martes, 29 de marzo de 2022

Peligro de vida

Título: Peligro de vida.
Autor: Francisco José Martínez Morán.
Editorial: El Gaviero.
Colección: Cartoné.
Nº de volumen en la colección: 5.
Año de publicación: 2010 (1ª edición; prólogo El Chojín).
Género: Relato breve.
ISBN: 978-84-15048015

 

En 2010 Francisco José Martínez Morán publicó su primer libro en prosa que no era un manual. Lo hizo con la editorial almeriense El Gaviero, que hacía poco había regresado con su colección Cartoné, siendo el volumen quinto publicó Peligro de vida. La editorial, siempre reticente a publicar sobre la muerte en sí porque este tema siempre sirve de trampolín para afrontar otros temas, publicó en el formato cartoné lo que fue una recopilación de relatos breves en prosa que Martínez Morán había venido escribiendo desde tiempo atrás. Guardaba una estética de cuaderno clásico de biblioteca u oficina, en rojo con recuadro lleno de ribetes marcando título y autor. Tuvo muy buena aceptación, aunque forzosamente casi todos los que llegaron a reseñar el libro en su día remarcaban el carácter de poeta del autor. Contaba con un prólogo de El Chojín y lo ilustraba Isabel Aranda. La cuestión es que muchos de estos relatos breves a veces rozaban cierta estética poética, pudiendo considerar que a veces se podía traspasar su prosa al plano de la poesía en prosa. Esto enriquecía sin duda una forma de narrar que permitiría al lector no solo a recibir la narración de una serie de hechos y análisis psicológicos de los personajes, sino que además el lector puede interactuar con el texto al estimularse diversas direcciones de lo que se lee. 

Martínez Morán, siempre atento a la precisión del lenguaje, se adentraba en sus personajes como un cirujano o un notario que da cuenta de los hechos interiores de cada persona. Es una colección de relatos muy crudos y oscuros que se adentran en la maldad inherente en el ser humano. El peligro de vida se nos muestra aquí como una colección de personajes que guardan secretos y acciones siniestras, como asesinatos, violaciones, dominación, torturas, etcétera. Personas que ejercen sobre otras personas todo tipo de violencias y las cuales están viviendo unas al lado de otras, mezclando verdugos con víctimas, pero a la vez reconociendo en cada persona un verdugo, prácticamente sin que nadie sea del todo una víctima e incluso mostrando la fascinación de las víctimas por los verdugos. Los relatos se suceden bajo la premisa de que cualquier persona puede transformarse en verdugo del otro, incluso sin tener una predisposición al mal o simplemente porque las circunstancias fuerzan a veces a situaciones no previstas.  

A todo este panorama Martínez Morán le dota de un lenguaje que desea trasmitir la objetividad y el plano neutro a modo de lanzar una sensación de no empatía, de lejanía con unos hechos descarnados, lo que endurece más las historias ya no solo por lo que narran, sino por su tratamiento literario que muestra, de este modo, una violencia también del narrador sobre todas aquellas situaciones contra quien se las narra. Alcanza un grado alto de descarnamiento con una acertada capacidad de Martínez Morán de saber usar los recursos del lenguaje al servicio de llegar al interior de las personas.

El poeta comenzó sus publicaciones en prosa muy bien centrado con esta colección de relatos.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu". 

viernes, 25 de marzo de 2022

Curso de iniciación a la escritura poética

Título: Curso de iniciación a la escritura poética.
Autor: Francisco José Martínez Morán.
Editor: Universidad de Alcalá de Henares.
Colección: Textos Universitarios, Humanidades.
Nº de volumen en la colección: 2.
Año de publicación: 2008 (1ª edición).
Género: Pedagogía; Literatura; Humanidades.
ISBN: 978-84-81387780

 

