sábado, 22 de mayo de 2021

Rito de paso

Título: Rito de paso.
Autora: Olalla García.
Editorial: Ediciones B.
Año de publicación: 2014 (1ª edición; introducción de Olalla García)
Colección: Histórica.
Género: Novela histórica.
ISBN: 978-84-666-5420-3 (para la edición en cartoné).

 

El cuarto libro de Olalla García fue Rito de paso, publicado en 2014. Su tercer libro, El jardín de Hipatia (2009), reforzado por el éxito de la película de Alejandro Amenábar sobre ese personaje e impulsado por el respaldo de la editorial Espasa, ya habían encumbrado un poco a Olalla. La autora, como ya sabemos, profesora en Historia, se dedicaba ya plenamente a su trayectoria como escritora. Este cuarto libro de 2014, Rito de paso, fue la primera vez que la acogió Ediciones B, con la cual repetirá, como por ejemplo con su éxito que dio su nombre a conocer más ampliamente: El taller de libros prohibidos (2018), que sería su sexto libro. Ella y Ediciones B empezarán a ser un conjunto. Además también fue la primera vez que Olalla García, como autora de novela histórica de ficción, abandonaba las historias ambientadas en la Edad Antigua, época en la que está especializada como historiadora, especialmente en la de Próximo y Medio Oriente. Se trasladaba por primera vez a la Edad Moderna, tal como hiciera después también en el citado libro de 2018, El taller de los libros prohibidos. Como sea, Ediciones B apostó muy fuerte por la autora y el libro, que ya no era una desconocida gracias al libro de Hipatia, y publicó el libro en tres ediciones, una en cartoné (tapa dura), otra posterior en rústica (tapa blanda) y a la vez la preceptiva edición en libro digital para quien optase por leerlo en libro electrónico. Tenía, pues, trato de autora reconocida y puesta en valor, esperando la editorial una potencial cantera de lectores muy abundante. El libro apareció dentro de la colección denominada Histórica, reservada para la novela histórica de relatos de ficción.

Esta vez Olalla partía de una historia biográfica real para crear su relato de ficción, la de los últimos años de vida del pintor italiano del Barroco llamado Caravaggio (1571-1610). El pintor, que es parte de la Historia del Arte y ha contribuido enormemente a la cultura mundial, es conocido por revolucionar el barroco con sus fuertes claro oscuros y sus figuras retorcidas, pero también por sus escenas excesivamente violentas y explícitas, tanto que incluso otros pintores reconocidos de la época y mecenas varios repudiaban su obra por obscena. Su obra era tan amada por unos, como rechazada por otros en propio tiempo de su vida. La violencia de su obra no es ajena a sus propias vivencias. Efectivamente, la vida personal de Caravaggio es tan apasionante como su obra y se refleja en toda esa visión rotundamente pasional llena de violencia y de fuertes contrastes entre la luz y la oscuridad, sin dejar casi espacio para algo intermedio y suavizado. Dentro del Barroco, el autor comenzó lo que se conoce como el tenebrismo.

Fue un autor muy famoso y reconocido estando vivo, pero su vida estaba llena de encontronazos no exentos de violencias y polémicas en gran parte nada claros incluso tras el paso del tiempo. En pleno siglo XXI, y con acceso a los archivos y a los estudios con todo tipo de métodos, seguimos sin respuesta clara para muchos de los turbulentos capítulos de sus acciones. Hay que remarcar que su estilo de vida le llevó a morir a los 39 años de edad en circunstancias no aclaradas. Cuando pintaba para los Papas en Roma, ante los que terminó cayendo en desgracia, mató a Ranuccio Tomassoni, según algunos historiadores por accidente y según otros historiadores, a conciencia. Sus mecenas en Roma, que le habían salvado con dinero de comparecer ante la justicia por otros casos de oscuridades en su vida, esta vez no pudieron hacer nada por él. Caravaggio hubo de huir en 1606 a Nápoles, donde encontró la protección de los Colonna, una poderosa familia nobiliaria cuyo poder se asentaba en lo que se podría entender como antecedente de comportamientos mafiosos que mermaban el alcance de la autoridad de los Papas. Allí, Caravaggio pintó cuadros referentes a la misericordia, quizá como petición de perdón para sí mismo. El Gran Maestre de la Orden de Malta, Alof de Wignacourt, le encargó un retrato, razón por la cual Caravaggio decidió trasladarse a Malta en 1607 e iniciar el retrato de este destacado personaje, con la esperanza de ingresar él mismo en la Orden de los Caballeros de Malta, lo que sin duda facilitaría su camino para obtener el perdón y una credencial de la prueba de haberse reportado, así como de ser inocente, pues esa orden implicaba una honorabilidad intachable.

