sábado, 23 de enero de 2021

Los pétalos pares de las margaritas

Título: Los pétalos pares de las margaritas.
Autor: Antonio eMe
Editorial: Ella Ediciones.
Año de publicación: 2016 (1ª edición; prólogo de Rubén Fuentes; mediólogo de Fito Mansilla; epílogo de Alberto Ballesteros).
Género: Poesía.
ISBN: 978-84-608-9991-4
 
Al poeta y dramaturgo alcalaíno Antonio eMe, licenciado en Humanidades por la Universidad de Alcalá de Henares, ya le conocemos. Es un autor inquieto con un largo historial sobre los escenarios, tanto en conciertos, como en recitales que se dan entre Madrid y Alcalá. En 2009 aportaba sus poemas y su voz para un concierto en un local, mientras ese mismo año actuaba como actor para Nancho Novo en la Sala-Teatro Margarita Xirgú del sindicato Comisiones Obreras de Alcalá. En 2011 ya había recitado diversas veces por Madrid, hasta el punto que Miguel Ángel Manrique en una red social enlazaba su nombre a la portada de su libro Antología Relata 2011: Red de Escritura Creativa, patrocinado por el gobierno de Colombia, aunque no había relato ni poema de Antonio eMe en tal publicación. Ya hemos comentado su primer y segundo libros, los poemarios El Café del Loco (2013) y Un cerdito en la pecera (2014, a la vez un cuento infantil), así como su cuarto libro, Cosas que pasan... o no (2016), de prosa, y su libro más reciente, que empalma con su actividad como autor de teatro, Hasta el viernes que viene (2020), este quizá sea el sexto, ya que el quinto es bastante probable que fuese Poemas para llevar en el bolso (2016), cuya autoría figura en realidad a nombre de María S. Quedaba por hablar de su tercer libro, otro poemario, llamado Los pétalos pares de las margaritas, publicado en el que fue un año prolífico para el autor, 2016. A partir del año siguiente, como se dijo en la reseña de Hasta el viernes que viene se ha dedicado también muy prolíficamente a la creación de obras de teatro y su puesta en escena. Nunca me quedó claro si entre 2014 y 2015 tuvo un intento no acabado de novela llamada ¡Con lo que hemos sido!, del cual no sabría decir si sigue entre sus propósitos. A fecha actual reitero no saber si aquello fue un intento de crear una novela que él mismo llegó a "anunciar", si fue más bien una forma metafórica de estar él como persona en algunas redes sociales (siendo la citada novela una metáfora de lo que sería su vida según escribiera estados), o si el libro llegó a existir.
 
Los pétalos pares de las margaritas fue editado en el sello editorial del propio autor, Ella Ediciones, por él mismo. Contribuyeron a que el libro pudiera ser una realidad en papel el micromecenazgo de varias personas, bares, cafeterías y pequeños negocios tales como la ilustradora y cuenta cuentos Zia Mei, el poeta Enrique Sabaté, el Café Dux (donde Antonio ha recitado y presentado obras varias veces), Mario Encinas, Vinos con Medalla, Repuestos y Talleres Hermanos Cantero, Pretextos Wine Bar, Pilar "Pintor de sonrisas", o los músicos Rubén Fuentes, Fito Mansilla y Alberto Ballesteros, entre otros.

Precisamente los músicos citados intervienen en el libro con textos. Rubén Fuentes escribe un prólogo que abre el libro y su primera parte; Fito Mansilla escribe lo que eMe ha llamado mediólogo, que presenta la segunda parte del libro, que contiene algunos poemas visualmente experimentales al jugar con la disposición de las palabras y los versos en la hoja, cobra así protagonismo estético la composición y disposición de las palabras en la hoja, del mismo modo que incluso aparecen unos pocos dibujos de objetos en blanco y negro; Alberto Ballesteros escribe el epílogo, que cierra presentando una tercera parte que funciona a modo de anexo, cosa anómala en un libro de poemas que no es una oba antológica de una edición crítica. Los dos primeros músicos citados habían dado un concierto con Antonio eMe recitando sus poemas en un bar de Madrid en febrero de 2009, se hicieron llamar Las tres sillas. Más aún, los poemas de Antonio seleccionados para aquel concierto fueron completados y arreglados por estos músicos para transformarlos en letras de canción. Sin embargo no hubo un concierto parecido con Ballesteros, aunque en la tercera parte del libro se le ofrece e insta a una colaboración musical similar con un poema determinado, el cual tal vez fue musicalizado de manera privada entre él y Antonio.

