sábado, 30 de mayo de 2020

XVIII Credenciales

Título: XVIII Credenciales
Autor: Enrique Rodríguez Romera.
Editor: Asociación de Escritores de Madrid. 
Año de publicación: 2019 (1ª edición; prólogo de Ramoncín).
Género: Poesía.
ISBN:  978-84-948703-5-4

XVIII Credenciales es el segundo poemario de Enrique Rodríguez Romera. Fue  presentado en Marzo de 2019 en la librería Notting Hill de Alcalá de Henares en una presentación doble presidida por la poeta Mariana Romero Nieva. El otro libro era de otro autor alcalaíno, Luis María Compés Rebato, que sacaba a la luz el poemario Frágil en la Coraza,  .

XVIII Credenciales tiene prólogo del afamado cantante de rock Ramón J. Márquez (Ramoncín), cosa que se indica en la portada, una portada que mostraba la mitad de la cara del autor. Técnicamente es una obra compuesta por cincuenta poemas, entre ellos quince sonetos y una milonga. Son poemas presentados en diversos certámenes literarios. Encierran en sí un halo encriptado tratando de ahondar en el interior del alma del autor dándonos pistas a modo de credenciales. Es un poemario enérgico e intenso. Con gran uso de la metáfora nos sumerge en pasiones que parten del amor y del sexo, así como con luchas con sus fantasmas internos, el desamor. No falta tampoco poemas dirigidos hacia los referentes poéticos de Rodríguez Romera.

Parte de la energía pasional del poemario puede deberse a haber sido poemas que han sido escritos tal cual surgieron. Siendo así que entre todos pueden ser incluso un recorrido interior de toda una evolución, dando por caso que narrarían una historia de evolución interior si la lectura se desea hacer de seguido. Aunque evidentemente cada poema tiene su valor y su significado individual. No obstante, el poemario se encuentra trabajado en cuanto se evidencia que hay una lógica y una visión personal de cómo componer, elimina de sus versos muchas decoraciones para buscar un aire directo que incluso opta por eliminar cualquier elemento que guíe a la mente del lector de manera unidireccional, como puedan ser los adjetivos y los determinantes.

Hace aparecer los quince sonetos en la segunda mitad del libro, siguiendo un giro respecto a los anteriores poemas, más personales y más con su propio estilo. Sirva como ejemplo de su poesía los siguientes versos finales:

“Quede la espuma de mi playa así.
Tal cual llegue la siguiente ola,
recogiendo tantos versos depositados”
.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 23 de mayo de 2020

El Jarama

Título: El Jarama
Autor: Rafael Sánchez Ferlosio. 
Editorial: Destino. 
Año de publicación: 1956 (1ª edición). 
Colección: Áncora y Delfín. 
Nº de volumen en la colección: 121. 
Género: Novela. 
Depósito Legal: B.13640-1961 (para la 5ª edición -1961- sacada a partir de la 1ª de 1956) [El ISBN existe solo a partir de 1966)
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Título: El Jarama
Autor: Rafael Sánchez Ferlosio.
Editorial: DeBolsillo (Nuevas Ediciones de Bolsillo)
Año de publicación: 2018 (1ª edición).
Colección: Contemporánea. 
Nº de volumen en la colección: 26.201. 
Género: Novela.
ISBN: 978-84-9062-719-8 (edición para adultos)
ISBN: 978-84-6633-099-2 (edición escolar)

Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927-Madrid, 2019) es uno de los autores importantes de la Literatura española del siglo XX, más en concreto, de su segunda mitad, siendo una voz destacada de las letras españolas en los tiempos de la dictadura de Franco y la primera década de la actual Monarquía Parlamentaria, aunque no dejó de escribir en toda su vida. No es de Alcalá de Henares, ni vivió, ni estudió en Alcalá de Henares. Sí que es cierto que recibió el Premio Cervantes en 2004, por lo que vino a recogerlo de manos del rey Juan Carlos I, y que tiene una calle dedicada a él en el nuevo barrio de Espartales, en el norte de la ciudad. Sin embargo, Debió estar y conocer bien la ciudad y su funcionamiento, pues en una de sus obras más famosas, El Jarama, da detalles de ella y la transforma en uno de los municipios claves en la trama. Así que hoy le toca el turno a esta novela y a este autor. Fue una novela escrita en Madrid entre octubre de 1954 y marzo de 1955, y fue precisamente en 1955 que la presentó al prestigioso Premio Nadal, organizado por la revista barcelonesa Destino desde 1944, en homenaje al que fue su redactor jefe, Eugenio Nadal Gaya, la cual pasó a ser una editorial de libros de mismo nombre, Destino, dentro del llamado Grupo Nadal. La novela fue premiada, siendo este premio uno de los más importantes en España, por ello fue publicada en febrero de 1956 por primera vez. Rafael Sánchez Ferlosio era el duodécimo premiado con el Nadal.

Destino la publicó dentro de su colección de novelas y ensayos llamada Áncora y Delfín, con el famoso logotipo que ha perdurado como signo más que identificativo de esta editorial. Ocupaba el número 121 en la colección. Se hizo en cartoné, que es lo que popularmente se llama tapa dura, con sobrecubiertas de papel sobrias en blanco con enmarcaciones y letras en verde oliva con los datos básicos de la obra como ganadora del Nadal de 1955. El libro se vendió bastante bien, tuvo mucha aceptación. Para 1961 iba ya por la quinta edición. Las cubiertas de papel ahora mostraban una ilustración de unas bicicletas como las que usarían los protagonistas del relato. La cubierta de cartón duro oculta por esta sobrecubierta sería de azul marino, verjurado, con el símbolo de la colección troquelado en la portada y el lomo con el título, autor y de nuevo el logo en letras doradas. Esta edición de 1961 es la que yo tengo, por lo que es la que vamos a seguir, si bien cabe apuntar sobre ella que pese a lo prestigioso del premio y lo renombrado de la editorial, contenía numerosas erratas de impresión en el texto. Sea como sea, el libro ha tenido innumerables ediciones y reimpresiones y se ha incluido en colecciones diversas. En 1966 se puso en funcionamiento por primera vez el ISBN en Reino Unido, España lo adoptó en 1967 y ahí comienza otro de los hitos de las ediciones de este libro, al hacerse eco de él varios autores españoles importantes de la época en varios artículos de periódicos y revistas. Terminada la dictadura entre 1975 y 1978, el libro comenzó a ser lectura obligada en muchos institutos de bachillerato, hoy educación secundaria, lo que relanzó su lectura, conocimiento y compra, aunque en la actualidad hace ya varios años que el profesorado prefiere de este autor que los alumnos lean Industrias y andanzas de Alfanhuí (1951), el primer libro de Sánchez Ferlosio, mucho más imaginativo y próximo al gusto por lo fantástico que existe en lo que va de siglo XXI. La portada de las bicicletas se integró y se adaptó varias veces en las ediciones en rústica (tapa blanda). Una de las ediciones más curiosas vino en 1979, que se vendieron los dos primeros libros del autor juntos en un solo volumen de cartoné. A partir de 1989 buena parte de Ediciones Destino fue comprada por la Editorial Planeta, que controla el otro de los mayores premios literarios de España, el Premio Planeta, y en 1996 la compró en su totalidad, manteniendo su sello, ediciones y su catálogo. Eso hizo que el libro no solo esté disponible dentro de Destino, sino que también saltara a otras editoriales del Grupo Planeta, cada una con portadas, formatos y planteamientos diferentes, así como a colecciones vendidas a través de la prensa diaria. La edición más actual es en la editorial DeBolsillo, que pertenece a Planeta, sacada doblemente en 2018 en una edición normal para adultos y otra más crítica y a modo guía para su estudio escolar, el diseño de sus portadas puestas una al lado de la otra es digno de estudio y comentario como parte de las técnicas comerciales actuales de la venta de libros y el conocimiento de sus potenciales lectores.

