sábado, 27 de marzo de 2021

España a tres voces

Título: España a tres voces.
Autores: Marcos Ana, Jesús López Pacheco y Luis Alberto Quesada.
Editorial: La Rosa Blindada (a partir de 1964 también se la encuentra como Horizonte).
Año de publicación: 1962 (1ª edición; prólogo de Luis Alberto Quesada); 1964 (2ª edición; añade un segundo prólogo de Luis Alberto Quesada).
Colección: Poesía.
Género: Poesía.
Depósito Legal: Realizado según la ley argentina con copyright by Ediciones La Rosa Blindada, Corrientes 2565, Buenos Aires, 1964. Printed in Argentine. Impreso en Argentina. [No se indicó el número del depósito legal correspondiente; aún no existía el ISBN].

 

Uno de los autores destacados del siglo XX que está íntimamente ligado a Alcalá de Henares por haber crecido en esta ciudad, haberse formado en la misma, ocupado cargos, realizado la guerra e incluso pasado por su cárcel, es Fernando Macarro Castillo, más conocido por su pseudónimo Marcos Ana, creado a partir del nombre de su padre, muerto en un bombardeo de la aviación nazi en ayuda de Franco durante la guerra civil en enero de 1937, y del nombre de su madre, que murió años más tarde mientras Fernando Macarro cumplía condena en las cárceles de la dictadura con una pena de muerte aún no conmutada en ese momento. Marcos Ana es aún hoy día un autor polémico por su biografía, no por su obra literaria, dado que un sector de la población aún le da credibilidad total a los documentos y sentencias de los juicios de la época de la dictadura, aún cuando la propia dictadura llegó a anular uno de los juicios por errores en las formas y aún cuando algunos acontecimientos y algunas investigaciones biográficas e históricas desmienten en sí mismos las partes más gruesas de los asesinatos que le atribuyeron para ser sentenciado a muerte. Sirva este apunte como referente de que en 2021 Marcos Ana sigue siendo culpable de esos asesinatos según el juicio de un sector de la población que da validez a lo que aquellos tribunales y las publicaciones del Ministerio de Información y Turismo dijeron de él y sus actos en los años 1960. Otro sector de la población en su juicio da credibilidad a su exoneración, por tanto a su inocencia sobre tales asesinatos. 

Marcos Ana nació en Alconada (Salamanca, Castilla y León) en enero de 1920, moriría cerca casi de los 100 años de edad, en Madrid en noviembre de 2016, con 96 años de edad, casi 97. En el momento de su muerte era Medalla de Oro al Mérito del Trabajo en 2009; Premio René Cassin de Derechos Humanos 2010 por su apuesta por el diálogo y el rechazo a la venganza desde que salió de la cárcel; Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes 2011; y desde 2009 estaba propuesto para el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia por varias instituciones y altas personalidades, incluidos dos Premio Nobel. La propuesta no prosperó nunca. En todo caso, recibió diversos homenajes y reconocimientos, así como le han dedicado publicaciones en homenaje a su poesía donde intervinieron diversos autores y autoras. El Partido Comunista de España (PCE) le dio cargos honoríficos. Destaca igualmente la compra de los derechos sobre su biografía publicada en libro para ser llevada a película por el director Pedro Almodóvar, largometraje que a fecha actual aún no se ha realizado, pese a que esa compra de derechos se produjo en 2008.

Sus primeros diez años de vida los pasó en Ventosa del Río Almar, en Salamanca, pero a comienzos de la década de 1930, con la Segunda República, su familia vino a vivir a Alcalá de Henares. Prácticamente no era una persona muy formada, dado que era hijo de una familia muy humilde de jornaleros profundamente católicos. En Alcalá recibió sus primeras nociones y fue a la escuela, siendo uno de sus profesores Moisés Calabuig, un católico que había introducido novedades pedagógicas para la infancia y que Marcos Ana recordará en sus memorias, ya anciano. También tuvo aquí sus primeras experiencias laborales, aunque ya había ayudado en tareas agrícolas. Alcalá en esa década estaba en una expansión demográfica y comenzaba a despertar también en lo cultural de manera modesta, así como la llegada de numerosos trabajadores dieron fuerza nueva a las ideas obreras en una ciudad que, por otra parte, era el primer lugar de España en el que un miembro del PSOE había sido electo para detentar un cargo, fue Fernández Quer como concejal en 1903. 

