viernes, 19 de abril de 2024

Lazarillo de Tormes

Título: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades.
Autor: Anónimo.
Impresores: Salcedo (Alcalá de Henares) / Juan de Junta (Burgos) / Hermanos del Canto (Medina del Campo) / Martín Nucio (Amberes).
Año de publicación: 1554 (1ª edición de tres ediciones simultáneas en 1554, más una 2ª edición corregida en el mismo año y simultánea a las otras, aunque pudo haber otra anterior desaparecida por la Inquisición entre 1552 y 1553).

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Título: Lazarillo de Tormes.
Autor: Anónimo.
Editorial: Cátedra.
Año de publicación: 1998 (1ª edición de Francisco Rico, en 2006 indicaba 4ª edición).
Colección: Letras Hispánicas.
Nº de volumen en la colección: 44.
Género: Novela picaresca.
ISBN: 978-84-37606606.

 

Hay un libro de la  literatura del Siglo de Oro español, parte de la Historia de la Literatura Universal que no sabemos si lo escribió un alcalaíno y cuyo argumento y personajes no tienen que ver ni con Alcalá de Henares ni con alcalaínos, sin embargo está en el haber de Alcalá de Henares porque su primera edición, una de las cuatro que salieron simultáneamente en 1554, es de una imprenta y a la vez librería de Alcalá de Henares de aquella época, la de Salcedo, se trata del libro que originalmente se llamó La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. Con ese título se publicó más o menos a la vez a lo largo de aquel 1554 en las imprentas de Juan de Junta, en Burgos, de los Hermanos del Canto, en Medina del Campo, y de Martín Nucio o Martín Nuyts, fuera de España, que no del Imperio Español, en Amberes, a un año o meses de que Carlos I de España y V de Alemania le cediera Flandes a la Monarquía Hispánica, que heredó su hijo Felipe II, y no al Sacro Imperio Romano Germano, que dejó al cargo de su hermano Fernando I. A esas tres ediciones se sumó la de Alcalá de Henares, en la imprenta y librería de Salcedo, aunque no exactamente con ese título. De las cuatro primeras ediciones simultáneas, sólo la de Alcalá de Henares alteraba el título y decía: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades nuevamente impresa, corregida y de nuevo añadida en esta segunda impresión. Así que sólo la de Alcalá de Henares reconocía ser una segunda edición que había sido revisada y corregida, la cual actualmente es la que siguen en buena parte las ediciones actuales. Comparada con las otras tres ediciones, los cambios aparecen, pero no son especialmente sustanciales, por lo que muchos investigadores y filólogos sospechan que en realidad todas serían una segunda edición de una primera muy minoritaria que probable editó unos pocos ejemplares entre 1552 y 1553, hoy día totalmente desaparecida, por lo que esto queda en mera teoría e hipótesis, pero no en una certeza. Testimonialmente sólo consta la fecha de 1554 en las cuatro primeras ediciones.

Lo que sí se sabe es que la obra no pasó la censura imperial ni la de la Inquisición. eso podría haber provocado la hipotética desaparición de una primera breve edición entre 1552 y 1553, aunque esta pérdida no hubiera sido tan total, ya que en 1554 existen estas otras ediciones, y en concreto la alcalaína dice ser una edición segunda revisada y corregida. La obra seguiría estando prohibida, por lo que imprimirla, venderla, comprarla, tenerla, leerla, era un problema serio. De hecho, la edición de Medina del Campo fue descubierta accidentalmente durante unas obras en un edificio antiguo durante 1992, ocultada mediante emparedamiento en su época, lo que puede hacernos pensar si no sería una primera edición. Ahora bien, la Inquisición dejó publicarla pasados los años tras censurar varias partes y cambiar otras, lo que se llamaba expurgar y hoy censurar. Las copias permitidas y censuradas posteriores se han cotejado con estas cuatro primeras ediciones y no cabe duda de que estas responden, o parecen responder, a la publicación original sin censura, y que tal vez en la de Alcalá de Henares se quiso suavizar algo de cara a la Inquisición, sin lograrlo del todo. Por otra parte, en 1607 se apuntó la posibilidad de que el autor fue el poeta y diplomático Diego Hurtado de Mendoza, miembro de una poderosa familia nobiliaria cuyos principales dominios estaban entre Guadalajara y Alcalá de Henares, aunque su posición política les permitía tener entre ellos virreyes en América y miembros en otros lugares de España y de Europa, como por ejemplo en Granada, de donde era este Diego Hurtado. Teniendo en cuenta esto, su pertenencia a los Mendoza le hace próximo a poder haber sido autor en Alcalá de Henares. Esta posibilidad se defendió con fuerza hasta el siglo XVIII, y fue retomada en 2010 por la paleógrafa Mercedes Agulló cuando al estudiar legajos de esta persona descubrió que en uno de sus documentos el propio Diego Hurtado de Mendoza había escrito que había corregido Lazarillo y Propaladia para su publicación. En todo caso, aunque parece ser que este hecho se dio, eso no le transforma automáticamente en autor. Ante la falta de pruebas más definitivas y claras, hoy por hoy se sigue considerando una obra anónima. Así, por ejemplo, se sigue defendiendo y explicando en una de las ediciones críticas más popularizadas en nuestros días, las de la editorial Cátedra, que hoy por hoy comercializa la edición crítica que Francisco Rico en 1998 para su colección Letras Hispánicas, aunque, en vista de que el hallazgo comentado antes es de 2010, es posible que haya hoy ediciones críticas más actualizadas. No obstante, en la edición de Amberes, la de Nuyts, la cubierta mostraba dos cigüeñas y aunque este ave es muy propia de media península Ibérica, la zona del valle del Henares es prolífica en ellas, si bien en el siglo XVI no estarían sobre los edificios (según vemos en los grabados de época), sino en su bosque de rivera. Esto tampoco es definitivo ni definitorio de nada.

La cubierta de la edición alcalaína y la de Medina del Campo se ceñían a mostrar a Lazarillo con el ciego, mientras que la de Burgos se centraba en Lazarillo y el clérigo. No arroja grandes pistas. Los motivos de censura venían tanto por una crítica social a un imperio español que mantenía a su sociedad en suma pobreza y necesidades, un imperio basado en el honor, entre otras cosas, pero descuidaba otros aspectos. Pensemos que Carlos I dilapidó las fortunas de América en guerras de religión en Europa y lujos, declarando la bancarrota de la Monarquía Hispánica varias veces, suspendiendo el pago de los juros (una especie de bonos del Estado de la época que solían comprar nobles, burgueses y banqueros), bancarrotas que llevaron al saqueo de Roma por parte de las tropas españolas o, décadas después, con Felipe II, al saqueo de Amberes. Una crítica que aparece en otras obras de la época, como las de Cervantes, Quevedo, Mateo Alemán y otros, los tres citados ligados a Alcalá de Henares. Por otro lado hay una crítica a las apariencias y las formas de comportarse de nobles e Iglesia, eso en un tiempo que se habían producido ya la revuelta comunera y la de las germanías, por no hablar de la guerra civil en el Virreinado del Perú o la rebelión de Lope de Aguirre en la Amazonía. Además, la obra desprende ideas del cristianismo que no siguen exactamente el catolicismo, sino las ideas de Erasmo de Rotterdam. Erasmo y los erasmistas no fueron expulsados de la Iglesia católica porque los Reyes Católicos, especialmente Isabel I y el cardenal Cisneros, presionaron al Papado para que no lo hicieran, ya que ellos, en plena época de reformas religiosas mediante las que surgieron las corrientes protestantes, sentían que las lecturas de Erasmo sobre críticas a la conducta de la Iglesia y el comportamiento de los católicos eran legítimas. Pero una vez que los Trastamara, incluida Juana I "la Loca" y Felipe I "el Hermoso", y el propio Cisneros, han desaparecido y comienza el reinado Carlos I, con quien se publica el libro justo al final de su reinado, aunque Carlos I no le dio a la Inquisición tanta relevancia como se la daría su hijo Felipe II, lo cierto es que se puso en el punto de mira a los erasmistas, muy popularizados en España al considerarse una corriente dentro de los católicos. Es probable que la censura llegara precisamente por presentar ideas y críticas erasmistas. No sólo la Inquisición estaría contra ello, Carlos I usó a esta como instrumento de control político y él estuvo la mayor parte de su reinado inmerso en guerras de religión contra los protestantes en Europa, por lo que no podía permitir que la base del reino que más dinero le hacía ganar traído de América no fuera un ejemplo de catolicismo.

Como sea, en 1605, cincuenta años después de la primera edición, un fraile jerónimo dijo por primera vez un nombre de un posible autor, otro fraile jerónimo, Juan de Ortega, que ocultó su nombre por ser general de su orden religiosa, por lo que deseaba defenderla de la Inquisición. En 1607 surgió la hipótesis de Diego Hurtado de Mendoza, cuya posición político y social le habrían hecho callar su nombre. En el siglo XIX la hipóteses de Juan de Hurtado, muy aceptada, encontró otra hipótesis fuerte, la de los hermanos Valdés, ambos erasmistas. Se apuntaba que Juan de Valdés habría escrito la primera versión censurada y perseguida en 1529, lo que le llevó a huir y exiliarse en Italia, habiendo dejado esa primera versión en una imprenta de Alcalá de Henares, la de Miguel de Eguía, que no en la de Salcedo, y en al cual se perdería su nombre y obra y que por ello alguien la habría encontrado, revisado y corregido en 1554, siendo corregir el acto de eliminarle las partes conflictivas, o sea: censurarla o autocensurarla. Los que defienden que fue Alfonso de Valdés lo hacen por haber encontrado paralelismos análogos de varios pasajes del Lazarillo con partes de su propia obra... cosa que ocurría también con la de Juan de Valdés. Siguiendo el mismo razonamiento, pero con otra obra de la época, se postuló a Sebastián de Orozco a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Así, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ya se han propuesta entre diez y quince humanistas españoles más como posibles autores, entre los que figura incluso un secretario personal del rey y otro escritor famoso, Fernando de Rojas, que terminó de escribir La Celestina, una obra con un inicio supuestamente anónimo y autor que había vivido con toda la crudeza en su familia y persona la tortura y las ejecuciones de la persecución de la Inquisición a los cristianos judeizantes, esta hipótesis vendría a decirnos también que la primera versión sería de las primeras décadas del siglo XVI.

