sábado, 25 de abril de 2020

Pregunta por Magdaleno

Título: Pregunta por Magdaleno. Apuntes de viaje de un líder del pueblo llano.
Autor: Armando B. Ginés. 
Edita: Ediciones GPS. 
Año de publicación:  2009 (1ª edición).
Género: Historia; Biografía.  
ISBN: 978-84-97213813

En esta semana de confinamiento por el estado de alarma activado ante la pandemia de la Covid-19, estamos ya en el 42º día de ese confinamiento a nivel estatal, que es el 43º en la Comunidad de Madrid. Entramos en la semana en la que se celebrará el 1º de Mayo, día del Trabajador. Con ese motivo quepa hoy hablar de un libro biográfico en torno a la figura de un sindicalista de Alcalá de Henares que actuó en todo el Valle del Henares, también llamado Corredor del Henares. Valle del Henares es el nombre natural e histórico del largo valle por el que discurre el río Henares entre las provincias de Guadalajara y Madrid, que abarca también una parte de la llamada Alcarria Chica, mientras que Corredor del Henares es el nombre que recibe sobre todo a partir del último cuarto del siglo XX y que, coincidiendo en buena parte con el Valle del Henares, en realidad se refiere al largo de la carretera y vía de tren entre Madrid y Barcelona, con los municipios por los que pasan, por sus infraestructuras empresariales. En todo caso hablamos de la biografía de Magdaleno García-Alcalá García. La biografía que le escribieron se llamó Pregunta por Magdaleno. Apuntes de viaje de un líder del pueblo llano. El autor fue Armando Blázquez Ginés, más conocido como Armando B. Ginés. Fue escrita en 2009 y editada por Ediciones GPS, con la colaboración del sindicato Comisiones Obreras-Madrid y su Fundación de Estudios Sindicales. En tapa blanda.

Armando B. Ginés es un analista político, periodista y escritor. Su labor tiene que ver con el movimiento obrero del Valle del Henares y con la Comunidad Autónoma de Madrid en general. Ha tenido experiencias periodísticas de manera autónoma tanto en prensa escrita en papel y en digital, así como en televisión. Sigue colaborando con algunos medios adscritos a la izquierda ideológica. Sus análisis aparecen en medios tanto de España como de países de Hispanoamérica, siendo ya así análisis político-sociales más globales. Sus libros publicados son Primera crónica del movimiento obrero de Aranjuez y surgimiento de las Comisiones Obreras (2007), el citado Pregunta por Magdaleno. Apuntes de viaje de un líder del pueblo llano (2009, del que vamos a hablar), Relatos y visiones (2013, donde se compilan algunos relatos reflexivos y  autobiográficos del autor, siendo la autora Olga Blázquez Sánchez), De la sociedad penis a la cultura anus (2014), Donde vive la verdad (2016) y Huérfanos de Historia y utopía. Diario crítico del capitalismo actual (2018).

El libro Pregunta por Magdaleno. Apuntes de viaje de un líder del pueblo llano fue consecuencias del reconocimiento a la labor sindical de toda su vida. No es una biografía póstuma, pues el libro salió a la luz con él vivo y jubilado, y viviendo junto a su esposa Benita su presentación en la sede alcalaína del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) de la Comarcal Este de Madrid (la del Corredor del Henares, que también abarca parte de Guadalajara). Fue en el Teatro Margarita Xirgú, que, dentro de dicha sede, en la vía Complutense, sirve de salón de actos del sindicato. Aquello fue en el otoño de 2009, en octubre, viviendo además el reconocimiento de múltiples personas relevantes tanto de CCOO en Alcalá de Henares, como del Partido Comunista de España (PCE) e Izquierda Unida (IU), principalmente, pero también con reconocimiento del sindicato socialdemócrata Unión General de Trabajadores (UGT) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Magdaleno cuenta en esa sede de CCOO actualmente con una sala con su nombre, en la cual, entre otras cosas, se imparten clases formativas para trabajadores, así como tiene una calle con su nombre en su pueblo natal, Noblejas (Toledo, Castilla-La Mancha).

Como acabo de anotar, Magdaleno García-Alcalá García nació en Noblejas, pero se asentó en Alcalá de Henares. Tuvo unos inicios humildes en el campo, pero él trabajó en la industria que en los años 1970 era motor de la economía alcalaína. Desde aquella década y por treinta años, como trabajador y como sindicalista trabajó en Perlofil, que pasó a ser la Seda de Barcelona y finalmente Poliseda. Esta fábrica de textil, histórica en la recuperación económica alcalaína del siglo XX, vino anunciando su cierre desde 2007 y lo materializó por medio de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en el comienzo de la Gran Recesión de 2008. No olvidemos que el libro se publicó y homenajes que conllevó fueron en 2009, con él ya jubilado, pero probablemente usada su figura como símbolo de lucha en Alcalá, pues él fue quien comenzó las negociaciones para que no se produjera el cierre o para que no afectara a una cantidad de obreros mayor. El cierre de Poliseda provocó una larga serie de protestas obreras al echar a la calle a una gran cantidad de trabajadores y agravar la crisis económica en la ciudad, el cierre de la fábrica llevó a una serie de peleas en los tribunales entre empresarios y trabajadores que duró varios años, siendo que en junio de 2017 todavía se iban dictando sentencias del proceso, y que en 2020, en algunos casos particulares, aún se sigue dirimiendo el asunto de las indemnizaciones. Uno de los abogados obreros, Suárez Machota, de IU, había llegado a ser vicealcalde junto al PSOE entre 1999 y 2003, cuya actuación es apreciada por algunos y criticada por otros obreros, siendo el abogado más combativo el del sindicato anarcosindicalista Confederación General del Trabajo (CGT). En 2008 varias industrias históricas de Alcalá y de Corredor de los años 1960-1970 se cerraban, reducían personal o se trasladaban con motivo de la Gran Recesión de 2008, aparte de Poliseda, como por ejemplo Roca, Gal o Fiesta, entre otras.

Magdaleno había quedado huérfano por la represión franquista de después de la guerra civil (1936-1939) siendo él muy niño. Trabajó en el campo viticultor de Noblejas hasta que se trasladó a Alcalá de Henares en los años 1960-1970, como se ha dicho, donde comenzó su trayectoria como emigrante rural en una gran ciudad, trabajando en la fábrica citada. Participó durante los años finales de la dictadura de Franco de la formación de las comisiones obreras, que aún no eran sindicato, pues el único legal era el autorizado por el gobierno en manos de Falange, popularmente conocido como Sindicato Vertical (aunque su nombre oficial es diferente según el ramo). Como sindicato se fue formando Comisiones Obreras de manera clandestina y cobrando cada vez más peso el PCE dentro de ellas. Durante esos años participó también de ese PCE de manera clandestina. Se relacionó con el dirigente histórico Marcelino Camacho, con los peligros que acarreaba. Distribuyó y lanzó propaganda política montado en una moto de baja cilindrada, en la cual llegó a sufrir un accidente de tráfico que le derribó, cuando la guardia civil fue a atenderle descubrieron el paquete de aquellas hojas con propaganda ilegal. Llegados al final del franquismo y a la Transición política de la segunda mitad de los años 1970, se organizó en el barrio de Reyes Católicos y se presentó en las listas electorales del PCE en las primeras elecciones municipales de 1979. Desde 1981 pasó a ser Secretario General de CCOO en Alcalá de Henares. Precisamente, por ocupar ese cargo, en 1983 viajó a la Unión Soviética para participar de diversos actos internacionales de diversos partidos y sindicatos comunistas del mundo. Allí coincidió de nuevo con Marcelino Camacho y conoció a Dolores Ibarruri, "la Pasionaria". Durante el viaje conoció en Polonia a Lech Walesa, del sindicato Solidaridad, crítico con la dictadura soviética. 

Al formarse en 1986 la coalición IU, de la que el principal motor era el PCE, Magdaleno siguió dentro de ella y del PCE haciendo política, a la vez que seguía como sindicalista de CCOO en la Comarcal Este. La entrada de España en la OTAN y en la Comunidad Económica Europea (posterior Unión Europea) al finalizar 1985, obligó al gobierno del PSOE, entonces en manos de Felipe González, a una reconversión industrial que debía disminuir su producción metalúrgica y agraria en favor de esos mismos sectores en Alemania y Francia, impulsando en España el sector servicios a través del turismo y abriendo la puerta a la creación de la Empresas de Trabajo Temporal (ETT), que suponían la pérdida de millones de trabajos y la precarización en contratos, derechos y sueldos de los trabajadores, por lo que se comenzó a fraguar una protesta conjunta por CCOO y UGT, secundada por el resto de sindicatos, que desembocó en la huelga general de 1988.

