domingo, 11 de agosto de 2019

Alrededor de mí mismo, de mi pueblo, de La Mancha

Título: Alrededor de mí mismo, de mi pueblo, de La Mancha
Autor: José Chacón. 
Edita: Diputación Provincial de Cuenca.
Año de publicación: 2005 (1ª edición; con nota introductoria de Luis Muelas Lozano e introducción de Julián Coba Moya)
Colección: Ediciones Provinciales. 
Nº de volumen en la colección: 31. 
Género: Poesía.  
ISBN: 978-84-87319-02-5
 
Ya habíamos presentado a José Chacón con su primer libro Por los caminos, de 1974, hoy le recuperamos para poder hablar del que fue su primer libro póstumo, Alrededor de mí mismo, de mi pueblo, de La Mancha. Se trataba de una recopilación de poemas que elaboró la Diputación Provincial de Cuenca con motivo de una línea editorial que había lanzado para recuperar y potenciar aquellas obras de autores conquenses que de otro modo se hubieran perdido en el tiempo. Ocupó el número 31 de la colección Ediciones Conquenses. José Chacón había nacido en 1910 en Los Hinojosos, como ya se explicó, y con este motivo tanto la Diputación Provincial de Cuenca como Los Hinojosos le rendían tributo. José Chacón había muerto en la primavera de 1988, su último libro publicado fue otra antología que le hizo la Fundación Colegio del Rey, en Alcalá de Henares, en 1985. Aún quedarían otros dos libros póstumos por salir de él, pero este Alrededor de mí mismo, de mi pueblo, de La Mancha fue el primero de ellos, en 2005, a diecisiete años de distancia del fallecimiento.

El libro era un pequeño librito de bolsillo, en rústica, con un tono de color arcilloso que enmarcaba tanto el título y el nombre del autor como un cuadro sobre la llanura que supone el clásico campo de la meseta manchega. Tenía por tanto un diseño pensado para dar una idea de libro apegado a la tierra y al mundo sencillo y rural. Contaba con una nota introductoria del Presidente de la Diputación Provincial, Luis Muelas, y con una introducción de Julián Coba que recordaba su origen conquense y su naturalidad de Los Hinojosos, si bien en Alcalá de Henares es donde desarrolló su trabajo, familia y obra principal. En las primeras hojas también se añadió un pequeño poema del propio Chacón dedicado a Manene, un amigo suyo, que sirve a modo como si el autor le hubiera dedicado la obra recopilatoria. Además, al final del libro, en dos páginas, aparecía una fotografía de él en edad avanzada y una breve biografía. Ya la anterior vez repasamos su biografía, baste por añadir que tuvo ocho hijos. Publicó en los diarios ABC, Diario de Cuenca y otros ya citados la anterior vez, siendo la revista Llanura una publicación que él ayudó a crear desde 1962, en ella también aparecen Luis de Blas, Tomás Ramos, Pedro Gallardo, Pelayo Fernández, Julio Ganzo y otros autores que igualmente algunos tienen que ver con Alcalá de Henares. Y quepa por añadir a esto y a lo que ya se dijo que en 1981 recibió la medalla de San Raimundo de Peñafort.

El libro en general compiló poemas de larga extensión (algunos dedicados por el propio autor a determinadas personas o lugares), estaban casi todos en métrica menor, en una estricta composición de octosílabos, que en unas pocas ocasiones se pasaban a métrica mayor, aunque por pocas sílabas, pues serían de diez. A estos poemas les acompañaban un grupo que eran sonetos con su métrica respetada al completo. En todo caso, el grueso de los poemas del libro se aproximaban a lo que desde el estudio de la Literatura de la Edad Media se conoce como estrofa castellana. Digo que se aproximaría, y no que sería, pues la estrofa castellana, también llamada estrofa de diez versos, son diez versos octosílabos con rima consonante y estructura de cuatro versos rimados abba y seis versos rimados ababab (o bababa), entrelazados entre sí, siendo libre si el cuarteto va antes o después del sexteto. Aunque el grueso de los poemas de Chacón se aproxima a estos, está claro que no cierra las estructuras cada diez versos, sino que suma muchos más versos. En todo caso sería, en este sentido, un libro más castellano de lo que su propia temática nos puede hacer pensar. 

"He vuelto otra vez, dudando
si será aquel lugar
que me pide regresar,
y aquí estoy, solo, pensando:
¡Cuántos placeres soñados!
¡Cuántas metas sin lograr!
¡Cuántos caminos andados!
¡Cuántos, cuántos por andar!
¡Cuánta maleza en mis huertos!
¡Cuántos aromas nocivos!
Y ¡cuántos recuerdos vivos
de tantos amigos perdidos!
(...)"

El temario en general regresa una y otra vez a todo tipo de recursos y temáticas que recuerdan al mundo rural, no obstante es probable que el compilador estuviera pendiente de que el editor y el público potencial de la obra fuera gente de Los Hinojosos y de Castilla-La Mancha principalmente, aunque fueran conscientes de que en Alcalá de Henares José Chacón era una figura literaria de primer orden. Quizá por eso mismo sirve de puente entre los dos lugares geográficos algún soneto con temática cervantina, en concreto de El Quijote.

"Esta tierra de locos, heredad de Quijotes
suprema sibarita de costumbres y modos
(...)
es el gran semillero de Goyas y Cervantes"

Estos versos en el poema "Este trozo de España", o bien se puede leer también en "Envidia":

"Véndeme el rucio, Sancho. Dime el precio
si lo entiendes, que no te regateo.
Te doblo su valor. Es un deseo;
palabra de varón que me precio.
(...)"