El que fuera el segundo libro de Francisco José Martínez Morán fue publicado por la propia Universidad de Alcalá de Henares, donde no solo se doctoró, sino también donde trabajaba. Fue en 2008 y se trata de otro libro que se podría considerar una rareza en su bibliografía, pues es un manual universitario para estudiantes de Literatura, pero también para personas con intereses e inquietudes por acercarse tanto a la lectura como a la escritura de poesía. El libro se llamó Curso de iniciación a la escritura poética. Hoy día sigue en venta. Fue el volumen dos de la colección Textos Universitarios, Humanidades, en la cual posteriormente se publicaron libros de diversos profesores y catedráticos de la Universidad, entre ellos el prestigioso historiador de la Grecia antigua Gómez Espelosín. Esta colección básicamente era eso: manuales de diversas materias, en este caso relacionadas con las Letras, escritos por personas relacionadas con la Universidad, que daban clases a alumnos, y cuya difusión y publicidad habitualmente quedaban y quedan ligados fuertemente a la tienda de la Universidad y sus servicios editoriales y por ello quedan dentro de un uso excesivamente endogámico entre profesorado y un alumnado muy limitado del mismo. Rara vez se ven en casetas expuestas al público en ferias del libro alcalaínas y rara vez se ven en las librerías comunes de la ciudad, aunque no hay problema en venderlos allí si alguien los pide. No es decir ninguna novedad en estas notas de cíclopes señalar y reconocer que este es uno de los problemas que tiene por lo general la Universidad española, no específicamente la alcalaína, sino toda, su producción y su actividad dirigida comúnmente para sí misma olvidando el origen de siglos atrás donde las universidades se llamaban así porque aspiraban a la universalidad del conocimiento. 

 El libro sigue las mismas líneas estéticas en toda la colección. Encuadernación en tapa blanda, con los colores oficiales de la Universidad de Alcalá para las Humanidades, que son tonos azules, una marca de agua de fondo recordando el nombre de la colección que está dispuesta en uno de sus lados en vertical, igual que las siglas de la Universidad, y con una franja blanca horizontal se escribe el título de manual y el autor o los autores. Un diseño que viene a remarcar no solo el carácter de colección dirigido a estudiantes de Letras, sino también una sobriedad que aspira a una relativa modernidad que escapa de la sobriedad clásica de este tipo de manuales en décadas atrás en otros centros universitarios. 

Martínez Morán no solo se había licenciado y doctorado en literatura Comparada en la Universidad de Alcalá ya para ese 2008, en 2006 había publicado su primer libro, un poemario, Variadas posiciones del amante, por el que recibió el Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande. Eso le ubicaba en una posición de joven poeta y literato destacado en la Universidad que la propia Universidad no iba a dejar escapar. Aparte de que suele ser habitual que las Universidades ofrezcan a sus doctorados la oportunidad de continuar en sus aulas como profesores de un modo u otro. Él en concreto llegó a ser profesor de la Escuela de Escritura en la Universidad de Alcalá, que se llamó también Taller de autor: Francisco José Martínez Morán, en el cual ejerció varios años, si se rastrea en Internet se puede saber que en 2014 seguía activo en esto. Pero además, en 2010 también trabajaba en el Centro de Estudios Cervantinos de la Universidad de Alcalá de Henares.

Así pues, cuando escribió este manual el autor estaba comenzando a dar clases a personas que deseaban aprender a mejorar o mejorar su técnica, o bien aprender a comprender la literatura, en concreto, en el caso de su taller, aprender sobre poesía, donde Martínez Morán había demostrado ser muy buen poeta y donde lo revalidaría con el Premio Hiperión que ganaría en 2009 y otros premios y actividades posteriores.

El manual posiblemente responde tanto a una petición y necesidad de la Universidad para el desarrollo de su taller de escritura, como posiblemente a un proyecto y a un interés personal del autor en crear este manual para desarrollar su trabajo y a la vez tratar de expandir un amor por la poesía que también ha demostrado en programas de radio, revistas y hasta sobre las tablas del teatro. Hay en él un evidente interés por hacer asequible la poesía al común de la gente.

El manual estaba escrito como manual de iniciación  a la poesía para personas de cualquier nivel, aunque en su lectura uno comprende que se escribe para lectores que al haberse acercado a este libro, por lógica, ya conocen algunas claves y autores, aunque sean los más básicos. No contiene ideas preconcebidas y se trata todo el asunto pedagógico en torno a la poesía de manera sencilla y lúdica. Se dividía tanto en partes teóricas con ejemplos de poetas clásicos y actuales, combinadas con partes de ejercicios prácticos para el lector, a la vez alumno. Trata de ser un libro interactivo que pretende implicar al usuario no solo en la lectura si no en que también pueda interpretar y jugar con los textos él mismo. Con ello se plantea una pedagogía abierta y actual que enraíza en buena parte con pedagogías no jerárquicas que se iniciaron con el anarquismo ya desde comienzos del siglo XX, recordemos a Ferrer Guardia, por ejemplo, aunque el autor no sea de esa corriente de pensamiento, probablemente. Lo que le interesa a Martínez Morán es que el potencial poeta encuentre por sí mismo su voz gracias a esta herramienta que se le ofrece como guía de ayuda. 