Magdaleno Álvarez, ante ese proceso, se posicionó en contra de las medidas perjudiciales contra los trabajadores. La reconversión industrial ya supunía en su día la pérdida importante de varias empresas que habían levantado y resucitado a Alcalá de Henares desde los años 1960, como Cointra, Zanussi, Lee o la propia La Seda (aún así llamada). Magdaleno, como liberado sindical de CCOO primero, inició las negociaciones con los empresarios, obligándole a viajar continuamente a Madrid y a Barcelona, desatendiendo a veces a su familia, como su esposa Benita afirmaba en modo autobiográfico en el final del libro de 2009. Ante el cese de uno de los concejales alcalaínos de IU en abril de 1989, fue llamado él para ocupar el cargo. A la vez seguía ejerciendo de Secretario General de CCOO en Alcalá de Henares, hasta 1991. Como concejal de IU y como sindicalista de CCOO continuó las protestas y luchas por mantener la industria alcalaína. Llegó a ser él mismo protagonista de un encierro y ocupación dentro del ayuntamiento junto a otras personas como medida de protesta ante La Seda. Renovó el cargo de concejal por IU, ahora votado en las urnas, en las elecciones de 1991, ganadas por el PSOE, y se mantuvo en ese cargo hasta la derrota electoral de la izquierda ante el Partido Popular de Bartolomé González en 1995. En aquel momento la izquierda sumaba más votos que la derecha, pero los supuestos casos de corrupción local del PSOE, años más tarde demostrados falsos en sede judicial, así como la combatividad de IU contra la política de ETT, ERE y las cada vez mayores hipotécas a la juventud seguidas por el PSOE, hizo imposible un acuerdo de gobierno. Este acuerdo llegaría en 1999, hasta 2003 que volvió a ganar el PP, aunque ya en 1999 Magdaleno ya no figuraba en las listas de IU. 

El 27 de abril de 2002, gobierno del PP en España, con José María Aznar, un Real Decreto del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales le concedía la medalla de oro en concepto de Medalla al Mérito en el Trabajo. Acudió al Palacio de La Moncloa para recibirla junto a otros galardonados por otros motivos, como el director de cine Luis García Berlanga, la actriz Amparo Rivelles, el escritor Francisco Ayala, los futbolistas Kubala (póstumo) y Di Estefano, empresarios como el fundador de los supermercados Eroski, etcétera. Allí volvió a coincidir con Lech Walesa, que se encontraba entre el público asistente, el cual había sido presidente de Polonia entre 1990 y 1995 y había protagonizado una parte importante del fin de la Guerra Fría, de la Unión Soviética y del Pacto de Varsovia.

Como se ha dicho, en 2009 Armando B. Ginés escribió este libro sobre su trayectoria y biografía. Para entonces estaba ya jubilado y su principal preocupación era ya en esos momentos, su familia y el cuidado de los nietos.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 18 de abril de 2020

Viaje del Parnaso

Título: Viaje del Parnaso.
Autor: Miguel de Cervantes Saavedra.
Editora: Viuda de Alonso Martín. 
Impresora: Viuda de Alonso Martín. 
Año de publicación: 1614. (1ª edición)
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Título: Viaje del Parnaso y otras poesías
Autor: Miguel de Cervantes Saavedra.
Editorial: Penguin Books / Penguin Clásicos [España].
Año de publicación: 2016 (1ª edición, editado por Laura Fernández García).
Colección: Clásicos. 
Nº de volumen en la colección: [No hallado]. 
Género: Poesía.
ISBN:  978-84-91051565


Ya presentamos a Miguel de Cervantes a través de su obra El Quijote, el autor más importante de Alcalá de Henares, al ser también uno de los principales literatos mundiales. Allí ya dimos varias claves sobre su forma de ser y algún  detalle de su vida, a la vez que se explicó el porqué de la importancia de su obra y el porqué de su singularidad en su época. El autor ha despertado a lo largo de los siglos toda una corriente en torno a él y su obra y toda una serie de influencias que se conoce como cervantismo. Su gran importancia literaria hizo que a partir de 1976, con el comienzo del reinado de Juan Carlos I, se comenzara a dar el conocido como Premio Cervantes, el premio literario más importante de la lengua española, equivalente al Premio Nobel de Literatura, pero restringido exclusivamente a la lengua española. Y reitero por tercera vez lengua española y apunto que tal vez hay que añadir lenguas de España, pues aunque en principio asumimos de entrada que tratamos del castellano, ya sea propio en su diversidad dentro de España, como en su diversidad en cualquier parte del mundo donde se hable, aunque hasta la fecha el premio ha recaído en españoles y en autores de países hispanoamericanos, queda pendiente el día que pudiera recaer en autores de Filipinas, Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental o de cualquier otro lugar del mundo donde vivan hispanohablantes, como por ejemplo Estados Unidos de América, por muy polémico que esto suene. Más polémico sonará todavía sugerir la posibilidad de que algún día se podría incluir a autores portugueses, sobre todo porque probablemente a los hablantes lusos quizá no les haga ninguna gracia por motivaciones políticas y de sentimiento nacional histórico, pero no es menos cierto que en los tiempos de vida de Cervantes, Portugal y su Imperio eran parte de España y de su propio Imperio, o que la Historia de España y Portugal son historias y cultural fuertemente enraizadas entre sí. En todo caso, decía que habría que decir lenguas de España, pues el premio se ha dado en alguna ocasión a autores cuya parte de su obra, o parte principal de su obra, se ha desarrollado en lenguas de España que no son el castellano, en concreto en catalán, queda pendiente también que, dado este hecho, se dé en algún momento a escritores en vasco, bable, castuo o gallego, ¿o es que por escribir en gallego excluiríamos hoy día de su reconocimiento a Rosalía de Castro? ¿O por escribir en catalán/valenciano eliminaríamos a Ausiàs March? ¿Quitaríamos las jarchas de nuestra Literatura por usar el mozárabe? No obstante, el Premio Cervantes que se iba a entregar este 2020 el próximo 23 de abril se le iba a dar a un poeta cuya mayor parte de su producción es en catalán, Joan Margarit. La entrega ha sido aplazada sin fecha por causa del confinamiento por el estado de alarma activado desde el pasado 14 de marzo por la crisis sanitaria causada por la pandemia de la Covid-19. Como estamos a pocos días de que esa ceremonia se hubiera producido, y en consonancia con los dos años anteriores de publicar sobre Cervantes, aunque el año pasado publiqué en concreto sobre el Quijote apócrifo, hoy hablaremos de una de las obras de Miguel de Cervantes, Viaje del Parnaso.

Miguel de Cervantes y Saavedra (1547-1616) nació en Alcalá de Henares. A pesar de la polémica sobre el dato, se han dado diversas pruebas y teorías sobre la certeza de este hecho. Entra aquí el historiador Luis Astrana Marín (1889-1959), ligado a Alcalá de Henares por su cervantismo y con estatua en la calle Colegios, previamente en la Plaza Astrana Marín a la que todos conocemos popularmente como la Capilla del Oidor, por estar allí los restos de la iglesia Santa María la Mayor, destruida en 1936 por un incendio provocado al comienzo de la guerra civil y hasta el final de la guerra en 1939 perdida del todo por los bombardeos de la aviación fascista de Franco, de la cual se salvó una parte del edificio del siglo XV y el campanario del siglo XIX, conservándose la pila bautismal donde se bautizó a Miguel de Cervantes. Allí se guardaba también el libro y documentos parroquiales de varios siglos donde, entre otras cosas estaba el acta de bautismo de Cervantes. Teóricamente esta acta fue salvada por parte de católicos y simpatizantes de Franco de una posible destrucción a manos de milicias y simpatizantes de la República y sus partidos y sindicatos. Lo cierto es que aunque la Causa General abierta por Franco en 1939 culpabilizó de la quema de la iglesia a milicianos del PSOE y de la UGT y comunistas, la realidad salió a la luz muchos años después de haber acabado el franquismo, ya en los finales de la década de 1990 y sobre todo mediada la década de 2000, varios de los protagonistas, familiares y testigos de la represión por esta causa, aún vivos y cercanos a su muerte, comenzaron a hablar de las acusaciones falsas, siendo uno de los principales testimonios el de Nacarino, en el que se hablaba, en todos los casos independientes entre sí, de un incendio provocado por maleantes habituales que entraron a robar y prendieron fuego para huir al ser sorprendidos precisamente por las milicias. La apertura y mejor conocimiento de los archivos municipales y estatales corroboran en voz de las autoridades por otra parte la destrucción de la iglesia por esa causa de incendio y por los bombardeos. No hay ningún testimonio, más allá de opiniones particulares de descendientes y simpatizantes de una determinada corriente conservadora, sobre que cualquier partido, sindicato, milicia o gobierno de la República quisiera destruir la partida de bautismo de Cervantes, siendo además inexplicable por qué hubieran querido hacer tal cosa con un documento emblema y orgullo de la ciudad incluso en aquellas épocas, cuando en 1905 mismo toda la ciudad se movilizó para celebrar los trescientos años de publicación de El Quijote. No podemos dudar del hecho de que el acta fue sustraída por una familia conservadora y ocultada, según testimonios actuales, en el fondo de un pozo de un patio vecinal de la calle Cerrajeros (lo que por razones de conservación esto sí sería dudable su nivel de realidad), perteneciente a la casa donde se encontraba el negocio La Bola de Oro, una librería y sede de prensa local de carácter ultraconservador y ultracatólico, muy activo contra todo lo que fuera izquierda, cuyo fundador era García Cuevas, del que hablamos cuando escribí sobre su libro Villafeliz o el paraíso perdido. A fin de cuentas el miedo es libre y lo que aquella gente pudo temer pudo ser algo real y palpable para ellos, quizá hasta distorsionado en el recuerdo con el paso de las décadas y la transmisión generacional, aunque la realidad de los hechos factibles fuera de su realidad fuese diferente.

