sábado, 29 de noviembre de 2025

Vetusta

Título: Vetusta.
Autor: Mario Misas (guión e ilustración).
Editor: Mario Misas.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Cómic; Ficción; Mitología
ISBN/ISSN/Licencia:
[No contiene]

 

El segundo cómic que publicó Mario Misas en 2024 fue Vetusta. Guion y dibujos son suyos, pero también en esta ocasión como en Trabajo a muerte, le ayudó con las correcciones finales Alberto Moreta, en este cómic junto a Alba Martínez. Se trataba de un cómic de tamaño bolsillo, con papel de muy excelente calidad, con la peculiaridad de que las páginas están en brillo y la cubierta en mate. Está creado en escala de grises, pero probablemente tratado e impreso a todo color, por lo que no da sensación de cómic en blanco y negro, sino que crea el efecto de dormitorio a oscuras por la noche. Esto está al servicio de la historia, pues esta se desarrolla íntegramente ahí. Una niña con una enfermedad terminal pasa su última noche en su dormitorio recibiendo la visita de la Parca, la Muerte, la representación mitológica de la muerte en la Edad Media, y aún hoy. Antes de que la Muerte se la lleve la niña advierte su presencia y comienza una conversación con ella. La Muerte, sorprendida de que le ocurra esto, da pie a la conversación y nace entre ellas una breve amistad. Una historia corta muy bonita, necesariamente construida en primeros planos de uno y otro personaje, con algún plano abierto que nos muestra lo lúgubre de esa noche en la habitación. Un cuento oscuro que da algo de esperanza, pues, aún teniendo en cuenta la historia, está contado en positivo.

Contiene buen ritmo y algo de poética visual a través de la visión de un cuervo en la ventana observando la escena. Misas maneja aquí una buena combinación del Noveno Arte en su uso de lo que se cuenta de manera escrita y lo que se cuenta de manera visual, incluida la composición de página con viñetas en cuadros muy ajustados, apremiantes, agobiantes, que acotan lo justo, que nos dicen que el tiempo, el espacio, es finito.

Con las dos historias que Mario Misas nos dio en cómic en 2024 demostró ser un buen narrador de historias que no caen en tópicos y que son capaces de sorprendernos. Se muestra como un creador fresco. No necesita de grandes artificios para crear buenas y atractivas historias. Aquí lo demuestra.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

domingo, 23 de noviembre de 2025

Constituciones de la Universidad de Alcalá

Título: Constituciones del Colegio Mayor de San Ildefonso.
Autor: Francisco Jiménez de Cisneros.
Editor: Universidad de Alcalá de Henares.
Impresores: Universidad de Alcalá de Henares.
Año de publicación: 1510 (1ª edición)
Género: Normativa; Legislación.
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Título: Constituciones de la Universidad de Alcalá 1510.
Autores: Francisco Jiménez de Cisneros; María Dolores Cabañas.
Editor: Centro Internacional de Estudios Históricos Cisneros, Universidad de Alcalá de Henares (servicio de publicaciones) y Ayuntamiento de Alcalá de Henares. 
Año de publicación: 2010 (1ª edición; introducciones de Fernando Galván, rector de la Universidad, Bartolomé González, alcalde de la ciudad; y María Dolores Cabañas, doctora en Historia medieval).
Género: Normativa; Legislación.
ISBN: 978-84-8138-890-9

 

La Universidad de Alcalá y el ayuntamiento de Alcalá de Henares editaron conjuntamente en 2010 una edición doble de aniversario conmemorativo de las Constituciones de la Universidad de Alcalá de 1510. Fue llamado así, aunque la obra también recibe el nombre de Constituciones de la Universidad de Alcalá, y en origen en realidad eran las Constituciones del Colegio Mayor de San Ildefonso, edificio nuclear y principal de la Universidad, donde se encuentra el rectorado, el paraninfo, el servicio de publicaciones, la secretaría general, una sala de exposiciones, otra de conferencias, y otros organismos universitarios. Se trataba de una doble edición porque fue publicado con cubiertas en azul y escudo cisneriano en tapa dura, y a la vez en tapa blanda y cubiertas de papel verjurado amarillo con el escudo de la Universidad. No era la primera vez que se reeditaba esta obra desde que se redactó, publicó y promulgó en 1510 por el cardenal Cisneros, que a la postre era el fundador de la Universidad y quien dictó la redacción de esta normativa por la cual se debía regir y gobernar la vida universitaria de la Universidad de Alcalá, aunque otros colegios universitarios tenían también sus constituciones. Consta que hay ediciones de 1627, 1779, 1780, 2013 y otros años. 