Rafael Sánchez Ferlosio, nacido en 1927 en Roma, en la Italia gobernada por el fascismo de Mussolini, era hijo de otro escritor importante del siglo XX español, Rafael Sánchez Mazas, que, por otra parte, también llegó a ser Ministro de Franco entre 1939-1940, año de gran represión contra la gente de izquierdas que perdieron la guerra civil, y procurador en Cortes de 1943 a 1966, vía por la cual es probable que Rafael Sánchez Ferlosio conociera bien los procedimientos legales, su lenguaje y los escenarios y personajes de la Justicia española de la époc de Franco, que tan bien describe en El Jarama. Sus primeros años los vivió en aquella Italia de Mussolini, donde su padre era corresponsal del diario ABC. Además, Sánchez Mazas fue uno de los primeros ideólogos que dejaron asentada las ideas de Falange Española, al estilo del Partido Fascista italiano. Antes de ser nombrado Ministro de Franco en 1939, llegó a ser parte del servicio de relaciones exteriores de Falange, si bien fue librado de ser fusilado durante la guerra por parte de los republicanos de la mano de los propios republicanos. Rafael Sánchez Ferlosio tuvo por hermano a otras dos personas destacadas, un matemático filósofo, Miguel, y un cantante poeta, Chicho. Estudió con los jesuitas de manera férrea en el nacionalcatolicismo del franquismo. Desde niño le gustaba escribir cuentos que les leía a sus padres en los viajes en coche, tal como se narró en varios de sus obituarios en prensa cuando murió en 2019. Siendo joven veinteañero comenzó así varias historias que terminó hilando por estímulo de su madre, estas se transformaron en Industrias y andanzas de Alfanhuí, que se publicó en 1951, teniendo él 24 años de edad. Cabe la duda de si se hubieran fijado en él los editores si sus padres no hubieran tenido la relevancia que tuvieron en la cultura y la política del momento, igualmente para su segundo libro, El Jarama, escrito como se ha dicho entre 1954 y 1955, ganador del Nadal en 1955 y publicado en 1956. Esto dicho a pesar del gran éxito que tuvieron ambos y de la calidad que se les otorga, porque eso, evidentemente es también algo real. El propio autor decía en sus últimos años reconocer la gran suerte que tuvo de contar con unos padres que siempre le animaron y apoyaron para ser escritor, cuando la realidad social de su época llevaba a muchas personas y familias a otras realidades forzadas más duras.

Se casó en 1953 con su novia de hacía tres años, la escritora Carmen Martín Gaite, que a la vez ganaría el Nadal ella misma en 1957 y que también tiene en su biografía algunos nexos a Alcalá. Tuvieron un hijo que murió de meningitis en 1954, durante el proceso de escritura de la novela que nos ocupa, cosa que queda reflejada en el texto. Una segunda hija moriría también joven, ya en 1985. Ellos se separaron amistosamente en 1970. Tiempo después Sánchez Ferlosio iniciaría un segundo matrimonio con otra mujer. 

En 1961 sacó adelante otros dos libros de prosa, y aunque no abandonó el género de la novela, sí comenzó a dejarlo un poco apartado para dar prioridad a múltiples ensayos y sobre todo numerosos artículos de prensa que publicaba, por ejemplo en el diario ABC. Destacó especialmente por su crítica a la pedagogía de su tiempo. Consideraba la educación como algo básico para el cambio de la sociedad y la mejora personal de los individuos. Era contrario a la represión y a la mentalidad cerrada que limitaba las libertades y las probabilidades de cada uno. Defendía el libre pensamiento, el fin de los sistemas  basados en evaluaciones numéricas de los alumnos, contrario a la jerarquía en las aulas, contrario a que los padres se transformasen en guardias de las actividades de sus hijos mediante notas y permisos, etcétera. Al igual que su padre viró críticamente contra los valores de la dictadura, aunque era conservador. Sánchez Ferlosio defendió férreamente una pedagogía que debía hacer libres a las personas más allá de los gobiernos. Recibió el Premio Cervantes en 2004 y el Premio Nacional de las Letras Españolas en 2009, aunque en realidad es receptor de hasta doce premios importantes de la Literatura española. Cuenta con nueve libros de prosa (entre novelas y recopilaciones de relatos) y veintiuna obras dedicadas a compilar ensayos. Como se ha dicho, moriría en Madrid en 2019.

El propio autor dijo de El Jarama que era su peor obra, que no comprendía su éxito y que si por él fuera la reescribiría entera. Comprendía que podía resultar incluso aburrida, sin que pasara nada aparente. Se burlaba de quienes habían querido ver en el libro alusiones políticas, referencias alegóricas a la guerra civil, o cualquier tema complejo. Él definió aquella obra hasta bien cerca de su muerte como una mala obra que gozó de un gran éxito, cuya temática no era otra que servirle de excusa para mostrar los diferentes tipos de lenguajes que coexisten en una sociedad como reflejo de la complejidad de la sociedad misma. En todo caso, pese a lo que el propio autor dijo, resulta innegable que la novela es reflejo de su época y retrata bien el nivel social alcanzado a mediados de la década de 1950 mediante la dictadura, las mentalidades reinantes, los derrotados y las formas sociales y creencias de los vencidos aceptadas como naturales incluso por los derrotados y sus hijos, así como los vientos de deseo de cambio en cuanto a lo moral se refería en los jóvenes. Y, pese a las palabras del autor, es evidente que la guerra civil y el paralelismo con los sucesos, están en la novela. 

El Jarama ha dividido a la crítica desde el inicio de su aparición. El escritor de relatos y cuentos Ignacio Aldecoa, que apreciaba a Sánchez Ferlosio y del que fue amigo, habló en un artículo de periódico muy elogiosamente del libro, dándole numerosos méritos literarios, lo que hizo que enseguida se interesaran por ella numerosas personas que no se atrevieron a contradecir a Aldecoa. Lo cierto es que en principio el libro no había levantado pasiones en el general de los lectores. Tenía incluso contundentes detractores que acusaban a la obra de todo lo que después dijo el autor de ella, y de más, criticándola de aburrida, anodina y de mera descripción de la juerga de un grupo de amigos. A la voz de Aldecoa alabando la novela se le sumó la de Miguel Delibes, que fue otro Premio Nadal en 1947. Y puesto que Sánchez Ferlosio venía de la familia que venía, tenía los amigos que tenía y tenía tales defensores, se le sumó que participaba de numerosos círculos literarios donde era amigo de otros tantos autores que han pasado a la Historia. Sumando voces, su novela quedó más que defendida frente a sus detractores, que por cierto nunca dejaron de aparecer incluso en fechas recientes. Quizá la voz más importante para aumentar la credibilidad de la valía de su prosa vino de un escritor español que estaba exiliado, en 1966 Max Aub escribía muy a favor de esta novela, con esto quedaba asentado que realmente la novela tenía una calidad extraordinaria para el momento.  

La novela fue premiada por la naturalidad de sus diálogos y por la riqueza de su lenguaje coloquial que se ajustaba a la perfección a la verdadera forma natural de hablar de los diferentes grupos sociales, desde los modernismos de los jóvenes a los modernismos introducidos por la prensa, el castizo, algún cultismo traído por las modas, la sobriedad castrense de la guardia civil, los formulismos del lenguaje legal, el lenguaje propio de la gente de pueblo o de los de la capital, el de los estudiantes, el de los sin estudios, el de personas que vivieron tiempos jóvenes en la guerra civil y aquellos que no la conocieron, etcétera. Precisamente ese mérito técnico que le reconoció el jurado es el único que se otorgaba Sánchez Ferlosio en esta obra, que por el contrario siempre fue más favorable a su primer libro sobre Alfanhuí, la historia de un niño que vive la realidad transformándola en fantasías, lo que da lugar a crear el relato de su historia a través de una especie de narración de cuentos creados por su propia forma de ver el mundo. Toda la riqueza léxica de El Jarama era resultado, según confesión del autor, de una enorme lista de palabras y expresiones que fue apuntando en una libreta durante años según las oía, todas las cuales se marcó por objetivo incluirlas en un relato largo en su apropiado contexto, y así lo hizo.

