sábado, 2 de marzo de 2024

Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada

Título: Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada.
Autores: Cristina Penalva Pastor; Elena Santiago; Gustavo Vega; Luis Carnicero.
Editorial: [No figura ninguna en los créditos; en contracubierta aparece la palabra "Cástor" al lado de los colaboradores: Junta Vecinal San Miguel de Escalada, Asociación Cultural "Civitas Lancia", Diputación de León e Instituto Leonés de Cultura].
Impresor: Sorles
Año de publicación: 2019 (1ª edición; introducción anónima).
Colección: Encuentros poéticos San Miguel de Escalada
Nº de volumen en la colección: 10.
Género: Poesía. 
Depósito Legal: LE-612-2019 

Ya conocemos a Cristina Penalva a través de su larga trayectoria en Alcalá de Henares como poeta y como organizadora de eventos literarios, así como locutora de Radio Universidad de Alcalá de Henares (RUAH). Fue presentada cuando publicó su primer poemario La palabra invisible (2022). Ya entonces se mencionó que previamente había aparecido en un poemario colaborativo, Décimo encuentro poético en San Miguel de Escalada, realizado y publicado en 2019. Estos encuentros comenzaron en 2010 y continúan actualmente, siendo este año 2024 la de su décimo quinta convocatoria. No paró ni en el año de la pandemia de Covid-19 en 2020, si bien en ese año hubo las medidas y precauciones respectivas. Más aún, fue en ese año que comenzó a publicarse también una revista, Encuentro, con súbtitulo: revista de literatura y artes. No obstante, desde el comienzo en 2010 se ha venido publicando los libros de poesía colaborativos entre varios autores en los cuales Cristina Penalva apareció en 2019. Los encuentros los organiza Alfredo García, en una serie de actos que no sólo incluyen poesía, sino también religión, Historia y arqueología. En ellos han llegado a participar, y aparecer publicados, poetas de la talla como Antonio Gamoneda, Juan Carlos Mestre o José Luis Puerto. En todo caso, en el año de la Covid de 2020, con la aparición de la revista, Alfredo García contó con poetas de Salamanca y de Alcalá de Henares para comenzar con esa publicación, como María Ángeles Pérez y la propia Cristina Penalva. Pero volvamos a 2019 y el décimo encuentro, que fue publicado en el libro que citamos hoy.

San Miguel de Escalada es un pequeño pueblo de León, provincia en la que en cierto modo también tiene lazos Cristina Penalva. Este pueblo cuenta con el Monasterio de San Miguel de Escalada, que en origen era un templo tardorromano que pasó a ser un templo paleocristiano. Con la Edad Media sufrió su abandono hasta que en el siglo X se hizo sobre él una iglesia mozárabe prerrománica que terminó adquiriendo elementos románicos con la llegada de los cristianos en la Reconquista. En él se compuso el Beato de San Miguel de Escalada, con un Apocalipsis iluminado con imágenes que han de funcionar como poesías en imagen. Tanto el templo como algunos medallones de ese beato sirven para ilustra la cubierta y contracubierta del libro que nos ocupa. 

La edición que se hizo tenía impreso un apartado donde se debían numerar a mano los sesenta primeros ejemplares y escribir el nombre a mano de su propietario. Estos primeros sesena receptores eran los poetas participantes. No obstante, el que yo adquirí, por no ser participante, sino alguien que lo compró, está sin numerar ni sin escribir mi nombre. Contaba también con una introducción anónima. Se dividía en cuatro partes, una por cada poeta que escribió. Todos estos poetas estaban más o menos relacionados con León. Son de gran calidad literaria. De los tres poetas no alcalaínos y cuya obra no tiene que ver con Alcalá, Elena Santiago, Gustavo Vega y Luis Carnicero, hay que decir que los trajo Cristina Penalva a finales de 2019 al Pub Imperial de la calle Escritorios de Alcalá de Henares, a su evento poético mensual "El 20 a las 20", donde leyeron los poemas de este poemario.
 
