domingo, 17 de abril de 2022

Obras de Pedro Laynez / El poeta Pedro Laínez (1538-1584)

Título: Obras de Pedro Laynez.
Autor: Pedro Laynez.
Editores: Antonio Marín Ocete y Joaquín de Entrambasaguas.
Impresores: Universidad de Granada (los anejos de Marín Ocete, 1950) y Consejo Superior de Investigaciones Científicas -CSIC- (los dos volúmenes de Entrambasaguas, 1951).
Año de publicación: 1950 (1ª edición de Marín Ocete en Anejos del Boletín de la Universidad de Granada) / 1951 (1ª edición de los dos volúmenes de Entrambasaguas)
Género: Poesía
Depósito Legal: [No localizado].
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Título: El poeta Pedro Laínez (1538-1584). Actualización de su vida y obra en el contexto histórico y literario de Miguel de Cervantes.
Autores: Emilio Maganto Pavón / Pedro Laynez.
Editorial: Universidad de Alcalá de Henares (servicio de publicaciones).
Año de publicación: 2021 (1ª edición).
Colección: Monografías Humanidades.
Nº de volumen en la colección: 83.
Género: Poesía / Biografía / Historia / Literatura / Ensayo.
ISBN: 978-84-18254376

 

En una de las dos semanas más cervantinas del año en Alcalá de Henares, la de la Feria del Libro de Novedad en abril, que coincide con la entrega del Premio Cervantes en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares y a la vez con el aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes el 22 de abril, traemos a estas notas esta vez al que ha quedado reflejado por múltiples obras y manuscritos del propio Cervantes y de otras personas de la época al que fuera uno de sus mejores amigos, Pedro Laynez, también escritor y también alcalaíno. Quedó muy bien reflejada esa amistad mutua tanto en la biografía de Cervantes y de las mujeres de su entorno, como en su primera obra publicada La Galatea, de 1585. En esta obra Cervantes le nombra como Damón, que a la vez es el nombre que el propio Pedro Laynez daba a un pastor en sus obras de amor pastoril y como algunos llamaron al propio poeta. De ese modo aparece también en otras obras de la época de otros autores. Pensemos que también le nombra Lope de Vega, que fue estudiante en Alcalá de Henares, y que también fue amigo de Vicente Espinel, otro poeta que llegó a formarse como profesor en la Universidad alcalaína. Como sea, en aquel libro de Cervantes volvería a aparecer en la parte conocida como Canto de Calíope. Un año antes de que Cervantes, este le nombraría otra vez en su obra Viaje del Parnaso, de 1614, junto al otro poeta alcalaíno de estilo pastoril Francisco de Figueroa, también amigo de Cervantes y del propio Laynez. De hecho se tiene constatado también una profunda amistad entre Figueroa y Laynez, hasta el punto que sus obras fueron confundidas entre sí y a menudo ocurrió que poemas de uno y de otro eran adjudicadas a uno u a otro siendo que era el otro el autor real. Ambos poetas alcalaínos, Laynez y Figueroa son cumbre de la poesía pastoril del siglo XVI, y ambos coinciden igualmente en que buena parte de su obra no se publicó en vida de ellos y se ha perdido una buena parte, a pesar de que en vida de ellos eran poemas conocidos. No obstante, algunos poemas de Laynez se publicaron en antologías de la época, se le conoció más por manuscritos que pudieron circular entre amigos y conocidos.


