sábado, 8 de junio de 2024

Érase un universo llamado desafío

Título: Érase un universo llamado desafío. Antología poética.
Autor: José María Serrano Muelas.
Editorial: Domiduca Libreros.
Año de publicación: 2023 (1ª edición; prólogo del autor).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-121319-5-6 

 

José María Serrano Muelas publicó en 2023 con la editorial Domiduca Libreros su primer y único poemario, Érase un universo llamado desafío, que era una antología poética de su propia poesía escrita a lo largo de los años como afición. No hay que confundirlo con el poeta también llamado José María Serrano, que cuenta con más de veinte libros publicados, en ese sentido es necesario diferenciarlo con su segundo apellido, Muelas. Nació en Uclés (Cuenca), en Santiago de los Chopos, en 1944. En 1954 se trasladó junto a su familia a Alcalá de Henares, donde reside hoy día y donde recibió estudios de Primaria en un colegio de la orden religiosa de los jesuitas y después el Bachillerato en el Instituto Complutense. A través de una beca estudió la carrera de Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid, hoy día: Universidad Complutense. Pudo ejercer de profesor de enseñanza media en Institutos de Bachillerato y Secundaria en Zafra, Ronda, Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de la Palma, Vélez-Málaga y de regreso: Alcalá de Henares. Con los pseudónimos de Dasein y de Viruta publicó poetas como aficionado en varias revistas locales de estos sitios. Por ello este poemario es una antología, ya que publica bajo su propio criterio la selección que hace de su obra a los 79 años de edad, ya jubilado. El libro está acompañado de fotografías interiores en blanco y negro realizadas por Sara Moon y Samuel Méndez-Pacheco, mientras que la maquetación es de Zia Mei, habitual colaboradora de Domiduca.  

Su poesía oscila entre un profundo conocimiento de los autores clásicos de la filosofía de todos los tiempos y una creencia en la existencia de un Espíritu Universal o Sujeto Colectivo que le da un carácter espiritual a esos conocimientos filosóficos. Entre la creencia religiosa y la fe en la filosofía, este poemario nos da a entender que es obra de un cristiano tal vez próximo a la, o tal vez lo es, masonería, que cree en el progreso, la fraternidad y la Ciencia, junto con Dios. No obstante, puede que estemos ante la obra poética de un cristiano católico, no tanto un cristiano masón, la cuestión da igual, no es tan trascendente si se sabe entender el mensaje que nos comparte el poeta con sus versos. Sin prejuicios a la hora de leer. Sin censuras.

En su obra se nota un carácter erudito, pero a la vez humilde y sencillo que escribe desde una propia cosmogonía del mundo y una fe ciega en la perfección del hombre como camino de salvación y como guía del mundo. Es una poesía muy limpia y depurada, perfectamente construida, pero que para entenderla hay que entender que se lee una poesía intimista que, a la vez, quiere lanzar un mensaje positivo al otro sobre la existencia y nuestro papel extraño en el existir.

Como resultado, tenemos un poemario muy bello, muy reflexionado, producto de toda una vida. Claro está que al ser una antología de sus poemas a lo largo de su vida hay diferentes tonos y temáticas, algo lógico en toda evolución humana a lo largo del tiempo. Aparecen también poemas que hablan de soledad, de sueños de proyectos de vida y de inquietudes existenciales.
 
Sirva de ejemplo de su poesía un fragmento inicial del poema "Adiós a La Palma".

Qué más desearía mi alma de gaviota
qué remansar su vuelo por tus pétreos cantales
besados por los soplos de las brisas marinas...

Qué más desearía mi espíritu de ave
que buscar en tu altura su mansión de reposo,
por gozar la caricia de las nubes viajeras
y dormirse al arrullo de plácida salmodia
con rumores de olas y alientos vegetales...

(...)

Una preciosidad que acompaña a toda la obra. Delicadamente expresado. Este poema nos puede evocar Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach en 1970, pero tiene su propia reflexión interior, la propia reflexión interna de José María Serrano Muelas, que aunque él mismo afirma ser poeta aficionado, se puede reclamar con propiedad como poeta, sin más, máxime cuando lleva una vida entera publicando en algunas revistas locales. Pero lo es porque sus versos lo merecen y porque se le nota una sinceridad consigo mismo, por tanto con el lector, que nos descubre que es un poeta en sí, al margen de si ha publicado más o menos o si es más o menos conocido. Hubo poetas en la Historia que no fueron conocidos hasta después de su muerte y hasta décadas y siglos después de esta, el tema de la fama o la popularidad no es la clave principal que te hace poeta. Él tiene el ser de poeta.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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