exhaustiva, sino una profundización en aspectos inéditos, poco conocidos o poco tratados, aunque hay que recordar que el investigador pionero que sacó a la luz buena parte de algunas de las andanzas de Cervantes más allá de lo literario es Emilio Sola. Entre Sola y Dávila se completa la biblioteca perfecta del perfecto cervantista y del perfecto conocedor de las redes de espionaje españolas en los siglos XVI y XVII


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

lunes, 9 de agosto de 2021

Sonetos de las voces póstumas / Cuaderno de las voces póstumas

Título: Sonetos de las voces póstumas / Cuaderno de las voces póstumas.
Autor: Pedro Atienza López.
Editor: Pedro Atienza López (autoedición de Sonetos de las voces póstumas).
Editorial: Grupo Editorial Fortunata y Jacinta, editorial literario-gastronómica (editor de Cuaderno de las voces póstumas).
Año de publicación: 2005.
Género: Poesía.
ISBN/Depósito Legal/Creative Commons:[No consta en ninguno de los dos]


Uno de los escritores más destacados de Alcalá de Henares en la segunda mitad del siglo XX, hacia el último cuarto de ese siglo y primeros años del XXI, fue además una persona muy querida y con gran número de amistades y conocidos en la ciudad, aunque él, habiendo adquirido cierto reconocimiento a nivel nacional por su labor periodística, especialmente en Radiotelevisión Española, en Radio Nacional de España, en concreto en Radio 3, pasó a residir fuera de la ciudad, en Madrid, en Andalucía y otros lugares. Se trata de Pedro Atienza López, quien, por otro lado, vivió en Alcalá de Henares muchos años, fue aquí donde él, escrito por él mismo en su bitácora personal, conoció en la década de 1970 a muchos de las personas creativas de Alcalá, como la familia Chacón (a la que pertenecían el poeta José Chacón y su hijo el artista plástico Carlos Chacón, muerto en accidente de coche), el poeta y cantante de música tradicional Enrique Sabaté, el artista ilustrador Andrés Alcántara y tantos otros a los que fue sumando nombres a lo largo del tiempo, como el cantante de flamenco Diego Solís, conocido como El Carbonilla. En el mismo año de su muerte, 2014, unos meses antes, yo mismo pude verle recitar en persona en Alcalá de Henares en un bar de vida efímera llamado Casablanca, cerca de la estación de tren central, en una especie de homenaje a la poesía escrita por homosexuales, aunque no llegué a entablar con él personalmente ningún tipo de contacto directo más allá que el de espectador. 

Pedro Atienza nació en Madrid en junio de 1955 y murió en Priego de Córdoba, en Córdoba, el 21 de diciembre de 2014. Vino a vivir a Alcalá de Henares con su familia en 1961. En su formación desde niño comenzó a interesarse por la poesía tanto de clásicos del Siglo de Oro como por autores actuales de su época no solo españoles, adentrándose incluso en los mundos complejos de los anglosajones y su contracultura. Se transformó poco a poco en un gran escritor de sonetos, siendo considerado una promesa de la joven literatura española de la década de 1970, especialmente desde el final de la dictadura franquista, con los años de la Transición política y de la Movida Madrileña. Es una figura clave para entender el renacer cultural alcalaíno y la transformación democrática de la cultura escrita en general de aquella España, así como el paso cultural y social de la ciudad de Alcalá a la de una gran urbe industrial y universitaria de nuevo cuño. Con cierto reconocimiento, pasó a vivir a Madrid capital en la década de 1980, donde ganó fama como poeta, guionista, locutor de radio y periodista, viendo su vida ligada a la radio pública más vanguardista en Radio 3, y al flamenco tradicional al que insertó aires jóvenes con sus composiciones. 

En 1979 había publicado su primer libro de poesía, Fragmentos y evocaciones, editado en Torrejón de Ardoz. Lo presentó ni más ni menos que acompañado del poeta andaluz Rafael Alberti, regresado del exilio no hacía mucho. En 1986 sacaría su segundo libro de poesía, Decir del solitario. Entre tanto dirigió un programa propio en Radio 3, cuyo nombre evocaba a Federico García Lorca, "La Barraca". Comenzó a trabajar también para Radio Nacional de España y para la emisora católica COPE, a la vez que aparecía en Televisión Española y de la que fue guionista para Carlos Herrera entre 1991 y 1992, a quien, según Pedro Atienza, le aficionó al flamenco. Escribió para los periódicos El País, La Luna de Madrid, Ya, Cuadernos del Norte, Barcarola y, en Alcalá de Henares, el Diario de Alcalá.