Aunque la Universidad actual es una refundación de 1977, esta se siente heredera de la fundada por Cisneros en 1499. De ahí que en el quinientos aniversario de la promulgación en 1510 de sus constituciones se hiciera la edición de 2010 a cargo de la catedrática de Historia María Dolores Cabañas que, a la vez es doctora medievalista y fue decana de la Facultad de Filosofía y Letras y vicerrectora de extensión cultural. A la vez, dirigía el Centro Internacional de Estudios Históricos Cisneros, de la Universidad, cuya sede estaba en el Palacio de Laredo, y donde, aparte de realizar labores de recuperación documental de Cisneros, se formaba a futuros archiveros, como quien esta nota escribe. En aquel 2010 ejercía desde 2007 más allá de la Universidad de Alcalá, pues era concejala de Cultura por el Partido Popular en el ayuntamiento de la ciudad. Cargo que ejerció hasta 2015. La obra de Cisneros fue escrita originalmente en latín y así fue reeditada en otras ocasiones. Esta edición de 2010 fue traducida al castellano actual por José Luis Martín Rodríguez.

La obra de 2010  contó con una nota de Fernando Galván, rector de la Universidad, otra de Bartolomé González, alcalde de la ciudad por el Partido Popular y una introducción histórica de la propia María Dolores Cabañas.

Cisneros desarrolló toda la normativa universitaria por la cual se regirían todos los estudios de la Universidad, que en ese momento principalmente era la vida del Colegio Mayor de San Ildefonso, la intención y objetivo de cada estudio, también la de la propia Universidad, los requisitos para entrar en cada estudio, el modo de examinar, la vida interna universitaria, los religiosos que se debían admitir, la forma de dar clases y quienes podían dar clase, el cuidado de enfermos, el desarrollo de cada oficio universitario, el uso de la biblioteca, la actividad religiosa de sus capillas e iglesias, y, en fin, no dejó al azar ningún elemento de la vida de la Universidad y de los universitarios. 

Una obra extensa y razonada de normativa de la institución que, a la postre, tenía con esto su propio reglamento. Puede que Cisneros consultase con otras personas eruditas de la Universidad para crear estas constituciones, pero es él quien figura como persona que las dictó y las promulgó. Nos muestra la forma de ser de la universidad española de la época, por tanto también la formación de los intelectuales del siglo XVI y en cierto modo su forma de pensar o al menos cómo eran instruidos y dentro de qué marco de ideas y de organización. Claro está que estas normas tendrían sus más férreos seguidores, pero, como toda norma, habría quien tendría unas ideas que pudieran variar en algo o incluso divergir. No obstante, en esas primeras décadas, por ejemplo, buena parte de los comuneros de Alcalá de Henares eran universitarios. En todo caso, como obra constitutiva tiene una gran importancia y peso. Nos da pistas históricas y de pensamiento de la época, pero también es lo que en origen es: una obra constituyente que rigió vidas universitarias, lo que afectaría en parte a la ciudad, y que puede servir de modelo o de guía a la hora de plantearse crear otras constituciones.

 

Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu". 

sábado, 15 de noviembre de 2025

Trabajo a muerte

Título: Trabajo a muerte.
Autor: Mario Misas (guión e ilustración).
Editor: Mario Misas.
Año de publicación: 2024 (1ª edición).
Género: Cómic; Ciencia Ficción; Distopía.
ISBN/ISSN/Licencia:
[No contiene]

 