Sea como sea, aquella acta de bautismo certificaba el bautismo de Miguel, con fecha del 9 de octubre de 1547, su nacimiento fue el 29 de septiembre. Algunos autores afirman que Miguel fue bautizado en realidad dos o tres años después de su nacimiento. Como archivero e historiador he de confesar que lo único extraño que encuentro en ese acta es que las numeraciones de las fechas se hicieron en números arábigos, siendo altamente anómala en la gran mayoría de toda la documentación de aquella época y posterior que yo he podido ver y trabajar, se solía poner escrita con palabras, no con signos numéricos. No es imposible que sucediera, pero si hace del documento algo tan inusual y raro que el autor que lo hiciera constar es probablemente tan digno de estudio como cualquier otro en su época, pues quizá aquello delate en él otras cualidades de mentalidad poco comunes en la época. Sea como sea, no es el único documento que en los archivos concernientes a Alcalá de Henares mencionan a Cervantes o a alguno de sus familiares. La vivienda de uno de sus tíos y su familia se ubicaba en la Calle Mayor, donde actualmente está una de las tiendas turísticas de la Universidad de Alcalá; su padre trabajó de cirujano y barbero en el Hospital de Antezana en la misma calle y al lado de la casa del citado tío de Miguel, hermano de su padre; una de sus hermanas, Luisa, terminó siendo abadesa del Convento de las Carmelitas donde la misma Santa Teresa de Jesús tuvo una estancia al final de su vida, cerca de los otros lugares citados. Parte de su familia siguió viviendo de Alcalá de Henares y él no dejó de pasar por la ciudad o de tener contacto, por lo que se refleja en algunos escritos. Ahora bien, la ubicación original de la casa natal de Cervantes es más objeto de duda. En principio parece que lo más seguro es que en realidad se ubicara donde descendientes Cervantes mantuvieron una corrala que terminaron vendiendo y cuya calle toda la gente conocía como "la de los Cervantes", tal corrala de vecinos fue vendida en el siglo XIX a un empresario teatral, que la derribó y sobre ella construyó el Teatro Salón Cervantes, aún en activo. Tal calle se llama calle Cervantes. Pero Astrana Marín, en su tarea de intelectual cervantista, dio con una serie de documentos e interpretaciones, así como los restos de una zapatería aledaña al Hospital de Antezana, que le hizo afirmar que la casa de Cervantes se levantaba en aquel lugar de la calle Mayor. La dictadura franquista, sin grandes pruebas que confirmaran la teoría y necesitado de encumbrar su propaganda de grandeza e imperio mundial, así como de sus hitos nacionalistas españoles, dio a Astrana Marín como el mayor de los cervantistas de su época y por tanto indiscutible. Se volvió a levantar una casa imitando la casa de alguien más bien adinerado y más bien con un regusto de restauración histórica del siglo XIX pasado por el siglo XX, más que de la realidad de la Edad Media propia de la calle Mayor, tal edificación es la que actualmente ocupa el Museo Casa Natal de Miguel de Cervantes.

Hay que pensar que Luis Astrana Marín, veterano de la Guerra de Cuba (1895-1898), era uno de los intelectuales más eruditos del comienzo del siglo XX, si bien no estaba en la primera fila de la intelectualidad. Se especializó en crítica literaria y en concreto en los estudios sobre Cervantes, pero también ejercía de periodista y publicó teatro y novelas, lo que le lanzó a la popularidad en los años 1930. Precisamente en 1933 comenzó a escribir en el periódico Informaciones, el cual tenía un carácter favorable a las ideas nazis alemanas y fascistas italianas, por tanto era antirrepublicano y favorable a cualquier idea próxima al fascismo o directamente fascista en España. Aún más, Luis Astrana Marín llegó a hacer gala de antisemitismo con artículos donde afirmaba cosas como: "no habrá paz en el mundo mientras existan los judíos", atacaba a los modernistas o consideraba a cualquier escritor de izquierdas (en cualquiera de sus corrientes) como mentecatos (literalmente, así se refería a ellos). Llegada la guerra civil en 1936 quedó atrapado en Madrid capital, por lo que pasó a ser de la quinta columna, ocultando sus ideas sin destacarse en ninguna dirección política y haciéndose pasar simplemente por un conservador republicano. Recién terminada la guerra pasó a trabajar para el periódico monárquico, en esos momentos exactos plenamente franquista, ABC. Desde 1948 hasta 1958 publicó su obra más ambiciosa de investigación sobre Cervantes, Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, donde afirmaba dar las pruebas definitivas del nacimiento del autor en Alcalá de Henares, aportando la partida de bautismo, y aseguraba el emplazamiento exacto de la casa natal en la calle Mayor, a pesar de que el conocimiento popular y documentos de archivo situaban a la parte de la familia de Cervantes más probable como rama de Miguel en la actual calle Cervantes. Al franquismo le convenía tener un lugar físico que mostrar, tal como las ideas del fascismo habían practicado en el pasado, era imposible derribar el teatro romántico y decimonónico, por su valor arquitectónico y cultural, por lo que dio el beneplácito y ayudó a asentar la teoría de Astrana Marín de la casa natal como la única cierta. De ahí se pasó a la "recreación" de la construcción antes citada. Entre tanto, Astrana Marín llegó a fundar una sociedad cultural en torno a Cervantes.  

Han existido pruebas filológicas, estudios literarios, arqueológicos, estudios biográficos e incluso genéticos para confirmar plenamente o para crear teorías sobre el origen alcalaíno de Miguel de Cervantes, al margen ya de la ubicación real de su casa en la ciudad o de la propia partida de bautismo. Existen otras teorías que afirman su ascendencia gallega, su pasado familiar probablemente judío (sobre el que lanza varias pistas o sobre el que además la alteración del apellido familiar pareciera confirmar, aparte de la ubicación de las casas familiares en la antigua barriada judía de Alcalá), hay teorías sobre una ascendencia catalana, otra sobre una ascendencia aragonesa, pueblos de Castilla-La Mancha que lo reivindican, etcétera. Sin embargo, parece asentado y confirmado por muchos medios que Cervantes nació en Alcalá de Henares y pasó sus primeros años aquí, sus estudios y que además mantuvo contacto con la ciudad, pues así por ejemplo asistió a la ceremonia de nombramiento como abadesa de su hermana Luisa. La prueba más definitiva está en el Archivo de Protocolos de Madrid, donde se guarda la documentación original que el propio Cervantes rellenó para solicitar y obtener permiso de la administración para publicar sus obras, la censura de la época. Así por ejemplo, en la documentación referente a La Galatea, ante la pregunta sobre de dónde es natural, Miguel de Cervantes contestó de Alcalá de Henares. Quedando así confirmado el origen en el conjunto de todo lo aportado e investigado, aunque a fecha de hoy no paren de surgir otras hipótesis y teorías a menudo con pruebas dudosas y peregrinas.

Para otros detalles de la vida de Cervantes me remitiré a revisar en estas mismas Notas de los cíclopes libreros algunos que aparecen en otras obras de Cervantes, en las obras concernientes al cervantismo o en la nota sobre El Quijote apócrifo de Avellaneda. Por hoy baste con lo escrito para proceder a hablar de Viaje del Parnaso.

Viaje del Parnaso fue publicado en 1614, es por tanto una de las últimas obras del autor, aunque un año antes de la publicación de la segunda parte de El Quijote, pero mismo año de publicación que El Quijote apócrifo de Avellaneda. En principio no parece que exista ninguna referencia a esta obra de Avellaneda, pero sí es verdad que a lo largo de Viaje al Parnaso Cervantes se reivindica a sí mismo como autor de El Quijote y la grandeza para España de su reconocimiento dentro y fuera del país, grandeza por extensión que le concierne a él. Tal como el lector habrá pensado ya, Viaje al Parnaso vuelve a ser una obra avanzada para su época al volver a introducir, como ya hizo El Quijote, la metaliteratura, al meter al autor dentro de la obra ficticia. De hecho el protagonista es el propio autor, es el propio Miguel de Cervantes. Es la obra donde más explora este recurso tan moderno.

Se trata del único poema de gran extensión y de carácter narrativo que realizó Cervantes, al menos que nosotros conozcamos. A decir verdad, muchos de sus poemas se han perdido y se sabe de ellos por referencias o por títulos citados por el propio Cervantes o por otros autores. El autor comenzó escribiendo poesía en su juventud, como tantos otros autores. En la búsqueda de su propia voz, él comenzó dentro de la corriente del nuevo romancero castellano, basada en la composición de romances que renovasen los romances del antiguo romancero, que en el siglo XVI estaba de moda entre el público lector, especialmente los escritos en los siglos XIV y XV. En este interés renovador, por tanto conocedor de lo anterior y a la vez crítico con ello, se fue formando. Probablemente entre sus lecturas no faltaron el otro género poético de gran éxito en el siglo XVI, el pastoril (poemas amorosos en ambientaciones idealizadas de la vida de los pastores), pues no son pocos los poetas pastoriles que cita entre sus amigos a lo largo de toda su obra. Cervantes escribió también sonetos y sobre todo mucha poesía humorística con crítica aleccionadora sobre moral o sociedad. La gran mayoría, como se ha anotado, está perdida. Sabemos que Miguel de Cervantes trató de colar sus poemas en muchas de sus novelas en prosa y teatro, o que llegó a sacar a la luz algún poema. Sabemos también que él deseaba ser reconocido como un gran poeta y se dedicó y esforzó en la poesía y en el teatro, pero su triunfo en la prosa (para la que estaba más cualificado y para la que sus experimentaciones e innovaciones iban mejor adecuadas) no es casual. Tanto por poetas y dramaturgos de la época, como para escritores y analistas de los siglos siguientes, Miguel de Cervantes no era buen poeta. Se le criticaba en su día, además, cómo usaba el sarcasmo en sus versos. Razón por la cual, entre otras cuestiones personales, que se enemistó con Lope de Vega. Las críticas entre ellos son grandes, y ya sabemos de las anteriores notas todas las hipótesis que aparecieron sobre El Quijote apócrifo, así como las alusiones en los dos volúmenes de El Quijote de Cervantes, sin olvidar que en la obra de Avellaneda, directamente, aparece Lope de Vega burlándose de Quijote. 

