sábado, 9 de noviembre de 2024

Relatos solidarios. De la mano con nuestras familias saharauis (20 años de acogida)

Título: Relatos solidarios. De la mano con nuestras familias saharauis (20 años de acogida).
Autores: Marisa García González y María Sandín Vázquez (coordinadoras); varios autores.
Editorial: Entrelineas Editores.
Año de publicación: 2023 (1ª edición; prólogo de Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui Alcalá de Henares).
Género: Memorias; Ensayo; relato.
ISBN: 978-84-127356-4-2

 

La Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Alcalá de Henares, que es una organización no gubernamental de ayuda solidaria, se fundó en la ciudad en 2003 y pertenece a una federación madrileña más amplia con los mismos fines. En 2004 el ayuntamiento de Alcalá de Henares firmó un acuerdo de amistad con la daira Dchera, en la wilaya de El Aaiún, mediante el cual la ciudad da ayudas económicas y humanitarias mediante los que se han sostenido una escuela, una guardaría, programas deportivos, asistencia para dar desayunos y un programa llamado "vacaciones en paz" mediante el cual los niños de Sahara Occidental de los campamentos pueden venir acogidos por familias alcalaínas a pasar los veranos aquí. Todo esto se ha realizado por el ayuntamiento gracias a la ayuda e intermediación de la Asociación Amigos del Pueblo Saharaui de Alcalá de Henares, especialmente el programa de acogidos "vacaciones en paz". La Asociación además tiene sus propias actividades tanto recaudatorias, como informativas, como asistenciales y se hace presente cada cierto tiempo entre los vecinos con un puesto itinerante en la Calle Mayor o la Plaza de los Santos Niños donde se muestran artesanías y otros artículos, que a veces se venden  para lograr fondos de ayuda y a veces sólo se exhiben, como en el Día de los Pueblos del Mundo. Así por ejemplo, entre los materiales informativos que han editado consta desde una película documental donde se explica la importancia de hacerles llegar palanganas para acumular agua, El compás de la lucha (2005), cosa que en esos años hicieron, también como un libro que publicaron en 2023 llamado Relatos solidarios. De la mano con nuestras familias saharauis (20 años de acogida).

El libro Relatos solidarios fue publicado a través de Entrelíneas Editores, de María Eugenia González Cintas y Carmelo Segura, y fue impreso y distribuido por Cenit Hispano y por la propia asociación alcalaína. Fue coordinado por Marisa García González y María Sandín Vázquez. Compilaba una serie de relatos escritos por familias de acogida de los niños y niñas saharauis que vienen a Alcalá de Henares en verano, saharauis y personas de la asociación. Son breves historias de experiencias, razonamientos y percepciones personales de apenas dos, tres o cuatro páginas cada una, con fotografías en algunos casos. Por tanto se reúnen aquí montones de personas que, con carácter solidario y no necesariamente escritores, de muy diversos ámbitos y sectores de la sociedad, coinciden aquí con dos nexos: Sahara Occidental y Alcalá de Henares. Sirve así como testimonio para difundir los problemas actuales de este pueblo, como la solidaridad complutenses, o también para, en un futuro, ser uno de los factores sociales de la ciudad a tener en cuenta por nuestra Historia reciente. Tengamos en cuenta la antigüedad y asentamiento de esta asociación en unos tiempos en los que el año pasado, 2023, el gobierno de la nación ubicó en la ciudad un centro de acogida para emigrantes de África sin documentos que provocó por parte de la alcaldesa Judith Piquet (Partido Popular, PP) una serie de declaraciones que se podrían considerar xenófobas, cosa que este año 2024 le valió ser citada por los tribunales como sospechosa de haber difundido una noticia falsa de seguridad ciudadana usando (mal) unos papeles de la policía a los que en principio no debía tener acceso, al menos para ese fin. El caso sigue su curso.