Mario Misas publicó dos cómic en 2024 en papel, en el mes de abril, aunque venían de trabajos suyos publicados anteriormente en Internet, en lo que era la actividad creadora de un grupo de gente joven en torno al cómic. Era aquel lugar lo que se llama una webtoon, de nombre Artistas en discordia. Uno de esos cómic de Mario Misas fue Trabajo a muerte. Una autopublicación en un excelente papel grueso con brillo a todo color, aunque ese color se desarrollaba fundamentalmente en tonalidades oscuras y terrosas. Aunque la  obra es idea y creación de Misas, colaboraron con él Cristina Porto y Alberto Moreta para las correcciones pertinentes que dieron el resultado final. Estaba publicado en un tamaño de bolsillo. En esta ocasión no se decantó por el estilo del manga japonés, sino de un estilo europeo, aunque en él se delata la influencia japonesa en la creación estética de sus personajes. Son ellos lo principal de las viñetas, siendo incluso que la gran mayoría de viñetas recurren por fondos vacíos o planos para enmarcar esos personajes. Del mismo modo, aunque aparecen planos de cuerpo entero, la mayoría son planos medios o primeros planos. Aparecen de manera necesariamente narrativa varias imágenes en picado y también en cenital, como expresión de las circunstancias que están por encima y sobrepasan al protagonista. En toda esta estética, y con disposiciones de página compuestas para seguir narrando tiempos o estados de ánimo de los personajes, hace suyo el cómic un indudable uso de herramientas infográficas para retocar los dibujos de Mario tanto a la hora del coloreado, como del "rotulado". 

 Se trata de una historia de ciencia ficción dentro de la rama de la distopía. Un padre de familia español de nuestras épocas regresa en coche a su casa después de una dura jornada de trabajo. Es de noche e inevitablemente se duerme al volante. Va a estamparse contra un camión. Justo cuando despierta y cree que va a morir se encuentra frente a un grupo de gente y una pantalla de luz que le sentencian a una condena de trabajos forzados, tras la cual será devuelto a su momento exacto de morir. Es el futuro. Un futuro condenado por la contaminación y el cambio climático provocados por las generaciones actuales del siglo XX y el comienzo del XXI. En ese futuro se ha logrado crear una máquina del tiempo que es capaz de extraer a personas más o menos saludables de ese tiempo justo en su momento previo a morir. A todas se les ha juzgado y condenado a trabajos forzosos en el futuro para mejorar climática y energéticamente ese tiempo. Son reos condenados a trabajos forzosos que, al cumplir su condena, son devueltos al instante en el que han de morir, para no alterar el futuro, por lo que la condena no da redención, si no tan sólo castigo. Es una suerte de nueva esclavitud e injusticia social retroactiva.

El hombre es protagonista de la historia porque, como en todas las historias, los protagonistas lo son porque son también quienes tienen algo diferente al resto de los que corren su suerte. En este caso, este hombre desea ser devuelto al pasado a un momento previo al instante de su muerte, pues desea vivir y ver crecer a su hija pequeña. Por lo que es una persona que desea escapar de su condena. 

Es una historia corta que con más medios económicos y un sueldo para el creador que le permitiera dedicarle más tiempo, podría incluso ahondarse. Sin embargo, la brevedad de la obra la hace también idónea.

Una muy interesante (e inesperada) historia de Mario Misas que deja un sabor de boca de querer más de Mario Misas.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 8 de noviembre de 2025

Karoshi

Título: Karoshi. Toriyama, campeón de artes marciales.
Autor: Mario Misas (guión e ilustración).
Editor: Mario Misas.
Año de publicación: 2025 (1ª edición).
Género: Cómic; Manga; biografía.
ISBN/ISSN/Licencia:
[No contiene]

 

Al ilustrador, creador de cómic, músico y genial Mario Misas ya le conocemos en estas notas. En cuanto a lo referente a esa misma obra fue presentado por aquí a través de Sphincter Man, un cómic al modo manga japonés que publicó primero por Internet en dos partes entre 2020 y 2021 y que publicó luego en papel en 2023. Desde entonces ha publicado otras cinco obras, en realidad cuatro, pues una de ellas va de momento en dos revistas de cómic. Hoy vamos a hablar de una de ellas, muy reciente y quizá la más breve, Karoshi. Toriyama, campeón de artes marciales, pero que en realidad el título se distribuye como si tuviera subtítulo, por lo que sería sólo Karoshi, publicada este mismo año 2025. Mario lo concibió como un fanzine, una pequeña revistita independiente y de la cultura alternativa o underground. Tiene el encanto de este tipo de publicaciones que se hicieron en la década de 1980. Apenas un folio impreso por las dos caras de modo que al desplegarse la composición de página era fundamental en la concepción artística. Llega a tener portada y contraportada, y a la vez página uno, página dos y una enorme página tres desplegable que podría funcionar como póster o afiche. La obra se imprimió en blanco y negro y continuando un estilo asemejado al manga japonés. Estilo y tipo de cómics donde Mario Misas se siente a gusto y que le gusta, probablemente como cómics que en su infancia y juventud eran más leídos en España, en aquel momento entre finales de la década de 1990 y principios de los 2000 en los que la editorial Bruguera y sucesoras hacía mucho que cedieron su espacio, y las editoriales DC y Marvel en esos momentos estaban en horas bajas y en proceso de reinvención.

