sábado, 14 de octubre de 2023

El molino de Guadalajara

Título: El molino de Guadalajara.
Autor: José Zorrilla.
Editor: Manuel Delgado
Impresor: Imprenta de Yenes (Madrid).
Año de publicación: 1843 (1ª edición).
Género: Teatro.
ISBN / Depósito Legal: [No existían aún]

 

José Zorrilla (1817-1893) está íntimamente ligado a Alcalá de Henares desde el último cuarto del siglo XX en adelante a costa de su obra teatral Don Juan Tenorio (1844). Ya comentamos en estas notas la vida de Zorrilla y también aquella obra de teatro y su importancia. Ya entonces se dijo que ni autor ni obra tenían que ver con Alcalá de Henares más allá de que la representación de la misma de modo itinerante desde la década de 1980 es uno más de las señas culturales identificativas de la ciudad. Como se dijo, si Zorrilla pasó por Alcalá de Henares no ha quedado constancia, al menos significativa. Sin embargo, sí tiene una obra donde Alcalá de Henares cobra importancia, siendo esta ciudad el escenario de varios actos de esta otra obra teatral. Se trata de una obra anterior a Don Juan Tenorio, hablamos de El molino de Guadalajara. Fue escrita, publicada y representada por primera vez en 1843, hacia octubre. Estamos hablando de ese momento de la vida de Zorrilla en el cual vive en Madrid fingiendo ser un pintor italiano en alguna ocasión, que se cuela en los cafés literarios, como la tertulia de El Parnaso donde estaban varios de los mejores literatos del romanticismo español de la época, que deambula por las calles con vida bohemia, que va de bar en bar, que se vuelve mujeriego y sonámbulo, aunque tenía esposa desde 1838, diez años mayor con él, con un hijo de ella, con la cual tuvo una hija que murió al casi año de edad, que recita poemas ante otros poetas, pero los recita incompletos, que tiene problemas económicos, pero que era un escritor conocido desde que recitó un poema en el funeral de Mariano José de Larra en 1837. 

Nos ubicamos en 1843, un año antes de que se le ocurriera y tuviera el gran éxito de Don Juan Tenorio. En uno de aquellos cafés literarios conoce a un editor de libros que se había hecho famoso por editar con gran éxito de ventas a varios de los que han pasado a ser los mejores escritores del romanticismo del siglo XIX español. Se trata de Manuel Delgado, que había nacido hacia finales del siglo XVIII, por lo que era ya un hombre mayor que la gran mayoría de todos aquellos escritores. Su imprenta, desde la que ejercía de editor, estaba en la calle de la Cruz, en Madrid, cerca de el café El Parnasillo, el cual ha pasado a la Historia por ser el lugar donde desde comienzos de la década de 1820 la gran mayoría de los jóvenes escritores románticos iban a beber y a relacionarse entre ellos, con lecturas y tertulias, así como juergas. Con total seguridad Manuel Delgado debía ser cliente del lugar y probablemente allí hizo amistad y conocimiento de todos ellos. Intuyó la potencial capacidad de ventas que tenía el romanticismo, que había llegado a España tardíamente, y comenzó no sólo a imprimir, sino también a ejercer de editor de obras nuevas a partir de 1832. Él había ido publicando libros de religión y de Derecho, pero pronto comprendió las ventas que se encontraban aún si  explotar debidamente en la publicación de los artículos de Larra, que como se sabe su éxito como escritor fue casi póstumo. Así pues adquirió los derechos de publicación de su obra. Manuel Delgado había entendido que el futuro del negocio de la venta de libros estaba en la tenencia legal de los derechos de autor, edición y publicación. A la vez que su tarea perfectamente realizada como editor llevó a la fama a varios autores, su actividad leonina en lo económico le hacía quedarse con casi todas las ganancias de las ventas, mientras los autores veían sólo una pequeña parte acordada, no es baladí el hecho de que la gran mayoría de ellos fueran muy pobres a pesar de sus éxitos. Hasta cierto punto Manuel Delgado está en los inicios de lo que podríamos entender la actividad editorial contemporánea que hoy día conocemos desde las pequeñas a las grandes editoriales.

