viernes, 23 de junio de 2023

De palacio a Casa de los Arqueólogos. Pasado y futuro del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares

Título: De palacio a Casa de los Arqueólogos. Pasado y futuro del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares
Autores: Luis Palop y María Carrillo Tundidor (coordinadores); varios autores (Arsenio Lope Huerta, Vicente Fernández, Gustavo Chamorro, Alfonso Dávila, Fernando Marías, Josué Llull, Daniel Gonzalvo, José María San Luciano, Rosa María Domínguez, L. Hernández, Ángel Pérez, Carlos Clemente San Román, Juan de Dios de la Hoz, José Luis González, María Rosa Cervera, Carlos Chamorro, Enrique Baquedano).
Editor: Comunidad Autónoma de Madrid / Museo Arqueológico Regional de Madrid (MAR).
Año de publicación: 2019 (1ª edición; introducciones de diversas autoridades).
Género: Arqueología; Arquitectura; Historia.
ISBN: 978-84-45138281

 

El pasado y reciente 2 de junio de este 2023 el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana aprobó la licitación para el concurso del proyecto de obra de reformas y recuperación del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, pero hay que remontarse a noviembre de 2019, cuando el Museo Arqueológico Regional de Madrid (MAR), ubicado en la Plaza de las Bernardas de esta misma ciudad, realizó una exposición temporal que se adentró varios meses en 2020. Trataba sobre este proyecto que varias instituciones y personas estaban trabajando desde hacía años: la recuperación del Palacio Arzobispal, cosa que parcialmente lograron con la idea de rehabilitar zonas en ruinas para albergar lo que se llamaría la Casa de los Arqueólogos, y que evidentemente, primero por el confinamiento y medidas contra la pandemia de Covid-19 en 2020 y después por diversos retrasos, se ha ido retardando en el tiempo. Como sea, en aquel momento la exposición temporal se acompañó de un lujoso y muy trabajado catálogo que es el libro más completo y actualizado que hay hasta la fecha sobre la Historia y la arqueología en el Palacio Arzobispal y que incluye el proyecto arquitectónico dicho. El libro, aún disponible en tapa dura, lo publicó el propio MAR junto al gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid, por lo que incluía introducciones de los cargos destacados del museo y del gobierno de la Comunidad. Se llamaba: De palacio a Casa de los Arqueólogos. Pasado y futuro del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares. Tenía por formato la tapa dura, más o menos de grandes dimensiones, aunque apaisado aparentaba ser cuadrangular, pero era ligeramente rectangular. La cubierta fue maquetada en sepia, fingiendo un paso del tiempo sobre papel o fotografía, mostrando un grabado del siglo XIX donde una serie de personajes populares estaban dentro del desaparecido patio interior a causa del incendio de 1939.
 
Luis Palop y María Carrillo Tundidor ejercieron de coordinadores de varios autores que son a la vez autores de Alcalá de Henares. Por lo que los coordinadores quisieron que además esta obra fuera netamente alcalaína y con protagonismo de varias personas destacadas en sus investigaciones locales. Todos ellos fueron: Arsenio Lope Huerta (ex-alcalde de Alcalá de Henares e historiador local), Vicente Fernández (antiguo profesor de Historia e historiador local), Vicente Sánchez Moltó (archivero y cronista oficial de Alcalá de Henares), Gustavo Chamorro (farmacéutico local e historiador aficionado), Alfonso Dávila (ex-director del Archivo General del del Estado e historiador), Fernando Marías, Josué Llull, Daniel Gonzalvo, José María San Luciano (historiador local), Rosa María Domínguez, L. Hernández, Ángel Pérez (arquitecto e historiador local aficionado), Carlos Clemente San Román (arquitecto e historiador aficionado local), Juan de Dios de la Hoz, José Luis González, María Rosa Cervera, Carlos Chamorro y Enrique Baquedano (director del MAR desde que se fundó hasta la actualidad). Muchos, aún habiendo investigado mucha Historia local, no eran historiadores de profesión ni de formación, aunque algunos han hecho importantes aportaciones. En todo caso, es llamativo que algunos escriben tanto en los apartados de Historia como en los de arqueología y restauración (arquitectura), no siendo de formación universitaria ninguna de las tres cosas. Puede que todos o varios tengan en común ser parte de la asociación ARPA (Asociación para la Recuperación del Palacio Arzobispal). Como se sabe, como mínimo uno de ellos ya está fallecido, Arsenio Lope Huerta, muerto en 2021 y que en marzo de este 2023 recibió una estatua en bronce en la calle Libreros.
 