Como sea, Viaje del Parnaso se publicó como libro por sí solo, siendo un poema narrativo de gran extensión, basado y readaptando a la realidad española la obra de mismo título, pero en italiano (Viaggio di Parnaso) de Cesare Caporali di Perugia, publicada en 1578. Miguel de Cervantes conoció al autor y su obra durante su vida en Italia. El libro cervantino fue dedicado al caballero de la Orden de Santiago Rodrigo Tapia, cortesano. El poema está compuesto en tercetos encadenados distribuidos en ocho capítulos y acompañados de prosa en un prólogo y un adjunto que en realidad enmarcan este enorme poema en lo que sería un relato de prosa... ausente de prosa más que brevemente en su comienzo y en su final. Esto vuelve a meterle gran adelantamiento a su época, pues incluso a lo largo del adjunto final se introducirá la literatura epistolar y se mezclará la prosa con la forma teatral. Toda esa experimentación narrativa no se verá de moda y plena hasta el romanticismo de siglo XIX, sirva de ejemplo Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas. 

Probablemente la obra conllevó un largo periodo de composición, ya que se alude al viaje al Parnaso en torno al que gira la obra en algunas de las obras publicadas el año anterior, 1613, así como se volverá a mencionar la obra en obras posteriores, tanto en la segunda parte de El Quijote, un año después, 1615, como en la obra póstuma Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de 1617. Fue publicado por primera vez en la imprenta que llevaba la viuda de Alonso Martín, en Madrid. No ha de extrañar el dato. A pesar del tópico actual, lo cierto es que las mujeres podían regentar su propio negocio. Siguiendo la legalidad española de los siglos XVI a XVIII. Damos por alto la posibilidad más que probable de que hubiera lugares de España donde las mujeres llevaran pequeños negocios sin problemas, por falta de extensión efectiva de la autoridad (como panaderías de aldeas, por ejemplo), nos centramos en aquella legalidad y anotamos que la condición era que la mujer debía ser soltera, o de lo contrario debía ejercer su esposo, de ser soltera no debía tener ya padre, o bien este ya no debía estar en condiciones, o bien no debía tener hermanos. En el caso de que la mujer hubiera quedado viuda, esta podía heredar el negocio del esposo y, si no se volvía a casar, podía ser ella quien lo sacara adelante. Esto al margen de que no estaba prohibido el trabajo de mujeres, sin bien se restringía, pensemos en las lavanderas, las tabacaleras, las sirvientas, las comadronas, las amas de cría, las camareras de tabernas, las trabajadoras agrarias, etcétera. Por otro lado, Miguel de Cervantes tenía cierto carácter de igualdad de género, salvando las distancias mucho del siglo XVI-XVII a lo que entendemos por tal cosa en el siglo XXI, tuvo por ello una vida confiada y rodeada a numerosas mujeres, especialmente de su familia. Por ello, no es de extrañar que entre los editores-impresores disponibles él confiara su trabajo a esta mujer, de la que la primera edición realizada por ella misma no trascendió su nombre impreso. Desde aquel 1614 a la actualidad se ha reeditado en numerosas ocasiones, en varios idiomas, por sí mismo y también junto a obras de teatro (la obra misma fue teatralizada por la Compañía Nacional de Teatro entre 2005 y 2007, o bien junto a alguna novela ejemplar o junto a una selección de otros poemas. También se ha editado gratuitamente a través de Internet, en digital. Una de las ediciones más actuales en papel es de 2019, pero para seguir esta nota vamos a remitir a la edición de Penguin Clásicos de 2016, que acompañaba la obra con una selección de poemas de Cervantes.

Básicamente, Miguel de Cervantes recibe la visita del dios Mercurio en Madrid y recibe el encargo de presentar un ejército de poetas de habla española para presentarlo ante el dios Apolo en el oráculo de Delfos, tal como hacían los griegos en la Edad Antigua. La idea es levantar una batalla para defender la buena poesía de la mala poesía, los buenos poetas, de los malos. Con este planteamiento inicial en prosa comienza a componerse el largo poema dividido en ocho capítulos. Imita la disposición del argumento de La Iliada de Homero, y no le faltará referencias a La Odisea, del mismo autor, y a La Eneida de Virgilio. Los tres poemas clásicos son considerados fundacionales de la cultura europea actual. En el siglo XVI, con el Renacimiento en marcha, y en el XVII, con el Barroco, estos autores y toda la mitología y cultura clásica eran el espejo en el cual mirarse y medirse para llegar a alcanzar la perfección. Falta en esta obra un énfasis en ideales cristianos, no lo hay, pero la obra pasó sin problemas la censura. Es de destacar que en las primeras páginas la autorización del permiso real, que siempre se publicaba en los libros autorizados, fue muy generosa en detalles sobre el proceso administrativo y económico que se siguió para pasar el trámite censor, así como se fijó el precio máximo de venta y el número de copias y tenencia de las mismas de los originales que servirían para comprobar que el resto de copias no variaron el texto.

La obra esta llena de referencias mitológicas grecorromanas, pero también está llena de referencias abundantes de numerosos autores famosos y no tan famosos de la época, de algunos de los cuales solo conocemos hoy día la referencia a su nombre o a su obra. Esto transforma al Viaje del Parnaso en una guía literaria para el comienzo del siglo XVII español de manos de Cervantes, y a la vez en una crítica literaria que nos expone cuáles eran las ideas de cómo debía ser la Literatura según Cervantes. No es de extrañar que pasados los dos primeros capítulos el autor reconozca que muchos de los nombres que escribió en reconocimiento de su valía se habían enemistado con él, precisamente por haberles incluido, tal vez por lo que de ellos dijo, mientras que otros tanto se habían enfadado con él precisamente por no haber sido citados... a todo esto, aquellos a los que criticó negativamente, ya no le soportaban. Sea como sea, parece ser que sí contó con amigos que lo tuvieron a bien y tenían una fuerte amistad con él, o bien algunos de los enfadados iniciales no estaban realmente ofendidos, si no molestos, ya que Cervantes era conocido por su sarcasmo y su ironía, con lo que ser alabados por él pudo hacerles pensar que en realidad estaban siendo ofendidos, sin ser esa la intención, según Cervantes. Hacia final de la obra parece que algunos ya le habían perdonado, a otros muchos les pide que sepan perdonar, y si no lo hacen él se vale con la sinceridad de la que ha usado, dice. Curiosamente en esta obra, por ejemplo, cita a Lope de Vega, y aunque Cervantes no le escoge para su ejército, Mercurio le obliga a incluirlo, reconociéndole su valía. Eran enemigos, pero eran caballeros de honor de la época. Entre los amigos de Cervantes que no se enfadan está Francisco de Quevedo, al que retrata con sorna como cojo y no queda claro metafóricamente si Cervantes le estima más como amigo que como poeta, pues aún citándole dos veces en la obra, no termina de meterle en su ejército de buenos poetas porque su cojera le hace llegar tarde, aunque considera que es el mejor de todos los guerreros poetas de la comedia, género que si bien admira en otros, él, Cervantes, rechaza serlo con gran indignación, pese a que su obra poética y su novela más célebre son de humor.

Lope de Vega y Francisco de Quevedo son autores que tienen que ver con Alcalá de Henares, pero de Alcalá, Cervantes también citará a dos poetas pastoriles que también eran naturales de la ciudad y que eran íntimos amigos de él, Francisco de Figueroa y Pedro Laínez, ambos ya habían aparecido citados en La Galatea (1585), y el segundo fue referido también en otra obra de Lope de Vega. Además, hay alguna referencia encubierta a ellos en El Quijote. Aparece también García Loaysa, eclesiástico, corregidor, historiador y poeta que se afincó en Alcalá, en la cual fundó uno de sus colegios universitarios, ciudad donde murió. Pero en Viaje del Parnaso no solo salen poetas que tuvieron algo que ver con Alcalá (salen otros tantos aparte de Lope y Quevedo) tampoco salen solo poetas alcalaínos directamente nombrados, llega a mencionarse a estudiantes y otras personas de la Universidad de Alcalá que escriben malos poemas, y en concreto menciona el número de siete poetas "del Henares" sin citar sus nombres y describiendo todo tipo actitudes literarias y personales que les hace malos y falsos poetas. Es de destacar que en varios de los libros de Cervantes la aparición de Alcalá de Henares suele eludir la mención del nombre de la ciudad tal cual, que sí sale así en El coloquio de los perros (1613), lo habitual en él es que haga referencia al río Henares y la ciudad del río Henares, otras pocas veces, las menos, como la ciudad de la Universidad.

