Autor: Santiago Expósito Amaro (Kamawookie).
Editorial: Domiduca Libreros.
Año de publicación: 2024 (1ª edición; prólogo de Amparo Jessica Herrera Santiago).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-127073-6-6
El libro deja amarrado más fuertemente su vínculo con el rock y el punk recurriendo a un recurso interactivo que ya hemos visto en otros libros actuales: la inclusión de códigos QR que, con ayuda de un lector electrónico, normalmente en teléfonos móviles con Internet, te hace escuchar canciones seleccionadas por el autor para escucharlas en determinados poemas. Un recursos que va cogiendo fuerza en algunos libros actuales, pero que es totalmente efímera, pues aunque ahora es un vínculo cibernético que funciona y puede que duré unos años, esto son licencias de contratación entre tal empresa del QR y tales otras que disponen en este caso de archivos sonoros, como empresas privadas que son, durarán lo que durarán, si bien sus archivos a veces son borrados, removidos o caducados por las personas que originalmente los pusieron. No es la primera vez que nos encontramos enlaces de este tipo, no necesariamente mediante QR, que ya no llevan a ningún lugar más que al mensaje que te indica que el enlace al que intentas acceder ya no existe. En este sentido es importante saber que en pleno siglo XXI la Literatura trata de jugar con el sonido, a veces con la imagen, gracias a las nuevas tecnologías, pero que los escritores deben comprender que su obra no puede depender de eso, sino, si lo desean, como mucho, sugerirlo como algo ideal como acompañamiento, pero no necesario.
Entre los versos podremos identificar referencias a The Rolling Stones, Deep Purple, Jimi Hendrix, Dire Straits, John Lennon, The Doors, Tom Waits, Nick Cave, entre otros, pero también españoles como Extremoduro, Barricada o Leño.
En todo caso, el poemario es algo más que eso, pues no hay tanto una temática central concreta, sino varias líneas generales tal vez desarrolladas en el pensamiento del poeta de 2020 a 2023, incluida la denuncia social contra la guerra actual que desarrolla Israel en la Franja de Gaza, el refugio en la bebida y los bares de rock durante la noche, sintiéndose incomprendido, o el desencuentro amoroso y sexual en su vida, entre otros temas. Posiblemente se trate de un primer poemario que como tal recoge lo que el autor ha considerado lo mejor que ha escrito en poemas. Previamente ha publicado relatos en los libros: El coleccionista de finales felices y A la sombra del Siglo de Oro, donde demuestra su conocimiento del cuento y de la cultura clásica, así como también la Literatura española de los siglos XVI y XVII, lo que le delata como persona formada en Humanidades. No obstante, su prologuista, Amparo Jessica Herrera, es una Humanista titulada por la Universidad de Alcalá, en proceso de doctorarse, que ha trabajado de editora de libros de texto, relacionada con las mitologías antiguas.
El propio autor denomina sus poemas como algo que le surge de manera espontánea desde dentro de sí mismo cuando surge el momento, por lo que estaríamos hablando de un poemario pasional. Pero en cierto modo sí que hay una reflexión, pues del mismo modo que hay referencias a letras de canciones de autores del rock, hay también enumeraciones de pintores (Dalí, Picasso, Van Gogh, Miguel Ángel...), de cine y de escritores, como Dante, que es citado explícitamente y cuyo Infierno y descenso al mismo es referenciado, a menudo unido al viaje de superación de la enfermedad en la soledad en un hospital o padeciendo los efectos secundarios de medicamentos y terapias como la quimioterapia. Tiene mucho de poemario sostenido en la cultura popular. Es relativamente recurrente que en los poemas haya sucesiones de referencias o de imágenes, haciendo ese efecto de listado que ayuda a potenciar una idea sobre lo que se nos quiere expresar recurriendo a puntos comunes de la cultura popular o del conocimiento popular, depende del caso. A esos "listados" les suma la repetición de paralelismos en los versos y de anáforas. Es la base del estilo de conjunto del poemario.
Una cama grande y a solas no es una cama.
Es un océano.
Un cuerpo desnudo y a solas no es un cuerpo.
Es un náufrago a la deriva.
(...)
También es un poemario basado en el verso breve y poemas largos, que a veces rompen la métrica para caer en el más puro verso libre. El lenguaje empleado y las expresiones, las repeticiones mismas de algunas partes casi a modo de estrofa o de "motivo central" o "tema central" ("leit motiv") hacen pensar que es posible que una buena parte de estos poemas hayan sido compuestos o bien para pasar a ser canciones de rock o bien compatibles con ritmos y tiempos de rock al leerlos o leerlos canturreados.
Hay denuncias sociales, especialmente apuntando con el dedo a los más poderosos, sean empresarios o políticos, que han creado un mundo en el que tratamos de sobrevivir acordes a sus normas, pero intentando vivir al margen de lo políticamente establecido como correcto. Sin embargo, el poemario, vuelvo a repetir, parece tener como destino ahondar en el carácter de la soledad individual especialmente del marginado por su comportamiento diferente al resto, y en la lucha de supervivencia personal y los refugios de esa supervivencia, especialmente cuando se ha bordeado la muerte o grandes padecimientos que nadie más puede hacer por ti o donde nadie más estará contigo por muchas muestras de cercanía recibas de otros. En este sentido, destacan especialmente los poemas donde Santiago Expósito hace desarrollo de su reflexión poética.
lágrimas que caen del techo,
muebles desvencijados
y la calefacción rota,
paradójicamente.
Es una sala de urgencias
con enfermeras corriendo.
El Infierno es veneno,
un dulce veneno
que te bebe de bar en bar
con el alma a precio de saldo.
Es la quimioterapia
como calvario.
Son muchos años
de resquemor por dentro.
El Infierno son reproches,
reproches interminables,
sin ningún diálogo.
(...)
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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