martes, 24 de mayo de 2022

Horizonte torcido

Título: Horizonte torcido.
Autora: Chus López (textos e ilustraciones).
Editora: Chus López (autoedición; prólogo de Valle Jiménez Valero).
Impresor: Lozano Impresores.
Año de publicación: 2022 (1ª edición).
Género: Poesía; Ilustración
ISBN: 978-84-19192-54-7

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Título: Horizonte torcido.
Autora: Chus López (textos e ilustraciones).
Editorial: Mundo Libre Libros.
Año de publicación: 2021 (1ª edición; prólogo de Valle Jiménez Valero).
Género: Poesía; Ilustración
ISBN: 978-84-124130-9-0  

 

El tercer poemario de Chus López vino por partida doble. Una primera edición breve de 2021, presentada en 2022 en el Pub O’Malley’s de Alcalá de Henares, venía de la mano de la editorial Mundo Libre Libros. Prácticamente recogía las ideas de la autora, como puedan ser sus ilustraciones y el diseño de portada, con un horizonte de mar fotografiado con la luz anaranjada de un atardecer o bien un amanecer torcido en diagonal descendente de izquierda a derecha, recordaba en cierto modo un mar cálido y reposado, tal vez del Mediterráneo. Incluía un marcapáginas de la editorial. Fue editado en tapa blanda solapada, en cuyo interior contenía una fotografía y reflexión de la autora, así como un listado de otros títulos de la editorial. Esta edición, que pasaría a ser una edición de colección, tenía un gramaje de página de una calidad bastante alta y una disposición de los poemas que rompían algunos de los impactos visuales ideados por la autora, como pueda ser el del poema “Huracán de anonimato”, dado que las páginas en blanco de cortesía que se suelen introducir fueron calculadas de tal modo que rompía esa estética que también crea oleadas estéticas a la vista.

La autora sacó una edición propia más personal en 2022, usando de los servicios de la imprenta granadina Lozano Impresores que ya otros autores alcalaínos han usado en estos últimos años, como Alfonso Rubio o quien esto escribe, Daniel L.-Serrano“Canichu”. Las dimensiones del libro, titulado en ambas ediciones Horizonte perdido, eran idénticas. Ahora el gramaje de las páginas pasaba a ser más normal para lo que es un libro. Cambiaba las tipologías de las letras de los títulos y de la autora en su cubierta y en su interior, dando un aire más personal al imitar grafías de manuscrito combinadas con tipología de imprenta. La portada, como la anterior, mantenía dos faldones negros que enmarcaban la fotografía, en este caso, otra fotografía de horizonte marítimo, ahora con arrecifes y con tonos rosáceos y morados de un atardecer o bien un amanecer, ahora ascendente de izquierda a derecha, con nubes de fondo y que recuerdan más a un mar más frío, tal vez del Cantábrico. Incluía la frase “Emprende conmigo este viaje poético a lomos de mi horizonte…” y, aunque no se indicaba esta vez que contenía un prólogo de Valle Jiménez Valero, este se incluía, igual que en la anterior edición, donde Valle Jiménez daba cuenta del aprecio y la valía creativa de Chus López, a quien conoce desde la infancia.

Siguiendo las cuestiones formales, otra diferencia es que las tapas blandas en esta ocasión no contenían solapas, perdiéndose con ellas el contenido reflexivo de la autora de la anterior edición. Por el contrario, en la contracubierta se mantenía el texto explicativo del libro y se le añadía un detalle de la foto de la autora del anterior libro, así como una nueva reflexión sobre qué es la escritura para ello. Otro faldón indicaba cuáles eran el resto de sus cuatro libros publicados, pues este es el quinto.

Cerrando las diferencias formales, la dedicatoria aparece cambiada, así como la exhortación inicial al lector, donde se le pide no intentar leer al poeta, sino a la poesía. Las ilustraciones en muchos de los casos ganan mayor relevancia, ya que algunas mandadas a la miniatura en la otra edición ahora reobran un tamaño que hace apreciarlas mejor. Igualmente, como indica la propia autora, prescinde de la numeración de las páginas, evitando así su guía y dando más libertad en la lectura de los poemas como poemas libres entre sí, aunque les añade al título de cada cual una numeración en números romanos que los ubican dentro de la obra como conjunto, y es que los poemas tiene una serie de líneas que, bien leídos, sí pudieran sucederse unos a otros. Del mismo modo, se suprimen las páginas en blanco de cortesía y de ese modo la autora recupera el efecto estético de poesía visual en varios de sus poemas, como el citado “Huracán de anonimato” o también en “Morfeo”, que consigue su protagonismo al pasar la página y aparecer en una página impar y no en una par, remarcado por los versos:

