Título: De palacio a Casa de los Arqueólogos. Pasado y futuro del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares.
Autores: Luis Palop y María Carrillo Tundidor (coordinadores); varios autores (Arsenio Lope Huerta, Vicente Fernández, Gustavo Chamorro, Alfonso Dávila, Fernando Marías, Josué Llull, Daniel Gonzalvo, José María San Luciano, Rosa María Domínguez, L. Hernández, Ángel Pérez, Carlos Clemente San Román, Juan de Dios de la Hoz, José Luis González, María Rosa Cervera, Carlos Chamorro, Enrique Baquedano).
Editor: Comunidad Autónoma de Madrid / Museo Arqueológico Regional de Madrid (MAR).
Año de publicación: 2019 (1ª edición; introducciones de diversas autoridades).
Género: Arqueología; Arquitectura; Historia.
ISBN: 978-84-45138281
Si es deseable recuperar de alguna manera lo perdido, no olvidemos que en esa pérdida tuvimos la ganancia de esa fauna que nos eligió y que ya se veía afectada por el cierre del vertedero, pero que se han beneficiado de comederos que se han construido. Todo proyecto debe pasar por respetarlas, y un uso humano de los lugares donde viven, aparte de obras de construcción previas, atenta contra ellas. Se debería estudiar cómo conservarlas en ese mismo sitio, o al menos como trasladar sus nidos, si es que eso es viable, dentro del propio recinto. Los expertos deberían comenzar a pensar en esto antes de que todo ocurra y, por no haberse querido hablar de ello, al final sólo lloremos lo perdido sin haber hecho nada por no perderlo. Sobre este aspecto ecológico, este catálogo no habla ni una sola palabra. No está en su interés, aunque es algo grave.
Si bien se han realizado diversas campañas arqueológicas en el Palacio Arzobispal, se ha creado un museo al aire libre con algunos de los restos por dentro del recinto amurallado y se escribió el libro de 2009 sobre su incendio, aún una buena parte de la población desconoce el pasado del Palacio, su papel en la Historia tanto de Alcalá como de España, y si acaso mal conoce a modo rumores su incendio en 1939. Por todo ello, la ciudad le debía al Palacio Arzobispal, que tanta influencia tuvo en la Historia local y la española, una exposición y un catálogo como este que le narrara de forma fácil y visual el pasado y el presente del Palacio, pero especialmente su destrucción y su recuperación arqueológica que nos ha dado la fisonomía que hoy día conocemos en su forma de ruinas principalmente, precisamente donde se explaya necesariamente este libro.
El Palacio Arzobispal comenzó a construirse en el siglo XIII por el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, a partir de las murallas de lo que era un qun musulmán (una especie de acuartelamiento amurallado). Albergó arzobispos toledanos y reyes castellanos a lo largo de la Edad Media, siendo escenario del tratado entre los reinos de Castilla y de Aragón en 1308 para intentar conquistar Granada, la reunión de 1348 de las Cortes Castellanas, la muerte accidental de Juan I de Castilla en la Puerta de Burgos en 1390, la participación alcalaína por parte del Arzobispo Carrillo a favor de Juana "la Beltraneja" en la Guerra de Sucesión Castellana de 1475-1479, la residencia y planes de transformación del Cardenal Cisneros, la primera entrevista de los Reyes Católicos con Cristóbal Colón en 1486, el nacimiento de Catalina de Aragón, también el de Fernando I de Austria, un breve momento de estancia en el presidio del rey Francisco I de Francia en España, diversas modificaciones entre 1523 y 1545, el intento inútil de cura milagrosa del primogénito de Felipe II con los restos de San Diego, las reformas y ajardinamientos nuevos en los primeros años del siglo XVII, la pernocta de Carlos III a su llegada a España antes de entrar en Madrid para su coronación en 1759, la residencia de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia de 1808 y hasta su ida en 1813 (José I pasó alguna noche en Alcalá, pero no se hospedó aquí), la desamortizaciones de 1841 y de 1855, acusando ruina en 1857, su nombramiento como Archivo General Central en 1858, lo que hace que tenga diversas reformas desde 1860 (no obstante en los siglos previos albergaba de por sí numerosos documentos para la administración del Estado), su apogeo como archivo estatal en 1926, su incendio accidental y destrucción de su mayor parte artística y arquitectónica recién terminada la guerra civil en 1939 por usarse sus instalaciones con vehículos