Título: El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá.
Autor: Diego Blázquez Yáñez.
Editorial: Betania Ediciones.
Año de publicación: 2000 (1ª edición).
Colección: Diego Muñoz Tornero.
Nº de volumen en la colección: [sin número].
Género: Historia; Biografía; Periodismo; Religión.
ISBN: 978-84-87311148
Una vez situado todo esto, toca hablar del personaje del que trata el libro, el que fuera el primer obispo de Madrid-Alcalá, Narciso Martínez Izquierdo, que fue asesinado el Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, aunque tardó un día en morir desde que fue disparado con un revólver por el sacerdote Cayetano Galeote Cotilla en la Real Colegiata Basílica de San Isidro, en Madrid. Los tres disparos mortales se produjeron delante de una multitud de varias nacionalidades y personas destacadas dentro del recinto religioso. No cabía duda alguna de la autoría del sacerdote citado como asesino. Lo que no quedaba claro son los porqués.
Narciso Martínez había nacido en Rueda de la Sierra, en Guadalajara, en 1830. Todos sus estudios se enfocaron a la teología, la filosofía y las lenguas clásicas. Se ordenó sacerdote en 1857, en Castellón. Le hicieron canónigo en la catedral de Sigüenza y arcediano en la de Granada. La cuestión es que este religioso también se metió en política en una época tan convulsa como el reinado de Isabel II. De hecho él era carlista, en un siglo donde hubo hasta tres guerras civiles carlistas. Hay que recordar que los carlistas del siglo XIX eran personas ultraconservadoras, contrarías a los progresistas y liberales y a que reinara una mujer, Isabel II. Además, eran ultramontanos, esto es: católicos tan extremos y dogmáticos que a menudo iban incluso más allá que el propio Papa en todo aquello que no toleraban por considerarlo contrario a la Iglesia. En otras palabras, en un siglo donde el Papado chocó varias veces con las ideas democráticas del momento, pero que al final aceptaba avances en este sentido, ellos no aceptaban ninguno de los avances de los nuevos tiempos, anhelando el antiguo régimen y cuestiones que implicaban incluso cosas resueltas ya resueltas respecto a otras creencias cristianas que en el siglo XVII se solventaron tras la Guerra de los Treinta Años. Terminado el reinado de Isabel II en 1868 y con la puesta en marcha del reinado de Amadeo I de Saboya, se presentó por los carlistas a las elecciones de 1871, logrando ser diputado por Molina de Aragón. Al proclamarse la Primera República en 1873 el propio presidente de gobierno Emilio Castelar buscó una manera de quitarle del panorama político logrando que le nombraran obispo de Salamanca, pero no fue nombrado hasta 1874, siendo que a comienzos de ese año acabó la República y comenzó la restauración monárquica borbónica con Alfonso XII. En 1876 vuelve a presentarse a las elecciones y es senador por Guadalajara y en 1877 por Valladolid. Reelegido en 1881. Sólo abandonó el senado tras renunciar él mismo en 1882 porque el presidente Sagasta aprobó la Ley de Matrimonio Civil, que permitía las bodas civiles en España. En 1884 el Papa León XIII crea el obispado de Madrid-Alcalá ya de manera firme y esto se materializa en 1885, siendo que le elige a él como su primer obispo. La sede será la Real Colegiata de San Isidro de Madrid, que será elevada a catedral. A lo primero que tendrá que hacer frente en 1885 será a una epidemia de cólera por la que murió una gran cantidad de gente que, a menudo, iban a las iglesias en busca de ayuda. A la par quiso reformar con gran austeridad todas las órdenes religiosas de Madrid, por considerarlas relajadas y contrarias al ejercicio del sacerdocio tal como él entendía la fe cristiana. Por este camino se granjeó la enemistad de un gran número de religiosos de todas las jerarquías y de creyentes comunes.Uno de los sacerdotes afectados, el citado Cayetano Galeote, se acercó a él mientras subía la escalinata para dar la misa de Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, un 18 de abril, por lo que la catedral estaba repleta de personas y personalidades. Le disparó tres veces con un revólver, provocando su muerte al día siguiente.
Cayetano Galeote había nacido en 1839 en Vélez, Málaga. Había ejercido como sacerdote en Toledo, Puerto Rico (de donde se trajo una pistola) y Fernando Poo (Guinea Española). Al regresar a Madrid en 1880 había desarrollado una personalidad muy autoritaria y enérgica. Vivía con una mujer a la que llamaba "sobrina", pero que era conocido que era su amante, razón por la cual no dejaban de trasladarle de iglesia y de pueblo. Con el nombramiento de Narciso Martínez como obispo en 1885, un rector de capilla, un capellán, denunció la relación sentimental de Galeote. El obispo le anunció que le iba a volver a trasladar de sede y a cortar de raíz su relación con "la sobrina". Por ello, encontró la muerte el Domingo de Ramos. Galeote fue condenado a muerte a finales de 1886, pero un tribunal médico le declaró insano mentalmente en 1887, por lo que le conmutaron la pena capital por una reclusión de por vida en el sanatorio mental de Leganés, donde no moriría hasta 1922.
El obispado de Narciso Martínez apenas duró ocho meses y medio. Toda esta historia la recogió y la reconstruyó Diego Blázquez con la consulta, como he dicho, de la prensa y testimonios publicados en aquellas fechas. Pensemos que entre esos autores escribió el 21 de abril de ese 1886 le mismísimo Benito Pérez Galdós, que aparte de escritor genial era periodista.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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