Como ya se ha dicho el libro estaba dividido en tres partes, I: Historia, II: arqueología y arquitectura, y III: recuperación e intervenciones. Cada parte tenía varios ensayos o estudios de los autores citados, centrándose cada uno en un aspecto concreto. En todo caso es de recordar que José María San Luciano ya había sido el protagonista del anterior libro más completo y avanzado sobre el Palacio Arzobispal en tiempos contemporáneos, fue en 2009, El incendio y destrucción del Archivo General Central, Alcalá de Henares, 1939 (publicado por Domiduca). Mientras que Carmen Román en 2019 había recuperado las ilustraciones del palacio en el siglo XIX realizadas por Valentín Carderera, en El Alcalá de Valentín Carderera
 
El proyecto de crear la Casa de los Arqueólogos no sólo era de ARPA, sino que se implicó de lleno Baquedano, como arqueólogo y director del MAR. En él se contiene lo que probablemente será una parte importante del futuro cultural de la ciudad, incluyendo un posible conflicto ecológico. Lo que se proyecta amenaza seria y claramente a los numerosos nidos de cigüeñas y águilas primilla que se ubican precisamente en los restos de las edificaciones ruinosas elegidas para levantar los espacios nuevos para esa nueva institución que será una institución local y autonómica más. Afectaría a una torre y muros de un edificio interior. Este espacio, visible desde el actual aparcamiento, tiene uno de los principales focos de habitación de estos animales, por otra parte protegidos, en amenaza de especie de extinción, objeto de la primera normativa protectora que hizo una ciudad en España, vigente desde 1989, símbolo de Alcalá, parte de su fauna y riqueza, y sí, también, atractivo turístico y parte de la cultura e Historia de la ciudad. Aves que de por sí suelen verse afectadas por los numerosos eventos culturales que se programan en el interior de las murallas medievales de este palacio.

Si es deseable recuperar de alguna manera lo perdido, no olvidemos que en esa pérdida tuvimos la ganancia de esa fauna que nos eligió y que ya se veía afectada por el cierre del vertedero, pero que se han beneficiado de comederos que se han construido. Todo proyecto debe pasar por respetarlas, y un uso humano de los lugares donde viven, aparte de obras de construcción previas, atenta contra ellas. Se debería estudiar cómo conservarlas en ese mismo sitio, o al menos como trasladar sus nidos, si es que eso es viable, dentro del propio recinto. Los expertos deberían comenzar a pensar en esto antes de que todo ocurra y, por no haberse querido hablar de ello, al final sólo lloremos lo perdido sin haber hecho nada por no perderlo. Sobre este aspecto ecológico, este catálogo no habla ni una sola palabra. No está en su interés, aunque es algo grave.

Si bien se han realizado diversas campañas arqueológicas en el Palacio Arzobispal, se ha creado un museo al aire libre con algunos de los restos por dentro del recinto amurallado y se escribió el libro de 2009 sobre su incendio, aún una buena parte de la población desconoce el pasado del Palacio, su papel en la Historia tanto de Alcalá como de España, y si acaso mal conoce a modo rumores su incendio en 1939. Por todo ello, la ciudad le debía al Palacio Arzobispal, que tanta influencia tuvo en la Historia local y la española, una exposición y un catálogo como este que le narrara de forma fácil y visual el pasado y el presente del Palacio, pero especialmente su destrucción y su recuperación arqueológica que nos ha dado la fisonomía que hoy día conocemos en su forma de ruinas principalmente, precisamente donde se explaya necesariamente este libro.
 
Contó en su elaboración con documentación de archivo, con testimonios de voces vivas aún, con el examen de numerosas piezas arqueológicas, con bibliografía antigua y actual, y hasta la maqueta que reproduce el palacio entre los siglos XVI y XVII, mostrando todas sus edificaciones, incluidos los miradores y las torres barrocas desaparecidas y los jardines con los que se recreó Isabel I "la Católica" en el paso del siglo XV al XVI y posteriormente el Cardenal Lorenzana y otros en el XVII. Unos jardines desaparecidos para usar su espacio en un horrible aparcamiento de tierra que sirve de antesala ocasional para el paso a conciertos y eventos del mercado cervantino. Más merecería la pena recuperar esos ajardinamientos que ahondar en el culto al coche aparcado, pero no está en el actual proyecto de futuro que se presenta ni la más mínima intención de recuperar esos jardines, por otra parte: alguna vez reivindicados por los historiadores del valle del Henares. Yo mismo se lo he oído en persona comentarlo informalmente el cronista oficial actual de la ciudad, Sánchez Moltó. Al menos lo hizo en el encuentro de los historiadores del valle del Henares hace unos años, yo entre ellos.