Las obras de Laynez fueron olvidadas según se pasó la moda de la poesía pastoril. Su figura no creó gran interés y eso provocó que hasta el siglo XX no surgiera alguien interesado en indagar sobre su figura y publicar toda su obra íntegra. Ocurrió en un primer momento como artículo de investigación que se publicó en los Anejos del Boletín de la Universidad de Granada, siendo su autor Antonio Marín Ocete, en 1950. Aquello pasó a ser una investigación mayor y más profunda en lo que fue la publicación de sus obras completas, las que se habían encontrado hasta esa fecha, en una obra en dos volúmenes publicada en 1951 por el profesor universitario Joaquín de Entrambasaguas a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Se llamaba Obras de Pedro Laynez, y se indicaba en la portada que era un estudio preliminar con edición y notas de Entrambasaguas, con ayuda de Juana de José Prades y Luis López Jiménez. Hay que pensar que se trata de un contexto histórico de un primer franquismo donde se buscaba una construcción del relato histórico que ubicara a España en una universalidad que una y otra vez miraba al antiguo Imperio de los siglos XVI y XVII y unos valores que en buena parte se creían recogidos en la Literatura del Siglo de Oro. Cervantes era todo un referente y por tanto todo lo relacionado con Cervantes era parte de una tarea de investigación. Entrambasaguas tuvo el acierto de darse cuenta del gran silencio que había en torno a Laynez y recuperó su memoria y obra cuatrocientos años después. Ahora bien, Entrambasaguas marcó y selló el destino de Laynez al considerar que su literatura era pobre como su léxico y sus temas eran tópicos de la poesía pastoril, así como imitaciones de la literatura italiana. Ante tales aseveraciones esta obra que recuperó a Laynez paradójicamente también volvió a condenarle a que muchos estudiosos de la literatura prefirieran no ahondar en él. Aún con todo algunos estudiosos siguieron indagando en los archivos y encontraron nuevos poemas y documentos de y sobre Laynez que se fueron publicando paulatinamente. Le hizo mayor justicia ya en tiempos de la actual democracia de la monarquía parlamentaria el investigador y profesor universitario Emilio Maganto Pavón, en fechas muy recientes, en mayo de 2021. Publicó un nuevo libro a través de la Universidad de Alcalá de Henares, en su colección Monografías Humanidades, número 83, se llamaba El poeta Pedro Laínez (1538-1584). Actualización de su vida y obra en el contexto histórico y literario de Miguel de Cervantes. Contenía en sí un amplio ensayo con todas las novedades biográficas e históricas a través de nuevos documentos, nuevas interpretaciones de la obra de Laynez en su juicio literario y filológico, y con los nuevos poemas encontrados desde la edición de Entrambasaguas de 1951. Entre esos nuevos poemas se encontraba uno dedicado a una mujer cortesana de la Corte portuguesa, corte con la que parece ser tuvo alguna especie de relación Laynez, aunque no se sabe exactamente cómo o de qué trataba. Maganto revaloriza la obra de Laynez, que muy evidentemente sí tuvo éxito en su época por estar de moda entre la gente más común la poesía amorosa pastoril, contradice así a Entrambasaguas en su interpretación de 1951, pero también al historiador Luis Astrana Marín, muy relacionado con Alcalá, en su ataque a la obra de Laynez en 1958, Maganto se posicionó así en 2021 al lado de otros investigadores que sí avanzaron desde un punto de vista más positivo como José Manuel Blecua en 1970, del que hablamos cuando mencionamos El Buscón de Quevedo, o como Christopher Maurer en 1984. Hay que pensar que en 2021 Alcalá de Henares y su Universidad están plenamente inmersas en revitalizar todo lo relacionado con Cervantes y no solo por un punto de vista cultural, sino también por toda una industria del turismo que se ha entendido vital para la economía de la ciudad desde que fue nombrada Patrimonio de la Humanidad en 1998.
 