Como sea, obviando la hipótesis de que en 1529 el libro original pudiera haber sido depositado en la imprenta alcalaína de Miguel de Eguía, de lo que sí tenemos certeza total es que en 1554 en Alcalá de Henares se realiza una de las primeras ediciones conservadas en la imprenta y librería de Salcedo. El impresor era Atanasio Salcedo, que era el hijo y heredero del negocio familiar iniciado por Antonio Salcedo, que vino a la ciudad ante la necesidad de imprentas por parte de la nueva comunidad universitaria. Antonio ya colaboraba con otro impresor de la ciudad, Brocar, impresor de la Biblia Políglota, siendo que en 1525 había salido de su imprenta títulos destacados aún hoy día. Inició el negocio como librería, pero como tantos otros libreros, ampliaron a imprenta, y como tantos otros, también se hizo editor. Estaría la imprenta en la calle Libreros o sus aledañas, sin saberse con exactitud dónde, aunque estudios arqueológicos actuales apuntan la posibilidad de ser el edificio hoy en ruinas donde hasta hace poco en el siglo XX y parte del XXI se ubicó la fábrica de hielo Gallo. Como sea, el negocio heredado por Atanasio continuó teniendo cierto prestigio, hasta el punto que exportaba libros a otros lugares. En 1543 un librero de Medina del Campo le debía ni más ni menos que la muy elevada cifra de 74.000 maravedíes en libros. No deja de ser llamativa esta deuda entre dos lugares que publicaron la primera edición de 1554 del Lazarillo. Sin embargo, editaba por sí mismo pocas obras, aunque vendía muchas editadas por otros. Lo más importante que había editado antes de la obra que nos ocupa había sido traducciones de Séneca, que sacó en 1552. Fue el éxito del Lazarillo el que hizo que su negocio fuera muy popular como imprenta desde 1557. Hay que pensar que otra diferencia de su portada con las otras tres de 1554 es que en ella se lee que se venda el libro en Alcalá, por lo que su edición habría pasado la censura. Su negocio finiquitó en 1567.

Por lo demás, la obra en sí es un clásico que da por iniciado el género de la novela picaresca, aunque hay otras obras con características de picaresca anteriores. Narraciones en primera persona, a modo de cartas o memorias pasados los años, que narran las aventuras y desventuras de personas muy poco afortunadas en la vida que tratan de ganarse la vida con todo tipo de oficios, trucos, trampas y artimañas, mientras a la vez quieren progresar o prosperar o aparentar. Tenían una fuerte crítica social y política, incluso religiosa y de moral y ética. Por cuestiones de la época trataban de transmitir una lección moral final, aunque en el fondo son la base lejana de la futura literatura de la contracultura y los antihéroes del siglo XX. 

Sigue la vida de un niño de una familia pobre abandonado a su suerte y entregado a diversas personas que dicen que le darán un porvenir a cambio de sus servicios, todo a costa de que sus padres no le pueden mantener, su padre por morir y su madre porque por pobreza no se puede hacer cargo, dándose ella a la prostitución. Es parte del lumpen. Pasa por Alba de Tormes, de donde sería él (no es casualidad que se llame Lázaro, como el resucitado por Cristo en la Biblia). También pasa por Salamanca, Almoroz, Escalona, Torrijos, Maqueda y Toledo. Desde su niñez a su vida adulta nos cuenta sus sinsabores, con cierto humor negro, al servicio de un clérigo, de un ciego que cuenta cuentos mendigando, de un soldado que es un miembro de la baja nobleza venido a menos, y de otros miembros de la sociedad de la época. Critica así a todos los estamentos y clases sociales, como incluso a las instituciones religiosas y políticas, e incluso a los acontecimientos de una España engrandecida como Imperio, pero a costa de empobrecer la vida de sus súbditos y pedirles sacrificios que les llevan a una pobreza y una hambruna que tratan de disimular mediante ideales de honor y de España que en realidad no solucionan su precaria existencia personal. Eso lleva a la pillería y a engaños varios, al intentar medrar de cualquier manera y a una búsqueda de los caminos fáciles que no lo son en absoluto.

Queda así señalada la conexión de esta obra emblemática de la picaresca española con Alcalá de Henares, por cierto, una ciudad donde varias obras de la época sitúan personajes y situaciones de pícaros. No obstante, Alonso Fernández de Avellaneda ya escribió en su Quijote apócrifo que los estudiantes alcalaínos eran por entonces todos pícaros por necesidad.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso

Título: Segunda República. Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso.
Autores: Rubén Buren (coordinador y autor); Julián Vadillo y varios autores.
Editorial: Pinolia.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Historia; Ensayo.
ISBN: 978-8419878311

 

El muy prolífico historiador alcalaíno Julián Vadillo suele participar en numerosas obras colaborativas de manera abundante, al margen de sus propios libros de investigación. Este año publica un capítulo en una nueva obra colaborativa de varios y numerosos autores, Segunda República, que por subtítulo lleva: Claves para comprender el impulso reformador de una época vital para la democracia española y su estrepitoso fracaso. Subtítulo con el que Vadillo no está de acuerdo por incorporar una sentencia de valor que orienta a quien ve la cubierta a pensar de una determinada manera sobre la República, "estrepitoso fracaso". La valoración "estrepitoso" además aumenta una sensación tópica contra la República que se alimentó durante el mismo franquismo y que la Transición en buena parte repitió, aunque en términos diferentes al franquismo. Se trataría de aunar la idea de República en España como algo unido al caos, al fracaso, a lo imposible y a lo inviable. Por ello mismo, Vadillo está enfadado con ese subtítulo y así lo hizo saber de manera muy apasionada al autor que coordinó toda la obra, Rubén Burén, durante la presentación del libro en Alcalá de Henares el 18 de abril de este 2024, ayer, en la Librería Diógenes, aunque previamente había sido presentado en Madrid en el mes de febrero y el mismo día del aniversario de la República, el 14 de abril, el diario monárquico ABC se hizo eco de esta publicación mediante una entrevista a Buren.

El libro fue publicado por la editorial Pinolia como una obra colaborativa de varios autores coordinados por Rubén Buren, como ya se ha dicho, siendo que si bien varios son historiadores, otros se acercan a las diferentes materias que se tratan analizando la Historia de la Segunda República (1931-1939) desde lo interdisciplinar, aportando así visiones más ricas de lo habitual al mirar y analizar los hechos pasados. Actualmente, en la lista de libros vendidos de Amazon, figura entre los ocho mil libros más vendidos, lo que es un puesto muy avanzados en una plataforma de ventas cuyo catálogo de libros alcanza el millón o los centenas de miles en España. Entre los libros de Historia del Siglo XX está ni más ni menos que entre los cien libros más vendidos ahora mismo, cuando apenas lleva un mes y medio o dos meses de ventas.

Rubén Burén es de Madrid capital. Nació en 1974. Es un persona pública bastante conocida. Es músico cantautor y reivindicativo desde la década de 1990, también es cineasta y documentalista. Ha colaborado en más de veinte series de dibujos animados de diversas cadenas televisivas. A eso añade ser autor de obras de teatro y de novelas. Tiene hasta la fecha actual trece obras de teatro, una película (Maquis), está trabajando en otra documental, siete discos de música, un  guion de videojuego y cuatro libros entre novelas y ensayos de Historia. Cuenta con varios premios teatrales y con el prestigioso Premio de Novela Histórica Alfonso X, que se le dio a la vez que a Joaquín Leguina. A esta ajetreada biografía hay que sumarle un aporte biológico. Es el nieto del anarquista Melchor Rodríguez, quien durante la guerra civil española detuvo en Alcalá de Henares a una turba que quería apalear y matar a presos franquistas después de que un bombardeo de Franco sobre la ciudad matara varios niños. Melchor Rodríguez fue el único anarquista de CNT que la dictadura permitió enterrar con una bandera de la CNT sobre su ataúd por aquello. Actualmente tiene placa en la ciudad, en cuya consecución de la misma y acto de ubicación participó Buren y el propio Vadillo, en el actual Parador Nacional, antigua cárcel política, también en el franquismo. Pero, además, Buren es profesor de Medios de Comunicación en varias Universidades a la vez. Quien esto escribe, que entra y sale del desempleo y malvive económicamente, no puede menos que llamarle la atención estas biografías donde alguien acumula varios puestos de trabajo a la vez sin que en principio parezca necesitarlo, es muy común entre profesores universitarios, no es cosa de él en concreto. Tampoco es tanto cosa de él, sino de los contratantes y los valores que tiene a la hora de contratar... o de no contratar. 

Como sea, Buren, que también escribe en este libro, reunió a un equipo multidisciplinar, como ya se ha dicho, en ese equipo estaba el doctor en Historia Julián Vadillo, del que ya hemos hablado varias veces y quien también es a la vez profesor de Universidad contratado y profesor de educación secundaria como funcionario, ejerciendo en ambos ámbitos. 

El libro repasa y analiza la Historia de la Segunda República desde su proclamación hasta su final al perder la guerra civil. Contiene numeroso apoyo gráfico en forma de fotografías de la época, buscando un mayor atractivo de lectura especialmente para la gente más joven. Según la observancia de Buren, la capacidad de atención en las nuevas generaciones cada vez es menor, siendo que como profesor universitario en los últimos quince años cada vez ve más a estudiantes que prefiere leer capítulos concretos de un libro y no el libro concreto. Aunque esto es algo que puede ser contraproducente al perder contexto y datos, por tanto capacidades de análisis, sostiene que esa es la realidad actual y hay que explorarla para poder construir los relatos a transmitir de la forma más óptica posible jugando con algo que, guste o no guste, es un hecho. Sin embargo, la introducción de fotografías no es algo nuevo, por lo que hay que explorar más y mejor en cómo llegar con los mensajes de las investigaciones. Quizá por ello se ha adentrado en los videojuegos y lo audiovisual.

Pero el libro es un ensayo plenamente estudiado. Es una obra seria y respetable que ahora mismo es la visión más actual publicada de lo que sabemos de la República. Vadillo se encarga del aspecto del mundo obrero y sus sindicatos, como no podía ser menos. Nos explica la interacción de la República con las diferentes sensibilidades obreras y sindicales y los conflictos surgidos, pero también con las afinidades. Apunta, no en el libro, pero sí en su presentación, que incluso sería interesante estudiar las bases sociales de las aficiones deportivas. Ya en su día él descubrió en Alcalá de Henares que el núcleo original de la CNT en la ciudad estuvo compuesto por personas que estaban a la vez en un mismo club ciclista, la Unión Ciclista Alcalaína (UCA). En la presentación de ayer mencionó que en su actividad como archivero (que llegó a serlo por un tiempo en la Fundación Anselmo Lorenzo) encontró que una gran mayoría de carnets de militantes de la CNT estaban conservados junto al carnet de socios del Atlético de Madrid de las mismas personas. Mirando cosas posteriores más actuales que se han publicado, sostiene que más allá de mirar la afinidad política de los dirigentes de los clubs deportivos, como la afinidad republicana de los presidentes del club de fútbol que hoy día es el Real Madrid, hay que mirar a qué aficiones atraía, pues estas no tienen porqué a atraer a personas con las mismas ideas que los presidentes políticos, y pone por ejemplo el Rayo Vallecano y otros casos. Sirva esto de ejemplo como forma interdisciplinar de investigación, pues aquí entra ya la sociología. Pero también como nuevo medio de intento de atraer la atención, la afición al fútbol.

