sábado, 12 de octubre de 2019

Intentos de poesía. 2015-2017

Título: Intentos de poesía. 2015-2017
Autor: Daniel López Roche.
Editor/Impresor: Autoedición. 
Año de publicación: 2017 (1ª edición)
Género: Poesía / Canciones.
Licencia:  Creative Commons.


Entre los autores jóvenes actuales de Alcalá de Henares está Daniel López Roche. En realidad se trataría de un cantautor, pero sus propias letras de canción fueron editadas por él mismo en 2017 a modo de poesía. De hecho las llamó: Intentos de poesía. 2015-2017. Imprimió en blanco y negro un cuadernillo de 61 páginas, todo absolutamente en papel, incluida la portada, tamaño cuartilla y cosido manualmente en hilo blanco. Daniel López Roche optó además por una licencia libre de reconocimiento de autoría y permiso de difusión al lector a través de Creative Commons, prescindiendo del registro en el Depóstio Legal y en el ISBN. Un acto que suele estar en boga en muchos autores cuya personalidad se declara rebelde a lo institucional y reglado a lo sumo. 

La portada era muy sencilla, con una pequeña fotografía en redondel mostrándole a él de espaldas tocando para un público que se intuye en la calle. Se trataba de una numerosa colección de poesía o canciones en verso, así como poemas en prosa breves. En algunas ocasiones aparecían referencias a la localización de alguna de estas composiciones a través de Internet. La letras, no obstante, era de un tamaño excesivamente pequeño, por lo que el cuaderno/libro puede resultar de imposible lectura para una parte del público lector ya de cierta edad, o bien puede ayudar a cansar la vista en general a cualquier lector. Puede que se debiera al deseo del autor de aprovechar el momento para exponer toda su obra, o la mayor parte, a la vez que minimizar costes de papel e impresión. En este sentido quizá hubiera sido preferible que hubiera sido orientado y convencido para que seleccionara menos material y lo editara de una manera visualmente más accesible, y por volumen probablemente también más deseable de tomar entre las manos. Siempre podía haber editado el resto en una segunda obra de idénticas características. En todo caso, es evidente y obvio que estamos ante un autor que se siente tal y que desea mostrar su obra y compartirla.

Daniel López Roche ha ofrecido diversos conciertos, siempre cercanos a la gente, en lugares dispares, desde puertas de librerías, como Domiduca, a los actos de El 20 a las 20 organizados por Cristina Penalva en La Oveja Negra primero, en el Imperial después, y me parece que en alguna feria también invitado por el Centro 13 Rosas de Alcalá de Henares, sede y asociación del Partido Comunista de España (PCE), aunque en esto puedo equivocarme. Igualmente me parece que ha tocado en Madrid capital. 

Sea como sea, Daniel López Roche tiene en su ser una personalidad reivindicativa y social muy marcada y fuerte, acorde a lo que podríamos empezar a denominar Generación del 15M de 2011, que en otras épocas otros hubieran llamado Generación del 2011. Lo indiscutible es que tiene un compromiso social y una actitud militante con lo que considera justicia social, dentro de unas líneas muy claras de pensamiento. 

La obra se divide (de manera casi imperceptible) por sus composiciones en un orden cronológico. El primer poema es el único que ocupa 2015, luego vienen las composiciones de 2016 y sucesivamente las de 2017. 

Daniel López Roche, con una sensibilidad que denota componer desde sus emociones sinceras, no es específicamente un autor de causas sociales, como podríamos suponer después de lo dicho, aunque algunas de sus composiciones las haya puesto al servicio de diversas causas. En su temática también hay composiciones de amor y auténticas declaraciones de revolución interior que expone frente al otro, el "yo" contra el "tú", dándose así a entender que él no se dirige en concreto a alguien, si no a unas formas sociales que desea desafiar por no estar conforme con ellas. Por supuesto, algunas de estas composiciones están dentro de composiciones amorosas, especialmente las correspondientes a una primera mitad del libreto, y quizá hubiera una mujer inspiradora, real, pero en verso y en manos del lector, dada la calidad fuertemente poética del autor, puede cobrar aires de interpretación que trascienden el mensaje superficial.

Fue aquel anuncio pegado al semáforo,
la pitada de un coche que ignoraste,
el roce con la muchedumbre de la calle,
y el silencio insustancial de la noche.

Te llamaba como el que a un timbre se queda pegado,
y tú no estabas cerca.
Los oídos retumbaban como el intermitente comunicando,
y ni siquiera se me escuchó en tu mente.

Ni el oleaje de las llamadas,
ni la luz de la mañana
aclararan esta humareda.

Las manchas que no se querían ir de los ojos,
el zumbido que quería seguir sonando
aunque fuera lejos de ti y de mí.

Toda una primera mitad del libro giran en torno a composiciones de amor, algunas muy claras, pero muchas otras que podrían ser susceptibles de ser interpretadas en otras claves más allá del amor y más cercanas a una cierta conciencia social y paradójicamente de contribución individual que o bien cuenta con el otro o nota al otro distante o bien nota que algo ha fracasado en las esperanzas. Sea como sea, la segunda mitad del libro adquiere cada vez más fuerza de poesía social. Así por ejemplo:

Hoy no me apetece dormir,
en una masa apagada
sin sueños.

Hoy no quiero pensar,
en una masa de verano
para los pensamientos.

Hoy no quiero moverme
en una masa quieta
de nudos apretados.

Hoy no quiero ser imagen,
en una masa de plástico
artificio artificial.

Hoy ya no hay fuerza,
ni horizonte, ni noche,
sólo queda resignación.

No quiero resignación,
prefiero no ser
hasta el otoño de los pensamientos.

En todo caso, las dos temáticas preponderantes, la amorosa y la social, se entrecruzan y a veces combinan de tal manera que se presenta en cortantes poemas precisos.

De donde el viento
nunca te rozó,
soplaré,
hasta hacer un beso
de la brisa.

Desde donde el silencio
nunca te escuchó,
gritaré
hasta que me oigas.
(...)

En general el poemario evoluciona hasta esa sensación de fracaso ante aquello por lo que se contribuyó a lograr. Hay por tanto un estado latente de saberse perdedor o derrotado. De ser consciente de que algo falló y no fue por falta de esfuerzo. Es un poemario, hacia su final, de auténtico idealista frente a la conciencia de saberse del lado del perdedor, pero a la vez de saberse con la razón. Eso es importante, porque al sentirse con la razón, aunque sea con la derrota, interiormente se sabe que tarde o temprano el tiempo acudirá al socorro. "Es tan caro el silencio / y tan barato abandonar", dice en un  poema, y en otro: "Contamináis de gris la calle / a cada paso / a cada golpe / a cada boca que calláis / a cada mano que esposáis".

Ya sea desde el punto de vista del amor o de lo social es un poemario que se asemeja a una asíntota, que como bien se explica en redes sociales haciendo referencia al diccionario es una cosa que se desea y que se acerca de manera constante, pero que nuca llega a cumplirse. Aún con todo, siempre se trasluce en el fondo, que no tanto en las palabras, un permanente estado de resistencia, de lucha, por tanto: de esperanza incluso dentro de la derrota.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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