sábado, 28 de septiembre de 2019

Caminares

Título: Caminares
Autoras: Itziar Fernández Cortés (texto) y Zaida Escobar (ilustración). 
Editorial: El Hilo Ediciones. 
Año de publicación: 2019 (1ª edición; prólogo de Maryorie Dantagnan y José Luis Gonzalo Marrodán)
Género: Poesía / cuento / relato breve / literatura juvenil, psicología e Ilustración.
ISBN:  978-84-947338-8-8

Si bien el primer libro en el que había participado la pintora Zaida Escobar fue Desde las entrañas, con la poeta Inma Luna, en 2017, a modo ilustradora, el libro que presento hoy no es su segundo libro, sino su tercer libro. Su segundo libro fue la participación en un libro de cuentos infantiles, en modo de poesía infantil, escrito por otro alcalaíno, César Sobrón, Siete cuentos en verso para los niños sin cuento, publicado en la primavera de este 2019, si no recuerdo mal, si lo hiciera sería de finales de 2018, pero diría que es de primavera de 2019. En esa ocasión su aparición la hacía junto a otras ilustradoras e ilustradores: Carmen Reina Gómez, Ana Isabel Castelbón Fernández, José Cano Tapia, Nuire Sobrón Heras, Roberto Pozuelo Gómez y Eva Cordero Herrera. Sea como sea, el actual libro del que vamos a hablar es el tercer libro en el que participa Zaida, siendo, al igual que el primero, un proyecto muy directamente suyo, mientras que el segundo libro era a modo colaboración con un proyecto de César Sobrón. Fue publicado en el final de la primavera y comienzo de verano de este 2019. Se presentó primero en Madrid capital y posteriormente en Alcalá de Henares, en el Starway Rock Restaurant, regalándose con cada ejemplar una lámina exclusiva pintada por Zaida. Se llamaba Caminares, y al igual que en Desde las entrañas Zaida ponía sus ilustraciones al servicio del texto de otra persona. Texto al caso para las ilustraciones, haciendo de la obra un todo inseparable. Un objeto de colección y de consulta tanto literaria como plástica. La otra autora, aunque vive en Canarias, tiene también sus lazos alcalaínos en su pasado y presente, se trata de Itziar Fernández Cortés.

Caminares fue publicado en cartoné (tapa dura) con unas dimensiones y grosor idénticos a Desde las entrañas. Casi parecen pensados para un conjunto estético también para el goce visual en la estantería. Además presentan entre sí un fuerte contraste pictórico. Mientras uno es oscuro y frío, el otro tiene unas cubiertas luminosas y cálidas. Con una degradación casi incitando a una alegría de verano y una chica joven tumbada en bañador con cara de satisfacción y felicidad. Caminares no tiene salvas en la cubierta, pero sin duda que puede formar conjunto con el anterior. Aunque este logro estético, con una gran calidad además, porque también el papel usado es de buen gramaje, pensado para su perdurabilidad, no es de la editorial que sacó Desde las entrañas, sino que es aceptada y compartida por El Hilo Ediciones. Tengo la ligera sospecha de que detrás de estos diseños hay un trabajo meditado de Zaida Escobar y no una mera casualidad editorial. Además, el amplio tamaño del libro, no es de bolsillo, sino tamaño folio, algo más grande, permite una mejor recreación en las ilustraciones y, para la gente mayor, una mejor lectura con letras más grandes.

Lo primero que hay que decir para afrontar este libro es que sólo tengo clara dos cosas en cuanto a su clasificación: es de ilustraciones y es de psicología. De psicología, cuidado, que no de autoayuda, aunque la psicología nos ayude a comprendernos y manejarnos en la vida. Por lo demás, no sabría decir si este tema está afrontado mediante la poesía, el cuento o el relato breve. En principio parece destinado a un público juvenil, por lo que se podría considerar literatura juvenil, pero la verdad es que, bien leído, todo lo que dice vale para cualquier edad. El ser humano es social y en ese sentido siempre andamos creciendo incluso en interacciones humanas, aparte de que no todo el mundo tiene las mismas fases ni tampoco al mismo tiempo en la vida. Yo estaría por decir que sería un relato breve con lenguaje poetizado, aunque los prologuistas Maryorie Dantagnan y José Luis Gonzalo Marrodán dicen de él que es un cuento y a la vez una herramienta muy necesaria para ejercer la psicología entre los adolescentes y que, desde su profesión, se ven escasos de ella. El cuento desde una perspectiva pedagógica en emocionalidad y psicología, el cuento para la formación emocional de la persona. 