Cervantes hace el reclutamiento de poetas y los va embarcando en un barco que vuela en una nube, un barco hecho de poemas y versos. Cita églogas, sonetos y otras composiciones y las dispone alegóricamente componiendo cada parte del barco, con crítica positiva. A los elegidos los va ubicando Mercurio haciéndolos caer en el barco depositados en gotas de lluvia. En cierto modo recuerda al comienzo de La Iliada cuando se forma la escuadra de la Guerra de Troya. Cuando Cervantes termina su selección, Mercurio le impone varios nombres que Cervantes había preferido dejar fuera, por considerar que los elegidos ya son suficientes para defender las letras españolas. por otra parte, entre los elegidos hay autores de todas las partes de lo que era España en ese momento, o sea: también hay autores de Hispanoamérica y autores de la Italia española o bien aliada de España. Pensemos que, por ejemplo, cuando llueven los autores malos y sus gotas se transforman en sapos que caen al mar, y entre estos a punto ha estado de caer Lope de Vega, parten hacia Roma y de ahí a Sicilia, y que, siguiendo los grandes poemas épicos antiguos, rinden tributo entre Escila y Caribdis, en Mesina, a los dioses como Neptuno para que no les mate con una tormenta e intentan tirar al mar a Antonio de Lofraso, un poeta de Cerdeña amigo de Cervantes, el cual le gasta esta broma. Al final no le tiran, los dioses perdonan a Lofraso y consideran que en el fondo su poesía merece la pena que continúe el viaje de los buenos poetas. No será la primera vez que el salve. En la primera parte de El Quijote ya apareció a través de uno de sus libros que se encontraban en la biblioteca de Alonso Quijano, el cual es uno de los pocos libros salvados de ser quemado en la hoguera de los libros por el cura y el bachiller. Aún aparecería una tercera vez, en la obra póstuma de Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

En fin, siguiendo los paralelismos con las grandes odas épicas antiguas, la crítica y catálogo literario de Cervantes sigue con metáforas y alegorías citando y analizando nombres y obras de buenos y malos poetas por ejemplo pasando por la isla de la diosa Caribdis, de La Odisea. Venus se les aparece y la aplacan con poetas amorosos, a la vez que se disculpan por los innumerables poetas y personas que creen hacer poesía juntando simplemente rimas y palabras bien sonantes y lisonjeras. El dios Apolo se encuentra en lo alto del monte Parnaso, el monte donde los mortales que lo merecían recibían la inmortalidad, para subir a él ellos se purifican antes en la fuente de Castalia, tal como hacían los peregrinos de la vida real en la Edad Antigua, y con resonancias de origen mitológico también, pues era una fuente purificadora. Entablan batalla directa con los malos poetas, también citados, y sus balas de cañón y de fusilería, así como sus sables y puñaladas, son buenos y malos versos, buenos y malos sonetos, buenos y malos recursos y estilos poéticos en general, los cuales aparecen como auténtica artillería y metafóricamente amputan o malhieren a algunos de los autores presentes en el combate, incluidos los poetas religiosos, y siendo el principal de los héroes el poeta soldado por excelencia en la época, Garcilaso de la Vega. Toda descripción conlleva dentro de sí unas connotaciones entre satíricas y serias que son alegorías y metáforas de lo que críticamente pensaba Cervantes de muchos autores y obras. Llega a ser tan reconocedor de méritos como cruel. A fin de cuentas, ya era un hombre de edad avanzada, era famoso y poco le importaba ya lo que unos y otros pudieran pensar de su criterio o su honestidad, también es cierto que estaba enemistado con una gran cantidad de gente, debió tener un carácter tan abierto y avanzado para unas cosas como de difícil trato para otras.

Mientras a los buenos poetas les asisten las Musas, una por una, Mercurio, Apolo, Venus y otras deidades, a los malos poetas les asisten las representaciones de la Envidia, las Lisonjas, las Mentiras, la Adulación, el Aplauso Fácil... y con tales consejeras de guerra cada vez se pierden más en la batalla, al ahondar en malos hábitos al combatir. Acaba el combate con el triunfo de los buenos poetas españoles y se presentan ante Apolo, que premia a Cervantes coronándolo. Este, por otra parte, se había presentado a sí mismo en el capítulo cuatro, en el cual se describe física y moralmente a sí, así como da cuenta de ser el autor de El Quijote y de ser ya una persona famosa y traducida en otros lugares de Europa. Sabe perfectamente ya de la importancia de su novela y escribe sin tapujos. Ha sido un hombre con muchos años de pobreza y de deudas en su espalda, muchos años atrás ya de aquel 1614.

El autor es devuelto a su casa en Madrid, en la calle de las Huertas, donde recibe, ya en prosa de nuevo, la visita de Pancracio de Roncesvalles, un joven escritor presuntamente ficticio, este trae consigo una carta de Apolo para Cervantes y se pasa al género epistolar, que en determinado momento saltará a ratos al género teatral, como ya dijimos. En dos epístolas se reconoce al genio de Cervantes en la batalla como general de aquellas tropas y se excusa tanto de los poetas olvidados por el autor y de los excluidos, así como de aquellos que siendo incluidos se hayan molestado, y agradece a los autores amigos que de buen humor o con un poco de molestia siguen siendo amigos de Cervantes, aunque les pide que le excuse por haberles metido en semejante guerra.

Fuera ya de lo literario, la obra goza también de referencias autobiográficas, no sólo las citadas anteriormente, en todo el asunto marinero queda patente que el autor estuvo en la marina, y en todo el asunto militar, queda reflejado también el amplio conocimiento que tenía Cervantes tanto de la vida militar como de la guerra, no obstante era veterano de la Batalla de Lepanto, inútil y prisionero de guerra. Más aún, algunos estudiosos han detectado en el viaje narrado, paisajes y descripción de la batalla partes totalmente compatibles con el desarrollo de los acontecimientos que vivió la galera de guerra en la que combatió el propio Cervantes. No obstante, la descripción del barco en el que viajan al Parnaso no es otra que la de una galera de guerra, por muy compuesta de poesía que fuera.

Fuese como fuese, la guerra de Cervantes es ahora literaria y de pareceres, pura broma, puro divertimento para la vida. Es un hombre que sabe de la vida lo que desea para ella.

La obra en sí es muy densa, se hace pesada y requiere de amplios conocimientos o al menos de una buena edición crítica con ricas y buenas notas de todas las referencias, como la que hizo Laura Fernández García. No es el libro más indicado para iniciarse ni para aficionarse a Cervantes. Es quizá el más duro de leer de toda su obra. Requiere conocimientos profundos de mitología, de Historia, de Literatura, del Siglo de Oro, y conocimientos pormenorizados de autores de segunda fila del siglo XVI, así como de sucesos y expresiones de la época que nos ayudan a entender algunos pasajes. Es un libro quizá incluso difícil de entender en su propia época, salvo para los más metidos en el mundo literario y para los autores que mantenían muchas relaciones con otros autores, de ahí las rencillas que suscito, muchas suspicacias. En todo caso, no deja de ser una referencia de estudio literario de la época y de estudio literario de Cervantes.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 12 de abril de 2020

El problema español

Título: El problema español
Autor: Manuel Azaña.
Editor: La Cuna de Cervantes.
Impresor: La Cuna de Cervantes
Año de publicación: 1911 (1ª edición).
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Título: El problema español.
Autor: Manuel Azaña.
Editores: Agrupación Socialista de Alcalá de Henares (PSOE) / Metal, Construcción y Afines a Unión General de Trabajadores (MCA-UGT). [Unidos en la Casa del Pueblo de Alcalá de Henares].
Año de publicación: 2011 (1ª edición; facsímil siguiendo otro facsímil de 1987; presentación de Eusebio González Jabonero, Secretario General del PSM-PSOE Alcalá de Henares, y nota introductoria de Julián Vadillo Muñoz, doctor en Historia.).
Género: Historia; Ensayo; Política; Oratoria.
ISBN: [Sin ISBN, ni Depósito Legal, ni código Creative Commons.]

Se cumple un mes de confinamiento por la activación del estado de alarma en toda España a causa de la crisis sanitaria, ya también económica y política, desatada por la enfermedad llamada Covid-19, actualmente pandemia mundial. Mientras se ha prorrogado ese estado de alarma medio mes más, como mínimo hasta final de abril, entramos en la semana con el aniversario de la proclamación de la Segunda República el 14 de abril. Por ello aparece por tercera vez en estas notas la obra de uno de los alcalaínos más destacados, Manuel Azaña. En este caso nos vamos a su juventud, a cuando tenía 30 años en febrero de 1911, un año en el que cumpliría 31. Se trata de un ensayo político, con algunos tintes de Historia, que en realidad lo escribió como oratoria para dar un discurso. Fue su segunda obra publicada, al margen de sus artículos periodísticos, pues no hay que olvidar que su profesión era la de periodismo antes de meterse a político. Al menos es su segunda obra publicada no periodística que se conozca a fecha de hoy. La primera sería La libertad de asociación, otro discurso que escribió para la Academia de Jurisprudencia de Madrid, publicado en 1902. Lo cierto es que entre 1902 y 1911 no solo escribió artículos periodísticos, dentro de los propios periódicos también escribió crítica literaria y publicó alguna obrita de carácter literario, pero lo cierto es que como obra editada por sí misma, fuera de la prensa, tenemos conocido el discurso citado de 1902 y la obra a la que nos vamos a dedicar hoy, El problema español, del citado 1911.

