sábado, 17 de junio de 2023

Dos suspiros sobre la almohada

Título: Dos suspiros sobre la almohada.
Autores: Maribel Domínguez Duarte y José Eduardo Mohedano.
Editorial: Ediciones Vitrubio.
Año de publicación: 2021 (1ª edición; prólogo de María Morales Santos).
Colección: #poesíatatoo.
Nº de volumen en la colección: 1445.
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-123957-1-6

 

Si el primer libro de Maribel Dominguez fue un libro colaborativo con otras dos poetas más en 2018, Nombre de mujer, su segundo libro volvió a serlo, ahora con un poeta, José Eduardo Mohedano Córdoba. Fue Dos suspiros sobre la almohada, publicado en 2021 por Ediciones Vitrubio, dentro de la colección #poesíatatoo, como volumen 1445. Se vendió con marcapáginas creados para ellos. Tenía el libro una cubierta blanca que reproducía una acuarela de Eugenio Rivera, que además maquetaba el libro. Mostraba una mano de mujer enlazada a una de hombre sobre una sábana blanca, en una más que evidente alusión al acto sexual. Se iniciaba el libro con un prólogo de María Morales Santos que nos desvela que el poemario lo inicia un poema de Maribel Domínguez y lo cierra uno de José Eduardo Mohedano, sucediéndose entre medias una especie de diálogo entre ellos al alternar los poemas del uno y el otro. Nos lo desvela, pues en la contraportada lo que nos dice el editor es que el poemario está escrito a dos voces, una poeta y un poeta, sin que se diga qué poema es de cada cual porque "en el amor todos somos lo mismo y nadie es diferente". En todo caso, el estilo de cada poeta es muy identificable porque tienen diferencias notables, a pesar de que en temática y enfoques no están lejanos entre sí, pero sobre todo se les distingue porque en numerosos poemas de José Eduardo la voz se escribe en primera persona del masculino, ocurre menos que Maribel escriba en primera persona del femenino, pero a ella la delata en algunos poemas vivencias sexuales y corporales evidentemente femeninas, aunque bien es cierto que ella habla del erotismo y el sexo en su poesía de una manera en general válida tanto para la vivencia de la mujer como de la del hombre.  

Ya hablamos de algunos datos biográficos de la alcalaína Maribel Domínguez como autora, actriz de teatro y locutora en el anterior libro. Se puede añadir a lo que se ya se dijo que aparte de pertenecer al Taller de Poesía Grupo Cero Alcalá de Henares, pertenece también a la Asociación de Escritores de Madrid, así que como actriz pertenece al grupo Thythia Teatro. 

 De José Eduardo Mohedano podemos decir que nació en Madrid. De hecho el libro se escribió entre Alcalá de Henares y Madrid. Es poeta, narrador, ensayista y dramaturgo. Fue premiado en el concurso de cartas de amor de Puertollano en 2017 (Ciudad Real, Castilla-La Mancha). Él ya había publicado con Vitrubio el libro Las nueve agujas del reloj. Igualmente es miembro de la Asociación de Escritores de Madrid, y en su caso lo es también de la Asociación de Autores de Teatro. Ha participado de alguno de los eventos culturales de Alcalá de Henares.

El poemario se trata de un poemario de poesía erótica que en numerosas ocasiones traspasa el erotismo para recrearse de manera delicada, metáforas y perífrasis en escenas explícitas que podrían tenerse por pornografía, pero también hay bastantes poemas que atan igualmente de manera delicada, metafórica y con perífrasis lo sexual con lo sensual y con lo emocional, especialmente en los poemas de Maribel, por lo que el sexo, explícito o no, es expresión del amor o de lo emocional. En ese sentido hay algo de sentido romántico e incluso de una idealización del amor propia de los poemarios de amor del siglo XIX, solo que al introducir el sexo, quedan afectados de algo de la poesía contracultural del siglo XX. Tiene más cercanía a los poemarios románticos del XIX, eso es así, pero en los poemas de José Eduardo hay un mayor contenido de la carnalidad y la pasión del sexo como culminación de la atracción sexual, en lugar del amor en sí.

