domingo, 25 de agosto de 2019

Albium-Sarat

Título: Albium-Sarat
Autor: César Sobrón. 
Edita: César Sobrón Fernández (autoedición).
Imprenta: Artes Gráficas R.M.
Año de publicación: 1988 (1ª edición; Introducción de Tuco Nogales).
Género: Poesía.
ISBN: 84-404-2527-9


Ya habíamos presentado a César Sobrón con El paje pelirrojo. Hoy anotaremos el que fue su segundo libro, el poemario Albium-Sarat. Fue sacado a la luz en 1988 a modo de autoedición del autor, mediante una imprenta de Torrejón de Ardoz, Artes Gräficas R. M., en formato de bolsillo y en rústico. Contaba además con páginas en color verde pistacho y amarillo crema, entre las que se encontraban otras de mayor gramaje en las que aparecían pinturas de Salvador González Braojos fotografiadas por Jacinto Pantoja. El cromatismo se acompaña de las fotografías en color de esas pinturas abstractas, pero también de que no se usa tinta negra para las letras de los textos, sino tinta marrón oscuro. Antes de dar pie a los poemas, Tuco Nogales daba unas palabras introductorias en unas dos páginas en las que venía a decir, muy entusiastamente, que nos encontrábamos ante un libro de poesía muy intuitiva.

Las páginas verdes eran las que contenían intercaladas casi la totalidad de las páginas con las pinturas. En estas páginas aparecían poemas dedicados a mujeres, cada uno de ellos nombrado con su respectivo nombre, a veces con nombre y apellidos. Se trataría de mujeres reales en la vida de César Sobrón, ya sean familiares o amistades. De hecho el primer poema está dedicado a Ieni, que sin duda es Ieni Heras, a través de él le dedica y ofrece todo el libro. En los primeros versos de ese poema dice:

Como muestra de mi unión en ti,
te ofrezco este libro de sentimientos
grabados en paz y a silencio.
(...)

Precisamente eso es algo que gira en estos poemas de César Sobrón, la expresión de sus sentimientos y sus deseos hacia esas personas que le son cercanas. En poemas que son muy breves trata de describir algún elemento esencial de la forma de ser de la mujer a la que escribió, y en ciertos momentos a través de alguna actitud característica. No obstante en el poema que le dedica a la hoy veterana y pionera periodista de la Transición y fotógrafa alcalaína de la prensa local de esta ciudad, Pilar Navío, la capta a la perfección en sus versos, cosa que este cíclope librero puede corroborar al conocerla también, aunque yo desde 2011, o sea: a una edad más tardía que en esos versos de 1988 que tan bien la recogen.

Pilar fuerte emergiendo de la duda.
Pilar de fuego caliente que abrasa.
Pilar, soporte, columna aislada.

Tronco cilíndrico y vivo
en medio del desierto calcinante,
expuesto a las inclemencias 
de un tiempo cambiante.

Pilar fuerte de fuego,
surtidor de voces y ecos,
ecos lejanos del aire.

César Sobrón es conocedor de numerosos recursos poéticos y los va usando de manera sencilla en estos poemas, siempre en un tono positivo, sin demasiada experimentación, pero seguro de cada palabra que desea emplear y cómo y donde quiere emplearla. Usa también de algunos toques exóticos. Es en estas páginas donde el poeta demuestra no sólo su devoción por la gente que le es cercana, sino también hacia el mundo femenino como auténtico motor social. Es en este sentido un poemario hasta cierto punto matriarcal. Sumamente matriarcal. Aunque en las épocas actuales alguien apuntaría que feminista, en realidad estaría por decir que no es exactamente eso, aunque algo haya, si no un poemario con un concepto matriarcal de la sociedad, de una sociedad que era aún entonces patriarcal y que en 1988 no estaba tan lejana de muchos de los patrones de pensamiento machista más duros salidos de la dictadura de Franco acabada en los años 1970, y del siglo XX español más conservador en general. 