El problema español fue publicado por primera vez en el mismo febrero de 1911 según se indicó en la publicación original gracias a la Imprenta La Cuna de Cervantes por suscripción de los admiradores del autor. Hemos de imaginar que esos admiradores eran mayoritariamente alcalaínos, sino todos, y que la edición probablemente difícilmente rebasó Alcalá de Henares, como mucho llegaría a Madrid de manos del propio autor. Del mismo modo es probable que todos aquellos suscriptores populares fueran miembros de la Agrupación Socialista de Alcalá de Henares, esto es: del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en la ciudad y con bastante seguridad con miembros del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), afín al PSOE y en esas fechas el único y mayoritario en Alcalá de Henares entre los trabajadores sindicados. El discurso no volvió a aparecer hasta la publicación por Juan Marichal en México de las Obras Completas, en cuatro volúmenes entre 1966 y 1968. Estas Obras Completas fueron reeditadas y revisadas en España en 1990, y más tarde, fueron ampliadas, completadas y comentadas por el historiador Santos Juliá en 2007, que las dejó en siete volúmenes. Fuera de esa compilación, por sí solo, El problema español no vio la luz editorial de nuevo hasta que en 1987 desempolvaron en Alcalá de Henares algún ejemplar antiguo del original de 1911 y lo reeditaron facsímil, imitando la tapa blanda acartonada y la sencilla presentación sin apenas decoraciones. Probablemente uno de los ejemplares de 1987. A partir del ejemplar de 1987 o de las Obras Completas volvió a reaparecer por sí solo a nivel de toda España en 1990 junto a otro discurso posterior, quedando como El problema español y Apelación a la República, siendo esa edición la más aceptada como obra conjunta entre los compradores actuales y las posteriores reediciones. Sin embargo, en 2011 el PSOE alcalaíno con la UGT alcalaína, recuperaron el facsímil de 1987, o bien el original de 1911, a través del historiador aficionado complutense San Luciano, y lo reeditaron otra vez facsímil y a nivel local con una presentación del Secretario General de la Agrupación Socialista de Alcalá de Henares, Eusebio González, y una introducción histórica del doctor en Historia Julián Vadillo sobre la razón de ser y el contexto de ese discurso. Es esa edición, por ser la que me llega a mis manos, por ser facsímil y por ser compuesta por entidades y autores alcalaínos todos ellos, la que va a centrar estas notas. No obstante hay que citar que la edición más actual data de 2017, editada por la editorial Reino de Cordelia a nivel estatal y como parte de una antología de ensayos de Azaña sobre la situación política y social de España, llamando al volumen Tierras de España, el problema español.

La edición alcalaína de 2011 sufragada por el PSOE y la UGT alcalaínos tenía la razón de ser de cumplirse ese año cien años de la Casa del Pueblo en Alcalá de Henares. La Agrupación Socialista de Alcalá de Henares había recuperado la Casa del Pueblo el 28 de mayo de 2009. El 4 de febrero de 2011 se cumplía el aniversario de los cien años, pues fue el 4 de febrero de 1911 que se abrió la primera Casa del Pueblo en la ciudad. Ahora bien, la Casa del Pueblo actual funciona más bien como sede de los socialdemócratas adscritos al PSOE más que como la función original de las Casas del Pueblo de comienzos del siglo XX, las cuales eran centros que reunían en sí a los obreros con finalidades políticas, sociales, educativas, etcétera. Principalmente estas Casas del Pueblo solían atraer a socialdemócratas y republicanos, aunque estaban abiertas a todas las corrientes que trabajaban por el progreso de las clases populares y no se adscribían en principio a una ideología determinada, dependiendo esto de las tendencias mayoritarias de cada lugar, aunque, volvamos sobre ellos, atraían principalmente a socialdemócratas y republicanos. Sea como sea, en 1911 la Casa del Pueblo alcalaína era abierta por gente cercana a la UGT y al PSOE, invitaron al joven Manuel Azaña, ya relativamente conocido en los periódicos nacionales, aunque había tenido un periódico inicial en la propia Alcalá de Henares, La avispa del Henares. Su familia era además una familia arraigada desde el siglo XV con una larga trayectoria de escribanos, notarios y agricultores, siendo el propio padre de Manuel Azaña, Esteban Azaña, alcalde en la década de 1870, tras la Restauración Borbónica, e historiador local, más bien cronista, en la década de 1880. Manuel Azaña no era socialdemócrata, ni pertenecía a ninguna otra corriente del socialismo, él era netamente republicano, desde el republicanismo burgués y las ramas progresistas del mismo, era republicano de izquierdas. Se sentía próximo a algunas ideas de la socialdemocracia, pero no compartía las ideas socialdemócratas de la época, pese a que años más tarde formara gobierno en coalición con el PSOE. Azaña era apreciado en Alcalá y contaba con bastantes amistades entre los socialdemócratas complutenses. Varios de los nombres destacados de estos eran Antonio Fernández Quer (albañil y primer socialdemócrata en lograr un cargo político, incluso antes que Pablo Iglesias, fue precisamente de edil -concejal- en la propia Alcalá de Henares), Antonio Cao del Río (que también fue concejal), Andrés Saborit (que llegó a ser diputado), Mariano Alarcos, Arcadio Monge y Serapio Saborit.

En febrero de 1911 se inauguraba la Casa del Pueblo, había sido parte de una trayectoria en auge del PSOE y de la UGT en la ciudad. En 1903 se había fundado la Agrupación Socialista y para final de año Fernández Quer obtenía el cargo de concejal. Al margen del resto de hitos del socialismo en la ciudad, desde ese momento Fernández Quer comenzó a idear y a impulsar la idea de crear una Casa del Pueblo en la ciudad, a la vista del avance de las ideas progresistas entre los trabajadores. Contaba en ello con la simpatía y el apoyo de Manuel Azaña, republicano. En 1910 Fernández Quer y Azaña ya habían fundado juntos el citado periódico La avispa del Henares. En 1911 Azaña fue invitado por Quer a que diera el discurso inaugural. La Casa del Pueblo contaba con biblioteca, sala de lectura, clases elementales de enseñanza a los obreros, talleres específicos para obreros, aula de teatro, diversas actividades culturales y también activismo de defensa de los presos políticos que se sucedían en los diversos episodios propios del reinado de Alfonso XIII. Permaneció en activo hasta el final de la guerra civil en la primavera de 1939, momento en el que sus bienes fueron incautados y se prohibió su reapertura a la vez que se perseguía a sus miembros. Aunque más como sede del PSOE local que como con sus funciones propias de las primeras décadas del siglo XX, fue reabierta una reedición de la Casa del Pueblo en 2011, y en esa ocasión se invitó a hablar al historiador Julián Vadillo sobre este contexto social de 1911, tal otra conferencia se produjo el 11 de febrero, y aún ofreció una ruta por los lugares significativos de la Historia de la izquierda alcalaína el 19 de febrero. Previamente, el 4 de febrero, fecha redonda del aniversario, habían dado discursos los secretarios generales de la UGT-Comarca Este de Madrid, Jesús La Roda, y el del PSOE-Alcalá, Eusebio González, más el secretario de organización del PSOE-Alcalá, Pedro Casillas. Además hubo una conferencia de Historia ofrecida por el catedrático ya fallecido Julio Aróstegui y por el director del Archivo Histórico de la Fundación Pablo Iglesias, Aurelio Martín Nájera, acompañados de Yolanda Besteiro, secretaria de administración del PSOE-Alcalá.

Lo cierto es que la función propia de la Casa del Pueblo de 1911 parece que en nuestros días estuviera mejor representada por la sede Las Trece Rosas, adscrita al Partido Comunista de España en Alcalá de Henares, pero no es motivo de estas notas entrar en este análisis. 

El problema español de Azaña fue editado dentro de lo que pretendía ser el inicio de una serie de publicaciones posteriores de parte de la Casa del Pueblo, por ello fue editado dentro de un cuadernillo enmarcado dentro de lo que en la propia portada se llamó "Propaganda", se indicó que se trataba de una conferencia e incluso se numero el volumen en número romano como I. De este modo es fácil encontrar en librerías de antigüedades esta edición como la de 1987 con el nombre alterado a El problema español I, dando lugar a la confusión sobre que Azaña escribiera o se propusiera escribir una serie de ensayos sobre los problemas sociales y políticos de la España de su época. Nada más lejos. La numeración correspondía, repetimos, al primer volumen de los que sería una serie de publicaciones para Alcalá de Henares de parte de la Casa del Pueblo y no necesariamente escritos por Azaña.

Azaña para 1911 ya era totalmente conocido en Alcalá de Henares y comenzaba a ser relativamente conocido a nivel nacional, no obstante, en pocos años él será uno de los pocos periodistas españoles que viajarán a Verdún para narrar en primera persona lo que habían visto en los frentes de la Primera Guerra Mundial. Iba recto camino a ganar el Premio Nacional de Literatura en 1926. Así pues, en 1911 era una voz respetada en Alcalá, tanto por sí misma como por el significado de su familia en al vida complutense, así como por su trayectoria en ascenso en España. Centró su discurso en un análisis profundo sobre los problemas que él consideró graves dentro de la España de su época. Dado que décadas después se va a comprometer tanto con el republicanismo que terminará siendo Presidente de la Segunda República, se puede ver y considerar este discurso como uno de los primeros textos donde más explícitamente comienza a manifestar su acercamiento a una profunda preocupación por lo social y la sociedad y la búsqueda de sus soluciones. Su capacidad de análisis y de comprender todo lo que ocurría hacen de este texto algo que explica su trayectoria posterior, su visión y, aunque suene extraño, con la cualidad de que muchas de las cosas que él detectó en la sociedad española siguieron vigentes en uno y otro grado no sólo en las décadas inmediatamente posteriores, sino incluso también a lo largo de todo el siglo XX e incluso dentro de este siglo XXI.

