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viernes, 26 de abril de 2024

Otra conversación

Título: Otra conversación.
Autora: Sofía Morante Thomas.
Editorial: Gato Encerrado.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 
978-84-125839-5-3


Una de las jóvenes poetas ligadas a Alcalá que se nos ha descubierto de manera potente y llamando poderosamente la atención a escritores y prensa a nivel estatal, como por ejemplo al periódico El Diario, es Sofía Morante Thomas. Cuenta de momento sólo con tres poemarios, sin embargo ya la han ubicado de manera destacada. Aunque es alcalaína, nació en Madrid en 1996. Desde niña se vio atraída primero por las artes plásticas y después por la literatura. Comenzó unos estudios universitarios que abandonó al año de iniciarlos para residir en la Riviera Francesa. fvue de su vida y experiencias personales allí que a su regreso a España publicó su primera novela, Retrouvailles: la fragilidad de los reencuentros (2016), con 20 años. Con esto regresó a la Universidad de Alcalá de Henares, comenzó a trabajar en una galería de Arte y empezó a colaborar en revistas literarias. En ello estaba cuando publicó su primer poemario, Sed de naufragios (2018). En 2021 se graduó en Humanidades y Magisterio y obtuvo el Máster en Estudios Literarios y Culturales Hispánicos, y se embarcó a iniciar estudios predoctorales en Estudios Lingüísticos, Literarios y Teatrales, en los que aún se haya, combinando lo académico y lo que esto requiere de artículos y otras actividades intelectuales, con lo artístico y literario. Así surgió su segundo poemario, a la vez tercer libro, en este año 2024, Otra conversación. Fue presentado por primera vez en Madrid capital en febrero, en el bar Aleatorio, mientras que en Alcalá de Henares fue presentado en marzo en la Librería Diógenes, junto a su editora. La presentamos en estas notas a través de este tercer libro. Tal como ella declaró en sus presentaciones, sus dos poemarios habían nacido a raíz del fracaso o frustración de dos relaciones sentimentales, aunque ella no definiría sus poemarios ni de amor ni de desamor, sino de construcción personal. Estoy en buena parte de acuerdo con ello. Evidentemente existe el sentimiento de amor y el de desamor en el libro, porque es una historia de amor y su final el que lo desencadena, pero es cierto que innova respecto a otros libros que nacieron por lo mismo en cuanto a que su principal foco no son esos sentimientos, sino la reconstrucción de ella misma en su autoestima y emocionalidad. Son poemas de su recuperación tras el trauma de una pérdida de alguien querido, por tanto de un proyecto  de vida afectiva que había comenzado a dibujarse. Es una nueva perspectiva del amor en el siglo XXI, donde el autoconocimiento y el cuidado emocional de uno mismo es algo más arraigado y, desde un punto de psicología, entendemos como plenamente humano la superación del trauma, en este caso: del final de una persona en nuestra vida que, por fuerza, no sólo ha estado, es que ha sido parte de ella. Sofía tiene la elegancia y el saber hacer del equilibrio entre los sentimientos de amor y desamor, siempre pasionales, con esa lucha de la mente por comprender y por comprendernos para superar. No obstante, como ella misma dijo, pese al choque frontal inicial del final de las relaciones, hoy día es amiga de aquellas personas. Por lo que es un libro de amor al otro y a uno mismo muy de nuestros tiempos. Personalmente creo que es válido tanto para la sensibilidad y emocionalidad femenina como para la masculina, aunque probablemente al ser una autora habrá más de una persona que sólo quieran valorar la perspectiva femenina. Sería injusto, porque como toda poesía brillante, y lo es por su sinceridad y su valentía de confesión y autoconfesión, es una poesía universal, trasciende la sexualidad, aún cuando ella nos narre sus versos y vivencias como mujer que es. Es un poemario humano, no un poemario de la sexualización de los sentimientos.

Fue publicado por la editorial toledana Gato Encerrado, la cual colabora con Voix Vives, festival de poesía de Mediterráneo en Mediterráneo, el Laboratorio Matadero de Toledo y la Cooperativa Integral la Divergente. Aunque publican poetas masculinos y femeninos, la editora presente en la presentación de Alcalá afirmó en ese momento darle preferencia a las voces femeninas por considerar que estaban menos oídas. Si bien esto pudiera ser cierto hace unos años, hace ya bastantes que esto no es tanto así, pero eso es otro debate, y me temo que espinoso, aún  queda un tiempo para hablar sin espinas. 

El libro está muy elegantemente presentado en tapa blanda solapada, con cubiertas en brillo enmarcadas en ocre y una fotografía en blanco y negro de Marcos Kohler para Pexels, un banco de imágenes de artistas que las ceden gratis a los creadores que deseen usarlas siempre y cuando citen la autoría y el banco de imágenes Pexels al que pertenece la imagen elegida. Se trata de una joven que gira su cabeza para mirarnos de perfil, dándonos la espalda, mientras se ve envuelta por un choque de agua o arena contra ella, lo que la autora y la editora definieron una como que la chica se evaporaba y la otra como que se aparecía.

(...)
Sé que lo pierdo que pierdo el tiempo
Que te pierdo con el paso del tiempo
Porque con la vista nublada no puedo aniquilarlo aniquilarte
Aniquilar el tiempo.
(...)

El libro se divide formalmente en tres partes más un preludio y un epílogo, este último con un extenso poema en prosa sin signos de puntuación y reiterando una reflexión final sobre qué quedaba del paso de una persona en la vida de otro tras una historia e amor fallida... no obstante siempre viva en cada una por haber sido la relación mutua parte de la vida de ambas personas. Abundan las referencias a frases y versos de otros autores, como la escritora Anne Sexton, el escritor Truman Capote, la poeta Miriam Reyes, el poeta Raymond Carver o incluso un fragmento de la serie de televisión sobre una familia de mafiosos Los Soprano. Todas esas referencias dan el preludio a diversos poemas, pero siempre dan pie desde lo oportuno de que sean citado, al servicio del libro y de los poemas, como parte de la reflexión y el ser de Sofía Morante, no son un mejor ejercicio de referencia en homenaje. 

Aunque el libro está publicado en febrero de 2024, probablemente recoge poemas de la autora desde su último libro, de 2018. Lo que se hace evidente es que el año 2020 tiene un peso importante en estos poemas, pues parte de la digestión de esta historia de amor y su final pasa por una separación física imposible de esquivar, la del confinamiento por ley cada uno en su casa, o dónde le pillara el confinamiento, a causa de la pandemia de Covid-19, ocurrido en la primavera de aquel año. Las referencias al confinamiento, la soledad y la enfermedad, así como a la muerte en el ambiente, cobra aquí un refinamiento alegórico y metafórico que enraíza con la psicología y con la poesía por igual. Su alma, la de la poeta, se extiende a todo lo vivido en esos días y lo identifica con lo que ella misma estaba procesando en torno a su propia vida emocional. Posiblemente el propio confinamiento le dio tiempo a pensar y meditar numerosas de sus emociones, así como a desesperar en estados de ansiedad, aunque es una persona bastante equilibrada, según se trasluce en estos poemas y se la oyó hablar en la presentación de su libro. Es probable también que tras dar por acabado el poemario aún regresar a él diversas veces para retocarlo o revisarlo durante un año más, el pasado 2023. Es una intuición de quien esto escribe, me puedo equivocar. El resultado, en todo caso, es un poemario maravilloso.

