Título: Luces y tumbas.
Autor: Alberto Cerezo.
Editor: Autoedición: Alberto Cerezo.
Año de publicación: 2021 (1ª edición).
Género: Cómic; Ilustración; Novela Gráfica; Arte.
ISBN; Depósito Legal; Creative Commons: No consta
El segundo libro de Alberto Cerezo vino muy seguido del primero, también en este año 2021. Si junto a Santi Álvarez-Dardet llevaba a novela gráfica relatos de Tolkien en Historias de la Tierra Media, un cómic muy elaborado a lo largo de años con mucho toque de Arte a modo casi de cuadros, ahora hacía lo propio, lo mismo, con Luces y tumbas, esta vez en solitario. Alberto Cerezo vuelve a autoeditarse, a publicarse y a distribuirse. él es el dibujante ilustrador único y quien escribe el guión adaptado de diferentes obras literarias del siglo XX, salvo una del siglo XIX. La obra llevaría en curso desde varios años atrás, pues como se lee en la firma del autor en una de las viñetas que ocupa una página entera, aquella donde el protagonista va a entrar en un submundo presidida su entrada por un gran cuerpo de mujer súcubo o diablo, cuya puerta está justamente por donde habrían de estar sus órganos sexuales, se lee su nombre y la fecha de 2016. Así sabemos que como mínimo esta obra le ha ocupado seis años de su vida. Tal vez le ha animado sacarla a la luz en libro la buena acogida que tuvo el primer libro. En todo caso, es una obra que se nota más personal e íntimamente apegada al propio autor. De alguna manera se trasluce a través de las ilustraciones y el guión que en esa obra hay parte del alma de Cerezo. No se ha dedicado simplemente a llevar a cómic unas obras literarias, y no es solo ya también la profundidad y la emocionalidad de auténticos cuadros puestos al servicio del formato cómic en viñetas, hay algo más, una instrospección profundamente asumida que enriquece sorprendentemente a niveles muy elevados los relatos. En esta novela gráfica no hay solo un ritmo de cómic, hay una cantidad de puertas abiertas y caminos a interpretar que hace de ella una obra muy destacable en el Noveno Arte. Si Cerezo tuviera más altavoz no solo sería un artista más conocido y difundido, sería con este cómic un Premio Nacional del Cómic en España. Podría mostrar su obra no solo donde quisiera con facilidad, probablemente llegarían a él ofertas de muchos proyectos. Pero a veces los caminos llevan a introspecciones que, indeseadas o deseadas por aquella persona que le toque, hace que a menudo en esta España haya grandes creadores grandemente condenados en el ostracismo o a círculos muy reducidos y minoritarios, lamentablemente. Todo es cierto que la reducción de las redes de difusión o su ampliación afectan a menudo a las personas y a sus obras con ellas, y como dijo Einstein en cierta ocasión solo las vivencias exactas vividas en la única mente de la persona individual concreta hace que esa persona tenga una determinada idea y una determinada perspectiva y no otra, si no se dieran todas y cada una de las circunstancias personales de cada cual, no se daría lo que cada cual pueda dar o mostrar. Más aún, Einstein, más allá, hablaba incluso de la imposibilidad de comprender una obra artística o científica o de otra índole, o una acción, del mismo modo que la persona que lo hizo, pues la vivencia íntima es una y única en el interior de cada persona, por mucho que nos acerquemos a ella, nunca la conoceremos, solo conoceremos nuestra propia percepción sobre aquellas obras y acciones. Así y todo, Cerezo en esta novela gráfica nos deja levemente una entrada a su interior a través de la entrada y reflexión que ha hecho él mismo a recoger y reentregarnos desde su visión obras míticas de la literatura y del Arte. Es una obra, podríamos decir, que abre entradas a múltiples universos interiores personales.
En esta novela gráfica nos narra Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sábato, Luces de bohemia, de Valle-Inclán, Iluminaciones en la sombra, de Alejandro Sawa, y Los paraísos artificiales, de Charles Baudelaire. Preside el libro una cubierta sencilla, en tapa blanda con brillo, en rojo y negro, con una viñeta de Luces de bohemia donde claramente se muestra ese deambular un tanto oscuro, a través de la noche, de estos dos personajes etílicos. En la propia cubierta se puede leer la palabra Ilustromantica, a modo de marca editora que empieza a usar Cerezo, la cual corresponde al nombre de su página de Internet donde suele compartir algunas de sus obras.