El Palacio Arzobispal comenzó a construirse en el siglo XIII por el arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, a partir de las murallas de lo que era un qun musulmán (una especie de acuartelamiento amurallado). Albergó arzobispos toledanos y reyes castellanos a lo largo de la Edad Media, siendo escenario del tratado entre los reinos de Castilla y de Aragón en 1308 para intentar conquistar Granada, la reunión de 1348 de las Cortes Castellanas, la muerte accidental de Juan I de Castilla en la Puerta de Burgos en 1390, la participación alcalaína por parte del Arzobispo Carrillo a favor de Juana "la Beltraneja" en la Guerra de Sucesión Castellana de 1475-1479, la residencia y planes de transformación del Cardenal Cisneros, la primera entrevista de los Reyes Católicos con Cristóbal Colón en 1486, el nacimiento de Catalina de Aragón, también el de Fernando I de Austria, un breve momento de estancia en el presidio del rey Francisco I de Francia en España, diversas modificaciones entre 1523 y 1545, el intento inútil de cura milagrosa del primogénito de Felipe II con los restos de San Diego, las reformas y ajardinamientos nuevos en los primeros años del siglo XVII, la pernocta de Carlos III a su llegada a España antes de entrar en Madrid para su coronación en 1759, la residencia de las tropas francesas durante la Guerra de Independencia de 1808 y hasta su ida en 1813 (José I pasó alguna noche en Alcalá, pero no se hospedó aquí), la desamortizaciones de 1841 y de 1855, acusando ruina en 1857, su nombramiento como Archivo General Central en 1858, lo que hace que tenga diversas reformas desde 1860 (no obstante en los siglos previos albergaba de por sí numerosos documentos para la administración del Estado), su apogeo como archivo estatal en 1926, su incendio accidental y destrucción de su mayor parte artística y arquitectónica recién terminada la guerra civil en 1939 por usarse sus instalaciones con vehículos y material bélicos, lo que supuso la pérdida de mucha documentación, pero no tanta como podría haber sido pues se había comenzado a trasladar décadas atrás la documentación más antigua al Archivo Histórico Nacional, la demolición de los restos de las alas norte y este, la pérdida de jardines y huertos, la recuperación en los años 1990 de parte del edificio del seminario y sus estudios históricos y arqueológicos, el cese por parte del obispado del usufructo de los solares y patios al ayuntamiento de Alcalá de Henares en 1998 coincidiendo con el nombramiento de Patrimonio de la Humanidad (momento en el que se inició la recuperación y rehabilitación de varios espacios en estado ruinoso), el uso de su interior para conciertos y fuegos artificiales en ferias de agosto y mercados cervantinos en octubre y representaciones del Don Juan en noviembre, la programación de un proyecto de recuperación arqueológica por parte del Museo Arqueológico Regional de Madrid a partir de 2014, la transferencia en 2017 por parte del ayuntamiento del usufructo de los solares y patios del Palacio a la Comunidad Autónoma de Madrid para que el Museo Arqueológico Regional desarrolle su proyecto, y definitivamente la presentación pública de este proyecto, llamado Casa de los Arqueólogos, a través de la exposición y su libro en 2019-2020, hasta llegar  al momento en el cual nos encontramos en 2023: la aprobación de la licitación del concurso de proyecto de obra para empezarlo.

El Museo Arqueológico Regional estos últimos años tuvo una ampliación física a costa de los solares de lo que fue la antigua comisaria de policía de Alcalá, la cual fue demolida para construir esa ampliación, así como otra ampliación menos llamativa al usar los locales de lo que fue la antigua oficina de la seguridad social en la calle Rico Home con Santa Catalina para actividades de investigación y biblioteca de momento, que pasó al Paseo de la Estación. Lo que presentan ahora es un proyecto ambicioso donde también interviene la Asociación para la Recuperación del Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares (ARPA). No se trata de reconstruir las antiguas edificaciones, cosa no imposible, visto lo visto en nuestros días en Notre Dame de París o el propio alcázar de Segovia muchos años más atrás. Se trata de recuperar espacios edificados y aprovechar, como mucho, los restos de algunas de las torres y muros que quedan en pie en estado ruinoso. O en otras palabras: se va a hacer arquitectura actual siguiendo parte de las ubicaciones antiguas de otras estructuras y aprovechando algunas de las partes que se podrían rehabilitar.

La idea es crear en esos nuevos espacios las infraestructuras futuras gestionadas por el museo para la investigación de los arqueólogos, incluyendo salas de estudio, biblioteca, archivo, no sé si para hacer algunas investigaciones de tipo material y experimental. Desde luego sería una modernización y una actualización del concepto del papel de los museos en la actualidad investigadora y cultural. Será un nuevo aporte que anotarse en su haber Alcalá de Henares en su contribución al conocimiento. Sólo queda pendiente tratar que cigüeñas y águilas primilla no se vean seriamente afectadas. La parte ecológica es su punto muy alta y gravemente en contra, pero ¿hará algo la ciudad al respecto? Por parte del ayuntamiento ya se verá, porque el propio ayuntamiento anterior con liderazgo del PSOE y con coalición con Somos Alcalá primero y Ciudadanos después, dio su apoyo, ahora, en manos del PP desde este mismo mes de junio en coalición de Vox habrá que verlo. Por un lado la propia normativa municipal obliga a proteger a las cigüeñas, por otro lado Vox es negacionista de las cuestiones ecológicos, alegando que es una cuestión ideológica y ellos apuestan por el desarrollo entendiendo este por la construcción sin parar a costa de todo espacio y ecosistema natural si es necesario, y entendiendo por desarrollo oportunidades económicas de altos beneficios que, por lo común, siempre suelen recaer en las mismas personas: los que más tienen, que son pocos frente a los muchos ciudadanos que creen que el beneficio es algo más que hacer dinero. En todo caso, este proyecto trasciende más allá del ayuntamiento, pues recae también en la Comunidad de Madrid, el MAR, el arzobispado y, hemos de creer, en el Ministerio de Cultura, tal vez también en el de Fomento.
 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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