Tenemos como ejemplo de la poesía de Maríbel Domínguez en este poemario el siguiente poema:

Apaciguada la noche,
disfrazada de soledad por tu ausencia,
recojo unas gotas de esperanza y deseo,
las destilo en un rincón ardiente
de un anhelo erguido, deseante y puro.

Imágenes de suaves embestidas
acompañadas de tiernos besos,
ese dulce trago de ambrosía
sin otro testigo que tu piel desnuda.

Caricias susurrantes,
deseo desatado,
esta fiebre fría que escapa a la monotonía,
pasión que serpentea por este laberinto errante
que no cesará hasta encontrarte
en la latente madrugada que siento todavía.

Maribel tiende a unos poemas breves que suelen tener cierto romanticismo, como ya se ha dicho, y que pretende atar lo sexual a los sentimientos emocionales del amor, el deseo y lo sensual. El sexo es traducción de amor. En algunos poemas, de hecho, el amor frustrado y la espera sin recompensa se traduce en recuerdos y melancolías de elementos sugerentes como besos leves, susurros de voz o algo compartido en el pasado. Los momentos de cama, especialmente los posteriores al sexo, son los que levantan la mayor emocionalidad, como algo que ha confirmado un amor que se siente recíproco y promete una vida compartida, o como mínimo, si no una vida, un futuro prometedor con la otra persona, sea el tiempo el que dure el sentimiento mutuo.

En cuanto a los poemas de José Eduardo, pongamos por ejemplo lo siguiente:

Ahora mismo quisiera yo
saciar la avaricia perentoria,
que me bajes la cremallera
e introduzcas la mano
persiguiendo el sonido del viento
hasta que encuentres el cetro,
porque tuyo será el gobierno
en el reino del placer,
y cuando empieces el recorrido
por tus nuevos dominios
rasga mi ropa en jirones
para hacernos el amor
como dos desharrapados
que esculpen bajorrelieves
en somieres tapizados.
(...)

Los poemas de José Eduardo tienden a ser extensos y ocupar varias páginas. También tienden habitualmente a usar una poesía con métricas y recursos formales. Para él, como se ha dicho, la carnalidad y la pasión del sexo viene a ser la culminación de la atracción sexual, más que lo más elevado de un amor mutuo profundo y propio del amor romántico. En él no es tanto lo sensual como lo sexual. Abunda en referencias salidas de poesía amorosa ya no tanto del siglo XIX, sino de la poesía española de los siglos XVI y XVII, se puede ver en varias imágenes que nos filtra y en el uso de personajes tipo caballeros, espadas, y demás, o, en el caso del ejemplo, el asunto del cetro y el gobierno. Puede incurrir en posibles obscenidades aún usando vueltas para decirlas. Los poemas que reflejan anhelos y soledad en su caso hacen referencia a mujeres que no le correspondieron, a lo que él hace alusión al sexo onanista, que es otro tipo de erotismo, el personal e individual. 

Es un libro colaborativo que sin duda tuvo un objetivo común y un entendimiento entre sus autores, donde además sabían perfectamente que querían crear un libro de poesía erótica con las visiones de una mujer y de un hombre. Quepa la duda de si a la hora de elaborar el libro ambos se iban comentando los poemas que iban creando o simplemente hubo una puesta en común de los elaborado. En todo caso, esta es la obra.

NOTA 25 DE NOVIEMBRE 2023: En octubre de 2023 Maribel Domínguez publicó una pequeña selección de nuevos poemas de ese mismo año en un pequeño fanzine (revista contracultural) de bolsillo en colaboración con la ilustradora y maquetadora Zia Mei. Se llamó Cortoletrajes y ropa de cama. Lo editaron ellas mismas con prólogo de Carlos Fernández. En él también se incluían enlaces de código QR para, con ayuda de un dispositivo con lector QR, poder oír algunos de sus programas de radio en Radio Creactividad, pues ambas hace "Ola de entretiempo", donde repasan la cultura de Alcalá de Henares. Se combinaban los poemas en prosa con otros en verso, acompañados de ilustraciones en el estilo de Zia. En ellos se traslucía una mezcla entre el amor propio y el valor de la libertad con un amor acabado aunque sin dejar mal sabor. 


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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