Como sea, el libro también explora cual fue el papel real del comunismo a lo largo de la República, las etapas políticas de la misma, derriba el relato franquista que el neofranquismo trató de reavivar en los comienzos de la década de 2000 y que este año parece querer revivir con revisionismo de ultraderecha, explora los asuntos culturales de la educación y la Escuela Libre de Enseñanza, cuestiona que todos los tópicos de la izquierda o de la derecha se deban aplicar en bloque y plantea que se debe volver a mirar cada caso tras realizar planteamientos generales, etcétera.

La presentación fue apoyada en Alcalá por la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Alcalá de Henares (ARMHAH), que además aprovechó para anunciar que ellos estaban a punto de publicar un libro sobre la memoria histórica de todos los municipios de la Comunidad de Madrid, donde Alcalá aportará sus investigaciones para identificar y dignificar los enterramientos de los fusilados que aquí están en el cementerio viejo.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 14 de abril de 2024

La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939

Título: La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939.
Autor: Urbano Brihuega Moreno.
Editorial: Fundación Colegio del Rey.
Año de publicación: 2005 (1ª edición).
Colección: Alcalá Ensayo.
Nº de volumen en la colección: 23.
Género: Ensayo; Historia.
ISBN: 978-84-95011-92-1

 
Entre los historiadores actuales de Alcalá de Henares más activos aún no presentado en estas notas, pero que es una figura clave en la recuperación de la Historia de la ciudad especialmente en tiempos de la República, la guerra civil y los primeros años de la dictadura de Franco en lo referente a lo que afectó a republicanos y socialistas, está Urbano Brihuega Moreno. Se trata de un licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Alcalá de Henares y maestro de Educación Primaria, que también ha ejercido de profesor de Historia en el Instituto de Secundaria Mateo Alemán, en uno de los barrios obreros y más humildes por excelencia de Alcalá de Henares. Instituto de Educación Secundaria que anteriormente fue instituto de Formación Profesional, carácter que sigue manteniendo en cierto modo, pues aún se enseñan oficios en ese lugar, en la Avenida del Ejército. También es un activo miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en Alcalá, si bien actualmente está jubilado, por un lado, y retirado de la primera línea política alcalaína por otro. Fue concejal por el PSOE electo dos veces entre 1987 y 1995, siendo alcalde el también socialdemócrata Florencio Campos. Como ensayista e historiador ha escrito sobre Alcalá de Henares como patrimonio de la humanidad y la arquitectura complutense en el Siglo de Oro (siglos XVI-XVII), pero como ya se ha apuntado, fundamentalmente se ha dedicado a sacar a la luz cuestiones olvidadas o no historiadas de la República en Alcalá, especialmente ligada a republicanos y socialistas. En esa vertiente ha recuperado la memoria póstuma del comunista Nacarino, uno de los acusado en falso de la explosión del polvorín de Alcalá de Henares en 1947, que esclareció Julián Vadillo y Alejandro Remeseiro en La explosión del polvorín de Alcalá de Henares (1947) (2009, segunda edición ampliada en 2017), la biografía del alcalaíno Andrés Saborit, diputado del PSOE, la vida de la hija del general Beigbeder, y la vida del concejal del PSOE Felipe Loeches, represaliado por Franco. Hoy es presentado en estas notas por su ensayo de Historia, toda una muy notable investigación, La instrucción pública en Alcalá de Henares. El periodo entre Repúblicas, 1873-1939, ganadora del premio Ciudad de Alcalá de Historia en 2004, y por ello publicado por la Fundación Colegio del Rey en 2005, como volumen 23 de su colección de ensayo, aunque lo hizo sin que tuviera palabras introductorias de ninguna autoridad local ni de otro tipo.

Esta innovadora investigación, muy correcta y certeramente realizada, fue la base para el libro La depuración de maestras y maestros en Alcalá de Henares (1939-1941) (2021), de quien esto escribe, Daniel López-Serrano "Canichu". En cierto modo mi libro es la continuación modesta del de Brihuega, que, si bien en su capítulo final trata el tema de las depuraciones de maestros tras el final de la guerra civil (1936-1939), el mío profundiza y pormenoriza lo referente a ese tema, aportando más datos nuevos y mi propia investigación sobre el tema. No obstante el objetivo de Urbano era analizar la instrucción pública en Alcalá de Henares entre 1873 y 1939, mientras que mi objetivo era dar a luz cómo se produjeron las depuraciones de quienes fueron maestras y maestros en Alcalá durante la guerra civil, a pesar de que el inicio de las responsabilidades políticas de la guerra no las fijó Franco en julio de 1936, sino en octubre de 1934, comenzando así una tergiversación de la memoria y de la Historia que aún en 2024 tiene seguidores. 

La instrucción pública en Alcalá de Henares fue un libro que innovó en algo que estaba siendo muy poco conocido en las fechas en las que se creó, el siglo XX de Alcalá especialmente ligado al periodo republicano y, en cierto modo la guerra civil y la dictadura de Franco. Urbano toca por fuerza la guerra civil y el primer franquismo en cuanto a la represión en la enseñanza en la ciudad, pero el libro no es en concreto de ese tema. Como su subtítulo indica, trata de analizar y comprender la evolución de la educación pública de niños y jóvenes desde la Primera República en 1873 hasta el final de la Segunda República en 1939, con el objetivo de comprender cómo había quedado este asunto social en ese lapso de tiempo de unos cincuenta y seis años, por lo que tuvo un peso importante en la ciudad. Otro pionero de la Historia complutense en asuntos del socialismo, movimiento obrero y Repúblicas, el citado Julián Vadillo, usaría la información de Urbano en cuanto a la educación alcalaína entre 1873 y 1939 y la ampliaría con su análisis de investigación propia en su tesis doctoral El movimiento obrero en Alcalá de Henares, 1868-1939 (2014). Y otra pionera en el periodo de Segunda República y guerra, Pilar Lledó, que inició las investigaciones de la guerra civil a finales de al década de 1990, usaría años más tarde la información de Urbano y la de Julián sobre el estado de la educación en la ciudad y haría también sus aportaciones en un libro de Historia general del periodo republicano, Luces y sombras en tiempo de paz. Alcalá de Henares en la Segunda República (1931-1936) (2018). Así pues, se hace evidente que la presente obra de Urbano Brihuega tuvo y tiene un peso en la historiografía alcalaína y su avance y actualización.

La investigación de Urbano tiene una indagación de cómo estaba la cuestión de la educación antes y después del periodo que el analiza en detalle, el de 1873-1939. La Primera República Española de 1873-1874, venía de un periodo revolucionario que en un origen no tenía carácter republicano, sino monárquico, el iniciado en 1868 con la expulsión de la Reina Isabel II de Borbón y el gobierno del general Prim en busca de un nuevo Rey que aceptara un gobierno constitucional y con carácter democrático, el cual se personalizó en la figura de Amadeo I de Saboya. En medio de conspiraciones políticas, conflictos varios y una nueva guerra carlista, se proclamó la Primera República en 1873, que se enfrentó a nuevas conspiraciones, guerras de independencia en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, y una guerra contra los levantamientos cantonales, mientras el movimiento obrero comenzaba a organizarse seriamente. Otro golpe de Estado acabó con la República imponiendo la dictadura del general Serrano, que duró brevemente, hasta que otro pronunciamiento militar impuso la Restauración borbónica casi acabado 1874, aunque Alfonso XII no regresará a Madrid hasta el 14 de enero de 1875. Por fuerza, Urbano se ve en la necesidad de analizar el panorama de la educación en Alcalá de Henares en esos años previos en los que empezó el Sexenio Revolucionario en 1868, e incluso hablar muy pormenorizadamente del estado de la educación en Alcalá en los años finales del reinado de Isabel II. En el otro extremo, el final abrupto de la Segunda República con el final de la guerra civil en 1939 y la derrota del gobierno Republicano, supuso el comienzo de la dictadura del general Franco con la entrada de tropas afines a él que comenzaron con la represión de sus oponentes y con la depuración de los funcionarios para ocupar sus cargos sólo con personas compatibles con el franquismo o directamente franquista. Estos procesos de depuración se mezclaron a veces con procesos judiciales y de represión que prolongó el asunto hasta 1941 en  Alcalá, aunque algunos casos particulares muy testimoniales de algunos maestros que lo fueron durante la República aún coleaban en la década de 1960. Por fuerza, también, el libro se ve en la necesidad de hablar de todo esto. Por ello se nos habla más claramente de cómo estaba el panorama de la educación en Alcalá antes del movimiento republicano, durante el mismo, con el periodo de monarquía y dictadura de Miguel Primo de Rivera entre las dos Repúblicas,  durante la propia guerra civil, y como quedó ese panorama al final del periodo republicano con el reajuste depurador que hizo Franco en los primeros años de su gobierno. 
 
No hay que olvidar que para estudiar más el asunto de la educación en Alcalá en el franquismo se han escrito obras muy notables y recomendables como La Universidad Laboral de Alcalá de Henares. Historia de una institución docente (1966-2016) (2017), de Carlos Mazarío, El Colegio Calasanz-Escolapias (1904-2004) Un siglo de presencia educativa en Alcalá de Henares, álbum fotográfico (2021), de Pilar LledóLa orden de las Escuelas Pías en Alcalá de Henares, siglos XIX y XX [Volúmenes I y II] (2021), de José María San Luciano y Luis Briones, así como algunas obras dedicadas a la escuela de funcionarios en la que se transformó el colegio de San Ildefonso (actual rectorado de la Universidad de Alcalá) o dedicadas a la propia Universidad de Alcalá, que aunque se creó en Transición hubo proyectos en el periodo tardofranquista.
 