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu". 

lunes, 21 de marzo de 2022

La estación de madera


Título: La estación de madera.
Autor: Francisco José Martínez Morán.
Editorial: Arco Libros.
Colección: Lecturas Graduadas.
Año de publicación: 2011 (1ª edición).
Género: Literatura infantil; Pedagogia; Relato breve; Cuentos.
ISBN: 978-84-76358320

 

Una de las rarezas entre las obras de Francisco José Martínez Morán la publicó a finales de 2011, aunque llegó a las librerías el 3 de enero de 2012. Se trató de un pequeño librito que se puede entender como literatura infantil, aunque en realidad se escribió para ser útil para quienes desean aprender español sin tener aún un nivel en el idioma. Fue La estación de madera, con una gramática sencilla y unas quinientas palabras, por ello clasificado como de nivel 0 de lectura. Un librito muy poco conocido y muy poco divulgado. Lo publicó Arco Libros en la etapa de los primeros años en los que el autor comenzó a ejercer de profesor en el taller de escritura de la Universidad de Alcalá de Henares. Se encuentra aún hoy a precio muy barato dentro de la colección Lecturas Graduadas, especialmente dedicada al aprendizaje de idiomas. Básicamente se trata de la historia de Ernesto, un carpintero que desea que su hija conozca la ciudad y su estación de tren. Para ello planifica un viaje en barco para partir de la isla donde viven hacia esa ciudad. Parten en una mañana de invierno. La historia es muy sencilla, a modo de cuento. En la portada del libro, como no podía ser menos, aparecía un sencillo juguete de un tren infantil de madera. Martínez Morán adapta así sus capacidades literarias a una sencillez muy modesta con la finalidad educativa de la enseñanza del idioma. Siempre autor en busca de la precisión de la palabra, con este libro demuestra sus dotes abiertas a su otra gran pasión aparte de la Literatura: la enseñanza, la pedagogía.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

lunes, 14 de marzo de 2022

No.

Título: No.
Autor: Francisco José Martínez Morán.
Editorial: Pre-Textos
Colección: Poesía.
Nº de volumen en la colección: 1721.
Año de publicación: 2021 (1ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-18935-14-5
 
 
El segundo libro que publicó Francisco José Martínez Morán en 2021 tras tres años sin haber publicado algo nuevo fue
No. Se publicó en noviembre, cuando su otro libro de ese año, Los cuadernos del frío, llevaba ya dos ediciones desde su publicación en primavera. Como ya se anotó en aquel libro, ambos libros están íntimamente ligados entre sí, por lo que se dijo para aquel vale en buena parte para este otro título, pues comparte formas y temáticas, con la diferencia de que en este aparecen varios poemas más largos que la gran mayoría del anterior. Fue ganador del I Premio Internacional de Poesía Francisco Brines 2021 y por ello fue publicado por la prestigiosa editorial Pre-Textos dentro de la colección Poesía, como el número 1721. Por cubierta recibió una sobria cubierta naranja sin decoraciones, en tapa blanda y acartulinada. Tenía en el interior el dibujo de un joven con el pecho desnudo, a mano de Carmen Calvo en 2003. Avalaban el premio y la edición la Fundación Francisco Brines, la Generalitat Valenciana y el Ajuntament d'Oliva. El jurado del certamen poético estuvo compuesto por Luisa Castro, Carlos Marzal, Vicente Gallego, Fernando Delgado y Silvia Pratdesaba. Se significa así un jurado estrictamente español y nos hace pensar que, salvo que las normas de los actuales concursos literarios especifiquen expresamente una restricción geográfica, con las nuevas tecnologías, en concreto con Internet, cualquier concurso se transforma en internacional en cuanto puede llegar a cualquier parte del mundo, es por ello que quizá quepa replantearse si un concurso internacional no debería contener en sí más requisitos. En todo caso, el concurso se abría a todo el mundo, es internacional y muy justamente lo ha ganado merecidamente Francisco José Martínez Morán. Es un gran logro y más cuando se hace eco Pre-Textos.