El cómic estaba pensado como artículo promocional y a la vez como recompensa para sus lectores, pues se regala con la compra de cualquiera de los otros de sus cómic en aquellos eventos donde Mario participe firmando y promocionando su obra. 

Se trata de un homenaje a Akira Toriyama, autor japonés de manga creador de obras fundamentales como Dragon Ball, Sandland y Dr. Slump. Mario Misas admira al personaje y le sirve su vida para hablarnos, además, de un problema social y vital que tienen los creadores no famosos de obras artísticas, pero también alcanza, como en este caso, a los famosos a los que se les reclama más y más productos. Karoshi no fue el apodo de Toriyama, es una palabra japonesa, de traducción imposible al español, que viene a referir al fenómeno de morir de extenuación por el exceso de trabajo, algo que aunque está por todo el mundo, en Japón hoy día supone un elevado porcentaje de defunciones, personalmente me atrevería a pensar que en China o las Coreas podría estar ocurriendo también. Este tipo de muerte le ocurrió a Toriyama, que no paró de trabajar cuando era desconocido para poder vender sus historias a un ritmo suficiente como para vivir, después para ir mejorando su nivel de vida y más tarde porque, ante la gran demanda de productos e historias de Dragon Ball en el mundo entero por parte de público y de su editorial y hasta de productores televisivas y cinematográficas, no paró de trabajar sin descanso, literalmente. 

Así pues el cómic sirve de homenaje, de biografía y también de reivindicación entre lo laboral y el reconocimiento del trabajo artístico y su puesta en valor de una manera justa. Pero también tiene un enfoque de humor que recuerda no sólo el del manga, sino, personalmente, también algo el de aquellas historias de la editorial española Bruguera.

La historia está narrada por un narrador que es el propio Mario Misas, el cual aparece, y eso refuerza tanto el valor de homenaje por admiración, como el mensaje reivindicativo. Ahora bien, como el propio Mario indica, el 80% de sus viñetas están sacadas de viñetas del propio Toriyama cuando se dibujaba a si mismo como un alter ego en sus obras, pero son viñetas reinterpretadas y dibujadas por Mario con su propio guion narrativo. Tiene, eso sí, correcciones de Alberto Moreta.

Toriyama aparece desde su juventud, antes de la fama, como un pequeño robot que practica artes marciales de torneo en torneo, tanto por afición como para ganar dinero con el que poder ir creando y moviendo sus primeros mangas. Y así continúa su vida como un pequeño robot al que combatir se le transforma en una metáfora de lo que se transformó su vida al verse obligado a no parar de producir. Pura alienación del trabajo.

El éxtasis llega al toparnos con la parte reivindicativa de la obra, ya en el mundo de ultratumba japonés, en el que sus cómic gustan tanto que se ve obligado a seguir firmando autógrafos a sus seguidores en el más allá, y dibujando para un dios con su cara y su mesa de trabajo que se queja de tener que seguir trabajando.

En esta pequeña obra, quien conoce a Mario, se puede leer también una parte del propio Mario Misas. Es algo más que Toriyama, es una pasión de Mario que nos ha dado a Mario.


Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".

sábado, 1 de noviembre de 2025

La invasión de los girasoles mutantes

Título: La invasión de los girasoles mutantes.
Autor: Pedro J. Maza (Doctor Spawlding).
Blog (Bitácora): Weird Tales.
Año de publicación: 2008-2010 (1ª parte, a tiempo real entre el 23 de septiembre de 2008 y el 17 de diciembre de 2010); 2015-2017 (2ª parte, a tiempo real entre el 25 de mayo de 2015 y el 31 de octubre de 2017).
Género: Novela; Ciencia Ficción; Fantasía; Distopía.

