Título: Santos Niños Justo y Pastor.
Autor: Anónimo.
Editorial: Domiduca Libreros
Año de publicación: 2006. (1ª edición de Domiduca, es fac-simil de una edición barcelonesa de 1931.)
ISBN: [Sin ISBN ni Depósito Legal.]

La edición no es del todo fac-símil, ya que las cubiertas están en un cartón duro muy moderno y unas coloraciones actualizadas, si bien el interior del libro, de pequeño volumen, reproduce bien la edición de 1931, con tintas verdes, letras góticas de imprenta e ilustraciones pedagógicas de la vida de Justo y Pastor que recuerdan los trazos claros y limpios de algunos cómics españoles de aquellos años 1930, pero también a las ilustraciones de los libros escolares del momento. Un libro muy dado para la educación de los niños en los valores cristianos de sacrificio y fe, así como para la de los adultos que en 1931 eran mayoritariamente analfabetos o semianalfabetos. En este caso la edición de 2006 tiene otras intenciones menos catequistas, busca más bien una intencionalidad de coleccionismo, conmemoración y aporte cultural a lo que fue uno de los eventos culturales de Alcalá de Henares en el comienzo del siglo XXI, tan dado a numerosos centenarios culturales resonados y celebrados como parte de la historia de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Claramente el cuidado mimo de los materiales elegidos para su reproducción, así como la edición limitada en ejemplares, persigue ese fin.
La historia, contada de una manera entre lo pedagógico y lo novelado, sigue el relato hagiográfico teatralizado que hizo Francisco de las Cuevas en el siglo XVI (también conocido como Francisco de la Cueva) y la cual fue representada por primera vez el 7 y el 14 de marzo de 1568 precisamente en Alcalá de Henares, una Alcalá por aquel momento renacentista, universitaria y epicentro cultural de España, por ende, del Imperio, junto a Salamanca. Esto hace que el librito tenga aún más raíces enraizadas en los alcalaíno. La obra de Francisco de las Cuevas fue recuperada en 1908, previo otro acercamiento teatral a esta hagiografía en 1901. Por cierto que Francisco de la Cueva, nacido en Medina del Campo y muerto en Madrid, fue un dramaturgo coetáneo del alcalaíno Miguel de Cervantes, el cual le alabó a él y a su obra en general, aunque otro autor que tuvo su peso en Alcalá de Henares, Francisco de Quevedo, le dedicó un poema en el que se burlaba de él en un panegírico funerario cuando el Conde Duque de Olivares se enemistó con De la Cueva, le describe así: "(...) este, en traje de túmulo, museo (...)". Lamentablemente no se conservan casi ninguna de las obras originales de De las Cuevas, o al menos que se sepa con certeza que son sin duda suyas. Se sabe títulos que escribió, tramas, poca cosa más. Pero en 1901 se intentó volver a escribir la vida de Justo y Pastor, por lo que se le tomó por referencia, a pesar de que no fue hasta 1908, como he dicho, que se recuperó esta obra.
Como sea, la obra que nos atañe sigue los pasos de aquella obra de teatro, pero no es esa obra del siglo XVI. El autor anónimo novelizó la vida de los Santos Niños con fines pedagógicos y catequistas. Y esto es lo que da este libro que si bien usa del lenguaje y las formas propias de la Iglesia católica de 1931, aún podría servir como cuento moralizante para los niños cuyos padres desean instruir en la vida de santos o en los sentidos moralizadores y éticos del sentido del deber y hacer lo que se cree justo a pesar de las consecuencias contrarias a quien ejerza su libertad de cumplir con lo que se considera un deber. No obstante pensemos además que el librito fue editado por primera vez en 1931, año del advenimiento de la Segunda República, cuyo carácter laico hizo sentir y creer a muchos católicos que estaban siendo perseguidos o atacados por su fe al no llegar a comprender lo que significaba el sentido de democracia y libertades para todos. El choque entre católicos y laicos en 1931 es innegable en España, y quizá este libro que trata de enseñar la firmeza de Justo y Pastor en su fe iba por ese camino. Pero, insisto, en 2006, el sentido de su reedición, es muy diferente: es cultural y coleccionista.
Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".
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