La educación en Alcalá de Henares había tenido cierta relevancia desde los últimos tiempos de la Edad Media con los estudios generales y desde el comienzo de la Edad Moderna con la creación de la Universidad de Alcalá o Complutense en 1499. Durante el siglo XVI tuvo una competencia directa en prestigio con la Universidad de Salamanca. Si bien estaba creada para formar al cuerpo de diplomáticos y funcionarios que debían dirigir el Imperio, así como para reforzar ideas teológicas, lo cierto es que estudios actuales demuestran que la mayoría de los que lograron acabar estudios aquí fueron médicos, seguidos de gentes de leyes. Fue la primera universidad destinada a acoger a gente no necesariamente nobiliaria, incluso en conceder becas. Al margen de su pasado comunero y otras cuestiones, durante la Contrarreforma, y a pesar de acoger a varios escritores destacados del siglo XVII, fue en ese siglo que comenzó su declive al ligar el gobierno español los estudios universitarios a la teología y las enseñanzas de la Iglesia, evitando los avances que el protestantismo permitía hacer mediante investigaciones en el resto de Europa. Por otro lado, las normas y leyes de limpieza de sangre en todas las universidades españolas para cursar una carrera fueron un gran impedimento para lograr cada vez más a estudiantes destacados. En el siglo XVIII había perdido numeroso alumnado y prestigio, aunque aún sería pionera por ser la primera universidad española que permitió doctorarse a una mujer, ya antes, en el siglo XVI fue la primera en ayudar a obtener un divorcio y una orden de alejamiento al exmarido de otra mujer. La cosa es que el declive en el siglo XVIII hizo que varios colegios estuvieran sin alumnos. Con el reinado de Carlos IV incluso algunos de los elementos mobiliarios fueron vendidos o sacados de allí para los nuevos palacios que estaba construyendo. Con la invasión napoleónica de 1808 el rector ayudó a crear la Carta Otorgada de Bayona, una especie de constitución de José I Bonaparte. Parte del alumnado y el profesorado era afrancesado o liberal. Se decantaron a favor de la Constitución de 1812, aunque se planteó un primer traslado a Madrid. Con el regreso de los Borbones, Fernando VII decidió por todo esto depurar a todos los liberales e incluso reprimirles, pero en 1820, con el golpe de Riego y el trienio liberal hasta 1823, la Universidad de Alcalá organizó milicias liberales y enseñó a la gente común a conocer sus derechos según la Constitución de 1812. Volvió a plantearse llevarse la Universidad a Madrid, lo que hizo que los vecinos que vivían de los alquileres de casas y habitaciones, así como otros negocios ligados a la población  universitaria, se declararan en contra y además antiliberales. Con el regreso de la monarquía absoluta en 1823 Fernando VII mantuvo cerrada la Universidad varios años. El rey moriría en 1833 intentado atraerse a los liberales para poder lograr que le sucediera su hija Isabel II, un bebé por entonces. Eso no evitó la primera guerra carlista. La reina regente, María Cristina, siguió su alianza por conveniencia con los liberales, que llevaron a cabo una desamortización que cerró la universidad en 1836, llevándosela a Madrid como Complutense. Con esa pérdida Alcalá acentuó su decadencia, máxime cuando hubo varios proyectos de empresarios que querían desmontar o derribar edificios, lo que provocó que se creara una Sociedad de Condueños que compraron los edificios universitarios en 1851 para salvarlos.

Algunos edificios de la antigua universidad fueron alquilados al Ejército, otros a la Iglesia. En medio de esto la Iglesia recuperó la educación privada en la ciudad mediante las órdenes religiosas de los escolapios y los filipenses. De nuevo era una educación en manos de la iglesia, aunque esta vez dedicada a la primera enseñanza y la segunda enseñanza. Sólo se la podían permitir las clases más pudientes. Sin embargo, la Ley de Educación elaborada por Moyano en 1857, vigente en España hasta la Ley General de Educación Básica (EGB), de Villar Palasí, que la sustituyó en 1970, venía a avalar la educación básica para todas las clases sociales. Esto se incumplía en muchos lugares, solía ser común que esta se basara en enseñar a leer muy básicamente y a sumar y restar. La situación alcalaína con el comienzo del proceso revolucionario de 1868 estaba muy deteriorado, aunque el ayuntamiento llevaba desde la ley Moyano intentando localizar un lugar y obtener una instalación para poder crear una escuela pública, especialmente de Educación Secundaria, pues esta sólo era posible en escuelas religiosas privadas. En la parte trasera del actual ayuntamiento o el Parque O'Donnell fueron algunos de los lugares que se buscaron para crear escuelas públicas. 

La Primera República de 1873 se planteó la educación de las clases trabajadoras  como algo principal para regenerar y sanear a la sociedad española. Inició con ello un plan educativo ambicioso que alcanzó a Alcalá, comenzando el funcionamiento de una escuela pública de primaria detrás del ayuntamiento. Sin embargo, la corta vida de la Primera República acaba con esta inercia, si bien la escuela pública ya no se fue de Alcalá, en todo caso cambió de ubicaciones y se crearon varias. La Restauración (1875-1931) continuó con inspecciones escolares para detectar las mejoras a realizar. A las escuelas religiosas y a las públicas se les sumó las iniciativas obreras que crearon en la ciudad ateneos obreros que impartían clases para todas las edades que enseñaban a escribir, leer, sumar, restar, multiplicar, dividir, trigonometría, dibujar y oficios varios. Ante esto, una sociedad católica, la Mutual Complutense Obrera (hoy sólo Mutual Complutense) comenzó su andadura para educara las clases obreras al margen de la Iglesia, pero con ideas católicas. Comenzaron también a crearse escuelas laicas de tipo privado, por ejemplo en la calle Escritorios. El nivel y número de escuelas públicas aumentó en la ciudad, aún cuando Primo de Rivera (1923-1930) quería que estas tuvieran un contenido no muy alejado a clases de catequesis en los centros.

En las inspecciones educativas realizadas ya con la Segunda República en 1931, se detectó un pequeño retroceso durante la época de Primo de Rivera, pero se avanzó en seguir dotando de locales, maestros, y recursos a las escuelas públicas, mientras se buscaba aún poder establecer una enseñanza pública de secundaria. Además, la Universidad Complutense recuperó algunos de sus actos oficiales en sus viejos edificios de Alcalá, aunque no regresó. Las nuevas leyes educativas establecían la laicidad de la enseñanza, lo que fue paralizado por el gobierno conservador electo en 1933. Las mujeres, en todo caso, ganaron en la igualdad de materias a la hora de recibir enseñanzas. El panorama de mejoras quedó interrumpido por la guerra civil, aunque no se interrumpieron los cursos escolares e incluso se detectó un aumento de los alumnos apuntados. Más aún, dado que muchos adultos eran analfabetos se crearon milicias educativas compuestas por maestros con el objetivo de enseñarles a leer y escribir como mínimo. Con la entrada de los franquistas en la ciudad en el final de la guerra todas las maestras y maestros fueron depurados para saber quien era adicto o compatible al franquismo y quien no, con el objetivo de prohibirles enseñar, recibir sanciones o incluso ser pasados a otros tribunales represivos. Hubo un fusilado. Las escuelas privadas laicas pasaron a veteranos de guerra franquistas que eran mutilados o que debían ser indemnizados según las nuevas leyes, mientras que en las escuelas públicas mantuvieron los puestos los afines a Franco y recibieron un cargo de maestro aquellos de derechas que podían ocupar los puestos libres por la depuración de la gente de izquierdas. En general en toda España, en Alcalá también, la depuración y represión sobre el cuerpo de todo tipo de docentes fue tan elevada que hubo en un primer momento déficit de personal, a veces se cubrían plazas con personas que no venían del mundo de la enseñanza. Se regresó a la educación separada por sexos, dando una educación específica a las niñas dirigida al hogar. Se basó de nuevo en las ideas de la Iglesia, en el culto al Estado representado en la bandera como máxima expresión y en cantos del himno y de Falange, y en la fidelidad a Franco.

El resto de la historia educativa de Alcalá en el franquismo no pertenece a este libro, aunque es interesante conocer los avances según vuelve a crecer la ciudad, especialmente a partir de la década de 1960. 

El libro de Urbano Brihuega es una referencia obligada en al historiografía para el siglo XX en Alcalá. Derriba algunos tópicos y nos descubre una ciudad en crecimiento que se refleja en el aumento constante de la mejora de sus escuelas entre 1873 y 1939. Un proceso de mejora que comienza con una apuesta firme de la Primera República, que decide proseguir la Restauración y la sociedad que esta generó desde sus dos lados ideológicos, y que renovó en esa apuesta de mejora y democratización la Segunda República, aún pese a la guerra final, inercia de mejoras sólo truncadas con el comienzo del gobierno de Franco en su primer periodo. Es un ensayo serio, muy bien documentado, con un notable trabajo de investigación en archivo, que otorga a cada etapa sus méritos y sus deméritos sin pararse a mirar el color político de quien está en ese momento. Contiene además un elevado número de tablas estadísticas que permite al lector contrastar los datos con su propia reflexión a discutir con la que hace Urbano en el texto. Repito: un imprescindible.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 6 de abril de 2024

Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax

Título: Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax.
Autor: Antonio González Sánchez.
Editorial: Notting Hill.
Año de publicación:
2023 (1ª edición).
Género: Poesía.
ISBN: 978-8412653033

 

Ya conocemos en estas notas a Antonio González, que es fundamentalmente pintor de cuadros, pero también poeta, muy ligado a la asociación cultural y editorial alcalaína Notting Hill, que llegó a ser librería hace pocos años, aunque de vida corta. En 2021 había publicado Buscador infatigable, que tuvo una segunda edición en 2022. Ahora, a mediados de 2023, ha publicado el siguiente poemario con Notting Hill, aunque lo ha presentado a comienzos de marzo de 2024 en el Pub O'Malley's de la calle Goya de Alcalá de Henares, le acompañó a la guitarra el también escritor Theo Acedo. Su primera presentación, en todo caso, fue en verano de 2023, en Malpartida (Cáceres). Se trata de Manantial desbordado. Poemas para un ratino de relax. Está en tapa blanda con una portada que cuenta con un cuadro suyo con tonalidades azules y el paisaje del centro histórico de un pueblo con torre medieval.  El poemario refleja una visión sencilla de la vida, tendente a lo apacible y la amistad. Muy directo, sin apenas recovecos en recursos, se muestra simplemente franco. Traslada así una serie de reivindicaciones del autor de manera sosegada, solidario con la sociedad, pero también refleja el ser sencillo basado en las relaciones humanas, modo como entiende la vida Antonio González. Sirva de ejemplo estos versos de su poema "Por la poesía viva", para entender cómo entiende la poesía y la forma de vivir. 

La que ríe, llora y siente
por todos los poros de la piel
y se expresa en voz alta.
La que brota de los profundos
sentimientos que conectan
y desahogan el alma.
La que surge de los entresijos,
remueve las entrañas
y da un vuelco al corazón.
La que denuncia los abusos
de poder y las diferencias sociales,
la que apoya a los débiles
y las personas vulnerables.
¡Viva! la poesía viva.
La que comparte a diario
los versos que nacen del latido
y la pulsión de vida hasta saborear
las palabras y disfrutar de su mensaje
(...)