Lo cierto es que esa tercera parte, que funciona como anexo, contiene esos poemas tal cual eran y esos poemas transformados y arreglados como canciones. Más allá, el autor introduce pequeñas explicaciones de cada poema en su proceso para ser canciones, las intervenciones de los músicos y la cita de cuándo y cómo fueron tocados. Incluso en el epílogo aparece una foto del concierto de 2009, en blanco y negro con un  fuerte contraste de luz. Habría una especie de segundo anexo con dos poemas del anterior poemario, El Café del Loco. Como explica el autor, los incluye para los lectores que aún no se hubieran acercado a ese libro y estuvieran interesados. En realidad funcionan a modo de lo que en los conciertos se llama "bises" y en los discos "bonus track". Son dos poemas extra en el libro de un poemario ya conocido que, por otra parte, sirven para promover la obra anterior. Estas dos partes finales que funcionan como anexo no solo se distinguen por este contenido tan diferenciado del resto del libro y por las explicaciones que se dan, también porque su tipología de letra es más pequeña y la composición de las páginas se divide en dos columnas, lo que refuerza la idea de que fueron concebidos en el conjunto del libro como anexos. 

El libro se acompañó de otro libro que se regalaba en cada recital que dio Antonio eMe promocionando la obra, el citado Poemas para llevar en el bolso. Tiene una conexión estética con él en la  tipología de la letra de los agradecimientos de la última página, a modo de máquina de escribir con cinta de tinta con anilinas, y en la contraportada un último texto, un poema, fuera de los poemas presentados en el interior del libro. Por estos detalles, por la temática de ambos libros y su forma de ser compuestos, por el tamaño mayor del libro que ahora mismo tratamos y menor del que se regaló con él (a modo estéticamente metafórico entre flor y pétalo desprendido, que por otra parte era la portada del libro que tratamos), por el estilo de los poemas y por el resto de las razones que se dan en la reseña de Poemas para llevar en el bolso, es posible que ambos libros fueran de Antonio eMe, y no tanto de Antonio eMe y María S, lo que haría que habláramos de metaliteratura, pero de eso ya se comenta y analiza en la reseña citada. Formarían una unidad independiente cada uno, pero a la vez una unidad dependiente entre sí para comprenderlos en su totalidad. Sería uno de los juegos creativos preferidos de eMe, la dualidad de realidades, la confusión de realidades, en una sola pero a la vez divisible realidad. 
 
Este segundo poemario tiene por diferencia al primer poemario de El Café del Loco ser algo más reflexionado. No se entienda mal, no es que el primer poemario no fuera algo reflexionado, nada más lejos de la realidad, pero personalmente sí le noto más espontáneo y cercano a lo que se podría considerar algunas de las libertades creativas propias de lo que se llama contracultura. Ya hablamos de aquel primer libro y remito a su comentario, en lo que nos respecta a Los pétalos pares de las margaritas lo que quiero indicar es que tengo la impresión de que tanto la estructura como los poemas han sido sometidos a una reflexión mayor, respetando incluso en mayor manera las normas métricas y las estructuras y ritmos tal como los entendería una tendencia literaria menos sujeta a las ideas contraculturales. Algo de ello sigue habiéndolo, pero tiene un ritmo más relajado. El libro contiene tanto poemas extensos de varias páginas, como poemas muy cortos de tres o cuatro versos que recuerdan a los que se leen Poemas para llevar en el bolso
 
Si hubiera que definir en pocas palabras lo que define este libro, se podría decir que sus poemas responden en su mayoría a un sentido narrativo, ya que muchos poemas trasladan historias a modo de pequeños relatos desde una reflexión íntima en un perfecto orden de presentación, nudo, desenlace, o incluso con una estructura sorpresiva muy habitual en Antonio eMe en la cual tras presentarnos una serie de hecho o de sentimientos aparece al final un giro categórico que cambia radical y tiernamente el sentido de lo hasta entonces lanzado con rabia y fuerza poética.
 