Si bien en Industrias y andanzas de Alfanhuí aparece el río Henares, la acción transcurre en Guadalajara, en El Jarama el río por excelencia es el Jarama, aunque se lleguen a mencionar el Manzanares, el Henares y el Tajo. En el primer libro, el de Alfanhuí, el protagonista abandona a su familia en Alcalá de Henares y parte siguiendo el río hacia Guadalajara; se menciona a las ancianas de Guadalajara que al acercarse mucho al Henares se descuidan y terminan cayendo al río, que las mata y las arrastra hasta la poblaciones por donde va la corriente pasada Guadalajara, hemos de pensar en Azuqueca de Henares, Meco o Alcalá de Henares, esta última como una probabilidad de muchos kilómetros de arrastre de la corriente. Un pasaje parecido aparecerá en El Jarama, cuando se menciona las ovejas que se descuidan, caen al río y el Jarama las lleva río abajo a otras poblaciones pasado San Fernando de Henares. Pero si en algo concierne esta novela a Alcalá de Henares no es tanto por el Henares, que desemboca en el Jarama a la altura de San Fernando de Henares con Coslada, sino por la mención misma de la ciudad y su protagonismo, así como de la naturaleza propia del Valle del Henares en el espacio y municipios entre Coslada y Alcalá de Henares. Aún hay un tercer libro de Sánchez Ferlosio donde se intuye Alcalá de Henares, El testimonio de Yarfoz, publicado en 1986, ambientado en una civilización ficticia de época protohistórica previa a los romanos, entre Alcalá, Titulcia y Madrid, volviendo una vez más a elegir este escenario geográfico para sus ficciones. Hemos de pensar que él estaba plenamente relacionado con esta zona Este de la Comunidad de Madrid.

Como sea, hay que explicar por encima el argumento de la obra El Jarama para poder ahondar en ella. En realidad se aproxima mucho a lo que sería una novela de costumbres como las de finales del siglo XIX y comienzos del XX. El Jarama es una de las obras cumbres del llamado realismo social, que es una de las corrientes literarias que se dieron en España entre los años 1940 y 1950, con algunas obras aún en los años 1960, imbuídos ya en textos que apuntaban ya a la experimentación. Dentro de esa corriente se ha enmarcado a menudo a Cela, Delibes, López Pacheco, Martín-Santos o el propio Sánchez Ferlosio, como los más destacados, con obras como La Colmena, La familia de Pascual Duarte, El camino, Las ratas, Cinco horas con Mario, Central Eléctrica, Tiempo de silencio o esta: El Jarama. Antes de avanzar volvamos a mencionar a Sánchez Ferlosio rechazando a los que denominaron a su novela como realismo social, cosa que apoyó Delibes décadas antes de que lo descartara el autor, si bien Delibes razonaba que los realistas sociales siempre introducían un aliciente político al relato como explicación de lo que denunciaban de la realidad social, Sánchez Ferlosio una vez más defendía que la obra era un ejercicio para poder experimentar los diferentes lenguajes que a la vez forman el español al hablar las diferentes clases de tipos sociales que hay en una sociedad. Pero tanto el razonamiento de Delibes como el del autor son tramposos, porque si hay algo en El Jarama es desde luego una sutil referencia a la política del momento a través de como la dictadura y el trauma de la guerra había conformado a todos los personajes de la novela. Quien más, quien menos, todos en esta novela tiene su biografía afectada por la dictadura, su política, sus leyes, su administración y sus modos, creencias y costumbres sociales. Es inherente.

En todo caso el propio autor, que era admirador del cine neorrealista italiano nacido justo al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, el cual dominará el cine de origen europeo en la década de 1950 en la que se escribe la novela, dirá que su novela es neorrealista, atándola así a un género otorgado al cine, no a la literatura, a pesar de que en pleno siglo XXI, con una cultura audiovisual fuerte, empiecen a haber voces que hablen de neorrealismo literario. Es cierto que la novela se estructura de manera lineal durante más de diez horas de un domingo a tiempo real, sin escatimar detalles, desde los interesantes a los más comunes y anodinos, y organiza incluso varios escenarios de sucesos y grupos sociales que se entrecruzan al modo de las escenas, tramas, ritmos y secuencias del cine neorrealista, y que incluso los diálogos están tan hasta el mínimo detalle que parecieran guiarnos en la acción al modo de los guiones de cine, pero todo esto es parte del realismo social, no obstante, el realismo, el que se dio en el siglo XIX con Benito Pérez Galdós, por ejemplo, ya usaba de toda esta naturalidad realista, buscando la realidad de lo narrado. Sea como sea, el director de cine Carlos Saura hizo un guiño a la novela en la película Los golfos (1959) y quiso llevarla al cine en 1964 sin lograrlo, aunque, hasta cierto punto, su película La caza (1966) guarda mucha relación en su relato con esta novela.

Un grupo de once amigos, chicos y chicas, de una veintena de años, se van a pasar un domingo de verano al río Jarama. Básicamente todos son de Vallecas, un pueblo que ya en esa mitad de los años 1950 es descrito como si fuera parte de Madrid capital, como si fuera un barrio, tal como hoy día lo es. Van a la zona del río de San Fernando de Henares próxima a Coslada, por donde está la presa donde se juntan los ríos. Allí hay otros grupos de jóvenes y familias de la capital que mezclarán sus historias con ellos, a la vez que la gente del pueblo que les atiende por tener un bar cercano nos muestra su propia realidad al celebrar entre ellos y sus vecinos un domingo de vinos y comidas de terraza en el negocio, entre los vecinos hay un matrimonio alemán que vive en el pueblo desde hace varios años. Entre medias de todos los grupos hay un cementerio a orillas del río y una pareja de guardia civiles que les dejan estar pero dentro de unas normales morales que chocan con la juventud y con las costumbres de la capital. En determinado momento ocurrirá una desgracia y, en ese momento, intervienen gentes de leyes, y una de esas personas será el juez de la partida judicial, que es la de Alcalá de Henares, por lo que la acción pasa por recogerle de una fiesta en el Casino de la Plaza de Cervantes, descrita con gran precisión tanto la plaza como el Casino, y llevarle a San Fernando de Henares, mientras en el camino se cruzan con norteamericanos que están allí porque van a instalar una base aérea militar en Torrejón de Ardoz por los acuerdos del gobierno de Franco con Estados Unidos de América. 