El nihilismo del anterior libro sigue presente en este poemario, como un cierto desencanto o un cierto sentimiento de lo cambiante del mundo y de la vida. Sin embargo, a diferencia del anterior, este libro está abierto a ser más optimista, incluso a admitir alguna lectura de sus poemas con cierto sentido del humor del sarcasmo, aunque evidentemente ese sentido del humor no viene a cuenta del poema en sí, que puede ser de lo más serio, sino de la interpretación del lector. Puede ocurrir esto, por ejemplo, en lo fugaz de un amor idealizado y profundo, o incluso de lo fugaz de la propia juventud, en "Melibea".

Melibea no es ya más que un instante
de vuelo entre la luz y la ceniza:
a medida que cae,
su cuerpo va adquiriendo la silueta
exacta del dolor
hecho dolor sin límites.

Al fondo de la vida hay un estrépito
de juventud y rosas.

La fugacidad de la juventud y con ella de la vida aparece diversas veces en el poemario, también en "Aviso".

Gastaréis las canciones,
a fuerza de entonarlas sin propósito.

De nada servirán sus melodías,
sus letras no dirán más que palabras;
serán al fin y al cabo,
testimonio de un júbilo inservible.

Y aún en esa tónica llegará a dedicar un poema a sus alumnos de educación Secundaria. La fugacidad como constante complementaria del nihilismo expresado en el anterior poemario es algo que se deja sentir en todo este poemario. Dentro de esa dinámica aparece de nuevo la imprescindible metáfora de la luz que impregnaba todas las páginas de Los cuadernos del frío, "Pides luz, y la luz no te devuelve / otra cosa que objetos / traspasados y rotos por la luz. (...)", dirá en No.

Aparecerán diversas referencias cultas que nos llevan a la consulta de algunos autores clásicos de la antigua Roma para entender mejor en toda su extensión algunos poemas, aunque sin esas consultas también se entiendan. Séneca, Horacio, Marco Aurelio serán algunos de los nombres de referencia en esta obra. Con esas mismas referencias volverá a aparecer el aristotelismo mediante la búsqueda del término medio como perfección para la vida, aunque le resulta imposible al autor alcanzar ese término medio, así lo expresará de diferentes maneras en varios poemas. Así mismo también referencias a lugares a los que ha viajado el autor y que aparecen en poemas que pareciera que se dan la alternancia y la contestación con variantes entre sí. 
 
Se añade a todo lo dicho una serie de poemas donde se trasluce una búsqueda infructuosa del amor o al menos una referencia al amor imposible. Hay, además, una cierta reflexión general sobre el autor y su papel en la vida, un miedo a fallar a las personas cercanas en miedo de todas esas dudas nihilistas de la obra en general.

Pienso en todos mis muertos inminentes.
Sé que les fallaré. Soy un cobarde.

Se llena el libro así de una fuerte carga personal y humana que nos trae a un autor plenamente lleno de dudas existenciales que van más allá de lo ultraterreno, que precisamente lo atan a la vida material, a la vida terrenal, y de ahí vienen todas las cargas que el autor nos expresa en sus versos. Y aún con todo, a diferencia del anterior poemario, deja abierto un ligero espacio al optimismo.

Dos halcones remontan la corriente
adversa, suspendidos tramo a tramo,
en el azul sin nombre de la tarde.

Van contra el viento, pero son el viento.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

martes, 8 de marzo de 2022

Los cuadernos del frío

Título: Los cuadernos del frío.
Autor: Francisco José Martínez Morán.
Editorial: BajAmar.
Colección: Amarilla BajAmar.
Nº de volumen en la colección: 18.
Año de publicación: 2021 (1ª y 2ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-123040-7-7
 