Azaña escribe el texto sabiéndose parte de una generación joven que en ese momento está llegando a la vida política. Siente en esto la fuerza de una necesidad de regeneración de todo aquello que ha degenerado las condiciones de vida de la gran mayoría de los españoles, los trabajadores. En parte bebe del regeneracionismo impulsado tras el desastre de 1898. Toca temas como el control de la natalidad para solucionar en parte las desgracias económicas de las clases más populares, aunque ese control debe hacerse desde la concienciación, como en Francia. Refleja así las ideas de Malthus llevadas a las ideas de progreso interiorizadas por el socialismo a lo largo del siglo XIX. La desigualdad de los sueldos es observada por Azaña como una constante fuente de desigualdad social que lleva a graves penurias para los trabajadores. Considera en esto que el aumento de huelgas por asuntos laborales lleva cada vez a mayores enojos al no ser contestadas positivamente por los gobiernos y los empresarios, lo que hace que un aumento de huelgas, según Azaña, tenga asociado un aumento de violencia al no verse satisfechas las reivindicaciones, por otro lado, justas. Entra ahí el tema de la educación, controlada por la Iglesia o por el gobierno, pero en ambos casos mal administradas. Incapaz de ser dada a todas las clases populares. Anquilosada en las ideas del Imperio pasado y perdido, sin entrar en ideas productivas nuevas. Más aún, considera que la educación está dada por el gobierno a modo de acto administrativo, de forma mecánica, sin fomentar ningún tipo de pensamiento crítico, ni científico, ni creativo, dando a luz así a generaciones que se comportan como parte de un engranaje más que como personas con respuestas de futuro. Todo ese sistema se recompensa con títulos académicos y la sociedad misma exige la tenencia de esos títulos más que los conocimientos o las capacidades supuestas, dando así una sociedad de la apariencia, una sociedad obsesionada por ser reconocidos por el título, pero no por los hechos. Aunque, eso también, toda enseñanza queda supeditada a las creencias religiosas, impidiendo así que avance absolutamente nadie que presente un mínimo de crítica o de distanciamiento en sus estudios respecto a lo religioso y por extensión se crea una conciencia de jerarquía tan fuerte que también se impide el paso a quienes cuestionan determinadas instituciones del gobierno. 

Azaña considera que todo esto se transfiere a la sociedad en todo su conjunto, dando lugar a una sociedad con una incultura alta y con altas dosis de falta de interés real por el conocimiento o la búsqueda de la verdad, una sociedad brutalizada y alimentada por tópicos a menudo violenta contra los miembros de sus mismos niveles sociales si alguno de estos trata de salirse de lo comúnmente aceptado. España está lejos de Europa y debe acercarse a ella por medio de una renovación de la educación que dé nuevos valores morales y de conocimiento a toda la sociedad. Pensamiento que en parte y relativamente coincidirán con los de Ortega y Gasset unos años más tarde. 

La vida religiosa, insiste en ello, paraliza el avance material de la sociedad al darle a los individuos una serie de creencias e ideas aledañas que rigen todo un código de parálisis por medio de éticas, morales, conductas y respetos jerárquicos, castigo mediante. Mientras España paralizaba así avances tecnológicos que eran cuestionados por la Iglesia o la tradición confundida con creencia religiosa, el resto de Europa avanzaba y mejoraba sus vidas, igualmente con cuestiones de ordenamiento social y libertades. De este modo también habrían surgido la idea de la continuidad del antiguo orden como el orden ideal, de este modo había una serie de condescendencias y pleitesías a nobles y hombres millonarios, así como a políticos y militares, que provocaron que estos se creyeran los únicos valedores de los pesos de la nación, prolongando sus mandos y extendiéndolos más allá de lo que podían hacerlo. Yendo así a la aparición de caciques, a la perpetuación fraudulenta de cargos, y a la repetición de una especie de sentimiento de vasallaje casi feudal en muchos lugares de España, especialmente los rurales.

Toda política liberal debía pasar por una reforma de la recaudación de impuestos, pero todas las políticas liberales, y en especial una nueva distribución de los impuestos y su cobro, es atacado por sistema por los conservadores, que consideran a los liberales usurpadores del poder, ya que entienden los conservadores que el poder es suyo, yendo en esto también en contra con la tendencia general democrática del resto de Europa, y contribuyendo al estanco del empobrecimiento material de la sociedad. Ahonda esto el enfrentamiento entre españoles, al darse a entender un orden de cosas presuntamente natural, el conservador, y a la vez un orden de cosas que puede progresar, los liberales y a alturas de 1911 también los republicanos y los socialistas. 

Azaña invoca a la superación de la cobardía y de la hipocresía, a romper con el escepticismo de que nada pueda cambiar. Llama a un patriotismo basado en la limpieza ética y moral individual de hacer lo correcto como inicio de la regeneración nacional. La elección justa y valiente de los más honestos en los municipios para ir elevándolos a las más altas cotas. En ese estado es vital la educación y la elevación de la misma alejada de la jerarquización y prohibiciones religiosas, así como del anquilosamiento mecánico del Estado, las Casas del Pueblo tendrían por misión devolver a España una nueva sociedad más elevada, por medio de sus trabajadores. 

El estilo directo y claro está a veces afectado en su inicio de cierta retórica decimonónica, pero según avanza claramente se manifiesta en las frases sencillas y las palabras corrientes que buscaban en el comienzo del siglo XX varios de los nuevos literatos, entre ellos Azaña. Las nuevas corrientes literarias se mezclaban con ese afán de regeneración que les hacía llevar todo escrito a una lectura comprensible y asumible, sin grandilocuencias ni vericuetos del lenguaje, otra cosa será cuando se celebre el aniversario de Góngora y comience la Generación de 1927 a funcionar, mezclándose con el surrealismo, pero eso aún no había llegado en 1911. Hay quien en lo literario considera que Azaña es de la considerada Generación de 1914, y esta generación concretamente se caracteriza precisamente por eso, por comenzar a poner en práctica en su estilo y temáticas, a menudo llamadas a la reflexión y la profundidad, como Pío Baroja (de la Generación de 1898), influidas por el regeneracionismo tan fuerte en apenas una generación anterior y en plena década de 1910 aún vigente sobre todo en lo político.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 4 de abril de 2020

Para y sueña

Título: Para y sueña
Autora: Mariana Romero-Nieva. 
Edita: Asociación de Escritores de Madrid. 
Año de publicación: 2015 (1ª edición).
Género: Poesía.  
ISBN: 978-84-943808-4-6

Ya conocemos a Mariana Romero-Nieva (1933), en esta ocasión vamos a hablar del que fue su tercer libro, el poemario Para y sueña, publicado por la Asociación de Escritores de Madrid en 2015, quizá el mejor o uno de sus mejores libros hasta la fecha. Al igual que con el resto de sus libros, Mariana, en su enorme generosidad y humanidad, dona íntegro los beneficios de sus ventas a Caritas, para que su diócesis los reparta o use como mejor crea en ayuda de los más necesitados. Fue un libro presentado en el bar El Laboratorio, donde lo adquirió semanas después quien aquí escribe la reseña.

El libro salió a la luz en tapa blanda solapada, con fondo verde esmeralda degradado y el perfil de una mujer joven en un dibujo infográfico. El libro contaba con una introducción de la autora y un poema previo de presentación antes de pasar al grueso dividido en dos partes, "Desenredando recuerdos" y "Los vapores del alma". Como el título del libro indica, el poemario está dedicado a una poesía donde la autora se para en la reflexión en determinados momentos de su vida y se hace preguntas y esperanzas sobre su futuro o sobre su presente más inmediato. Varios de los poemas tendrán impregnado un carácter de creencia religiosa, mientras otros caen en la duda existencialista (pero sin caer en dar lugar a confusión con una duda existencialista que invalide la fe en Dios que demuestra en los otros poemas, simplemente no se menciona el tema, pero no se niega dentro de esas dudas), y luego existen otros poemas de carácter más apegado a su tierra de procedencia, La Mancha, por extensión de su propia juventud y personas de su vida, por ende: una vez más de la fugacidad del tiempo y la pregunta sobre qué será el futuro y qué es la vida. Algunos de los poemas requieren de explicaciones breves de la autora acerca del origen de su composición, que suele estar relacionado con alguna persona concreta que ha pasado por su vida marcándola como para inspirarla unos versos, tal es el caso de una niña huérfana, un hombre de campo que servía a su familia cuando era niña o su madre, por ejemplo.

La primera parte, "Desenredando recuerdos", recopila poemas escritos por la autora en tiempos más jóvenes, algunos, según confiesa ella misma en el prólogo, ya lejanos en el tiempo. Son poemas que contienen una alta influencia de la poesía clásica española decimonónica y romántica. A través de varios versos y rimas podemos intuir lecturas de Espronceda, el Duque de Rivas o de Zorrilla, por ejemplo. En general están compuestos en métrica menor, con preferencia por los versos de ocho sílabas, aunque los de nueve también abundan. Las rimas suelen aparecer en cuarteta, pero también en copla y en algún caso en seguidilla, es por ellos que la rima asonante prima.