César Sobrón rinde tributo a la mujer a través de las mujeres individuales que le rodean. Las destaca como pasado, presente y futuro de la sociedad, especialmente desde el motor único que es la vida del día a día de cada uno. Es ahí donde se producen los cambios y donde realmente se produce todo. Aún así, César Sobrón no puede evitar en estos versos formas de mirar, alabanzas a ojos, labios, etcétera, lo que en sí mismo no tiene nada malo, es más, tiene hasta su lógica matriarcal y femenina, máxime en aquellos años, a pesar de que en nuestros días si alguien quisiera sacarle "peros" podría sacarlos dado que algunos argumentos actuales olvidan los contextos y ponen todo el peso en las palabras, y al desasirlas de sus contextos pueden decir que tal palabra en lugar de decir "digo" decían "Diego" y al revés. No es el caso en César Sobrón. Se intuye en estos poemas un homenaje a la mujer y el reconocimiento de todo su protagonismo en la vida. 

A partir de las páginas amarillas aparecen ya poemas sin título y sin dedicatorias explícitas. Son de corte amoroso y llenos de evocaciones exóticas. Se dirige siempre en primera persona hacia alguien tratándole de explicarle y compartir muy metafóricamente todo lo que el amor ha logrado transformar en ellos, haciéndoles prácticamente uno. Y si la primera parte tiene su primer poema dedicado a Ieni, esta segunda parte tiene el último poema del libro, dedicado también a Ieni. Ieni es así el principio y el fin de este libro, siendo así la totalidad.

¿Qué ha penetrado en mi morada silenciosa?
¿Qué ruidos han perturbado la quietud?
¿Qué fuerza ha absorbido mi energía?
¿Qué has hecho tú?

Así inicia César Sobrón esta segunda parte, para luego escribir otros poemas donde dice cosas como "Habríamos entrado en el Paraíso / si yo fuese el zumo / de tu manzana, / si tú fueses el seno, / seno y manzana (...)". O bien "Sin anillos, sin cadenas, / te comparto libre (...)"; o también: "(...) Tus dientes iluminarán / pacíficos mi esperanza / con blancura de risa / llana, pura y blanca (...)". Así pues, comparte ideas de libertad y toda una forma de entender el amor, al estilo del amor libre, a la vez que expresa ideas entre el amor más puro y emocional con otros con rienda erótica y sensual. Sea como sea, este poemario con claro reconocimiento de la mujer y del mundo como un mundo matriarcal y no patriarcal, es un poemario amoroso tal como se ve en la segunda parte. Un poemario que nos desliza ideas sociales tales como ese concebirlo matriarcal o ese reconocimiento a la libertad de cada uno también dentro del amor. Pero es un poemario amoroso, aunque introduzca esas ideas en cierto modo. Sirvan estos pocos versos para comprenderlo:

(...)
De los mares
de esa infinidad de partículas
en doloroso frotamiento
me he escapado hacia ti.
(...)

Y es que, como dirá en otro poema: "(...) El vivir, en ti, / tiene otro sentido (...)", y es esa coma puesta tras el infinitivo "vivir" la que nos hace comprender que la admiración del poeta hacia su persona amada o querida viene dada precisamente porque esa persona ejerza su libertad plenamente. Es la libertad la que mueve el amor en este poemario. La idea de libertad mueve los corazones y muestra a quien lo respeta un mundo más rico y más lleno. Ahora bien, aunque es un poemario amoroso no nos engañemos, pues puede que no estemos hablando sólo de un amor hombre-mujer, ya que en algún poema se habla de manos infantiles, y, si atendemos a los poemas iniciales, se intuye también un amor a la madre o la abuela, así pues es un poemario amoroso en un sentido más amplio del que en un principio podríamos pensar. Y eso aún a sabiendas de que Ieni tiene el primer y el último poema de este poemario atrapados.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

1 comentario:

  1. César Sobrón comenta:
    "Muchas gracias por tu magnífica reseña, la última parte, a partir de donde dice "Y... Ieni susurró: " los poemas son de Ieni Heras. La parte crema del libro es el libreto de nuestra ceremonia nupcial. Tras 32 años de vida compartida, la complicidad vital ha ido creciendo día a día, y gracias a ello la producción literaria y el crecimiento profesional en la docencia de Ieni ha sido muy alto. Educar a dos hijas consensuadamente (que no es nada fácil) ha hecho que crezcan con un grado de satisfacción vital bastante alto. En definitiva, esta obra es mucho más que una obra poética, a juzgar por los hechos."

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