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

viernes, 29 de marzo de 2024

La muerte no tiene color

Título: La muerte no tiene color.
Autora: Hugo Sanz Rodero (Ugo Sanz).
Editorial: Ediciones Eunate.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Colección: Narrativa.
Nº de volumen en la colección: [sin número].
Género: Novela.
ISBN: 978-84-7768-485-5
 
Este año 2024 se incorpora como escritor alcalaíno alguien que ya lleva varios años siendo creador, salvo que lo ha venido siendo como cineasta. Se trata del realizador de cine, director y guionista, Ugo Sanz, que ahora como escritor firma Hugo Sanz Rodero. Una persona, por otra parte, amiga desde hace años, desde los tiempos del bar La Vaca Flaca, donde tantas personas de los diferentes ámbitos de la creatividad de Alcalá de Henares coincidimos muchos antes de la existencia de El Laboratorio. A través de esa amistad yo mismo asistí a ver sus películas en sus estrenos en Alcalá de Henares e incluso en el cine Capitol de Madrid, en la Gran Vía, durante un festival de cortometrajes. El libro con el que se estrena como autor literario es La muerte no tiene color, aunque ni decir tiene que previamente tiene muchos guiones de cine escritos, principalmente cortometrajes y mediometrajes, tal vez en cifra aproximada de cien. Entre esos cortometrajes, totalmente escritos y dirigidos por él, están Los ojos de Alicia (2005), El prestidigitador (2006), No es una buena idea (2007), Adiós, muñeca (2009) y Ya no voy a hablar más (2009), entre otros. Se han estrenado en el propio festival de Alcine, en Alcalá de Henares, pero también en otros festivales de Madrid, Almería y otras ciudades tanto españolas como europeas, e incluso en Nueva York. Como cineasta se disponía a dar ideas para el "book tráiler" a la editorial, tras visionar algunos que esta misma hizo con otros autores, pero decidió respetar el realizado tras verlo y convencerle de ser apropiado. De todos los citados quepa destacar el primero de todo, Los ojos de Alicia, pues su argumento y temática está muy ligado a la novela que ahora escribe, una historia de un psicópata que practica el secuestro y la tortura, especialmente mental. 

Hugo Sanz nació en San Sebastián, en el País Vasco, en 1973, pero vino a vivir a Alcalá de Henares con  sus padres en 1979, con seis años de edad, y desde entonces vive aquí y ha desarrollado su vida aquí. Sus estudios y su carrera cinematográfica, aunque esta le haya llevado a otras ciudades ya por estrenos, festivales o motivos de trabajarlos. Ya hemos comentado su conexión con La Vaca Flaca, ya desaparecida y con los festivales de la propia ciudad, como Alcine. También formó aquí su propia familia, cuya particularidad en la visión de su pareja, Beatriz, le ha dado una de las características principales de la protagonista de esta primera novela. Quepa decir en estos apuntes biográficos que él lleva toda un a vida firmando como Ugo Sanz, no por la eliminación de la letra "H" en el nombre de Hugo en algunos lugares de lengua vasca, sino, según confesó él, porque le pareció diferenciador como algo artístico. Así era como iba a firmar su primera novela, pero los maquetadores de la primera versión promocional de la portada del libro para los medios de comunicación creyeron que había un gazapo y corrigieron Ugo Sanz a Hugo Sanz. Por lo que hubo una primera versión muy mínima circulando así. Llegados a ese punto donde ya estaba difundido, Hugo decidió mantener la autoría Hugo Sanz. Sin embargo ocurrió otro imprevisto. Rastreó si existía ya otro Hugo Sanz escritor y efectivamente existe. Se trata de un prolífico escritor de novelas  de corte erótico o sexual, por lo que para diferenciarse del todo decidió añadir como autor su segundo apellido, Hugo Sanz Rodero. Las cuestiones del azar a veces son así.
 
No fue lo único que varió. El primer título que el propio autor había elegido era Cien espadas de Damocles. Con ese título trabajó en todo momento el manuscrito original e incluso fue con el que lo envió a concursos y editoriales. Más aún, fue finalista del Premio Azorín 2022. Con ese distintivo incluso se presentó a la gala de premios y se presentó a dos agencias editoriales. En la primera agencia le pidieron reescribir parte de la obra. Para ello una de las agencias, de prestigio, le recomendó acudir a un editor que le pasó un informe de lectura que al propio Hugo le hizo sospechar sobre la seriedad o no con la que se habían tomado su libro. No le gustó y siguió reescribiendo mientras mandaba la obra a esa segunda agencia editorial. En este caso el agente editorial ni contestó. Suele ser habitual en el mundo editorial este tipo de actitudes entre editores. Denotan cierto menosprecio a los autores, especialmente no conocidos o no reconocidos. Con  estos precedentes y parte de la obra reescrita se presentó a la Ediciones Eunate. Una editorial de Navarra que se dedica principalmente a escribir novelas en Pamplona y su entorno, especialmente de novela histórica y de misterio. María Oset, la directora, quedó enganchada a la obra. Prácticamente no le pedía cambios, salvo el título. Iba a arriesgar a publicar un libro que no era de su área editorial habitual, sino de Alcalá de Henares, y por tanto de Madrid, donde hay gran competencia editorial y de publicaciones. Otras amistades dudaron del título original y al final fue Beatriz, su pareja y a la vez profesora de Literatura, quien no sólo le hizo recomendaciones de escritura, sino que además le aportó el título a raíz de una peculiaridad física que tiene ella y comparte con la protagonista de la obra, una sinestesia que hace que vea tonalidades de colores según los días y espacios de tiempo, así como situaciones de la vida o vivencias. Una rareza que no por rara no existe. Existe. De ahí surgió el título La muerte no tiene color, que es un título por otra parte con un gancho muy cinematográfico, el de asociar a la muerte alguna cuestión material o mental, múltiplemente utilizado. El título gustó y además aportó la portada negra con manchas de colores, idea de Oset y que es la portada que le viene perfecta como novela negra, de suspense, policíaca, de crímenes. 
 
La novela también contó, aparte de los conocimientos de Beatriz y de su editora, con el asesoramiento de amigos de Hugo del mundo de la cinematografía, la sexología, el cuento narrativo, un miembro policial del Grupo Especial de Operaciones (GEO) y otro de la Sección de Análisis de la Conducta, de la Policía Nacional, el cual es por fuerza, además, psicólogo. Todo esto según comenta Hugo Sanz en agradecimientos. Además, la inspiración el viene también por una sección de un periódico dedicado a dar casos de análisis de la conducta en crímenes. Lo que me recuerda un pasatiempo en el diario El País que en la década de 1990 era precisamente eso, intentar dar la solución a un crimen ficticio a través de conductas y de sucesos entre las personas implicadas. La influencia de todos ellos se nota mucho en la obra, especialmente el peso de la construcción psicológica de todos y cada uno de los personajes, logrando una diferenciación entre ellos muy bien estudiada. 
 
No olvidemos tampoco que Hugo Sanz lleva mucho tiempo escribiendo guiones, por lo que también se nota en la novela ese peso y se infiltra muy descaradamente un estilo narrativo muy de guion cinematográfico o televisivo en lo que sería narración de novela, pero hace que este sea parte del estilo propio del autor en esta obra, por lo que no es algo rechazable, porque es como su propia esencia de autor. El uso de la tercera persona del presente para narrar la historia nos recuerda a los guiones de cine y teatro. Sólo aparece la primera persona cuando en muy contadas ocasiones entra en la mente de la persona psicópata. El pretérito sólo se usa cuando se hace referencia a los hechos conocidos a través de informes, interrogatorios, un diario personal, o recuerdos. El refuerzo de una narrativa heredera de un lenguaje de guion está en la brevedad de los capítulos y en el carácter secuencial, a veces con saltos temporales breves, y a menudo simplemente para narrar una escena muy concreta que ayude a encuadrar a cada personaje en un momento determinado, algo muy de construcción de escenas en las secuencias. Enriquece, eso sí, la introspección reflexiva de los personajes, no se ciñe a la mera acción. Otro pequeño truco de guion es la tendencia a cerrar cada parte con un  posible gancho que incite a querer seguir leyendo lo siguiente por curiosidad de algo que puede haber creado impacto en el lector. Por mi parte, a mitad de la novela es cuando más enganchado a la lectura me quedé. Va ganando fuerza ahí. Sea como sea, aunque puede ser una historia única y cerrada, el final no es tan cerrado como para no dejar una puerta abierta a una continuación, a una segunda parte, o quizá una saga, como las de las novelas negras de Gómez Jurado, Vázquez-Montalbán, Pérez-Reverte o, por citar clásicos del género, Arthur Conan Doyle o Agatha Christie.

El propio autor, Hugo Sanz, dijo en la presentación del libro en el comienzo de marzo de este 2024 en Alcalá de Henares, en la librería Diógenes, en febrero lo había presentado por primera vez en Pamplona, que le veía posibilidades para pasar la historia a cine, tal vez a mediometraje o incluso a serie de televisión, pero que si hay continuidad o que si la obra pasará a cine es algo que ya se verá.
 
El argumento base, pido perdón a Hugo Sanz por comentar esto, me recuerda mucho al relato breve Un mal buen inicio, que yo mismo, Canichu, escribí junto a Luis Abad en 2015 y que fue  publicado en trece capítulos en Noticias de un espía en el bar, por entregas ilustradas por Zia Mei y Chechu, ese mismo año. Las similitudes del planteamiento de la base sobre la que se construye el relato son muy evidentemente grandes. En descargo de Hugo Sanz diré también que no me consta que él se haya leído tal relato, ni que lo conozca siquiera y que si lee estas notas probablemente se está enterando de su existencia en estos momentos. O al menos eso creo o eso me parece. Hay una distancia de nueve años entre un  relato y otro. Hugo Sanz ha trabajado muy bien su obra y está micho más elaborada y profundizada. Lo nuestro era para una lectura breve y lo suyo es toda una novela.
 
Básicamente parte de la llegada de Coral a la Sección de Análisis de Conducta, de la Policía Nacional. El primer caso en el que ha de participar es probablemente el más duro de toda su vida. Un asesino en serie actúa en Alcalá de Henares, el Alcalá de Henares actual de este primer cuarto del siglo XXI, y en algunos barrios de Madrid capital, los ubicados hacia el Este, que dan a la carretera que lleva a Alcalá, como Vallecas, Barajas y Alameda de Osuna, aunque aparecen otras localizaciones siempre muy relacionadas a Alcalá, como Guadalajara, Santos de la Humosa, Torrejón de Ardoz y Azuqueca de Henares, entre otros. Se hablará y distinguirá numerosos lugares de Alcalá, evidentemente Hugo Sanz conoce a la perfección la ciudad. La cosa es que el asesino en serie es un asesino muy peculiar que usa de un sadismo desmedido al poner en práctica ejecuciones mediante torturas sacadas de la Inquisición española, dejando además una serie de objetos de tortura a modo de pistas en esa dirección. En medio de estos crímenes interactúa el papel de los medios de comunicación, los posicionamientos sociales y la política, pues se hace mucho más que evidente que aunque no se mencionen se hace referencia directa a la actualidad. El actual gobierno en 2024 es del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez en coalición primero con Unidas Podemos (2019-2023) y desde final de 2023 con Sumar, del mismo modo que se hace referencia al Partido Popular (PP) como oposición y a Vox como extrema derecha. Ahora bien, el libro está escrito originariamente en 2019, año en el que gobernaba el PSOE en solitario, pero con un acuerdo de apoyos políticos con Unidas Podemos. Quizá en esto Hugo Sanz no ha tenido la valentía de nombrarlo con nombres y apellidos (partidos) tal como otro clásico del género sí hace, Eduardo Mendoza, Premio Cervantes, por ejemplo en La verdad sobre el caso Savolta. Lo que sí me da la sensación con la lectura a través de algunas pinceladas expresivas y argumentativas de Hugo es que pareciera que deja clara la validez de los planteamientos del PSOE, la respetabilidad del PP y la censura a Sumar y Vox. Que no nombre a cada uno por su nombre no nos evita que sepamos como lectores lo que nos dice y cómo se posiciona a través de sus personajes principales. Por ello mismo, es probable que esta novela no le sea cómoda a lectores de Vox, que los de PSOE y PP la vean entretenida y el PSOE la vea recomendable, y que los de Unidas Podemos-Sumar la vean entretenida, recomendable en cuanto a lo que respecta la defensa de los derechos de identidad de género sexual, pero a la vez sumamente injusta con ellos, por cuanto esos mismos derechos, como otros, no hubieran avanzado si no hubiera habido coalición, tenemos de ejemplo para contrastar desde 1977 hasta la actualidad en cuanto qué se ha hecho y cómo y porqué y quién. 
 