(...)
Tengo que asimilar que la oscuridad
nunca te traerá a mi puerta
a mi balcón.
Ahora
sólo tengo mi corazón lo que queda
junto a una copa de vino
y algunos cigarrillos que me lanzan los vecinos
(...)
 

El libro refleja también cambios físicos consecuencia y reflejo a la vez del proceso emocional que se vive. Contiene avances y retrocesos, dudas y seguridades, tiene sus certezas y sus contradicciones que lo hacen profundamente humano y profundamente abierto desde los sentimientos. Es una poesía del interior actualizada al completo en el siglo XXI, lo que hace que sea innovador y renovador. Un soplo de aire nuevo en los poemarios de estas temáticas que yo la menos he agradecido bastante. Este poemario es algo más que la temática del final de una relación. Es, repito mi coincidencia con la autora, un poemario de reconstrucción de la persona, no es tanto de desamor, sino de recuperación del alma y el ser de la persona, de la salud psicológica de la persona tras un trauma profundo que deja su rastro permanente en el cómo seguirá siendo esa persona a causa de lo vivido. Es un poemario de estallido devastador en el alma que destruye el lugar cómodo y agradable y por tanto de recuperación y reparación del hogar que eres tú mismo para ti mismo.

Pero el libro no sólo tiene esto, también contiene una conciencia plena del paso irreversible a la vida adulta donde la vida de mujer, por muy joven que se sienta, no puede volver a ser niña, y en algunos versos parece vaticinar a algunas niñas que aparecen que también a ellas les llegará un cambio vital irreversible, forjado con ilusiones, pero también con decepciones, con la realidad de la vida. "Cuando fuiste niño ¿cómo fuiste?", pregunta en el poema inicial del comienzo del libro en su primera parte; "Me pregunto cómo serán nuestras hijas / cuando sean madres", finalizará otro poema.

Prescinde en su gran mayoría de los signos de puntuación, que es algo que se está generalizando últimamente en la poesía más joven, así como nos lanza algunas indicaciones y posibles pausas en versos que contienen espacios prolongados en su continuación en el mismo renglón o partes que aparecen en cursiva, a modo de subrayado o de otro tono. Quizá una de los recursos que me parece más atractivos es la gradación sin uso de artículos ni otro tipo de proposición, artículo, numerativo o signo de puntuación que hace de manera frecuente en término de dos o tres conceptos para narrar y describir, logrando dar varios significados a lo que por sí sólo no lo tendría. es lo más experimental que contiene en sí y tiene un efecto fresco que estimula mucho. A eso hay que unirle un lenguaje cercano, nada protocolario, como de la contracultura pero sin proponer la provocación al otro. "Rojo bermellón palma de mano roza rojo bermellón de mandíbula", dice en un poema, "aquella tarde mes de finales inesperados", dirá en otro poema, o también en otro más: "¿Me bloquea tu recuerdo todavía? ¿necesito eliminarlo aniquilarlo volverme una sicaria una víctima?". A menudo esas uniones provocan aumentativos inventados por ella que funcionan perfectamente para entender porqué lo expresa así.

El poema en verso que cierra el libro antes del de la prosa, "El único o la profecía", es el poema más redondo que podía cerrar el libro como cerrando el círculo y el proceso mismo de reconstrucción. Juega con una posible doble lectura sobre si la hija futura será real, o si bien esa "hija" es ella misma producto  del hoy de lo compartido ayer.

Esperando a una niña
tintinean lirios en mi vientre
mi pelo y mi piel brillan desmesuradamente
Color avivado innatural
mi rostro es lo más parecido a la luz del sol
      que en el ocaso se disipa pequeño     globo melancólico.

La hija con los ojos castaños no tendrá tus labios pero los de Otro
La hija con Sus ojos somnolientos por ti terminará devorándome
      adorará al padre que no tuvo
      como le adoró su madre cuando sí.
Mi hija rencorosa lo verá en mis ojos     el amor perdido
                                                                            / la profecía
Me reprochará su in-extinguido recuerdo nocturno
                                                                 la inquebrantable promesa.
Preguntará
Por qué su padre no eres tú
si eres el único que supo cuándo su madre mentía.

Sin embargo cierra el libro el poema en prosa que hace recuento de lo que queda y de lo que fue entre las dos personas y en concreto en ella, y aún le sigue en última página un poema más de un único verso, que empezando en minúscula como encabezando el final de una conversación sostenida entre la poeta y sí misma, o quizá entre ella y la persona con la que rompió, o quizá con el lector, nos advierte: "pero esto es otra conversación".


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

viernes, 19 de abril de 2024

Lazarillo de Tormes

Título: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades.
Autor: Anónimo.
Impresores: Salcedo (Alcalá de Henares) / Juan de Junta (Burgos) / Hermanos del Canto (Medina del Campo) / Martín Nucio (Amberes).
Año de publicación: 1554 (1ª edición de tres ediciones simultáneas en 1554, más una 2ª edición corregida en el mismo año y simultánea a las otras, aunque pudo haber otra anterior desaparecida por la Inquisición entre 1552 y 1553).

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Título: Lazarillo de Tormes.
Autor: Anónimo.
Editorial: Cátedra.
Año de publicación: 1998 (1ª edición de Francisco Rico, en 2006 indicaba 4ª edición).
Colección: Letras Hispánicas.
Nº de volumen en la colección: 44.
Género: Novela picaresca.
ISBN: 978-84-37606606.