En este primer bloque es donde aparecen un mayor número de poemas de carácter íntimo religioso. Presenta su relación con Dios de manera personal, su vivencia de Dios, como por ejemplo en el poema "Sólo a ti", donde le confiesa a Dios confiando su ser a él todos los padecimientos que sufre por la enfermedad que atraviesa su madre en sus últimos años.

"Quiero que veas mi Cristo
cómo me punza esta espina,
esta herida de mi alma
tiene sabor de agonía. 
(...)"

Veremos una intimidad de confesión a Dios en el poema "Amarga duda", donde la poeta se encuentra ante una angustia asfixiante necesitada de respuestas y de cierta libertad que le otorgue el saber aquello que al no saberlo le oprime, transforma a Dios en esa angustia en un confidente de primer orden, como si de un confidente más allá de lo sacro se tratara. Un intimísimo amigo al que confiarle sus desvelos. Pero también tenemos expresiones alegres en este corte de poema religioso, como en el poema "Visitemos a María", compuesto a modo de villancico largo. En él ella cobra la voz de una pastorcilla que va a adorar al niño Jesús y le lleva regalos, siendo el poema la exhortación que hace a otros pastores a imitarla y la narración que hace de los bienes que lleva para la Virgen María.

Aún con todo, no se podría decir que es un poemario religioso, aunque evidentemente haya poemas directamente con sentimentalidad religiosa. Tiene un componente claramente conservador desde un punto de vista amable, simplemente tal como surge: desde la cotidianidad de la vida y de la vivencia, como el ya citado poema al gañán que servía a la familia o bien el compuesto desde el punto de vista de la hermana que asiste a la boda de su hermana y describe cómo prepara la ceremonia el padre, desde un punto de vista tradicional y rural. Pero el libro no debe ser prejuzgado, porque, aparte de que remarco que el punto de vista es el de la vida común desde un punto de vista de unas vivencias determinadas a lo largo de una trayectoria vital, amable, sin conflicto, simplemente asumido como parte de su emocionalidad, tiene también claras, clarísimas, defensas firmes por ejemplo de lo que llamamos hoy día feminismo, igualdad de género y libertad. Hay dos poemas muy explícitos en ese sentido, cada uno ubicado en sendas partes del libro, aunque en realidad, si uno lee profundamente los poemas se da cuenta que en realidad ese sabor de independencia y de libertad femenina se encuentra en la autora, aunque haya poemas donde se adopten posturas que en nuestros días se asocian a una mujer dedicada a su familia, queda claro en el poemario que lo que se hace se hace por decisión propia y decidida de quien escribe, con amor y con gran carga sentimental y emocional hacia las personas a las que se siente atada por, precisamente, el amor. Ya sea su padre, su madre, su pareja o las personas que aparecieron por el camino y la marcaron. Pero, volviendo a los dos poemas claramente reivindicativos con el feminismo y la igualdad de género, tenemos por un lado "Risa y llanto", donde denuncia la violencia machista al dedicarle el poema a una mujer real maltratada por su esposo. Tiene este poema alguna resonancia de imágenes propias de Lorca, todo sea que la protagonista es andaluza, en concreto de Sevilla, por referencias a la Giralda. La autora llama a reclamar y recobrar su libertad a la mujer maltratada. Es un poema extenso, que queda bien recogido metafóricamente en su última cuartilla:

"(...)
Si naciste cascabel,
que no te fundan campana,
sé mejor agua que corre,
no fuentecilla encharcada"

El otro poema claramente reivindicativo en este sentido es "A la mujer". En este reclama la figura de la mujer como perfectamente válida en igualdad de condiciones intelectuales y físicas para hacer las mismas labores, pero más allá para que la mujer sea libre para que sea lo que ella desee ser, desde militar con un fusil a madre de sus hijos, desde doctora a mujer que plancha, desde quien pilota un avión a quien es alcaldesa, esposa o poeta, sin que nadie ni nada le consigne qué debe o qué no debe ser.

Quizá el poema que alcanza la máxima perfección en la primera parte, en esos poemas de juventud, es el largo poema "Entré", que combina unos primeros versos en métrica mayor con los de métrica menor. Aquí ya deja prefigurada una de las características de la poesía de Mariana, la melancolía, una tristeza ante la fragilidad de la vida, ante el hecho de la muerte física. Es importante destacar el asunto de la muerte física, pues siempre queda un poso de esperanza del reencuentro en el Más Allá, en la vida ultraterrena. El poema narra cómo tras dar un paseo una mañana de domingo al fin se decide a entrar en el cementerio, el cual recorre hasta encontrar la tumba de su ser querido fallecido, sin darnos detalles de cuál de ellos pudiera ser, tal vez la madre, tal vez otro. En realidad va enumerando según va pasando tumbas las posibles vidas de cada uno de los difuntos, por lo que viene a recoger un tema clásico de la poesía desde la Edad Antigua, la vida terrena como vanidad de vanidades, la muerte como igualadora de todos, jóvenes y viejos, sanos y enfermos, pacíficos y violentos, guapas y feas, ricos y pobres. No es tanto esta vez un canto religioso, sino más bien una llamada de atención sobre la fugacidad de la vida. Los dos últimos versos hablan directamente al lector: "¡Ama a todo lo nacido / hermano de vida y muerte!". Es un poema de vida, por más que es un poema que recuerda el lado lúgubre de la misma.

La segunda parte, "Los vapores del alma", corresponde a los poemas más recientes que había escrito Mariana para aquel año 2015, no hay que olvidar que previamente ya tenía otros dos libros, Las huellas (2010) y Por las escaleras del aire (2014). Aquí aparecerán algunos poemas con referencias a La Mancha, quizá como retorno a su propia juventud, pero sobre todo a su pasado y los seres queridos que quedaron allá. No obstante, si la primera parte recordaba a un gañán que servía en su casa cuando ella era niña, el último poema de la segunda parte cerrará el círculo al dedicarlo a una conversación entre una pareja de agricultores de La Mancha, con expresiones lingüísticas de la tierra y referencias al vino manchego, al más puro estilo de la poesía regionalista que se dio en las primeras décadas del siglo XX, especialmente en la década de nacimiento de la autora, la de 1930.

La gaviota como símbolo de libertad y la Luna como metáfora y símbolo a algo y a alguien muy unido a ella y desaparecido con promesa de reencuentro siempre por cumplirse y nunca cumplido en el momento actual, son dos de los recursos que mueven todo el conjunto de este bloque de poemas.

En estos poemas la autora se ha vuelto más existencialista. Es consciente del paso del tiempo, de la vejez y de lo temporal de la vida terrena.

"(...)
Perdí el gusto por las cosas,
el ayer que yo enhebraba
he perdido, con los años,
ese ayer que yo soñaba.
La niña de rizos de oro
es una mujer con rizos de plata.
(...)"

Soñar le devuelve el pasado y eso la hace sentir revivir en más de una ocasión tiempo de mayor juventud o de otros bríos y con personas ya desaparecidas.

"(...)
Profunda noche sin luna,
oliendo a tierra mojada,
en los brazos de Morfeo
sueños de amores me abrazan.
(...)"

Se queja amarga de la muerte, que se ha llevado a seres queridos, no olvidemos que biográficamente Mariana en el siguiente poemario recordará innumerables veces a su esposo, mientras que en este, si bien es más que evidente que también está presente, aparecen personas en la primera parte como su padre y su madre o la probable mención de alguien muy joven también desaparecido, que no sabemos muy bien quien es, no hay gran referencia. En otro poema de esta segunda parte dirá: "(...) Todas las ilusiones cortadas. / ¡Qué mal gusto tiene la muerte! (...)". Sin embargo, pese a todo ello, ella se muestra combativa y vital llena de vida, a sabiendas de que vivir es esperar ante el futuro reencuentro, por tanto, hay que disfrutar. En este sentido, en el poema que sucede a este se lee: "Vivir sin prisas / (...) / Envuelta en la tiniebla de la noche / (...) / Y mi alma impávida, serena / embriagada de amor y de añoranza / golpea el embeleso de mi espíritu / que resbala por la sima de una ausencia / larga, larga, larga...". En otros poemas se muestra expectante del sonido de unos pasos del pasado que vuelven y no lo hacen, o también a la espera de algo que no termina de llegar, o en el recuerdo de alguien amado. Está ya la melancolía que caracteriza su siguiente poemario, Vuelan versos con alas rotas (2017), muy presente en estos poemas. Pero es una melancolía con cierto trasfondo de esperanza, de confianza en que no se ha perdido del todo a quien se quería, pues habrá reencuentro prometido.

Eso sí, en esta segunda parte Mariana aparece más dubitativa que en sus poemas de juventud. Ya no afirma tajantemente algunas de las afirmaciones del primer poemario. La experiencia y el paso del tiempo la han hecho más cauta. Y aunque duda de cuál será su futuro, según afirma en uno de los poemas, se afirma como poeta en otro de los poemas que reproduce en parte en la contraportada del libro, y es eso lo que le da sentido y la llena de vida. Una vez más afirma con rotundidad su libertad.

"(...)
Tengo la pluma en la mano
y el papel sobre la mesa:
que nadie me llame loca
porque he nacido poeta,
bordadora de palabras,
enhebradora de letras."

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".