Saliendo de la novela, pensemos que la homosexualidad no dejó de ser un delito con la muerte de Franco, tampoco lo dejó de ser con las reformas de 1976, ni con las de 1977. Precisamente parte de las protestas de la asociación de presos en lucha COPEL, fundamentalmente dirigida por anarcosindicalistas de la CNT, era en torno a la despenalización de la homosexualidad y una amnistía para presos comunes; no era su única reivindicación, pero despenalizar la homosexualidad estaba en una de sus bases, incluido cuando se amotinaron y se cortaron las venas. A Adolfo Suárez le pusieron contra la cuerdas en los telediarios y el PSOE aprovechó para echar leña al incendio poniendo una proposición de derogación de la prohibición en 1978, pero no hicieron nada ni con la Constitución aprobada a comienzos de diciembre de 1978. En País Vasco mataron a un homosexual en Rentería, en una discoteca, y al votar el ayuntamiento en su condena la policía nacional entró soltando pelotas de goma contra los concejales. Se puede rastrear en prensa y en el Archivo General de la Administración, a eso se sumó una manifestación homosexual por Madrid y al final, el 26 de diciembre de 1978, Suárez tuvo que despenalizar la homosexualidad y fue en los comienzos de 1979, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado, que quedó, así, despenalizada la homosexualidad en España. La iniciativa primera partía de COPEL, liderada por el anarcosindicalismo.
 
Volvamos al libro. el libro toca temas sociales, políticos y de la gestión de la información. Es muy actual y de fondo tiene sus mensajes reivindicativos y explicativos de cómo funciona el mundo, pero no va de eso. Es un libro fundamentalmente de novela negra. Va muy en el estilo de las series de investigadores criminales y, aunque sale mucha carnicería propia de las series de policía forense muy de moda en los últimos veinte años, es más deductiva, pero no tanto al estilo de las pistas de misterio al modo Sherlock Holmes y otros detectives deductivos. No. Se aproxima más a la serie televisiva El mentalista, donde una persona con grandes dotes para analizar la inteligencia emocional y la psicología ayuda a desentrañar crímenes. En medio de esto, de la Inquisición, la política, lo social y el tema homosexual, aparece la historia de tensión sexual entre sus dos principales protagonistas, Coral y un viejo amigo suyo del colegio que, ahora, es agente de los GEO. Esto nos aproxima también a un clásico recursos de las series televisivas. La subtrama, que a menudo parece la auténtica trama real del relato, la conductora. De hecho, si hay trascendencia a una segunda parte, por lógica esa subtrama es el hilo que cose, al margen de la puerta abierta en el mundo criminal.

Creo que es muy buena novela. Engancha y te hace leer más y más. Personalmente me gusta especialmente la construcción psicológica de todos los personajes. Creo que es algo complejo y que está muy bien realizado. Pero creo también que la historia principal, la trama de crímenes, tienen mucho jugo y será de especial gusto a los lectores de novela negra, aunque no sea una novela negra al uso. Una de sus características que la diferencian es mostrarnos que más allá de la vida de criminalistas de la policía, también tienen historias personales y vidas privadas donde les ocurre lo mismo que al resto de personas. De acuerdo que alguien dirá que esto ya estaba en series de televisión como Colombo o Los misterios de Laura, pero de verdad que merece mucho la pena cómo está construido y narrado todo ello en esta novela. Muy recomendable.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 23 de marzo de 2024

El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá

Título: El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá.
Autor: Diego Blázquez Yáñez.
Editorial: Betania Ediciones.
Año de publicación: 2000 (1ª edición).
Colección: Diego Muñoz Tornero.
Nº de volumen en la colección: [sin número].
Género: Historia; Biografía; Periodismo; Religión.
ISBN:  978-84-87311148

 

Quepa hablar en esta Semana Santa de un libro que no es de un autor alcalaíno ni que tenga que ver tal autor con Alcalá, pero el libro sí toca en cierto modo Alcalá de Henares, o al menos a uno de los personajes de la Historia de Alcalá de Henares. El libro es un libro de Historia y biografía reconstruido no tanto desde la ciencia humana que es la Historia, con su respectivo método, si no que ha sido escrito a través de la consulta de prensa del siglo XIX, prensa de la misma época de los sucesos que narra, y desde un punto de vista de cronista, más que de historiador. El libro se llama El asesinato del primer obispo de Madrid-Alcalá, que fue publicado por primera vez en el año 2000 por la editorial Betania Ediciones, que suele dedicarse ampliamente a temas teológicos y religiosos en general. Lo hizo en la colección Diego Muñoz Tornero, sin número de volumen. El autor era Diego Blázquez de Yáñez. Diego Blázquez había nacido en 1932 en Retamal de Llerena, en Badajoz, Extremadura, pueblo del que fue su cronista oficial. Hizo sus estudios primarios en su mismo pueblo, pero estudió bachillerato y posteriormente filosofía y latín en Sevilla y en San Antón, otro pueblo de Badajoz. Para sus estudios universitarios se trasladó a Madrid y estudió en la Universidad Central o de Madrid, actual Universidad Complutense. Allí estudió Derecho, Psicología y Ciencias de la Información, lo que le permitió hacer prácticas en el periódico monárquico ABC, donde trabajó, mientras también cursaba Diseño y Edición Electrónica en la Universidad Autónoma de Madrid. Allí impartió clases, de las que una de las asistentes fue la entonces princesa Sofía de Grecia, posterior Reina de España. Siguiendo su formación, en Salamanca se hizo teólogo y experto en Filología Clásica. A partir de ahí colaboró con periódicos y revistas monárquicas y católicas entre la segunda mitad del franquismo y la Transición democrática (Hoy, Extremadura, Pueblo Extremeño, Ya, Ideal, ABC, Información de Madrid, Alfa y Omega, Familia Cristiana, Vida Nueva, Alminar y Ecclesia). Con la democracia ya plena siguió colaborando con revistas católicas, como Alfa y Omega, difundida por ABC. Fundó la Fundación de la Fuente y fue nombrado capellán del Hospital de la Princesa y del Hogar Extremeño de Madrid, mientras le nombraban cronista oficial de su pueblo. Escribió varios libros tipo crónica de Historia de temas relacionados entre el periodismo y el catolicismo, como este del que hablamos hoy. Falleció e 2015, con 83 años de edad.

Lo que le acerca a Alcalá es, como se ha dicho, investigar a través de la prensa de la época del XIX sobre la vida y las circunstancias del asesinato del que fue el primer obispo de Madrid-Alcalá. Aunque ya hemos hablado de ese asunto, como recordatorio hay que decir que a comienzos del siglo V, aún con el Imperio Romano, San Asturio fundó la primera diócesis complutense, alegando haber encontrado los restos de los Santos Niños Justo y Pastor. Sabemos de nombres de algunos obispos complutenses posteriores, incluso durante el periodo musulmán de la Edad Media, lo que no sabemos es cual era su alcance obispal, o si eran nominales. Como sea, en 1099 el Papa Urbano II eliminó el episcopado para sumarlo al obispado de Toledo, razón por la cual Alcalá de Henares estuvo por mucho tiempo ligada a Toledo. Varios obispos de Toledo residieron en Alcalá e incluso instalaron aquí su archivo y celebraron concilios. En 1851 el Papa Pío IX instauró el obispado Madrid-Alcalá, devolviendo la existencia de un obispado alcalaíno, aunque esta vez ligado a Madrid. Sin embargo, este no se inició hasta 1884, año que afecta al libro de hoy. En 1983 se empezó a estudiar la posibilidad de separar el obispado de Madrid del de Alcalá de Henares, siendo que en 1988 al menos se dividieron las dos provincias eclesiásticas, pero el obispado de Alcalá de Henares no lo volvió a ser por sí sola hasta 1991, lo creó de nuevo el Papa Juan Pablo II, y otorgó el título de catedral a la Iglesia Magistral. 

Una vez situado todo esto, toca hablar del personaje del que trata el libro, el que fuera el primer obispo de Madrid-Alcalá, Narciso Martínez Izquierdo, que fue asesinado el Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, aunque tardó un día en morir desde que fue disparado con un revólver por el sacerdote Cayetano Galeote Cotilla en la Real Colegiata Basílica de San Isidro, en Madrid. Los tres disparos mortales se produjeron delante de una multitud de varias nacionalidades y personas destacadas dentro del recinto religioso. No cabía duda alguna de la autoría del sacerdote citado como asesino. Lo que no quedaba claro son los porqués.

Narciso Martínez había nacido en Rueda de la Sierra, en Guadalajara, en 1830. Todos sus estudios se enfocaron a la teología, la filosofía y las lenguas clásicas. Se ordenó sacerdote en 1857, en Castellón. Le hicieron canónigo en la catedral de Sigüenza y arcediano en la de Granada. La cuestión es que este religioso también se metió en política en una época tan convulsa como el reinado de Isabel II. De hecho él era carlista, en un siglo donde hubo hasta tres guerras civiles carlistas. Hay que recordar que los carlistas del siglo XIX eran personas ultraconservadoras, contrarías a los progresistas y liberales y a que reinara una mujer, Isabel II. Además, eran ultramontanos, esto es: católicos tan extremos y dogmáticos que a menudo iban incluso más allá que el propio Papa en todo aquello que no toleraban por considerarlo contrario a la Iglesia. En otras palabras, en un siglo donde el Papado chocó varias veces con las ideas democráticas del momento, pero que al final aceptaba avances en este sentido, ellos no aceptaban ninguno de los avances de los nuevos tiempos, anhelando el antiguo régimen y cuestiones que implicaban incluso cosas resueltas ya resueltas respecto a otras creencias cristianas que  en el siglo XVII se solventaron tras la Guerra de los Treinta Años. Terminado el reinado de Isabel II en 1868 y con la puesta en marcha del reinado de Amadeo I de Saboya, se presentó por los carlistas a las elecciones de 1871, logrando ser diputado por Molina de Aragón. Al proclamarse la Primera República en 1873 el propio presidente de gobierno Emilio Castelar buscó una manera de quitarle del panorama político logrando que le nombraran obispo de Salamanca, pero no fue nombrado hasta 1874, siendo que a comienzos de ese año acabó la República y comenzó la restauración monárquica borbónica con Alfonso XII. En 1876 vuelve a presentarse a las elecciones y es senador por Guadalajara y en 1877 por Valladolid. Reelegido en 1881. Sólo abandonó el senado tras renunciar él mismo en 1882 porque el presidente Sagasta aprobó la Ley de Matrimonio Civil, que permitía las bodas civiles en España. En 1884 el Papa León XIII crea el obispado de Madrid-Alcalá ya de manera firme y esto se materializa en 1885, siendo que le elige a él como su primer obispo. La sede será la Real Colegiata de San Isidro de Madrid, que será elevada a catedral. A lo primero que tendrá que hacer frente en 1885 será a una epidemia de cólera por la que murió una gran cantidad de gente que, a menudo, iban a las iglesias en busca de ayuda. A la par quiso reformar con gran austeridad todas las órdenes religiosas de Madrid, por considerarlas relajadas y contrarias al ejercicio del sacerdocio tal como él entendía la fe cristiana. Por este camino se granjeó la enemistad de un gran número de religiosos de todas las jerarquías y de creyentes comunes.Uno de los sacerdotes afectados, el citado Cayetano Galeote, se acercó a él mientras subía la escalinata para dar la misa de Domingo de Ramos de la Semana Santa de 1886, un 18 de abril, por lo que la catedral estaba repleta de personas y personalidades. Le disparó tres veces con un revólver, provocando su muerte al día siguiente.