La novela se puede leer a diferentes niveles, no sólo como contraste de las diferentes tipologías sociales de España, todas atravesadas por la dictadura, para su gusto o disgusto. Podemos encontrar un conflicto generacional; la entrada de nuevos gustos e ideas en España; deseos de democracia o de justicia que extrañamente se leen en la novela incluso en su más que probable quinta edición con censuras de 1961; referencias implícitas o latentes a la represión franquista (por ejemplo en la melancolía del hombre de los zapatos blancos o en la mención del apellido Ocaña como algo malo, en referencia al penal de Ocaña donde se produjeron en los años 1940 numerosos fusilamientos, entre ellos los de los ocho inocentes de Alcalá de Henares acusados y sentenciados culpables por la explosión del polvorín de Alcalá de Henares en 1947, ejecutados en 1948); en pleno siglo XXI podemos rastrear la evolución de los municipios de la Comunidad de Madrid e incluso de sus rastros ecológicos; podemos comprobar una mentalidad que aún en los años 1980 y 1990 muchos hemos conocido en numerosas personas de nuestro entorno; etcétera. Lo cierto es que la novela muestra vidas comunes en un domingo común donde ocurre un accidente, pero el retrato es tan fiel y fidedigno a la realidad social que había y que perduró incluso mentalmente hasta en pleno 2020 en varios sectores de la población, que es una novela con una gran cantidad de cualidades a pesar de que, seamos sinceros, ciertamente resulta aburrido leerla en principio hasta que no pasas un número considerable de hojas, y eso teniendo en cuenta que tengas unos mínimos conocimientos de claves políticas, culturales y sociales del siglo XX, incluidas las musicales, para poder saborearla bien. El lector de 2020 no es el lector de 1956, nosotros jugamos con la ventaja de saber qué ocurrió y por tanto sabemos porqué está ocurriendo tal cosa en la trama que probablemente en 1956 fue pasado por alto como algo sin importancia. Max Aub lo dijo, la novela está llena de sutilezas muy finas que hay que saber descubrir, porque juntas forman un total aldabonazo contra lo que supuso la dictadura. Bien es cierto que para el lector de 1956 o de 1966, al estar en marcha la dictadura y tan cerca la guerra, la lectura de este libro probablemente les supuso numerosas cuestiones que a nosotros se nos escapan, y quizá hay que leer las voces de quienes dejaron su visión por escrito para poder recuperar algo de aquellas claves de escritor para el lector.

Aparece el valle del Henares, se menciona el Cerro del Viso que tanto marca la Historia y la orografía alcalaína, la línea de tren que va a Alcalá de Henares, que en realidad une Madrid con Zaragoza y Barcelona, por tanto lleva a Europa y todo lo que eso significa, pero a la vez va de la ciudad al mundo rural que usan los de ciudad para pasar el rato, atropellando una realidad de las cosas y el mundo a otra y al revés, aparece el dulce más famoso de Alcalá, las almendras garrapiñadas y las monjas que las hacen, aparece su juzgado y su carácter de cabeza de partido judicial, su carácter de ciudad de provincia, la Plaza de Cervantes y la estatua de Cervantes al detalle, el Casino descrito incluso por dentro, apegado al Paraninfo, con todo lujo de detalles, y la carretera vieja que une San Fernando con Alcalá, que pasaba justo por la mitad de Torrejón de Ardoz partiéndolo por la mitad, lo que hoy día es su calle principal al trasladarse la carretera un poco más al norte. 

En su todo, la novela menciona a los citados Coslada, San Fernando de Henares, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares, Meco, Vallecas (como parte de Madrid ya) y Madrid, pero también a Almodóvar, Brunete y Paracuellos del Jarama. Sobra decir que precisamente el lugar del domingueo no es casual, pues elige justo la ubicación de una de las batallas más importantes de la guerra civil, El Jarama, hasta el punto que incluso lo mencionan los personajes al principio, pese a que parte de ellos no quiere hablar de la guerra, pero la guerra estará latente de manera directa e indirecta en numerosos pasajes y personajes. De hecho, pareciera que la trama esté ordenada guardando un paralelismo con aquella batalla y que incluso algunas frases y párrafos, con todo su realismo, pudieran ser alegorías y metáforas a hechos de los que no se podía hablar de cualquier modo en el gobierno de Franco. Así pues el grupo de jóvenes bien podría asemejarse a los libertarios venidos de Madrid para defender el Jarama, dado su comportamiento grupal y comunitario, los cuales en determinado momento se asocian a otro grupo de jóvenes que se asemejan a lo que pudiera entenderse comunistas y son asistidos aún por un joven estudiante de medicina que, por alusiones a su papel en la obra y porque el presidente Negrín era médico, pudieran ser los republicanos burgueses. Los del pueblo andarían entre los alzados, sobre todo los guardias civiles, y los que se posicionaron con Franco desde una variedad de posibilidades que irían del convencimiento ideológico, a laa creencia en un orden moral determinado o bien a verse afectados de vivir en zona ocupada a pesar de no estar convencidos de las ideas de los de allí. En fin, todo es más complejo, pero pareciera que la novela narra la batalla del Jarama a través de un día normal y corriente de domingueo en tiempos de paz, y más allá todavía, en metáfora y alegoría, incluso narraría una alegoría explicativa de la guerra civil española y sus consecuencias en general. No faltan los que serían exiliados, la ayuda alemana, los aliados naturales (los norteamericanos) desentendiéndose de ayudar a la República, las comunas en la guerra, o el mayo de 1937 por ejemplo. Y todo ello, a la vez, dando un retrato de lo que era la sociedad española con Franco en plena década de 1950 tras varios años de dictadura sin hablar directamente ni de la dictadura ni de política. Y sin embargo, como decía Sánchez Ferlosio, se trata de una simple historia hasta cierto punto aburrida de un grupo de jóvenes domingueros de la capital que van a un pueblo cercano a pasar el día sin siquiera molestarse mucho en respetar o conocer algunas cuestiones de la vida del pueblo.

Brisas fuertes que parecen bombardeos, borrachos que se les cae el vino y se derrama mientras ellos caen, la novela es una novela donde aparece Alcalá y se la puede rastrear en su evolución en la década de 1950, pero ante todo es una de las novelas consideradas esenciales del realismo social del siglo XX español.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 16 de mayo de 2020

¿Qué pasará mañana? / What will happen tomorrow?

Título: ¿Qué pasará mañana? / What will happen tomorrow?
Autores: Enrique Rodríguez Romera (poesía); Silvia Campos (colaboradora); y Romy Martínez Alcalá (ilustración). 
Editorial: Impresiona (autoedición del autor). 
Año de publicación: 2018 (1ª edición)
Género: Poesía, cuento infantil e ilustración.
ISBN-10:  8494870300
ISBN-13: 978-8494870309

Entre los autores alcalaínos actuales más recientes aparece Enrique Rodríguez Romera (1975), quien suele firmar como Enrique R. Romera. En realidad él llevaba tiempo escribiendo poesía y haciéndola pública en recitales y publicaciones en redes sociales muy populares de Internet, redes sociales inmediatas y limitadas en su espacio para publicar como son la más polifacética Facebook, la dedicada a imágenes y videos Instagram, y la dedicada sobre todo a comentarios breves Twitter. Ya hemos anotado en otros libros anteriores de algunos autores jóvenes que esta es una tendencia entre los nuevos poetas que se da sobre todo más o menos desde la década de 2010 de una manera bastante generalizada. A menudo muchos de estos autores quieren un reconocimiento inmediato, más que una difusión de su obra, aunque ambos conceptos estén íntimamente ligados. Eso provoca en general unos resultados más bien cuestionables, si bien existen excepciones meritorias. Sea como sea, Enrique R. Romera trasciende esas redes al aparecer de vez en cuando la cadena de radio Onda Cero-Alcalá de Henares y pertenecer también a la Asociación de Escritores de Madrid y participar de las actividades de la asociación literaria alcalaína Grupo Cero, que liga poesía, psicología y teatro y suele hacer actos en lugares como el bar Ágora, bibliotecas, la librería Notting Hill de la Plaza de los Santos Niños y algunos lugares públicos. Precisamente el autor está muy relacionado con esta librería Notting Hill, donde suele ser habitual verle ya sea recitando, promoviendo sus libros, ayudando a sus dueños o simplemente de visita a estos.