 

Hay un libro de la  literatura del Siglo de Oro español, parte de la Historia de la Literatura Universal que no sabemos si lo escribió un alcalaíno y cuyo argumento y personajes no tienen que ver ni con Alcalá de Henares ni con alcalaínos, sin embargo está en el haber de Alcalá de Henares porque su primera edición, una de las cuatro que salieron simultáneamente en 1554, es de una imprenta y a la vez librería de Alcalá de Henares de aquella época, la de Salcedo, se trata del libro que originalmente se llamó La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. Con ese título se publicó más o menos a la vez a lo largo de aquel 1554 en las imprentas de Juan de Junta, en Burgos, de los Hermanos del Canto, en Medina del Campo, y de Martín Nucio o Martín Nuyts, fuera de España, que no del Imperio Español, en Amberes, a un año o meses de que Carlos I de España y V de Alemania le cediera Flandes a la Monarquía Hispánica, que heredó su hijo Felipe II, y no al Sacro Imperio Romano Germano, que dejó al cargo de su hermano Fernando I. A esas tres ediciones se sumó la de Alcalá de Henares, en la imprenta y librería de Salcedo, aunque no exactamente con ese título. De las cuatro primeras ediciones simultáneas, sólo la de Alcalá de Henares alteraba el título y decía: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades nuevamente impresa, corregida y de nuevo añadida en esta segunda impresión. Así que sólo la de Alcalá de Henares reconocía ser una segunda edición que había sido revisada y corregida, la cual actualmente es la que siguen en buena parte las ediciones actuales. Comparada con las otras tres ediciones, los cambios aparecen, pero no son especialmente sustanciales, por lo que muchos investigadores y filólogos sospechan que en realidad todas serían una segunda edición de una primera muy minoritaria que probable editó unos pocos ejemplares entre 1552 y 1553, hoy día totalmente desaparecida, por lo que esto queda en mera teoría e hipótesis, pero no en una certeza. Testimonialmente sólo consta la fecha de 1554 en las cuatro primeras ediciones.

Lo que sí se sabe es que la obra no pasó la censura imperial ni la de la Inquisición. eso podría haber provocado la hipotética desaparición de una primera breve edición entre 1552 y 1553, aunque esta pérdida no hubiera sido tan total, ya que en 1554 existen estas otras ediciones, y en concreto la alcalaína dice ser una edición segunda revisada y corregida. La obra seguiría estando prohibida, por lo que imprimirla, venderla, comprarla, tenerla, leerla, era un problema serio. De hecho, la edición de Medina del Campo fue descubierta accidentalmente durante unas obras en un edificio antiguo durante 1992, ocultada mediante emparedamiento en su época, lo que puede hacernos pensar si no sería una primera edición. Ahora bien, la Inquisición dejó publicarla pasados los años tras censurar varias partes y cambiar otras, lo que se llamaba expurgar y hoy censurar. Las copias permitidas y censuradas posteriores se han cotejado con estas cuatro primeras ediciones y no cabe duda de que estas responden, o parecen responder, a la publicación original sin censura, y que tal vez en la de Alcalá de Henares se quiso suavizar algo de cara a la Inquisición, sin lograrlo del todo. Por otra parte, en 1607 se apuntó la posibilidad de que el autor fue el poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza, miembro de una poderosa familia nobiliaria cuyos principales dominios estaban entre Guadalajara y Alcalá de Henares, aunque su posición política les permitía tener entre ellos virreyes en América y miembros en otros lugares de España y de Europa, como por ejemplo en Granada, de donde era este Diego Hurtado. Teniendo en cuenta esto, su pertenencia a los Mendoza le hace próximo a poder haber sido autor en Alcalá de Henares. Esta posibilidad se defendió con fuerza hasta el siglo XVIII, y fue retomada en 2010 por la paleógrafa Mercedes Agulló cuando al estudiar legajos de esta persona descubrió que en uno de sus documentos el propio Diego Hurtado de Mendoza había escrito que había corregido Lazarillo y Propaladia para su publicación. En todo caso, aunque parece ser que este hecho se dio, eso no le transforma automáticamente en autor. Ante la falta de pruebas más definitivas y claras, hoy por hoy se sigue considerando una obra anónima. Así, por ejemplo, se sigue defendiendo y explicando en una de las ediciones críticas más popularizadas en nuestros días, las de la editorial Cátedra, que hoy por hoy comercializa la edición crítica que Francisco Rico en 1998 para su colección Letras Hispánicas, aunque, en vista de que el hallazgo comentado antes es de 2010, es posible que haya hoy ediciones críticas más actualizadas. No obstante, en la edición de Amberes, la de Nuyts, la cubierta mostraba dos cigüeñas y aunque este ave es muy propia de media península Ibérica, la zona del valle del Henares es prolífica en ellas, si bien en el siglo XVI no estarían sobre los edificios (según vemos en los grabados de época), sino en su bosque de rivera. Esto tampoco es definitivo ni definitorio de nada.

La cubierta de la edición alcalaína y la de Medina del Campo se ceñían a mostrar a Lazarillo con el ciego, mientras que la de Burgos se centraba en Lazarillo y el clérigo. No arroja grandes pistas. Los motivos de censura venían tanto por una crítica social a un imperio español que mantenía a su sociedad en suma pobreza y necesidades, un imperio basado en el honor, entre otras cosas, pero descuidaba otros aspectos. Pensemos que Carlos I dilapidó las fortunas de América en guerras de religión en Europa y lujos, declarando la bancarrota de la Monarquía Hispánica varias veces, suspendiendo el pago de los juros (una especie de bonos del Estado de la época que solían comprar nobles, burgueses y banqueros), bancarrotas que llevaron al saqueo de Roma por parte de las tropas españolas o, décadas después, con Felipe II, al saqueo de Amberes. Una crítica que aparece en otras obras de la época, como las de Cervantes, Quevedo, Mateo Alemán y otros, los tres citados ligados a Alcalá de Henares. Por otro lado hay una crítica a las apariencias y las formas de comportarse de nobles e Iglesia, eso en un tiempo que se habían producido ya la revuelta comunera y la de las germanías, por no hablar de la guerra civil en el Virreinado del Perú o la rebelión de Lope de Aguirre en la Amazonía. Además, la obra desprende ideas del cristianismo que no siguen exactamente el catolicismo, sino las ideas de Erasmo de Rotterdam. Erasmo y los erasmistas no fueron expulsados de la Iglesia católica porque los Reyes Católicos, especialmente Isabel I y el cardenal Cisneros, presionaron al Papado para que no lo hicieran, ya que ellos, en plena época de reformas religiosas mediante las que surgieron las corrientes protestantes, sentían que las lecturas de Erasmo sobre críticas a la conducta de la Iglesia y el comportamiento de los católicos eran legítimas. Pero una vez que los Trastamara, incluida Juana I "la Loca" y Felipe I "el Hermoso", y el propio Cisneros, han desaparecido y comienza el reinado Carlos I, con quien se publica el libro justo al final de su reinado, aunque Carlos I no le dio a la Inquisición tanta relevancia como se la daría su hijo Felipe II, lo cierto es que se puso en el punto de mira a los erasmistas, muy popularizados en España al considerarse una corriente dentro de los católicos. Es probable que la censura llegara precisamente por presentar ideas y críticas erasmistas. No sólo la Inquisición estaría contra ello, Carlos I usó a esta como instrumento de control político y él estuvo la mayor parte de su reinado inmerso en guerras de religión contra los protestantes en Europa, por lo que no podía permitir que la base del reino que más dinero le hacía ganar traído de América no fuera un ejemplo de catolicismo.