Dentro de este panorama, Marcos Ana se afilió a las Juventudes Socialistas (JS), del PSOE, que un poco antes de que comenzase la guerra civil en julio de 1936 se pasaron en bloque al PCE como Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), a las que Marcos Ana, aún Fernando Macarro perteneció muy activamente, fue su secretario general, y se afilió al PCE. Tenía 16 años de edad. Había logrado ir al frente de combate en unas milicias de las JSU, pero fue rechazado y devuelto a Alcalá cuando se descubrió que era menor de edad. Para huir de sus padres, enfadados con que fuera a la guerra, fue puntualmente cobijado por las juventudes de los anarcosindicalistas de la CNT en su sede de la Calle Mayor, casi dando a la Plaza de Cervantes. Al estar en la ciudad fue cuando se hizo secretario general de las JSU. Su padre murió en 1937, como se ha anotado ya. En 1938 llegó a la mayoría de edad con 18 años, entonces se alistó en el ejército regular. Combatió a lo largo de diversos lugares de España. Hacia el final de la guerra en marzo de 1939 trató de salir de España por el puerto de Alicante, donde no pudo salir, puesto que no había ya barcos disponibles y las tropas de Franco entraban en el puerto. Se entregó a las unidades fascistas italianas. Preso en un campo de concentración, logró escapar, pero en su viaje de fuga fue delatado y vuelta a ser preso. A partir de ahí pasará por varias prisiones políticas y diversos procesos judiciales, así como por condenas a muerte que fueron conmutadas con el tiempo valorando que era menor de edad cuando sucedieron parte de los hechos que la dictadura le achacaba, como es su pertenencia y cargos en las JS y en las JSU y PCE, su actividad en una milicia y después en el ejército, su colaboración con el Frente Popular al estar en el PCE, y, lo más importante, la acusación que se le hizo de haber asesinado en Alcalá de Henares al sacerdote Marcial Plaza y al cartero, militante de Acción Popular, Amadeo Martín, en 1936 y al campesino católico Agustín Rosado, en 1937. Estos asesinatos fueron los que le valieron penas de muerte y un ir y venir por tribunales y cárceles entre 1939 y a lo largo de las décadas hasta su liberación en 1961. Fue el preso político que más tiempo estuvo en las cárceles de Franco por asuntos de la guerra civil. La amnistía que le llegó en 1961 tenía unos requisitos tan específicos que solo los cumplía él por este motivo mencionado, por lo que algunas personas la han llamado con humor: la amnistía Macarro.

Lo cierto es que el asesinato de Federico García Lorca en 1936 por parte del franquismo había desacreditado mucho a Franco y si bien en esas fechas eso no importa al régimen, alineado con Hitler y Mussolini, según avance la Segunda Guerra Mundial y estos pierdan en 1945, Franco quería limpiar su imagen fascista para simpatizar principalmente con Estados Unidos y así pervivir su régimen con una excusa de lucha contra el comunismo internacional. Miguel Hernández, muerto en prisión por malas condiciones higiénicas y de salud, no fue ejecutado por esta misma razón, y por esa misma razón probablemente llegaron las conmutaciones de pena de muerte por largas condenas de cárcel a Fernando Macarro. Aún con todo, él razonará en el resto de su vida que si no fue ejecutado no sería por haber sido menor de edad, como se dijo, si no porque el franquismo sabía que era inocente. En realidad, su inocencia real, en contraste con otros casos de personas menos conocidas, no era un motivo suficiente para cumplir las penas de muerte. Ciertamente Fernando Macarro aún no se sabía públicamente que era Marcos Ana, era un desconocido, pero su conmutación alegando su minoría de edad sí podía ser aireada como "humanidad" de la dictadura. Sobre todo esto es de anotar que, en sus memorias, Marcos Ana comentaba el hecho real de que esos asesinatos ya habían sido imputados a otras personas de izquierdas en Alcalá de Henares y habían sido fusiladas por esos mismos hechos. No solo él era inocente de los asesinatos, sino que es materialmente imposible que alguien sea asesinado varias veces por diferentes personas. Algunos investigadores han llegado a alegar cuestiones de situación física en la ciudad, como por ejemplo si los asesinatos se produjeron en la Plaza de la Puerta de los Mártires o en otros espacios. Indiferentemente y sin entrar más en este asunto, el hecho material es que Fernando Macarro fue de cárcel en cárcel por España, que fue condenado a muerte, que la pena le fue conmutada y que pasó a ser el preso político por actividades en la guerra que más tiempo estuvo en prisión.