Pero claro está que prima la temática rural y manchega, y para ello toma imágenes comunes de las rutinas campestres de La Mancha. En "Vendimia y vendimiadoras" toma en romance la vida de las mujeres dedicadas a la vendimia y las transforma en damas bellas casi de folletín a la par que fuertes trabajadoras, cuyo galán enamoradizo de ellas es el arriero. Mientras, en "Caminos de la molienda" vuelve otra vez al romance, siendo el protagonista ahora el jornalero que va de molino en molino alquilando su fuerza de trabajo para la molienda, mientras las molineras le toman por galán y los hombres admiran su esfuerzo y trabajo. En cierto modo se trata de retomar el romancero castellano dándole casi un toque de poesía obrera y popular, como hizo Miguel Hernández con sus ideas socialistas durante la guerra civil. Posiblemente en José Chacón cobren importancia las imágenes vividas que tenga en su retina, pasadas a poemas, junto a cancioncillas populares. Pareciera según se le lee que estos poemas nacieran de una cierta tonalidad musical fácil de cantar a modo popular, por ejemplo en las labores del campo o en la taberna en la fiesta, pongamos por caso de la vendimia misma. 

José Chacón solía recitar dando una determinada tonalidad y teatralidad muy característica a su obra, lo que probablemente ayudó a generarle un público asiduo. Por ello es probable que muchos de sus poemas estuvieran compuestos desde una visión de la poesía apegada al cante popular y a las historias populares. Claro está que esto también hace que abunden los signos que nos quieren guiar en la lectura para tratar de alcanzar la tonalidad que busca Chacón, hay abundancia de explosiones sonoras a través de las exclamaciones.

"¡Qué pena me da tan triste,
aquel molino de viento,
con las velas descosidas,
cubil de grajos y cuervos!
A la puerta del molino
¿en qué piensa el molinero?
¿En la vejez del molino
en su recio traje negro?
(...)"

Por supuesto que Los Hinojosos está presente en el libro también de modo directo, no sólo indirecto, a través de numerosos poemas que recogen los recuerdos del autor y su infancia.

"Plaza Mayor de mi pueblo,
donde jugué con los niños
junto a las gradas de piedra
de granito carcomido
del Pozo Viejo, que tiene
del visigodo vestigios.
(...)".

Pero sería injusto sostener que este libro sólo tiene por motivo el mundo rural y lo referente a La Mancha. Va mucho más allá, aunque bien es cierto que con esa reminiscencia casi de romancero castellano. El tono del libro tiende por lo general a ser recuerdos del autor y melancolías, con lo que nos deja traspasar una sensación del paso del tiempo y la imposibilidad de recuperar lo pasado. Lo inexorable del paso del tiempo es la mayor de las constantes de todos los poemas recogidos. "Por el camino, en silencio / va y viene la caravana (...)", "Vengo del cementerio. / Allí me dejé el alma (...)", "Da pena ver la iglesia derruida; la secular iglesia del lugar (...)", "(...) andando y andando el camino / las cosas y la vida cambian (...)", y así muchos versos de numerosos poemas. Es por ello este poemario un poemario altamente apegado a la tierra y al lugar de origen, al mundo rural de La Mancha, pero sobre todo sigue apegado al existencialismo y lo inexorable que ya tuvo constancia en 1974 en el libro Por los caminos. Probablemente la muerte de los padres (tal como se lee en su primer libro) marcó el alma del poeta, por lo que el asunto del existencialismo y la búsqueda de la raíces perdidas es algo que le resulta fuente constante de versos como expresión de sus emociones.

En todo caso, compartamos el soneto que compone la primera parte de "¡Cómo me duele!", el cual le dedicó en exclusiva a Los Hinojosos, el cual ahonda mucho más que en ser un mero poema laudatorio a su lugar de origen, pues delata una España profunda, rural, lenta, adormecida, olvidada de la España moderna, y que sin embargo es la esencia del origen, y quizá por ello no nos resulta una crítica, sino toda una alabanza espiritual no tanto a un pueblo si no a un estado de paz o de génesis. Pensemos además que según leemos en el segundo verso José Chacón nos aclara que no habla de Los Hinojosos en los tiempos actuales, sino de otro Los Hinojosos, del que vive en su memora, o sea: el de la inocencia presunta del tiempo pasado, el del origen, el de la niñez, el que está aún virgen de los vicios y la pérdida de una visión menos compleja de todas las cosas. Pero a la vez es un poema social del drama de la España rural sin futuro para su juventud. Tiene en sí además componentes de poesía emocional, a modo de confesión íntima, y también de crítica económica, e incluso de existencialismo. En fin, el poema más que laudatorio admite otras muchas interpretaciones.

Quiero hablaros del pueblo en el que nací.
-Conste que sigue vivo en mi memoria-
Desnudo; sin presente; sin Historia,
y sin futuro, claro, para mí.

Blancos caminos. Tierra carmesí,
semi regada por antaña noria.
Los claros candidatos a la gloria,
jamás son elegidos. Por allí,

no pasó nunca el tren. Va más arriba.
Lo trazaron así, los ingenieros
y conveniencias de amplios regadíos

y seguirán las curvas mientras viva.
¡Tren! ¿Para qué? Ya hay viñas y corderos.
¿Que no viene ABC? ¡Muy señor mío!

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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