“(…) 
 Duermo
              Te contemplo
                                    Duermes
(…)
Verte
           Verte
                      Verte 
(…)”

La acción de ver al otro, a modo de exaltación de que eso es lo que da la vida, hace que la vida no quede dormida como una contemplación, o sea: como algo pasivo que va pasando sin darnos cuenta, sino como un algo activo que nos llena de vitalidad. Remarca la poesía del poema la poética de su estética, queda así reforzado el mensaje de vida, mientras que estando en página par y leyendo los occidentales los libros hacia delante y no hacia atrás, el golpe de vista no se topaba en un primer momento con esos versos y la fuerza del poema se diluía en el acto de adormecido y no de despierto, tan importante es a veces cuidar de la estética si quien escribe la obra la ha sopesado y valorado para que mantenga un orden y no otro, pues las estéticas en la poesía moderna cambian a veces los sentidos si se troncan.

Se nota que Chus López tiene muy claro que desea con sus obras y que cada vez más desea seguir la senda de esos autores que desean tener el mayor control posible no solo del mensaje sino también de cómo se produce el mensaje, pues se trata de una obra total y no solo parcial en el mensaje de los versos.

Por completar lo formal del libro, aparece una biografía de la autora, nacida en Madrid en 1974, ligada su vida a Alcalá de Henares, donde reside y tiene bastante actividad cultural, aunque también ha residido en Navarra, Inglaterra y Bizkaia. Repasa su vida literaria, empezada a los 12 años de edad, y de momento reflejada en poemarios, tres obras de relatos, cuentos infantiles y reflexiones en prosa. Le seguía una cita de El club de los poetas muertos (Tom Schulman, 1989) y una referencia a que el libro se escribió en otoño de 2021, con referencias oníricas a un ambiente cercano al mar, si bien este pueda ser metafórico o real. Por error, creo, puedo equivocarme, se anotó otoño de 2022 en números romanos. De no ser un error, evidentemente sería otro recurso poético de la autora.

Realmente el libro pudo ser compuesto en otoño de 2021, pero se hace evidente que contiene poemas de una etapa anterior, probablemente creados y seleccionados de entre los poemas que ha ido escribiendo desde Susurro de galerna, su segundo poemario, publicado en 2018. Muy evidentemente se tratarían de poemas de los tres años siguientes. No obstante, el poema “XLVI – Primavera en los balcones” hace referencia directa a los meses de confinamiento en nuestras casas por decreto del gobierno para combatir la pandemia de la Covid-19. Como referencia a lectores futuros, se refiere tanto a la sensación de soledad de aquellas personas que no convivían con alguien, como a la pérdida forzada de la libertar y la sociabilidad, que recibían una esperanza nueva de vida cada tarde cuando la gente por acuerdo espontáneo surgido en redes sociales salían a una determinada hora a aplaudir a las personas de sistema público de salud que combatían con la medicina la pandemia en los hospitales. Acto que fue cada tarde un acto social que daba una sensación de no estar solos a mucha gente.

Precisamente la soledad aparece en varios poemas, así como el paso del tiempo, como se puede leer por ejemplo en el inicio de “XXVI – Orvallo”.


“La lluvia de domingo no moja el ocaso
en las aristas de una soledad impermeable.
Los nimbos grises no consiguen llorar.
El lamento llora sin lacrimales.
(…)”

La lluvia, el mar, los tiempos fríos y brumosos, serán una constante que vaya guiando el rumbo de estos poemas. Parecen hacer referencia también a un mar del Norte, donde la autora, hay que recordar su biografía, ha vivido, por lo que se puede ligar estas metáforas a una interpretación personal que podría darnos algunas de las claves del sentido intencional del poemario, aunque, como la autora indica, no se estrictamente necesario y puedan ser fácilmente asumidos en la propia intención emocional del lector.