A su paso por las prisiones tuvo ocasión de conocer a muchos periodistas, escritores e intelectuales anarcosindicalistas, comunistas y socialdemócratas que le dieron sólidos conocimientos literarios y con la relajación de las condiciones de vida de los presos políticos en la década de 1950 pudo leer a diversos clásicos del Siglo de Oro español, incluido El Quijote, de Cervantes, el cual estaba prohibido como lectura para los presos políticos. Más aún, desde la década de 1940 pudo leer y conocer parte de la obra clandestina del propio Miguel Hernández, también preso, y de Rafael Alberti, que estaba en el exilio y que pertenecía igualmente al PCE. De esta forma comenzó a escribir e incluso a crear un periódico clandestino dentro de las prisiones en 1943, Juventud. La conmutación definitiva de su pena de muerte por prisión fue en 1944. 

A mitad de la década de 1950 empezó a escribir sus poemas con el pseudónimo Marcos Ana. Circulaban por las celdas e incluso llegaban a la prensa clandestina de fuera de las prisiones y a la exiliada. Su nombre tuvo popularidad, aunque nadie sabía quién era Marcos Ana. Su primer libro se publica así en Brasil en 1960 con el nombre Poemas desde la cárcel. Rafael Alberti y Pablo Neruda comenzaron a realizar campañas internacionales para la liberación de Marcos Ana. Se hacía eco de ello Amnistía Internacional. Ahora sí, el gobierno de Franco respecto Marcos Ana no quería otro caso Miguel Hernández que desprestigiase su figura ahora que comenzaba a ser respetado por Estados Unidos y Europa Occidental. El gobierno comunista de Cuba, con Fidel Castro, empezó gestiones de negociación con Franco para la liberación de varios comunistas, entre ellos el poeta Marcos Ana. Al final llegó la citada amnistía que solo afectaba a Fernando Macarro en 1961, aunque el franquismo no sabía que él era el poeta. Se marchó al exilio en Francia, donde se descubrió como Marcos Ana, para sorpresa de Franco que, de otro modo, hubiera tratado el asunto de forma diferente. Desde entonces, Marcos Ana, que no apostó por la venganza, hizo campañas por la liberación de los presos políticos, se integró en el PCE del exilio con Santiago Carrillo y siguió escribiendo y publicando. En la Transición política participó de las elecciones de 1977, sin obtener escaño, y posteriormente, sin abandonar su actividad política, se dedicó más a la literatura y a la memoria histórica de los presos. 

En 1961, el año de su liberación, tenía ya avanzada una colaboración con el poeta argentino Luis Alberto Quesada, considerado también como español por su biografía, y con el poeta y novelista española Jesús López Pacheco, exiliado en Canadá. Esta colaboración no cuajaría hasta su publicación en diciembre de 1962 en un libro tripartito de poesías llamado España a tres voces, con el que hoy presentamos a Marcos Ana en estas notas de los cíclopes libreros. 

Con este libro y el anterior, y habiéndose dado a conocer tras ser liberado y haberse exiliado, el propio Ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, publicó en ese 1961 un folleto llamado Marcos Ana, asesino, que reproducía las acusaciones de asesinato por las que había sido condenado a muerte entre 1939 y 1944.

Hay un largo silencio de Marcos Ana en cuanto a publicaciones en medio de su muy activa vida política dentro del PCE junto a Carrillo, pero en 1977 publicó Las soledades del muro. Vuelve a tener otro largo silencio hasta que publica su autobiografía Decidme cómo es un árbol. Memoria de la prisión y la vida, publicado en España en 2007. El autor estaba casi totalmente olvidado por las nuevas generaciones y buena parte de los padres de estas. El franquismo había silenciado su obra y su voz y la Transición le había relegado a un papel secundario como político del PCE. Es cierto que Marcos Ana, aún con todo, gozaba de popularidad sobre todo en Argentina y en Francia, o que gente como Picasso, José Saramago, el cineasta Bardem, Sartre y otros le tenían en consideración. Esta autobiografía despierta el interés por él de Pedro Almodóvar, pero sobre todo despierta el interés por él por parte de innumerables personas jóvenes. Las nuevas generaciones nacidas con la Transición son las que recuperan su memoria y las que elevan su poesía como preso como poesía a tener en cuenta. En 2009 son autores y autoras jóvenes los que publican el libro El árbol talado que retoña: homenaje a Marcos Ana. En 2011 será el propio Marcos Ana el que publicará Poemas de la prisión y la vida, donde hay algún poema inédito, pero donde realmente recupera muchos de los poemas publicados en sus dos primeros libros. Y aún tres años antes de morir, en 2013, publicará Vale la pena luchar, entre la poesía y la memoria. La mayor parte de su obra está aún inédita, no se ha publicado todavía ningún estudio con sus obras completas, ni se han reeditado sus libros en ediciones actuales ni muchos menos en ediciones críticas.