Pedro Laynez también es conocido como Pedro Laínez. Era de Alcalá de Henares, aunque algunos autores le quieren dar Madrid por lugar de nacimiento. Habría nacido en torno a 1538, unos diez años antes que Cervantes. Vivió en Alcalá de Henares y es aquí donde conoció a muchos de sus amigos escritores que más le valoraron. Era de una familia acomodada. Era hijo de Bernardino de Ugarte, lo que hace que tenga que vivir ligado a la vida palaciega y que a menudo se traslade con la Corte allá donde esta fuese. En 1564 murió su padre, que había logrado que él fuera adscrito al servicio como ayudante de cámara del príncipe Carlos, hijo de Felipe II dado a la conspiración contra su padre, así como a trastornos mentales que en ocasiones fueron tratados en el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, donde residía desde 1563. Cuando Carlos murió en 1568 quedó libre de este oficio de forma evidente. No sabemos muy bien qué funciones desempeñó en su vida, como hemos dicho ligada a la vida cortesana, pero sabemos que era un hombre adinerado ya que nos han quedado sobre él muchos litigios económicos en los archivos sobre diferentes negocios y derechos. 
 
En 1578 Antonio Cabezón incluyó algunos de sus poemas en su compilación Obras, publicada en Madrid. En 1580 se publicaron algunas otras en la compilación Thesoro, de Pedro de Padilla, en Madrid. Pero en general la mayor parte de su obra quedó inédita porque el propio autor no se preocupó de publicarla, aunque se conocían algunos de sus poemas manuscritos por medio de amigos y conocidos a los que se los dio a leer. No obstante, buena parte de su obra se conoce a través de manuscritos que han llegado a diferentes archivos y bibliotecas históricas, tan dispersamente que incluso algunos textos se hayan en París, fuera de España. Sabemos que era un autor muy apreciado en lo que por entonces hubo quien creía que era un género menor, la poesía pastoril, de gran éxito popular. Muchos de los grandes nombres de la Literatura del siglo XVI español dejaron reflejado que se trataba de un autor de valía, a pesar del juicio de Entrambasaguas y Astrana Marín en la década de 1950, tan lejana de los gustos de la gente del siglo XVI.
 
Su vida amorosa, a pesar de que toda su obra poética trata de esta temática, nos es altamente desconocida. En 1581 se casó con Juana Mozárabe, la cual era viuda y mucho más joven que él. Ella adoptó el nombre de Juana Gaitán, o Gaytán, al casarse. Laynez moriría en Madrid en 1584 antes de poder reencontrarse con su amigo Miguel de Cervantes, recién liberado de su prisión en Argelia. Se sabe que Cervantes fue a verle y fue la propia Juana Gaytán quien le informó de la muerte de su esposo. Fue al año siguiente que Cervantes incluyó a Laynez en La Galatea

Juana Gaytán se trasladó a Esquivias, en Toledo, donde vivían sus tíos Isabel de Sosa y Pedro de Villafuerte. Pasaron tres meses de la muerte de Laynez y Juana Gaytán se casó en Esquivias por tercer vez, con un joven llamado Diego de Hondaro. Estando ya casada escribió a Miguel de Cervantes para que la visitara en Esquivias con la intención de publicar las obras completas de Laynez con el nombre de Cancionero. Teóricamente se trataría de una obra que, según ella, habría preparado su esposo difunto sin darle tiempo a publicarlo por dinero y por su muerte. Hay que recordar que otras viudas ilustres también buscaron su sustento publicando las obras inéditas de sus esposos, como por ejemplo la que fuera la esposa de Garcilaso de la Vega, y también la esposa de Cervantes cuando años más tarde se quede viuda. Sin embargo, es dudoso que la obra la dejase preparada Laynez, ya que también se sabe que fue Juana Gaytán la que decidió dejar fuera de aquel poemario una serie de poemas que por sí solos componen lo que se llama Engaños y desengaños de amor. Los estudiosos de la vida de todos los implicados más o menos coinciden en que probablemente esos poemas la implicaban a ella directamente, razón por la cual ella no querría que se dieran a conocer. Tampoco estaban las églogas dedicadas a la muerte del padre del propio autor, así como la dedicada a la humanista Luisa Sigea, castellana y afincada en la Corte de Portugal, a quien probablemente Laynez conoció aunque ignoremos su relación exacta entre ellos.