A pesar de las habladurías en Malta sobre el asesinato en Roma y de que su comportamiento nada religioso eran impedimento para ser ordenado caballero de Malta, el retrato que le hizo a Alof tuvo sus efectos y fue nombrado como tal caballero en 1608. Sin embargo se vio involucrado en un nuevo enfrentamiento que no quedó claro ni siquiera en aquellas épocas y que hoy día no tenemos datos suficientes para responder. En medio del escándalo y rumores sobre lo sucedido en Roma, Caravaggio comenzó a pintar un cuadro altamente sanguinolento y realista acerca de la decapitación de San Juan Bautista para decorar la concatedral de La Valetta, donde hoy día sigue expuesto. Aunque el cuadro tiene un alto valor artístico, tanto su composición como todo lo que rodeaba en rumores a Caravaggio hizo que tuviera una nunca bien explicada pelea con otro caballero de la Orden de Malta de la cual resultó la casi destrucción de una casa, así como gravísimas heridas al caballero que se le enfrentó. Por todo ello, Caravaggio fue expulsado de la Orden de Malta en diciembre y desapareció de la escena pública. Reapareció a comienzos de 1609 en Siracusa, en Sicilia, acompañado de su discípulo Mario Minitti, con quien se dedicó varios meses a crear cuadros más sosegados y menos violentos. Aún así, dormía armado y se sentía inseguro. En varios cuadros aparece su esposa con gesto burlón hacia figuras que podrían ser otros pintores contemporáneos. Regresó a Nápoles con la protección de nuevo de los Colonna, mientras un nuevo Papa le ofrecía el perdón por lo ocurrido en Roma. Eso no quitó que sufriera un intento de asesinato fallido en Nápoles por causas desconocidas. Pintaba martirios por entonces. Tras el intento de asesinato volvió a pintar cuadros con la cabeza cortada de San Juan Bautista, así como las negaciones de Pedro. Cuando obtuvo el perdón Papal en 1610 viajó hacia Roma, donde le sucedieron una serie de acontecimientos extraños hasta su desaparición total. En julio la prensa del momento en Roma anunció su muerte hasta dos veces, según la segunda vez, por fiebres, pero su cuerpo nunca fue encontrado, por lo que nunca se supo la certeza de qué había ocurrido con Caravaggio. Solo en 2010 se localizó en un cementerio histórico los posibles restos del cuerpo de Caravaggio y los estudios forenses dictaminaron que esa persona, fuera quien fuese, murió por la infección de una herida producida por arma blanca.

Con tan interesante material, Olalla emprende su novela Rito de paso y dado que es una novela histórica, y por tanto una ficción ambientada en la Historia real y en este caso basada en hechos reales, lanza su hipótesis imaginada de la historia que pudo rodear todo este asunto.

