lunes, 23 de diciembre de 2019

El frío que nos acoge mientras los robots caminan entre los humanos y otros relatos

Título: El frío que nos acoge mientras los robots caminan entre los humanos y otros relatos.
Autor: Daniel L.-Serrano, "Canichu" (Daniel López-Serrano).
Editorial: Amarante (LC Ediciones).
Año de publicación: 2019 (1ª edición).
Género: Novela; Relatos; Ciencia ficción.
ISBN: 978-84-120071-8-3

Me gustaba la ciencia ficción de forma natural, como a la mayoría de los niños. Cambiar el mundo mágico por el científico era aumentar el gramaje al tejido que sostenía el relato y mantenía los sueños en vuelo. E. A. Poe, Mary Shelley, A. C. Clarke, Philip K. Dick, Julio Verne y tantísimos autores y autoras explicaban futuros descubrimientos recientes para calmar la inquietud de protagonistas en apuros. La ciencia a veces sustituía, de alguna forma, a la filosofía o la ética: si se podía físicamente, no hallábamos los lectores impedimento moral a clonaciones o fuentes de energía inacabable. Lo que importaba, lo que importa, es que se entienda. Como lectora adulta me importa además que me ayude a entender el mundo real, y eso es difícil.

Pensaba en esto mientras releía El frío que nos acoge…, el libro de 2019 que recoge un relato largo y doce más cortos de ciencia ficción, fantásticos o enigmáticos. A su autor, Daniel López-Serrano, muchos lo conocemos como Canichu y nunca hubiésemos asociado ese nombre con él sin la ayuda de las fotografías de la trasera de sus libros.
Anteriormente ha publicado Relatos de la Gran Guerra (editorial Atlantis, 2016) y Balada triste de una dama (Verbum, 2017).

Canichu está muy relacionado con Alcalá, tanto que estas mismas Notas de los Cíclopes Libreros son un empeño suyo de hace ya tiempo intentando comentar toda la producción literaria que le sea posible de alcalaínos de varias procedencias. Aparte de los Cíclopes reseña muchísimas cosas de Alcalá en Noticias de un espía en el bar. En El frío… salen varios relatos que se habían publicado anteriormente en ese blog, y otros en la revista La botella vacía y en El vaso lleno del vacío de la botella (su cierre).

Todos los nombres 
En el primer relato se manifiesta un juego de participación previo apovechando redes sociales físicas y virtuales. Dijo que incluiría en el relato el nombre de la gente que lo pidiese. ¿A través de Facebook? Y así muchos de los personajes de la ciudad espacial se han visto bautizados con los nombres o apodos de personas reales. A veces Canichu ha hecho una interrelación directa, lo que ha conseguido que, por ejemplo, durante una temporada no podré escuchar a Tamara Rojas cantar sin imaginarla al tiempo con su grupo en un espacio ficticio.
En otros relatos parece que este juego se ha repetido en parte, pero no lo puedo asegurar. Y algunos parecen dedicados a personas específicas, lo que consigue un resultado emotivo con lenguaje comedido.

Dobles, clones y viajes 
En varios relatos del libro aparecen zonas o planetas o sólo personas que juegan a ser otras o la representación de otras. Cantantes crionizados (pero no el original sino el número dos). Alcalá que es una réplica. El planeta Clon en el que hay un nuevo juego con los nombres, más bien «nicks». Viajes en el tiempo, cambio de vista, incluso cambios de punto de vista usando el de varios personajes.
Y los viajes en el espacio que lo son a través de cronologías alteradas, algunos divertidísimos pero que siempre te dejan algo en qué pensar.

Juego de futuras nostalgias 
Muchas veces, mientras los personajes explican lo que está pasando, los lectores estamos ya leyendo, sin querer, la descripción que harán de ese momento desde el futuro. Y tendrá algo de nostalgia.

Favoritos y antifavoritos 
El primer relato es el que da nombre al libro y es casi tan largo como una novela. Aparte de muchos detalles de estilo que me han sorprendido, y pese —o gracias— a que algunos temas reflejan y/o denuncian el lado oscuro de la condición humana en cualquier soporte físico, se mantiene con ligereza. Hay novelas que son relatos de muchas páginas, hay párrafos de novelas que tienen dentro una historia entera y no haría falta más.
El relato El frío que nos acoge… separa las múltiples voces dentro de la colmena voladora, y así mantiene equilibradas esas tendencias.

La huelga marciana se me hizo largo.

Con Una odisea espacial en el comienzo de año me reí mucho. Usadla para empezar 2020, por favor.

Háblame de Tokio, nena es como la letra de una canción de Bob Dylan y puede que Leonard Cohen:  poética, canalla, bonita y surrealista.

Los soñadores errados merece un debate. Un relato sutil y tremendo al tiempo.

Menos y más
No me gustan las repeticiones de nombres y palabras. En el primer relato, por ejemplo, es necesario ubicar a cada nuevo personaje o avisar quién es cuando retoma su acción dentro del hilo general, pero para ello a veces se nombra varias veces; tiene algo de mantra, pero con propósito inquietante en vez de tranquilizador. Si es la idea, funciona, aunque a mi no me ha terminado de gustar. Las repeticiones de palabras dentro de una página o párrafo en cambio parecen descuidos. No descarto que esté así para introducir un ritmo machacón y poco cómodo (en alguno de los relatos se busca conseguir cierta incomodidad en el lector), pero no he conseguido verlo claro.

Me gusta mucho que no le da miedo terminar una historia de forma drástica, matando a algún personaje en concreto sin ñoñería ni contemplaciones y siguiendo el relato sin pararse. Luego puede haber consecuencias, pero en ese momento todo sigue de forma natural.
La forma de narrar el final del primer relato me sorprendió y me encantó. Es de las pocas veces en las que un cierre sin giro final de alguna forma cambia la visión del resto.
Hay lugares y personajes a lo largo del libro tan curiosos que me resultan televisivos. Merecerían una saga.

¿Por qué leer El Frío…?
Si eres de Alcalá, porque un montón de referencias a sitios, costumbres y personas te van a llamar la atención. Con cariño, pero a menudo no de forma complaciente, te hace pasear por muchos de los rincones complutenses, tanto los obvios como los secretos.

Y seas de donde seas y especialmente si te gusta la ciencia ficción, porque te va a hacer viajar en el tiempo y el espacio. De vez en cuando se agradece. 

Reseña escrita por Zia Mei.

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