Nació en Madrid y ha vivido en Granada, pero está íntimamente unido a Alcalá de Henares, teniendo aquí buena parte de vida y relaciones sociales. Cuenta con tres libros publicados. Los dos primeros se presentaron a la venta por primera vez el mismo día, el 1 de enero de 2018. Son, considerado el primero, Trovador y poeta. Caricias de versos en espera de respuesta y, considerado el segundo, ¿Qué pasará mañana? / What will happen tomorrow?, el tercer libro lo publicó arropado por diversos autores de la Asociación de Escritores de Madrid en la librería Notting Hill en 2019, fue XVIII Credenciales, que contaba con un prólogo escrito por el cantante Ramoncín y el ammadrinamiento de Mariana Romero-Nieva. Vamos a hablar del segundo libro.

Si bien el primer y tercer libro fueron editados por la propia Asociación de Escritores de Madrid, el segundo libro fue editado por Impresiona, que en realidad es una editorial de autoediciones, por lo que es el autor el principal artífice de la edición. ¿Qué pasará mañana? es un libro bilingüe, por lo que como se ha anotado el título completo era ¿Qué pasará mañana? / What will happen tomorrow?, aunque en la portada aparecía en un lateral el nombre del protagonista de los poemas que contenía, Santi, con lo que no se entiende muy bien si era la presentación del mismo en la portada, o si bien era parte del título, pero si fuera la parte del título no sabríamos decir s entonces era Santi, ¿qué pasará mañana?, o bien ¿Qué pasará mañana, Santi? Lo cierto es que no eran unas cubiertas fáciles de comprender. Tanto la portada como la contraportada tenían ilustraciones similares que hubieran servido de portada, lo único que las diferencia es un bocadillo de cómic en la contraportada donde el protagonista exhorta a un hipotético lector infantil a leer el libro explicando el mismo de manera breve y directa con la leyenda: "¿Te atreves a vivir conmigo y disfrutar leyendo? !!!Vamos!!! !!!Venga!!!" [La triple exclamación y la primera exclamación puesta en sentido contrario a como debería estar es como aparece literalmente en el libro, no sabemos si es recurso o error de maquetación]. Por otra parte el lomo carecía del título y autor de la obra, por lo que en una estantería junto a otros libros no se sabría estos datos al verlo. Estaba editado en tapa blanda y era bastante amplio para que los niños tuvieran una lectura más fácil y se recrearan en los dibujos. Sus tiradas de edición eran cortas, su fácil venta logró que se reeditara como mínimo tres veces, hasta donde quien os escribe estas notas conoce.

Obviamente este libro de poesía infantil tenía como eje central a un protagonista, Santi, que iba descubriendo un mundo de belleza natural a los niños, siendo el texto bilingüe en español e inglés. Por todo ello es un libro con valor pedagógico presentado en cierto modo como cuento, pese a que se trata de un libro de poesía. En las traducciones al inglés colaboró Silvia Campos, mientras que cada texto se acompañaba y reforzaba con las ilustraciones del protagonista y todo aquello de lo que hablaba, no exento de animales campestres felices y paseo en bicicleta para ver el mundo. Estas ilustraciones las realizó Ramona Martínez Alcalá, que firma como Romy Martínez Alcalá. Eran ilustraciones con retoques por ordenador, en la línea de las ilustraciones pedagógicas que se realizaban entre finales de los años 1980 y comienzos de la década de 1990. 

Se trataba de poesías sencillas de rima fácil dirigidas directamente a la mente de un niño para hablarle de diferentes cuestiones que le ayuden a conocer algunas cosas tópicamente básicas de cultura popular, entre ellas, ¿cómo no en Alcalá de Henares?, a los personajes de Quijote y Sancho Panza. De hecho, el libro fue promocionado por las calles por el propio autor que entregaba a los viandantes una octavilla con sus datos de autor y los datos del libro, más una foto y un poema. En el reverso de la octavilla el maquetado presentaba como fondo las fotografías de las estatuas alcalaínas dedicadas a Cervantes y a Quijote y Sancho. 
 
Sirva de muestra del libro el poema presentado en aquella octavilla, llamada "Buscando a Quijote", si bien es un poema de carácter narrativo, con encabalgamientos un tanto extraños y pendiente, quizá, de un replanteamiento de sus signos de puntuación.

No me quedó nada claro
lo de este buen señor.

Decían que era un caballero
aquellos que luchaban contra gigantes,
¡qué no lo son!
De pelear contra ejércitos,
¡frutos de su imaginación!

Sobre un asno llamado Rucio,
y un seco caballo
por nombre Rocinante,
Sancho y don Quijote
¡caaminan hacia delante!

¡Debe estar enamorado
semejante loco!
Por Dulcinea del Toboso,
¡dicen perdió el coco!

Querría haberles conocido,
creo haré por encontrarle
si antes me dice mamá,
¡por La Mancha dónde buscarle!

Resulta que por más que leo.
al señor Cervantes...
¡no le dio la gana acordarse!

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 9 de mayo de 2020

Cuentos al canto del gallo

Título: Cuentos al canto del gallo.
Autoras: Consuelo Giménez Pardo (texto); Zia Mei (Ilustración). 
Edita: Ediciones El Garaje. 
Año de publicación:  2014 (1ª edición; Prólogo de Enrique Cordero Seva).
Colección: Narrativa
Género: Cuentos; Relatos breves; Ilustración.  
ISBN: 978-84-942311-3-1


Una de las personas prolíficas del mundo de la literatura y de los libros en general en Alcalá de Henares a comienzos del presente siglo XXI figura solo como autora en un único libro hasta la fecha. Hablo de Esther Muñiz, más conocida como Zia Mei, la cual ya ha sido nombrada y ha aparecido en numerosas ocasiones en este espacio, por ejemplo con el diseño del libro Kilwa, aunque sobre todo ha aparecido por ser una de las personas que entre 2015 y 2016 hicieron posible el bar y librería El Laboratorio, en la calle de las Vaquerías, espacio del que hemos hablado mucho por ser un antes y después en este mundillo alcalaíno, punto de encuentro de diferentes generaciones creadoras y creativas, de diferentes concepciones de la literatura y de innumerables actos, autores y libros. Igualmente, Zia Mei ha colaborado varias veces con este espacio escribiendo reseñas de algunos libros. Zia Mei nació en León en 1973, es de un pueblo de aquella provincia, pero se vino a vivir a Alcalá de Henares. Su adicción a la poesía, el dibujo y los cuentos le llevaron a encontrar hueco profesional dentro de la ilustración, el diseño y la maquetación. Precisamente como ilustradora y diseñadora trabajó para Ediciones El Garaje, editorial independiente con editores en Alcalá de Henares, aunque la editorial está asentada en Villaverde (Madrid), antes era Bosa, y se dedicaba a temas más políticos y de izquierdas. La editorial, como El Garaje y dedicada también a la literatura, sigue existiendo y trabajando. Es con esta editorial que Zia Mei, trabajando en ella o para ella, sacó adelante el único libro en el que figura como autora. Antes de hablar de ese libro quepa decir que ella ha diseñado y diseña numerosas portadas e ilustraciones para libros y otros encargos y artículos de la industria editora. Entre 2015 y 2016, junto a Julián Pizarroso, llevaron a cabo la creación y regencia de El Laboratorio. En 2015 participó de la ilustración del relato Un mal comienzo, de Luis Abad y  quien escribe esto. Apareció antologada en 2016 con uno de sus poemas en 20 poemas asoman... en un invierno, realizada por los autores alcalaínos  Daniel L.-Serrano "Canichu" (quien os escribe hoy) y Sofía Winter. Posteriormente, trabajando en lo que ha podido para poder pagar los gastos comunes, ha logrado reincorporarse como ilustradora, diseñadora y maquetadora de manera independiente y autónoma, llevando adelante encargos de libros, calendarios, revistas, etcétera. Desde 2019 es parte del grupo teatral y poético Triatrum, un proyecto experimental que mezcla poesía, teatro, música y fotografía, compuesto por Sofía Winter, Omaida y la propia Zia Mei. No obstante, Zia Mei ha participado de, y creado, cuentacuentos para niños y también otros estrictamente para adultos, los cuales los ha narrado en bibliotecas y librerías alcalaínas desde hace unos años. En aquel 2019 Triatrum se dio a conocer en los actos de reivindicación feminista "La Escabechera", pegados a los actos del 2 de mayo en Alcalá. También desde 2019 realiza junto a la poeta y actriz alcalaína Maribel Domínguez un programa de radio cultural llamado Ola de entretiempo en Radio Creatividad. Ha ilustrado otros libros, junto a otros autores, son uno dedicado a Federico García Lorca, el Romancero Gitano Ilustrado (2017) y Relatos impresionistas (2018), de César Sobrón.

