domingo, 17 de octubre de 2021

Obras de Francisco de Figueroa

Título: Obras de Francisco de Figueroa.
Autor: Francisco de Figueroa.
Editor: Luis Tribaldos de Toledo.
Impresor: Pedro Craesbeeck.
Año de publicación: 1625 (1ª edición)
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Título: Poesías.
Autor: Francisco de Figueroa.
Editorial: Cátedra.
Año de publicación: 1989 (1ª edición, edición crítica e introducción de Mercedes López Suárez).
Colección: Letras Hispánicas.
Nº de volumen en la colección: 301.
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-37608422

 

En el siglo XVI Alcalá de Henares cuenta con bastantes escritores que entraron directamente en el mayor reconocimiento de la Literatura a nivel de España. Uno de ellos es Francisco de Figueroa, quien nació en la ciudad y se crió aquí. Era de una familia alcalaína, aunque se sospecha que su primer apellido era en realidad Ávila, el cual era una apellido de una familia arraigada en el municipio desde hacía mucho tiempo. Esta sospecha viene a raíz de unas investigaciones realizadas en el siglo XX en archivos que dieron por resultado la intervención en un juicio por la herencia de unas tierras en Alcalá de Henares donde aparece el poeta anteponiendo este primer apellido, y siendo la herencia a disputar una herencia de esta familia Ávila. Los Ávila pertenecerían a la baja nobleza y eso explicaría que Francisco de Figueroa fuera mandado a servir en los ejércitos de Carlos I, lo que le llevaría a intervenir en las campañas militares de las guerras que tuvo por Europa el emperador de España y Alemania. Más aún, se ha podido rastrear que estuvo bajo las órdenes de un capitán también natural de Alcalá de Henares y de la familia Ávila. Francisco de Figueroa habría nacido en algún momento entre 1530 y 1540, siendo muy aceptado el año 1530. Fue amigo de otros alcalaínos que sirvieron en el ejército y que fueron importantes literatos, como Pedro Laínez y Miguel de Cervantes.  

Poco sabemos de la biografía de Francisco de Figueroa, lo que se sabe nos ha llegado en principio por gente contemporánea de él que escribieron sobre él o le mencionaron en sus obras, como Ramírez Pagán, que habló de él en 1562, el tratadista portugués Sánchez de Lima, que le mencionó en 1580, y Miguel de Cervantes, que habló de él e incluso le dedicó versos en La Galatea, de 1585, y en Viaje del Parnaso, en 1614, un año antes de morir Cervantes. El propio Francisco de Figueroa habría muerto en torno a 1588, aunque también pudiera haber sido en 1589. Su figura ha sido muy desconocida por varios motivos. El primero es que buena parte de su producción poética la realizó en su juventud, en sus años yendo con ejércitos y diplomáticos a los que sirvió, ya que más adelante le ocupó la mayor parte de su tiempo sus trabajos de secretario personal y de continuo. Por otra parte, aunque parece ser que era admirado por sus lectores, Cervantes lo tenía por uno de sus mejores amigos y parece ser que admiraba tanto su obra que se había releído sus poemas varias veces, pues a pesar de esto, no publicó sus obras en vida. Más aún, cerca de su muerte, Francisco de Figueroa decidió imitar a Ovidio y prenderle fuego a su obra, aún así una parte se salvó. Por último, la gran importancia que alcanzaron otros escritores de la época, así como que su estilo estaba muy cerrado en los gustos del Renacimiento y eso no atrajo a los escritores posteriores, hizo que su obra y su figura fueran cayendo en el olvido. En el siglo XIX se le quiso recuperar, pero no fue hasta principios del siglo XX que hispanistas e historiadores como Menéndez Pidal y otros decidieron rastrearle en los archivos del Estado y comenzaron a recuperar bastantes de sus poesías y a redescubrir su biografía, la cual, parece ser, tuvo una relativa importancia dentro de la diplomacia española de Felipe II por Europa. Aún con todo, hay muchas lagunas y muchas preguntas sin respuesta sobre varios aspectos de su vida, al margen de que aquello que quemara de su obra no ha sido recuperado, por lo que nos ha quedado una obra no muy extensa.

Todas las cuestiones mencionadas en cuanto a su vida han provocado además que se le hayan adjudicado poemas que resultaron no ser suyos, o que son dudosos, así como se han ido hallando poemas que no sabiéndose de quién eran, resultaron ser suyos. Los filólogos tienen mucho trabajo con estas cuestiones, sobre todo porque Figueroa ni coetáneos suyos dejaron registrados cuáles fueron los poemas que escribió. En 1989, más o menos el cuatrocientos aniversario de su muerte, Mercedes López Suárez sumó un estudio de su vida y obra a los que ya había habido, siendo ese estudio uno de los muy valorados hoy día. Lo publicó en una edición crítica para la editorial Cátedra en la colección Letras Hispánicas, en su volumen 301. Era un libro de bolsillo en tapa blanda, con las clásicas cubiertas negras que enmarcan un cuadro que de algún modo hace referencia al contenido. Lo llamó Poesía. En este caso se ve el retrato de una mujer del siglo XVI, pues la poesía de Francisco de Figueroa es una poesía amorosa dedicada a una amada a la que apodó Filis, mientras que él mismo aparecía en esa misma poesía apodado como Tirsis, haciendo mención así tanto al latín como a la poesía clásica de la antigua Roma, pensemos que Catulo hizo lo mismo en el siglo I antes de Cristo con su amada Clodia, a la cual llamó Lesbia. En este caso, Francisco de Figueroa no escribiría poemas tan subidos de tono como los de Catulo, que caen en la pornografía, el erotismo y hasta en la denigración. Figueroa se mantendría dentro de una poesía amorosa que seguiría en parte el estilo de Petrarca que inicio el Renacimiento en Italia, y que probablemente conoció y leyó durante su etapa militar y diplomática en su juventud en aquellas tierras. No fue petrarquista con exactitud, pero tampoco siguió con exactitud el estilo de la escuela de Salamanca que le adjudicaron durante mucho tiempo, como seguidor de fray Luis de León, quien también dio clases en la Universidad de Alcalá. Parece ser que su principal influencia en realidad era el neoplatonismo, lo idealizante, del poeta León Hebreo, pero también el lenguaje sencillo, a pesar de lo culto de Petrarca, de otro poeta militar, Garcilaso de la Vega. Definiendo su poesía aún más, él escribió dentro del género de la poesía pastoril, que consistía en poemas de amor que idealizaban el mundo rural y lo ensartaban en un lenguaje y referencias clásicas con un lenguaje sencillo. Tendrían sus poemas una disposición de enamoramiento, amor, desamor y arrepentimiento para caer de nuevo en el amor. Por ello mismo, en sus poemas sale mencionado innumerables veces el río Henares, de entre los que destacan las composiciones "Canciones a Fili" y "Elegías".  De hecho lo que más escribe son canciones, elegías y glosas, por lo que hemos de suponer que su poesía era cantable, y quizá así la conocieron también en parte varios de sus amigos.