 

La Literatura actual en el siglo XXI es más compleja en sus formatos en cuanto a que admite más medios. No sólo cuenta ya la literatura publicada en libros, incluso en prensa. Parece que nos hemos olvidado que hubo siglos en los que se publicaba en rollos, también en piedras, arcillas y paredes o que incluso antes de pasar a palabra escrita fueron historias que se crearon de manera narrada con la voz, como en tiempos de la Antigua Grecia o buena parte de los juglares medievales. Hay quien se ha escandalizado porque Bob Dylan ganara el Premio Nobel de Literatura, siendo compositor de canciones, olvidando que Homero compuso su obra para ser cantada, rapsodiada, no leída. Después de Dylan recibió el reconocimiento de aquel galardón gente que escribió periodismo en un blog (una bitácora personal). Son los tiempos modernos, parte de ellos. Aquí ya se ha reconocido a algún autor cuya obra principalmente se ha conocido a través de Internet o en recitales orales, y se le ha nombrado cuando publicó en papel. Pero ya hubo un excelente autor de humor que recibió su reconocimiento en estas notas por su colección de relatos breves (que funcionan como pequeña novela), Diario de confinamiento (2020), y él es Iván Casquete. Obra que, por cierto, he impreso en papel para mi propia biblioteca personal de alcalaínos, y aquí la tengo en mi uso propio. La disfruto. Yo mismo he escrito algunas de mis obras a tiempo real en mi bitácora Noticias de un espía en el bar, y luego han pasado a papel algunas, publicadas en libros. Y aún tengo una amiga que escribió brevemente una pequeña bitácora de ensayos que puede funcionar igualmente del mismo modo. Toca ahora reconocer a otro de estos autores que no han publicado en libro de papel, lo han hecho en blog. Se trata de uno ya presentado en estas notas, aunque como poeta Pedro J. Maza, ya que fue incluido en la antología de autores complutenses actuales Veinte poemas asoman... en un invierno... (2016). 

Como poeta, Pedro J. Maza, compartió parte de su obra en otro blog personal, Lost in the blues (anteriormente: Entre las sombras). Publicó allí entre 2016 y 2019. Eran poemas de un estilo más conocido fuera de España, en el mundo anglosajón, el llamado la nueva carne. Tuvo en esos años bastantes seguidores entre las personas de los ámbitos más subterráneos de la cultura, en el sentido de ser lo que en Inglaterra se diría underground, y en España contracultura. Uno de sus caminos, uno cercano a lo extremo y lo duro. Aunque Pedro venía de más allá, pues, con quien esto escribe, realizó de adolescente la revista El Recreo en los años 1996-1999, del Instituto de Bachillerato (hoy de Educación Secundaria) Cardenal Cisneros, junto a las murallas medievales.

La obra que hace presentarle hoy la publicó en su blog Weird Tales. Cobraba el nombre de un género muy estadounidense y muy popular en el siglo XX, el cual se publicaba habitualmente por entregas en periódicos o revistas, o bien en pequeños libros de bolsillo, tapa blanda y mala calidad de papel (por lo que a veces eran llamado pulp fiction -ficción en pulpa, en referencia a pulpa de papel-), con habituales cubiertas con ilustraciones muy coloridas a veces violentas, a veces sexuales, algo sensacionalistas, y con precios muy bajos y populares. Se escribían de estas novelas muchos tipos de historias, de pistoleros, de misterio, de terror, de amor, de ciencia ficción, esos eran los géneros más habituales. Pero las más popularmente conocidas como weird tales eran  aquellas que hacían referencia a historias muy extrañas, fantásticas, a menudo eran ciencia ficción o terror. Además tenían una concatenación de escenas de acción sin parar, con seres extraños, y un elenco más o menos grande de personajes, aunque no se ahonda de verdad en la psicología de ellos en ninguno, ni siquiera en los protagonistas. Todos empiezan a entrar en espiral a actuar en hechos que cada vez les comprometen más y más, pero no se explica nunca ni lo que les lleva a ello, ni lo que ello les produce, ni siquiera porqué les surge unos sentimientos y no otros. Es un género muy exitoso del siglo XX, en vigor en el siglo XXI, con obras de mayor y menor calidad, de todo hay. El género saltó al cine dando numerosas obras de culto, e incluso provocó que Quentin Tarantino lo homenajeara con su muy notable película Pulp Fiction (1994).