Francisco José Martínez Morán, alcalaíno nacido en Madrid en 1981, Doctor en Literatura Comparada y profesor de Literatura en la educación Secundaria, es actualmente uno de los poetas más conocidos de Alcalá de Henares de hoy día, quizá el más conocido sin necesidad de redes sociales y sus mecanismos a menudo más de construcción de personajes que de atención a la obra, y sin necesidad tampoco de plataformas que hagan de él un cantante, no es cantante, es poeta. Llevaba en silencio editorial desde 2018, pero el año pasado, 2021, rompió el silencio con dos publicaciones, cada una ubicada en cada mitad de año. Tal vez la una sea en realidad parte de la otra. En otras palabras, leídos los dos libros, probablemente forman un conjunto y deberían haber formado un único libro, pero Martínez Morán los dividió en dos, con una estructura cada uno que les da su propia personalidad, a pesar de que es una personalidad que podría integrarse en una sola, como digo. Quedo en la duda de si el autor realmente consideró que eran dos obras divididas entre sí, o si bien la partió para poder hacer un libro por cuenta propia, Los cuadernos del frío, del que hablamos hoy, y otro para un concurso internacional de poesía que, además, ganó, No. No creo, sin embargo que un libro sea los descartes del otro, aunque algo pudiera haber habido, Ambos libros están profundamente meditados para ser breves y concisos en la palabra y la expresión justa y quirúrgica que corte como un bisturí en la capa emocional que el autor desea. Un par de trabajos realmente refinados hasta la puntería total del dardo a la diana.

Recordemos que Martínez Morán tiene por primer libro publicado el poemario Variadas posiciones del amante, en 2006, el cual fue Premio Nacional de Poesía Joven Félix Grande. A este poemario le siguió en 2008 un ensayo a modo de manual entretenido de leer publicado por la Universidad de Alcalá de Henares, donde estudió y se doctoró, Curso de iniciación a la escritura poética, el cual es un libro que no es muy recordado en muchas de las bibliografías que se hacen de él. En 2009 volvió a publicar un poemario, el cual para mi gusto es uno de los mejores que tiene, Tras la puerta tapiada, con este ganó el importante XXIV Premio de Poesía Hiperión. Era por entonces profesor de la Escuela de Escritura en la Universidad de Alcalá, que se llamó también Taller de autor: Francisco José Martínez Morán, en el cual ejerció varios años, solo rastreando en Internet se puede saber que en 2014 seguía activo en esto. En 2010, mientras trabajaba en el Centro de Estudios Cervantinos de la Universidad de Alcalá de Henares se decidió a publicar una colección de relatos que había escrito, agrupados bajo el nombre Peligro de vida. Al año siguiente, 2011, se lanzó con un relato muy breve para niños y estudiantes de español llamado La estación de madera, con una gramática sencilla y unas quinientas palabras, un librito también muy poco conocido y muy poco divulgado. En 2013 publicó su tercer poemario, el cual sea para mí el mejor de todos hasta la fecha, Obligación. Ese mismo año comenzó un experimento personal de una obra en prosa que no firmaba con su nombre si no con el heterónimo Carlos Grande, que cuajó en el ensayo Crónica digital de Carlos Grande aquel 2013, personaje que le llevó a publicar en 2015 su siguiente poemario como él mismo, Grande tercera phase. Para entonces colaboraba ya en numerosas revistas literarias como Anáfora, Quimera, Paraíso y otras. Era ya una voz poética conocida en España. Cadena SER Henares le cedió un espacio semanal para hablar de poesía y literatura, el cual mantiene, La voz en el mensaje. Fue en esos años que se dejó ver en algunos recitales que se celebraron en Alcalá de Henares, donde no se le había visto mucho, aunque apareció más como espectador que como poeta recitante, véase lugares como los desaparecidos El Laboratorio o el Kingston's Pub. No obstante, donde él sí hizo alguna cosa recitada y trajo a Alcalá varios recitales y espectáculos de poesía fue en el Corral de Comedias, llamado Ciclo de Poesía, el cual se ofreció en las temporadas desde 2014 a 2018 y donde aparecieron varias de las voces poéticas actuales más importantes, como Raquel Lanseros. Su compromiso con obtener plaza de funcionario como profesor de Secundaria ayudó en parte a que no pudiera seguir haciendo frente a esa organización. En 2018, terminando esa etapa, publicó su primera novela, Amistades comunes, que Susi Corrales "Suko" reseñó en esta bitácora para presentarnos al autor. El mismo año publicó el poemario Tacha, que preludiaba ya su poesía muy breve, y en el cual regresaba a su nombre real. Tres años después, en 2021, sin hacer demasiado ruido, publicó el poemario que presentamos hoy, Los cuadernos del frío, y en la segunda mitad del año se publicaba su otro poemario, No (2021), ganador del I Premio Internacional de Poesía Francisco Brines, sin que la prensa local se haya hecho eco. Actualmente, a todo lo dicho hay que sumarle que dirige la colección de poesía De luz, piedra y espejo en el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Alcalá.
 