En la década de 1990 regresó a Alcalá de Henares para vivir cerca de su familia, especialmente de sus hijos e hija. En los últimos años de su vida, ya en el siglo XXI, vivió alguna temporada fuera de España, en Ecuador, y después de nuevo en España, en Las Negras (Almería) y en Priego de Córdoba (Córdoba), si bien visitó Madrid y Alcalá de Henares, como por ejemplo en la citada ocasión meses antes de su prematura muerte.

Su pasión por el flamenco se nota en su literatura, pero también hizo que le dieran diversos trabajos en la radio y la televisión  relacionados con el flamenco y su promoción. Cuando en 1992 Barcelona celebraba las Olimpiadas y Sevilla la Exposición Universal, Madrid celebró la capitalidad europea de la cultura, para la cual el gobierno le nombró a él Director de Asuntos Flamencos. En 1997 dirigió la programación del Año de Cervantes y después fue durante cuatro años Director Cultural de la Universidad de Alcalá de Henares, siempre fomentando el flamenco y su cultura. Nunca abandonó convocar actos relacionados con el cante jondo, como el memorial a Enrique Moriente en 2011. Tampoco paró de celebrar recitales y lecturas de poesía en bares y otros lugares tanto institucionales como no institucionales. Era muy amigo de la cultura popular y de la gente que ambientaba los lugares donde más se da, como pueda ser el desaparecido bar El Rincón, en Alcalá, frente a la Iglesia Magistral de los Santos Niños, y que desde décadas fue uno de los centros de encuentro de muchos creadores en la ciudad. 

En 1996 publicó su tercer libro, de narrativa, Más allá de Allacá. En 2000 volvió a la poesía y el flamenco con Claves jondas. En 2002 sacó dos libros, uno de poesía, Siempre por los rincones de Alcalá, y otro de narrativa, Así dimos el cante, donde recuperaba la memoria musical de la ciudad en sus grupos más rock y pop en su llegada a la ciudad desde la década de 1950. En 2005 publicó Sonetos de las voces póstumas, como anticipo del libro Cuaderno de las voces póstumas, el cual fue llevado a obra teatral en el Teatro Salón Cervantes por Joaquín Hinojosa, autor relacionado también con Alcalá. No sería la única vez que llevaría poesía y flamenco a los escenarios. También lo haría en la Bienal de Cante Flamenco que se celebró en Sevilla. En 2008 publicó su sexto libro de poesía, La línea del Ecuador, que póstumamente es un libro muy buscado. En 2011 publicó el que sería su último libro de poesía, sin sospecharlo nadie, Funambulismos ecuatorianos. Él, aún con todo, publicó poesía suya hasta el último momento a través de un par de páginas personales en Internet, Material de derribo y Tres en la carretera, en la cual TVE publicó su último poema a modo póstumo. Cuenta también con el ensayo La memoria de Lug y aparece en la antología Poetas descrito. En todo caso, su último libro fue de narrativa y apareció póstumamente en enero de 2015, a un mes de su muerte, La vida a palos, el cual fue presentado por el Foro del Henares en el Teatro Salón Cervantes por actores como Imanol Arias y Natalia Menéndez, así como estuvo Joaquín Hinojosa.

Le presentamos hoy en estas notas de cíclopes libreros a través de su libro Sonetos de las voces póstumas. Contenía el libro una carpeta a modo de cubiertas en papel verjurado y solapas con un dibujo de Andrés Alcántara. Esta carpeta debía ser el preludio al libro propiamente dicho que vendría después, que se llamaría Cuaderno de las voces póstumas, según escribió Atienza en el epílogo. Hoy día ambas publicaciones se confunden entre sí, si bien la carpeta hoy día sea más objeto de rareza y colección. La carpeta fue una autoedición de lujo con todo mimo y cuidado artístico del propio autor. El libro llamado Cuaderno de las voces póstumas se publicó a través del Grupo Editorial Fortunata y Jacinta, que se autodenominaba editorial literario-gastronòmica. Ambos se publicaron en 2005, como se ha dicho, siendo la carpeta un anticipo del libro, que estaría aumentado en poemas y, ahora sí, editado de manera encuadernada en tapa blanda y con una fotografía de uno de los patios de la Universidad de Alcalá de Henares a modo de marca de agua en sepia. La obra fue llevada al teatro con musicalización flamenca por Joaquín Hinojosa, que lo presentó ese mismo año 2005 en el Teatro Salón Cervantes. También fue programada tal obra de teatro que unía sonetos y flamenco a finales de 2005 en el Corral de Comedias, el otro teatro importante de Alcalá.