Cervantes fue a Esquivias y allí encontró a una joven amiga de Juana Gaytán, Catalina de Salazar, de 18 años de edad y en esos momentos de luto por la muerte de su padre. La primera vez la vio en la casa de Juana Gaytán, él, de 37 años, preguntó por ella a Juana Gaytán y así comenzó una relación de amor que desembocó en el matrimonio entre ambos en diciembre de aquel mismo 1584, como es bien conocido y a pesar de la oposición de la madre de ella.

Cervantes se ilusionó también con el proyecto de la publicación de la obra de Laynez y puso su empeño en conseguir dinero y patrocinador, mecenazgo, pero no lo lograron ni aún con la influencia de Cervantes. Años más tarde, de nuevo sin esposo, Juana Gaytán fue acogida por Cervantes en su casa de Valladolid para que viviera con su familia bajo su amparo. Una familia mayoritariamente femenina. Ya hemos comentado anteriormente que Cervantes era un adelantado a su época y creía también en muchas de las libertades y derechos también para las mujeres. Por entonces seguían los intentos de publicar tanto Cancionero como ahora también Engaños y desengaños de amor, según lo que nos consta por ella; por negocios, o sea por necesidades económicas. No se logró. Fue en esa época, en 1605 que ella misma se vio envuelta en el escándalo y proceso judicial por el asesinato de Gaspar de Ezpeleta. Este caballero paseaba en una noche de junio de vuelta a su casa desde una taberna, aún con los sonidos de músicos de fondo cuando otro caballero embozado le salió al paso y alegando a gritos su honor ultrajado le asestó unos espadazos que le fueron desangrando rápidamente. Ezpeleta pudo huir gritando socorro, siendo que era la casa de Cervantes la más cercana. Allí fue socorrido y acogido, muriendo a las horas en una cama. Una beata de una iglesia cercana alegó a la justicia haberse despertado con los gritos y achacó sin pruebas como conflicto de los males a todas las mujeres de al familia Cervantes, conocidas como "las Cervantas", por su vida no sujeta a las convenciones sociales de la época, lo que para mucha gente se consideraban que tenían una vida libertina. Todas las personas de la casa fueron investigadas en el proceso, resultando al final que solo se les reclamó que entregaran las ropas ensangrentadas de Ezpeleta, ya que evidentemente nada había que pudiera declararles culpables de algo.

La poesía de Laynez tiene mucho en común con la de Figueroa, como se ha dicho. Ambos sitúan las historias de amor idealizado entre pastores y pastoras en el entorno del río Henares en Alcalá de Henares. Estaba influido dentro de la poesía española por Garcilaso de la Vega, y en tanto por la poesía italiana por Petrarca. Es así un poema plenamente renacentista. 

En su más estricta tradición castellana se puede encontrar en su obra coplas castellanas, villancicos, glosas y paráfrasis, mientras que en su vertiente más modernamente renacentista hay églogas, canciones, epístolas, elegías, sonetos y glosas. Llegó a escribir en su juventud elegías a la muerte de la reina Isabel de Valois, y también del emperador Carlos I de España y V de Alemania. Su estilo tendía a lo bucólico y, como se ha dicho, el tema amoroso es el fundamental motor de toda su obra. Hemos de pensar que a pesar de no conocer demasiados detalles de su vida privada más personal, fue lo amatorio un parte muy activa de su vida, si bien por la idealización en sus poemas y por la propia égloga dedicada a la humanista y poeta Luisa Sigea, muerta en 1560 a los 38 años, dotaba a sus sentimientos amorosos de una realidad sentimental, pero, una vez más, desconocemos los detalles de este aspecto de su biografía que podría darnos claves para comprender mejor su obra o al menos desde más ángulos.

Actualmente la ciudad de Alcalá de Henares solo le ha dedicado a Laynez el nombre de una calle.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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