La Historia de Sahara Occidental en relación a territorio vinculado a España comienza desde el último cuarto del siglo XV, cuando tanto por la conquista de las islas Canarias como para asegurar la seguridad de los barcos que iban a América en el siglo XVI se decidió conquistar determinados pequeños territorios costeros. Sin embargo, no fue hasta una guerra con Marruecos que en 1860 el Sahara Occidental pasó a ser de España, cosa que se confirmó por el resto de grandes potencias en 1884 durante la Conferencia de Berlín. Entre 1957 y 1958 hubo una primera insurrección independentista que derivó en la Guerra de Sidi Ifni, dando por resultado que en 1958 el gobierno español comenzó a tratarla de manera legal como una provincia más al mismo nivel que el resto de provincias de España. En 1967 la Organización de Naciones Unidas (ONU) recomendó su descolonización, implicando con ello que la mayoría de países consideraban que el territorio era de hecho una colonia y no una provincia, aquello potenció la organización de entidades independentistas tanto políticas como armadas desde 1968. Entretanto, Marruecos reclamaba Sahara como territorio propio, cosa que también hacía Argelia y Mauritania. En 1975 Marruecos inició una marcha llamada "Marcha Verde" que en pleno momento en el que el dictador Franco moría, e inmersos también en una política de Guerra Fría en lo internacional con mirada en el paso de Gibraltar, hizo que España decidiera abandonar Sahara, pero las acciones de Marruecos y el Frente Polisario aceleraron la descolonización en 1976 sin haber cerrado del todo correctamente nuestros vínculos ni haber logrado darles lo que la ONU pedía, que fueran un territorio plenamente autónomo. 

Desde 1976 han vivido episodios de guerra, de invasión, de paz pero con restricciones, sin autonomía, presiones de Marruecos y demás. La posición de España siempre ha sido de mediador, pero sin intervenir de lleno. Lo común, gobernase quien gobernase, ha venido a ser que, por nuestro pasado y herencia común, España apoyase a Sahara Occidental en su intención de ser autónomos. Esto ha venido siendo así de manera oficial hasta que, tras la ruptura del alto el fuego entre Marruecos y Sahara en 2020, Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, decidió desequilibrar la zona reconociendo a Marruecos como soberano de Sahara desde diciembre de aquel 2020. Y eso, en 2022 y sin dar explicaciones a los españoles, hizo que el presidente de España, Pedro Sánchez (Partido Socialista Obrero Español, PSOE), cambiara la postura tradicional de España para apoyar la propuesta de Marruecos de que Sahara Occidental sea una autonomía suya. Aquello enemistó a España con Argelia, pero este 2024, recientemente esa relación se ha recuperado en parte después de que Francia hiciera la misma jugada a comienzos de este mes de noviembre. A nadie se le escapa que Donald Trump volverá a ser presidente electo de Estados Unidos desde enero de 2025.

Al margen de la política internacional, de la que depende mucho el destino de las personas del pueblo saharaui, ya que el conflicto abierto hace que muchos de ellos vivan en campos de refugiados en el desierto y zonas áridas, sin demasiado futuro, la gente común de la sociedad española, en general y al margen de su tendencia política, suele estar de parte de los saharauis, de la gente común. Hay una conciencia de que hasta hace muy poco ellos y nosotros éramos parte de lo mismo, del mismo modo que se es consciente de cuestiones de supeditación o racismo del pasado, pero en general, también gracias a que hablamos el mismo español, hay una conciencia de que venimos del mismo lugar de pasado común. Más aún en los últimos años en los que los historiadores más leídos comienzan a abrirse a dar más conocimiento público a ese pasado común. Y en general, salvo casos muy concretos y politizados, hay una percepción de que España no hicimos las cosas bien en 1975-1976, así como que no se observa con buenos ojos las ambiciones marroquíes sobre Sahara sin contar con la opinión de los saharauis. Las penurias de los campos de refugiados en el desierto son un dolor ante los ojos de los españoles. Son una herida abierta para ellos y para nosotros. Por ello, acciones como "vacaciones en paz" están muy difundidas por toda España, no sólo por Alcalá de Henares. Se trata de hacer ver a los niños saharauis que hay más futuro más allá de lo estéril, con ánimo de darles tanto una infancia más allá de un campo de refugiados, como una visión que les anime a mejorar la vida de los suyos cuando crezcan. 