Cayetano Galeote había nacido en 1839 en Vélez, Málaga. Había ejercido como sacerdote en Toledo, Puerto Rico (de donde se trajo una pistola) y Fernando Poo (Guinea Española). Al regresar a Madrid en 1880 había desarrollado una personalidad muy autoritaria y enérgica. Vivía con una mujer a la que llamaba "sobrina", pero que era conocido que era su amante, razón por la cual no dejaban de trasladarle de iglesia y de pueblo. Con el nombramiento de Narciso Martínez como obispo en 1885, un rector de capilla, un capellán, denunció la relación sentimental de Galeote. El obispo le anunció que le iba a volver a trasladar de sede y a cortar de raíz su relación con "la sobrina". Por ello, encontró la muerte el Domingo de Ramos. Galeote fue condenado a muerte a finales de 1886, pero un tribunal médico le declaró insano mentalmente en 1887, por lo que le conmutaron la pena capital por una reclusión de por vida en el sanatorio mental de Leganés, donde no moriría hasta 1922.

  El obispado de Narciso Martínez apenas duró ocho meses y medio. Toda esta historia la recogió y la reconstruyó Diego Blázquez con la consulta, como he dicho, de la prensa y testimonios publicados en aquellas fechas. Pensemos que entre esos autores escribió el 21 de abril de ese 1886 le mismísimo Benito Pérez Galdós, que aparte de escritor genial era periodista.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 16 de marzo de 2024

Más allá de las ruinas

Título: Más allá de las ruinas.
Autora: Teresa Galeote.
Editorial: M.A.R. Editor.
Año de publicación: 2013 (1ª edición).
Colección: Narrativa.
Nº de volumen en la colección: 14.
Género: Novela histórica.
ISBN: 978-84-941489-5-8
 
Una prolífica y conocida autora de Alcalá de Henares que aún no habíamos comentado en estas notas es Teresa Galeote Dalama. Nació en Madrid, pero vive en Alcalá de Henares desde 1982, siendo que además tiene una vida pública alcalaína muy activa. Tiene la Licenciatura en Filosofía y Letras. Fue consejera de la Fundación Colegio del Rey, de carácter cultural en Alcalá. También fue consejera en el Consejo Escolar Municipal de Alcalá de Henares. Y fue concejala alcalaína por Izquierda Unida (IU) en el mandato de 1991-1995 en el que gobernó El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en coalición con IU, con Florencio Campos (PSOE) de alcalde, y Joaquín Arias (IU) de vicealcalde. Es además una de las personas que acumula un gran cúmulo de artículos de prensa en la prensa local desde hace muchos años. Se la puede rastrear en Puerta de Madrid, Alcalá Hoy o Diario de Alcalá, entre otras. Está muy especialmente volcada y dedicada al feminismo, pero también a la concienciación social sobre los problemas sociales y políticos del presente y del pasado, tratando de explicarlos tanto desde el ensayo periodístico, como acercándolos a los lectores en novelas y relatos de ficción. Lo que la aproxima en cierto modo a la propuesta que mezcla literatura y pedagogía en Emilio Sola y que queda uy patente en su obra La novela secreta (1996). Aplica todo su conocimiento filosófico a su propia reflexión y explicación del mundo desde una construcción patriarcal de la Historia y la Cultura, con el objetivo de, conociendo el punto de partida de nuestra sociedad, poder avanzar hacia la igualdad entre mujeres y hombres. 

Sea como sea, tras su paso por el ayuntamiento alcalaíno se dedicó de pleno a la escritura. Es a partir de 1996 que comienzan sus publicaciones en libros, aparte de sus artículos en prensa. Es en 1996 que aparece su nombre en una primera publicación de relatos de un taller de escritura, junto a otros relatos de Minke Wang y Twiggy Hirota, La crueldad, pero el primer libro netamente suyo se publicó en 1998, una colección de relatos llamada Los sueños. En todo caso ella tiene mayoritariamente una producción de novela. En 2008 fue ganadora del Premio Carta Puebla por Los días largos, una novela de 2007 que era su sexta publicación en libro, con lo que había tardado en llegar ese reconocimiento. En 2013 fue ganadora del II Premio Alexandre Dumas de novela histórica por Más allá de las ruinas, que es la novela con la que la presentamos hoy en estas notas. En 2016 fue finalista en el VII Premio Ciudad Ducal de Loeches por la novela El eco de las palabras. Recibió un accésit del VI Premio Rara Avis por su ensayo Los hombres que no amaban a las mujeres, de 2022, que presentó en la asociación Arkana Creativa del barrio Venecia de Alcalá de Henares, ensayo en el que desarrolla toda su teoría de la evolución y fundamento de la sociedad desigual del patriarcado a lo largo de la Historia. Recientemente quedó finalista del X Premio Wilkie Collins de Novela Negra en 2022 por Asesinato en el Hostal Oriental. Este año 2024, estrenó en la sala de teatro Margarita Xirgú, del sindicato Comisiones Obreras de Alcalá de Henares, un conjunto de monológos en voces femeninas llamado El grito de las fronteras, donde ahonda en los problemas de los emigrantes y los exiliados, especialmente en estos días de aquellos que cruzan en patera el mar para llegar a Europa. No era la primera vez que se acercaba al teatro, pues en 2013 escribió El vuelo de Osiris.

Más allá de las ruinas, publicado en 2013 y ganador del II Premio Alexandre Dumas de Novela Histórica, como se ha dicho, fue editado por M.A.R Editor, editorial donde Galeote se ha sentido cómoda como para publicar la mayoría de sus libros e incluso reeditar algunos de los primeros libros. No le ha ido mal, varios, como este, tienen allí segundas ediciones. Además, el propio estilo visual de las cubiertas de esta editorial le dotan a los libros de Galeote un aspecto uniforme  el como si de su propia colección se tratara entre el encuadrado en negro y naranja, con una tipografía de letra que quiere imitar la escritura con pluma estilográfica. En el presente el presente libro la cubierta contenía una fotografía en sepia de una extensa familia de varias generaciones de mujeres en el patio o el frente de una casa de pueblo donde acumulan leña y que pertenecería a la década de 1940. Habríamos de pensar que se trata de la posguerra española, ya que la novela se ambienta entre 1944 y 1945, aunque hay unas notas referentes a 1947 y saltos temporales que pisan de 1934 a 1936 y algunos momentos de la guerra civil. Sin embargo, los créditos del libro nos indican que esa fotografía pertenece al Musee Memorial de la Bataille de Normandie (Museo Memorial de la Batalla de Normandía), que se encuentra en Bayeux, en el noroeste de Francia. Sin embargo se entiende la extensión que la editorial ha querido darle a esa imagen de la pobreza provocada por las guerras europeas que se produjo en la década de 1940. Por lo demás, es una edición bastante formal, en tapa blanda solapada, que pertenece a la colección Narrativa, como volumen número 14. En todo caso, en lo técnico quepa señalar que a partir de la segunda mitad de la novela se cuelan varios gazapos en todos los capítulos que en posteriores ediciones podrían ser corregidos. 

La novela se ambienta en un pueblo ficticio de Gerona llamado Mor. Personalmente llegué a creer en un principio que existía cuando comencé a leer el libro y me dediqué a buscarlo. Encontré que existe una aldea llamada Mor, pero no en Cataluña, sino en Galicia, por lo que forzosamente el pueblo de esta novela es ficticio y me hace pensar en la palabra en latín "mor", que traducido al castellano es "muerte" y que se aproxima a la otra palabra del latín "mos", que es "costumbre". En todo caso el latín también derivó en el catalán a una palabra idénticamente "mor", que significa del catalán al castellano "muere". El nombre de Mor del pueblo es todo premonitorio, ya sea en latín o en catalán, ya que esta novela histórica tendrá un trasfondo de novela negra donde la muerte y el acto de morir será el motor narrativo.
 
Es una narración con el lenguaje propiamente de novela donde se cuela la intención pedagógica citada, en este caso de explicar los hechos históricos más señalados del ascenso del fascismo en Europa, y en concreto en España, poniéndolos en relación con la vida común de personas que viven en un pueblo, por tanto teóricamente más alejadas de las complicaciones de las personas de las ciudades. Por ello mismo, incide en una idea muy sostenida popularmente desde el mismo momento de la guerra civil y aireada con la Transición, que en España nadie era en concreto de nadie en lo político (el famoso "pasaban por aquí"), que todo se debió a rencillas personales que solucionaron mediante la venganza acogiéndose a uno u otro bando. Hoy día sabemos que esto no es así. Aunque como explicación sirvió durante décadas, especialmente con los protagonistas vivos, o con sus descendientes más directos en su momento más reflexivo y adoradores de sus padres, ahora que vamos conociendo más datos, que tenemos más acceso a los documentos y que la arqueología misma nos va descubriendo cosas, ahora que el paso del tiempo nos va dotando de más distancia para pensar todo el conjunto, sabemos que aquella España, aún teniendo rencillas de pueblo pendientes que no es mentira que bastantes solucionaron con venganzas aprovechando la guerra, era una España altamente alterada en lo político y lo social. Que antes de la guerra civil ya había numerosos conflictos políticos, no sólo de los famosos, sino también de los particulares que se quedaban en faltas y alteraciones de orden público. Que el número de afiliaciones a partidos políticos y sindicatos, así como los números de participación en los procesos electorales o las participaciones en manifestaciones o huelgas es tan elevadamente alto, que ese "pasaban por aquí" no es creíble más que en unos casos mínimos. En todo caso, es cierto que el asunto rencillas existió, la cuestión no es esa, sino que la cuestión ideológica también existió, que no fue algo accidental ni casual. 