“Deshilacho el horizonte.
Engarzo las olas del mar con una hebra
y me las ato al cuello luciendo un colgante.
Mis pasos se perdían por su orilla.
Ahora saco a pasear el océano
por las calles de Alcalá.
(…)”

Se hace evidente que aunque el mensaje puede leerse de manera universal, el conocimiento de las vivencias de la autora nos da claves, aunque sea un conocimiento tan sucinto como el de los primeros versos que acabamos de leer donde, en un juego estético que recuerda un vuelo de gaviotas, en título del poema I es “VvVvvVvvvVVVvv”. Pensemos que en un sentido similar los versos famosos de Rafael Alberti “El mar. La mar. / El mar. ¡Solo la mar! (…)” hacen referencia alegórica a su juventud y tiempos más felices en las costas de Cádiz, donde todo era más inocente y menos complejo, uniendo una idea temporal a una idea espacial de su propia vida, que queda reflejado en los siguientes versos en los que Alberti preguntará a su padre por qué tuvo que traerle a la ciudad, o sea: llevarle a la vida adulta. Poema que en el exilio de Alberti cobrará dimensiones más complejas, también dentro de lo existencial.

El título de la obra, Horizonte torcido, también nos da una pista de que el horizonte marcado no está bien alcanzado, está torcido, por lo que el paso del tiempo y lo que este trae queda en cierto modo trastocado. En este sentido se muestra la soledad en varios poemas, una soledad no esperada ni deseada. Una soledad que a veces se cuela entre otro de los bloques importantes de poemas que componen el poemario, el de la destrucción de la soledad y el encuentro vital con una misma a través de completarse por medio del amor y la sensualidad con otra persona amada, entra ahí la importancia de la noche, la cama y sus pliegos, que como metáfora de las relaciones personales van y vienen en diversos versos. En todo, en todos esos poemas más vitales, como he dicho se cuela a veces esa soledad, ahora vencida, pero como amenaza latente.

“La desnudez de tu cuerpo
forma una campiña perfecta
en la mitad estéril de la cama.
(…)”

En el mismo poema, “VIII – Atuendos”, la autora “Espero declamar en tus oídos / el aire compartido en nuestros pulmones”. Hace ver que la unión en el amor es lo que hace dar un sentido pleno a una vida que se completa abandonando su soledad. Quizá es la lucha contra la soledad el principal motor del poema, y quizá por ello el poema dedicado a los aplausos de balcón de abril de 2020 rompe con una soledad que ahora no solo la rompe la sensualidad y afinidad con el amado, también con un nuevo amor hacia la sociedad que se descubre también solitaria y rompe la soledad actuando desde sus balcones.

El paso del tiempo está en muchos poemas, pero la poeta no da importancia al tiempo material, acaba con él haciendo constar que lo importante es la juventud interior, y eso también lo reflejara en algunos de los poemas de amor. Pero donde mejor se lee es ene el poema “XLVIII – XLVI”.

La reivindicación social también tendrá cabida en el poemario, por ejemplo contra la violencia machista en la denuncia que hace en “XX – No eres tú”, en el que da fuerza a la voz protagonista del poema, haciéndola romper con su maltratador. Volverá a condenar la violencia machista en “XXI – Llegará”. El paso del tiempo y la problemática social estarán presentes en “XXIII – Mi barrio”, donde describe el cambio de su barrio de la infancia al narrar su evolución a los tiempos actuales donde ha sido devorado por un crecimiento insostenible de los coches, la basura, el desempleo y costumbres sociales más asociales que pocas décadas atrás.

Así pues el poemario, atravesado por una idea general de visión de la vida de la autora, podríamos decir que abarca el paso del tiempo, la soledad, la soledad rota por una vitalidad que da el amor y los temas sociales. Más o menos temáticas que se van sucediendo en la obra, aunque están por toda la obra, unas veces más directamente como tema y otras entre los versos de poemas de otras temáticas. Se completan como tejidos.

Como detalle, quepa decir que el último poema, “XLVIII – No callamos”, ha sido escrito con las cosas que no desean callar el alumnado de primero de bachillerato del Instituto de Educación Secundaria Complutense, donde estos años la autora ha realizado diversas colaboraciones en talleres de creación literaria. Recuerda este cierre del libro al cierre tradicional de sus recitales, en donde habitualmente invita al público a leer pequeños versos a modo de deseos que ella escribe en torno a diversas temáticas, según el recital. Un poema colaborativo que pasa a las páginas de este libro.

Un poemario lleno de alusiones climáticas y paisajísticas de tal modo que cobra un sentido de ambientación impresionista. Un poemario que en la larga espera para que saliera a la luz ha macerado muy bien y se nota.


 Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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