Sea como sea, el libro tan sólo recoge experiencias personales y percepciones personales de alcalaínos y personas relacionadas con el proyecto alcalaíno, con unos valores humanos por encima de cuestiones que puedan caer en lo político o lo activista. Sirve así también de termómetro social de cómo es una parte de la gente de Alcalá, abierta y generosa, concienciada y con ganas de aportar. 

La cubierta del libro fue diseñada por Yadira Castillo, mostrando una foto en blanco y negro de una mano española sujetando la mano de una mano infantil saharaui. Maquetó el libro Diego Alcaraz y Estela Milanés, mientras que revisó y corrigió los textos Diego Alcaraz, dado que, como se ha dicho, escribieron personas comunes, normales y corrientes, no dadas necesariamente a escribir para un público lector. Indicaba el libro además que dos céntimos de cada ejemplar comprado iba a la plantación de árboles, claro que en realidad la compra del libro recaudaba y recauda fondos para ayuda humanitaria al Sahara Occidental que gestiona Amigos del Pueblo Saharaui. Aún está disponible en algunas ocasiones que sacan su mesa informativa a la calle cuando pueden.


 Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 2 de noviembre de 2024

Parajes de lo incierto

Título: Parajes de lo incierto.
Autor: Óscar L. Ayala.
Editorial: Alacena Roja.
Año de publicación: 2013 (1ª edición digital); 2014 (1ª edición impresa; prólogo de Enrique Villagrasa).
Género: Poesía.
ISBN: 978-1493606139


Hemos hablado hasta ahora en estas notas de Óscar Ayala como profesor de Educación Secundaria que ha publicado varios libros pedagógicos para la Enseñanza Primaria y la Enseñanza Secundaria, así como Bachillerato, pero comentábamos en aquella primera nota sobre él que también es un poeta de Alcalá de Henares, activo en diversos recitales públicos junto a otros poetas, como los que se celebraban en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá en la década de 2000, como el del "No a la Guerra" de 2003, donde yo también participé y coincidimos en balcón, o los que se celebraban entre 2015 y 2016 en el bar El Laboratorio. Ayala ha muerto relativamente joven en la primera mitad de este año 2024, razón por la cual salió la noticia en prensa local, mientras algunos volvían a publicar en papel de periódico poemas suyos y el Instituto de Educación Secundaria Antonio Machado le dedicaba todo un homenaje que llenó su sala de numerosa gente pública de la cultura, la educación y la política alcalaína. Por todo ello, quepa hoy comentar uno de los libros de poesía que nos ha dejado Ayala. Hagámoslo con Parajes de lo incierto, libro que publicó en digital en 2013 y que en 2014 lo hizo en papel, con prólogo de Enrique Villagrasa, a través de la editorial Alacena Roja. Contaba el libro con unas cubiertas rústicas solapadas, en colores térreos, que tenía en su cubierta el cuadro Paisaje Infernal, hoy día atribuido a un discípulo de El Bosco y exhibido en el museo de El Prado. 