Así que muy evidentemente Pedro J. Maza nos ubica muy claramente qué clase de obra va a escribirnos a tiempo real. Y el título no engaña: La invasión de los girasoles mutantes, que publicó en dos partes entre 2008 y 2017. La primera parte fue publicada con ese nombre entre el 23 de septiembre de 2008 y el 17 de diciembre de 2010. La segunda parte fue publicada como La invasión de los girasoles mutantes 2. Proyecto voz de Dios entre el 25 de mayo de 2015 y el 31 de octubre de 2017. La obra está inacabada, aunque por lo que se lee en los últimos capítulos es muy posible que estuviera a muy poco de ser finalizada. Por razones no explicadas, dejó la obra a poco de terminar. Si bien buena parte de lo que escribió tenía largos espacios temporales entre capítulos cuando no cumplía publicar cada diez días. Escribía tras imaginar historias durante las rutas de su trabajo. Dotaba a los personajes de descripciones y sobrenombres que corresponden a amistades personales suyas, yo incluido, recursos de homenaje que yo he también he usado y muy propio también de quienes en el siglo XXI escriben obras primero en Internet. Sea como sea, el último capítulo puede funcionar bien, quizá no perfectamente pero sí bien, como final abierto de la obra, pues quedan como mínimo dos caminos de desenlace ante la escena donde se corta, como máximo: todo aquello que queramos imaginar. Así que en cierto modo es un final como cuando Edgar Allan Poe escribió el de Narración de Arthur Gordon Pym (1838). Sea como sea, este también lo he impreso en papel para mi propia biblioteca personal de autores complutenses.

La obra necesitaría una seria, fuerte e importante labor de revisión y corrección de lapsus, sintaxis, estilo y ortografía, así como repasar la coherencia de algunos pasajes respecto con alguna cosa contada en meses o años anteriores. Por lo tanto el autor debería hacer una lectura reposada de su obra para afrontar la mejora y depuración de la misma. Evidentemente es un escritor que reflexionaba las escenas, pero escribía compulsivamente y no repasaba lo escrito, colándose en la inmediatez gazapos. Si hacemos de tripas corazón con este hecho, uno de los mayores valores que tiene en lo estético es la enorme capacidad de crear y adaptar un lenguaje colorido de símiles y metáforas a un lenguaje coloquial y duro, propio de las películas de acción más duras y de la calle. Un lenguaje que oscila entre las historias de acción para adolescentes y las historias de acción que narran otras obras referentes a antihéroes duros y violentos, con guiños al Oeste americano, al rock duro y hasta el cómic. Un lenguaje que Pedro Maza hace propio con expresiones incluso de su propio origen de juventud y cercanos a su barrio desde su infancia. No hay espacio para lo refinado, pero tampoco para lo soez. Son esas frases las que le dan colorido, creando metáforas imposibles para amaneceres, atardeceres, la amistad, el amor, el odio...

Se trata en este caso de una novela de ciencia ficción que se compone por una sucesión trepidante de capítulos llenos de batallas que funcionan a veces como relatos que componen el relato, en los cuales se enredan los problemas con seres y situaciones cada vez más fantásticos y extraños. Es en buena parte una distopía, siendo Pedro Maza uno de los pocos alcalaínos que ha escrito y publicado una, yo tengo un par, una publicada, otra no, pero hemos de remitirnos a Francisco García Cuevas con su Villafeliz o el paraiso perdido, de 1910, que rozó ese género que, en esas épocas, estaba a punto de crearse tal cual en otros lugares. Sin embargo, entre la ciencia ficción y la distopía, Pedro abre espacio para que quepa también lo fantástico y hasta la mitología, transformando todo en una realmente enloquecida historia de historias extrañas.

Se ubica en un mundo futuro, hemos de creer que de comienzos del siglo XXIII, pues en una parte de la obra se menciona el pasado siglo XXII, pero en otra se habla del siglo XXI (ese es uno de los lapsus a repasar y corregir, pero en conjunto se puede entender algún momento del siglo XXIII). Bien es cierto que los protagonistas encuentran a menudo armas, vehículos, tecnología y hasta películas propios del último cuarto del siglo XX, cobraría fuerza un periodo a caballo entre el siglo XXI y el siglo XXII, pero también tienen armas y armaduras a modo de antiguallas que son alta tecnología para nosotros, como exoesqueletos robóticos de combate, al más puro estilo de ciencia ficción japonesa. Eso nos devuelve la pelota a un momento entre el siglo XXII y el XXIII.

Hay una cosa clara, la sociedad de consumo, consumió al mundo, y su últimos gran momento estuvo entre el final del siglo XX y el comienzo del XXI.