Como sea, en 1605, cincuenta años después de la primera edición, un fraile jerónimo dijo por primera vez un nombre de un posible autor, otro fraile jerónimo, Juan de Ortega, que ocultó su nombre por ser general de su orden religiosa, por lo que deseaba defenderla de la Inquisición. En 1607 surgió la hipótesis de Diego Hurtado de Mendoza, cuya posición político y social le habrían hecho callar su nombre. En el siglo XIX la hipóteses de Juan de Hurtado, muy aceptada, encontró otra hipótesis fuerte, la de los hermanos Valdés, ambos erasmistas. Se apuntaba que Juan de Valdés habría escrito la primera versión censurada y perseguida en 1529, lo que le llevó a huir y exiliarse en Italia, habiendo dejado esa primera versión en una imprenta de Alcalá de Henares, la de Miguel de Eguía, que no en la de Salcedo, y en al cual se perdería su nombre y obra y que por ello alguien la habría encontrado, revisado y corregido en 1554, siendo corregir el acto de eliminarle las partes conflictivas, o sea: censurarla o autocensurarla. Los que defienden que fue Alfonso de Valdés lo hacen por haber encontrado paralelismos análogos de varios pasajes del Lazarillo con partes de su propia obra... cosa que ocurría también con la de Juan de Valdés. Siguiendo el mismo razonamiento, pero con otra obra de la época, se postuló a Sebastián de Orozco a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Así, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ya se han propuesta entre diez y quince humanistas españoles más como posibles autores, entre los que figura incluso un secretario personal del rey y otro escritor famoso, Fernando de Rojas, que terminó de escribir La Celestina, una obra con un inicio supuestamente anónimo y autor que había vivido con toda la crudeza en su familia y persona la tortura y las ejecuciones de la persecución de la Inquisición a los cristianos judeizantes, esta hipótesis vendría a decirnos también que la primera versión sería de las primeras décadas del siglo XVI.

Como sea, obviando la hipótesis de que en 1529 el libro original pudiera haber sido depositado en la imprenta alcalaína de Miguel de Eguía, de lo que sí tenemos certeza total es que en 1554 en Alcalá de Henares se realiza una de las primeras ediciones conservadas en la imprenta y librería de Salcedo. El impresor era Atanasio Salcedo, que era el hijo y heredero del negocio familiar iniciado por Antonio Salcedo, que vino a la ciudad ante la necesidad de imprentas por parte de la nueva comunidad universitaria. Antonio ya colaboraba con otro impresor de la ciudad, Brocar, impresor de la Biblia Políglota, siendo que en 1525 había salido de su imprenta títulos destacados aún hoy día. Inició el negocio como librería, pero como tantos otros libreros, ampliaron a imprenta, y como tantos otros, también se hizo editor. Estaría la imprenta en la calle Libreros o sus aledañas, sin saberse con exactitud dónde, aunque estudios arqueológicos actuales apuntan la posibilidad de ser el edificio hoy en ruinas donde hasta hace poco en el siglo XX y parte del XXI se ubicó la fábrica de hielo Gallo. Como sea, el negocio heredado por Atanasio continuó teniendo cierto prestigio, hasta el punto que exportaba libros a otros lugares. En 1543 un librero de Medina del Campo le debía ni más ni menos que la muy elevada cifra de 74.000 maravedíes en libros. No deja de ser llamativa esta deuda entre dos lugares que publicaron la primera edición de 1554 del Lazarillo. Sin embargo, editaba por sí mismo pocas obras, aunque vendía muchas editadas por otros. Lo más importante que había editado antes de la obra que nos ocupa había sido traducciones de Séneca, que sacó en 1552. Fue el éxito del Lazarillo el que hizo que su negocio fuera muy popular como imprenta desde 1557. Hay que pensar que otra diferencia de su portada con las otras tres de 1554 es que en ella se lee que se venda el libro en Alcalá, por lo que su edición habría pasado la censura. Su negocio finiquitó en 1567.

Por lo demás, la obra en sí es un clásico que da por iniciado el género de la novela picaresca, aunque hay otras obras con características de picaresca anteriores. Narraciones en primera persona, a modo de cartas o memorias pasados los años, que narran las aventuras y desventuras de personas muy poco afortunadas en la vida que tratan de ganarse la vida con todo tipo de oficios, trucos, trampas y artimañas, mientras a la vez quieren progresar o prosperar o aparentar. Tenían una fuerte crítica social y política, incluso religiosa y de moral y ética. Por cuestiones de la época trataban de transmitir una lección moral final, aunque en el fondo son la base lejana de la futura literatura de la contracultura y los antihéroes del siglo XX. 

Sigue la vida de un niño de una familia pobre abandonado a su suerte y entregado a diversas personas que dicen que le darán un porvenir a cambio de sus servicios, todo a costa de que sus padres no le pueden mantener, su padre por morir y su madre porque por pobreza no se puede hacer cargo, dándose ella a la prostitución. Es parte del lumpen. Pasa por Alba de Tormes, de donde sería él (no es casualidad que se llame Lázaro, como el resucitado por Cristo en la Biblia). También pasa por Salamanca, Almoroz, Escalona, Torrijos, Maqueda y Toledo. Desde su niñez a su vida adulta nos cuenta sus sinsabores, con cierto humor negro, al servicio de un clérigo, de un ciego que cuenta cuentos mendigando, de un soldado que es un miembro de la baja nobleza venido a menos, y de otros miembros de la sociedad de la época. Critica así a todos los estamentos y clases sociales, como incluso a las instituciones religiosas y políticas, e incluso a los acontecimientos de una España engrandecida como Imperio, pero a costa de empobrecer la vida de sus súbditos y pedirles sacrificios que les llevan a una pobreza y una hambruna que tratan de disimular mediante ideales de honor y de España que en realidad no solucionan su precaria existencia personal. Eso lleva a la pillería y a engaños varios, al intentar medrar de cualquier manera y a una búsqueda de los caminos fáciles que no lo son en absoluto.

Queda así señalada la conexión de esta obra emblemática de la picaresca española con Alcalá de Henares, por cierto, una ciudad donde varias obras de la época sitúan personajes y situaciones de pícaros. No obstante, Alonso Fernández de Avellaneda ya escribió en su Quijote apócrifo que los estudiantes alcalaínos eran por entonces todos pícaros por necesidad.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso

Título: Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso.
Autores: Rubén Buren (coordinador y autor); Julián Vadillo y varios autores.
Editorial: Pinolia.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Historia; Ensayo.
ISBN: 978-8419878311

 

El muy prolífico historiador alcalaíno Julián Vadillo suele participar en numerosas obras colaborativas de manera abundante, al margen de sus propios libros de investigación. Este año publica un capítulo en una nueva obra colaborativa de varios y numerosos autores, Segunda República, que por subtítulo lleva: Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso. Subtítulo con el que Vadillo no está de acuerdo por incorporar una sentencia de valor que orienta a quien ve la cubierta a pensar de una determinada manera sobre la República, "estrepitoso fracaso". La valoración "estrepitoso" además aumenta una sensación tópica contra la República que se alimentó durante el mismo franquismo y que la Transición en buena parte repitió, aunque en términos diferentes al franquismo. Se trataría de aunar la idea de República en España como algo unido al caos, al fracaso, a lo imposible y a lo inviable. Por ello mismo, Vadillo está enfadado con ese subtítulo y así lo hizo saber de manera muy apasionada al autor que coordinó toda la obra, Rubén Burén, durante la presentación del libro en Alcalá de Henares el 18 de abril de este 2024, ayer, en la Librería Diógenes, aunque previamente había sido presentado en Madrid en el mes de febrero y el mismo día del aniversario de la República, el 14 de abril, el diario monárquico ABC se hizo eco de esta publicación mediante una entrevista a Buren.

