Título: Viñetas en caos.
Autor: Jesús L. Pérez-Valiente, "Chechu".
Editorial: Las Modernas / Createspace Independent Pub.
Año de publicación: 2016. (1ª edición)
ISBN-13: 978-15-3360-870-3
ISBN-10: 1533608709
Jesús L. Pérez-Valiente, más conocido como "Chechu" en sus trabajos de ilustración y cómic, a pesar de que en su primer libro no figura este nombre en la portada, publicó una recopilación de varios de sus mejores trabajos en junio de 2016. Esa recopilación es ese: su primer libro. Se llamó Viñetas en Caos. Chechu pudo editar gracias a la editorial madrileña Las Modernas.
Su obra gráfica, sus ilustraciones, sus viñetas y sus historietas se han venido publicando esporádicamente desde comienzos de los años 2000 en pequeñas revistas, como La Botella Vacía, pero sobre todo gracias a su propia página El Circo de Chicha. En su primer libro Viñetas en caos no se recopila toda su obra, pero sí parte de sus mejores historias breves en cómic hasta esa fecha. Chechu, alcalaíno nacido en 1981, presentó su libro en la librería de cómic más emblemática de la ciudad de Alcalá de Henares, Alcalá Cómic, en la Plaza de España.
El estilo del autor es barroco y geométrico. Contiene una gran cantidad de detalles que enriquecen diversas perspectivas para apreciar la obra. Como buen cómic, las imágenes completan y enriquecen el texto de los guiones, también producto de la mente de Chechu. El uso del blanco y negro combinado con esporádicos momentos coloreados nos manda además unas señales sobre ideas que quiere reflejar, reforzando las historias. Chechu ha interiorizado un estilo muy barroco, sí, pero también es altamente experimental. No se sujeta a normas y eso hace que sea muy libre para contarnos la historia que desea guiándonos por viñetas que a menudo se invaden en el espacio de la página para que, combinándose, nos cuenten de nuevo el guión como una historia o una metáfora visual. Así por ejemplo, en la historieta Baúles a Venecia, que abre el volumen, usa un recurso muy interesante mediante el cual una viñeta redonda con un primer plano de la cara de una niña sirve para ser leída dos veces en el transcurso del relato al ubicar los bocadillos de diálogo de una determinada manera y haciendo así un juego mediante el cual una imagen recurrente por repetida nos dibuja un poco más el cómo se produce el momento de ese diálogo, pues además esa cara está dentro de un globo de chicle que hace ella con su boca.
Extremidades que se alargan o se acortan a conveniencia, negros y blancos muy fuertemente contrastados que de vez en cuando se salpican de rojo o de azul, apenas ninguna línea recta, incluso en la iglesia que se curva sobre un hombre al que se le viene el mundo encima por la persecución de un fantasma, uso de las perspectivas y los puntos de fuga de una manera muy acusadamente exagerada para resaltar sensaciones que transmitir respecto a los personajes, trenes que marcan la línea de fin de una hilera de viñetas... Todo es fresco y lleno de fuerza. Los guiones además muestran un mundo totalmente inesperado, una locura sensata tras otra, un caos con sentido y sin él. Te llevas tantas sorpresas argumentales tanto con los dibujos, la disposición de la página y los guiones que sólo puedes pensar en lo acertado que es tener este recopilatorio de historietas en tu estantería y a consulta perpetua de ti mismo y de a quien lo quieras ofrecer. Otro punto a favor desde mi punto de vista: es un autor que sigue dibujando con papel, lápiz y tinta.
Aparecen en estas historias claras referencias visuales, y no visuales, a amistades personales del autor, al desaparecido Encinas Rock Pub y al siempre recomendable Fogón de Amós, de la calle Rico Home, lugares comunes y persona reales de Alcalá de Henares que en sus manos son colocadas en un mundo alternativo. Todas las historias son fascinantes. No se escapa ni una. Todas tienen ese punto de experimentación y retorcimiento inteligente que gusta. Todas tienen algo de poesía, como El hombre del tiempo, y de mala ostia. De humor negro y de humor escatológico, incluso existencial. Predomina el humor negro. Invasión escatológica, ¿De qué se ríe?, La familia o El tipo que estuvo a punto de liarla y al final no, son varios de los relatos que aparecen en estas páginas, entre otros.
Aparecen en estas historias claras referencias visuales, y no visuales, a amistades personales del autor, al desaparecido Encinas Rock Pub y al siempre recomendable Fogón de Amós, de la calle Rico Home, lugares comunes y persona reales de Alcalá de Henares que en sus manos son colocadas en un mundo alternativo. Todas las historias son fascinantes. No se escapa ni una. Todas tienen ese punto de experimentación y retorcimiento inteligente que gusta. Todas tienen algo de poesía, como El hombre del tiempo, y de mala ostia. De humor negro y de humor escatológico, incluso existencial. Predomina el humor negro. Invasión escatológica, ¿De qué se ríe?, La familia o El tipo que estuvo a punto de liarla y al final no, son varios de los relatos que aparecen en estas páginas, entre otros.
Chechu no sigue convencionalismos y referencias continuas a autores e historias ya creadas y consagradas. Sus editoras mencionaban a Roal Dahl, Edgar Allan Poe o Phillip K. Dick entre los autores de relatos cortos como referencias de Chechu. Quizá haya algo de ellos en su humor negro y sus mundos extraños, en la oscuridad que alumbra varias de las historietas que nos narra, pero indudablemente, Chechu es Chechu. Es una obra antológica totalmente original y buena referencia para el cómic de los jóvenes autores actuales en España.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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