El libro de Sonetos de las voces póstumas en realidad no tiene formato de encuadernación, sino que, como se ha dicho, era una carpeta de gran formato en cuyo interior se encontraban hojas sueltas con una gran calidad de papel, casi cartulina, en tonalidad ligeramente ocre, mientras que la cubierta-carpeta contaba con una ilustración artística de acuarela desplegable entre el abstracto y la forma clásica de las decoraciones de la antigua Al-Andalus, sin llegar a ser ni abstracto, ni decoración de la España medieval islámica. Era, sin duda, la referencia visual que le unía a las raíces flamencas en las cuales algunos han querido ver parte de ese pasado que enriquece la cultura española. 

El libro fue dedicado a Raquel, "mi última morada", escribió Atienza, aunque en algunos poemas hay otras dedicatorias a personas cercanas de la vida privada del autor, a quienes les muestra su cariño. Si bien la figura de un amigo común para poeta y creador artístico de la edición, Carlos Chacón, pareciera estar sobre parte de la obra, dada su muerte trágica y lo que este significó para ellos. Así parece afirmarlo, por ejemplo, el poeta Enrique Sabaté en su bitácora de 2015: En la tela de la araña. Contumaz e incorregible. En cierto modo, decía Sabaté, en la obra se trasluce lo que el ilustrador veía de la obra escultórica de Chacón, y lo que Atienza interpretaba de lo mismo a través de su soneto dedicado. En todo caso, aparecen  otros nombres de personas desaparecidas, pero también vivas, y poemas de amores que pudiendo ser no fueron, lo que también es una voz póstuma, o posterior de lo que potencialmente pudo ser y ya no puede ser, o que bien habiendo sido, ya no es. Hay por ello en estas obras un tono de lamento relativo sobre las propias experiencias del pudo y no fue.

En los sonetos de Atienza se ve una fuerza que le viene no solo de la tradición flamenca, más bien sobre todo se trasluce en él poetas trasgresores de las temáticas y las formas en la época del franquismo, quienes, a fin de cuentas, fueron los que le atrajeron y le formaron literariamente desde su niñez. Aparece en él el desgarro propio de aquellos poetas del desgarro y del exilio interior. Atienza le da una voz nueva y propia, pues a pesar de todo él pertenece más a esa otra España que se construía a sí misma desde una libertad recobrada con fuerza y ganas que trataba de romper tabúes a fuerza de lo que en esos momentos va a ser lo que iba contra la cultura oficial o permitida. Sin embargo, Atienza es, aunque desgarrado en sus versos, formal, no termina de romper contraculturalmente del todo, como harían los Panero, y sin embargo estaba lleno de pasión y de una voz íntima en conversación consigo y con el lector.

Con ritmos bien medidos y cuidado el sonido de cada fonema para crear musicalidad, actualiza los sonetos españoles y les da nueva vida y temáticas. 2005 quedaba lejos de aquellos años de 1970 o los de 1980, sin embargo, conserva bien madurado y macerada su voz, enriquecida por las experiencias de su vida y todas aquellas voces que como periodista y como guionista conoció a través de entidades de carácter informativo a nivel estatal. Estuvo en contacto de varias de las personas más importantes en lo cultural en España y fuera de España, pero nunca abandonó las voces más humildes y sencillas, ni lo tradicional del flamenco, eso se nota en su obra dándole sinceridad creativa que no se deja arrastrar ni por imposiciones editoriales, ni por gustos y modas ajenos a su propia inquietud creativa. 