El libro fue publicado por la editorial Pinolia como una obra colaborativa de varios autores coordinados por Rubén Buren, como ya se ha dicho, siendo que si bien varios son historiadores, otros se acercan a las diferentes materias que se tratan analizando la Historia de la Segunda República (1931-1939) desde lo interdisciplinar, aportando así visiones más ricas de lo habitual al mirar y analizar los hechos pasados. Actualmente, en la lista de libros vendidos de Amazon, figura entre los ocho mil libros más vendidos, lo que es un puesto muy avanzados en una plataforma de ventas cuyo catálogo de libros alcanza el millón o los centenas de miles en España. Entre los libros de Historia del Siglo XX está ni más ni menos que entre los cien libros más vendidos ahora mismo, cuando apenas lleva un mes y medio o dos meses de ventas.

Rubén Burén es de Madrid capital. Nació en 1974. Es un persona pública bastante conocida. Es músico cantautor y reivindicativo desde la década de 1990, también es cineasta y documentalista. Ha colaborado en más de veinte series de dibujos animados de diversas cadenas televisivas. A eso añade ser autor de obras de teatro y de novelas. Tiene hasta la fecha actual trece obras de teatro, una película (Maquis), está trabajando en otra documental, siete discos de música, un  guion de videojuego y cuatro libros entre novelas y ensayos de Historia. Cuenta con varios premios teatrales y con el prestigioso Premio de Novela Histórica Alfonso X, que se le dio a la vez que a Joaquín Leguina. A esta ajetreada biografía hay que sumarle un aporte biológico. Es el nieto del anarquista Melchor Rodríguez, quien durante la guerra civil española detuvo en Alcalá de Henares a una turba que quería apalear y matar a presos franquistas después de que un bombardeo de Franco sobre la ciudad matara varios niños. Melchor Rodríguez fue el único anarquista de CNT que la dictadura permitió enterrar con una bandera de la CNT sobre su ataúd por aquello. Actualmente tiene placa en la ciudad, en cuya consecución de la misma y acto de ubicación participó Buren y el propio Vadillo, en el actual Parador Nacional, antigua cárcel política, también en el franquismo. Pero, además, Buren es profesor de Medios de Comunicación en varias Universidades a la vez. Quien esto escribe, que entra y sale del desempleo y malvive económicamente, no puede menos que llamarle la atención estas biografías donde alguien acumula varios puestos de trabajo a la vez sin que en principio parezca necesitarlo, es muy común entre profesores universitarios, no es cosa de él en concreto. Tampoco es tanto cosa de él, sino de los contratantes y los valores que tiene a la hora de contratar... o de no contratar. 

Como sea, Buren, que también escribe en este libro, reunió a un equipo multidisciplinar, como ya se ha dicho, en ese equipo estaba el doctor en Historia Julián Vadillo, del que ya hemos hablado varias veces y quien también es a la vez profesor de Universidad contratado y profesor de educación secundaria como funcionario, ejerciendo en ambos ámbitos. 

El libro repasa y analiza la Historia de la Segunda República desde su proclamación hasta su final al perder la guerra civil. Contiene numeroso apoyo gráfico en forma de fotografías de la época, buscando un mayor atractivo de lectura especialmente para la gente más joven. Según la observancia de Buren, la capacidad de atención en las nuevas generaciones cada vez es menor, siendo que como profesor universitario en los últimos quince años cada vez ve más a estudiantes que prefiere leer capítulos concretos de un libro y no el libro concreto. Aunque esto es algo que puede ser contraproducente al perder contexto y datos, por tanto capacidades de análisis, sostiene que esa es la realidad actual y hay que explorarla para poder construir los relatos a transmitir de la forma más óptica posible jugando con algo que, guste o no guste, es un hecho. Sin embargo, la introducción de fotografías no es algo nuevo, por lo que hay que explorar más y mejor en cómo llegar con los mensajes de las investigaciones. Quizá por ello se ha adentrado en los videojuegos y lo audiovisual.

Pero el libro es un ensayo plenamente estudiado. Es una obra seria y respetable que ahora mismo es la visión más actual publicada de lo que sabemos de la República. Vadillo se encarga del aspecto del mundo obrero y sus sindicatos, como no podía ser menos. Nos explica la interacción de la República con las diferentes sensibilidades obreras y sindicales y los conflictos surgidos, pero también con las afinidades. Apunta, no en el libro, pero sí en su presentación, que incluso sería interesante estudiar las bases sociales de las aficiones deportivas. Ya en su día él descubrió en Alcalá de Henares que el núcleo original de la CNT en la ciudad estuvo compuesto por personas que estaban a la vez en un mismo club ciclista, la Unión Ciclista Alcalaína (UCA). En la presentación de ayer mencionó que en su actividad como archivero (que llegó a serlo por un tiempo en la Fundación Anselmo Lorenzo) encontró que una gran mayoría de carnets de militantes de la CNT estaban conservados junto al carnet de socios del Atlético de Madrid de las mismas personas. Mirando cosas posteriores más actuales que se han publicado, sostiene que más allá de mirar la afinidad política de los dirigentes de los clubs deportivos, como la afinidad republicana de los presidentes del club de fútbol que hoy día es el Real Madrid, hay que mirar a qué aficiones atraía, pues estas no tienen porqué a atraer a personas con las mismas ideas que los presidentes políticos, y pone por ejemplo el Rayo Vallecano y otros casos. Sirva esto de ejemplo como forma interdisciplinar de investigación, pues aquí entra ya la sociología. Pero también como nuevo medio de intento de atraer la atención, la afición al fútbol.

Como sea, el libro también explora cual fue el papel real del comunismo a lo largo de la República, las etapas políticas de la misma, derriba el relato franquista que el neofranquismo trató de reavivar en los comienzos de la década de 2000 y que este año parece querer revivir con revisionismo de ultraderecha, explora los asuntos culturales de la educación y la Escuela Libre de Enseñanza, cuestiona que todos los tópicos de la izquierda o de la derecha se deban aplicar en bloque y plantea que se debe volver a mirar cada caso tras realizar planteamientos generales, etcétera.

