domingo, 6 de mayo de 2018

El viaje de un egiptólogo ingenuo. Peripecias de un español en Egipto

Título: El viaje de un egiptólogo ingenuo. Peripecias de un español en Egipto.
Autor: Tito Vivas.
Editorial: Ediciones del Viento.
Año de publicación: 2017. (1ª edición)
Género: Libro de viajes.
ISBN: 978-84-15374-13-8

Tito Vivas es actualmente el alcalaíno que más ha salido en prensa nacional a raíz de su dedicación como licenciado en Historia y como arqueólogo a la egiptología. Actividad que se completa con su doctorado en Historia de la Religión y su entrega a su propia agencia de viajes con sede en Alcalá de Henares, "Histórica, Sociedad de viajes", donde combina la aventura y la Historia en proyectos de viajes a caballo entre un planteamiento de lo que eran las expediciones de finales del siglo XIX y comienzos del XX con lo que es el turismo neto propio del comienzo del siglo XXI. Quizá por todo ello nació como resultado en 2017 un libro de sus manos y mente que es lo que más le ha popularizado en los últimos tiempos, junto a una actividad de promoción de películas norteamericanas de argumento religioso. Se trata de El viaje de un egiptólogo ingenuo. Peripecias de un español en Egipto. Se trata de un libro dentro de un género literario que fue muy popular en los siglos XVI al XIX, el género de los libros de viaje. En este género los autores suelen relatar sus experiencias y sensaciones descubriendo o llegando a nuevos mundos de culturas desconocidas o bien de culturas exóticas y alejadas del lugar de origen del autor o de la autora. Solía ser común que, según la época y el autor, el género además añadiera una inclinación por la Historia, la sociología, la etnología, la gastronomía, lo arquitectónico, la crítica política y social (como ocurrió en 1789 con Cartas marruecas, de José Cadalso), etcétera. No se trata, por tanto, de guías de viaje, ni de libros para hacer turismo, si no de relatos personales de viajeros que, con unas u otras intenciones, pretenden dar a conocer contrastes entre sociedades y tiempos. En el caso de Tito Vivas ocurre lo mismo. En este caso, el autor se decanta por enseñar egiptología al lector a través de sus experiencias como viajero y como arqueólogo a lo largo de varios viajes desde su infancia hasta el año que escribió el libro, sin dejar marginado su conocimiento del Egipto actual.

El libro está teniendo aún mayor repercusión gracias a que ha sido editado por Ediciones del Viento, una editorial con bastante prestigio a través de numerosas publicaciones dedicadas al género del libro de viajes. Es una editorial referente en ese tipo de literatura, hasta el punto que es común encontrar referencias a sus títulos en la prensa estatal a través tanto de suplementos de literatura como en suplementos de rumbos para viajar. El viaje de un egiptólogo ingenuo es un voluminoso libro maquetado con un tono anaranjado que pretende recordar los colores del desierto egipcio, color que aparece con bastante buen gusto incluso en la numeración de las páginas. Con algo de humor aparece en la portada una fotografía del propio Tito Vivas hablando con un egipcio sobre uno de los antiguos edificios del Imperio Egipcio, pero que parece que en realidad le habla de que él es un egiptólogo ingenuo que tiene mucho que aprender del egipcio con el que habla, ya que señala con la mano hacia arriba, donde se ha colocado el título. Tal portada recoge tres ideas fundamentales del relato de Vivas: primero, el libro va de egiptología de manera seria y profesional al ubicarse la escena en un templo antiguo lleno de jeroglíficos; segundo, el libro no olvida al Egipto actual, con el cual conversa sobre su pasado, y es además un libro de viajes que se obvia en las ropas de Tito; y tercero, el libro, como el autor, cuenta con sentido del humor. Y esa idea artística de la concepción del libro es perfecta para explicar visualmente lo que te vas a encontrar antes de leerlo. 

Antes de entrar en materia, no se puede dejar sin decir que el libro ha sido enriquecido con fotografías en color realizadas por el autor sobre aquellos lugares que ha creído imprescindible que conozcamos visualmente, a lo que hay que añadir otras fotografías en blanco y negro antiguas de egiptólogos y viajeros famosos de los siglos XIX y XX, así como con acuarelas de grandes monumentos pintadas por el propio Tito Vivas, su firma se lee en todas esas pinturas. Cuenta además con un mapa del Valle del Nilo realizado por David Greenspan donde aparece la ubicación de los diferentes grandes monumentos más famosos, una cronología del Antiguo Egipto que abarca desde el año 4000 antes de Cristo al 395 después de Cristo, y con una bibliografía comentada por el autor para profundizar en el tema y para asentar el trabajo de documentación en la que se basa el autor. 

Tito Vivas no oculta desde las primeras páginas que su libro se inspira en los libros de viajes que escribieron predecesores egiptólogos y viajeros de cien a algo más de cien años atrás antes que él, como el arqueólogo Carter, Eduardo Toda o, la más citada por Vivas, la pionera Amelia Ann Brandford Edwards. De hecho, pequeños textos de estos u otros viajeros aparecen a veces para completar y avalar cuestiones de Egipto que, ocurriendo a comienzos del siglo XX o en pleno siglo XIX, se repiten en cierto modo en el siglo XXI. Es claro que Tito Vivas, que se presenta a sí mismo a lo largo de todo el libro de una manera modesta como un arqueólogo más que no sabe tanto como los más grandes, intenta emular, y logra conseguir, el objetivo de pasar por ser un viajero más, uno de los que buscan la aventura de descubrir el antiguo Egipto, no lo cotidiano del excesivo y comercial turismo de nuestras épocas.