El libro en el que figura como autora, la recoge precisamente como ilustradora del mismo y como diseñadora de su portada y maquetación. Se trata de Cuentos al canto del gallo, publicado en 2014 por la citada Ediciones El Garaje. Y como libro de cuentos que se trata, la autora de los textos era una buena amiga personal de Zia Mei con la que había coincidido en otras ocasiones de cuentacuentos anteriores, Consuelo Giménez Pardo, otra autora de Alcalá de Henares. 

Consuelo Giménez nació en 1967 en Alcalá de Henares. Realizó estudios universitarios por los que obtuvo el título de Doctora en Biología, trabajando como profesora de Parasitología en la Universidad de Alcalá, aunque también ha pisado el mundo de los archivos. Ella escribe desde muy niña. ha acumulado diversos premios de relato, microrrelato y poesía, y se ha acercado a varios talleres de escritura, en un intento constante de aprendizaje. Ella misma ha realizado ya varios cuentacuentos en los mismos ámbitos que Zia Mei, también para adultos unos y para niños otros, de ahí nació su amistad. Cuando Ediciones el Garaje, que conocía a ambas autoras, comenzó a elucubrar la posibilidad de combinar los cuentos de una con las ilustraciones de la otra, les ofreció la posibilidad de sacar un libro común. Ellas aceptaron el ofrecimiento a condición de no haber fechas de entrega, así que, con total calma, a su ritmo cada una, comenzaron a dar forma en un largo proceso temporal a lo que sería el material que publicarían. Algunos cuentos ya estaban creados, otros e crearon nuevos, según la inspiración de la autora, mientras que Zia Mei tenía algunos dibujos que reinterpretó para los textos de Consuelo, y además creó otros nuevos. Así dieron a luz este libro de 2014. Sin embargo, Consuelo ya tenía publicados otros libros antes que este, Cuentos de todos para todos (2009), Cuentos para todos (2010 y 2011, en Internet) los poemarios El desván de los otros (2011) y Vendo versos (2011 en Internet), y otra colección de relatos, Ratos de relatos (2012 en papel y 2014 en Internet). Posteriormente al Cuentos al canto del gallo de 2014 sacó un libro no literario, Acciones en investigación aplicada a la cooperación para el desarrollo: pasado, presente y futuro (2015). Hay que decir que fuera de la literatura Consuelo ya había escrito en otros libros, pero no como autora única, sino en colaboración; junto a Nieves Casado escribano: Educando para la salud. Prevención y control para la pediculosis (2008) y junto a José Javier Martínez Herráiz y a Carmen Pagés Arévalo: Tropla@. Tropical Play. Juego educativo sobre enfermedades tropicales y salud internacional (2011).

Como se ha dicho el libro tuvo un proceso lento y libre de creación, sin presiones de fecha. Tardaron dos años en acabarlo, por lo que fue un proceso de 2012 a 2014. Quizá ese poder reposar qué querían hacer hizo que el resultado final gustara tanto que lectores y editores les reclamaran una segunda parte, pero esta nunca se materializó, al menos hasta la fecha. Contó con un prólogo de un poeta y escritor de cuentos infantiles, bibliotecario de la ciudad, al que ambas conocían y admiraban, Enrique Cordero Seva. El libro salió en tapa blanda, con cubiertas con solapa, dentro del diseño de la colección Narrativa de El Garaje, con un encuadrado en negro, con degradaciones para los logotipos de la editorial y la ilustración de Zia Mei de un extraño gallo cantando. El libro fue presentado en la Librería Diógenes de Alcalá de Henares en noviembre de 2014, coincidiendo con el primer día del festival de cine Alcine de aquel año, al atardecer. Contenía diecisiete cuentos adultos, o relatos breves, aunque una buena parte de ellos podían ser aptos para edades juveniles. 

Cada cuento contaba a la vez con una ilustración de Zia Mei, en blanco y negro, con trazos finos y limpios, a veces con guiños a Miró, otras veces al surrealismo más puro de Dalí, con toques näif en algunos espacios de cada imagen, y tenía hasta algo de conceptismo, cubismo y dadaísmo en varios de ellos. Lo que tenía sobre todo era todo un mundo imaginativo y divertido, lleno de humor, que completaba cada relato abriendo lo narrado a un mundo visual que los ampliaba más allá de las palabras.

Los cuentos dominaban el relato breve y contenían una visión actual y moderna de la vida combinados con la idea clásica de lo que es un cuento para adultos. Así pues, cada cuento se transformaba en un dibujo en sí mismo, fantasioso, una imagen de un espacio de la realidad que, llevada más allá de ella misma formaba el cuento. No obstante, el término francés surrealité, en español surrealismo o surrealidad, significa "más allá de la realidad". De esto contiene el libro grades dosis, de surrealidad. Explora la realidad íntima y social con humor y surrealismo. Sin embargo, mientras la temática y los argumentos se adentran en explorar estos caminos, formalmente siguen un planteamiento más ajustado a lo comúnmente aceptado, sin experimentación. El relato sigue el clásico planteamiento, nudo y desenlace, a veces su moraleja, su final feliz o su final inevitable o trágico. Quizá sea consecuencia de ser más aceptable a la hora de llevar estos cuentos a cuentacuento narrado en un espacio público, o bien como parte de las normas que suelen enseñar los talleres de escritura. Sea como sea, lo experimental de los argumentos quedaba limitado por lo formal de su planteamiento y presentación, de manera equilibrada y amable que crea una sensación agradable de leer. Gusta. 

Mi ejemplar fue firmado por Zia Mei, que me realizó una ilustración exclusiva para mí, pero me faltó la firma de Consuelo. Tengo el libro en estima.

El libro ha sido reimpreso en 2019.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 2 de mayo de 2020

Diario de un patriota complutense en la Guerra de la Independencia

Título: Diario de un patriota complutense en la Guerra de la Independencia.
Autor: Juan Domingo Palomar García (en origen: anónimo; autor adjudicado por sospecha de Juan Catalina García). 
Editor: Ayuntamiento de Alcalá de Henares
Impresor: tipografía de los Hijos de M. G. Hernández
Año de publicación:  1894 (1ª edición; Introducción del alcalde Lucas del Campo; prólogo de Juan Catalina García).
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Título: Diario de un patriota complutense en la Guerra de la Independencia.
Autor: Juan Domingo Palomar (en origen: anónimo; autor adjudicado por sospecha de Juan Catalina García).
Editorial: Maxtor.
Año de publicación: 2006 (1ª edición; facsímil de la edición de 1894)
Género: Diario; Memorias; Crónica; Historia.
ISBN: 978-84-9761-278-7

