Título: Ciudad Romana de Complutum 2020.
Autores: Sebastián Rascón Marqués; Ana Lucía Sánchez Montes; y Joaquín Gómez-Pantoja Fernández-Salguero.
Editor: Ayuntamiento de Alcalá de Henares.
Año de publicación: 2021 (1ª edición).
Colección: Serie de guías arqueológicas de Alcalá de Henares. Segunda Época. Alcalá Histórica.
Nº de volumen en la colección: 1.
Género: Historia; Arqueología.
ISBN: 978-84-87914-28-7
En los últimos años se han hallado restos de una primera ciudad romana en el Cerro del Viso, muy apegada a los restos de Iplacea, y que sus edificios públicos nos vienen a confirmar cada vez más que Complutum debió ser una ciudad de provincias interiores mucho más importante de lo que se creía. Este origen estaría en el siglo I antes de Cristo, siendo la época de César Augusto cuando más se fijaron en ella las autoridades más altas para potenciarla. Estaba ubicada en un lugar privilegiado en el centro peninsular en las comunicaciones entre el este y el oeste, así como del sur con el norte. La ciudad bajaría al valle, allá donde se juntan las aguas del río Henares con las del arroyo Camarmilla, en parte por la creencia romana de que un dios fluvial habitaba allí, e instalaron una fuente de la salud, hoy en un entorno deteriorado por la prostitución y las drogas, detrás de un polígono industrial y fuera de los planes de recuperación arqueológica de momento. Entre las creencias de la existencia de ese dios, junto a la creencia en ninfas del río y la diosa Diana, de la que la Casa de Hipolitus tuvo una estatuilla, la ciudad mantuvo el antiguo origen de la ciudad en lo alto del Cerro del Viso como un barrio fuera de la ciudad, para gente de posición elevada y con edificios de ocio, mientras que la ciudad en sí empezó a levantarse de nuevo de manera mayor y recogiendo en sus funciones la política administrativa, al contener en sí una basílica y palacio de gobierno con su posible archivo, una casa de alto cargo (la Casa de los Grifos), dos termas públicas, una cisterna de agua, un edificio de adivinos del futuro, otro ligado a la vida castrense, una escuela para jóvenes que aprendían a hacer mosaicos (Casa de Hipólito), etcétera. También este foco comenzó en el siglo I a.C.. Un terremoto a comienzos del siglo V después de Cristo provocó que se hicieran muchas modificaciones urbanas, pero la ciudad siguió habitada y en activo incluso tras el derrumbe del Imperio Romano en el 476. A pesar de que durante época visigoda entró en declive profundo, su despoblación no se produjo hasta la entrada de los musulmanes en el año 711, aunque hay algunas evidencias arqueológicas y testimoniales que parecen indicar que jamás fue despoblada del todo y que siempre hubo gente viviendo en el entorno de Alcalá de Henares. Así por ejemplo, desde aquel siglo V, aún en época romana, la vida de la ciudad se había ido trasladando poco a poco al Campo Laudable, actual entorno de la Plaza de los Santos Niños. En ese lugar y cercanos se asentaron también parte de la población en época visigoda y en ese territorio tenemos ecos musulmanes, pensemos que es ahí mismo donde los musulmanes también asientan su qun, la fortaleza que dará lugar siglos después a las murallas del Palacio Arzobispal.
El libro recoge todos los conocimientos que tenemos de Complutum, de la Alcalá romana, y les hace una puesta al día revisando, corrigiendo y ampliando a la vista de los muchos e importantes avances arqueológicos habidos entre 2011 y 2021. Nos fuerza a actualizarnos y replantearnos nuestra Historia romana, dejando abiertas aún muchas preguntas sobre ese lejano pasado histórico cuyas respuestas puede que nos den sorpresas en el futuro, si se llegan a conocer algún día.
El ayuntamiento de Alcalá de Henares estaba especialmente interesado en colaborar con la Universidad de Alcalá y sus Departamentos de Historia Antigua y Arqueología, y CIL II. Destacan las doctoras Elena Gimeno y Margarita Vallejo en esta nueva segunda serie de guías arqueológicas, con un especial interés por recuperar el patrimonio histórico y mejorar el conocimiento que tenemos del pasado. En esos intentos también están gente como Alenjadro Díez, también catedrático.
El libro fue escrito conjuntamente por los catedráticos de Historia Antigua Sebastián Rascón Marqués y Ana Lucía Sánchez Montes, si bien en un principio contaba con Joaquín Gómez-Pantoja, cuya muerte le limita a la escritura directa de uno de los capítulos y el tutelaje del resto en el tiempo que pudo. El libro le ha sido dedicado por ello. Gómez-Pantoja, que fuera profesor mío de Historia de Roma durante mis años universitarios, fue colaborador altruista en numerosas investigaciones dedicadas a Complutum desde la década de 1990. Estaba especializado en ello. Fue por ello recordado en la presentación que el ayuntamiento hizo del libro. Sebastián Rascón es el arqueólogo que dirige desde hace unos años los avances arqueológicos que se van produciendo en Complutum, por lo que es un autor de primera mano que, además, es fácilmente localizable de manera habitual en las ruinas de la ciudad cuando se va de visita allí. Mientras que Ana Lucía Sánchez aporta todo un conocimiento actualizado de los más importantes avances sobre la cultura antigua y su Historia, cosa que se hace necesario dado que lo que Complutum va arrojando a la luz nos obliga a estar pendiente de esos avances y novedades. Pensemos por ejemplo que desde el año pasado, 2020, las nuevas excavaciones en Pompeya, Italia, nos está replanteando muchas cosas que habíamos dado por hecho y no estaban del todo ciertas. Pensemos que Complutum es de los pocos sitios del Imperio Romano, junto a Pompeya, que ha conservado pinturas en fresco, en la Casa de los Grifos, y eso nos da información variada sobre el arte y sobre las clases dominantes, entre otras cosas.
El libro, sin duda, es uno de los imprescindibles en la renovación de la Historia alcalaína que en los últimos años avanza y nos va descubrimiento cosas cada vez en mayor número y que nos hace replantearnos varios de los tópicos existentes y a menudo eliminarlo para hablar cada vez un poco más ajustado a lo que debió ocurrir realmente.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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