La presentación fue apoyada en Alcalá por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares (ARMHAH), que además aprovechó para anunciar que ellos estaban a punto de publicar un libro sobre la memoria histórica de todos los municipios de la Comunidad de Madrid, donde Alcalá aportará sus investigaciones para identificar y dignificar los enterramientos de los fusilados que aquí están en el cementerio viejo.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 14 de abril de 2024

La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939

Título: La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939.
Autor: Urbano Brihuega Moreno.
Editorial: Fundación Colegio del Rey.
Año de publicación: 2005 (1ª edición).
Colección: Alcalá Ensayo.
Nº de volumen en la colección: 23.
Género: Ensayo; Historia.
ISBN: 978-84-95011-92-1

 
Entre los historiadores actuales de Alcalá de Henares más activos aún no presentado en estas notas, pero que es una figura clave en la recuperación de la Historia de la ciudad especialmente en tiempos de la República, la guerra civil y los primeros años de la dictadura de Franco en lo referente a lo que afectó a republicanos y socialistas, está Urbano Brihuega Moreno. Se trata de un licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares y maestro de Educación Primaria, que también ha ejercido de profesor de Historia en el Instituto de Secundaria Mateo Alemán, en uno de los barrios obreros y más humildes por excelencia de Alcalá de Henares. Instituto de Educación Secundaria que anteriormente fue instituto de Formación Profesional, carácter que sigue manteniendo en cierto modo, pues aún se enseñan oficios en ese lugar, en la Avenida del Ejército. También es un activo miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Alcalá, si bien actualmente está jubilado, por un lado, y retirado de la primera línea política alcalaína por otro. Fue concejal por el PSOE electo dos veces entre 1987 y 1995, siendo alcalde el también socialdemócrata Florencio Campos. Como ensayista e historiador ha escrito sobre Alcalá de Henares como patrimonio de la humanidad y la arquitectura complutense en el Siglo de Oro (siglos XVI-XVII), pero como ya se ha apuntado, fundamentalmente se ha dedicado a sacar a la luz cuestiones olvidadas o no historiadas de la República en Alcalá, especialmente ligada a republicanos y socialistas. En esa vertiente ha recuperado la memoria póstuma del comunista Nacarino, uno de los acusado en falso de la explosión del polvorín de Alcalá de Henares en 1947, que esclareció Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro en La explosión del polvorín de Alcalá de Henares (1947) (2009, segunda edición ampliada en 2017), la biografía del alcalaíno Andrés Saborit, diputado del PSOE, la vida de la hija del general Beigbeder, y la vida del concejal del PSOE Felipe Loeches, represaliado por Franco. Hoy es presentado en estas notas por su ensayo de Historia, toda una muy notable investigación, La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939, ganadora del premio Ciudad de Alcalá de Historia en 2004, y por ello publicado por la Fundación Colegio del Rey en 2005, como volumen 23 de su colección de ensayo, aunque lo hizo sin que tuviera palabras introductorias de ninguna autoridad local ni de otro tipo.

Esta innovadora investigación, muy correcta y certeramente realizada, fue la base para el libro La depuración de maestras y maestros en Alcalá de Henares (1939-1941) (2021), de quien esto escribe, Daniel López-Serrano "Canichu". En cierto modo mi libro es la continuación modesta del de Brihuega, que, si bien en su capítulo final trata el tema de las depuraciones de maestros tras el final de la guerra civil (1936-1939), el mío profundiza y pormenoriza lo referente a ese tema, aportando más datos nuevos y mi propia investigación sobre el tema. No obstante el objetivo de Urbano era analizar la instrucción pública en Alcalá de Henares entre 1873 y 1939, mientras que mi objetivo era dar a luz cómo se produjeron las depuraciones de quienes fueron maestras y maestros en Alcalá durante la guerra civil, a pesar de que el inicio de las responsabilidades políticas de la guerra no las fijó Franco en julio de 1936, sino en octubre de 1934, comenzando así una tergiversación de la memoria y de la Historia que aún en 2024 tiene seguidores. 

La instrucción pública en Alcalá de Henares fue un libro que innovó en algo que estaba siendo muy poco conocido en las fechas en las que se creó, el siglo XX de Alcalá especialmente ligado al periodo republicano y, en cierto modo la guerra civil y la dictadura de Franco. Urbano toca por fuerza la guerra civil y el primer franquismo en cuanto a la represión en la enseñanza en la ciudad, pero el libro no es en concreto de ese tema. Como su subtítulo indica, trata de analizar y comprender la evolución de la educación pública de niños y jóvenes desde la Primera República en 1873 hasta el final de la Segunda República en 1939, con el objetivo de comprender cómo había quedado este asunto social en ese lapso de tiempo de unos cincuenta y seis años, por lo que tuvo un peso importante en la ciudad. Otro pionero de la Historia complutense en asuntos del socialismo, movimiento obrero y Repúblicas, el citado Julián Vadillo, usaría la información de Urbano en cuanto a la educación alcalaína entre 1873 y 1939 y la ampliaría con su análisis de investigación propia en su tesis doctoral El movimiento obrero en Alcalá de Henares, 1868-1939 (2014). Y otra pionera en el periodo de Segunda República y guerra, Pilar Lledó, que inició las investigaciones de la guerra civil a finales de al década de 1990, usaría años más tarde la información de Urbano y la de Julián sobre el estado de la educación en la ciudad y haría también sus aportaciones en un libro de Historia general del periodo republicano, Luces y sombras en tiempo de paz. Alcalá de Henares en la Segunda República (1931-1936) (2018). Así pues, se hace evidente que la presente obra de Urbano Brihuega tuvo y tiene un peso en la historiografía alcalaína y su avance y actualización.