Óscar Ayala nació en Carpio de Tajo, en Toledo, en 1967. Estudió Filología Hispánica, Derecho y Humanidades, se vinculó a la Universidad de Alcalá de Henares, más o menos también en el entorno del catedrático cervantista y escritor Emilio Sola. De hecho como investigador en Alcalá de Henares, donde se asentó, se orientó a profundizar en la vanguardia literaria española, aunque a pesar de ello también realizó estudios y ediciones críticas de El estudiante de Salamanca, de Espronceda, y de El Buscón, de Quevedo, entre otros autores clásicos. Es en esta etapa de la década de 2000 que participa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Alcalá de Henares de recitales experimentales en el Día de la Palabra, que poco después el propio ayuntamiento hará marca de ello, cambiándole el sentido original que le dio tal facultad en su origen, incluido el "No a la guerra" de 2002-2003, con motivo de protestas pacíficas contra la Guerra de Irak que apoyó el gobierno de España en manos de José María Aznar (Partido Popular). Combinó la gestión cultural y la labor editorial con hacerse profesor de educación secundaria en el Instituto Antonio Machado de Alcalá de Henares (antigua Universidad Laboral de Alcalá). Se involucró de parte de la vida cultural de la ciudad, especialmente ligada con la Universidad y lo académico. Fundó y dirigió la editorial Fugaz Ediciones. Ganó diversos premios literarios de poesía y relato. Su primer libro publicado fue el poemario Atanor. Parque de atracciones poéticas (2001), aunque publicó otros varios, como Meskerem (2012), el presente Parajes de los incierto (2013), El síndrome Panero (2015), Voix Vives, antología toledana 2018 (2018), Sueños de lirios (2019) y Yacimiento (2023). Destacó a un nivel nacional por dirigir la colección de poesía Rayo Azul, de la Editorial Huerga y Fierro, razón por la cual su fallecimiento en este 2024 tuvo eco en la prensa y secciones literarias de España, no sólo en Alcalá de Henares. Como se ha dicho, en 2015-2016 participó de la vida cultural de El Laboratorio, donde se cruzaron y se conocieron diversas generaciones de creadores de la ciudad. Él también publicó diversos manuales de educación primaria y secundaria entre 2012 y 2023. Estos mismos manuales los usaba como profesor en su plaza como tal en el instituto Manuel Azaña, donde coincidía con otro profesor, este de Historia, también poeta, Carlos Mazarío.

Parajes de lo incierto comenzó a crearse, sin que el propio autor aún lo tuviera en mente en 2001, año en el que sí creó y publicó su primer poemario ya citado, Atanor. Parque de atracciones poéticas. La cuestión es que en 2001 escribió ya algunos de los poemas del poemario que comentamos y que terminó apareciendo en digital en 2013 y en papel en 2014, ya completo con todos sus poemas actuales. Para el gusto de quien esto escribe, es su poemario más perfecto, pero además pareciera que lo escribiera él mismo para este 2024. Paradójicamente, por su temática, el lector podría pensar que lo estaba escribiendo a sabiendas de una larga enfermedad terminal, cosa que no es el caso, no que uno sepa. Dado que su inicio empieza en 2001 y se podría dar por acabado en 2013, queda muy lejos del diagnóstico de la enfermedad que nos privaría de su presencia en los primeros meses de 2024. Cabe la posibilidad de que hacia ese 2013, o quizá para su edición en papel de 2014, pudieran tener ya los médico y él mismo algún atisbo, y por ello que algunos poemas empezaran a orientar a la obra en ese sentido. Sin embargo, este dato lo desconozco. Podría caber como hipótesis para un lector que desconozca los datos más al detalle de su vida, como es el caso. Sea como sea, al margen de datos biográficos hipotético, motivaciones posibles y contexto creativo y personal del autor, la obra tiene una potencia por sí de gran valor literario, humano y personal.

Efectivamente, el título ya de por sí nos indica el elemento motivador como poemario de conjunto, el leit motiv. Parajes de lo incierto hace referencia concreta y metafórica a aquellos lugares desconocidos a los que nos dirigimos en la vida, no exactamente lugares físicos, sino a aquellos lugares existentes o inexistentes que puedan haber tras la vida, lo incierto, la incertidumbre de a dónde va la existencia. El muy extenso poema XIII es quizá uno de los poemas que mejor recoge esta motivación de la obra. Fijémonos en sus últimos versos:

(...) 
Y la noche en la noche se derrama
y se pregunta el héroe
qué hará cuando rebose.
Y a veces
-demasiadas-
se pregunta
dónde duerme su nombre,
agazapado, esquivo,
y sobre todo
se pregunta
cuándo saldrá a su encuentro.
No es verdad que vendrá.
Tan sólo aquel que sabe que la feroz rompiente
es tumba
llega.