La primera parte comienza con un viejo autobús escolar amarillo, propio del siglo XX estadounidense, atravesando precisamente uno de los desiertos de lo que fue Estados Unidos. Los Estados han desaparecido después de una gran catástrofe que no se llega a especificar. Tal vez una guerra nuclear, tal vez una guerra con químicos o con ataques genéticos que crearon mutaciones. El mundo está poblado de eso: mutantes agresivos y en guerra contra los que no mutaron, pero también de mutantes que no acabaron de morir y son zombis mutantes. Y no sólo mutaron los humanos, también mutaron los girasoles, transformándose en una especie de seres antropomorfos altamente enfadados con los humanos, a los que quieren exterminar, dado que ahora tienen cualidades y capacidades asesinas... y caminan. Las ciudades que quedan en pie tratan de ocultarse, pues en ellas hay pequeños núcleos de sociedades, a cada cual diferente, pero a la vez hay otros grupos humanos que se organizan para conquistar el mundo y reorganizarlo a su beneficio. Nuestros héroes son unos nómadas que se verán envueltos en una gran batalla, mientras buscan a las mujeres de sus vidas, que les han sido arrebatadas. Y en esa gran batalla se agrupan y conocen quienes han de tener las llaves para librar al mundo de los girasoles mutantes. 

Hay un problema, una secta secreta que mueve el mundo a su antojo y mata cuando quiere a todo el que le estorba. Usan a los girasoles para acabar a personas como ellos, insumisas. Entre los héroes estará Peter Connors, alter ego del autor, un hombre al que le arrancaron el corazón por amor (literalmente), y aún así, inexplicablemente, sigue vivo y sediento de venganza. Aparentemente si compasión, se une al grupo por conveniencia en busca de la mujer que le arrancó el corazón (literalmente) por amor. No importa, volverá a morir y volverá a vivir, como Doctor Spawlding, otro alter ego del autor. Se intuyen posibles metáforas autobiográficas en un sentido poético de la nueva carne.

Las conspiraciones se suceden hasta una doble batalla que nos recuerda la composición de doble escenario de la batalla final de El retorno del Jedi (George Lucas, 1983). No será la única referencia mitómana y de cultura popular. El lector avezado, y no tan avezado, encontrará esa, la del manga japonés, referencias apocalípticas a las películas de Mad Max, algunos toques en los personajes que nos llevan al mundo de grupos de superhéroes de Marvel Comics, algo del mundo de pistoleros del Oeste, un indudable sabor de cine de Quentin Tarantino, pero también del cine de culto de las películas de serie B, y un innumerable sin fin... también del mundo de la música.

Cuando el mundo quede aparentemente libre de la amenaza de los girasoles mutantes, tendrá que aprender a vivir una nueva realidad con los restos de aquellas batallas, lo mutantes que queden y hasta con algún zombi aún pululando entre personas que reorganizan en paz sus ciudades. Pero es ahí donde, años más tarde, uno de los grandes héroes reaparece venido a menos cuando se decide por evitarle una paliza a un humano normal que le iban a dar un grupo de adolescentes mutantes. Este nuevo personaje le reconocerá y le pedirá ayuda como héroe que es. Hace años que grupo como ese le buscan para llevarles ante alguien que no conoce. Así comienza una segunda parte más reflexionada y con más espacio para el argumento que la primera. 

Por puras casualidades se irán reagrupando los antiguos héroes, incluso como antagonistas iniciales. Todo a costa de un ejército organizado que buscan al extraño hombre al que llevan  un lugar donde encontrar respuestas. A todo esto comienzan a aparecer cazarrecompensas, una nueva raza de girasoles mutantes, un eremita que emite un programa de radio en medio del desierto, el diablo (padre de Spawlding), una hija de Thor, extraterrestres anunakis, clones, titanes de la antigua Grecia... Es una historia de acción a través de un largo viaje por el desierto de ciudad perdida en ciudad perdida en busca  de aliados contra un ejército del mal, cual El Señor de los Anillos (Tolkien, 1954).

Cumple en su construcción con todos los requisitos de un weird tale. Lo lleva al extremo. Lo retuerce. Casi lo lleva al esperpento. Todos los géneros, o casi todos, del weird tale vienen a esta historia. Es rico en imágenes y en fantasía. Sorprende por inesperado siempre algo, siempre algún detalle, y el colorido de algunas frases explicativas, que en pocas palabras nos crean la idea a modo de un renovado argot que, de no hablarse, se habla. Y justo en ese momento, el silencio.


 Reseña escrita por Daniel L.-Serrano "Canichu".