Los cuadernos del frío, como ya se ha dicho, podría formar parte conjunta perfectamente con el libro que le sigue en orden de publicación, No, aunque lo más seguro es que su tiempo de creación, en de sus poemas, sea el mismo y por lo tanto respondan dentro de un mismo tiempo también a unas mismas inquietudes en el alma del poeta. Estaríamos hablando de los tres años que siguieron a Tacha, o sea, desde 2018, lo que nos ubica también en dos poemarios que atraviesan el Año de la Pandemia, el 2020, y parte de su sucesor, 2021, en el que se publican. Probablemente las vivencias personales y las sensaciones grupales de esas fechas se filtren en los poemas. Esto no quita para que sigan una línea sucesoria con los poemarios anteriores, como algo se ha insinuado ya. En todo caso, sirva para reforzar esta idea que en Los cuadernos del frío se menciona un cuaderno verde y un cuaderno negro donde se anotan ideas de los poemas a modo de metáfora también de que se dejan parte del ser del poeta ahí. La cuestión es que en el poemario No se llega a mencionar en un poema que el poeta se para a repasar los apuntes de los últimos años dispersos en libretas y que estos apuntan a una misma dirección. Creo que ese testimonio no deja lugar a duda sobre las costuras que crean unicidad entre estas dos obras. Por otro lado, recuerda esta cita de corte un tanto autobiográfico para realizar poesía e interiorizar en el alma interior a un recurso que ya usó en prosa la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing en El cuaderno dorado (1962) y otras obras donde vuelve sobre ello.

Los libros comparten también una metáfora que se repite a lo largo de las páginas de las dos obras, la de la luz como símbolo de la vida. Más aún, los dos libros comparten un sentimiento pesimista ante la vida. Hay un nihilismo evidente, un desasosiego ante una vida que desemboca en la muerte, sin que parezca que haya más luz tras la muerte, al menos no una luz de la que la propia persona sea consciente de su existencia. Pongamos por ejemplo el siguiente poema:

El dolor de los demás.

Lo que se encuentra para ser 
roto.
Hallarse en los fragmentos.

La luz.

Tantear la demasiada
oscuridad, pero también
el desmesurado brillo.

Hay en este poema algo de aristotelismo, recordemos que Aristóteles ponía la perfección en lo que llamó el justo medio. Martínez  Morán fija ese medio en un lugar sin demasiada oscuridad y sin desmesurado brillo, con lo que lleva el aristotelismo al existencialismo. Cosa curiosa porque el poemario en su conjunto está lleno de un desasosiego y un desconsuelo que no invita a pensar en un justo medio emocional de saberse finito. "Solo hay fotografía / y fábula y vapor (...)", llega a afirmar en otro poema. O en otras palabras: solo hay instantes que son fugaces y que no parecen reales ante la realidad de que dejarán de existir y solo serán recuerdo que también desaparecerá. 

Hay en el poemario una infinidad de encabalgamientos rompiendo los versos, con la misma brutalidad que la existencia se rompe abrupta para que paradójicamente siga habiendo más vida, aunque ajena. Se permite el autor incluso dedicar poemas en torno al Réquiem de Mozart para seguir en su temática, lo que refuerza esa idea de preocupación ante la muerte. De hecho el libro entero pareciera que hablara no solo de una preocupación personal en lo existencial, sino tal vez de una vivencia personal que ha arrasado el alma del poeta en esos años, quizá una enfermedad propia o de alguien muy cercano a él que ha rozado la muerte o bien que ha acabado en una muerte. No sería extraño dado el Año de la Pandemia de que esta posibilidad pudiera cumplirse, o bien que el autor interiorizara en ese 2020 cuestiones que pudiera venir arrastrando de tiempo atrás, dado el panorama general en el que hubo tanta desgracia por todas partes.

Descansa para siempre las pupilas:
deja ya la mirada, no fatigues
más la contemplación de la penumbra.

Sé luz entra la luz, no más que luz
sumida en el color del brillo eterno.

Un poema que tiene cierto optimismo o cierto mensaje que invita a combatir por no sentirse muerto cuando aún se está vivo. Por supuesto, lo aséptico de las metáforas y los simbolismos hacen que los poemas puedan interpretarse en torno a otras cuestiones de la vida más allá de la existencia. El sentirse muerto o vivo, lo fugaz y lo no fugaz pueden transformarse en metáforas por momentos de altibajos en la vida. Personalmente creo que su sentido más profundo está en el desasosiego existencial, en cierto nihilismo. Y personalmente creo que no es descartable que en el origen de los poemas haya algún drama personal, cuestión que, pese a conocer al autor, no puedo asegurar. Como lector, sin embargo, cobran incluso más fuerza en ese doble sentido en mi mente.