Francisco de Figueroa marchó de joven a servir en las campañas bélicas de Carlos I en Italia, como se ha dicho ya. Allí entraría en contacto con la literatura petrarquista y renacentista. Se cree que además pudo realizar su formación literaria en aquellos años. Escribió poesía tanto en italiano como en español. Regresó a España, pero comenzó a trabajar como secretario personal de varios embajadores y diplomáticos españoles durante el reinado de Felipe II. Eso hizo que volviera a viajar y residir por Italia, Alemania y Francia. Durante esos años se fue reduciendo su producción literaria porque debía redactar documentación para los embajadores a los que fue sirviendo y a otros nobles. Aún con todo, tuvo tiempo para leer en abundancia, pues se escribía con numerosas personas del mundo de la Literatura y de la Filología. Le preocupaba bastante que el castellano se hablara lo más correctamente posible, por lo que en cierto modo era un pionero en el interés porque el español fuera enseñado y hablado a todo el mundo con la mayor claridad, así como en realizar estudios filológicos para conocer mejor la lengua con esa idea de extender su más correcto uso. Abogaba por crear una poesía nueva e incluso por fijar normas ortográficas, siendo con ello muy adelantado a su tiempo.

Entre 1552 y 1557 fue testigo directo de las violencias bélicas en Siena. De ese 1557 a 1558 no se sabe nada de él, aunque se desplazó por Italia y se sospecha que debió formar parte de varias asociaciones y academias literarias. En 1559 Felipe II le hizo llevar cartas secretas a París. Y tras todo ello, regresó a España en 1561 para asentarse con la Corte del rey allá donde esta fuera, con todo, esta Corte se asentó en Madrid y con ella, él. Eso facilitó que conociera no solo a numerosas personas importantes de la política, sino también de la Literatura española. Felipe II le nombró continuo suyo, por lo que pasó a trabajar para el rey. Solo en 1566 tuvo que ausentarse por un tiempo para servir al Virrey de Valencia. Cuando regresó a la Corte en Madrid, fijó su residencia en Alcalá de Henares, de donde era, ya que el propia Corte iba a menudo a esta ciudad. Allí, en 1575 se casó con una alcalaína, María de Vargas, de la que se sospecha que era la hija de Francisco de Vargas, que fue embajador en Roma. En 1579 Felipe II le ordenó acompañar al Duque de Terranova a Flandes para asistirle en la Junta de Colonia. Fue allí testigo de varios episodios de extremada violencia. Pudo regresar en verano y retomar su trabajo de continuo en la Corte. Ya no volvería a ser mandado a ningún otro lugar hasta que enfermó en 1585 de cierta gravedad y se le permitió retirarse del trabajo. Se fue a vivir a Alcalá de Henares con su familia, donde moriría ya de esa enfermedad o bien en 1588 o bien en 1589.

Ya había sido mencionado como poeta por coetáneos suyos, y aún quedaba que le volviera a recordar una vez más Cervantes, en 1614, pero el Barroco hizo que su literatura fuera cayendo en el olvido, como se ha dicho. Fue recuperado por Luis Tribaldos de Toledo, cronista real y bibliotecario del Conde Duque de Olivares. Habían llegado varias poesías de Figueroa a sus manos de una manera casual y extraña, como él mismo relató, pero decidió publicarlas en 1625 en libro, con el nombre Obras de Francisco de Figueroa. Lo publicó en Lisboa, Portugal por entonces era parte del Impero Español, a través de la imprenta de Pedro Craesbeeck. Pagó el banquero Antonio Luis Mercader. Un año después, en 1626, volvió a ser publicada en Coimbra. Tenía poemas nuevos. Otra edición relevante la realizó Ramón Fernández en 1785. Y aún habría otra destacable en 1804, luego ya vendrían las ediciones críticas a lo largo del siglo XX, que ahondaron y descubrieron muchos de sus datos biográficos, así como han entrado en disputa sobre la autoría o no de algunos de los poemas adjudicados en todas esas primeras ediciones. 

Francisco de Figueroa fue apodado "el Divino".  Aunque hoy día es tan desconocido y se le asocia a Cervantes de manera habitual hoy día, en su propia época sin duda debió ser una persona conocida, si bien no como autor publicado, sí como autor de poesía pastoril y como literato preocupado por la lengua, aunque probablemente su posición en la política de Estado haya sido la que más contactos le proporcionó y la que más puertas le abriera a la hora de ser conocido.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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