Hoy es 2 de mayo de 2020 y nada más indicado para hoy que entre los autores y libros de Alcalá de Henares citemos uno que precisamente fue contemporáneo a la Guerra de Independencia Española iniciada el 2 de mayo de 1808 y acabada y (para España) acabada el 14 de abril de 1814. En realidad se trataba de un diario personal que fue escrito a saltos temporales entre octubre de 1809 y mayo de 1814, por ello mismo, en principio no tenía nombre de libro, ni tampoco nombre del autor, pues el libro no pasaba de ser un diario personal, quizá escrito con idea de dejar memoria escrita para las generaciones venideras de lo que se estaba viviendo, pero en principio era un ejercicio más de mantener la cordura en una guerra en parte de liberación contra un ocupante y en parte guerra civil, pues no olvidemos que en aquella Guerra de Independencia Española los españoles estaban divididos básicamente entre leales a Fernando VII de Borbón y leales a José I Bonaparte, siendo estos últimos llamados afrancesados, pero a la vez, entre los partidarios de Fernando VII también había afrancesados, por lo que se dividieron a la vez entre absolutistas y partidarios del Antiguo Régimen contra (a veces colaborando a disgusto) partidarios de un Nuevo Régimen garantizado por una Constitución que trajera lo que sería el modelo de monarquía parlamentaria y la democracia. Tal Constitución se terminaría de redactar en Cádiz en 1812 y eso hizo que los leales a Fernando VII se dividieran más entre sí, cosa que resolvieron al acabar la guerra contra los franceses con represiones entre ellos y represiones contra los que directamente fueron partidarios de los franceses, con inicial imposición de los absolutistas de Fernando VII, posterior regreso de los liberales en 1820, y posterior vuelta de tuerca de los absolutistas en 1823, con ayuda francesa, y, otra vuelta de tuerca, imposición de las ideas liberales en 1833 al morir Fernando VII porque este necesitaba de sus ideas de libertad para que gobernara su hija Isabel II, en guerra contra los absolutistas que le habían apoyado a él, que ahora apoyaban a otro Borbón llamado Carlos. Toda esa serie de acontecimientos van tomando cuerpo en esa Guerra de Independencia que a la vez es una guerra civil. El diario es escrito en la intimidad y probablemente el autor quería evitar posibles problemas con las autoridades francesas o las afrancesadas si el texto era descubierto. 

La obra no tenía título ni autor, como se ha dicho. En vida de quien lo escribiese probablemente no rebasó más allá de su propia intimidad y secreto, pues la represión contra los afrancesados alcalaínos fue alta y muy virulenta de parte de los partidarios de Fernando VII, que llegaron incluso a asaltar y quemar las casas de los profesores universitarios que habían mostrado su predisposición a enseñar los derechos que les otorgaba la Constitución de Cádiz de 1812, o bien a desterrar y encarcelar, sino ejecutar, a algunos que colaboraron con José I. Así las cosas de 1814 a 1820, en el periodo del trienio Liberal de 1820 a 1823, probablemente el autor prefirió la cautela y, aunque en ese momento la Universidad llegó a enseñar a las personas más humildes lo que la Constitución decía, nada se sabía de la existencia de este documento y su creador. El momento posterior a la muerte de Fernando VII 1833 parece más propicio para que saliera a la luz, pero no sabemos si el autor estaba ya muerto, o bien demasiado viejo para meterse en aventuras que le comprometieran, toda vez que la Primera Guerra Carlista estaba en marcha o que los posteriores tira y afloja políticos del reinado de Isabel II tampoco dejaba muy claro la seguridad personal si publicaba. Pensemos que el busto dedicado a Juan Martín "el Empecinado" en la calle del Empecinado fue un proyecto propuesto, rechazado e incluso eliminado en uno de sus primeros intentos dentro de un contexto de duros ataques y odios entre liberales y conservadores. Con la Revolución Gloriosa de 1868 cambia la cosa y el busto al líder guerrillero puede ser levantado en los años posteriores. Parece un panorama propicio para que saliera a la luz el diario, sobre todo porque hasta se llegó a proclamar la Primera República entre 1873 y 1874, pero precisamente por ser convulso o quizá porque los herederos lo tenían como un legado familiar, no salió a la luz. Regresaron los Borbones con Alfonso XII y le dio tiempo a morir en 1885. Comenzó el reinado de Alfonso XIII, con la regencia de María Cristina y es en ese periodo, donde todo parece ya canalizado y los sucesos de 1808 lejanos, que el diario llega a la biblioteca y archivo municipal, según da cuenta el alcalde alcalaíno que había en 1894, Lucas del Campo. Él elevó el texto nada menos que al gobierno central para que le dieran permiso para publicarlo, y es el mismo Presidente del Consejo de Ministros (Presidente del Gobierno), Cánovas del Castillo, quien lo autoriza. El diario queda así publicado y añadido a la biblioteca y archivo municipal de Alcalá de Henares en 1894. Su título será Diario de un patriota complutense en la Guerra de la Independencia, más conocido como Diario de un patriota complutense

En su primera publicación tendrá una nota introductoria del alcalde Lucas del Campo, a continuación hay una introducción del cronista local Juan Catalina García, que también hacia sus veces de político. Juan Catalina se permitirá el lujo de poner sus iniciales en la portada, J. C. G., pero en la introducción aclarará que el diario anónimo contenía unas iniciales del nombre del autor, J. D. P., sin saberse quien es, pues el documento no ha sido donado por los descendientes, sino que apareció entre la documentación del ayuntamiento. Juan Catalina como historiador, en realidad como cronista, revisa el archivo municipal en torno a los años de la Guerra de Independencia y descubre que en las actas y cartas aparecen todos los nombres que se citan en el diario entre 1809 y 1814, excepto uno: Juan Domingo Palomar García. Sin duda parece evidente que Juan Domingo Palomar es el autor del diario. Buscando sobre la vida del autor, no descubre mucho sobre su biografía, pero puede certificar que asiste a casi todas las sesiones del consistorio. Prácticamente esta persona participa de las reuniones y tomó nota de todos los acuerdos y reuniones del ayuntamiento, en contra y a favor de los franceses, siendo su postura antifrancesa, por lo que quizá se trate de un político local, una persona notable o un escribano o notario numerario del ayuntamiento. 

Como sea, con permiso de Cánovas del Castillo, por tanto esquivando la censura, aunque se han eliminado las partes del diario que el consistorio ha considerado menos interesantes para la historia local, el texto es llevado a la Tipografía de los Hijos de M. G. Hernández y es editado e imprimido para su difusión y para que quede en la citada biblioteca y archivo municipal de Alcalá. Pensemos que en 1894 Alcalá de Henares llevaba cerca de quince o veinte años tratando de recuperar algo de su esplendor y trataba de hacer valer su valía como ciudad importante, aunque tenía una vida casi rural. Lo cierto es que la ciudad crecía, en todos los sentidos. En ese 1894 está a punto de comenzar la Guerra de Independencia de Cuba, en 1895, y hay, a la vez, fuertes enfrentamientos ideológicos entre liberales y conservadores, así como ahora disputaban también los republicanos y las diferentes sensibilidades y ramas del socialismo. disputándose todos diversos valores sobre lo que debía ser y cómo debía ser España.