Sirva como ejemplo de este poemario en cuanto a Sonetos de las voces póstumas el soneto llamado Amores de ocasión, el cual encabezó con las siguientes palabras del Conde de Villamediana en uno de sus poemas: "...Que todo del amor puede creerse"



Una ocasión para amarte he tenido
y la dejó correr mi pecho ocioso.
El amor resbaló tumultuoso,
queriendo descansar en el olvido.

Una ocasión, no más, para gozarte
y retumbó la voz de la experiencia
para nombrar de nuevo la inclemencia
del vano y ciego esfuerzo de tomarte.

Sembrarte con mi huella peregrina,
sin saber si germina o no germina,
no fue posible, son cosas de ocasión,

que la posteridad no me interesa
y mi virilidad la quiero ilesa
para otra estupidez del corazón.

 

Y sirva ahora como ejemplo de soneto de Cuaderno de las voces póstumas, su ampliación en libro, el soneto Amor en fuga.

Si por ti me preguntan sé quien eres
y no lo sé si colmas mi mirada.
Yo soy la herida abierta y tú la espada
acoplados a muerte en sus quereres.
 
Ciego de ti o muerto si prefieres
en tu ausencia mi vida está enterrada.
Me acompañas huida, devastada,
y amarte ya es perderte, así lo quieres.
 
Viviendo sin vivir me vas matando,
amor en fuga de un abril lejano.
Eres la pena negra de mi suerte,
 
que estando sin estar huye volando,
pájaro azul que escapa de mi mano,
¿si así la vida para qué la muerte?


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 1 de agosto de 2021

Sonatas complutenses

Título: Sonatas complutenses.
Autor: José César Álvarez.
Editorial: Ediciones Bornova, A.T.C..
Año de publicación: 2004 (1ª edición; prólogo de Emilio Sola)  
Género: Relatos de ficción; Ensayo.
ISBN: 978-84-933210-4-4

 

De José César Álvarez ya hablamos en su novela de 2015 Voz de bajo. Hoy quepa hablar de un libro suyo que recogía el relato que sirvió de precedente para estructurar aquella novela de 2015 publicada en 2016. Tal libro que recogía ese relato es Sonatas complutense, que fue publicado por Ediciones Bornova A.T.C. en 2004, en tapa blanda, con un fondo azul marino sobre el que se mostraba una fotografía de la Plaza de Cervantes en la década de 1970. El libro compilaba cinco textos que el autor llamó sonatas, recuperando una voz musical para su literatura de relato breve. Se trata en realidad de tres relatos de ficción, un guión de cortometraje documental cinematográfico y un ensayo histórico. Fueron escritos entre 1972 y 1976. Los cuatro últimos fueron publicados en esas fechas, pero el primero estaba inédito hasta este libro de 2004. Todos fueron ganadores de los Premios Ciudad de Alcalá, por lo que en cinco años seguidos el autor subió a la tribuna del Paraninfo de la Universidad, por entonces aún sin recuperar ese estado de institución universitaria y usado para actos oficiales como la entrega de estos premios anuales, los cuales abarcan diversas modalidades artísticas, creativas e investigadores y, hoy día, de bastante prestigio.

El libro fue prologado por Emilio Sola, catedrático de la Universidad de Alcalá especializado en Cervantes y también escritor, galardonado con el accésit de los premios Adonáis de poesía y con el Premio Café de Gijón, personaje además muy libre y emblema de la Movida madrileña de finales de los años 1970 y principios de los años 1980, figura, en cierto modo, de la Transición. Posteriormente, el propio autor, José César Álvarez, escribe una introducción donde nos narra el origen de los relatos y repasa el recuerdo del comienzo de los Premios Ciudad de Alcalá en el año 1970 y cómo los protagonizó. Así mismo nos recuerda que en 1975 fue el primer pregonero al aire libre de las ferias y fiestas de Alcalá de Henares, aunque ya en 1974 también fue primer pregonero de estas fiestas, pero se hizo en el interior del Paraninfo de la Universidad. Aprovecha la ocasión para anotarnos el hecho de la presencia del Ministro de Cultura de la época y el discurso reivindicativo de la necesidad de recuperar la Universidad. Pregón, por otra parte, que fue publicado por el ayuntamiento en 1976.

El libro contiene dentro de sí fotografías de alcalaínos y de Alcalá como testimonio de una época entre el final de la dictadura de Franco y la transición que supuso para la ciudad el desarrollismo industrial y cultural, el cual cambió radicalmente el ser complutense. Un tránsito entre una forma de vida casi rural con un rico pasado a una forma de vida de gran ciudad con una cultura renovada y sangre nueva.

