Título: Ardashir, rey de Persia.
Autora: Olalla García.
Editorial: Suma de Letras.
Año de publicación: 2005 (1ª edición en Suma de Letras); 2006 (1ª edición en Punto de Lectura)
Género: Novela histórica.
ISBN: 978-84-96463-06-6 (en Suma de Letras)
ISBN 13: 978-84-663-1828-0 (en Punto de Lectura, colección: Punto de Lectura)
ISBN 10: 84-663-1828-3 (en Punto de Lectura, colección: Punto de Lectura)
Sobre su biografía ya se habló en aquella primera presentación en esta bitácora, de momento no hay novedades que añadir, pues quien reseña no ha sabido nada nuevo o matizable, salvo la publicación de su nuevo libro ya mencionado o su creciente reconocimiento literario en el panorama nacional.
El primer libro de Olalla, Ardashir, rey de Persia, es evidentemente producto de su interés profesional como historiadores, de su área de investigación y de la conjunción de todas las publicaciones profesionales que ya había venido publicando sobre Persia desde 1998, como hemos visto. Combinado con un ansia de narrar y de imaginar otros mundos, todos los datos se mezclaron en su cabeza para crear una historia novelada del comienzo reunificado del antiguo Imperio Persa, el llamado Sasánida, ya que Persia es destruida una primera vez y resurge posteriormente reunificada por un rey llamado Ardashir I, también llamado Ardacher I, que es quien protagoniza en tercera persona el libro. Así pues, es una novela histórica ambientada en el siglo III después de Cristo. Ardashir I vivió entre los años 180 a 242 d.C., heredó el Reino Persa en 208 d.C., lleno de divisiones y guerras y conspiraciones internas, lo dio por reunificado como Imperio Persa Sasánida desde el 226 d.C., y lo cogobernó con Sapor I, todo este proceso no exento de guerras y maniobras varias, mientras que, una vez reunificado, el Imperio Persa Sasánida tuvo un peso internacional muy alto, pudiendo competir y hablar de tú a tú, en incluso amenazar y compartir cultura con y a todos los reinos e imperios que a Este y a Oeste eran por entonces los más importantes, el Imperio Romano y el Imperio Indio. El Imperio Persa Sasánida era un extenso territorio por el que pasaban las rutas comerciales más exóticas y vitales de aquellos tiempos, como por ejemplo la ruta de la seda que conectaba comercial y culturalmente Roma con China, y dado los límites geográficos de este Imperio, hay historiadores que rastrean en él antecedentes primigenios a algunas de las ideas básicas que en el siglo VII dará pie al inicio del Islam.
El libro fue publicado en 2005 por la editorial Suma de Letras, que es uno de los sellos editoriales de la editorial Penguin Random House, y en la cual a menudo se deslizan títulos de autores noveles que o bien han ganado el Premio Caligrama de Penguin Random House, o bien han enviado su obra al sello Caligrama para una autopublicación y habiendo valorado que tenían calidad para estar en este sello, Caligrama los desvía a otros sellos de Penguin Random House, como por ejemplo Suma de Letras. No quiero decir que el primer libro de Olalla se publicara por autopublicación, pues lo ignoro. En todo caso, no soy contrario a la autopublicación, más de una vez lo he escrito, en todo caso soy contrario a los editores que trabajando con la autopublicación hacen un mal uso de esa labor abusando y engañando al autor, pues abandonan todas sus tareas como editores en manos del autor y simplemente se limitan a imprimir los libros y cobrar al autor, descuidando todas y cada una de las tareas de un editor. Cada editorial tiene un mundo y hay buenos y malos editores, sea su modelo el tradicional o el de publicar autoediciones o coediciones. Como sea, no soy contrario a los autores que se autoeditan, dicho esto con independencia de si Olalla autoeditó o no su primer libro, en todo caso, dada su trayectoria, es evidente que su obra debía estar editada. Lo importante de todo esto, en todo caso, es la promoción, difusión y distribución de la obra para lograr la aceptación o no por parte del público lector, que a fin de cuentas es a quien se quiere llegar en todos los casos.
Fue reeditado en 2006 por la editorial Punto de Lectura, dentro de la colección de mismo nombre.
El libro contaba con una pintura decimonónica con una visión romántica de la Corte del antiguo Imperio Persa Sasánida, un tanto orientalizada al estilo casi de odaliscas musulmanas, aún imposibles de que existieran, mientras que contaba con una tipología de letras e incluso una frase promocional que recuerdan a la cartelería cinematográfica. En 2007 contaría con lo que se podría considerar una segunda parte, Las Puertas de Seda, donde se narra en novela lo que pasó a continuación de la batalla de Edesa y los destinos de los miembros de la familia real en evolución misma con el desarrollo de la historia persa sasánida.
El libro está narrado en primera persona por un personaje llamado Arbusam, un joven cuyo destino es entrar en la casta sacerdotal pero que por azares del destino termina entrando al servicio de un aristócrata llamado Ardashir. Como ya sabemos, por una serie de conspiraciones palaciegas, violencias varias y guerras, Ardashir terminará siendo el reunificador y rey del Imperio Persa Sasánida, todo esto nos lo narra a modo de biógrafo Arbusam, hablando de la vida de su amo y las cosas que le ocurrieron, incluyendo también sus alejamiento personal como criado de las mujeres a las que se sentía unido. Narra así de manera personal y como biógrafo de su señor el comienzo de la reunificación y el proceso mismo de esa reunificación. En realidad esto nos recuerda a Sánchez Ferlosio en su novela llamada El testimonio de Yarfoz, ya comentada en esta bitácora por tener que ver con Alcalá, pues el planteamiento de cómo ha de llegarnos la historia de la refundación de un antiguo reino nos viene por la misma vía, por el mismo recurso. Como diferencia está la cuestión estilística, pues si bien Ferlosio estaba preocupado por una riqueza compleja de léxico y sintaxis, y por un planteamiento reflexivo jurídico y técnico que le llevó varios años de dar por buenos antes de publicar, Olalla se atiene a construcciones sintácticas más directas y léxicos más comunes en la lengua diaria, así como no está centrada en explicaciones jurídicas, sino en el desarrollo de la acción de una manera ágil y dialogada, incluso siendo un narrador hablando al lector. Un recurso que hace que la historia fluya de manera que busca que el lector se introduzca en una complicidad con el narrador, como si el lector fuera parte afectada e interesada en conocer el origen del Imperio Persa Sasánida, o en otras palabras, trasladando al lector a un mundo del que hace partícipe, como si no se hablase de él en pretérito perfecto, sino en pretérito imperfecto, esto es: como si las acciones pasadas aún tuvieran un peso y acción sobre el presente.
Aún con todo hay partes del libro que se permiten cierta poesía al estilo de algunas de las construcciones que nos han llegado de la forma de narrar de los antiguos. Sirva de ejemplo la frase del inicio de la novela que algunas plataformas de venta de libros usan a modo de presentación del libro, en voz de Arbusam: “Ciertos hombres han sido designados por los dioses para marcar con su huella los caminos del mundo y el corazón del resto de los mortales”. Así da comienzo el relato, tras esto las construcciones sintácticas son más prosaicas y sencillas, lo que es más ágil para una novela histórica. Una novela histórica, por otra parte, que daba comienzo literario a una autora alcalaína cada vez más relevante en la literatura española actual.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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