y material bélicos, lo que supuso la pérdida de mucha documentación, pero no tanta como podría haber sido pues se había comenzado a trasladar décadas atrás la documentación más antigua al Archivo Histórico Nacional, la demolición de los restos de las alas norte y este, la pérdida de jardines y huertos, la recuperación en los años 1990 de parte del edificio del seminario y sus estudios históricos y arqueológicos, el cese por parte del obispado del usufructo de los solares y patios al ayuntamiento de Alcalá de Henares en 1998 coincidiendo con el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad (momento en el que se inició la recuperación y rehabilitación de varios espacios en estado ruinoso), el uso de su interior para conciertos y fuegos artificiales en ferias de agosto y mercados cervantinos en octubre y representaciones del Don Juan en noviembre, la programación de un proyecto de recuperación arqueológica por parte del Museo Arqueológico Regional de Madrid a partir de 2014, la transferencia en 2017 por parte del ayuntamiento del usufructo de los solares y patios del Palacio a la Comunidad Autónoma de Madrid para que el Museo Arqueológico Regional desarrolle su proyecto, y definitivamente la presentación pública de este proyecto, llamado Casa de los Arqueólogos, a través de la exposición y su libro en 2019-2020, hasta llegar al momento en el cual nos encontramos en 2023: la aprobación de la licitación del concurso de proyecto de obra para empezarlo.
El Museo Arqueológico Regional estos últimos años tuvo una ampliación física a costa de los solares de lo que fue la antigua comisaria de policía de Alcalá, la cual fue demolida para construir esa ampliación, así como otra ampliación menos llamativa al usar los locales de lo que fue la antigua oficina de la seguridad social en la calle Rico Home con Santa Catalina para actividades de investigación y biblioteca de momento, que pasó al Paseo de la Estación. Lo que presentan ahora es un proyecto ambicioso donde también interviene la Asociación para la Recuperación del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares (ARPA). No se trata de reconstruir las antiguas edificaciones, cosa no imposible, visto lo visto en nuestros días en Notre Dame de París o el propio alcázar de Segovia muchos años más atrás. Se trata de recuperar espacios edificados y aprovechar, como mucho, los restos de algunas de las torres y muros que quedan en pie en estado ruinoso. O en otras palabras: se va a hacer arquitectura actual siguiendo parte de las ubicaciones antiguas de otras estructuras y aprovechando algunas de las partes que se podrían rehabilitar.
La idea es crear en esos nuevos espacios las infraestructuras futuras gestionadas por el museo para la investigación de los arqueólogos, incluyendo salas de estudio, biblioteca, archivo, no sé si para hacer algunas investigaciones de tipo material y experimental. Desde luego sería una modernización y una actualización del concepto del papel de los museos en la actualidad investigadora y cultural. Será un nuevo aporte que anotarse en su haber Alcalá de Henares en su contribución al conocimiento. Sólo queda pendiente tratar que cigüeñas y águilas primilla no se vean seriamente afectadas. La parte ecológica es su punto muy alta y gravemente en contra, pero ¿hará algo la ciudad al respecto? Por parte del ayuntamiento ya se verá, porque el propio ayuntamiento anterior con liderazgo del PSOE y con coalición con Somos Alcalá primero y Ciudadanos después, dio su apoyo, ahora, en manos del PP desde este mismo mes de junio en coalición de Vox habrá que verlo. Por un lado la propia normativa municipal obliga a proteger a las cigüeñas, por otro lado Vox es negacionista de las cuestiones ecológicos, alegando que es una cuestión ideológica y ellos apuestan por el desarrollo entendiendo este por la construcción sin parar a costa de todo espacio y ecosistema natural si es necesario, y entendiendo por desarrollo oportunidades económicas de altos beneficios que, por lo común, siempre suelen recaer en las mismas personas: los que más tienen, que son pocos frente a los muchos ciudadanos que creen que el beneficio es algo más que hacer dinero. En todo caso, este proyecto trasciende más allá del ayuntamiento, pues recae también en la Comunidad de Madrid, el MAR, el arzobispado y, hemos de creer, en el Ministerio de Cultura, tal vez también en el de Fomento.