Si los relatos salen de esas obras literarias, Cerezo hace innumerables referencias visuales que ayudan a reforzar ideas, pero también a lanzar un mensaje a través de la percepción que nos lanza un segundo hilo conductor del conjunto de la obra. Nos lanza un relato no escrito en letras ni dibujado en el continuo temporal del ritmo del cómic, un relato entreverado y como oculto que no se oculta al salir en destellos de referencias visuales traídas en los momentos oportunos que ayudan a marcar un mensaje de oscuridad que trasciende el tiempo y los espacios y que parece estar latente sobre todas las personas de la humanidad. Así vemos a los borrachos de Velázquez aparecer, o a una famosa fotografía de la década de 1970 donde unos policías apalizan a manifestantes con porras, aparece el Laocoonte pétreo de la Edad Antigua que inspiró a tantos renacentistas, el grito de Munch, las tropas nazis desfilando por las calles, etcétera. También hay referencias literarias a gente como Rubén Darío, e incluso me atrevería a decir que hay alguna referencia a Lovecraft, aunque esta no está citada por Cerezo, quien al final del libro escribe el nombre de todos los autores que le sirven de referencia, aparte de los citados, gente como Alma-Tadena, Magritte, William Blake, Le Brun, Rubens, Rafaelli, Goya, Picasso, Van Gogh, Piranesi, Catalá Roca, Modigliani, entre otros varios. Por todo ello esta novela gráfica puede que incluso le saquen más lecturas y más sabores aquellos que más conocimientos y referencias artísticas y tengan, pero también aquellos que gusten de la reflexión, de la metafísica, de lo oscuro, de la literatura y siempre, siempre, del cómic. A todo ello Cerezo le dota de un sentido propio y una visión particular y lo usa dirigiéndolo a un relato que, como ya he dicho, está dentro del relato general, es una obra de Cerezo haciendo uso de relatos. Crea su propia obra y su propio sentido usando para esa casa los ladrillos en que se transforman todas aquellas interpretaciones del mundo que hicieron previamente los artistas de los que Cerezo gusta visitar y mostrarnos reinterpretados, adaptados a un mundo nuevo que viene de un mundo previo y nunca inexistente.
El cómic está en estricto blanco y negro, en escala de grises, que se ha aplicado de una forma que nos recuerda un poco el resultado que suele tener la técnica de los grabados, técnica artística a la que Cerezo se ha acercado y ha trabajado, la conoce bien. Cada ilustración, cada viñeta, se nota que esta trabajando a mano, no a ordenador, usando lapicero. Se agradece, porque aumenta ese valor artístico que va más allá del mero cómic. En esta ocasión, a diferencia del primer libro, las viñetas no se disponen de manera apaisada dos por página, como cuadros, aunque hay páginas así, ahora se distribuyen también a tres viñetas por página, dando lugar a una apaisada y dos en cuadro, algunas ocupan toda la página, y las hay que llegan a estar en dos páginas, mientras que unas pocas incluso se atreven a hacer algo común en otros cómic, pero no en Alberto, se superponen a otras viñetas mayores para ayudar a construir un orden lógico de lectura que nos da el ritmo de narración que desea el autor. De esta manera Cerezo explora más en las posibilidades narrativas de la imagen en combinación con los textos propias de los cómic, que no pueden eludir que los ojos del lector sigan un orden de lectura, solo jugando con ese orden de lectura, guiando a los ojos ajenos, se logra influir en los ritmos narrativos.
Es un libro que goza de cierta oscuridad, que explora la oscuridad del ser humano y que se transfiere al mundo. Que incluso deja insinuar fuerzas oscuras que guían las vidas. Muestra personajes por otro lado trastornados, desde solitarios que observan a extraños y cuyos impulsos les lleva a bordes inesperados, a ciegos siniestros, esquizofrénicos o con trastornos de la personalidad herederos además de pasados familiares que en su actividad normal hay algo de siniestro, alcohólicos, prostitutas, sectas, drogadictos que pretenden conocer la realidad oculta del mundo a través de su adicción, etcétera. Por cierto que en el ensayo de Baudelaire sobre el alcohol y las drogas, hay un algo que décadas más tarde recogió Huxley en Las puertas de la percepción, y que en cierto modo, desde otra perspectiva, viene a reforzar lo que Einstein dijo en entrevista antes citado.
Todo el libro en sí es altamente recomendable, pero quiero destacar la atención del primer relato, correspondiente a Sábato. Inquietante y sugerente a partes iguales. Todo el libro de Cerezo es uno de los grandes aciertos publicados en Alcalá de Henares y por autor alcalaíno este año 2021.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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