Marcos Ana era el último poeta vivo a la altura del año de su muerte, 2016, que se pueda considerar de la generación de 1936, si bien otro poeta alcalaíno, aún vivo hasta donde yo sé a fecha de hoy, Salustiano Masó, está directamente conectado con Miguel Hernández al recibir un premio literario de este, siendo Salustiano un niño. Marcos Ana es también un poeta de la clandestinidad y de las décadas centrales del siglo XX.

El libro que nos ocupa para presentarle, España a tres voces, es un libro probablemente trabajado por sus tres autores desde 1961 y probablemente recoge poemas de años anteriores. Fue publicado por primera vez en diciembre de 1962, con prólogo de Luis Alberto Quesada. Su principal trayectoria, por tanto, es a partir de 1963, en Argentina, pues se editó en Buenos Aires aunque los exiliados españoles lograron su difusión por otros lugares de América y de Europa. Es un libro a tres voces, pues hay tres autores íntimamente ligados a la España republicana, uno exiliado, otro preso y otro en cierto modo exiliado aunque era de origen argentino. Los poemas de Marcos Ana probablemente son muchos de los que escribió aún en la cárcel. Los otros autores son los autores exiliados Luis Alberto Quesada, que también combatió en la guerra civil, y Jesús López-Pacheco, por entonces joven y alumno universitario de Tierno Galván, quien también terminaría exiliado, en Canadá. Este libro fue reeditado y ampliado por sus autores en 1964. La editorial fue La Rosa Blindada, que se fundó en los años 1960 para editar los textos de los autores más comprometidos con las ideas socialistas, desde un punto de vista no sólo marxista, si no en general. En la segunda edición de 1964 esta editorial se puede encontrar también como Horizonte. La Rosa Blindada tenía numerosos libros literarios y ensayos de autores no muy obvios, otros sí, que gracias a su actividad editora pudieron tener voz desde sus exilios en diferentes países en años en los que además estaba muy activa la Guerra Fría.

La Rosa Blindada estaba dirigida por Alberto Brocato y José Luis Mangieri. Contaba además con una revista poética de mismo nombre. Se editaba en Buenos Aires y en sus páginas albergó poemas de Raúl González Tuñón, Marcos Ana, Jesús López Pacheco, Luis Alberto Quesada, Juan Gelmán, Bertolt Brecht, Juan Bautista Alberdi, Armando Tejada Gómez y otros muchos, también algún soviético como Eugeni Evtuchenko. La cosa es que tal editorial debía su nombre a un libro que escribió Raúl González Tuñón en 1936, el cual se llamaba así, La rosa blindada. Los poemas de tal libro fueron escritos en homenaje a los mineros asturianos que se pusieron en huelga en octubre de 1934 y que fueron represaliados cruentamente por el ejército, la policía y la guardia civil de la Segunda República, con ayuda de milicias ciudadanas armadas de extrema derecha. Raúl González era amigo de Miguel Hernández y Federico García Lorca entre otros. La conexión con Hernández parece constante en torno a la vida de Marcos Ana directa e indirectamente.

La editorial fue creada a comienzos de los años de la década de 1960. Trató de recuperar textos de exiliados españoles y presos políticos españoles junto a las obras de poesía social argentina. No todos los poemas tienen gran calidad literaria, como he dicho, pero tienen un gran valor testimonial. Hay algunas obras muy importantes en lo literario, pero acercarse a esta editorial es fundamentalmente, a fecha de hoy, un ejercicio de Historia, sociología y Literatura testimonio de unos padecimientos sobrevenidos por la dictadura de Franco y por las represiones de la derecha política en Argentina y otros lugares del mundo. No hay que olvidar que Argentina sufriría un golpe de Estado en 1962, habría elecciones, pero tendría otro golpe de Estado en 1966, en nombre de una revolución democrática en el marco de gobiernos muy marcados por los militares. Aunque el peronismo fue legalizado de vuelta en 1973, el golpe de estado de 1976 trajo la muy dura dictadura de los generales, por tanto esta editorial, sus libros, sus autores, etcétera, pronto pasarían a ser parte también de persecución, proscripción y exilio.