La novela comienza con la llegada de Caravaggio a Malta en 1607, de ahí que la portada del libro tenga un barco llegando a las costas de Malta. Aunque la narración sigue los pasos de Caravaggio, lo cierto es que este es retratado como un antihéroe compulsivo, pronto aparecerá Giambattista Montalto, caballero de la Orden de Malta, retratado, este sí, como héroe dechado de virtudes, las que Caravaggio no tiene por su carácter pasional. Montalto existió también, ahora bien, la única referencia que hay de él en la Historia es que en una cena que se celebró, las autoridades de la Inquisición en Malta quedaron altamente intranquilas con su comportamiento. Olalla García nos cuenta en la introducción del libro que muchos personajes existieron de verdad, de algunos, nos dice, se sabe mucho, pese a las sombras biográficas, mientras que de otros apenas se saben algunas notas. Otros personajes se los ha inventado para hacer fluir su relato ficticio. Precisamente Olalla logra encontrar la libertad creativa explayándose en el desarrollo de los personajes ficticios y de los personajes reales de los que apenas se sabe nada, crea así su hipótesis de los hechos en una novela al estilo de las novelas de aventuras con bellas construcciones gramaticales y ritmos de la acción. Es la Orden de Malta y su control de Malta lo que realmente está en el centro de la novela, siendo en realidad Caravaggio el elemento que viene a alterar la vida y el orden establecido en la isla.

Recordemos que la Orden Malta fue creada durante las cruzadas de la Edad Media. Estaba ligada a la Monarquía Hispánica por razón de sus lazos con el antiguo Reino de Aragón, en concreto con la figura personal del Rey de Aragón, especialmente desde Fernando V "el católico", esposo de Isabel I "la católica". Malta, en mitad del Mediterráneo, era un punto neurálgico y vital para le defensa del mundo cristiana frente a los piratas berberiscos del norte de África y la expansión del Imperio Turco, pensemos que el galeón donde fue apresado Cervantes fue hecho prisionero en las cercanías de Malta. La Orden de Malta tenía por tanto una misión interiorizada de muro de contención entre la cristiandad y el expansionismo musulmán que implicaba una alta dosis de idealización de los valores cristianos y de honor en los miembros de la Orden de los Caballeros de Malta, a lo que hay sumar que presuntamente se creían depositarios y custodios de ciertas reliquias cristianas, tales como el Santo Grial.

En ese contexto ideológico Montalto y Caravaggio son dos antagonistas éticos y morales. Su enemistad nace en cuanto Montalto comprende que la vida de Caravaggio son un peligro para los usos, costumbres e ideales de los habitantes de Malta, y con ello es un peligro para la seguridad de Malta y del Mediterráneo. Del virtuosismo de Montalto, quizá auténtico protagonista de la novela, probablemente puritano, nos vamos a la vida disoluta de Caravaggio, sus antecedentes violentos, el posible asesinato en Roma y el amor por una mujer pasada que rompe con toda virtud idealizada. Este modelo de vida, acompañado por la fama del pintor, puede alterar el modo de vida de la sociedad de Malta y eso hace recelar a Montalto y hace que ambos se vean como enemigos. Aún con todo, también Montalto es un desplazado a Malta.

La vida disoluta y ociosa de Caravaggio, a la par que quiere entrar en la Orden cumpliendo con un ritual de paso pintando un cuadro, pronto hace que se le acerquen a su figura varias mujeres. Con todos estos elementos, Olalla va narrándonos la vida del pintor, la vida de los caballeros de Malta, la vida en la isla de Malta y el choque de valores de dos formas diferentes de entender la vida. Se van sucediendo así numerosos personajes secundarios que sirven para completar el retrato de la historia y su ambientación. La documentación es impecable y le favorece que la autora haya apostado por moverse por los espacios desconocidos del relato biográfico de Caravaggio, en lugar de tratar de ahondar en lo conocido, sii lo hubiera hecho es posible que la novela hubiera tenido un valor menos luminoso. 

Aparecen numerosos giros llenos de personajes que oscilan entre la pendencia y el honor y un final doble para cada personaje entre lo cerrado y lo abierto a reflexión del lector. Una vez más, un acierto de Olalla.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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