Hay mucha rabia entre el desasosiego. Una rabia que quien ha conocido la muerte muy cerca, como quien esta nota escribe, reconoce. Una rabia que pretende luchar ante lo que ya conoce. "Una rabia sin nombre: / ese es en ocasiones el motivo, / el único motor de la palabra, / su primera razón / y su última derrota. (...)".

Hay poemas que, en definitiva, parecen remitirnos en diversas ocasiones a un postramiento en la cama largo, tal vez de alguien cercano o del poeta (que en una lectura íntima se puede transformar en el lector mismo tomando una identificación y aceptando las reflexiones nihilistas). 

El libro es prácticamente un libro de poemas muy breves. En los últimos años se ha generalizado el gusto por este tipo de poemas a menudo de dos, tres o cinco versos. Muchos rompen la rima para usar otros recursos que dan musicalidad, como la aliteración. La gran mayoría parecen aforismos o incluso una reunión de aforismos o de pensamientos del autor que logra limarlos y abreviarlos sintácticamente de manera magistral de tal forma que con poco se dice mucho y muy trascendente. 

Actualmente quien esto escribe no está ni en esa etapa de poemas tan breves, quizá nunca estuve, ni estoy en una etapa tan tremendista y desasosegada, aunque la entiendo y he leído bastante de ella, y algo de esto hay en algún poema en experiencias graves pasadas, pero tiendo a quitar pesos sin dejar de decir cosas trascendentes. Por ello mismo este poemario, que es muy grande en sí mismo, se aleja un poco de la línea donde yo mismo me encuentro ahora mismo. Sin embargo es un poemario tremendamente potente que me empatiza y que tiene una elegancia sintáctica y una riqueza de léxico inteligentemente usado que sigue haciendo de Martínez Morán un imprescindible.

Creo que debería regresar a poemas más largos, pero eso es algo que no depende más que de las motivaciones de cada autor. No obstante, quepa citar dos poemas hacia el final del libro donde el poeta se explaya más y son gratamente más largos, uno llamado "Llorar de los ojos, como dicen...", un poema que rompe la estética al ser en prosa y que directamente hace referencia a poemas como los dedicados al Cid en la Edad Media, en su parte ante la muerte y el drama. El otro poema es el último, "Canción de ausencia cierta", un poema largo y formal que parece reafirmar el sentido citado del poemario en estas notas. Un poemario que incluso parece apuntar a un relativo agnosticismo, lo que no deja de ser una esperanza rota, o, si se desea cambiar la temática existencialista y llevarlo al amor, otro tipo de ruptura. Un poema complejo, no fácil de leer, pero quizá donde al romper el ritmo de aforismo se descubre que el poeta sabe muy bien su oficio y que ha dicho las cosas como las ha dicho porque en su intención de contarnos algo encontró que ese camino era el camino que deseaba usar.
 
A fin de cuentas, por otro lado, los poemas de aforismo han aflorado en las redes sociales en gran número y aunque el autor no es un autor de redes sociales puede que a sus editores les interesara esa ruta una vez conocieron estos poemas que, no lo olvidemos, pudieron ser diferenciados de los que fueron a parar a No, libro que se presentó a concurso internacional y el cual ganó. Estos otros poemas de Los cuadernos del frío no parece que fueran destinados a ese concurso, a pesar de tener gran fuerza. 

El libro fue editado en 2021, como ya se ha dicho, por BajAmar Editores, de Asturias, gracias a César García Santiago. Se comercializa en toda España. La cubierta fue diseñada por Susana Pozo, con una fotografía de David García Torrado. Es un libro en tapa blanda, solapada, en papel verjurado en tono ocre. Tiene un tamaño un poco más grande que el de octavilla. Su interior se divide en capítulos, algunos con referencias en latín y a la cultura musical clásica y filosófica. Tiene en la contracubierta un comentario de Federico Ocaña que prácticamente es una reseña con tono poético y alabador hacia Martínez Morán. La primera edición fue en abril, y tan solo en un mes alcanzó su segunda edición en mayo.
 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".