Como fuere, el cuento o relato breve poetizado que es, es realmente breve, apenas unas pocas líneas ocupan breves espacios de cada página, dejando que las ilustraciones rellenen las hojas completas y con ello completen la información de lo que se pretende transmitir. Se trata de un viaje vital que nos narra Itziar Fernández desde el nacimiento hasta el estado de pubertad en el que se comienza a se adulto. En ese viaje se describe e interioriza las etapas emocionales y psicológicas de los individuos en relación a los lazos sociales que se van sucediendo necesariamente en cada vida y lo que ellos nos producen según surgen, se desarrollan, presentan sus satisfacciones y problemas y en ocasiones acaban o son sustituidos por otros lados. Las dos autoras además han decidido enfocar el libro recuperando el término "manada" como algo positivo que forma y arropa a la persona y no como algo negativo y agresivo. Esto hace que este libro esté dentro de la actual corriente del feminismo, combativa y reivindicativa, y de una nueva corriente creativa que comienza ya a intuirse desde el Movimiento 15 de Mayo de 2011 (si hemos de poner fecha generacional tal como aquella de 1898 o la de 1927), en este caso ellas se vincularían más a una reivindicación frente a los trágicos sucesos de una violación en grupo a una joven en las fiestas de San Fermín, en Pamplona, en 2016. Ellos se denominaron "La Manada", y su posterior proceso judicial creó una sensación de injusticia en toda la sociedad española. Esto, junto a otros sucesos en todo el mundo, repercutió en una huelga general feminista el 8 de marzo de 2017 que fue más que amplificada en 2018 y que para este 2019 hace del mundo de la igualdad un hecho muy visibilizado y de las mujeres un movimiento de reivindicación. Itziar y Zaida, dentro de estas lógicas, aportan su grano a lo que se intuye una nueva corriente creativa nacida en 2011, basada en la reivindicación de un mundo a cambiar, a partir de las experiencias feministas que podríamos decir han sido relanzadas desde aquel periodo 2017-2018. Atacan la negatividad mental que se ha creado en torno a "manada" y la reivindican al positivismo para que el machismo y la criminalidad no roben aquello que en principio se puede entender como algo que ayuda a formarnos socialmente. O en otras palabras: niegan al machismo apoderarse de sentimientos de pertenencia grupal que en realidad todos tenemos en unos y otros ámbitos en nuestra formación como personas.

El libro resulta sencillo y directo, fácilmente asumible por cualquier lector. No usa de tecnicismos y trata el tema desde un punto de vista en el que nos podemos reconocer. Está escrito como un diálogo contigo, como lector, e incluye al final de la obra un pequeño ejercicio para ayudar a entendernos a nosotros mismos e incluso reconciliarnos si fuera necesario con aquellos que creemos que nos han abandonado o hecho daño, cuando probablemente no sea tanto así. 

Todas las etapas quedan reflejadas, desde la necesidad de amparo en los padres, a las relaciones familiares, la apertura al abanico de los amigos y el cambio de amigos cuando cada uno va formando sus afinidades cada vez más. Los miedos e inseguridades, pero también las seguridades y alegrías quedan descritos para lograr entendernos a nosotros mismos y al otro. Porque el otro es interiormente también un "yo mismo", entender esto es vital, importante, para no hacer daño y para no hacernos daño a nosotros mismos.

Por otro lado, Zaida usa en esta obra, como en toda su obra, a amistades, familiares y personas cercanas a ella como modelos, y los cita en agradecimientos. Son su manada, su grupo social que le han formado, entre otros, y vienen al caso que sean ellos los protagonistas visuales, aunque nunca se ve a Zaida. Zaida crea una "historia" ficticia a través de uno de los individuos en su relación con los otros, acorde a lo que en cada página va contando Itziar. 