Centrándonos en el libro. El lenguaje de novela se mezcla con esta intención pedagógica de explicación del ascenso del fascismo y del primer franquismo y la represión, provocando que a veces el ritmo del relato novelado se rompa para introducir párrafos con un tono más de ensayo y a veces de apuntes de Historia, hasta el punto que nos encontramos en algunas ocasiones citas literales de documentos y textos históricos. Por otro lado, el libro se estructura con saltos temporales. Aunque la historia se desarrolla en 1944 y se prolongará hasta 1945, habrá regresiones explicativas de los personajes que componen esta historia desde la llegada de algunos al pueblo de Mor en el comienzo de la República en 1931, a saltos del momento inicial donde realmente comienzan las complicaciones que les afectan, que se marcan a partir del comienzo del gobierno del Partido Radical con la CEDA en 1934, y en concreto con el ambiente enrarecido de 1935 entre las derechas y las izquierdas. Por fuerza esas regresiones a 1935 terminan desembocando en recuerdos del comienzo de la guerra civil en 1936 y, para explicar porqué uno de los personajes principales regresa a España desde Francia, hay pequeños recuerdos de 1937 y de 1938 en la retaguardia bélica que supuso Barcelona en la República. El final del libro no tendrá una regresión, sino una explicación pedagógica que será unida con una explicación de qué les pasó a los protagonistas después de los hechos centrales de la novela, por lo que fugazmente se nos hablará de 1946 y de 1947. Fundamentalmente el relato está en 1944, escrito con frases cortas en tercera persona del presente, lo que nos invita a ejercer de testigos directos a los que nos están contando lo que sucede a tiempo real. Los pretéritos aparecen con las regresiones temporales de los recuerdos, es entonces cuando esos recuerdos de los personajes se transforman en narraciones del pasado, como si nos estuvieran contando la novela previa a la novela actual. Por otro lado, existe otro tipo de saltos, los que se producen de pensamiento a pensamiento de diferentes personajes. Hay que estar atento a eso en la lectura. Pero la novela no es mero ejercicio de reflexión, cuenta también con un amplio dinamismo que suele dar la introducción de diálogos, que he de decir que me recordaron un poco el ritmo de un guion cinematográfico entre su aparición y el uso del verbo del presente. 

Para terminar los asuntos meramente técnicos, quepa decir que hay un recurso repetitivo a lo largo de todo el relato que es la aparición de un grupo de niñas jugando en la calle cantando siempre la misma canción infantil, "Cucú, cantaba la rana". El lector más leído caerá en la cuenta que esa misma canción y su aparición constante a lo largo de una novela es algo que ya hizo Ramón del Valle-Inclán en Tirano Banderas, en 1926. En aquella la canción la cantaba el propio Tirano Banderas y era una novela que tenía algunos rasgos de comedia del esperpento, aunque contaba cosas tremendas de una dictadura que ubicó en el Caribe. Aquí, en la novela de Teresa Galeote, no se trata de una comedia, pero al ponerla en voz de un juego infantil con esas niñas que funcionan casi como coro de las tragedias y tragicomedias del teatro clásico de la antigua Grecia, se entiende más o menos la idea que nos lanza la autora si atendemos a esa estructura de novela que se mezcla con el ensayo pedagógico sobre el ascenso del fascismo entre la población civil más humilde. Personalmente creo que hay además una intencionalidad extra, un guiño, hacia el lector que conoce a Valle-Inclán y cae en la cuenta que la canción infantil que cantaba Tirano Banderas a lo largo de su propio relato la cantan aquí, en este otro relato, unas niñas que aparecen y desaparecen de las calles según les va pasando cosas a los protagonistas.

El protagonista que aparentemente es el principal, pero que según se lee la novela nos damos cuenta que no lo es, sino que es el personaje que nos permite descubrir con él cuál es la España que se encuentra a su regreso de un exilio en Francia huyendo de la guerra civil, tiene un nombre hablador, igual que el pueblo se llama Mor, ya explicado. Él se llama Justo. Justo llega a Mor (Muerte, ya hemos dicho) en 1944. Se nos explicará más tarde que en la primavera de 1937, se había ido con su esposa, Carmen, a Barcelona huyendo del avance de las tropas de Franco hacia Mor y del ambiente de venganzas que se respiraba en el pueblo. A la vez, hacia finales de 1938, viendo que ese mismo avance y ambiente crecen hacia Barcelona, se fue a Francia, con lo que pudo esquivar que le internasen en un campo de refugiados de los que abrió Francia en 1939, esto lo aporto yo, no se dice en el libro. Podrá instalarse en París. Allí vivirá con su esposa tranquilo por unos meses, pero les sorprenderá la Segunda Guerra Mundial. Aunque la aguantarán con sacrificios, en 1944 Carmen morirá en un bombardeo y él regresará a Mor huyendo de nuevo de la guerra y buscando cierto refugio en la casa y su familia. La novela no nos dice quien es el causante de los bombardeos, aunque pudiéramos creer que se trata de un bombardeo nazi, lo cierto es que en 1944 tiene más posibilidades de un ataque aliado, en todo caso este detalle no nos afecta para el relato, pues el peso está en la muerte de Carmen y en la doble huida de Justo de un escenario bélico. Por cierto, otro apunte propio fuera de novela, acorde al espíritu pedagógico de Teresa Galeote con el tema. La Ley de Responsabilidades Políticas de Franco inculpaba, entre otros, también a aquellos que iniciado lo que la ley llamó "el Movimiento", o sea: el alzamiento militar, no tomaron postura a favor del mismo pudiendo o que residiendo fuera de España no regresaron para apoyarlo. Con esto en la mano, la vida de Justo podría ser aún más compleja. Pero no es algo vital para el desarrollo que Galeote nos va a narrar.
 
Justo se encontrará un pueblo muy cohibido, lleno de silencios y rencillas vivas, donde se intuye la represión y el miedo a ella, del mismo modo que se sabe que existe la guerrilla del maqui en el monte, pero nadie lo quiere mencionar. Una España muy cambiada a aquella otra que él dejó atrás, aunque algo se intuyó durante la guerra y evidentemente, esto no está en el libro, algo debió ver él mismo en el París ocupado por los alemanes, pero repito, aunque esto podría ahondarse más en Justo, no es vital para esta novela. Justo se encontrará con uno de sus hermanos muerto sin que nadie le aclare muy bien cómo, con un hermano que prefiere crear múltiples silencios y recomendar callar, con una tienda familiar que es agredida anónimamente cada día, con vecinos que ahora no le hablaban, con huérfanos con hambre en las calles, con la desaparición de su mejor amigo, Enrique, y con la novia de este, Adela, marcada socialmente como indeseable.

La auténtica protagonista es en realidad Adela, y su historia de amor con Enrique, que era un triángulo amoroso entre ella, él y un sargento de la guardia civil en el pueblo que acordó con el padre de Adela, José, su matrimonio con ella. Todo esto en 1934. Enrique a la vez, antes de la guerra, tiene que hacer frente legalmente a una disputa legal en nombre de su padre, un sindicalista, por los límites de sus tierras de cultivo en el pueblo, los cuales los discute otro de los vecinos. Mientras se nos narra esto se nos ubica la historia de Justo con Carmen en esos momentos, que es el año en el que se prometen para casarse, mientras que Adela se ve forzada a casarse con el sargento de la guardia civil, mediante el cual recibe cada día al capitán de la guardia civil de visita en su casa, mientras ella mantiene su relación con Enrique como amante. En 1935 Justo sube a un santuario cercano al pueblo donde la gente suele ir a rezar a una Virgen. El día en el que sube se produce un atentado por el cual una persona desconocida abre fuego contra la gente, matando a varias personas, entre ellas el sargento de la guardia civil. Enrique se marchará de Mor ese día sin decir nada, mientras a la vez Justo cobija en su casa a un huérfano del que es testigo que es inocente de los asesinatos, pero que todo el mundo inculpa. El huérfano terminará siendo apresado y culpado sin pruebas. Irá a la cárcel y su suerte se mezclará con las iras de la guerra civil, ya en 1936. La muerte del inocente es lo que hace que Carmen y Justo se vayan de Mor. 

El regreso en 1944 de Justo a Mor hace que se encuentre con todas estas historias abiertas sin final. Su curiosidad es la que va tirando del hilo de todo lo pendiente. Esto hace reaccionar a Adela y la novela nos trasladará plenamente a su historia, a su propio relato y a contarnos qué fue ocurriendo en todos los agujeros que la narración anterior nos dejó abiertos. Ahora se nos explica también una historia donde aparece el abuso de autoridad y la violencia machista, donde los silencios de la dictadura se acrecentaron en las mujeres, cuyo papel en la sociedad retrocedió respecto a los derechos e ideas ganados con la República. La novela con ambientación histórica cobra ahora un ritmo entre la novela negra y la novela social, aunque siempre con ese toque pedagógico de explicación de cómo determinadas ideas del primer franquismo se introdujo en todas las personas que o bien lo siguió o bien quiso sobrevivir dado que se encontraban dentro de él. El asesinato falsamente resuelto de 1935, la desaparición de Enrique, la posición en la que quedó Adela como madre viuda con una hija pequeña evidentemente hija de Enrique y no del sargento muerto, y las numerosas rencillas empeoradas con lo ocurrido durante los años de guerra y las represiones posteriores, serán lo que muevan todo el relato. 

Como se ha dicho, la novela fue premiada con un premio de novela histórica. Puede ser un buen acercamiento a Terea Galeote, al menos ha sido el mío en cuanto a libros, en prensa ya la había leído. Bien es cierto que ella ahora mismo está plenamente en la novela negra con su novela más reciete.

Su bibliografía completa, fundamentalmente novelas, hasta la fecha es: La crueldad (1996, con Minke Wang y Twiggy Hirota, relatos, producto de una escuela de escritura), Los sueños (1998, relatos), Iberia (2001), La Universidad de Alcalá de Henares en el contexto político del s. XIX (2003), Cosas que no se olvidan (2006), Los días largos (2007), El grito (2009), Lucrecia, las orillas del tiempo (2011), Más allá de las ruinas (2013), El vuelo de Osiris (2013, teatro), El eco de las palabras (2016), Daños colaterales (2017), Hasta que la muerte nos separe (2019), Los hombres que no amaban a las mujeres (2022, ensayo), Asesinato en el Hostal Oriental (2022) y El grito de las fronteras (2024, teatro, monólogos). También aparecen relatos suyos en las obras antológicas de varios autores: Microantología del microrrelato II, Antología del relato negro III, Asesinatos profilácticos e Historias de la imposición yanqui sobre España e Hispanoamérica. Es una producción  que sigue aumentando y que, aparte de otras obras de ficción, es de creer que algún día se compile sus innumerables artículos periodísticos.
  

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".