La perduración del nombre propio y de las palabras pronunciadas o escritas en vida es lo que en el poema se sugiere que otorgan cierta vida posterior a la muerte, aún a pesar de que la inexistencia será la que primará al que una vez existió. El héroe, que no es otro que la persona, cualquier persona que ha vivido, que vive, espera al menos su nombre en su tumba para ser recordado y pervivir. Espera un reencuentro desde la otra vida con esta vida, y se pregunta por el momento en el que esto ocurra, pero dice Ayala que no es verdad que ese encuentro prometido de vida ultraterrena se vaya a producir porque si el mar es la muerte, haciendo alusión al poema fúnebre de Jorge Manrique, y las olas entonces son el ir y venir de vida, existe una rompiente de olas que es la tumba, por lo que jamás se regresa a la tierra. La muerte es permanente. 
 
Pero es cierto que la palabra se transforma en lo único cierto que queda tras la muerte, si se conserva, sólo que nada garantiza el recuerdo ni de la palabra ni del nombre, y esta idea se repite de muy bellas formas a lo largo de bastantes de los poemas del poemario; en algunos de esos poemas dice: "suéñame dulcemente, / inalcanzable verso"; o bien:  "En lo más alto de lo blanco el sacrificio / de la memoria / florece"; y también: "¿Esa ciudad es, dime, mi destino? / ¿Tanta luz es posible, tanta energía / libera una metáfora?". Y sin embargo, ante el conocimiento de la muerte y lo incierto de los parajes tras ella, el héroe, que es todo aquel mortal que la única certidumbre que tiene de sí es que ha de vivir sin saber qué hay detrás de la vida, se dice en otro poema: "No quiero, sin embargo, estar presente / el día de la victoria. / No hay victoria sin muerte"

Resulta interesante en el poemario una nueva línea poética, tal vez entre lo experimental y la edición crítica, que Ayala nos introduzca en varios poemas notas a pie de página de algunos versos indicándonos caminos variables que pudo haber tomado, como versos bifurcados, apócrifos al poema, pero también versos y palabras de otros autores que vienen a hablar de lo que él habla. De tal modo lo hace que realmente, más que notas a pie de página, parecen ramas en verso que nacen del tronco principal del poema. Se puede ver muy notablemente en el poema I, pero también en otros. Una de esas bifurcaciones en ese poema dice:  
 
(...) 
hasta que grito 
hasta que por fin lentamente la ascensión escisión es catapulta 
hasta el punto y aparte. [3] 
Acento, punto, fuego, incluso oro 
la vacuidad perfecta. 
(...)
 
Siendo que la acotación realizada por Ayala bifurca el poema justo en esa nota "[3]" que dice: 
 
No quiero ya más golpes de muñeca 
en versos viejos, 
quiero morir, morir, nacer y bifurcarme, cáncer dulce lingüístico 
y mortal.

Ayala es un poeta muy atrevido y se siente en confianza de hablar francamente y libre, sin deber nada a nadie, y resulta incluso agresivo diciendo al lector las realidades que él siente. "¡Zape! ¡Aparta tus vistas de estas hermosas ruinas! / De lo que sean comienzo o alimento soy el dueño absoluto". El poemario también tiene atisbos de lances de amor y diversos paisajes a modo de alegorías que ilustran la vida presente y la incierta. No obstante los primeros versos que dan paso a los de Ayala, son unos citados de Mallarmé, uno de los poetas malditos del siglo XIX francés.
 
Entre el verso libre de extensos poemas se va desarrollando un Ayala que no tiene freno para hablar de lo que le inquieta en la incertidumbre. Se permite experimentar con las formas del verso y sus ritmos, que alternan el verso breve con el largo según necesite el temperamento y la musicalidad. Es un poemario muy bien estudiado en sus palabras y en sus formas de expresión. Contiene ideas y parajes que nos crean imágenes mentales a la vez que nos lanzan todo un mensaje. Un poemario mucho más que digno.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".