La investigación de Urbano tiene una indagación de cómo estaba la cuestión de la educación antes y después del periodo que el analiza en detalle, el de 1873-1939. La Primera República Española de 1873-1874, venía de un periodo revolucionario que en un origen no tenía carácter republicano, sino monárquico, el iniciado en 1868 con la expulsión de la Reina Isabel II de Borbón y el gobierno del general Prim en busca de un nuevo Rey que aceptara un gobierno constitucional y con carácter democrático, el cual se personalizó en la figura de Amadeo I de Saboya. En medio de conspiraciones políticas, conflictos varios y una nueva guerra carlista, se proclamó la Primera República en 1873, que se enfrentó a nuevas conspiraciones, guerras de independencia en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y una guerra contra los levantamientos cantonales, mientras el movimiento obrero comenzaba a organizarse seriamente. Otro golpe de Estado acabó con la República imponiendo la dictadura del general Serrano, que duró brevemente, hasta que otro pronunciamiento militar impuso la Restauración borbónica casi acabado 1874, aunque Alfonso XII no regresará a Madrid hasta el 14 de enero de 1875. Por fuerza, Urbano se ve en la necesidad de analizar el panorama de la educación en Alcalá de Henares en esos años previos en los que empezó el Sexenio Revolucionario en 1868, e incluso hablar muy pormenorizadamente del estado de la educación en Alcalá en los años finales del reinado de Isabel II. En el otro extremo, el final abrupto de la Segunda República con el final de la guerra civil en 1939 y la derrota del gobierno Republicano, supuso el comienzo de la dictadura del general Franco con la entrada de tropas afines a él que comenzaron con la represión de sus oponentes y con la depuración de los funcionarios para ocupar sus cargos sólo con personas compatibles con el franquismo o directamente franquista. Estos procesos de depuración se mezclaron a veces con procesos judiciales y de represión que prolongó el asunto hasta 1941 en  Alcalá, aunque algunos casos particulares muy testimoniales de algunos maestros que lo fueron durante la República aún coleaban en la década de 1960. Por fuerza, también, el libro se ve en la necesidad de hablar de todo esto. Por ello se nos habla más claramente de cómo estaba el panorama de la educación en Alcalá antes del movimiento republicano, durante el mismo, con el periodo de monarquía y dictadura de Miguel Primo de Rivera entre las dos Repúblicas,  durante la propia guerra civil, y como quedó ese panorama al final del periodo republicano con el reajuste depurador que hizo Franco en los primeros años de su gobierno. 
 
No hay que olvidar que para estudiar más el asunto de la educación en Alcalá en el franquismo se han escrito obras muy notables y recomendables como La Universidad Laboral de Alcalá de Henares. Historia de una institución docente (1966-2016) (2017), de Carlos Mazarío, El Colegio Calasanz-Escolapias (1904-2004) Un siglo de presencia educativa en Alcalá de Henares, álbum fotográfico (2021), de Pilar LledóLa orden de las Escuelas Pías en Alcalá de Henares, siglos XIX y XX [Volúmenes I y II] (2021), de José María San Luciano y Luis Briones, así como algunas obras dedicadas a la escuela de funcionarios en la que se transformó el colegio de San Ildefonso (actual rectorado de la Universidad de Alcalá) o dedicadas a la propia Universidad de Alcalá, que aunque se creó en Transición hubo proyectos en el periodo tardofranquista.
 
La educación en Alcalá de Henares había tenido cierta relevancia desde los últimos tiempos de la Edad Media con los estudios generales y desde el comienzo de la Edad Moderna con la creación de la Universidad de Alcalá o Complutense en 1499. Durante el siglo XVI tuvo una competencia directa en prestigio con la Universidad de Salamanca. Si bien estaba creada para formar al cuerpo de diplomáticos y funcionarios que debían dirigir el Imperio, así como para reforzar ideas teológicas, lo cierto es que estudios actuales demuestran que la mayoría de los que lograron acabar estudios aquí fueron médicos, seguidos de gentes de leyes. Fue la primera universidad destinada a acoger a gente no necesariamente nobiliaria, incluso en conceder becas. Al margen de su pasado comunero y otras cuestiones, durante la Contrarreforma, y a pesar de acoger a varios escritores destacados del siglo XVII, fue en ese siglo que comenzó su declive al ligar el gobierno español los estudios universitarios a la teología y las enseñanzas de la Iglesia, evitando los avances que el protestantismo permitía hacer mediante investigaciones en el resto de Europa. Por otro lado, las normas y leyes de limpieza de sangre en todas las universidades españolas para cursar una carrera fueron un gran impedimento para lograr cada vez más a estudiantes destacados. En el siglo XVIII había perdido numeroso alumnado y prestigio, aunque aún sería pionera por ser la primera universidad española que permitió doctorarse a una mujer, ya antes, en el siglo XVI fue la primera en ayudar a obtener un divorcio y una orden de alejamiento al exmarido de otra mujer. La cosa es que el declive en el siglo XVIII hizo que varios colegios estuvieran sin alumnos. Con el reinado de Carlos IV incluso algunos de los elementos mobiliarios fueron vendidos o sacados de allí para los nuevos palacios que estaba construyendo. Con la invasión napoleónica de 1808 el rector ayudó a crear la Carta Otorgada de Bayona, una especie de constitución de José I Bonaparte. Parte del alumnado y el profesorado era afrancesado o liberal. Se decantaron a favor de la Constitución de 1812, aunque se planteó un primer traslado a Madrid. Con el regreso de los Borbones, Fernando VII decidió por todo esto depurar a todos los liberales e incluso reprimirles, pero en 1820, con el golpe de Riego y el trienio liberal hasta 1823, la Universidad de Alcalá organizó milicias liberales y enseñó a la gente común a conocer sus derechos según la Constitución de 1812. Volvió a plantearse llevarse la Universidad a Madrid, lo que hizo que los vecinos que vivían de los alquileres de casas y habitaciones, así como otros negocios ligados a la población  universitaria, se declararan en contra y además antiliberales. Con el regreso de la monarquía absoluta en 1823 Fernando VII mantuvo cerrada la Universidad varios años. El rey moriría en 1833 intentado atraerse a los liberales para poder lograr que le sucediera su hija Isabel II, un bebé por entonces. Eso no evitó la primera guerra carlista. La reina regente, María Cristina, siguió su alianza por conveniencia con los liberales, que llevaron a cabo una desamortización que cerró la universidad en 1836, llevándosela a Madrid como Complutense. Con esa pérdida Alcalá acentuó su decadencia, máxime cuando hubo varios proyectos de empresarios que querían desmontar o derribar edificios, lo que provocó que se creara una Sociedad de Condueños que compraron los edificios universitarios en 1851 para salvarlos.

Algunos edificios de la antigua universidad fueron alquilados al Ejército, otros a la Iglesia. En medio de esto la Iglesia recuperó la educación privada en la ciudad mediante las órdenes religiosas de los escolapios y los filipenses. De nuevo era una educación en manos de la iglesia, aunque esta vez dedicada a la primera enseñanza y la segunda enseñanza. Sólo se la podían permitir las clases más pudientes. Sin embargo, la Ley de Educación elaborada por Moyano en 1857, vigente en España hasta la Ley General de Educación Básica (EGB), de Villar Palasí, que la sustituyó en 1970, venía a avalar la educación básica para todas las clases sociales. Esto se incumplía en muchos lugares, solía ser común que esta se basara en enseñar a leer muy básicamente y a sumar y restar. La situación alcalaína con el comienzo del proceso revolucionario de 1868 estaba muy deteriorado, aunque el ayuntamiento llevaba desde la ley Moyano intentando localizar un lugar y obtener una instalación para poder crear una escuela pública, especialmente de Educación Secundaria, pues esta sólo era posible en escuelas religiosas privadas. En la parte trasera del actual ayuntamiento o el Parque O'Donnell fueron algunos de los lugares que se buscaron para crear escuelas públicas. 

