sábado, 8 de noviembre de 2025

Karoshi

Título: Karoshi. Toriyama, campeón de artes marciales.
Autor: Mario Misas (guión e ilustración).
Editor: Mario Misas.
Año de publicación: 2025 (1ª edición).
Género: Cómic; Manga; biografía.
ISBN/ISSN/Licencia:
[No contiene]

 

Al ilustrador, creador de cómic, músico y genial Mario Misas ya le conocemos en estas notas. En cuanto a lo referente a esa misma obra fue presentado por aquí a través de Sphincter Man, un cómic al modo manga japonés que publicó primero por Internet en dos partes entre 2020 y 2021 y que publicó luego en papel en 2023. Desde entonces ha publicado otras cinco obras, en realidad cuatro, pues una de ellas va de momento en dos revistas de cómic. Hoy vamos a hablar de una de ellas, muy reciente y quizá la más breve, Karoshi. Toriyama, campeón de artes marciales, pero que en realidad el título se distribuye como si tuviera subtítulo, por lo que sería sólo Karoshi, publicada este mismo año 2025. Mario lo concibió como un fanzine, una pequeña revistita independendiente y de la cultura alternativa o underground. Tiene el encanto de este tipo de publicaciones que se hicieron en la década de 1980. Apenas un folio impreso por las dos caras de modo que al desplegarse la composición de página era fundamental en la concepción artística. Llega a tener portada y contraportada, y a la vez página uno, página dos y una enorme página tres desplegable que podría funcionar como póster o afiche. La obra se imprimió en blanco y negro y continuando un estilo asemejado al manga japonés. Estilo y tipo de cómics donde Mario Misas se siente a gusto y que le gusta, probablemente como cómics que en su infancia y juventud eran más leídos en España, en aquel momento entre finales de la década de 1990 y principios de los 2000 en los que la editorial Bruguera y sucesoras hacía mucho que cedieron su espacio, y las editoriales DC y Marvel en esos momentos estaban en horas bajas y en proceso de reinvención.

El cómic estaba pensado como artículo promocional y a la vez como recompensa para sus lectores, pues se regala con la compra de cualquiera de los otros de sus cómic en aquellos eventos donde Mario participe firmando y promocionando su obra. 

Se trata de un homenaje a Akira Toriyama, autor japonés de manga creador de obras fundamentales como Dragon Ball, Sandland y Dr. Slump. Mario Misas admira al personaje y le sirve su vida para hablarnos, además, de un problema social y vital que tienen los creadores no famosos de obras artísticas, pero también alcanza, como en este caso, a los famosos a los que se les reclama más y más productos. Karoshi no fue el apodo de Toriyama, es una palabra japonesa, de traducción imposible al español, que viene a referir al fenómeno de morir de extenuación por el exceso de trabajo, algo que aunque está por todo el mundo, en Japón hoy día supone un elevado porcentaje de defunciones, personalmente me atrevería a pensar que en China o las Coreas podría estar ocurriendo también. Este tipo de muerte le ocurrió a Toriyama, que no paró de trabajar cuando era desconocido para poder vender sus historias a un ritmo suficiente como para vivir, después para ir mejorando su nivel de vida y más tarde porque, ante la gran demanda de productos e historias de Dragon Ball en el mundo entero por parte de público y de su editorial y hasta de productores televisivas y cinematográficas, no paró de trabajar sin descanso, literalmente. 

Así pues el cómic sirve de homenaje, de biografía y también de reivindicación entre lo laboral y el reconocimiento del trabajo artístico y su puesta en valor de una manera justa. Pero también tiene un enfoque de humor que recuerda no sólo el del manga, sino, personalmente, también algo el de aquellas historias de la editorial española Bruguera.

La historia está narrada por un narrador que es el propio Mario Misas, el cual aparece, y eso refuerza tanto el valor de homenaje por admiración, como el mensaje reivindicativo. Ahora bien, como el propio Mario indica, el 80% de sus viñetas están sacadas de viñetas del propio Toriyama cuando se dibujaba a si mismo como un alter ego en sus obras, pero son viñetas reinterpretadas y dibujadas por Mario con su propio guion narrativo. Tiene, eso sí, correcciones de Alberto Moreta.

Toriyama aparece desde su juventud, antes de la fama, como un pequeño robot que practica artes marciales de torneo en torneo, tanto por afición como para ganar dinero con el que poder ir creando y moviendo sus primeros mangas. Y así continúa su vida como un pequeño robot al que combatir se le transforma en una metáfora de lo que se transformó su vida al verse obligado a no parar de producir. Pura alienación del trabajo.

El éxtasis llega al toparnos con la parte reivindicativa de la obra, ya en el mundo de ultratumba japonés, en el que sus cómic gustan tanto que se ve obligado a seguir firmando autógrafos a sus seguidores en el más allá, y dibujando para un dios con su cara y su mesa de trabajo que se queja de tener que seguir trabajando.

En esta pequeña obra, quien conoce a Mario, se puede leer también una parte del propio Mario Misas. Es algo más que Toriyama, es una pasión de Mario que nos ha dado a Mario.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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