Sigue una ruta desde el Bajo al Alto Nilo comenzando a  narrar su viaje uniéndolo con un viaje interior propio, esto último uniendo el viaje físico a su viaje desde que era niño y estuvo con sus padres en Egipto por primera vez, a su evolución como estudiante y arqueólogo en prácticas que llega a descubrir una momia, su estancia como arqueólogo plenamente o su viaje como persona que se dedica a la egiptología y a los viajes para personas que no quieren viajar de forma convencional. Aún así, el libro sirve de perfecta excusa para dar lecciones de cosmogonía e Historia del Antiguo Egipto según visita diferentes grandes monumentos y trata de explicarlos. Trata de visitarlos evolutivamente desde los más antiguos a los más modernos, aunque esto último no es una norma cronológica exacta, ya que por ejemplo en el inicio abre el libro relatando sobre el muy famoso Valle de Guiza, cuyas pirámides son lo más deseado de ver por todos los que viajan a hacerse la foto de "yo estuve en Egipto". Ahí no hay una razón cronológica, aunque sí del rumbo elegido desde el Bajo al Alto Egipto. Pareciera más que la razón es llamar la atención al lector menos experimentado en Egipto para captarla y, tras enriquecer su visión de esas pirámides más allá de lo estético o de lo convencional, invitarle a seguir el viaje y el aprendizaje. Es, por así decirlo, como el recurso del guía de turismo o de viajes que te muestra lo más famoso para poder captarte de cara a que te enseñe otras cosas que, sin ser tan famosas, sabe que te van a maravillar.

El libro tiene una fuerte carga de conocimientos históricos y mitológicos de Egipto que son explicados de manera amena y con un humor que, además, son descargados al combinarlos con otras partes del libro donde se narran situaciones del Egipto actual con los que se encuentra un turista occidental y donde un lector que haya viajado allí podrá pensar en sus propias anécdotas, si no caer, quizá, en una sonrisilla cómplice de "yo también caí en sus trucos para venderme de todo por precios que no eran los propios". Aparece Historia actual muy reciente, comentarios de apreciaciones sociológicas por el autor, valoraciones estéticas y sentimentales por lugares o por amistades que hizo por el camino, burlas sarcásticas sobre el carácter y comportamientos paradójicos de los turistas modernos comparados con los viajeros más ilustres o con los importantísimos acontecimientos históricos que contemplaron los lugares que hoy día sólo son objeto de fotos sin respeto. Cuenta además con una prosa fluida y tan directa y pedagógica, cómplice con las realidades de la vida de un occidental sacado de sus lugares de vida habitual, como a la vez también llega a ser poética y bucólica. Nos invita a imaginar y a comprender cómo era la vida de un lugar en la antigüedad, luego ese mismo lugar cuando los egiptólogos se interesaron por él en el siglo XIX o en los años 1920, y después nos lo desgrana con humor e ironía contándonos cómo turistas y egipcios dedicados al turismo le han cambiado su ritmo milenario de vida. Nos cuenta así varios niveles de realidad social en unos mismos lugares que hemos visto en películas y fotografías montones de veces. 

El libro trata de ajustarse a la explicación de la Historia, del Arte, de la religión antiguos y de la sociología actual de Egipto, huye y combate, se ríe, de todas esas otras explicaciones de orígenes extraterrestres que tanto abundan por parte de innumerables personas que, por otro lado, no se han interesado demasiado en mirar en dirección a los datos de historiadores y arqueólogos. Ahora bien, se hace evidente que Tito Vivas se dedica también y vive de organizar viajes. Sabe cómo atraer la atención a posibles viajeros. Se puede intuir cuando descubres en este libro que hay dosis de todo lo posible que pueda captar la atención de un lector: Historia, arqueología y mitología, como se ha dicho, junto a recomendaciones hosteleras y gastronómicas, incluso de cerveza, consejos para desplazarse o para comprar, lugares donde comprar y qué comprar, historias de fantasmas o espíritus, reencuentros de viejos amores de infausto recuerdo, aventuras, una operación antiterrorista, análisis socioeconómicos, el Egipto urbano que acoge al turista y el Egipto rural más pobre no tan acostumbrado a que por allí pasen turistas, etcétera. Todo ello sin ser planteado de una forma directa ni esquemática propia de una guía turística, si no con el encanto del relato personal de un viajero que no sólo viaja, sino que lo hace incluso con ciertos privilegios merced a sus pases especiales por ser investigador egiptológico. Se desprende un tono sincero y confidencial que te hace tomarle confianza según lees, como si te lo estuviera contando sólo a ti.

Tito Vivas no es un ingenuo, mucho menos un egiptólogo ingenuo. Algo humilde, tal vez, gran conocedor del pasado y el presente de Egipto, desde luego, sin duda. Conocedor del trato y el don de gentes, también. Sabe cómo acercarse a las personas y cuando sí y cuando no ser o no ser "ingenuo".

El viaje de un egiptólogo ingenuo es un relato de fácil lectura que funciona bien, como una novela sin serlo, un libro de Historia sin serlo, un libro de viajes, en definitiva. Altamente recomendable tanto para personas que quieran conocer Egipto (vayan a viajar allí o no), como para quien tenga curiosidad por la Historia antigua y la actual de Egipto. Sirve bien como puerta de entrada para adentrarse en el mundo egipcio y, una vez allí, si te gusta, poder seguir por otras rutas más o menos especializadas, al gusto. Como lector, se disfruta mucho y se agradece la prosa fácil y el buen y agudo sentido del humor de Tito Vivas, el cual le sale espontáneo.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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