La Primera República de 1873 se planteó la educación de las clases trabajadoras  como algo principal para regenerar y sanear a la sociedad española. Inició con ello un plan educativo ambicioso que alcanzó a Alcalá, comenzando el funcionamiento de una escuela pública de primaria detrás del ayuntamiento. Sin embargo, la corta vida de la Primera República acaba con esta inercia, si bien la escuela pública ya no se fue de Alcalá, en todo caso cambió de ubicaciones y se crearon varias. La Restauración (1875-1931) continuó con inspecciones escolares para detectar las mejoras a realizar. A las escuelas religiosas y a las públicas se les sumó las iniciativas obreras que crearon en la ciudad ateneos obreros que impartían clases para todas las edades que enseñaban a escribir, leer, sumar, restar, multiplicar, dividir, trigonometría, dibujar y oficios varios. Ante esto, una sociedad católica, la Mutual Complutense Obrera (hoy sólo Mutual Complutense) comenzó su andadura para educara las clases obreras al margen de la Iglesia, pero con ideas católicas. Comenzaron también a crearse escuelas laicas de tipo privado, por ejemplo en la calle Escritorios. El nivel y número de escuelas públicas aumentó en la ciudad, aún cuando Primo de Rivera (1923-1930) quería que estas tuvieran un contenido no muy alejado a clases de catequesis en los centros.

En las inspecciones educativas realizadas ya con la Segunda República en 1931, se detectó un pequeño retroceso durante la época de Primo de Rivera, pero se avanzó en seguir dotando de locales, maestros, y recursos a las escuelas públicas, mientras se buscaba aún poder establecer una enseñanza pública de secundaria. Además, la Universidad Complutense recuperó algunos de sus actos oficiales en sus viejos edificios de Alcalá, aunque no regresó. Las nuevas leyes educativas establecían la laicidad de la enseñanza, lo que fue paralizado por el gobierno conservador electo en 1933. Las mujeres, en todo caso, ganaron en la igualdad de materias a la hora de recibir enseñanzas. El panorama de mejoras quedó interrumpido por la guerra civil, aunque no se interrumpieron los cursos escolares e incluso se detectó un aumento de los alumnos apuntados. Más aún, dado que muchos adultos eran analfabetos se crearon milicias educativas compuestas por maestros con el objetivo de enseñarles a leer y escribir como mínimo. Con la entrada de los franquistas en la ciudad en el final de la guerra todas las maestras y maestros fueron depurados para saber quien era adicto o compatible al franquismo y quien no, con el objetivo de prohibirles enseñar, recibir sanciones o incluso ser pasados a otros tribunales represivos. Hubo un fusilado. Las escuelas privadas laicas pasaron a veteranos de guerra franquistas que eran mutilados o que debían ser indemnizados según las nuevas leyes, mientras que en las escuelas públicas mantuvieron los puestos los afines a Franco y recibieron un cargo de maestro aquellos de derechas que podían ocupar los puestos libres por la depuración de la gente de izquierdas. En general en toda España, en Alcalá también, la depuración y represión sobre el cuerpo de todo tipo de docentes fue tan elevada que hubo en un primer momento déficit de personal, a veces se cubrían plazas con personas que no venían del mundo de la enseñanza. Se regresó a la educación separada por sexos, dando una educación específica a las niñas dirigida al hogar. Se basó de nuevo en las ideas de la Iglesia, en el culto al Estado representado en la bandera como máxima expresión y en cantos del himno y de Falange, y en la fidelidad a Franco.

El resto de la historia educativa de Alcalá en el franquismo no pertenece a este libro, aunque es interesante conocer los avances según vuelve a crecer la ciudad, especialmente a partir de la década de 1960. 

El libro de Urbano Brihuega es una referencia obligada en al historiografía para el siglo XX en Alcalá. Derriba algunos tópicos y nos descubre una ciudad en crecimiento que se refleja en el aumento constante de la mejora de sus escuelas entre 1873 y 1939. Un proceso de mejora que comienza con una apuesta firme de la Primera República, que decide proseguir la Restauración y la sociedad que esta generó desde sus dos lados ideológicos, y que renovó en esa apuesta de mejora y democratización la Segunda República, aún pese a la guerra final, inercia de mejoras sólo truncadas con el comienzo del gobierno de Franco en su primer periodo. Es un ensayo serio, muy bien documentado, con un notable trabajo de investigación en archivo, que otorga a cada etapa sus méritos y sus deméritos sin pararse a mirar el color político de quien está en ese momento. Contiene además un elevado número de tablas estadísticas que permite al lector contrastar los datos con su propia reflexión a discutir con la que hace Urbano en el texto. Repito: un imprescindible.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 6 de abril de 2024

Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax

Título: Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax.
Autor: Antonio González Sánchez.
Editorial: Notting Hill.
Año de publicación:
2023 (1ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 978-8412653033

 

Ya conocemos en estas notas a Antonio González, que es fundamentalmente pintor de cuadros, pero también poeta, muy ligado a la asociación cultural y editorial alcalaína Notting Hill, que llegó a ser librería hace pocos años, aunque de vida corta. En 2021 había publicado Buscador infatigable, que tuvo una segunda edición en 2022. Ahora, a mediados de 2023, ha publicado el siguiente poemario con Notting Hill, aunque lo ha presentado a comienzos de marzo de 2024 en el Pub O'Malley's de la calle Goya de Alcalá de Henares, le acompañó a la guitarra el también escritor Theo Acedo. Su primera presentación, en todo caso, fue en verano de 2023, en Malpartida (Cáceres). Se trata de Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax. Está en tapa blanda con una portada que cuenta con un cuadro suyo con tonalidades azules y el paisaje del centro histórico de un pueblo con torre medieval.  El poemario refleja una visión sencilla de la vida, tendente a lo apacible y la amistad. Muy directo, sin apenas recovecos en recursos, se muestra simplemente franco. Traslada así una serie de reivindicaciones del autor de manera sosegada, solidario con la sociedad, pero también refleja el ser sencillo basado en las relaciones humanas, modo como entiende la vida Antonio González. Sirva de ejemplo estos versos de su poema "Por la poesía viva", para entender cómo entiende la poesía y la forma de vivir. 

La que ríe, llora y siente
por todos los poros de la piel
y se expresa en voz alta.
La que brota de los profundos
sentimientos que conectan
y desahogan el alma.
La que surge de los entresijos,
remueve las entrañas
y da un vuelco al corazón.
La que denuncia los abusos
de poder y las diferencias sociales,
la que apoya a los débiles
y las personas vulnerables.
¡Viva! la poesía viva.
La que comparte a diario
los versos que nacen del latido
y la pulsión de vida hasta saborear
las palabras y disfrutar de su mensaje
(...)


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".