España a tres voces fue publicado en rústica, en blanco y negro y con un grabado de José Ortega en su cubierta, y otros tantos grabados en su interior. Ese grabado de la cubierta fue diagramado por Óscar Díaz. La edición en sí del libro estuvo al cargo de Horacio Néstor Casal y Emilio P. Guarracino. El dibujo del grabado de portada eran una serie de personas encerradas en una torre medieval que bien pudiera ser una cárcel, en lo metafórico y en lo práctico. Recordaba por otra parte los dibujos y grabados de la España de los Reyes Católicos, aquella del descubrimiento de América e inicio del Imperio Español que era el centro básico de los ideales propagandísticos del franquismo en cuanto a la Historia y el destino de España. Al estar encerrados estas personas en ese castillo, la metáfora no dejaba de estar entre la crítica política exiliada y el sentido del humor. Si se habría el libro se podía ver este mismo grabado en una perspectiva más amplia y en su base se leía la palabra que pedía "Amnistía", evidentemente el libro aparte de poesía contenía una reivindicación política. Otros grabados del interior mostraba personajes del tipo: una mujer enlutada con un niño y una careta de hombre sobre su cabeza, un capitalista dando voces en nombre del sindicalismo o un hombre hablando a las personas encerradas en la torre desde fuera de esta, entre otras imágenes. 

El prólogo de Quesada, que era el poeta de doble nacionalidad entre argentino y español, demuestra que probablemente fue idea de él publicar el libro con los poemas del joven Pacheco, en esos momentos en un exilio interior en España, por así decirlo, un clandestino, un disidente interior, y pronto cercano a  exiliarse de verdad, con poemas de un preso político, Marcos Ana, y con sus propios poemas, un exiliado de hecho en esos momentos. Era un prólogo que analizaba los poemas que se iban a leer desde una perspectiva literaria, pero sobre todo política y recuperando las voces y memorias en esos momentos muy vivas de presos, exiliados y de gente de izquierdas que guardaban silencio dentro de España sin ser presos. Es un prólogo que hoy por hoy tiene un valor de análisis histórico. Fue escrito en diciembre de 1962 y completado con un segundo prólogo en junio de 1964.

Cada parte en la que se dividía el libro comenzaba con una breve biografía de los autores. La parte más extensa del libro pertenece a Jesús López Pacheco, pero probablemente la de Marcos Ana contiene buena parte de los poemas escritos en la cárcel que no habían sido publicados en 1960 y posteriores. 

Luis Alberto Quesada tenía la parte llamada Libro 3: Muro y alba, que contenía poemas ya conocidos de él y después poemas que él mismo indica que son inéditos. Jesús López Pacheco tuvo el Libro 4: Pongo la mano sobre España, que era todo un libro de poesía por sí solo, compuesto hasta con prefacio. El libro lo cerraría Marcos Ana con un epílogo en prosa añadido en 1962, siendo ya libre desde 1961. Es el discurso que dio en el homenaje a los presos antifranquistas en el Mahatma Gandhi Hall de Londres el 3 de junio de 1962. Lo llamó Traigo una voz encarcelada. Relata su trayectoria por las cárceles de Franco. Se solidariza ahí con todos los presos de España y denuncia sus condiciones de presidio, él mismo había sido torturado. Urge a la Organización de las Naciones Unidas a hacer algo por ellos y a hacer algo por acabar con la dictadura. En todo caso, a Marcos Ana le había correspondido abrir el libro propiamente de poesía después del prólogo de Quesada. Suyo es el Libro 1: Te llamo desde un muro, y el Libro 2: Poemas en la noche.

Si bien muchos de los poemas del primer capítulo que aporta Marcos Ana están en versos cortos, el segundo capítulo contendrá versos largos y numerosos poemas que se completan con poemas que son sus segundas partes. Buena parte de su poesía, sino casi toda, gira en torno al deseo de libertad como parte esencial del ser humano, y la brutalidad de su negación superada por quien sufre el cautiverio mediante el ejercicio de la libertad de sus pensamientos, imposible de encerrar en muros.

Sirva de ejemplo de su poesía en esta presentación de su figura como autor de Alcalá de Henares el siguiente soneto, aunque no es el soneto lo que más abunda en su obra.


Hacia la vida voy. Mujer, te llevo
como un ala de lumbre a mi costado.
Tus manos, junto a mí: cuenco dorado
de luz y de esperanzas donde bebo.

(¡Oh, palmas clamorosas donde pruebo
el frescor de tu río desvelado!)
Honda rama de amor. Dulce cayado
-descanso de mi sien-. Verde renuevo.

La fuerza de tu sangre es en mis venas
un ímpetu de mar, y tu alegría
florece en las laderas de mis penas.

¡Oh, lealtad, amor, roja energía
que puede con el muro y las cadenas,
y hasta el viento de espaldas tumbaría!

 

 Sirva como segundo ejemplo y cierre de esta presentación estos otros versos:


A veces, cuando subo
a mi ventana, palpo
con mis ojos la vida
de luz que voy soñando.
Y entonces digo: "El mundo
es algo más que el patio
y estas losas terribles
donde me voy gastando.
(...)


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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