El contraste de Zaida con la anterior obra ya hemos dicho que es la luminosidad, a lo que hay que indicar la predominancia de determinados colores asociados a determinados estados de ánimo en cada lámina dedicada a una etapa diferente. Pero la cosa es que también hay novedades respecto a su obra en general, a toda su obra. Por de pronto no se centra tanto en retratos en primer plano de caras a menudo con gestos forzados o emocionalmente exagerados. Tampoco prima lo individual. Ni se trata de ilustrar al detalle cada rasgo personal. Algo de todo esto hay en la obra, claro que sí, es indiscutible. Pero ahora hay aguadas magistralmente trabajadas en acuarela, que desdibujan lo preciso, pero nos muestran difuminaciones que nos dan los personajes, hay grupos que son los protagonistas, y no sólo una persona. Hay cuerpos, no caras tan solo. Por supuesto hay ilustraciones a lapicero que muestran el talento de Zaida, destaca un retrato de una de las modelos que muestra muy hermosamente la felicidad y la alegría con que Zaida la conoce y que recibe de ella. Se nota el cariño que tiene por toda su manada y demuestra comprender lo que Itziar cuenta. Sus modelos pasan de serios a alegres. No hay desnudos esta vez, aunque hubieran cuadrado al hablar de emociones. Esta vez sólo hay bañadores, no sé si como autocensura o como un recurso a una infancia de playa donde de jóvenes nos formamos todos siendo así todo lo desnudos que nos mostramos a los otros. Desnudo, en bañador en este caso, que no sería sólo literal, sino también metafórico. Si en Desde las entrañas había desnudos, el alma salía a flote desde su interior, ¿hay en Caminares bañadores porque nuestra formación emocional nos impide a menudo mostrar a los demás nuestras emociones desde las entrañas?

Como sea, acabaré con unas breves notas biográficas. Itziar Fernández, sino me equivoco estudió en su juventud en Alcalá de Henares. Es una mujer joven. Hoy día vive en Canarias. Presentó este libro con Zaida en Alcalá. Es psicóloga clínica y psicoterapeuta infantil, experta en traumas y violencia de género. Desarrolla su profesión en Tenerife, en el Servicio Insular de Atención Especializada para Víctimas de Violencia de Género. Además colabora con asociaciones para la protección de la infancia. Es autora de La casa del mar en calma y coautora de Diario de Arcoiris.

Zaida Escobar (1988) es Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y Técnica Superior de Ilustración por la Escuela de Arte 10. Ya he citado sus obras en libro, aunque realmente ella como pintora tiene su obra desarrollada en lienzos, cartones, papel, paredes... Ha realizado muy diversas y abundantes exposiciones en Madrid y Alcalá de Henares. Ha colaborado con otros artistas y suele aparecer en diversos conciertos y recitales pintando intuitivamente con el espectáculo en el escenario. Su obra se ve en las paredes de Matadero (Madrid), pero se ha visto en numerosas salas de la Comunidad de Madrid. Ha recibido diversos premios, salido en numerosas noticias de prensa y radio y ha sido tentada como profesora de pintura para ejercer en el sindicato Comisiones Obreras de Alcalá de Henares, aunque le surgieron otros proyectos en aquella ocasión. Siempre abierta a colaborar con otros creadores de todos los campos, al margen del desarrollo de su propia obra por iniciativa única de ella.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

1 comentario:

  1. Muchas gracias Canichu, has percibido detalles que nadie había hecho y eso es lo que te hace tan especial. En cuanto a que no salgan desnudos, lo aclaro: empecé a pintarlos desnudos (como no) pero Jose Luis Gonzalo (el prologuista) nos aconsejó que los niños o adolescentes que han sufrido abuso sexual en la infancia podrían asociar el desnudo directamente al trauma. Al funcionar este libro como herramienta para trabajar con adolescentes, teníamos que ser más objetivas y más responsables con el mensaje visual. Por lo tanto, decidí resolver la cuestión, difiminando los cuerpos o insinuando algo de ropa de manera muy sútil.

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