A partir de 1838 Manuel Delgado se vio atraído por la idea de publicar obras de teatro románticas de carácter histórico, cosa que estiró hasta 1847 en dos colecciones: teatro moderno español y teatro moderno extranjero. Él entendió que había que publicar obras noveladas de hechos históricos de autores y carácter español, pues en esos momentos en España tenía éxito esto mismo pero extranjeras. Pensemos que a pesar de que en el siglo XXI actual se considera que la primera novela histórica propiamente así llamada fue escrita en el siglo XI por el japonés Murasaki Shikibu, La novela de Genji, que narra de manera novelada la vida de aquel príncipe, en pleno siglo XIX esto no sólo no llegaba, es que no se conocía ni su existencia. El género de la novela histórica y del teatro que recrea de manera idealizada la Historia en Europa, que fue la región del mundo que la popularizó en realidad por todo el planeta, la había escrito el escocés Walter Scott en 1820, se trata de Ivanhoe. Es uno de los hitos del comienzo del romanticismo. Este autor escribió con éxito sobre otros personajes históricos que idealizó, entre ellos Robin Hood. Europa se llenó de este tipo de obras, que en España es un género que llegó tarde también, pero quien empezó a editarlas fue Manuel Delgado, que por ello vio el potencial de animar a los jóvenes escritores a escribir esto mismo pero con personajes y hechos españoles. Tuvo una visión comercial de la Literatura del momento acertada, de él partieron Los amantes de Teruel, Don Álvaro o la fuerza del sino y otras, como incluso Don Juan Tenorio. Sea como sea, en algunos casos Manuel Delgado vio tanto potencial de éxito que incluso firmó con algunos autores el derecho de ser el representante teatral que tuviera los derechos de representación en los teatros.

 En 1843 probablemente Manuel Delgado le propuso a José Zorrilla escribir una de estas obras, o bien Zorrilla le propuso escribirle una por necesidad de dinero. La obra fue la citada El molino de Guadalajara. Se ambientaba en la Edad Media, como la gran mayoría de este tipo de obras en toda Europa. En concreto esta obra se desarrolla en diciembre de 1357 durante el reinado de Pedro I Trastámara, "El Cruel", uno de los iniciadores de la dinastía Trastámara en el Reino de Castilla, con guerra civil incluida contra su hermano y fratricidio incluido, ambos ascendentes de la futura Isabel I "la Católica". El gusto por el pasado idílico de lo medieval, la historia romántica, lo glorioso y lo tortuoso que esconde un envoltorio de futura gloria, estaba en la obra. La trama habla de Pedro I "el Cruel" en el inicio de su guerra contra su hermano Enrique, y de la separación amorosa traumática de Enrique con Juana, su esposa. El rey no aparece (aunque sí aparecen escritos suyos), pero aparecen otros personajes históricos como Juana de Villena, Pedro Carrillo o el infante don Enrique Trastámara. Hay dos escenarios básicos repartidos en cuatro actos. Uno de ellos es el molino de Guadalajara (actos primero y cuarto) y otro es el castillo de Alcalá de Henares (actos segundo y tercero), aquí con el nombre medieval Alcalá la Vieja, el cual es el castillo musulmán sobre el río Henares, el cual también está ubicado sobre el camino que siguiendo el río arriba lleva a Guadalajara, el cual aparece en otros autores y obras de diferentes siglos, como hemos visto en otras notas. En el castillo de Alcalá está Juana de Villena, condesa de Trastámara. 

 Unos soldados que custodian el castillo se hacen cargo de los problemas bélicos que sobrevendrán ante los hechos secretos de los que les han encargado ser parte. Cuando Pedro I manda una carta en la cual declara enemigo suyo a su hermano Enrique (infante y conde en ese momento, posterior rey Enrique II), a la vez llega el aviso de reforzar secretamente las vigilancias del castillo de Alcalá, pues va hacia el molino de Guadalajara un capitán con una mujer desconocida y debe pasar la noche allí. Aunque puedan creer que se trata de un amorío del capitán, en realidad sospechan que se trata de Juana de Villena, condesa de Trastámara, esposa de Enrique, a la cual, evidentemente, quiere recuperar Enrique. Por cierto que Juana de Villena era hija de don Juan Manuel, el destacado noble guerrero que fue también poeta y fabulista. 

La obra está escrita en versos de octavilla, lo que era algo al gusto del inicio del romanticismo del siglo XIX, aunque recordaba en parte una forma de hacer teatro en el siglo XVI. Aunque la combinación de romper el estricto verso con prosa será algo que en otras obras será más significativo del modo de las estructuras románticas. 

Sea como sea, Manuel Delgado se reservó todos los derechos de publicación y representación, dejando por escrito en las primeras hojas un aviso de prohibición legal de reproducción sin permiso del editor (que no del autor), siendo Manuel Delgado también un adelantado en esto. Como sea, con posterioridad a la muerte de Manuel Delgado la obra se ha editado independientemente de la obra de Zorrilla varias veces, pero pocas, siendo que en el siglo XXI tiene algunas ediciones informáticas, entre ellas una liberada de derechos de autor y editor por la Diputación Provincial de Castilla-La Mancha, que pone en valor su arraigo con Guadalajara y los vínculos que el Valle del Henares unen a esta con Alcalá de Henares.

En cuanto a José Zorrilla, aún habría de venirle el gran éxito al año siguiente con Don Juan Tenorio, otra obra que seguía la estela de obras con ambientación histórica.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

No hay comentarios:

Publicar un comentario