sábado, 4 de marzo de 2023

El tío de Alcalá o La astucia

Título: El tío de Alcalá o La astucia.
Autor: Carlos Arniches Barrera.
Impresor:  Velasco Impresor, Madrid.
Año de publicación: 1901 (1ª edición).
Género: Zarzuela; Teatro.
ISBN / Depósito Legal: [No existían aún]

 

Ya hemos comentado que se le atribuye a la obra de Carlos Arniches El tío de Alcalá, de 1901, el dicho popular "Quien tiene un tío en Alcalá, ni tiene tío ni tiene ná", pero no es cierto. El origen estaba, como ya analizamos, en la obra también de Arniches y en colaboración Celso Lucio llamada Los puritanos, escrita en 1894, menos conocida y de una etapa aún de juventud. Lo que ocurre es que el dicho se popularizó con esta obra de 1901, representada posteriormente varias veces por tener cierto éxito de público y porque Arniches ya era un dramaturgo afamado, más allá, el propio título de la obra, El tío de Alcalá o La astucia, daba pie a creer que el dicho era original de esta pequeña obra teatral de zarzuela. Era la obra número cincuenta de Arniches, pero era la séptima que escribió en solitario. Fue impresa por primera vez en Madrid, en Velasco Impresor, que contaba con un número de teléfono, el 551, volvió a reeditarla en tercera edición en 1906, lo que nos hace comprender un poco más su éxito. La música fue atribuida a Eduardo Montesinos, que figuraba como "maestro Montesinos" en la portada original, aunque este era periodista y no compositor, y se puso como autor maestro de la música a Eladio Montero, que en realidad era Rafael Calleja, pero que ocultó su nombre porque el editor musical Florencio Fiscowich les reclamaba el pago de comisiones por el uso y edición de la música. La obra fue estrenada en el Teatro de la Zarzuela y reinterpretada en otros lugares, como el Teatro Romea. El propio libreto anunciaba con letras más grandes que las del nombre del autor el nombre de la actriz principal, Loreto Prado, que en ese momento era la cantante de zarzuela más importante. Ella misma figuraba en la portada caracterizada de su personaje, y es que esta obra tiene un fuerte componente de feminismo, ideas en las que Arniches se movía, las de los derechos de la mujer de su época, aún cuando él era carlista, en principio una ideología en parte alejada de esos derechos. 

En buena parte Loreto Prado tiene su peso en la creación de esta obra, pues ella estaba interesada en protagonizar una obra más de Arniches (ya había protagonizado otra junto a Chicote), en este caso reforzando los derechos de la mujer. Esto es lo que hace que se le dedique la obra y es lo que hace que Arniches recupere su frase de sainete de 1894, aunque el argumento es sustancialmente diferente, empezando porque ahora es la mujer quien está en el centro de la obra, y no un personaje masculino.

El tío de Alcalá hace referencia a la temática directa de la obra, pero siendo algo ya conocido desde 1894, hace referencia también a un engaño, mientras que el segundo nombre, La astucia, venía a reivindicar la astucia femenina para defenderse de los hombres. Evidentemente el título a la altura de 1901 para un público que gustase de la zarzuela hacía referencia a que se estaba ante una obra de engaño, a la cual Arniches catalogó de juguete cómico lírico. 

Manolita es una joven modista que vive en un cuarto con su madre, aunque lo cierto es que el personaje de la madre no aparece en ningún momento. Sin embargo, también vive con su tío de Alcalá de Henares, el cual es un hombre corpulento que suele pasar su tiempo metido en su cuarto, delante de cuya puerta hay unas ropas de persona de grandes dimensiones y un garrote generosamente enorme. Todo empieza una mañana que la visita Tarsila, la portera, que ha soñado que se iba a casar pero que se despierta antes de casarse, por lo que se queja de que nunca se va a casar, cosa esta, el matrimonio, que no parece estar en los pensamientos de Manolita. Un día más tarde Tarsila comienza a ejercer de alcahueta por dinero con el hijo del vecino de abajo, Eduardo, pues cree que la mujer más que trabajar y vivir como elija, debe vivir eligiendo el matrimonio y dedicándose a su esposo e hijos De esta manea comienza una típica obra de humor que conocemos bien en España desde la obra La Celestina (1499), de Fernando de Rojas, con la diferencia de que aquí se reivindica el derecho a elegir de la mujer. 

 El mayor problema de Tarsila es la presencia de Casimiro, el tío de Alcalá. En cierto modo Arniches recurre también a la protección familiar varonil para la mujer, no obstante, recordemos, él era conservador, aparte de que ese era el objeto que permitía crear las escenas de humor. Manolita no parará de exagerar el carácter embrutecido y sobreprotector de su tío. Por otro lado, no tiene dinero para pagar su alquiler, con  lo que decide coquetear con su casero, un señor mayor, para que cuando se vaya cerrando la puerta pasar a hablar alto para que la oiga como si hablara con su tío tratando de tranquilizarle para que no le rompa la cabeza con el bastón.

A todo esto, tras la aparición de un niño al que Manolita quiere, ella sale de su cuarto con él, cosa que aprovecha Eduardo para entrar en la habitación después de que la portera le dijera que el tío no existe. Cuando ella regresa él trata de forzarla, y en ese momento regresa el casero, al que ella llama "tío", cosa que llena de miedo a Eduardo. Ambos pretenden a la vez a la chica, y le piden explicaciones sobre la existencia o no de su tío, a lo que ella contesta:

MANOLITA.- Pues, sí, señor; mi tío es el tío de Alcalá, que ni es tío ni es ná.

Y con la reivindicación de la independencia de ella y esta frase, acaba la obra. 

La obra fue inmediatamente interpretada en Alcalá de Henares tras su estreno en Madrid, y volvió a interpretarse con los actores originales en torno a la década de 1920 o la de 1930, con la diferencia de que en ese momento los actores figurantes fueron escogidos entre los habitantes de la ciudad, sin que fueran actores. Es una anécdota que recogió Fernando Sancho Huerta, el actor conocido como Luis Madrona, en el periódico alcalaíno Nueva Alcalá muchos años después y posteriormente en sus memorias de 1982.

El dicho, hay que recordarlo, es contestado en Alcalá desde hace pocas décadas con "Como el que es de Madrid, que ni de aquí ni de allí", cuando lo pronuncia un madrileño de la capital a modo de mofa de los alcalaínos atribuyéndoles un falso origen de orgullo por su origen que no consideran que tenga fundamento dado que la gloria pasada, pasó.


  Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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