El texto quedará y será conocido como una fuente importante para conocer la Historia reciente de la ciudad y completará a la Historia de Alcalá de Henares que había publicado Esteban Azaña entre 1882 y 1883, así como otras crónicas de la ciudad de otros autores a finales del siglo XIX. Sin embargo, paulatinamente se irá quedando atrás y olvidado, especialmente a partir de que estalle la guerra civil española de 1936 a 1939. Será recuperado por el alcalaíno Instituto de Estudios Complutenses (IEECC) en 1990, que lo volverá a reeditar, añadiendo a la portada un grabado de Goya sobre los horrores de la guerra, precisamente creado por la Guerra de la Independencia, esa edición contará con un Depósito Legal de 1991 y será parte de una colección de textos documentales de Alcalá de Henares, ocupando el número 5 en dicha colección. Quedaba así recuperado para su conocimiento y para avanzar en los estudios históricos de la ciudad, cosa que aprovechó el catedrático Gutmaro Gómez Bravo junto a Pablo Carmona y Luis Enrique Otero en La ciudad oculta, Alcalá de Henares 1753-1868: el nacimiento de la ciudad burguesa, publicado en 2011. Previamente a esa investigación de fondo, Diario de un patriota complutense había vuelto a ser publicado en 2006 a modo facsímil a la edición original, siendo totalmente fieles en todos los aspectos. Uso esa publicación para estas notas. Esa edición de 2006 fue a cargo de la editorial de Valladolid llamada Maxtor. Ha sido usada y regalada en años posteriores por la propia IEECC, a falta de su propia edición de 1990, ya agotada para ese 2006. No es la edición más reciente. En 2012 se volvió a editar de manos de Nabu Press, traspasando las fronteras españolas y llegando, en español, al mercado británico, que por otra parte suele fijarse mucho en todo lo que tiene que ver con las Guerras Napoleónicas. Esa edición es la más actual, si bien contiene una portada y una edición más actual.

El levantamiento español contra la ocupación francesa se tiene consensuado más o menos entre el 17 y el 18 de marzo, en Aranjuez, aunque en otros puntos comenzaban a haber levantamientos o roces violentos o desagradables, como en las guarniciones militares de Zaragoza, aunque otras guarniciones del norte de España no veían con malos ojos una modernización de España con los Bonaparte, dado los escándalos de Godoy, militar que ejercía básicamente el gobierno en nombre de Carlos IV, en un ambiente de rumoreados amoríos de la reina con él y en medio de rumores de conspiración del entonces príncipe Fernando contra su padre, que resultaron ser ciertos. A todo esto se sumaba ruinas económicas y hambres, mientras los impuestos subían para poder sostener el ritmo de vida de la Corte y las celebraciones religiosas. Como sea, el comienzo de la Guerra de Independencia, pese al motín de Aranjuez, se adjudica al estallido popular por su indignación el 2 de mayo, con el gobierno raptado en Bayona y con un juego de renuncias y juramentos de lealtad en favor de José I Bonaparte. Al 2 de mayo le siguieron los fusilamientos el 3 de mayo de todos aquellos madrileños atrapados que habían participado de la rebelión inicial. Los acontecimientos del 2 de mayo fueron conocidos en Alcalá el mismo día, pero no ofreció sus tropas de zapadores hasta el 3 de mayo. Fueron rechazadas alegando que estaba todo bajo control, pero había otras razones, como la necesidad de preservarlas (pues se marcharon a Valencia y después a Bailén) o bien de no querer en la capital a tropas leales a Fernando VII. Los acontecimientos bélicos se fueron precipitando en España, en julio ocurriría la victoria de Bailén y por consiguiente la llegada de Napoleón en persona para retomar el terreno perdido. A pesar de que las tropas francesas iban y venían y Madrid estaba rebasada, Alcalá no fue apenas molestada. Sus autoridades se habían declarado leales a José I, aunque según el diario parece que fuera algo para salir del paso, cosa dudable en bastantes casos, dado que el que escribió era una voz partidista y por tanto con una visión distorsionada para el análisis. Más aún, el propio rector de la Universidad de Alcalá había sido uno de los ponentes de la Carta de Bayona, una especie de Constitución para España otorgada por José I.  El primer enfrentamiento armado alcalaíno se produjo el 5 de diciembre de 1808. Fue una resistencia casi testimonial por parte de los vecinos, pero que recibió una represión elevada y desproporcionada. El político local y liberal Martín-Esparza, afrancesado, corroboró aquellos hechos, y décadas más tarde las recogió Esteban Azaña.

El diario comienza a narrar a partir de octubre de 1809, pero Juan Domingo Palomar probablemente comenzó a anotar recuperando algunos hechos ocurridos de memoria, pues el primer hecho que anota, el traslado de los restos del santo mártir Diego de Alcalá de un convento a la Iglesia  Magistral, se produjo en los meses finales de 1808, no en 1809. Lo corrige la edición facsímil que hizo Juan Catalina, al añadirle en las páginas finales un índice de materias de los apuntes del diario, que no es otra cosa que una especie de anales de las Guerra de Independencia en la ciudad. Bien es cierto que el diario no narra la llegada de las tropas y el enfrentamiento de diciembre de 1808, en la Puerta de Madrid, y posteriormente la entrada de los mamelucos en formación de a dos y los desmanes de la tropa que les siguió después. Aunque lo más seguro es que la inmediata sucesión en 1809 de hechos violentos, la presencia de la guerrilla de "El Empecinado" operando entre la provincia de Guadalajara y Alcalá de Henares, las tropas francesas en la ciudad y los forcejeos administrativos y de gobierno local entre las autoridades y personalidades alcalaínas y los propios franceses y afrancesados sean lo que motive al autor a dejar registro escrito, por más que su posición privilegiada en la política local del ayuntamiento le permitiera conocer detalles que el resto de la sociedad complutense no conocía y que consideró que debía quedar registrada, dentro de esa pulsión pasional y reprimida que existió esos años. No olvidemos que la ciudad llegó a vivir no una sino hasta dos represiones fuertes a lo largo de la guerra, o que varias de sus personalidades sufrieran la vigilancia y hasta las detenciones alternativas de parte del ejército francés, a la vez que las instituciones religiosas y los religiosos de la ciudad veían varias de sus tradiciones de culto y objetos más venerados bajo lo que consideraban ultraje, sacrilegio y blasfemia. 

Otro aspecto a tener en cuenta es que la ciudad tuvo autoridades colaboradoras de los franceses, y tuvo afrancesados contrarios a los franceses que luego serán nombres importantes en 1820, llegando a ocupar puestos de gobierno local. La propia familia Azaña, que en esos momentos eran escribanos y notarios del ayuntamiento, familia de la que descenderá Manuel Azaña, fue una familia liberal y en estos momentos afrancesada, aunque leal a Fernando VII, recordemos que antes de la importancia de Manuel Azaña, su padre Esteban fue alcalde en la década de 1870. A la vez, el que escribió el diario trató de minimizar, ignorar u ocultar que este hecho existía, si bien parece que el que lo escribió era partidario de la Constitución de Cádiz, por tanto, liberal, por entonces afrancesado, leal a Fernando VII. Liberal o conservador, pues también hace gala de religiosidad católica bastante profunda, toma distancia de aquellos españoles que consideraban el gobierno Bonaparte más beneficioso que el gobierno Borbón y trata de ocultar la existencia de partidarios de José I en la ciudad, si bien en algunas de las partes, comparadas entre sí y contrastadas con otras fuentes, hasta el propio diario implica entre líneas el reconocimiento de que en la ciudad existía esta gente y no poca en número. No obstante, en 1812, 1813 y en 1814 se anota  los hechos de aquellas personas que en gran número abandonaron la ciudad, algunas bajo una lluvia de insultos y actos deshonestos, otros perseguidos y amenazados, otros llevados a la cárcel, por ser seguidores de los franceses cuando estos tuvieron que dejar la ciudad entre dos y tres ocasiones por movimientos estratégicos del curso de la guerra en la península.

El libro recoge tanto sucesos políticos, como acciones de guerra, celebraciones, acontecimientos religiosos, sucesos que les pasó o protagonizaron diversas personas de la ciudad, disturbios, hambrunas y sus remedios, la escasez, la economía de guerra y hasta coplillas del momento. 

Es una fuente de primer orden para la época. Aunque es un diario, al ser cronológicamente lineal, se puede leer con interés. Una lectura recomendable como historiadores y como curiosos. 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".