 El relato que inicia el libro, Las cartas de Mauro García, es el relato quizá más ambicioso, un relato que perfectamente hubiera apuntado a ser una novela si se hubiera prolongado y recreado algo más el autor. El personaje principal fue una persona real, Ramón Vallejo Liguerín. Era una persona alegre que conocía a casi todo el mundo, siempre localizable en el centro de Alcalá realizando diversos trabajos o ambientando amistades y conocidos. El relato que le dedica es más bien costumbrista. En él, como indica Sola, se refleja perfectamente el desgarro de una época que acaba y otra que empieza, ese tránsito entre dictadura y democracia que fue la Transición, pero también entre una forma de cultura social a punto de romperse por otra nueva más de gran ciudad y de nuevas actitudes y formas de entender la vida a través de la Movida madrileña. Se narra la llegada de un hombre de pueblo a la ciudad. Busca trabajo de lo que puede y se ve envuelto a una ida y venida de trabajos no muy afortunados y que no son capaces por sí mismos de hacerle prosperar, pero que le hacen depender de los patronos que los ofrecen, surgiendo así algo de servidumbre inusitada incluso en tiempos de paro. En todo caso se recorre con los oficios la forma de vida de Alcalá de la época y con ello este relato sirve también de testimonio de una Alcalá de Henares que fue y que estaba dejando de ser. El choque de las diferentes culturas sociales queda patente a través de una estructura narrativa epistolar.

El segundo relato, La noche de las estatuas, estaba considerado por el autor como sonatina, por lo que este relato de ficción sigue las pautas de exposición de los acontecimientos que se sigue en las sonatas. Es por este relato que el libro recibe su nombre. En todo caso, como antecedente de la novela Voz de bajo, queda comentado en sí mismo a través de lo que ya se dijo de aquella novela desarrollada muy posteriormente. Sirva de nota que el autor expone con fantasía y humor no solo unas referencias sobre el ser de los alcalaínos respecto a su pasado de glorias pasadas, sino que indirectamente nos narra una parte de la Historia de la ciudad.

El tercer relato, Los tres rumores de Alcalá, recoge desde el testimonio indirecto de un aviador de Alcalá, a un diálogo entre una piedra y el agua del río Henares, y después unos recuerdos a través de la carretera que pasa por Alcalá con rumbo Madrid a Zaragoza y a Barcelona, igualmente con la vía de tren. A través de esas voces repasa la Historia de Alcalá, una vez más, desde los tiempos de los santos niños, Justo y Pastor, hasta las épocas del siglo de Oro y algo de la actualidad. En términos de una literatura amable y casi a voz de cronista, todo el relato, como prácticamente el libro en sí, sirve en realidad de excusa para mostrar el pasado de la ciudad, haciendo hincapié en las biografías de las personas conocidas, lo que en cierto modo falsea en parte la realidad histórica social de la urbe, pero a lo que tiene acostumbrados los cronistas a numerosos curiosos y turistas. No obstante, el autor denota amor por Alcalá y la trata con mimo y cariño desde su forma de entender su esencia y aporte histórico en mezcla con las vidas de las gentes del hoy, hablando por las de la década de 1970, que es cuando se escribieron estos textos. No obstante, cada parte de este relato es encabezada por la cita de frases de personajes importantes en la cultura española y que tienen  relación con Alcalá, como puedan ser Astrana Marín o Unamuno.

El cuarto relato está centrado en la Iglesia Magistral, Letanía en la Iglesia Magistral. Siguiendo la vida monacal y la música religiosa es una especie de ensayo y relato que trata sobre la Guerra de la Independencia en la ciudad, mostrada de manera idealizada por el autor, pero como si su visión estuviera ajustada a verdad histórica. Cuenta con un grabado realizado a partir de una fotografía de Cerezo, conocido fotógrafo de la ciudad.

El quinto relato es el pequeño guión de documental, Alcalá: tierra, piedra y hierro. Tal como promete, cuenta la Historia de Alcalá a través de sus monumentos y que, si fuera grabado, perfectamente cabría en los documentales de la segunda cadena de la televisión pública española, con un tono popular y campechano.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".