No se podría decir que todos los poemas son poemas desde la primera persona del singular que es la voz del poeta. Si bien hay poemas que dentro de esa voz es masculina y podemos entender que es el sentimiento y pensamiento de Antonio eMe, también hay poemas que esa voz acorde con el resto de las cosas que se dicen en su poema respectivo son indudablemente de una mujer, siendo así que el poema es narrado por un personaje ficticio femenino que Antonio trata de comprender y de explicar adoptando su pensamiento, lo que reforzaría lo antes mencionado respecto a Poemas para llevar en el bolso, así como es ineludible reflexionar como la faceta teatral de Antonio eMe afecta a su faceta poética a la hora de componer. Más allá aún, mucho más lejos, también aparecen poemas que están compuestos de tal manera que no se podría asegurar si la voz narradora es hombre o mujer, o a qué sexualidad pertenece, siendo válido el poema para cualquier voz, universalizando aún más de lo que en sí es lo emocional del amor.

(...)
recordad. Recordad que no he sido nada más
que una astuta viajera, una hembra rebelde
de pelo ensortijado y unas manos guerreras
(...)

Los pétalos pares de las margaritas en los juegos suelen corresponder con la opción "no me quiere", con lo que el tema central del libro, siendo en realidad el amor, es el desamor. Son muchos los poemas que hablan de una soledad que se vive después de la ruptura y desde la que la voz narradora se da cuenta de lo que ha perdido y de su amor hacia la persona que se fue. 
 
Te debo París
y cuatro mil pesetas de la época.
No sé si algún día de estos
podré pagar mis deudas
(...)

Pero no todo es desamor o amor, también hay numerosos poemas que se ocupan y se preocupan precisamente de la pureza de la poesía en el poeta, de la necesidad de poetas en el mundo o de la incomprensión hacia el poeta por parte de un mundo cada vez más preocupado por lo material y por las relaciones personales más pragmáticas que asertivas. A veces se identifica a la poesía con el propio poeta, o se extiende el silencio de las bibliotecas a una cualidad de la forma de sentir el poeta que es mejor vivir el mundo. La poesía se transforma en sí misma en una extensión del ser y del sentimiento del poeta.

(...)
Todos los poemas de amor llevan tu sangre
en las curvas suaves de su caligrafía,
(...)

El poemario cuenta también con cierto sentido del humor en algunas composiciones, siempre con mensajes bellos, quizá impregnados de una cierta neurosis al estilo del humorista Woody Allen, riéndose de lo idealizado de los lugares comunes del amor, pero necesitando de ellos para que los poemas funcionen, por tanto: reconociendo sus sentimientos también dentro de esos lugares comunes de los que se ríe. 
 
Me quiso, y mucho,
hasta el mismo día en que se dio cuenta
de que necesitaba más espacio
en el armario.
 
Es un poemario dispuesto para no incomodar al lector, pero, cuidado, tampoco es complaciente, es bastante directo y sincero, recogiendo en eso algo del espíritu contracultural del anterior poemario. Sería el caso por ejemplo del poema "El último eslabón", en el que se plantea el polémico asunto según el cual tener un hijo o hija sería el principio del final del amor, paradójicamente, pues culturalmente se suele relacionar con un reforzamiento y una expresión fuerte del amor de la pareja. Se plantea que el comienzo de hacer algo o estar por obligación, adquirir rutinas, puede ser el final. Antonio eMe es amable y no incomoda, como he dicho, pero, repito, tampoco es complaciente, y esto es lo que le transforma en un poeta sincero que habla desde dentro de él. Eso es parte de lo que le hace ser un buen autor. Ahora bien, en este poema se podría anotar un "pero", puede tener también una lectura paralela referida a la esterilidad de la pareja, por tanto a la perpetuación de su amor solo por ellos mismos y condenados a ser el final de sí mismos, sin descendencia.
 
No querrá el cielo 
que sembremos tu vientre con sonrisas
en el momento exacto en el que el cometa
pase bajo las faldas de la cama,
y se rocen los astros en la puerta
produciendo la magia de una chispa
que condene a la vida nuestro sueño.
(...)
 
Antonio eMe siempre es un acierto y un valor muy solvente en la literatura actual alcalaína, aunque los medios de comunicación complutenses, las instituciones y las personas del mundo de la cultura de esta ciudad quizá no le han prestado toda la atención que merece. Ahora, volcado en sus proyectos teatrales, se ve algo retenido por los problemas que la Covid-19 ha provocado a los escenarios, pero mientras se fortalece de nuevo todo esto, cosa solo posible si se vence a la pandemia, podemos seguir disfrutándole  a través de sus textos y a la espera no solo de su teatro, sino también de cuando esté listo para entregarnos más poesía.

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

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