Creo muy destacable la contribución de Elena Santiago, con un poemario reflexivo donde la poeta hace una reflexión autocrítica al paso de los años en torno a la idea de si, en las cercanías de los pasados perdidos y el presente yendo hacia una luz muda, no habrá sido uno mismo responsable de las propias sombras de su vida. Es algo más complejo, aunque básicamente está ahí el entorno de la temática, que coquetea a cierta distancia con un algo místico desconocido que se deja leer entre líneas que ni se sabe si existe, ni se sabe si no existe, lo que lleva a esa autorreflexión de lo vivido. Tiene un poemario de verso largo, a veces en prosa, muy inteligentemente montado. Elena Santiago falleció en Valladolid en 2021. Había nacido en Veguellina de Órbigo (León) en 1936.
 
Gustavo Vega (León, 1948) tiene un poemario más formal, de verso breve, que va siguiendo una disposición de evolución de días en el calendario, por lo que un poema se sucede a otro, pasándose incluso fórmulas en torno al verbo "decir" que hacen que haya una continuidad. Se queda en un anhelo de lo que se desea decir o hacer o vivir con el otro y que queda pendiente. Mientras hay un poso de luz y silencio que lo llena todo, que puede tener una resonancia entre mundana y religiosa, según se quiera entender. Combina esto con poemas visuales en forma de ilustraciones con determinadas palabras, al modo experimental futurista, aunque muy lejos de lo que sería la ruptura total del futurismo con el lenguaje. 

Luis Carnicero (La Bañeza, León, 1953), que cierra el libro, es el más complejo de los cuatro poetas de esta obra. de hecho es altamente complejo de leer y de entender. También es un arquitecto vanguardista. No es una lectura fácil ni de dificultad media. Requiere de un ejercicio de reflexión muy alto y de tener tiempo con uno mismo para poder meditar sobre lo que nos quiere transmitir. Es posiblemente el que tenga una clara disposición a una vivencia personal e íntima con Dios, con el Dios cristiano. Dios como un ente de luz y silencio que lo llena todo y es a la vez pregunta y respuesta. Es el horizonte mismo inalcanzable que todo lo llena, el aire inasible que respiramos. "Todo en la luz es reflejo de un sueño", dice el poeta, también afirma, en una metáfora asequible y entre la filosofía y la teología, que el ser se oculta en el verbo disfrutando del goce de los brotes. Desentrañarle es un ejercicio de lectura muy sano y nos lleva a reflexión. Puede que sea una poesía mística adaptada al siglo XXI con todo un barroquismo adaptado a los tiempos actuales, pero con preocupaciones y dudas atemporales. 

Pero la autora netamente alcalaína por nacimiento, derecho y por hechos, es Cristina Penalva Pastor, quien ya ha sido presentada en estas notas. Como ya se ha dicho sus poemas en este libro de 2019 son previos a su libro de 2022, mientras entre medias, en 2020-2021, colaboró con la revista que se derivó de estos encuentros de San Miguel de Escalada. Ella lleva muchos años escribiendo, desde 2001 como terapia por acontecimientos de su vida, y muchos años participando en recitales, si bien su primera publicación en libro fue esta de 2019. Más aún, en el libro aparecen algunos que pasarán a ser parte de su libro de 2022, siendo que uno de ellos le dará título, el citado La palabra invisible. Así que mucho de lo que se dijo en las notas de ese libro vale para el comentario de su aparición previa en este otro. ya estaban presentes. Desde una cierta religiosidad que cae en lo místico con el cristianismo, pero ahondando en numerosas diosas de otras religiones entre orientales y paganas, a un aspecto humano mundano basado en la emocionalidad íntima. 
 
Hay de Cristina Penalva otros poemas que no aparecen en el otro libro posterior, que también reflexiona entre qué es aquello que se oculta entre palabra y palabra, en el silencio y en la luz, temática central de ese décimo encuentro de poetas. Hay en su lectura una reivindicación de la mujer desde la mística y las diosas de diversas culturas, diosas que se relacionan de manera directa con la poetisa, con el ser de ella. Y en medio de todo esto se deja traslucir a la vez una ausencia que parece duele, aunque no impregna todos los poemas. Son sutilezas a captar por el lector sutil. 
 
(...)
la noche es el nombre no dado
es la gran fingidora
del silencio y de la luz
(...) 
 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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